«Cuando una experiencia novedosa, a la que teníamos miedo a enfrentarnos, ha resultado finalmente satisfactoria, solemos querer repetirla, siempre, claro está, que ello sea posible, bien porque no dependa de terceros, bien porque estemos en condiciones para ello» (de la ‘Presentación’de la antología)
Irreal como la vida misma 2
Lo primero que llama la atención de esta antología es que repite el título de la anterior aparecida en 2016. El propio Josep María en la 'Presentación' del libro dice el porqué. Resulta que igual que el libro anterior que contenía 55 relatos surgió de la selección realizada por el autor sobre los que había publicado hasta el año 2016 en su blog Retales de una vida, ahora, «después de más de cinco años y de unos doscientos nuevos relatos de ficción publicados» el escritor ha creído llegado el momento de repetir la experiencia que tanta satisfacción, prosigue diciendo, le proporcionó la primera recopilación.
Es, pues, una continuación de la labor que iniciara en 2016 y que, espero y deseo, repita dentro de unos años con una tercera entrega. Tan es una continuación de lo efectuado con los 55 cuentos de Irreal como la vida misma (2016) que la única variación en el título ha sido la del dígito 2. Y algo parecido sucede en el subtítulo: Relatos breves para evadirse de la realidad, en la antología de 2016, y Relatos breves para despertar la imaginación en la de este 2022. Como se ve la variación es mínima y el sentido en ambas, el mismo.
Irreal como la vida misma 2 es un libro que se lee con muchísimo gusto. Los 24 relatos que contiene son de asunto variado y predomina en la mayoría de ellos un tono de suspense que fuerza a leer más y más para saber en qué para lo planteado en cada uno. Los asuntos van de relaciones familiares difíciles (matrimonios en crisis, divorcios, maltrato doméstico, etc.), asuntos laborales que se complican de manera sorprendente (El visitador médico), noviazgos variados (el de aquella pareja que imagina cosas donde no las hay -El juego de las apariencias-, el de la pareja con necesidades especiales que se rebela contra la supuesta normalidad de los otros -Norwegian wood- o el del hombre que pretende rescatar de las garras de la prostitución a la mujer de la que se ha enamorado perdidamente -Nadia-), etc.
Un tema que en muchos de ellos se da es el de los vaticinios, las predicciones de lo que le sucederá al protagonista o a alguien de su entorno (Traición o justicia, Cuarenta y ocho horas, etc.). Y el tono predominante en varios es el del humor. Josep María Panadés, por lo que lo conozco, destaca por un fino y sano sentido del humor. Un humor que está presente en buena parte de sus relatos: a veces en forma de humor algo negro como en Amnesia; otras, muy hilarante como el contenido en El fantasma de don Filiberto o en Cuarenta y ocho horas (aquí el juego de los personajes me ha evocado a Jardiel Poncela o a Miguel Mihura); un humor muy crítico en ocasiones como en Juicio justo; y así.
Muchas cosas me gustan de estos relatos que he devorado en dos días. Una de ellas es la de los frecuentes giros finales con los que Panadés nos quiebra el espinazo y nos dibuja una sonrisa en los labios al constatar que de nuevo nos ha vuelto a sorprender. En pocas ocasiones he podido predecir los derroteros que seguiría la trama. A veces la sorpresa es de campeonato como la que experimenté en Custodia compartida leyendo la agria disputa mantenida por la pareja matrimonial durante los trámites de su divorcio por ver quién se queda con la custodia de Bertita y Blanquita; lo mismo me sucedió durante la lectura de El patio de vecinos.
Josep María gusta de la literatura, eso es obvio, pero también disfruta muchísimo con el Cine y de eso hay constancia clara en estos relatos. El ritmo por ejemplo del relato recién citado arriba recuerda con claridad esos filmes y telefilmes de juicios y abogados. Las misma serie televisiva Bones citada en La mirilla, el primero de los relatos, es claro ejemplo de lo que acabo de comentar. Y ni que decir tiene el clarísimo homenaje que hace el escritor al maestro del suspense Alfred Hitchkock en algunos de los cuentos, como en el titulado La ventana y especialmente en El patio de vecinos en el que se cita expresamente al actor James Steward que protagonizó el film de La ventana indiscreta. Así como James Steward vigilaba la actividad de sus vecinos mirando desde una ventana de su casa así en este relato el narrador ve lo que ve en una situación parecida a la que Hitchkock muestra en su magnífica película.
Muchas cosas me gustan de estos relatos que he devorado en dos días. Una de ellas es la de los frecuentes giros finales con los que Panadés nos quiebra el espinazo y nos dibuja una sonrisa en los labios al constatar que de nuevo nos ha vuelto a sorprender. En pocas ocasiones he podido predecir los derroteros que seguiría la trama. A veces la sorpresa es de campeonato como la que experimenté en Custodia compartida leyendo la agria disputa mantenida por la pareja matrimonial durante los trámites de su divorcio por ver quién se queda con la custodia de Bertita y Blanquita; lo mismo me sucedió durante la lectura de El patio de vecinos.
El autor tiene unos claros referentes literarios que no oculta. Son "Un saco de huesos" de Stephen King y "El juego de Ripley" de Patricia Highsmith entre los consagrados, y entre los más próximos a nosotros estaría "La verdad sobre el caso de Harry Quebert" de Joël Dicker cuya temática y desarrollo se perciben con claridad en el relato La ventana. Pero además, como ya he señalado en la manera de manejar el humor que me ha recordado a veces a Jardiel Poncela o a Mihura, hay mucha literatura no citada en estos relatos. Así, por ejemplo, se percibe a Kafka -el tono kafkiano, más bien- en la desasosegante historia relatada en La araña o en el cuento El donante. También en alguno de sus relatos he querido ver agazapado el thriller jurídico tipo John Grisham; es el caso del relato Juicio justo en el que un mexicano es injustamente acusado de unos delitos y condenado a una pena exorbitante sólo por su condición étnica.
El escritor entrevistado por Ana Pascual (www,ganasdevivir.es [18/1/2017]) |
Pero si los temas y asuntos de suspense, de novela negra, los maneja con desparpajo y maestría el escritor, la manera como lo hace -el estilo- es lo que provoca que la lectura de sus cuentos sea tan agradable. La mayoría de los relatos los presenta en 1ª persona manejando a las mil maravillas el estilo directo, el indirecto y el indirecto libre. Este último provoca que muchas veces los lectores nos sintamos como formando parte del relato, como muy próximos al pensamiento y acciones de los personajes. Y esto me parece magnífico.
Por otro lado la estructura que utiliza en algunos relatos -no muchos, en realidad- hace que los mismos sean redondos; ahora mismo recuerdo el titulado El visitador médico cuyo comienzo y final completan el círculo haciendo que el mismo se cierre completamente sin dejar ningún cabo suelto. Otro tanto podría decir de esos relatos que se presentan haciéndose, construyéndose, y que al final vienen a diluir la línea realidad-ficción fusionando ambos niveles (un ejemplo sería La araña, relato que cierra la recopilación y que sirve, además, de compendio de toda la antología). En general yo diría que la mayoría de los cuentos concluyen en un final abierto, dejando franca la puerta de lo incierto pero posible, lo que hace que el suspense o el desasosiego no concluya con el punto final sino que perdure en nuestras cabezas.
También desde la forma destacaría esos relatos en los que se utiliza la perspectiva múltiple, es decir, un mismo hecho visionado desde unos u otros personajes (así se ve, por ejemplo, en Nadia, El diario o El tatuaje). Y para cerrar este apartado formal asimismo diré que he visto que algunos relatos inciden en aspectos metaliterarios. Por ejemplo en El diario o en La mosca sus protagonistas son escritores que buscan materiales para sus relatos, se encuentran algo bloqueados y/o se plantean distintas posibilidades de afrontarlos o desarrollarlos.
Para finalizar
Reseñar libros de relatos no es para mí tarea sencilla. Cada relato es una narración y merecería cada uno de ellos atención particular. Hacer tal cosa no ha sido mi propósito si bien diré, como de pasada, que algún relato me parece contener una buena base para una narración más extensa, quizás para una novela más compleja. Es el caso del relato Malditos vecinos en el que me he quedado con ganas de conocer los antecedentes o saber de las peripecias posteriores corridas por la pareja de sus personajes Patricia y Fernando; también la crisis económica que se ceba con Carla y otros personajes de Cuestión de suerte permitiría -es una idea mía, quizás equivocada- profundizar en estos seres desahuciados por la crisis económica de la década anterior.
En un grupo grande de estos 24 relatos predomina el suspense psicológico y sus personajes son perturbados mentales de variada especie (esquizofrénicos, psicópatas, amnésicos...); en otro grupo, mucho menor, es la crítica sociopolítica nacional la que encuentra su espacio; en un extenso número de narraciones son los asuntos médicos los que centran la trama; e igualmente hay narraciones en las que la justicia y su administración es el asunto central.
Por último querría señalar la sorpresa sentida al leer los dos relatos finales, los cuales, siendo distintos como son, sin embargo tienen entre ellos una clara relación de continuidad. También no querría concluir esta reseña sin aludir a esa llamada a la música presente en el antepenúltimo de los cuentos titulado con el nombre del tema de los Beatles Norwegian wood, un cuento y una canción que me han hecho recordar la grata lectura de la novela de Huraki Murakami Tokio blues en la que esa melodía igualmente es importante.
El escritor
Me considero amigo de Josep María Panadés López, autor de este libro, a pesar de no conocerlo personalmente. Es una de las buenas amistades que en los ya once años de existencia de "El blog de Juan Carlos" he hecho. Sólo por conocer a personas como Josep María merece la pena tener un blog. Y es que Josep es, además de persona afable y amigable, un gran degustador literario y escritor consumado. Habitualmente leo las entradas que publica en su blog Cuaderno de bitácora donde da salida a sus inquietudes sociales, políticas e incluso particulares y de salud como hasta hace bien poco hizo con un "problemilla" complejo que sufrió y del que afortunadamente -¡qué gran alegría nos diste a todos cuando nos lo comunicaste, Josep!- ya está repuesto completamente.
Confeccionando esta reseña he pasado por sus otros blogs que, en verdad, visito mucho menos. El primero, "Retales de una vida", es donde publica los relatos que escribe en castellano. Ahí es donde recala para, como ya advertía en Irreal como la vida misma 1: «Desde que viera la luz “Ahora que ha parado de llover”, mi primera publicación de relatos, otros nuevos han ido nutriendo el blog “Retales de una vida”», recopilar y seleccionar los cuentos que entrarán a formar parte de sus antologías, que como se ve por la cita anterior ya son tres. Los relatos que escribe en catalán los publica en su blog "Mira qui parla". De su amor a Cataluña, en especial a Barcelona, deja Josep María Panadés López constancia clara en varios relatos de Irreal como la vida misma 2 que el escritor sitúa en las Ramblas barcelonesas, el barrio del Born, el parque de atracciones del Tibidabo, etc.
Datos técnicos del libro
Formato: Versión Kindle Idioma: CASTELLANO ASIN: B09TJMVB4C Año de edición: 2022 Tamaño del archivo: 726 KB Longitud de impresión: 267 páginas Precio: 3€ Comprar libro
Formato: Versión Papel
ASIN : B09TMT5R2R Editorial: Autopublicado Fecha:(26/2/22) Idioma : Español Tapa blanda : 194 páginas ISBN-13 : 979-8408868360 Precio: 13€ Comprar libro |
¡Hoooola!
ResponderEliminarLa verdad es que tienes razón, reseñar antologías de relatos es complicado, creo que pasa lo mismo con la poesía.
Yo no soy mucho de relatos, aunque sí que me han gustado los referentes que usa el autor, tanto de literatura como de cine, tenemos gustos parecidos ;D
¡besotes!
Tienes toda la razón, Irene. Me refiero a la equiparación que realizas entre Poesía y Relatos. Pìenso que el modo adecuado de leer tanto la una como los otros es de uno en uno demorándose en cada creación para disfrutarlos completamente.
EliminarSi te gusta el Cine y la literatura de suspense seguro que te gusta esta colección de relatos. No te prives y léelos.
Un beso
Soy gran amante de los relatos, tanto como lectora como escritora, los adoro. A diferencia con la novela, me importa menos el género que la historia en sí.
ResponderEliminarMe los llevo.
Besos.
Muy conforme con lo que dices, Yolanda. En los relatos yo también creo que lo esencial es esa historia que irrumpe de manera explosiva y que en pocas páginas alcanza un clímax para acabar de una manera más o menos inesperada, o no.
EliminarTe gustarán, ya verás.
Un beso
Tengo muy pocos libros de relatos, de hecho, me pasa como con la poesía, puesto que los tengo ahí siempre disponibles y sin terminar porque los abordo poco a poco. También concuerdo en que no son nada fáciles de reseñar.
ResponderEliminarYo le daría una oportunidad a la entrega 1 y 2 del señor Panades, porque más o menos conozco al autor por su blog. Antes de mi blog actual tenia otro y ahí era una de sus seguidoras.
La verdad, querida amiga, es que esa manera de leer relatos -poco a poco- es la manera que yo creo es la adecuada. Yo también tengo varios libros de relatos en casa cuya lectura no he finalizado completamente. Incluso la primera entrega de "Irreal como la vida misma" que tengo en casa desde 2020 aún no la he culminado; sucede que hay relatos que no he leído o lo he hecho muy por encima y por contra a algunos que me agradan especialmente vuelvo una y otra vez.
EliminarSi conoces al autor, entonces sabrás de su calidad.
Un fuerte abrazo, Panamá
Hola, Juan Carlos. Al ver que habías compartido mi publicación en Twitter, no he podido evitar correr (casi literalmente) para entrar en tu blog y leer detenidamente tu reseña, con el corazón en un puño, pues eres persona muy versada en literatura y especialmente en reseñas literarias. Aunque suponía que tu veredicto sería favorable (cómo, si no, te habrías lanzado a hacer una reseña de una obra de un compañero y amigo que te ha resultado aburrida, pesada o simplemente mediocre. Pero lo que he encontrado en tus letras sobrepasa lo imaginable para un escritor novel como yo, sin ínfulas de gran autor, je,je.
ResponderEliminarNo solo me he sentido halagado, sino también emocionado por tanta generosidad a la hora de calificar esta recopilación de relatos breves.
Te agradezco mucho tu detallada crítica y laboriosidad al no dejar transcurrir más de unos pocos días desde tu lectura hasta hacer pública tu opinión en este blog resevado habitualmente a los autores célebres o de calidad más que constrastada. Merecidamente o no, me alegra que alguien con tu bagage literario y cultural haya tenido palabras tan elogiosas hacia mí, como autor y, sobre todo, como persona. No quiero extenderme más de la cuenta (suelo hacerlo con mucha frecuencia cuando algo me gusta o me disgusta, je,je) en agradecimientos para que nadie crea que estamos conchabados o que soy de esos a quienes les gusta la adulación recíproca (tu hablas bien de mí y yo hablaré bien de ti) para con sus amigos y simpatizantes, aunque en este caso estaría más que justificado.
Siempre que alguien me menciona como escritor (que no es muy a menudo, sea dicho de paso), me viene a la memoria lo que dije públicamente cuando inicié este periplo por las letras: que no escribo para gustar sino para disfrutar. Pero no puedo negar que cuando un escritor novel saca a la luz una de sus obras, espera que esta tenga éxito, no ya por los beneficios económicos que pueda generar (en este caso más bien escasos) sino porque difundirla entre el público en general y entre sus seguidores habituales en particular es la mejor recompensa que se puede recibir de esta ingrata actividad que es la autoedición.
Un fuerte abrazo, amigo.
No puedo por menos que agradecer las palabras que dices sobre mí y mi blog, Josep. Muchas, muchas, gracias.
EliminarDe tus relatos no voy a decir nada aquí pues ya lo digo en la reseña. Sólo añadiré al hilo de tu comentario que leyendo tus relatos se nota que disfrutas escribiendo. Cuando uno hace algo y disfruta haciéndolo, eso se nota, vaya si se nota. Pero lo bueno es que logras transmitir esa felicidad, ese disfrute, a quien te lee. Al menos a mí me ha sucedido y en dos días me merendé tus 24 relatos; y es que tu manera de escribir, tu humor, el suspense, los tipos de personajes... Todo me incitaba a tomar en mis manos tu libro una y otra vez hasta que... se acabó (ja, ja...)
Josep, deseo que sigas disfrutando de la escritura y que vayas preparando ya una cuarta entrega de relatos o una novela que pueda nacer de alguno de ellos que, como te digo, tiene ya fuste de narración más extensa.
Un fuerte abrazo
A ver si salgo del atasco lector y me pongo con este libro que tengo en el Kindle desde que Josep Maria lo anunció.
ResponderEliminarEl otro Irreal como la vida misma me gustó mucho y sé que este repetirá la sensación porque todos los relatos que he leído del autor me han parecido muy buenos.
Un beso.
Yo del anterior -55 relatos contiene- he ido leyendo así sin ningún porden, tal y como se lee un libro de poemas. Por eso de ese nada dije en su momento (lo leí cuando lo adquirí, en 2020). Y sí, los relatos de esta segunda entrega siguen la estela de los anteriores pero, fíjate, a mí me han parecido incluso mejores. No sé, a lo mejor haberlos leído de seguido haya contribuido a degustarlos mejor.
EliminarUn beso
Pues no he leído nada del autor y veo que tengo que ponerle remedio. Estos relatos me tientan mucho.
ResponderEliminarBesotes!!!
Veo, Margari, que Chejov ha abierto tu apetito por los relatos. Pues, creo que estos te gustarán si decides leerlos. Interesante conocer tu opinión sobre ellos.
EliminarUn beso
Todos los relatos son fabulosos
ResponderEliminarAsí me lo han parecido a mí también
EliminarSaludos
Me gustan todas tus reseñas, pero esta tiene un valor especial porque yo también presumo de conocer y tener amistad con el autor.
ResponderEliminarCuando hay una relación de amistad y sabes que quien escribe es tan buena persona como lo es Josep Mª, la buena lectura se convierte en algo más que deja un poso mayor.
Leo a Josep Mª en su blog y sé lo bien que escribe, así que comparto todas tus impresiones. Debo conseguir mi ejemplar, ya.
Un beso.
Al final de la reseña he puesto enlaces para comprar un ejemplar de los relatos bien en formato de ebook o de papel. Yo los he leído en formato ebook tras comprarlo en Amazon (leo en Kindle).
EliminarYa verás como te gustan. Tiene una manera de escribir que engancha. Da gusto leerle.
Un beso, Paloma