25 oct 2023
Presentación del Decamerón del siglo XXI en Café Comercial (Madrid)
21 oct 2023
Antonio Orejudo: Un momento de descanso
✔«Cifuentes admiraba a aquellos físicos y neurobiólogos aficionados a la literatura y capaces de mantener una conversación de cierta profundidad sobre (pongamos por caso) los fundamentos del arte contemporáneo. ¿Qué colega suyo en el Departamento de Spanish podía decir siquiera cuáles eran los principios generales de la física cuántica?
✔«Al final comprendí que obsesionarse con distinguir nítidamente entre realidad e imaginación era un error operativo y conceptual que además conducía a la neurosis. Entendí que era más razonable —y también más exacto— considerar que la imaginación es un sexto sentido, tan fidedigno o engañoso como los demás.»
Antonio Orejudo, que es profesor titular de Literatura española en la universidad de Almería y que pasó siete años en distintas universidades estadounidenses, tira de su experiencia americana y española para confeccionar un relato en el que la realidad compite con la ficción rompiendo fronteras. Cuando la realidad no es suficiente la ficción acude para llenar ese vacío. En definitiva esto es la novela que tenemos en nuestras manos, una habilidosa y bien lograda mezcla realidad-ficción que alcanza una simbiosis tal, que se hace difícil si no imposible separar ambas dimensiones. Este es en definitiva y por lo que llevo leído de Antonio Orejudo la principal seña de identidad de su estilo, de su manera de escribir.
Leyendo Un momento de descanso observamos cómo la integridad de la persona como valor supremo de comportamiento se tambalea y se relativiza enfrentado con el día a día del mundo. Da la impresión de que todo se quiebra, se fragiliza y que aspectos aparentemente tan insustanciales como la denominada democratización del lenguaje están, o pueden estar, en la base de la demolición de los valores supremos. Y a todo esto, viene a preguntarse el autor convertido en personaje de su propia novela, ¿existen valores supremos? Vivimos en un mundo en el que no existe seguridad alguna ante nada. Antonio Orejudo presenta estas cuestiones tan profundas y serias envueltas en un atadillo de humor que hace de la lectura de su novela un más que agradable pasatiempo. Pasatiempo que desde luego no equivale a pérdida de tiempo dado que hay mucha sustancia en todo lo que aquí él escribe. El contexto -de la importancia del contexto se habla mucho y con acierto en la novela- es la vida universitaria, en especial la universidad española y también, aunque en menor medida, la americana.
«¿Nunca se ha parado a pensar por qué apenas se han escrito novelas de campus en español? Yo se lo voy a decir: [...] Una novela realista, cualquier libro sobre la universidad española, aunque sea un libro de investigación como el suyo, está condenado a convertirse en una astracanada. Los que no conocen el mundillo académico pensarán además que es inverosímil. Haga la prueba.»
«Los profesores más jóvenes y más sensibles a lo posmoderno digamos, los mismos que habían escrito ensayos sobre la autoficción o que estudiaban la mezcla de realidad e imaginación en la narrativa contemporánea fueron los más intransigentes conmigo.
[...] Los seniors, en cambio, los profesores más veteranos, los que se habían formado en la vieja escuela, fueron más indulgentes. Especialmente Elias Rivers.»
«Filología Hispánica aún no se había convertido en una carrera de saldo, aún no era la licenciatura de los que no pueden estudiar algo más serio por falta de capacidad o de nota media. Cuando nosotros entramos en la universidad, Filología Hispánica era todavía una disciplina en la que se matriculaban no sólo quienes no servían para las ciencias, sino también jóvenes de cierta cultura, chicos a los que les interesaban de verdad las letras, y que habían leído bastantes libros para su edad.»
19 oct 2023
Algunas películas vistas en lo que va de 2023 (A pares XL, 1ª 1/2)
Collage creado con los carteles anunciadores de las películas citadas en esta entrada |
La peor persona del mundo de Joachim Trier (M+) es una peli noruega que me gustó bastante. Una joven algo inmadura abandona una relación estable por una aventura. Luego las circunstancias y sucedidos harán que sus expectativas cambien. Historia romántica muy recomendable. Galardonada con el Goya 2023 a la mejor película extranjera.
Dentro de las películas que se presentaron a los Goya de este año en esta relación aparecen unas cuantas como Modelo 77 de Alberto Rodríguez (M+), Cerdita de Carlota Pereda (M+) o El agua de Elena López Riera (Amazon) y La maternal de Pilar Palomero. Otros filmes galardonados o nominados para estos Goya 2023 los vi a finales del año pasado (As bestas, Alcarrás, Cinco lobitos, etc.). Salvo La maternal de Pilar Palomero. que me pareció más de lo mismo. todas me agradaron bastante. Con 'más de lo mismo' quiero decir que no vi en este film avance alguno respecto a Las niñas que la directora rodara en 2020 y que se alzó con varios premios Goya ese año: mejor dirección novel, mejor película, mejor guion y mejor fotografía. Ningún avance respecto a esta. De las otras tres, Modelo 77 y Cerdita me parecieron muy buenos filmes. La primera por mostrar de manera ficcionalizada un momento histórico importante: la Transición, vista desde las cárceles en 1977. La segunda, Cerdita, es una muestra costumbrista de hasta qué punto de terror puede llegar el bullying a una joven al fijarse los acosadores exclusivamente en su aspecto físico, en este caso, su sobrepeso. El papel de Laura Galán, Carmen Machi y el resto del elenco raya a gran altura.
Dos películas de la relación de 13 títulos que aparecen en el collage he visto, además de Vasil, en Filmin. Son Living de Oliver Hermanus y El club del odio de Beth de Araújo. Estos dos títulos, así como muchos otros a los que acerco, se los debo a Miguel Pina del estupendo blog Cine y críticas marcianas que desde hace años sigo con atención, pues siempre hace estupendas recomendaciones. En esta ocasión, de estos dos títulos -que conste que él mismo ya lo advertía en las respectivas críticas- salí muy satisfecho de Living, una emotiva historia sobre la necesidad de enfocar la vida en lo importante y no en lo superfluo y accesorio; sin embargo el visionado de El club del odio no me satisfizo. La película de Beth de Araújo, a no ser que mi desconocimiento de la realidad en que vive la América profunda me suscite esta opinión, me pareció algo inverosímil y su puesta en imágenes tampoco me agradó demasiado.
13 oct 2023
Los Zelmenianos. Novela de Moyshe Kulbak
«El gato dormitaba junto al horno. La tía guardaba silencio cuando escuchaba el consejo que le llegaba de todos lados:
—¡Que Itche vaya a trabajar en una fábrica textil!
Nunca habría creído el tío Itche que en su vejez cometerían con él semejante bajeza.
—¡Conviértete en obrero de una vez! ¡Viejo tonto! —le insistían»
En fin, estamos en la Rusia soviética que está llevando a cabo la instauración de programas de colectivización superada ya la guerra civil que siguió a la primera guerra mundial, conflicto bélico durante el cual se produjo la Revolución de 1917. En esos años de colectivización obligada por las autoridades estalinistas (1928-1933) se está realizando la verdadera revolución que romperá la unidad dentro de las comunidades. En el caso de la novela de Moyshe Kulbak la comunidad (el «patio de reb Zélmele») está radicada en Minsk y es de judíos askenazis bielorrusos dedicados a artesanías liberales (relojería, sastrería, carpintería, curtiduría...); este tal reb Zélmele levantó el patio junto a su esposa, la abuela Bashe, 70 años atrás.
Lo que se nos cuenta en Los Zelmenianos es la historia de los cuatro hijos que tuvo esta pareja y la de sus nietos, los hijos de estos cuatro. Cómo los ideales de reb Zélmele cayeron empujados por un supuesto progreso que imponía el maquinismo, el Cine, la industrialización, la electricidad, el mundo fabril que iba contra el trabajo individual artesano que era lo que practicaban estos judíos (sastre, relojero, carpintero...) tenidos por esto como kuláks, pequeño-burgueses contra los que había que ir. El choque y la incomprensión se produce entre los cuatro hijos de reb Zélmele (tío Itche, tío Zishe, tío Yuda y tío Folie) y sus propios hijos y sobrinos. La manifestación de este distanciamiento, ruptura generacional entre padres e hijos viene significada en el alejamiento de la práctica religiosa de los jóvenes («bribones») respecto de sus mayores. Así Sonie y Tonke, hijas de tía Guite y tío Zishe, se emparejan y tienen hijos con gentiles, algo que sus padres y tíos no comprenden pero deberán aceptar. Incluso, una de ellas, Tonke, regresará al patio tras una larga estancia fuera de casa sola y con un bebé en sus brazos.
La edición incorpora a manera de marcapáginas el árbol genealógico de los Zelmenianos |
«Aún he de reflexionar sobre el nombre, pero en cualquier caso el niño no se llamará Zalmen, debido a que el abuelo reb Zélmele fue, según muchos indicios, un kúlak, un campesino rico, y además no tengo del todo claro de dónde sacó el dinero para construir el patio. Sí, realmente, ¿de dónde?»
«metió el taled y las filacterias, el violín, una libra de pan, un par de cebollas, en fin, todo lo que necesita un ser humano para emprender viaje.»
En cuanto al estilo utilizado hay que decir que en la época en que Moyshe Kulbak publica por entregas los episodios que componen Los Zelmenianos los escritores sufrían una fuerte presión para que abandonasen cualquier experimentalismo literario y se acomodasen a la línea oficial del realismo socialista. En la novela se encuentran manifestaciones de ambas tendencias, si bien predomina la del realismo socialista que poco o nada dejaba a la imaginación libre del lector.
Experimental es la ruptura de la linealidad gráfica de un párrafo acercándolo a la formalidad propia de los metros poéticos. La finalidad claramente es la de imprimir ritmo fónico a la expresión:
«El salón está envuelto en la penumbra. Tsalke el del tío Yuda, con los codos apoyados en la mesa, fuma un cigarrillo de liar. Contempla como salen a empujones, entre risas,
a través de
la puerta,
los
ocho
bribones.»
Respecto a esta y otras innovaciones dentro de la novela hay instantes muy logrados. Así en el capítulo 16 del libro 2, y también en otras partes del libro, el autor escribe una prosa rítmica, con recursos propios de la lírica. Es una prosa que a retazos más o menos regulares repite una secuencia fónica («Noche cálida»/ «Noche oscura. Tierra negra, tejados negros, en vísperas del brote de los tonos verdes» / «La Osa Mayor, vista del revés, cuelga del cielo en el lado norte del patio»)
Algunos otros vanguardismos utiliza Moyshe Kulbak, pero, como digo, predomina la línea realista que el socialismo real imponía en arte y literatura. En este sentido, y pese a todo, también el escritor bielorruso consigue momentos de elevada belleza, aunque a veces, quizás por esa imposición estética, algo almibarada:«En las márgenes del patio de reb Zélmele se han formado alegres regueros burbujeantes de vísperas de primavera, y sobre las paredes pasean retazos soleados. El patio se va despojando de las sucias nieves como un ave se sacude las gotas de lluvia»
Moyshe Kulbak. muestra en Los Zelmenianos su total oposición a arrancar por la fuerza las tradiciones. Él, judío askenazi como los personajes de su relato, no se opone a lo bueno del Nuevo Orden comunista, pero sí denuncia las barbaridades que en su nombre se estaban cometiendo. Ese enfrentar generaciones entre sí, hijos con padres, hermanos con hermanos sólo por razones ideológicas disgusta al escritor bielorruso. Todo esto lo expone con suma claridad en esta narración. Y por esto no fue del agrado de las autoridades, las cuales en 1937 retiraron del cartel la representación de una obra suya por, según estos funcionarios, presentar «demasiados mendigos y barbudos abandonados, y demasiados pocos proletarios».
Retrato de Moyshe_Kulbak_1984_ Anatoly_Nalivaev (de Wikipedia) |
Para finalizar
No quisiera cerrar esta reseña sin señalar la innegable veta humorística que aflora no pocas veces en esta novela. Así no he podido por menos que recordar la película Tiempos modernos de Charles Chaplin cuando el tío Zishe, que era persona respetable y burguesa «se sintió empujado con todos los demás, comenzó también él a gritar algo y por un instante pasó por su imaginación que él también era un bolchevique, ¡estaba marchando detrás de la bandera roja!». Cuando es consciente de su desatino, se marcha de la manifestación a través de una callejuela lateral. Mi evocación de Charlot al frente de una manifestación obrera me hizo sonreír; más tarde, comprobando fechas, vi que la película de Chaplin apareció un año más tarde que la segunda novela de Kulbak. ¿Quién influyó a quién? Está claro.
La ingenuidad de estos judíos artesanos liberales la muestra el judío Moyshe Kulbak presentando a otro de los tíos, el tío Itche, disfrutando de manifestarse como representante de los artesanos independientes portando en sus manos un ramo de flores para entregar a un comandante del Ejército Rojo. ¿Artesanos independientes en la Rusia soviética estalinista? ¡Qué humorada!
También hay humor en la referencia metaliteraria que el propio autor hace de sí mismo poniendo en boca de Tonke un poema suyo. El propio novelista se identifica como zelmeniano, o sea, judío de los Viejos, en palabras de Tonke:
«Hay una canción de un poeta zelmeniano de nombre Kulbak, que siempre me ronda por la cabeza:Y a los jóvenes de bronceles asaltó entoncesla voluntadde calmarla irade los añosdesperdiciados.»
«Por rezar sus oraciones nocturnas, tío [al tío Zishe, su padre], ninguna mujer se ha quedado encinta.»
Muy humorístico me ha resultado el consejo que tío Yuda le da a su hijo Tsalke, tantas veces suicida quedado en el intento. Le dice que mejor que seguir siendo sólo intelectual, gran conocedor de la Torá, se hiciera bolchevique: «Si te haces bolchevique, vas por ahí con la bandera, y dices lo que hay que decir... [...] Tú eres una persona, bendito sea Dios, que maneja una pluma. Tú escribes, explicas, y entonces , ¿por qué no demostrarles que en realidad están equivocados, eh?...» Y a renglón seguido, aunque alaba que se derrocara al zar, critica que ahora, en ese preciso momento, se persiguiera todo lo judío.
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Con Los Zelmenianos de Moyshe Kulbak avanzo en la consecución de los retos "Autores de la A a la Z" y el de "Nos gustan los clásicos".
4 oct 2023
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Como añadido a esta breve entrada quisiera anunciar que el libro se presentará en el Café Comercial sito en la Glorieta de Bilbao de Madrid el próximo mes de noviembre. Oportunamente y cuando se concrete la fecha la anunciaré en este blogs y en redes sociales.