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28 nov 2017

"Yo confieso" de Jaume Cabré

26 comentarios:
Todo, todo, en nuestro país lleva invadido por el asunto catalán excesivo tiempo. Sufrimos el bombardeo continuo de noticias sobre votaciones hechas por políticos 'a la violeta', declaraciones de independencia "sí - no - o en fin ya se verá", artículos constitucionales de intervención de la autonomía, convocatoria de elecciones autonómicas, confección de listas electorales... y hasta nos martirizan con un sinfín de declaraciones absurdas ya hoy pero, por si acaso, negadas al instante siguiente de modo igualmente absurdo. Tan abusivo es todo este asunto que ni siquiera este blog y quien lo hace y administra hemos podido escapar de la vorágine.
En el maremágnum de nombres, números económicos, querellas judiciales, denuncias ciudadanas, policías, actuaciones de instituciones de todo tipo..., yo, que no soy muy proclive a perder el tiempo con el juego que se traen entre manos unos y otros no he podido sustraerme a un nombre que he oído va en una de las listas electorales.
Se trata del novelista Jaume Cabré que acompaña al ex-president Carles Puigdemont en la candidatura de JuntsxCat, el partido que este último ha montado desde su voluntariamente elegida residencia bruselense.

Jaume Cabré, Profesores e Instituto que escriben, JuntsxCat
De Jaume Cabré leí con mucho gusto hará cosa de unos cinco años su novela "Yo confieso" publicada, como toda su obra, primero en catalán ("Jo confesso"), el año 2011 por la editorial Proa e inmediatamente vertida al castellano por Destino. En 2012 la Asociación Española de Críticos Literarios la distinguió con el Premio de la Crítica, galardón que no era la primera vez que Cabré recibía pues ya lo había obtenido en 1985 con "Fra Junoy o l’agonia dels sons" ("Fray Junoy o la agonía de los sonidos"), en 1992 con "Senyoria" y en 2005 con "Les veus del Pamano" ("Las voces del Pamano ").

Fue tal el éxito de su novela que en la tertulia de amigos y antiguos compañeros de Instituto de la que formo parte, "Más que palabras...",  la pusimos como lectura del mes de enero de 2012. La novela es magnífica y dio estupendo juego como queda reflejado en el blog donde al finalizar cada reunión se hace la Crónica de la velada

Por ello, pues, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, como dice el refrán castellano, dedico este post a esta magnífica obra del novelista barcelonés nacido en 1947, licenciado en Filología catalana, profesor de Instituto muchos años hasta que pasó a serlo de la universidad de Lérida, y actualmente miembro de la Academia de la lengua catalana.

La Reseña 
La voluminosa novela de1000 páginas del autor catalán Jaume Cabré habla del Mal. Fija la atención en el discurrir de la vida de una familia  –los Ardèvol- en función de las vicisitudes acaecidas a dos objetos: el Vial, un violín storioni, y el cuadro de Modest Urgell, Santa María de Guerri.  El primero le sirve para presentar ese libro que a lo largo del relato Adriá Ardevol se está proponiendo escribir, 'El problema del mal': la historia de Jachiam de Mureda de Pardàc, catador de maderas que, tras huir de su localidad por haber encontrado al autor del incendio del bosque que surtía a la familia de maderas aptas para su transformación -Bulchanij Brocia de Moena-, huirá y descubrirá un bosque de maderas óptimas para hacer violines. Con éstas llegará a Cremona y allí las venderá a Lorenzo Storioni que fabricará el violín que venderá, apremiado por la necesidad (su amada María quiere huir con él), a Monsieur la Guite que a su vez lo hará llegar a Jean Marie Leclair; y de éste llegará a manos de la familia judía de Mattias Alpaerts a cuya mujer Berta le sería arrebatado de sus manos por el nazi alemán Dr Voigt y a éste, acuciado por el momento y la necesidad, se lo ‘compraría’ Félix Ardèvol, padre de Adriá.

Hay en la historia del Vial una clara relación con el mal. Y curiosamente ese mal siempre en pro de la belleza, en este caso de la música. La música invade todo el relato: la técnica del contrapunto es habitual -más de una historia, frecuentemente tres o más, se presentan a un tiempo- llegando la mezcla a crear confusión. Cada una de las 7 partes en que se divide el relato está puesta bajo una  advocación musical.
posverdad, catalanistas, escritores catalanes
Incluso es 'musical' el juego constante de pasar de unos tiempos y personas  verbales a otros; al igual que la alternancia en las personas narrativas o la fluidez, ligereza y versatilidad con que utiliza los diversos tipos de estilo: directo, indirecto, indirecto libre y la fusión de todos ellos. Todo este juego estilístico debe mucho, sin duda, al buen hacer del autor como guionista de seriales televisivos para TV3, y sirve al lector de la novela para disfrutar con el mero acto de leer.
La historia avanza muy unida, aunque en desorden. No sabemos el porqué de este desorden hasta los últimos capítulos, en los que la importancia de Bernat, el amigo de Adrià, sube enteros y se convierte en el relator. Adrià ha perdido la cabeza, tiene alzheimer. Esto justifica sus “ausencias” desde bien temprano, pero también el desvarío con el que corre, en ocasiones, el relato; y también las identificaciones realizadas entre personajes de muy distintas épocas que se confunden en su cabeza al tener alguna característica común. A este respecto es muy importante la identificación que en la parte IV –Palimpsestus- realiza entre Inquisición y Nazismo, llegando a nombrar con el mismo patronímico, Nicolau Eimeric, al inquisidor catalán de Girona (nacido en 1367) que al encargado de Austwitz nacido en Baden-Baden en 1900 con el nombre de Rudolf Höss. Igualmente sucede con los enfrentamientos entre este inquisidor gerundés y su secretario Miquel de Susqueda (fray Miquel), que son parangonables –y de hecho así se señalan- con los del Comandante del campo de Auswitz, Rudolf Höss, y el médico del campo, Aribert Voigt. Del mismo modo son patentes los paralelismos entre la historia del cierre del Monasterio de Burgal (ss. XIV) y la del maderero Jachiam de Mureda de Pardàc (s. XVII-XVIII); así en ambas aparece un personaje deforme: el gordo de Moena en la del XVIII y el bizco de Salt en la del siglo XIV-XV.
En otras ocasiones el paralelismo lo es por contraste. Así mientras en el XV, el médico judío de Girona, Josep Xarom, debe abandonar su ciudad y comodidad para huir de la Inquisición, cinco siglos más tarde será otro médico, Aribert Voigt, quien perseguirá a los judíos y quien se cebará con la familia de otro médico judío.

Lo mejor
Es una obra con un fortísimo componente cultural. Al respecto son muy interesantes los numerosos intertextos (referencias a [o de] otros relatos) que pululan por la novela: Goethe, Ungaretti, "El coronel no tiene quien le escriba" de García Márquez, "En busca del tiempo perdido" de Marcel Proust, etc.

Lo peor
El autor ha creado un auténtico producto mercantil -muy bien escrito, eso sí- en el que ha metido todo cual si de un cajón de sastre se tratase: música, pintura, nazis, judíos perseguidos, referencias literarias, estraperlistas de la posguerra española y mundial, solitarios niños superdotados, músicos insatisfechos y aprovechados, el alzhéimer, casualidades increíbles...
Pero lo que menos me ha agradado es que en el interesantísimo aporte culturalista que subyace en tan extenso relato el autor incurra en alguna que otra incorrección o falsificación histórica cual es su insistencia en hablar de la Corona catalana o/y del Reino de Cataluña. Diríase que Jaume Cabré ya en 2011 estaba al tanto de la posverdad; quizás, dejando a un lado su innegable calidad literaria, estas insistentes 'desviaciones' de la verdad histórica sean los méritos que el ex-honorable haya tenido en cuenta al considerar su inclusión en tan peculiar candidatura política.







20 nov 2017

Daniel Fopiani. "La Carcoma". Premio València Nova 2017

28 comentarios:
Acabo de leer "La Carcoma", la novela de Daniel Fopiani que se alzó el pasado 15 de junio con el Premio València Jove de Narrativa 2017. En mi opinión, un más que merecidísimo galardón pues, como acertadamente dice Benito Olmo a Daniel Heredia en el prólogo a la misma, "a Fopiani pocos le conocen de momento, pero es bueno". Corroboro desde esta humilde tribuna la opinión del autor de "La maniobra de la tortuga".

Conocí a Fopiani gracias a la gentileza que tuvo él mismo de contactar conmigo para ofrecerme la lectura de su novela. Le dije que sí y, sin ser muy consciente de ello, la fui postergando al interponerse otras en principio más apetecibles. Con Daniel Fopiani, -Cádiz, 1990. Escritor, sargento de Infantería de Marina. Columnista y director de la revista literaria RSC. Premio Valencia Nova de Narrativa 2017-, literariamente me ocurría lo mismo que al escritor, periodista, gestor cultural y crítico literario Daniel Heredia: no lo conocía de nada. Al aplazamiento de la lectura de "La Carcoma" vino a añadirse  que cuando eché un primer vistazo al ejemplar que amablemente 'Versátil', su editorial, me había hecho llegar yo estaba enfangado en la lectura de "Berta Isla" de Javier Marías.[leer la reseña de esta novela aquí].

Sí el estilo de Marías es característico de por sí, su perfeccionismo lingüístico, como bien es sabido, alcanza cotas difíciles de igualar. Pues hete aquí que en esa hojeada a las primeras páginas de "La Carcoma" leí lo siguiente: "La humedad vespertina caía sobre las calles como una manta y, sin que el sol apenas se hubiese asomado aún por la cima de los edificios, el humo de los motores ya viciaba el ambiente.". ¿Cómo? - me dije-. ¿'vespertino' por 'matutino'? Y cerré la novela, que no volví a abrir hasta que entre ella y yo se interpusieron dos o tres lecturas además de la ya citada de Javier Marías.
El finde pasado decidí retomarla con cierta prevención. Pero qué agradable sorpresa la mía: según iban pasando las páginas el asunto que se planteaba, su ejecución, el ritmo narrativo y el misterio que en ella se planteaba fueron ganándome hasta el punto de no poder soltarla hasta que di término a sus 225 páginas. ¡Buah, qué historia tan bien contada!  Está claro que no se deben tomar decisiones precipitadas como la mía inicial que por suerte y para disfrute mío corregí a tiempo.
Lo que acabo de contar me reafirmó en la idea de cuántas veces como lectores nos sucede que el momento de atacar una novela determina la opinión que la misma nos mererecerá. Así que agradezco mucho ese espacio temporal que interpuse entre esa apresurada opinión y el goce que la novela de Daniel Fopiani me ha proporcionado durante los días de este fin de semana.

"La Carcoma" es un thriller muy bien construido cuya perfecta estructura se alcanza a ver y comprobar al culminar la lectura en su última página. Estamos ante la historia de un exitoso escritor de best sellers, empantanado en un período de crisis creativa, que se siente perseguido por el tiempo que su editor le dio para entregarle el manuscrito de la tercera novela que él ya ha cobrado. La situación, muy difícil para Ramsés Espinosa, que así se llama el personaje, parece empezar a solucionarse cuando su íntimo amigo Juan Jesús Fernandez Garrido le ofrece una casa que ha recibido en herencia en La Carcoma, un perdido pueblo de la sierra gaditana. Allí, lejos del mundanal ruido, podrá Ramsés dar suelta a su capacidad creativa y producir esa novela que necesita para salir del tremendo apuro en que se encuentra.

Nada más llegar a la localidad de apenas 100 habitantes Ramsés ve que el ambiente contra su persona es evidente. Por si esto fuera poco unos misteriosos números irán aparececiendo en distintos lugares de la cabaña que habita. Se asusta y denuncia el caso en el cuartel de la Guardia Civil del pueblo donde el sargento Loredo, joven como él, pondrá el máximo interés por resolver el misterio. Un misterio que según pasan las páginas se va complicando más y más pues en la casa aislada donde el escritor quiere crear hace 8 años que murió misteriosamente quemado Israel Garri, el tío de su amigo Juan Jesús; una muerte jamás esclarecida. 

Los personajes son variados y están bien modelados. De Ramsés ya he señalado su momentánea, pero pertinaz en el tiempo, sequía creativa. De su lado, o sea personajes que colaboran con él, están el sargento Loredo, un joven guardia civil que quiere salir de ese agujero al que el destino lo ha arrojado por culpa de la resolución caprichosa del concurso de traslados dentro del cuerpo; tiene Loredo como peculiaridad un defecto articulatorio, el rotacismo, que confiere al relato un punto cómico de mucho interés. También entabla con Ramsés una buena relación Gema Delgado, la hija de Dolores que regenta la cafetería de la localidad. Gema no se lleva bien con su madre y se enamora de Ramsés, en quien ve la posibilidad de escapar a un oscuro y anodino porvenir. Su amigo Juan Jesús es también un claro ayudante suyo.

Frente a Ramsés se sitúa prácticamente el resto de seres que pueblan el relato: Luisito, un niño de 12 años con problemas psicológicos que le hacen no recordar muchas de las acciones que realiza;  la madre de Gema, Dolores, que ve en Ramsés un peligro si es que su hija, como ella sospecha, se enamora de él; y Ernesto, el dueño del único almacén donde todos, también Ramsés, han de acudir a comprar provisiones y bebidas. 

La organización. Si algo hay de característico en esta novela es la disposición de la historia. No quiero desvelar lo que la estructura de la misma esconde, sólo diré que es una sorpresa que sirve para dar un vuelco a todo lo que el lector ha ido imaginando durante el curso de la lectura.

Estamos ante un auténtico thriller en el que el suspense es esencial; un suspense con notas de terror psicológico y que, según reza el título de los sucesivos capítulos, queda materializado en esa cuenta atrás (12, 11,10, 9...) hacia un desenlace que se prevé mortal habida cuenta de lo ocurrido a Israel Garri, el anterior habitante de la cabaña donde Ramsés se ha retirado para escribir su nuevo éxito literario...

Una novela que podríamos encuadrar dentro del posmodernismo literario en la que el propio autor se viene a confundir con ese personaje que se esfuerza en crear un nuevo relato rompiéndose así la frontera entre realidad y ficción; un relato que reflexiona sobre sí mismo (metaficción) y que se va haciendo dentro del propio discurrir de la trama; una obra que es en sí misma una alegoría, una metáfora de la propia literatura; también -y esto es muy propio de la posmodernidad en literatura- la incursión en la novela de la cultura de masas que se percibe en la citación de títulos de películas populares ('El show de Truman'), series televisivas muy visionadas ('Dos hombres y medio', 'Dr. Who'...), temas musicales de éxito ('I feel good', 'Hound dog'...). Y, por último, la parodia, presente sobre todo en esa difuminación de los límites real vs inventado:
posmodernismo literario, escritores gaditanos actuales, La Carcoma
"Pero leer y escribir son dos cosas muy distintas. Uno puede leer cientos de libros de técnicas narrativas, clásicos literarios y premios Nobel de Literatura. Puede, incluso, asistir a esos cursos de escritura creativa que se suelen organizar para sacar las perras a los cuatro bobos que pecan de inocente ilusión. Frecuentar tertulias literarias, donde la envidia, el egocentrismo y las puñaladas cobran más protagonismo que 'el escritor de la semana'. Uno puede autoproclamarse escritor, encontrar a un grupo de amigos y familiares que le sirvan de palmeros en cada una de las presentaciones y eventos relacionados con las letras y, ya de paso, puede hacerse alguna que otra foto de brazos cruzados y ojos entornados, como si la sabiduría absoluta se guardase en esa cabeza de literato." (pág. 42)

¡Vaya por Dios!
 Como si de cerrar círculos se tratase, al igual que hace Fopiani en su magnífico relato volviendo al final al momento inicial, así voy a hacer yo en este post. No es una crítica al autor (para nada, Daniel); de serlo a alguien, sería a la editorial, y casi tampoco. Lo que pasa es que no puedo olvidar mis años de profesor y los miles y miles de redacciones que me habré leído; por eso durante la lectura me ha rechinado la frecuente confusión de 'sino', conjunción adversativa, con 'si', conjunción condicional, más 'no', adverbio de negación, en pág. 108 ("No era el dolor físico lo que la hacía pequeña, si no la humillación"), 149 ("Lorenzo quiso pensar que aquella noche no se había cruzado con un mal policía, si no con un hombre insatisfecho con su vida"), 169, 200, 223... También, aunque no tan sistemático como la anterior, la confusión de preposición más pronombre interrogativo -'Por qué'- con el sustantivo 'Porqué' ("¿Porqué no se pasa por aquí y deja que le haga un par de preguntas?", en pág. 125; o la aglutinación de la preposición 'a' con el sustantivo 'punto' cuando estamos ante una locución:  'a punto' ("El show estaba apunto de comenzar", en pág. 189).

Defectillos de escritura -incorreciones- son, que no de redacción. Pero afean, como la impropiedad semántica señalada al principio. Estas pegas que pongo, ¡vaya por Dios!, son propias de maestrillos antiguos y por lo que veo diariamente en periódicos, revistas y rotulaciones televisivas, no se las tiene ya mucho en cuenta. Pero, qué queréis que os diga, a mí me da mucha pena que un producto excelente quede algo emborronado por errores tontos como los que señalo.

Para finalizar
Veo que Cádiz, la tacita de plata, sigue dando escritores importantes. En esta novela, magnífica en todos los sentidos, se unen tres: el propio autor con la historia que crea; el prologuista Benito Olmo que escribe una estupenda -¡y muy literaria!- presentación de Fopiani que invita a ponerse a leer enseguida; y por último, Daniel Heredia, el mayor del trío quien, por edad -nació en 1971, mientras que Fopiani es de 1991 y Olmo de 1980- parece más renuente a admitir nuevos valores literarios. Pero tras los elogios que el prologuista hace de "La Carcoma" y de su autor "algo me dijo que iba a tomar en consideración mi advertencia e iba a seguir los pasos de Fopiani", concluye Olmo en su original prólogo.

Acabo declarando de nuevo la agradabilísima sorpresa que me ha supuesto esta novela que al principio pensé que no me iba a gustar. Pues sí, me ha gustado y mucho. Me atrevo a recomendarla a todo aquel que quiera tener en sus manos un thriller con suspense, muy bien escrito, novedoso y muy entretenido. Una delicia.

16 nov 2017

Sebastian Bergman 2: "Crímenes duplicados"

38 comentarios:
Todas mis amigas fans de la pareja Michael Hjorth y Hans Rosenfeldt me lo habían advertido con reiteración: '¡Juan Carlos, si te gustó la primera de la serie, "Crímenes imperfectos", espera a leer "Crímenes duplicados", su continuación y segunda de la saga Sebastian Bergman!'

Con frecuencia me suele ocurrir que tanta alabanza acabe en decepción cuando me enfrento a aquello que tanto mérito dicen contener. Quiero decir con esto que entré con cierta prevención en la lectura de esta novela. Sin embargo, pronto hube de rendirme a la evidencia: ¡es una muy buena novela negra! Intentaré en esta reseña destacar lo que de ella más me ha gustado sin desvelar nada que pueda romper el disfrute del libro.

Michael Hjorth y Hans Rosenfeldt,
Sin lugar a dudas lo mejor para mí es la evolución de los cinco personajes protagonistas que los dos escritores suecos han logrado realizar: Sebastian Bergman, Torkel Höglund, Vanja Litnher, Ursula y Billy Rosén. Todos ellos experimentan cambios sustanciales en esta segunda entrega: Bergman parece prestar más atención a las mujeres, a las que ahora ve no sólo desde un punto de vista sexual; Vanja y su relación profesional con Billy es muy interesante aquí; por otra parte Billy y su evolución personal junto a My, su novia, tiene su encanto; y lo mismo cabe decir de esa pareja no sólo profesional que en ocasiones forman el jefe Torkel y la experta investigadora Ursula.

El resto de personajes no conoce evolución semejante quedando varados en el mismo estadio en que los conocimos durante "Crímenes imperfectos". De todos ellos yo esperaba algo más de Thomas Haraldsson quien en esta entrega sigue soportando el papel de necio con aspiraciones que estropea y complica cuanto toca. En esta ocasión me ha recordado mucho más que en la primera entrega a los personajes ineptos que los hermanos Coen ponen a caminar en películas como "Fargo". En esta ocasión las semejanzas entre el ahora director de prisión Thomas Haraldsson y el vendedor de seguros Lester Nygaard del film "Fargo" se me han hecho muy evidentes, aunque quizás Haraldsson sea un ser más ingenuo e inocente que Lester pues los destrozos que su evidente ineptitud provoca, aunque nacen de su evidente sentimiento de inferioridad, con ellos no quiere hacer mal a nadie.
Jenny, la mujer de Haraldsson, ahora que ya es madre es menos intrusiva y da más cuerda a su marido. Los padres de Vanja, Anna Eriksson y Valdemar, cumplen una importante función en la trama si bien parece por lo leído que será en la siguiente entrega cuando pasen a un primer plano (¿me equivoco?). Luego está Ellinor Bergkvist, una alocada mujer con la que Bergman pasa alguna que otra noche y que en su femenino despiste imposible de contener encuentra Bergman algo así como una paz deseada que creía perdida desde que el tsunami tailandés de 2004 se llevara por delante a sus queridas mujer e hija. 

También me ha gustado "Crímenes duplicados" por la inteligencia de la trama que presenta y lo bien que los autores han sabido conectar lo apenas expuesto en "Crímenes imperfectos" con lo nuclear de este relato. En esta trama es esencial la figura del psicópata Edward Hinde, asesino en serie, que tanta fama le diera a Bergman en 1999 con la resolución del caso y la publicación de dos libros en los que expuso las características de este tipo de peligrosos seres. Ahora han pasado ya 14 o 15 años de aquello y Hinde cumple pena de cadena perpetua en la cárcel de máxima seguridad que el estúpido de Haraldsson dirige.

Sigue por otra parte presente en esta novela negra la denuncia socio-política, en especial la de los recortes presupuestarios provocados por la crisis económica que atenazaba a Europa desde 2007 hasta al amenos 2015. La acción sucede en 2014:
"La dirección había reducido el personal de día, que era más numeroso y que antes trabajaba hasta las nueve, y había adelantado a las siete el comienzo del turno de noche. Para ahorrar todavía más, la administración había reducido el personal nocturno, por lo que los registros por sorpresa se habían vuelto prácticamente imposibles en el turno de noche"
Otro elemento que me ha interesado mucho en esta narración ha sido la presencia de la literatura como elemento caracterizador de ciertos personajes. Así una de las asesinadas, Katharina Granlund, queda retratada con los libros que tiene en su estudio ("Una librería con todo tipo de volúmenes desde novelas de Tom Clancy hasta libros de cocina"), o sea, estamos ante una mujer sencilla que gusta de leer libros asequibles y populares. Sin embargo, My, la novia de Billy, es de otro nivel pues le gusta el teatro en el que va introduciendo a Billy que siempre lo había denostado ante Vanja. Esta relación desigual esconde algo del inteligente humor que en ocasiones hay en la novela:
"Billy no sabía nada de la obra ni de la compañía, que según My daría sólo cuatro funciones. Por lo que ella le había dicho, se trataba de una compañía inglesa llamada Spymonkey que cultivaba el género de la «comedia física». Billy no tenía ni la más remota idea de lo que eso podía significar. Le faltaban referencias. —Algo así como una mezcla de Samuel Beckett con los Monty Python. Bueno, al menos podía entender una de las referencias. Le gustaban los Monty Python"
Por último está el estilo característico de la pareja que forman  HjorthRosenfeldt cuyas peculiaridades ya señalé en la reseña de "Crímenes imperfectos" [leer reseña aquí]. A las allí comentadas (ritmo endiablado, cierre de algunos párrafos con tres o cuatro frases breves rotundas y sentenciosas, cierre de algunos capítulos con una especie de resumen que recoge aspectos que conviene no olvidar, etc.) añadiría aquí la inclusión de alguna que otra interesante reflexión descriptiva por parte del narrador
"Sebastian se levantó rápidamente, sin saber muy bien por qué. Le pareció apropiado ponerse de pie cuando Vanja entraba en la sala, como si ella fuera la protagonista de una novela de Jane Austen y él, uno de sus pretendientes"

Final
En definitiva, una excelente novela negra que mejora la primera de la serie y que me anima a seguir leyendo las restantes pese a que por las referencias que tengo la tercera, "Muertos prescindibles" baja un poco el nivel que vuelve a remontar con fuerza en la cuarta, "Silencios inconfesables". En fin, ya se verá. Por ahora, es tan agradable el sabor de boca que esta entrega me ha dejado que descansaré un poco del peculiar psicólogo adicto sexual que es Sebastian Bergman para engolfarme con la última novela de otro gran escritor de serie negra. Me refiero a César Pérez Gellida y su última novela de la que por ahora sólo sé que se titula "Konets". ¿La conocéis? ¿La habéis leído?

PD.- Cuando iba a cerrar este post me entero de que en 2010 se hizo en Suecia una serie televisiva de dos episodios titulada "Sebastian Bergman" sobre la primera novela de la Serie. La serie tuvo tal éxito en el país nórdico que en 2013 se rodó una segunda temporada también de dos episodios. Ya anteriormente, en 2012, se había pasado una versión en inglés por la BBC Four británica; y luego, en 2014, la serie completa comenzó a comercializarse en streaming por la cadena de televisión MHZ Network bajo el título de "Dark secrets". Dejo a continuación el trailer de la serie más que nada para que veáis cómo han imaginado a Sebastian Bergman los directores de los distintos episodios del serial televisivo: Daniel Espinosa ... (1 episode, 2010), Michael Hjorth ... (1 episode, 2010), Jörgen Bergmark ... (1 episode, 2013), y Leif Magnusson ... (1 episode, 2013).
¿A vosotros qué os parece?


5 nov 2017

"Berta Isla". Javier Marías

34 comentarios:
«Durante un tiempo no estuvo segura de si su marido era su marido. A veces creía que sí, a veces creía que no, y a veces decidía no creer nada y seguir viviendo su vida con él, o con aquel hombre semejante a él, mayor que él. Pero también ella se había hecho mayor por su cuenta, en su ausencia, era muy joven cuando se casó.»


Sinopsis (proporcionada por la propia editorial)
Muy jóvenes se conocieron Berta Isla y Tomás Nevinson en Madrid, y muy pronta fue su determinación de pasar la vida juntos, sin sospechar que los aguardaba una convivencia intermitente y después una desaparición. Tomás, medio español y medio inglés, es un superdotado para las lenguas y los acentos, y eso hace que, durante sus estudios en Oxford, la Corona ponga sus ojos en él. Un día cualquiera, «un día estúpido» que se podría haber ahorrado, condicionará el resto de su existencia, así como la de su mujer.
"Berta Isla" es la envolvente y apasionante historia de una espera y de una evolución, la de su protagonista. También de la fragilidad y la tenacidad de una relación amorosa condenada al secreto y a la ocultación, al fingimiento y a la conjetura, y en última instancia al resentimiento mezclado con la lealtad.
O, como dice una cita de Dickens hacia el final del libro, es la muestra de que «cada corazón palpitante es un secreto para el corazón más próximo, el que dormita y late a su lado». Y es también la historia de quienes quieren parar desgracias e intervenir en el universo, para acabar encontrándose desterrados de él.

Mi comentario
Estamos ante una novela no menor del escritor madrileño. Con ésta ya son cinco o seis las obras suyas que he leído. Ya dije cuando en el blog comenté "Los enamoramientos" [leer reseña aquí] -de las últimas suyas la que más me ha agradado-, que hube de tomarme un descanso de su literatura tras una primera época mía de absoluta fascinación por su narrativa ocurrida durante los años en que aparecieron sus títulos más emblemáticos: "Corazón tan blanco",  "Todas las almas" o "Mañana en la Batalla piensa en mí"..., títulos que leí con fruición. Pero la literatura de Marías, ya se sabe, no es una literatura de puro entretenimiento, su lectura exige cierto esfuerzo, a la postre más satisfactorio que el simple gay trinar al que se refería Machado cuando hablaba de esa otra poesía más fácil y popular que se hacía en su tiempo. Por esto me tomé un descanso que me vino bien y que me ha hecho tomar la lectura de estos tres títulos finales ("Los enamoramientos" (2011), "Así empieza lo malo" (2014) y esta última, "Berta Isla" (2017) con bríos renovados.

Al comentar hace unos meses "Así empieza lo malo" [leer reseña aquí] señalé la reflexión que el propio autor en una ocasión hizo al ser preguntado por su propia Obra cuando comentó que era consciente de que constantemente estaba escribiendo la misma novela: "Todas las almas". Y es verdad. Lo que hace Javier Marías es variar ligeramente el punto de mira (el azar en "Los enamoramientos", la necesidad de la implicación en "Así empieza lo  malo" y la importancia del momento y la libre elección en "Berta Isla"). Sí, en efecto, la mayoría de temas, asuntos, elementos, y la manera de presentarlos o plasmarlos en la narración ya están presentes o al menos prefigurados en "Todas las almas": metaliteratura; culturalismo; novela ensayística; disolución de la frontera real-irreal (realidad / ficción); la duda, el azar o la incertidumbre; un inteligente sentido del humor...

Metaliteratura: si en otras obras la relación con otros textos y con el propio texto escrito se percibía de manera más o menos clara, en ésta el texto creado y vivido por los propios personajes se relaciona de manera intertextual con grandes obras y autores de la literatura universal. Sobre todo, como ya he dicho, es la poesía de T. S. Eliot la que informa toda la historia vivida por Tomás y Berta ("'Y cualquier acción es un paso hacia el fuego', le había oído recitar a veces a Tomás, de un poema que se sabía, lo murmuraba para sus adentros en inglés"); los versos del irlandés pasan de la mera lectura hojeando sus libros a penetrar y conformar las acciones de los personajes. Del mismo modo resuenan, como ya es habitual en el novelista, personajes de Shakespeare, en esta ocasión especialmente los referidos a su drama histórico "Enrique V"; también Dickens, Melville ("Moby Dick"), Stevenson ("Dr. Jekyll y Mr. Hyde"), Joseph Contrad ("El agente secreto"), el teatro de Valle Inclán... Y mención especial cabe hacer a la novela corta de Balzac titulada "El coronel Chabert".

Disolución de la frontera realidad-ficcion. Sí bien en "Berta Isla" no estamos ante la presencia evidente de personajes reales como sucede en "Así empieza lo malo" con, por ejemplo, el profesor Francisco Rico o el director de cine Jesús Franco, sin embargo también aquí la ruptura de los límites real-irreal se produce, y se percibe en la plasmación de un comportamiento leído sobre la propia vida vivida. Es lo que sucede con la desaparición durante doce años del marido de Berta quien al cabo de este tiempo regresa a casa y su esposa, ella, Berta, no sabe a ciencia cierta si quien ahí está ahora es o no es quien dice ser y quien ella deseó tanto antes pero que ahora le parece algo más propio de la ficción literaria que otra cosa. Y como Javier Marías es consciente de que la novela de Balzac titulada "El coronel Chabert" pertenece asimismo al terreno de la ficción echa mano de una película, "El regreso de Martín Guerre", basada en un hecho completamente real sucedido en el sur de España en el siglo XVI novelado por Janet Lewis en 1941.

Novela ensayística. Si hay una característica propia del estilo del escritor madrileño ésta es la reflexión, las digresiones, los 'excursos' en palabras del propio autor, con que describe de manera demorada las acciones y comportamientos de los personajes.  Esas reflexiones acercan mucho sus novelas a los artículos que tanta fama y seguidores le han procurado. Muchas opiniones que vierte en la novela son idénticas a otras presentes en sus colaboraciones periodísticas: la pérdida de educación en las generaciones más jóvenes,  la rapidez y vivencia poco real de la sociedad actual ("lo que acaba de suceder pero ya no sucede no interesa, la atención de las gentes se va tras lo siguiente, cualquier cosa que esté a punto de acontecer o acontezca, que todavía encierre una incógnita o no haya ofrecido un desenlace, en el fondo se desea vivir vicariamente en la inestabilidad perpetua y bajo amenaza constante"), el manipulador e hipócrita lenguaje de los políticos populistas ("El pueblo siempre sale inocente. El pueblo, que a menudo es vil y cobarde e insensato, nunca se atreven los políticos a criticarlo, nunca lo riñen ni le afean su conducta, sino que invariablemente lo ensalzan, cuando poco suele tener de ensalzable,  el de ningún sitio. Es sólo que se ha erigido en intocable y hace las veces de los antiguos monarcas despóticos y absolutistas"); la inexorable sustitución generacional y vital ("Los países los usurpan quiénes van naciendo sin querer, a nosotros nos usurpan los adultos o los viejos en que nos convertimos sin querer".)

Fuerte culturalismo visible en: el vocabulario utilizado: ('alacridad' [alegría excesiva y desmesurada], 'bizquera', 'acostumbramiento', 'alteridad', etc.); las disquisiciones filológicas ("ahora sonó como un inglés poco educado, de esos que tienden a aproximar a la o casi todas las vocales y en vez de 'laik' o 'maind' para 'like' o 'mind', pronuncian algo semejante a 'loik' y 'moind', por poner un par de ejemplos"); las referencias literarias como ya he dicho antes pero también
cinematográficas (como la que hace al secundario Walter Brennan que participó en filmes como "Río Bravo" o "Pasión de los fuertes") y musicales ("Entonces aún sonaban los ecos de aquel supervisor musical, Crosby, Still, Nash & Young"); la autorreferencialidad como la que se percibe en el intertexto que alude a un título del propio novelista, "Negra espalda del tiempo" ("Ese podía haber sido el destino de Tomás, hundirse en la niebla de lo sucedido y no sucedido, en la negra espalda del tiempo").

Motivos temáticos habituales:  el tiempo, la memoria, el azar, la identidad, el sexo, el engaño, la maldad, el engañoso bien superior, las generaciones, la individualidad y la difícil penetrabilidad en la alteridad ("lo del otro pertenece siempre a ese terreno de la imaginación. Uno nunca sabe a ciencia cierta, ni siquiera sabe si las declaraciones más encendidas son verdad o interpretación o convención"), la dualidad lingüístico-cultural...

Cierto biografismo. Javier Marias como, por otra parte, cualquier novelista echa mano de su propia biografía para componer  sus relatos. En "Berta Isla" hay elementos de su propia experiencia vital; de ellos dos al menos han sido reconocibles para mí: los años de formación adolescente en el colegio Estudio de Madrid, y el profundo conocimiento del ambiente universitario oxonense al haber impartido el profesor Marías dos años -1983 y 1985- clases de Literatura Española y Teoría de la Traducción en la Universidad de Oxford. Es evidente que muchos otros existirán si bien no son de dominio público.

Para finalizar
Esta novela es Javier Marías en estado puro. Quiero decir con esto que aunque no hubiera figurado en la cubierta del libro el nombre de su autor difícil sería para cualquiera no descubrir su autoría pues los temas, ya señalados antes, y el estilo (memorialístico, reflexivo, incluso proverbial, con un dominio lingüístico como pocos escritores tienen, de profundidad filológica me atrevería a decir tanto del castellano cuanto de la lengua inglesa, -las dos que maneja el protagonista masculino igual que le sucede al propio escritor-...) apuntan inequívocamente a él. Y todo ello envuelto en literatura que, como Marías nos tiene habituados, rezuma por toda su obra; en esta ocasión es T. S. Eliot el poeta irlandés quien predomina sobre otras alusiones más habituales en él: Shakespeare, Dumas, Dickens, Balzac.... Eliot, y en especial su poemario "Little Gidding", es el autor elegido por Javier Marías para construir sobre su Poesía la narración de un hombre engañado, quebrado, elegido por otros sin él saberlo, para no sé qué asuntos de entidad superior en los que se está sin estar, se realizan sin haberlos protagonizado, se existe en ellos sin que quede constancia alguna de nuestra existencia.