Primera novela de la autora londinense nacida en 1938 como Juliet Marion Hulme, nombre que se cambió tras cumplir una sentencia de cinco años de reclusión por asesinato.
Anne Perry es hasta la fecha autora de más de 70 novelas y varios relatos. De entre sus novelas destacan dos series: una que tiene como protagonista al detective de policía William Monk, y otra cuyo personaje principal es un inspector de policía de la Inglaterra victoriana llamado Pitt. "Los crímenes de Cater Street" es la primera novela de la escritora y la que inaugura la serie del inspector Pitt que ya va por la entrega número 30. La otra serie, la del detective de policía William Monk, la inició en 1990 y por ahora ha publicado 23 entregas de la misma.
Sinopsis (de la propia editorial)
Thomas Pitt es un discreto policía lodinense destinado a desentrañar, en plena época victoriana, los horrendos crímenes engendrados por una sociedad reprimida e hipócrita. En esta ocasión un barrio de clase acomodada se ve sacudido por un sanguinario asesino. Las víctimas son siempre mujeres jóvenes y aparecen brutalmente estranguladas. En su investigación, Pitt encuentra el apoyo de Charlotte Ellison, una encantadora muchacha disconforme con las rígidas actitudes de su clase social.
Mis impresiones
Las primeras cuarenta o cincuenta páginas del relato me han recordado muchísimo las novelas de Jane Austen, especialmente cuando describe el ambiente de la casa de la familia Ellison formada por el Sr. Edward y su mujer Caroline que cuentan con tres hijas: Sarah, Charlotte y Emily. De las tres sólo la mayor, Sarah, se ha casado; las otras dos, aún no. Ambas, Charlotte y Emily, viven enfocadas esencialmente a cazar un buen partido. La más pequeña, Emily, es una chica pragmática y ha echado el ojo a lord George Ashworth, joven bien parecido, rico y divertido; la otra, Charlotte, es de carácter más independiente, una auténtica feminista avant la lèttre, y desdeña este papel secundario al que la machista sociedad victoriana tiene relegadas a las mujeres. Por si este carácter no le supusiera ya un problema, además Charlotte está enamorada -si bien, en secreto- de su cuñado Dominic Corde, el marido de su hermana Sarah.
En la casa de los Ellison existe un arriba y abajo muy claro: los de arriba apenas si saben algo de los de abajo, el personal de servicio comandado por el mayordomo Maddock y la cocinera Dunphy, del que forman parte Lily, Millie y alguna que otra criada más.Este tranquilo panorama social se va a ver perturbado por una serie de crímenes que se están produciendo en el barrio donde ellos viven: la avenida de Cater Street. A la resolución de estos crímenes se dedica el inspector Pitt ayudado en cierto modo en sus pesquisas por Charlotte, la hermana díscola que representa en el relato el papel de mujer que asume ya un cambio de época y estilo.
En la novela aparecen todos los ingredientes de esa sociedad victoriana: el vicario triste que habla siempre de la muerte y de la condenación eterna; los dandys metidos en sus fiestas y desenfrenos; los respetables señores que cumplen con la esposa pero que sistemáticamente tienen amantes fijas o dan de comer a no pocos prostíbulos; los policías de Scottland Yard que conocen el mundo de los señores y el de la pobreza de donde procede la mayoría de los agentes; el personal de servicio de las casas acomodadas como el de la familia Ellison, que se pueden dar con un canto en los dientes por la seguridad que representa para ellos tener comida y alojamiento asegurados si bien, en especial, las jóvenes criadas, deban soportar -a veces con total aceptación- los requiebros y contactos sexuales con los señores del respetable domicilio familiar.
E indudablemente (por eso pongo punto y aparte) están las mujeres, un mundo en sí mismo que vive ajeno a las libertades masculinas, aunque las conoce y admite con muda aquiescencia. Son dos varas de medir sociales: permitido todo a los varones, criticado y censurado todo a las mujeres. Aparte del thriller consistente en la búsqueda del autor de estos crímenes, el asunto más destacable del relato es el de la hipocresía e injusticia social que supone el lugar que los hombres han asignado a las mujeres en este mundo: ser simplemente dulces compañeras y madres que admiten todos los devaneos de sus parejas. Y no sólo los admiten sino que en cierto sentido los entienden pues "los hombres tienen necesidades que una mujer no puede llegar a comprender". Sin embargo si una de ellas incurre en algo semejante a las acciones habituales de un hombre el descrédito, el deshonor, la crítica inmisericorde, la muerte social caerá sobre ella. Injusto, sí, muy injusto.
"Todo el mundo sabe lo que hacen los demás, lo que importa es que no te vean. Que te descubran resulta inaceptablemente vulgar. Uno queda en ridículo. Un divorcio no tiene demasiada trascendencia en cuanto al hombre se refiere, pero a la mujer la arruina totalmente. Después de todo, una cosa es divertirse un poco y otra cosa convertirse en el hazmerreír porque tu mujer prefiere estar con otro hombre" (pág. 206)
Lo mejor
Es una novela muy entretenida semejante a las escritas por Agatha Christie. Quiero decir con esto que la autora hábilmente insinúa al lector quién puede ser el sospechoso, mantiene el suspense sobre él, y luego inopinadamente, con agradable sorpresa para quien lee, lo descarta y dirige la sospecha sobre otro de los actuantes en el relato.
La novela, un thriller en toda regla, toca tangencialmente varios géneros narrativos lo que en mi opinión contribuye a aumentar el gusto por su lectura. Así se acerca a la novela gótica en las descripciones terroríficas que en algún momento hace el inspector Pitt:
"-Es fácil juzgar, señor Corde, cuando se es hijo de un caballero y se tiene ropa con que vestirse y comida con que alimentarse cada día. El padre de William era resurrecionista...
-¿Un religioso? -Dominic se quedó perplejo.
Pitt sonrió con tristeza.
-No, señor Corde, se ganaba la vida robando cadáveres para las academias de medicina, cuando la ley prohibía las prácticas, antes de los años treinta...
-¡Válgame Dios!
-Bueno, lo cierto es que había muchos cadáveres abandonados en los barrios bajos de aquellos tiempos. Era un crimen, por supuesto, y hacía falta mucha habilidad y sangre fría para llevarlos desde allí hasta los lugares que indicaban los compradores. En ciertas ocasiones los vestían y los colocaban para que pareciesen pasajeros de un caruaje.
-¡Cállese!" [...] (pág. 213)
y a la novela romántica o del corazón tipo Jane Austen como al principio de esta reseña ya he dicho:
"Charlotte fue hasta la puerta y se volvió antes de salir.
Dominic la miraba sin comprender. A Charlotte le dolía el alma. Quería abrazarlo, consolarlo y borrar el miedo que lo embargaba, pero el amor que sentía por él había cambiado. Ya no se trataba de una pasión romántica e irrefrenable. Se sentía mayor que él y más fuerte" (pág. 251)
Lo peor
No me ha gustado nada que en una edición, por barata que ésta sea -la que he leído se incluye con el número 3 en la colección 'Novela Thriller' que el diario El País está sacando durante este verano-, se incurra en errores, subsanables a nada que se ponga un poco de atención durante el proceso editorial. Son sobre todo errores de tipo ortográfico: "alagada" (sic, en pág. 136), confusiones entre "porque" conjunción y "por que" preposición + pronombre relativo (en pág. 228), entre "sino" conjunción adversativa y "si no" conjunción condicional más adverbio de negación, concordancia de número errónea en "habrían problemas" (pág. 150); también de tipo sintáctico: imperdonable laísmo en "La dio pena dejarles marchar" (pág. 299); o simplemente de escritura o traducción: "No le gustaba nada aquel hombre, y del cual pensaba que estaba jugando con Emily" (pág. 235); etc.
La serie de Charlotte y Thomas Pitt está formada hasta ahora por los siguientes títulos (tomo el listado y la imagen que antecede del blog de Sonia López "Generación papel" que desde aquí os invito a visitar)
1. The Cater Street Hangman – Los crímenes de Cater Street (1979)
2. Callander Square – Los cadáveres de Callander Square (1980)
3. Paragon Walk – La secta de Paragon Walk (1981)
4. Resurrection Row – El callejón de los resucitados (1981)
5. Rutland Place – Los robos de Rutland Place (1983)
6. Bluegate Fields – El ahogado del Támesis (1984)
7. Death in the Devil’s Acre – Venganza en Devil’s Acre (1985)
8. Cardington Crescent – Envenenado en Cardington Crescent (1987)
9. Silence in Hanover Close – Silencio en Hanover Close (1988)
10. Bethlehem Road – Los asesinatos de Bethlehem Road (1990)
11. Highgate Rise – Incendios en Highgate Rise (1991)
12. Belgrave Square – Chantaje en Belgrave Square (1992)
13. Farrier’s Lane – El caso de Farrier’s Lane (1993)
14. The Hyde Park Headsman – El degollador de Hyde Park (1994)
15. Traitors Gate – El cadáver de Traitors Gate (1995)
16. Pentecost Alley – La prostituta de Pentecost Alley (1996)
17. Ashworth Hall – La conspiración de Ashworth Hall (1997)
18. Brunswick Gardens – El misterio de Brunswick Gardens (1998)
19. Bedford Square – La amenaza de Bedford Square (1999)
20. Half Moon Street – Los escándalos de Half Moon Street (2000)
21. The Whitechapel Conspiracy – El complot de Whitechapel (2001)
22. Southampton Row – La médium de Southampton Row (2002)
23. Seven Dials – Los secretos de Connaught Square (2003)
24. Long Spoon Lane – Los anarquistas de Long Spoon Lane (2005)
25. Buckingham Palace Gardens – Un crimen en Buckingham Palace (2008)
26. Betrayal at Lisson Grove – Traición en Lisson Grove (2011)
27. Dorchester Terrace – Conjura en Dorchester Terrace (2012)
28. Midnight at Marble Arch – Medianoche en Marble Arch (2012)
29. Death on Blackheath – Muerte en Blackheath (2014)
30. The Angel Court Affair – Un misterio en Toledo (2015)
31. Treachery at Lancaster Gate (2016)
32. Murder on the Serpentine (2016)
Datos del libro
Nº de páginas: 328 págs.
Encuadernación: Tapa blanda bolsillo
Editorial: DEBOLSILLO
Lengua: CASTELLANO
ISBN: 9788497595872
Precio:
En papel: 9'90€
Ebook: 1'99€
Nº de páginas: 328 págs.
Encuadernación: Tapa blanda bolsillo
Editorial: DEBOLSILLO
Lengua: CASTELLANO
ISBN: 9788497595872
Precio:
En papel: 9'90€
Ebook: 1'99€