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30 jul 2022

Stefan Zweig: Una boda en Lyon

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«Con ello había terminado la ceremonia. Los recién casados besaron la mano al sacerdote, y cada uno de los condenados se acercó a transmitirles palabras de afecto. Nadie pensó en aquel instante en la muerte, y los que la sentían muy cerca tampoco experimentaron miedo»

Stefan Zweig, cuentos
Varios libros de Stefan Zweig llevo leídos y más de una versión cinematográfica de algunas de sus novelas, biografías o ensayos he visto con sumo gusto. Entre estas últimas -me refiero a las películas- se encuentran Novela de ajedrez dirigida por Philipp Stölzl y estrenada en España en febrero de este año 2022; también su biografía "María Antonieta" que fue la base para el guion de la película de mismo título dirigida por Sofia Coppola en 2006; y que recuerde ahora su magnífica autobiografía "El mundo de ayer" junto a "Brasil: Un país de futuro" son los libros en los que la directora Maria Schrader se basó para el biopic que sobre el escritor dirigió en 2016 titulado Stefan Zweig; Adiós a Europa.

Stefan Zweig (Viena, 1881 - Petrópolis, 1942) es autor prolífico. En su variada producción las biografías ocupan un lugar relevante. Muchas de las figuras históricas biografiadas son de la órbita francesa y dentro de Francia, la época de la Revolución le llama profundamente. Así se observa en títulos como "Fouché" o "María Antonieta" de la época revolucionaria; y fuera de este período "Verlaine", "Montaigne" o "Balzac" entre otras. Es, pues, evidente que Zweig poseía una amplia información sobre Francia en general y la Revolución Francesa en particular, Mucha de esta información la utilizará en algunos de sus relatos puramente de ficción, algo que es evidente en el que da título a esta pequeña colección de relatos, Una boda en Lyon.

Como digo el libro lleva el título del primero de los cuatro relatos que lo forman. Los otros tres son: La caminata, Un ser humano inolvidable y Dos solitarios. Los cuatro entran en mi opinión dentro de la categoría de cuentos en el sentido más tradicional dado a los mismos, esto es, el de mostrar moralidad o procurar una enseñanza a quienes lo leen. Dentro de estos mensajes moralizantes uno esencial es el tradicional del triunfo del amor gracias al cual se puede plantar cara frente a cualquier cosa, incluso la muerte. Ese es el asunto que se toca en el que da título al volumen, sin duda alguna el mejor de los cuatro.

Estamos en plena época de terror jacobino. Lyon ha sido una ciudad realista que ha resistido como ninguna otra el asedio de los republicanos. Tras ser vencida se decreta su destrucción. «Lyon se opuso a la libertad. Lyon ya no existe» fue la consigna salida de la Asamblea francesa firmada por Couthon, Comisario del Pueblo. Algunos hermosos edificios son destruidos y muchos de quienes participaron del lado de los realistas son condenados a morir bajo la guillotina, El terror instaurado por Robespierre está en plena efervescencia. Fouché será el comisario del Pueblo que hará que los dictados de la Asamblea sobre Lyon sean ejecutados.

Stefan Zweig, Biografías de Stefan Zweig
Es en el contexto anterior que una joven junto a otros diecisiete condenados a muerte es encerrada en los sótanos del ayuntamiento lionés donde aguardan la misma suerte 64 seres humanos más. Pese a la gran oscuridad que allí existe la muchacha reconoce entre los cautivos a su prometido Robert, a quien creía muerto desde hacía ya tiempo. Al reencontrarse, la emoción en ambos es inmensa. Una emoción que contagia al resto de compañeros de cautiverio que a la mañana siguiente van a ver rodar sus cabezas. Pero hoy aún no es mañana, y esa misma tarde alguien se identifica como sacerdote ofreciéndose a casar a los dos enamorados que por culpa de la Revolución habían visto su enlace suspendido; ellos aceptan y el resto de compañeros de fatigas deciden regalarles una noche de intimidad en un lugar más o menos aislado dentro del infernal sótano municipal. Este regalo representa para todos un hermoso y momentáneo acto de consuelo dentro de lo terrible de la situación. El amor, como acabo de leer hace nada en Xita Rubert, sirve para hacer olvidar lo importante: «Todo lo verdadero –la desprotección, el tiempo, la muerte– desaparecía al contacto con pieles ajenas.» -dice en Mis días con los Kopp la jovencísima autora española

Stefan Zweig escribió Una boda en Lyon en 1927. Con la denuncia de la persecución política y religiosa presente en esta narración parece prever la que unos cuantos años después padecería Europa y él mismo en sus propias carnes por su condición de judío y disidente de la deriva fascista en la que Alemania y Austria estaban embarcándose.

Como es habitual en el autor austriaco el componente religioso aflora en no pocos de sus escritos. No hay que olvidar que Zweig era judío y que le tocó vivir en la Europa que Hitler decidió limpiar de judíos, comunistas y masones. El cuento La caminata vuelve los ojos al campo religioso mostrando la marcha que un hombre realiza hacia Jerusalén para conocer al Mesías. Aunque en apariencia estaríamos ante un simple relato ubicado en el período final de la vida de Cristo este cuento tiene más enjundia de lo que parece, pues con el deseo de escuchar al Salvador se entrecruzan otras pasiones que interferirán con la primera. Interesante enseñanza, desde luego.

 Los otros dos cuentos me han parecido mucho más populares, incluso me atrevería a decir que más infantiles. En Dos solitarios el amor y la necesidad vienen a unir a dos seres despreciados por el resto dadas sus deformidades o defectos físicos. Trabajan en la misma fábrica: ella es «la birriosa Jula» y él es cojitranco motivo por el que no puede caminar junto a los demás; el encuentro entre ambos les servirá a los dos de cauterio. La enseñanza es semejante a la del cuento de los altramuces: siempre hay alguien peor que tú y siempre los débiles pueden sobrevivir uniendo sus fuerzas.

En Un ser humano inolvidable Antón es una persona para quien los bienes materiales no tienen valor alguno; es un ser humano en quien predominan la bondad y el desprendimiento hacia los demás. Este cuento, no sé exactamente por qué me ha recordado un poquito a "Méndel, el de los libros" de él mismo en el sentido de que tanto Anton como Jakob son seres únicos e irrepetibles por lo infrecuentes; llegaría a decir que por sus cualidades personales casi casi son seres rayanos en la pura fantasía. 

Una boda en Lyon
La prosa de Stefan Zweig es siempre de una belleza suma, lo que incita a leerle una y otra vez. Al tratarse de obras traducidas, que lleva editando últimamente la editorial Acantilado con la inmensa calidad de la que hace gala, reproduciré las palabras que hace tres años utilicé en la reseña que hice de otro libro suyo, "Ardiente  secreto"
«Contribuye a la inmensa satisfacción que me ha procurado esta lectura la traducción que presenta Acantilado debida a la mano de Berta Vías Mahou, novelista y ensayista además de traductora del alemán. Su don para la escritura que le ha merecido ya varios premios y el manejo del idioma que tiene esta madrileña nacida en 1961 hace que la lectura de la prosa de Stefan Zweig sea un auténtico placer.»
 

Otras obras de Stefan Zweig reseñadas en este blog


Nota:
Este libro lo he leído eligiéndolo de entre los tres que mi amiga bloguera Laky del blog Libros que hay que leer recomendó en su participación del Reto "Serendipia recomienda 2022". Al tiempo que es una de mis tres lecturas dentro de ese Reto también Stefan Zweig me ayuda a ir completando otros dos retos en los que participo durante este 2022: "Autores de la A a la Z" y la VIª edición del Reto "Nos gustan los clásicos".

26 jul 2022

"Mis días con los Kopp". Primera novela de Xita Rubert

10 comentarios:

«Ignoro, todavía hoy, la manera de mantenerme inmóvil, puramente atenta, ante el sinsentido impuesto por otro. Tengo que hacer algo, o descifrarlo o destruirlo, o reinventarlo o correr. Descifrarlo lleva tiempo y es el deber de las observatrices»

Xita Rubert, Mis días con los Kopp

Hace unas dos o tres semanas en la revista cultural La Lectura se preguntaba a escritores y a personas muy relacionadas con el mundo de la literatura sobre las lecturas que pensaban realizar durante sus días de vacaciones. Tras una rápida ojeada por los nombres que conocía se me quedó en la memoria que el veterano Fernando Savater y la joven Gabriela Ybarra hablasen de que iban a leer la primera  novela de una jovencísima autora catalana, Xita Rubert. El título del libro que estos dos donostiarras iban a leer, Mis días con los Kopp, me sonó a novela tipo Los Cazalet de la británica Elizabeth Jane Howard, cuyas dos primeras entregas de la pentalogía leí con agrado hace unos años [están reseñadas aquí]. Esto, unido al afecto literario que tengo a Savater y el aprecio que siento por Gabriela Ybarra cuya novela "El comensal" [pinchar en el título para leer mi reseña] recientemente convertida en película leí con mucho gusto hace ya más de seis años, me impulsaron a buscar este libro, que he leído con agrado y sorpresa al mismo tiempo. 
  
Sinopsis (proporcionada por la editorial Anagrama)
Al final de su adolescencia, Virginia viaja con su padre al norte para reunirse con los Kopp. Cuando el encuentro con sus amigos ingleses augura unas apacibles vacaciones, la aparición estelar de un invitado inesperado truncará todos sus planes: Bertrand es escultor y performer, con toda probabilidad padece algún trastorno mental, y está obsesionado con la idea de que «las esculturas son efímeras». Visionario y demente, envuelto en un aura de carisma y de peligro, Bertrand siembra el desconcierto en la vida de Virginia, que se acabará dejando arrastrar hacia un territorio ambiguo, inexplorado. Mis días con los Kopp es una sugestiva novela de iniciación del siglo XXI que afronta la enfermedad y el fingimiento social, y que nos anuncia la llegada de una nueva narradora con una voz poderosa y llena de matices

Mi opinión
Mis días con los Kopp es la primera incursión en la literatura de la joven escritora barcelonesa Xita Rubert. Debuta con esta novela cuya lectura me ha resultado distinta, diferente. La autora reflexiona sobre el mundo de las apariencias, de la mentira, de la inmensa doblez que practica la clase alta de la sociedad. La hipocresía, la impostura, la necesidad de resultar simpático, rompedor, siempre artistas, siempre creativos, jamás vulgares... Toda esta manera de comportarse y más es analizado desde la mirada de una adolescente que está ingresando en la edad adulta. Para bien integrarse en esta nueva etapa vital ella deberá aprender las pautas de comportamiento social que incluyen todas las actuaciones antes señaladas. ¿No lo hace así? Será un producto equivocado, un ser que no está llamado a formar parte de esta clase.

Es una novela algo extraña, sorprendente por lo dicho antes y también por la novedosa manera de presentar el relato. El ritmo, los diálogos, las acotaciones, las aposiciones, las aclaraciones, los paréntesis... están introducidos de manera insólita o al menos no acostumbrada. Es una novela que exige atención en el lector quien en ocasiones se sorprende al ver cómo la primera persona narrativa cede su voz a la segunda en un intento, quizás, de integrar al destinatario del escrito en la propia ficción de la que paradójicamente forma parte:
«Pero ella iba en bata: no sé por qué me intimidaba tanto Sonya.
Sonya, que en realidad no decías palabra, no emitías ningún juicio, solo apretabas la mandíbula contra tu voluntad y de vez en cuando posabas los ojos en alguna parte de mi cuerpo.
»
Hay tensión sexual en el personaje de Virginia que siente en su interior pulsiones procedentes tanto de hombres como de mujeres. Así al igual que la figura de Sonia, madre de Bertrand, la perturba en ocasiones, la del propio y extraño Bert pero sobre todo la del chico camarero que la busca por el hotel son para ella claramente objetos de deseo cuyas señales aún, en su salida de la pubertad, no sabe a ciencia cierta identificar.

Es una novela de iniciación y más todavía una novela de descubrimiento de lo que es la vida en sí. Este descubrimiento es total cuando la propia doblez e hipocresía en que socialmente se  mueven los personajes llega incluso a topar de frente con el momento de la enfermedad. Ese momento ocurre a los  otros en la historia narrada del fin de semana y sucederá al entorno más próximo de la la propia narradora bastantes años después de que ella junto a Juan, su padre, acudieran a esa ciudad del norte de España donde a Andrew le iban a entregar un premio. Allí durante esos días la narradora descubrió lo que era la vida social y después, mucho después durante la enfermedad paterna, se dio cuenta de que la manera social de comportarse de Sonia y Andrew con su hijo era similar a como nos comportamos ante la enfermedad:
«Reinventar, reconvertir la enfermedad en otra cosa es el único modo de lidiar con ella: con el colapso de la vida y la identidad que supone. Lo sé de primera mano, porque nadie quiso mirarlo a él, a mi padre, mi amigo, mi amor, una vez que enfermó.»
Me ha sorprendido con agrado la manera directa y sin aspavientos como Xita Rubert presenta el deseo femenino. En la adolescente Virginia, ya lo he dicho y es algo muy normal, compiten la atracción femenina y la masculina, si bien parece que son los hombres quienes más la atraen:
«Los abrazos de esos hombres, sus manos apretando las mías, eran siempre mi objetivo. Todo lo verdadero –la desprotección, el tiempo, la muerte– desaparecía al contacto con pieles ajenas.»
novelistas jóvenes actuales, Mis dias con los Kopp
Es patente esta necesidad del erotismo, del contacto con la piel de otro, para poder sobrellevar la existencia, o sea, lo verdadero de la existencia que se resume en «la desprotección, el tiempo, la muerte». Sí, parece que pese a su juventud (Xita Rubert nace en Barcelona en 1996), esta joven mujer transita por la verdad sin remilgos, es decir, el realismo es una de sus señas de identidad aunque en este tránsito deje arrumbados por ahí los sucedáneos de la vida feliz.

De otro lado he percibido en esta novela -puedo estar completamente equivocado, lo reconozco- una identificación grande, profunda, entre autora y el personaje protagonista de Virginia, quien reflexiona metaliterariamente sobre el procedimiento narrativo empleado, sobre la necesidad de abrir o no un nuevo capitulo. Y lo hace dirigiéndose a un lector no identificado, a un lector confuso que puede ser hombre pero que normalmente es mujer y que leyendo el relato se tiende a identificar con este o aquel personaje.

Algunas citas referidas a este componente metaliterario y a lo que en definitiva para la escritora es la Literatura servirán para entender esta faceta:
  • «Cuando recuerdo aquellos días, debo esforzarme por hacer conexiones que entonces no hice, por imaginar las visiones que no alcancé entonces. Es esto lo que me impone reticencia al escribir: cuando lo haga, habré perdido algo.»
  • «En parte escribir es capitular, enfrentarse al fracaso, mirarlo con amor, acogerlo y acariciarlo como si fuese la inofensiva victoria que no es, como si fuese el conejo y no el lobo.»
  • «En aquel edificio, como en mi propio cuerpo, cada estancia estaba disociada de la anterior, incomunicada. Y no me pertenecían, mis estancias. Pertenecían a los deseos de otro, los del arquitecto y constructor, que decidía confundirme, cegarme para ser su marioneta, su actriz. Por eso no puedo escribir lo cierto: porque en parte soy la voz, los apetitos, las órdenes de él.
    Y por eso, de vez en cuando, abro capítulo. Aunque deteste escribir de más, alargar la extensión de lo contado.
    » 

Conclusión
Retorno ahora a los autores que me han impulsado a leer este libro, a Gabriela Ybarra y a Fernando Savater. Comprendo su interés por esta joven escritora, por el producto fresco y nuevo que Xita Rubert ha ejecutado. No es fácil hacerlo y desde luego es ejercicio muy arriesgado. Creo que con Mis días con los Kopp esta barcelonesa criada a caballo entre Cataluña y Galicia da muestras de una gran personalidad rompedora. Pero, aviso, no es una novela de esas que atrapan desde la primera línea y que no se pueden soltar hasta la página final. No, para nada, Mis días con los Kopp exige atención y no caer en el desánimo a las primeras de cambio pues, superado algún instante de posible desaliento, la recompensa estética y literaria es grande, os lo aseguro. 

20 jul 2022

La edad de oro. Principal novela de Wang Xiaobo

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«Chen Qingyang me confesó que cada vez que hacíamos el amor era una tortura para ella. Deseaba gritar, abrazarme y besarme desenfrenadamente, pero se negaba a dejarse arrastrar por aquel sentimiento. Había decidido que nunca amaría a nadie.»

La mujer en China, Sexo en China, China hoy
Escapo de los calores -me escondo, más bien-  recluido en casa con lecturas variadas a mi alcance. Una de ellas ha sido ésta que recomendaba a principios de año mi amigo Francisco en su blog "Un lector indiscreto". Así que desde aquí agradezco a Francisco su recomendación.

He disfrutado mucho leyendo las confesiones que el protagonista de la novela debe de hacer a sus reeducadores culturales durante el tiempo que pasó en una brigada de trabajo en una provincia fronteriza china. Sucedió en la llamada Revolución Cultural que asoló China durante los diez últimos años que estuvo bajo la implacable férula del caudillo Mao Zedong. Son confesiones referidas a las actividades sexuales desarrolladas por él, Wang Er , con Chen Quingyang, médico de la Granja de Reeducación en la que como tantos otros universitarios ambos habían sido confinados dentro de las campañas de reeducación establecidas en el país a lo largo de los años 1966 a 1976. 

Si nos atenemos a lo que el narrador protagonista cuenta, tanto él como la médico con la que intimó coincidieron un tiempo en la Granja de trabajo a la que fueron conducidos a fin de convertirlos en "juventud educada" en los valores marxistas; valores que en opinión de los dirigentes del momento los jóvenes chinos estaban perdiendo. El propio autor, Wang Xiaobo, sufrió en carne propia esta política durante los años 1968 a 1970 siendo enviado a Yunnan Farm, el mismo centro donde suceden los hechos de la historia que se relata. Tenía en ese momento Xiaobo 16 años  y estaba a punto de ingresar en  la Universidad. Es precisamente la experiencia vivida durante estos dos años de estancia en el centro de reeducación la que le sirve de inspiración para "La edad de oro". Pero, insiste el autor, la historia que cuenta en La edad de oro no es la de su experiencia autobiográfica.

El reencuentro casual del narrador con Chen Quingyang «en la feria de Año Nuevo del parque Longtanhu de Pekín», veinte años después de los meses durante los que estuvieron relacionados, es el detonante para que Wang Er, relate en primera persona la experiencia vivida. Wang Er sufría de fuertes dolores lumbares debido a que había sido enviado por su jefe de brigada a plantar arroz, actividad que le exigía estar constantemente con el espinazo doblado en una posición muy forzada para su estatura de 1'90 metros. Por este motivo visitó a la médico de la Brigada 15, o sea a Chen Quingyang. Más tarde ella lo visitaría a él en su brigada, la número 14. Lo que comenzó siendo sólo una relación profesional y de mera amistad derivó casi sin darse ellos cuenta en una relación sexual. Aunque hubo momentos en que los dos jóvenes escapaban de la Granja llegando a pasar varios meses fuera de ella, siempre decidían regresar para evitar represalias mayores que les imposibilitaran salir de la misma y retomar su vida de estudiantes.

Para lograr salir de estas Brigadas de trabajo, dice en un momento de la novela el narrador, «el Grupo de Seguridad Popular nos obligó a seguir escribiendo la confesión. Tuvimos mala suerte, pues justo en aquel momento se había iniciado en todo el país un nuevo movimiento político y alguien había decidido denunciarnos.» Se les acusará de haber salido del país y ser espías extranjeros. Como tal cosa se demostró enseguida ser falsa, los del Grupo de Seguridad les exigen que escriban una autoconfesión acusándose de algo, por ejemplo de haber mantenido relaciones sexuales, lo que por contra sí era verdad pese a que ellos en principio lo negasen.

El sexo en La edad de oro, dice en el epilogo a la misma Miguel Sala Montero, traductor de la novela «juega un papel protagonista. En palabras del autor: "No lo hice (incluir escenas de sexo) por polemizar o resultar intencionadamente vulgar, sino como una forma de recuperar la memoria de aquellos años. Todos saben que las décadas de los sesenta y los setenta en China fueron una época 'asexual'"». 

Es, pues, la mostración desinhibida del sexo una manera de criticar políticamente el sistema que durante cerca de 30 años dirigió China con puño de hierro. A la muerte de Mao Zedong en 1976 el país comenzaría un proceso de apertura socioeconómica que lo llevaría con el paso de los años a convertirse en una potencia mundial. Al tiempo que los ciudadanos prosperaban económicamente el Estado abrió algo la mano en el terreno cultural lo que literariamente hablando dio lugar a una serie de autores como Mo Yan [en este blog he reseñado sus novelas La vida y la muerte me están desgastando y Las baladas del ajo], Xinran Xue [en el blog reseñé hace poco Nacer mujer en China (Las voces silenciadas)] o Wang Xiaobo, quienes sin hacer mucho hierro cuestionan la política ejecutada y representada por la Banda de los Cuatro y critican muchos de los excesos a los que un equivocado celo ideológico condujo el inmenso país. Sólo he citado autores que he leído pero es evidente que en China fueron -lo son actualmente- muchas las voces que se levantaron contra los abusos del pasado. Pero no hay que engañarse: es mucha la represión y el control cultural que sufren actualmente los intelectuales en China.

Muy importante me ha parecido la libertad con la que la mujer se muestra en esta breve novela. Chen Quingyang al principio aparece muy preocupada por la opinión de golfa que sobre ella se tenía en la Granja:
«Para ser una golfa hay que acostarse con los hombres de otras y yo no me he acostado con nadie desde que mi marido entró en la cárcel hace ya más de un año; y antes tampoco. Por eso, no entiendo por qué todos me llaman golfa.» 
Ella tras mantener durante meses relaciones íntimas con Wang Er jamás sintió que estuviese cometiendo ninguna falta, ningún delito, pues el sexo para ella no tenía nada de malo. Se lo reconocerá al narrador en ese encuentro póstumo en Pekín veinte años después de los hechos acaecidos en la Granja de reeducación: 
«Aquella también fue su edad de oro. Aunque todos decían que era una golfa, Chen Qingyang nunca se sintió realmente culpable. Me reí. Según ella nos unía una gran amistad y lo que hacíamos no podía ser considerado pecado»
Escritores chinos actuales, literatura china postmaoísta

Sí, también para ella aquella fue su edad de oro, igual que lo fue para el narrador como él mismo lo declara en un momento de la novela. Y es que ser un joven de 21 años y poder tener sexo libremente consentido con una mujer joven de 23 es vivir un momento magnífico, quizás el mejor momento de la existencia. Y, claro, también así lo sintió ella aunque quizás por su educación, su condición femenina o lo que fuera reprimiese más su entrega que él . Sin embargo y contra todo pronóstico sería la confesión que ella escribió la que al fin y a la postre sirvió para que el comandante del campo decidiese ponerlos en libertad. ¿Qué confesó Chen Quingyang? ¿Por qué las múltiples confesiones escritas por Wang Er pese a ser escritor no sirvieron para lograr su libertad? Leyendo, leyendo, se alcanza a conocer el motivo; sólo os puedo decir que es un motivo muy hermoso, muy bello. Ya os enteraréis.

Nota:
La edad de oro de Wang Xiaobo es uno de los tres títulos que he elegido para cumplir el Reto Serendipia Recomienda 2022.

15 jul 2022

Juan Maíllo: "Una aventura maravillosa"

12 comentarios:

«Él comentaba sobre el Barça, el cante flamenco o sobre la Nova Trova Cubana que a Paula le quedaba tan lejos. Ella le contaba acerca de sus cantantes favoritos de Maka, Denon o Beret que a él le quedaban también distantes. De que iba al bar El Trastero o a los pubs de la calle Pablo Rada algunos fines de semana con sus amigos o bien al parque Alonso Sánchez, lugar de encuentro del llamado botellón.»

De lo que va Una aventura maravillosa, la última novela de Juan Maíllo, nos da cuenta la propia editorial Onuba que sacó la novela en mayo de 2022: 

Al Mata, un pintor cincuentenario, desempleado y exsindicalista, que vive en una zona deprimida de Huelva y cuya mujer padece un ictus, la vida va a cambiarle: lo han contratado como pintor en un edificio de obra nueva. Allí va a conocer a Paula, una veinteañera que trabaja de administrativa en la caseta de Información y Ventas. Entre ambos habrá una amistad y luego una relación. El Mata tendrá que decidirse entre su pareja y la joven. Allí conocerá también a Lucky, un muchacho negro y pintor igualmente, que por fortuna abandonó el semáforo del que malvivía.


Una aventura maravillosa, editorial Onuba
Huelva, Andalucía, España. Año 2019, año electoral. La alargada sombra de la ultraderecha se cierne sobre el resultado de los futuros comicios. La ciudadanía sigue con su vida habitual aunque ahora parece fijarse más que antes en las pintadas callejeras de contenido político. Pero la política no es más que el marco anecdótico temporal en que se desarrolla la aventura maravillosa que vive el Mata, un pintor que sobrevive a base de trabajos precarios, la ayuda gubernamental para mayores de 52 años y lo que Rosa, su mujer, que no hace mucho sufrió un ictus, consigue llevar a casa yendo a levantar, lavar y vestir a Antonio, un vecino impedido.

En definitiva, estamos inmersos en la propia cotidianidad, o sea, en la vida. A esta cotidianidad hay que añadir la que diariamente vive Ricardo, o sea el Mata, consistente en fumarse sus porros, beberse sus tercios de Cruz Campo y ver por televisión los partidos de Liga y Champions del Barça, el equipo de sus amores. Ahí se resume todo el aliciente vital de este hombre. Desde el punto de vista afectivo a Rosa la quiere con locura, pero desde el ictus hace tiempo que ya no tienen relaciones lo que le lleva a fantasear con cuantas mujeres atractivas se cruzan en su camino para, a lo más, autosatisfacerse sexualmente, algo que, naturalmente, no le llena en absoluto. Pero es lo que hay.
«Recordó el sueño que había tenido. Estaba en una casa desconocida, desprovista de muebles salvo por una cama sobre la que yacía. Sobre él estaba Cinta, la camarera del Libra, desnuda, con el pelo suelto y cayéndole en su cara, pero no era rubia sino castaña y estaba mucho más delgada, apenas tenía pechos y sus ojos no eran verdes sino marrones. Le tocaba sus nalgas y éstas cabían perfectamente en sus manos.» [...]
Todo va a cambiar al menos temporalmente para Ricardo, nombre de pila del Mata: consigue trabajo de lo suyo en un edificio en construcción, va a relacionarse con compañeros de oficio, en especial con Lucky, un negro con quien hará buenas migas. Pero lo que marcará un antes y un después en su vida es conocer a Paula, la chica de 24 años encargada de la caseta de ventas a la que debe entregar sus papeles y que le gestionará todo lo relativo a su inserción laboral. Comenzará a ver a Paula en los descansos de la mañana y así poco a poco se inicia en él una ilusión que creía desaparecida del todo. Ricardo, el Mata, el aficionado al Barça, el consumidor de tercios de cerveza y de porros a diario, ese muerto de hambre, va a relacionarse con una joven de otra extracción social que se ha encaprichado con él, que respeta que esté casado y que poco a poco irá descubriendo el mundo propio de Ricardo. Él le dice que piensa dejar a Rosa, pero ¿será capaz de dar ese salto?, ¿se lo merece Rosa?, ¿soportará Paula conocerle en su medio laboral más frecuente, o sea, en el paro?

De todo lo anterior va esta última novela de Juan Maíllo, lucentino afincado en Huelva donde imparte inglés en el IES Fuentepiña. La acción se desarrolla en la ciudad onubense. Por sus calles deambulan los personajes, en el Fuentepiña ha estudiado Victoria, hija de Ricardo, que ya les ha dado a él y a Rosa una nieta que es la alegría de la pareja; también Paula estudió en el Fuentepiña. La verdad es que a poco que se descuidase, piensa el Mata, Paula podría ser su hija; esto Ricardo lo sabe y es lo que provoca que constantemente oculte su relación ante los demás. 

Esta novela, cuya historia finaliza poco después de  la celebración de las  elecciones, es una incursión literaria en la realidad más cotidiana. Estamos en el mundo de la ciudad, con personajes que se mueven en la ciudad, con los problemas propios de esta vida urbana. Frente a la anterior novela de Maíllo que leí hace poco más de un año -"La montaña sonora"- desarrollada fundamentalmente en el P.N. de la sierra de Cazorla, Segura y Las Villas, en ésta el escritor deja la naturaleza fuera de su relato. Todo en la novela se mueve dentro de la artificiosidad propia de la ciudad. Sin embargo me ha parecido detectar elementos coincidentes en ambas narraciones: en las dos hay una aventura extramatrimonial, en las dos la rutina envuelve y da sentido a la vida de los personajes (concretamente en Una aventura maravillosa, Rosa y Ricardo no dejan de lado en ningún momento sus hábitos: visitar el cementerio para cambiar las flores de plástico de la tumba familiar cada 1º de noviembre, ir a votar a primera hora de la mañana, etc.), y en las dos... Bueno, no digo más porque quiero que como en "La montaña sonora" sea el propio lector quien descubra lo que sucederá.

Desde el punto de vista estilístico me gustaría destacar la manera como Juan Maíllo va dosificando la información. Qué le sucedió a Rosa, a qué se dedican los amigos con quienes Ricardo ve el fútbol (el Pepo, el Largo...), cómo logró Paula el trabajo en la caseta de ventas, etc., todo esto va surgiendo de manera natural, como sin querer. La novela está contada por un narrador externo en tercera persona. Constantemente se nos muestran en forma de apartes introspectivos los pensamientos y reacciones inmediatas del personaje protagonista ante estímulos externos y situaciones cotidianas. El escritor hace uso de las comillas angulares para reproducir estos pensamientos (Los chicos tendrían unos veinticinco o veintiséis años al igual que Lucky, «la edad de Victoria», se dijo). Existe un ritmo vivo en los diálogos entre los distintos personajes a lo largo de los 23 capítulos en que el novelista distribuye la historia. Es una narración muy verosímil, que nace de una situación muy creíble, que plantea una aventura que podría haber quedado en pura ilusión y que sin embargo en este relato, que avanza poco a poco a golpe de cotidianidad, se convierte paradójicamente en algo 'maravilloso', en una estrella fugaz con su momento de luz esplendorosa y mágica.

El contexto en que tiene lugar Una aventura maravillosa, ya lo he señalado al inicio, es el de la precariedad laboral, Andalucía, España, Elecciones, y el de las ilusiones -¿vanas?- de que el resultado electoral suponga un antes y un después en la situación que estos seres viven. Y como árnica para mitigar en parte este sufrimiento los elementos siguientes: el fútbol visto junto a los amigos en el bar, los dos porritos diarios, las cervezas Cruz Campo bebidas casi sin límite, y el amor a la persona con la que se lleva viviendo más de veinte años y a la que, en poquitas ocasiones, se ha engañado pero no se quiere abandonar ni por asomo. Esto es la vida que, como dice Charles Chaplin en la cita marco que preside la novela cualquiera de nosotros tiene «el poder de convertir esta vida en una aventura maravillosa»

Sobre Juan Maíllo en este blog
Autores andaluces autopublicados

No es, como ya he dicho poco más arriba, la primera reseña que hago en El blog de Juan Carlos de novelas escritas por el escritor lucentino. A la que hice el año pasado sobre "La montaña sonora", novela que me gustó mucho, hay que añadir la que en el ya lejano año 2018 hice sobre "Caronte", una novela de sustrato mítico muy distinta a estas dos últimas pero que os ánimo a que leáis pues Juan Maíllo se desenvuelve bien en cualquier género y espacio narrativo. [Pinchando sobre el título de las novelas citadas se puede acceder a las reseñas que en su día les dediqué.]

 

11 jul 2022

Quién sabe si mañana seguiremos aquí. Kim Young-Ha

14 comentarios:

«Al parecer, el alzhéimer viene a menudo acompañado de depresión senil, que es lo que suele acelerar la enfermedad. Según el médico, si la depresión se trata debidamente es posible retardar el alzhéimer o tener la impresión de estar mejor.»

Kim Young-Ha, Quien sabe si mañana seguiremos aquí


¿Quién es Kim Young-Ha?
Confieso que no conocía de nada a este escritor surcoreano de 53 años. He llegado hasta él gracias a las buenas reseñas que sobre esta novela le dedicaron Marian y Margari en sus respectivos blogs: MarianLEEmásLibros, el de Marian; y Mis lecturas y más cositas, el de Margari. Ambas declaraban el poder adictivo de la novela y la belleza que albergaba en sus páginas pese a la dureza del contenido. Estas palabras hicieron que tomase buena nota del título y en cuanto se me ha puesto a tiro, dada su poca extensión, lo he leído de una sentada.

Buscando información en la Red sobre el novelista me entero de que es autor de relatos, novelas y guiones cinematográficos. En España, creo, sólo se ha estrenado, dirigida por Won Shin-yun, la película Memorias de un asesino, adaptación a la gran pantalla de Quién sabe si mañana seguiremos aquí en la que el propio escritor colaboró. Kim Young-Ha es también responsable de guiones originales y de otras adaptaciones de novelas suyas a la pantalla que en España o no han llegado o han pasado desapercibidas. 

Por último me entero de que las librerías ofrecen, además de la novela que he leído, otras dos tituladas Tengo derecho a destruirme, y Black Power.



Quién sabe si mañana seguiremos aquí
Sinopsis (tomada de la contraportada del libro publicado por la editorial Planeta)
Hace veinticinco años que no mata a nadie. Hace tiempo que lo cambió todo por llevar una vida normal. Pero Unji, su hija, lleva días sin pasar por casa y los números del teléfono se desdibujan cuando intenta llamarla. ¿Cómo funcionaba esto exactamente? ¿Cuál era el número? De hecho ¿a quién quería llamar?
Para este asesino en serie retirado, la vejez no es el camino tranquilo que esperaba. Los primeros síntomas del alzhéimer se manifiestan al mismo tiempo que en su barrio comienzan a producirse una serie de crímenes. Alguien está secuestrando y matando a mujeres jóvenes, mujeres como su hija, ahora en paradero desconocido. Y, por si fuera poco, solo hace unos días que esta decidió presentarle a su prometido, un hombre con los ojos fríos como el hielo.
En Quién sabe si mañana seguiremos aquí, Kim Young-Ha narra la lucha solitaria de un hombre contra el olvido, una batalla contrarreloj que le enfrenta a las brumas de su memoria para encontrar pistas sobre la desaparición de su hija. Un combate sin aliados en el que ni siquiera se puede fiar de sí mismo.

Mi opinión
Kim Young-Ha, novela de suspense surcoreana
Esta novela corta de Kim Young-Ha me ha encantado. Pocas veces al acabar un libro puedes declarar tu plena satisfacción con lo que acabas de leer.  En esta ocasión así me ha sucedido. Las 160 páginas que ocupa la historia hacen del libro una auténtica joyita. 

Todo en esta novela me ha gustado. Destacaría por encima de todo su estructura en secuencias de distinta longitud, algunas brevísimas; es una estructura que se corresponde a la perfección con el tema que se presenta.
«En esto se ha convertido mi vida, en secuencias fraccionadas.»
 ¿Y cuál es ese tema? Pues no es otro que el alzhéimer declarado y en expansión dentro de la mente de un anciano, antiguo asesino en serie durante años, si bien ahora lleva al menos 25 sin cometer asesinato alguno. La verdad es que la mente de este hombre está llena de agujeros, de vacíos, de olvidos y de recuerdos confusos mezclados con elementos del presente en un revoltijo difícil de ordenar y desentrañar. Me ha encantado esta presentación de la enfermedad. 

Al tiempo es una novela de claro suspense pues en la horadada mente de este viejo criminal se siguen gestando planes -de manera confusa y desordenada, eso sí- para asesinar como hiciera años atrás. En un momento dado la policía llama a la puerta de su casa preguntándole por algunas personas desaparecidas inexplicablemente en el pasado, entre ellas nada menos que sus propios padres. ¿Habrá sido capaz de haber acabado con ellos? ¿Será descubierto? ¿La hija con la que vive se casará con ese novio al que él ve pinta de auténtico asesino? 
«¡Ni siquiera eres mi padre biológico! Dicho esto ha salido de la habitación. Es verdad, pero no sé por qué me he sentido tremendamente insultado.»
Leemos lo anterior en un momento del relato y en nosotros entra la tremenda duda de si de verdad Unji le está diciendo tal cosa o es la mente averiada de este anciano enfermo la que inventa, mezcla y altera la realidad 

 La novela está narrada en primera persona por Kim Byeongsu, el anciano con alzhéimer, asesino en serie años atrás. Quizás por esta actividad abandonada hace más de veinte años en su mente se desarrolla la paranoia de que su hija Unji está saliendo con un asesino. Cree el ladrón que todos son de condición. Pero la verdad es que saber si tal crimen se cometerá o no hace que el lector sea incapaz de dejar la novela hasta que la misma concluye.

Poco más puedo decir sobre esta buena novela. Simplemente repito que todo, todo en esta novela me ha gustado. Por eso si hubiese de darle una puntuación, no podría por menos que darle un 5 sobre 5. 
 

5 jul 2022

Luisa Ferro: "El pozo de las luciérnagas" y "La sanadora del emperador". Libros I y II de «Donde mueren los dragones de Jade» (A pares XXVIII)

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«Miré a mi hija y pensé en los cientos de mujeres de mi linaje que me precedieron. Generaciones de damas valientes que afrontaron su destino, se casaron, parieron, amaron y lucharon. Pensé en mi madre, la dama Mailin, que no tuvo la oportunidad de criarme; la madre de ella, cuyo nombre y circunstancias desconocía. Mi bisabuela y otras tantas honorables antepasadas que lo dieron todo por sus hijas. Madres duras que tuvieron que ocultar su amor hacia ellas para hacerlas más fuertes frente a la adversidad, el dolor y la pérdida.»

Mi apartado particular de reseñas dobles alcanza con esta bilogía de Luisa Ferro nada menos que el número 28. Es un 'A pares' especial pues tratándose de dos novelas aparecidas en el intervalo de un mes (La sanadora del emperador tiene previsto salir al mercado -lo más seguro es que ya lo esté cuando leas esta reseña- el próximo día seis de julio) el lector no podrá resistirse a, cuando finalice la primera entrega, echar a correr para leer la segunda pues se hace poco menos que insoportable no saber qué les pasará a los personajes, en especial a Akame, narradora protagonista de «Donde mueren los dragones de Jade» el título que Luisa Ferro da al conjunto que conforman estos dos títulos.

El pozo de las luciérnagas, La sanadora del emperador, Donde mueren los dragones de Jade

La autora Luisa Ferro
He llegado hasta estas dos obras de Luisa Ferro gracias a mi muy buena amiga Paloma, administradora del blog Leer, el remedio del alma en el que da cuenta de sus lecturas y publica algunos de los relatos que escribe. Y es que Paloma, además de  excelente lectora, maneja la pluma con soltura, destreza y gracia; os aconsejo que os deis una vueltecita por su blog para comprobarlo por vosotros mismos. Pues bien, fue ella quien me puso en contacto con la editorial Click Ediciones que publica la obra de Luisa Ferro, autora de la que yo, aunque había oído hablar, aún no había leído nada. 'Escribe fenomenal', me dijo Paloma cuando me invitó a la lectura de la bilogía de esta escritora conocida suya.  Sabedor del buen criterio de mi amiga acepté de inmediato su ofrecimiento; y no me arrepiento, pues he despachado los dos libros que forman «Donde mueren los dragones de Jade» en poco más de ocho días. Sirva este detalle de indicador sobre lo a gusto que he estado leyéndolos.

Durante la lectura de ambos volúmenes me interesé por conocer algo sobre la biografía literaria de Luisa Ferro. Consultando por aquí y por allá he sabido que nació en Madrid un 29 de agosto de 1967. También me he enterado de que su nombre de pila no es el que figura en algunos de sus libros, que es un seudónimo, sino el de Luisa Fernández, y que además de dedicarse a la escritura es monitora de taller literario y correctora de estilo.  Actualmente tiene su residencia en la localidad de Fuenlabrada (Madrid). 

Sus relatos han conseguido diferentes premios y menciones en certámenes como «El tren y el Viaje», Renfe 2008; «Ciudad Getafe» 2009 (Semana Negra); «Ser Madrid Sur» 2009, Cadena Ser; «María Moliner» 2010; «Domingo Santos» 2011, entre otros. Relatos suyos pueden leerse en antologías como las siguientes: Crónicas de la Marca del Este. Vol. II (Holocubierta Ediciones, 2011); Antología Z. Vol.6 (Dolmen Editorial, 2012); Legendarium III (Ediciones Tombooktu, 2012); Fantasmagoria (Ediciones Tombooktu, 2013). 

Como novelista ha participado en novelas corales: España. La novela (Dolmen Editorial, 2018),  España. La novela II, La caída de un imperio, (Dolmen Editorial, 2021). 

En cuanto a novelas publicadas independientemente hasta ahora mismo son las siguientes: Alcander (Click Ediciones, 2014. Grupo Planeta) enclavada dentro del género fantástico; pero enseguida se decantó por la narrativa histórica, género al que se adscriben sus tres últimos títulos: El Círculo del Alba (Editorial Paneta, 2016), y las dos que componen la bilogía que acabo de leer: El pozo de las luciérnagas y La sanadora del emperador.

 
Donde mueren los dragones de Jade
Aunque la autora haya decidido presentar la obra escindida en dos volúmenes, la historia que se presenta en ellos es una sola y debe leerse en el orden debido, o sea, primero El pozo de las luciérnagas y a continuación La sanadora del emperador. Es por eso que esta reseña será unitaria y no doble a pesar de que por eso de los dos títulos yo la haya ubicado dentro de la sección 'A pares' de mi blog.

La novela es una ficción histórica centrada en el momento en que el Imperio del Centro (que se llamará China a partir del siglo XVI) cae bajo el poder de los mongoles de Kublai Kan, nieto del temible Gengis Kan. La parte ficcional se centra en la vida de una mujer, Akame, que aprende el oficio de curar de su padre, médico farmacéutico. Esta joven luchará por desempeñar su profesión en un mundo que a la mujer reservaba exclusivamente el papel de madre, esposa, concubina o cosas así. El éxito como persona de estas mujeres era dar un hijo varón al marido; si no, el repudio se cernía sobre ellas. El amor verdadero, la realización personal..., todo ello les estaba vedado. Sin embargo, Akame, que conocerá los sinsabores de una existencia programada por los hombres y por las madres de éstos, logrará hacer realidad sus expectativas como mujer y como profesional. Y esto pese a que, una vez casada en un matrimonio pactado con un hombre no elegido por ella, había de obedecer a la suegra y si ésta ya no existía como es el caso en el casamiento de Akame con el anciano Cao a la primera mujer de su marido. 

Lo anterior puede sorprender a quien lea esta reseña, pero no hay que olvidar que la historia se desarrolla en el siglo XIII, en una China aún no conformada del todo políticamente pero muy cohesionada culturalmente en costumbres y tradiciones. Esas tradiciones, muchas de ellas basadas en supersticiones, mitos y leyendas, marcan la vida de los personajes de la novela, en especial de las mujeres. Y es que la bilogía es, podríamos decir de manera concluyente,  una novela sobre la vida de las mujeres en la China medieval de la dinastía Song. Normalmente los libros de Historia hablan de la misma desde la perspectiva de los hombres; los nombres masculinos llenan sus páginas cuando se citan las denominaciones de las dinastías, de los vencedores en las batallas, de los hacedores del bienestar o la desgracia de los habitantes del país, etc. Pero en esas sociedades dirigidas por los hombres existían las mujeres que eran las que gestaban a esos hombres que luego perpetuarían su ostracismo. Esta novela sitúa el foco en la vida personal de esas mujeres que, aunque aceptan su lugar en el mundo del momento, tienen sus ilusiones, sufren, mueren dando a luz, o son ignoradas si paren ramas inútiles (niñas)
«Más te valdría rezar a la diosa Guanyin para que tu hijo sea un varón, porque si no lo es, tú y lo que traigas al mundo tendréis que marcharos de aquí. Tómatelo como un juramento que hago ante el ataúd de mi hijo. No creo que él se apiadara de ti si parieras una rama inútil.» [le dice a Akame, la primera mujer de su anciano marido Cao]
También, existían mujeres, aquí representadas por Akame, que desean trabajar fuera del hogar en aquello que les satisface y que lucharán por que así sea.

Desde el punto de vista de lo dicho antes podría decirse que Donde mueren los dragones de Jade es una novela de corte feminista. Así lo creo. Pero no es un feminismo ideologizado desde presupuestos actuales sino muy creíble desde la perspectiva de esas mujeres chinas pertenecientes a las clases altas -no quiero siquiera imaginar lo que ocurriría en las clases depauperadas- que ansían conocer el amor verdadero y ocupar un puesto lo más alto posible dentro del organigrama sociofamiliar en el que para medrar era imprescindible ser madre de varón. Y si el padre era nada menos que el emperador la necesidad de parir niños que pudieran ocupar en el futuro la silla del Dragón era perentoria. Si Akame es la mujer que representa a la clase alta profesional, será Mariposa Blanca, concubina del emperador Duzong, quien dé voz a las mujeres que vivían en la Ciudad Imperial destinadas única y exclusivamente a la reproducción y a procurar placer al emperador. 

La mujer en la China Imperial
Luisa Ferro demuestra un vasto conocimiento sobre la manera de vivir en la China de ese momento (siglo XIII). Combina con acierto la parte histórica comprobada de la invasión de China por parte de los mongoles de Kublai Kan con la ficcionalización de la existencia de estas dos mujeres que vivían en la parte alta de la sociedad. De las dos, Mariposa Blanca y Akame, es la segunda el actor principal. Ella es quien tiene una existencia más azarosa y a quien le suceden más cosas sorprendentes. Las sorpresas de las que es protagonista la llevan a creer en unos orígenes personales cuestionados más adelante, a ser odiada por la mujer de su amoroso padre, a ser esposa de un viejo al que respeta por sus enseñanzas de maestro médico pero a quien no ama en absoluto, a contactar por azar con Mariposa Blanca quien hará que su vida dé un trascendental vuelco, y a conocer el amor verdadero con Cao Ren de cuya inesperada aparición en el relato nada voy a decir pues no quiero destripar la novela y estropear el enorme atractivo de esta lectura.

De la bilogía quisiera destacar sin duda alguna la belleza de la historia, mostrada a través de una literatura llena de exotismo, sensualidad y cierto erotismo en ocasiones. Muchos pasajes son de una gran hermosura y hacen evocar el refinamiento y voluptuosidad con que solemos asociar China cuando vemos jardines y salas chinescas en algunos de los palacios que reyes europeos se hicieron construir  inspirándose en Oriente.
  • «En una de las esquinas del lago, una escalera con balaustrada de mármol se hundía en sus aguas. Podían verse embarcaciones con cabezas de dragón en las quillas y grandes torreones techados en las cubiertas. Más que barcos, parecían lujosas viviendas flotantes.»
  • «Llegamos a la Ciudad Imperial cuando el atardecer declinaba. La luz del sol producía un aura ambarina en las tejas esmaltadas de las techumbres y dotaba de un tono cobrizo los frondosos árboles que se alineaban a ambos lados de las avenidas cubiertas de gravilla blanca. De las ramas colgaban largas hileras de farolillos rojos.»
En las dos novelas Luisa Ferro utiliza un narrador en primera persona, concretamente la dama Akame. Estamos ante un narrador testigo que cuando no lo ha sido echa mano de lo que otro (su eunuco Lyonyang, la concubina del emperador Mariposa Blanca, su amor Cao Ren...) le han dicho y lo vierte sobre el papel. La narración es lineal y se desarrolla a lo largo de los años que duró la tercera invasión de China por parte de los mongoles de Kublai Kan. La fecha histórica que marca el final es la batalla naval de Yamen en 1279 cuando el ejército chino sufrió una estrepitosa derrota pasando a ser dominados durante los años siguientes, hasta 1368, por los mongoles.

Las dos entregas de la historia me han satisfecho por igual si bien diré que me ha parecido encontrar en "La sanadora del emperador" más contenido histórico, más acción, más dinamismo, más tensión. La presentación de las batallas, de las sucesivas huidas de la corte china hacia el sur, las muestra y resuelve Luisa Ferro con acierto. Naturalmente es en esta segunda parte donde se conoce la solución de todos los conflictos e incógnitas planteadas a lo largo de la narración.

Si por encima del resto hubiera de destacar algo en esta bilogía, ello sería la ingente información que la autora tiene y sabe transmitir sobre la manera doméstica de vivir que tenían las mujeres chinas de la alta sociedad en el siglo XIII de nuestra era: el vendado de pies, la complicidad con sus eunucos, la vigilancia extrema tenida sobre los ciclos lunares de estas mujeres, los trajes tradicionales magníficos que lucían (hanfu, zhaoshan, zhongyi, moxiong...), los instrumentos musicales con que se distraían o las distraían (morin khuur, konghou, gongos, erhu...), las vajillas y muebles que tenían en palacio (ruzhou, qingci, hong mu...). También lo mucho que se cuenta sobre la medicina tradicional china practicada por Akame y su querido Cao Ren. Al respecto me ha encantado ver la infinidad de aplicaciones, usos y preparaciones que en China se hacía de diversas plantas como el jengibre, el gingko biloba, la melisa, el du zhong, el daji...

Coleridge, Kubla Khan, Mongolia, Xanadú
Y para acabar sólo añadir que cuando comencé a leer El pozo de las luciérnagas y apareció por vez primera el nombre de Kublai Kan inmediatamente me vino a la memoria el hermoso poema de Coleridge que le tiene por protagonista. Durante algunas páginas estuve deseoso de ver aparecer su lujoso palacio de Xanadú. Pero los tiros no iban por ahí. Como bien dice Luisa Ferro en esta novela ella se ha propuesto contar la Historia desde el punto de vista de los perdedores, algo que los libros de Historia jamás hacen. Aquí radica una de las grandes virtudes de la novela histórica, la de poder penetrar en el interior de la Historia fijándose en aspectos considerados menores como los vencidos, las mujeres, los eunucos, etc., aunque en realidad sean elementos tan importantes como los tenidos por principales.

No me resisto a colocar aquí el hermoso poema de Samuel T. Coleridge, poeta lakista inglés:

"Kubla Khan, o la visión de un sueño"

En Xanadú, Kubla Khan
se hizo construir un espléndido palacio de recreo:
allí donde el Alfa, el río sagrado, corría
por cavernas inmensurables para el hombre,
hacia un mar sin sol.
Dos veces cinco millas de suelo fértil
se cercaron de muros y torres:
había jardines que resplandecían con arroyos sinuosos,
y donde florecían muchos árboles del incienso,
había bosques, tan viejos como las colinas
que envolvían prados verdes y soleados.

Mas, oh ¡aquella sima romántica y profunda que sesgaba
la verde colina a través de un manto de cedro!
¡Un lugar salvaje! ¡Tan santo y encantado
como cualquiera donde, bajo la luna menguante, se apareció
una mujer, lamentándose por su amado demonio!
Y de esta sima, que hervía en incesante estruendo,
igual que si respirase la tierra con resuellos hondos y agitados
brotó en un momento un poderoso manantial:
en mitad de cuya repentina e intermitente explosión
saltaron enormes fragmentos, como granizo que rebota
o como el grano al separarse de la paja bajo el mayal del trillador:
y en medio de las danzantes rocas, de súbito y para siempre,
surgió en un momento el río sagrado.
Formando meandros durante cinco millas, con laberíntico curso
discurría el río sagrado, a través de bosques y valles,
alcanzaba luego las cavernas inmensurables para el hombre,
y se hundía tumultuoso en un océano sin vida:
¡y en medio de ese tumulto, Kubla oyó a lo lejos,
voces ancestrales que profetizaban guerra!

La sombra del palacio de recreo
flotaba en mitad de las olas,
donde se oía la cadencia mezclada
del manantial y las cuevas.
¡Era un milagro de rara invención,
un soleado palacio de recreo con cuevas de hielo!

Una muchacha con un dulcémele,
vi, cierta vez, en una visión:
era una doncella abisinia
y, tocando su dulcémele,
cantaba acerca del monte Abora.
Si pudiera revivir dentro de mí
su armonía y su canción,
me llenaría de tan profundo deleite,
que, con música alta y prolongada,
construiría ese palacio en el aire,
¡aquel palacio soleado, aquellas cuevas de hielo!
Y cuantos escucharan los verían aparecer,
y todos exclamarían: ¡Cuidado, cuidado!
¡Sus ojos refulgen, su cabello flota!
Tejed un círculo a su alrededor tres veces,
y cerrad los ojos con temor santo,
pues él se ha alimentado de rocío de miel,
y ha bebido la leche del Paraíso…