«Se acercó una camarera, menú en mano.
—¿Eres Dick Contino? Mi padre no te traga porque es un ex combatiente, pero mi mamá cree que eres realmente guapo. ¿Puedes darme tu autógrafo.»
Me sorprende que a estas alturas
El blog de Juan Carlos no haya reseñado ninguna obra del gran
James Ellroy. Seguramente se deba a que, por la época en que vi y leí dos de sus mejores novelas y correspondientes versiones cinematográficas, aún no había puesto en marcha este blog. Vamos, que va ya para más de doce años que tuve contacto gozoso con este norteamericano autor de novela negra, cualificado representante del realismo sucio, y adorador sin remilgos de los autores cuasi fundacionales del noir clásico:
Dashiell Hamett y
Raymond Chandler. En 2015 dediqué una entrada a la novela
El halcón maltés del primero donde señalé las principales características del género. Creo que la lectura de ese post puede resultar interesante a algunos [acceder a la
reseña pinchando aquí].
El blues de Dick Contino
Sinopsis (tomada de la solapa de la edición de Noches en Hollywood)
A la deriva en el brumoso Hollywood de los cincuenta, Dick Contino, un acordeonista prácticamnete acabado, trata de dar un empujón a su carrera perpetrando un secuestro perfecto: el suyo propio. Pero la broma se descontrolará peligrosamente. "El blues de Dick Contino" se desarrolla en Los Ángeles de los cincuenta: una ciudad poblada por policías, criminales, prostitutas, estafadores, cazatalentos en busca de estrellas, rateros, comunistas ocultos y chivatos que traen a la mente películas en blanco y negro y amarillistas gacetas de sucesos.
El blues de Dick Contino" es una novela corta que
James Ellroy publicó en 1994 acompañada de otros seis relatos más en un volumen titulado en la edición española de 2009
Noches en Hollywood.
El blues de Dick Contino apareció también, publicado en solitario, en el número 46 de la revista
Granta (invierno de 1994). La figura de Dick Contino de siempre atrajo mucho a Ellroy, quien en ese número de Granta apareció fotografiado junto al músico.
Dick Contino (1930 - 2017) es músico, concretamente músico acordeonista, muy popular durante los años 50 del siglo pasado. Es, pues, una figura real; como real es el recorrido que James Ellroy realiza, junto a Contino y su acordeón por la historia del crimen en Los Ángeles en ese tiempo. Ficcionaliza Ellroy la vida de Dick Contino, personaje que le resulta simpático y con quien se identifica por haber protagonizado éste un episodio que lo dejaría marcado para siempre: en 1951, Contino fue convocado por la Oficina de reclutamiento para ir a la guerra de Corea; ignoró la orden de presentarse en ese momento y, aunque respondió positivamente en el 52 a la siguiente convocatoria y participó, incluso con honores, en la guerra de Corea, el marchamo de COBARDE y DESERTOR le acompañaría, en el sentir popular, durante gran parte de su carrera. Lo dicho hasta aquí explica la simpatía que James Ellroy confiesa sentir hacia él; pero ¿la identificación? Pues la identificación la confiesa el escritor en un prólogo a la novela titulado "Venido del pasado" donde, hablando de todo lo que le ha llevado a considerar novelable el personaje de Contino, añade una razón más, en este caso totalmente referida a sí mismo:
«En 1965 me expulsaron del instituto e ingresé en el ejército. Todo lo que vi en la vida militar me dejó cagado de miedo. Fingí una crisis nerviosa y conseguí la licencia por inútil para el servicio.
[...]
En 1980 escribí "Clandestino" [...] La acción se sitúa en 1951; el protagonista es un joven policía -y desertor del reclutamiento- cuya vida descarrila por culpa del Terror Rojo.»
Es claro que ese protagonista de Clandestino se parece mucho, mucho, a Dick Contino, personaje que -confiesa Ellroy allí mismo- jamás pudo quitarse de su cabeza al coincidir el asesinato de su madre con 'Bumble Boogie', el gran éxito del acordeonista, y al poco con la visión de la película Daddy-O protagonizada por el atractivo músico:
«En junio de 1958, mi madre fue asesinada. El asesinato quedó sin resolver. Me fui a vivir con mi padre. Vi a Dick Contino cantar "Bumble Boogie" en televisión y, un año más tarde, pillé 'Daddy-O' en el cine Admiral»
El
James Ellroy que escribe esta novela corta es un Ellroy en plena forma. Digo en plena forma porque al leerlo he recordado dos de sus novelas largas, "La
Dalia negra" (1987) y "
L.A. Confidencial" (1990), que tanto me agradaron en su día. Y es que el autor norteamericano en esta obra muestra un estilo inconfundible tanto en la forma como en el tono y el fondo. En la forma destacaría en esta novela corta la manera escueta y definitoria con que en ocasiones va introduciendo conceptos. Así, para explicar el funcionamiento de la memoria y el recuerdo usa el procedimiento, llamémoslo de concepto - definición del mismo
«Memoria: el lugar donde las evocaciones personales colisionan con la historia.
Recuerdo: la fusión simbiótica del "entonces" y el "ahora".
[...]
Chispazo: los recuerdos de finales de los cincuenta volvieron a encenderse.»
Este estilo minimalista y sintético se ve también en la manera de establecer en ocasiones los enunciados. Es un procedimiento, expresionista por yuxtaposición me atrevo a decir, de comunicar evitando grandes paráfrasis explicativas o descriptivas:
«Sol miró a Jane.
Jane me miró a mí.
El federal miró a Sol»
También me gustaría destacar el uso con intencionalidad estilística de las mayúsculas. Es una forma de destacar la importancia del concepto o del término que está utilizando:
«Me convertí en una celebridad nacional, hice giras por todo el país como cabeza de cartel de Heidt y luego yo solo A LO GRANDE.
Toqué en GRANDES SALAS. Grabé discos. Rompí corazones»
Si esto es muy destacable en lo formal, en el contenido sobresale, por encima de cualquier otra cosa, la música. Tratándose de un texto memorial centrado en la vida y anécdotas de un músico es natural que esto sea así. He buscado algunos de los temas que aparecen citados y he confeccionado una lista en Spotify que es muy reveladora del ambiente y contexto musical de los años 50 en que se sitúa la novela.
La vida de un músico en la década de los cincuenta y principios de los 60 -mucho más si sobre el mismo había caído un sambenito infame- se desarrollaba en garitos controlados por la mafia. Para actuar en ellos a veces los mafiosos requerían de los artistas una serie de servicios para nada musicales: chantajes, trabajos como recaudadores de extorsiones, servicios sexuales sobre todo si se trataba de mujeres, amaño de concursos musicales radiofónicos o televisivos, colaboración en "embargos" por falta de pagos exigidos, y hasta secuestros con petición de rescate, etc. Precisamente un secuestro, el suyo propio, es el que el mismísimo Dick Contino simulará para así poder cumplir con las obligaciones que la mafia empresarial requería. Esto y más (corrupción policial, persecución de comunistas, prostitución, extorsionadores, chivatos…) es lo que aparece en esta novela corta. Creo que como muestra de esto sirve lo que Howard Wormser, el agente musical de Contino, le dice a éste cuando él, en horas bajas, le pide que le encuentre algún trabajo
«Tendrías que haber aceptado la invitación de Sam Giancana para que te pusiera en la nómina de artistas que actúan para la mafia de Chicago. Ahora estarías tocando en grandes salones. Deberías haber testificado ante ese Gran Jurado y tendrías que haber delatado a unos cuantos rojillos. Tendrías que...»
Por último, me parece de lo más relevante en este cuento largo o novela corta la perfecta mezcla que
James Ellroy realiza entre realidad y ficción. Es cierto que Ellroy buscó a
Dick Contino en 1993 y le pidió permiso para escribir un relato corto y una novela inspirada en su vida, a lo que el acordeonista entonces refugiado en actuaciones en Las Vegas aceptó, son reales muchos de los personajes que aparecen en la narración como su esposa Leight, su agente musical y, de seguro, muchos otros seres más cuya identidad yo no controlo. Lo magnífico de
El blues de Dick Contino es la manera como James Ellroy presenta la dura vida que hubo de soportar Dick Contino durante esa época de los años 50 en que la industria musical y televisiva estaba en manos de los mafiosos. La historia la escribe el autor a partir de la entrevista que 35 años después del shock sufrido por el asesinato de su madre y la visualización de la película
Daddy-O tuvieron ambos en Las Vegas; o sea, la entrevista Contino-Ellroy ha tenido lugar en 1993 y el relato, al que añadiría otros seis más, salió a la venta en 1994.
La mezcla realidad-ficción es tan grande que el mismo escritor aparece explicando todos los pormenores que le llevaron a escribir esta narración. Y no sólo esto, sino que, en un claro ejercicio metaliterario, James Ellroy, tras hablar con el famosos acordeonista sufre como una especie de revelación:
«Me imaginé mucho rato delante de un público cada vez mayor, armado de una nueva munición literaria: el conocimiento de que Dick Contino sería el héroe de la continuación del libro que estoy escribiendo ahora»
Finalizo esta reseña con unos ejemplos del realismo sucio que James Ellroy cultiva en sus escritos. Son muestras que, en mi opinión, sirven justificadamente para ubicar al escritor en la senda de
Raymond Carver, Cormac McCarthy o
Charles Bukowski - «Los hombres del sheriff entraron en tropel y se desplegaron en abanico. A la zaga, la agente Dot Rothstein, más de cien kilos de carne lesbiana encoñada con mi amiga Chris Staples»
- «Puedes decirle a Sol Slotnick que no me acostaré con él hasta que se hiele el infierno, pero que haré una prueba y me desnudaré hasta quedarme en bikini si tú me haces de carabina»
- «—¿Eres amigo de un esbirro de J. Edgar Hoover?
—Sí, del agente especial Pete van Obst. Su esposa es la presidenta nacional de mi club de fans»
Los otros seis relatos que acompañan a El blues de Dick Contino en Noches en Hollywood se titulan: La muerte, Negrolandia rica, Marque Axminster 6-400, Desde la ausencia, El momio y La prisión del amor.
Del autor sólo he leido sus dos novelas más famosas, L.A. Confidencial y La dalia negra, y me gustaron mucho. Y si dices que ésta comparte sus mejores cualidades, tomo buenísima nota.
ResponderEliminarBesotes!!!
Las dos novelas que citas son muy buenas. Y las dos películas basadas en ellas también.
EliminarUn beso
¡¡¡Qué buena pinta!!!
ResponderEliminarÚltimamente me está dando por la lectura de narraciones más breves. Las novelas cortas, a medio camino entre un relato y una novela en condiciones, me atraen y satisfacen mucho.
EliminarUn abrazo, Rubén
He leído varias novelas de James Ellroy y todas me han gustado mucho, asta que llegué a Seis de los grandes, el segundo de su Trilogía americana y lo tuve que dejar. Me resultó demasiado largo para lo complejo que era. También es cierto que no me pilló en un buen momento anímico. Pues del mismo estilo he leído y disfrutado otras novelas del autor.
ResponderEliminarAún me falta por leer La dalia negra de los que mencionas. A ver si con esta entrada me ha animado a ponerme de nuevo con el autor.
Un beso.
Hola, Rosa:
EliminarTe diré que a mí Ellroy también me parece algo complejo en muchos momentos, incluso en esta pequeña novela hay ocasiones en las que casi casi te vienes a perder en el amasijo de relaciones, tiempos y acciones que relata; vamos, que es un escritor que exige atención y, eso sí que sí, estar en un momento anímico óptimo.
La Dalia Negra primero la vi en el cine donde la belleza y buena actuación de Scarlet Johanson me cautivó; fue por eso que pasé a la novela, que me gustó mucho. Es una obra de cierta complejidad que no me causó problema alguno dado que ya venía con la historia aprendida del cine.
Un beso, amiga
Veo que he cometido una falta de ortografía involuntaria: "asta que llegué" (madre mía, duele leerlo) debería ser, por supuesto, "hasta que llegué". Hay algún que otro error menos sangrante. Creo que es debido a haber usado el móvil en lugar del ordenador.
EliminarHola.
ResponderEliminarSoy ultramegafan de James Ellroy, lo descubrí a los 18 años y no le he sido infiel nunca, jejejeje.
Me gusta mucho esta reseña, es muy didáctica y explicas muchas cosas aunque sea una historia corta.
Muy feliz día-
No hay nada que me satisfaga más que ver que personas de buen criterio como tú, Marigem, consideren útil una entrada mía. Muchísimas gracias por tus manifestaciones. ¡Ah!, me dice James Ellroy que está feliz por tu fidelidad a prueba de bombas (ja, ja...).
EliminarUn beso grande
¡Hola Juan Carlos!
ResponderEliminarno he leído nada de Ellroy y te reconozco que desconocía a este acordeonista en el que se basa la novela. Me parece interesante todo lo que nos cuentas, pero ya me conoces y los relatos no son para mi, aunque las novelas cortas sí. Pero ¿sabes? últimamente prefiero engancharme a novelas más tochas porque así me duran más
Besos
Sobre el grosor de las novelas, yo últimamente me decanto por las cortas; las largas se me hacen pesadas y cuando no, como la última que he leído de Gómez-Jurado, es porque su interior y exterior es bastante banal, superficial, y no exige esfuerzo alguno.
EliminarEllroy te gustará en La Dalia Negra o L.A. Confidencial que, además, tienen las páginas debidas para tu gusto. ¡Ah! del acordeonista yo, hasta esta novela, ni idea.
Un beso
Te dejo un enlace aquí a una entrevista a James Ellroy que tal vez conozcas pero que da cuenta del pájaro que es. Me encanta su cinismo, su egocentrismo, su perfidia, la única novela que he leído de él y me encantó: su mundo oscuro y turbio, en que apenas hay nadie decente y que sucede en pocas semanas en L.A. y en plena guerra mundial. Formidable Ellroy. Me gustaría leerlo más. Alguien tan narcisista en un tiempo en que todos somos narcisistas pero lo negamos es un alivio porque él no se disculpa por ser un ejemplar, el mejor escritor de América, y puedo creerlo. Y me encanta que le dieran el premio Vázquez Montalbán y que él no tuviera ni pajolera idea -ni ganas- de saber quién era salvo la dotación económica del premio. Es refrescante leerlo en sus novelas y entrevistas no aptas para mentes sensibles y progresistas. Saludo.
ResponderEliminarAcabo de leer la entrevista a Ellroy en Jot Down que adjuntas en tu comentario, Joselu. Me ha encantado. Vaya con James Ellroy, menudo tipo que es. Un cínico completo, pero en la entrevista se le ve sincero y hasta satisfecho.Jó, me he quedado de piedra: ¿Dos millones libres de impuestos el Premio Vázquez Montalbán? Madre mía, como para no estar contento y aparcar al Ellroy ineducado que recuerda la entrevistadora al inicio de la misma.
EliminarMe han entrado muchas ganas de leer Perfidia, aunque su grosor me echa para atrás. Pero creo que las Navidades va a ser el momento óptimo para ello. Quiero ver cómo ha evolucionado Kay Lake a la que, ¡tantos años han pasado ya!, apenas recuerdo de La Dalia Negra.
Muchas gracias por ponerme en contacto con el auténtico James Ellroy.
Un fuerte abrazo
Aunque conozco alguna de sus novelas largas, como La Dalia negra y L.A. Confidential, no he leído nada de James Ellroy, pero sí he leído a Raymond Carver y a Dashiell Hamett. Y como me gusta mucho este género literario y lo que has reseñado de El blues de Dick Contino me ha atraído mucho, tendré esta novela corta en mente como posible lectura en un futuro, no sé si próximo o lejano, je, je.
ResponderEliminarUn abrazo.
Como Joselu ha hecho conmigo, te recomiendo la lectura de la entrevista que le hizo la revista Jot Down al escritor con motivo de la concesión que le hicieron en Barcelona del Premio Vázquez Montalbán. Te encantará, estoy seguro.
EliminarUn abrazo, Josep
Hola, buenos días! !
ResponderEliminarDe el autor he leído Dalia Negra y Confidencial y me gustó mucho así que cuando se ponga a tiro repito.
Gracias por tu reseña y de paso me permito agradecerte un a lectura de Luisa Ferro que descubrí por tu blog y me encanta la bilogia sobre China ( de más Está decirte que te invito a el blog si gustas para darme tu opinión y compartir gustos.
Desde que me descubriste a Faulkner me tienes pegadiza a tus sugerencias.
Con un calorazo enorme en Argentina te envío un saludo buho!
Me alegro de que la bilogía de Luisa Ferro te gustase. Naturalmente que me pasaré por tu blog para dejarte un comentario.
EliminarEsta obrita de Ellroy es una cosita menor pero que tiene su aquel. No sabes lo que me halaga que seas una visitante asidua de mi blog.
Por aquí, en España, el frío parece haber llegado por fin. Necesitamos más agua; dicen que vendrá, pero ahora mismo las reservas están bajitas. El calor del verano pasado y las altas temperaturas durante octubre no han contribuido a mejorar la situación. El cambio climático es una realidad, pero ¿cómo combatirlo? No vale sólo con señalarlo y a continuación sacar el coche del garaje y quemar rueda contaminando la atmósfera. Somos así los seres humanos.
Un beso
Tienes mucha razón en cuanto al clima .
ResponderEliminarLa naturaleza grita y reclama lo mucho que le sacamos a granel.
Y lo mal que agradecemos los que nos da.