Una novela de un autor relativamente joven que amablemente me la envió. Me ha gustado especialmente por lo novedosa que me ha parecido en muchos sentidos: las reflexiones vitales y filosóficas que contiene, y sobre todo por la manera de entreverar realidad y ficción llegando al extremo de que el propio autor se vea implicado en el interior del desarrollo de la trama.
Sobre Emilio Picón (Información proporcionada por el Centro Andaluz de las Letras)
EMILIO PICÓN SALVADOR (El Ejido, Almería, 1977) es autor de los poemarios
Amor enlutado (Lagartos Editores, 2010) y
La sed del agua (Ediciones en Huida, 2014), además de las plaquettes
Minerva (Banderines del Zaguán, 2010) y
Serescrito (Poeta de guardia, 2014). Como narrador ha publicado el libro de relatos
El poema o la pistola (IEA, 2014) y la novela
Primera persona (Ediciones en Huida, 2016). Sus textos también han podido leerse en revistas y antologías literarias. Destacan revistas como
La bolsa de pipas,
El coloquio de los perros o
Fábula, y antologías como
Versos para bailar o no,
Ciudad celeste o
Versos que abrazan. Durante algunos años coordinó e impartió talleres de escritura creativa en Almería. También se ocupó del espacio radiofónico literario
serescrito durante una temporada.
Sobre la novela
En la contraportada de la misma se puede leer:
La novela como género lleva mucho tiempo buscando su camino —o sus caminos— a través de la legión de escritores que la han practicado y que siguen practicándola. Emilio Picón, cuya alma de poeta reverbera en su prosa (igual que un anillo de oro brilla bajo el agua), ha ayudado a trazar una nueva ruta para lectores y narradores con humanimal, novela gestada en los engranajes de su mente que está a años luz de ser una obra convencional.
Esta es una obra donde se juega con la metanarración; es decir, donde la narración se mira en el espejo y se desnuda y se explora y se narra a sí misma, como el uróboros que engulle su propia cola. El autor desmonta su mecano ante nosotros para mostrarnos todas las piezas, pero luego, como experto relojero, vuelve a ensamblarlas con tanta coherencia narrativa como destreza.
(Del prólogo de Manuel Moyano).
Mi ComentarioAntes de entrar en la narración propiamente dicha, al abrir el volumen bellamente editado por la
editorial sevillana Niña Loba, nos topamos con el prólogo firmado por
Manuel Moyano y a continuación con una
Nota de
Darío Méndez, el editor, en la que de hecho se vuelve a reincidir en lo mismo. O sea, que ambos, prologuista y editor vienen a prevenirnos, a ponernos sobre aviso del experimentalismo que contiene este relato, del experimento mismo que es
humanimal. Diríase que ambos son conscientes de la frontera narrativa en que se ubica la historia que presenta el escritor. Bien, de acuerdo, está bien estar sobre aviso, ¡adelante!
Una especie de resumen
Resumir esta narración tiene su complicación. Pese a ello lo intentaré:
Luis Fuentes que se hace llamar Luis Cernuda está con Irina en un prostíbulo. Ha acudido a él huyendo de una inmensa decepción: Clara Monetti, su pareja, se ha suicidado; él, ignorante de la auténtica realidad que ha llevado a Clara a darse muerte, piensa que ha sido por su relación con Cristina Laguna.
La escritura, la rebelión de los personajes frente a su creador, la necesidad de éstos de exigirle que vuelva a la vida a Clara y si se niega matarlo a él también, aunque para ello hayan de recorrer media España para buscarlo en Gijón, configuran buena parte del resto de la novela.
Lo primero que destacaría de esta novela es lo muy literaria que es. Hay en ella muchísima literatura, una literatura que no se queda en el fondo de la misma sino que sale a superficie y se declara explícitamente. En especial dos líneas literarias he creído ver: una es la que viene del otro lado del Atlántico: el uruguayo Juan Carlos Onetti, pero también el chileno Roberto Bolaño; la otra línea sería plenamente española y es la que entronca con la figura de Luis Cernuda y especialmente con Miguel de Unamuno y la problemática existencial que muestra en su novela "Niebla".
La línea atlántica es predominante y esencial hasta el punto de que el personaje de
Clara Monetti que está en la base de las actuaciones que mueven al resto de personajes masculinos toma su apellido, precisamente y de manera más que simbólica, de la novela del uruguayo "
Para una tumba sin nombre" en cuya portada figura una gran 'M'. Y si el apellido de
Clara nace de este escritor (M + Onetti), el de su partenaire masculino
Luis Fuentes corre a beber en la poesía amatoria del español Luis Cernuda («
"tú justificas mi existencia, si no te conozco no he vivido, y si muero sin conocerte no muero, porque no he vivido."»), seudónimo que él mismo adopta y con el que se viste y desviste identitariamente según le convenga estar del lado de lo real o de lo puramente ficticio. El tercer ángulo del triángulo amatorio que funciona en el relato lo ocupa
Mario, un personaje que también bascula como los anteriores de la realidad hacia la irrealidad, si bien en su caso el mundo real lo ocuparía nada menos que otra tríada imaginativa -la formada por
Arturo -
Matilde -
Pablo- que de inmediato nos remite en el juego de cajas chinas que constantemente esta novela es a un tal
Emilio Picón que así de un plumazo salta la débil valla que separa la realidad de la ficción. Por si algún lector pudiese perderse en esta mise en abîme que se practica en esta narración rápidamente sabemos que ese libro escrito por ese segundo trío de personajes y en definitiva por un solo dios que es principio y fin se titula (ja, ja, ja....)
Primera persona. ¡Ah, claro!, exclamarán algunos al caer en la cuenta. Sí, así es. Interesante juego éste, sin duda alguna.
La novela nace de una declaración de principios por parte de Clara Monetti que descoloca al lector.
«Yo, Clara Monetti, mujer de 30 años, pareja estable de Luis Fuentes desde hace 7 - más de 5 en convivencia -, amante esporádica de Oriol Brassens desde hace casi 1, dedicada a la medicina oncológica -más en la teoría que en la práctica -, sin hijos, recién muerta por decisión e iniciativa propias tras conocer el diagnóstico de cáncer de estómago con metástasis; yo, Clara Monetti, siento la necesidad de escribir unas palabras que intenten dar sentido a lo que jamás podrá tenerlo, es decir, nuestras vidas.»
O sea que una fallecida va a empezar a escribir, a contarnos. ¡Imposible! Bueno, en literatura nada es imposible. Si además, como se observa a lo largo y ancho de la novela, Emilio Picón está ahíto de sabiduría literaria, puede con arte inigualable hacer posible lo que no lo parece. Sí, Clara Monetti, está muerta, pero como le ocurre al hijo del presidente Lincoln en la novela de George Saunders "Lincoln en el Bardo" [reseñada por mí en este blog: leer aquí] esta mujer está en un terreno indefinido entre el aquí y el allá, entre la vida real y la muerte, y por esta razón puede mantener jugosas conversaciones con su pareja Luis Fuentes presentadas en forma teatral
Clara es un personaje que pese a haberse dado muerte se niega a dejar de intervenir en la vida de los demás. Algo parecido le sucede a los demás personajes ficticios, en especial a Luis Fuentes, que cuando empieza a entender que no es más que un guiñol, una marioneta, como el personaje unamuniano de Niebla se rebela frente a su creador, Mario, que sabe todo sobre él, incluso hasta lo que él mismo ignora
«y eso nunca sucederá, nunca podrás hacerlo porque solo eres un personaje. Yo he creado esta historia para hacerte sufrir, y estoy aquí para disfrutar con el espectáculo.»
Se toca aquí el problema existencial que tantos dolores de cabeza dio al catedrático vasco de la Universidad de Salamanca, querer diseñar el propio destino cuando este está en la cabeza de un ser superior, llámese Dios o simplemente creador literario.
Muchas cosas me han agradado de la novela aunque lo que más haya sido el experimentalismo que en ella he detectado: el argumento me ha evocado algo a Los detectives salvajes de Roberto Bolaño, autor que es más que citado y emulado por parte de alguno de los personajes. Concretamente en la parte II del libro Arturo al ver que Mario, guarda nocturno en el camping Mar Azul situado en el Cabo de Gata (Almería) realiza la equiparación entre uno (el real) y otro (el inventado):
«—Eres el vigilante nocturno y escribes— dijo [Arturo] saliendo del mostrador, y parecía pensar en voz alta, o atar cabos, o resolver un misterio, o asistir a una revelación.
—Como Bolaño— dijo ya frente a mí,» [...]
También he pensado en Bolaño al leer las conversaciones sesudas y profundas que a veces desarrollan los dos principales personajes, LF y Mario, en pleno proceso de aniquilación.
El experimentalismo desde el punto de vista del contenido se detecta especialmente en la metaliteratura que aflora en el relato por doquier. Sin duda alguna es en el capítulo 12 de la Parte I donde he creído ver más reflexión metanarrativa, aunque esta está esparcida a lo largo y ancho de todo el relato. En este capítulo, único en el que se describe a un personaje, el escritor escribe sobre cómo enfocar aquello que está escribiendo:
«Describir a Luis Fuentes debe ser un intento de no hacer literatura. [...]
No, así no. Sinceramente creo que hay que alejarse del falso Cernuda
Describir a Luis Fuentes debe ser un intento de hacer vida. Decir, por ejemplo, que el cabello es simplemente corto y oscuro, [...]
Sí, podría valernos todo esto, siempre y cuando consiga equilibrarlo —lo físico y lo emocional, lo mostrado y lo simbolizado—.
Describir a Luis Fuentes se lleva poco más de cientochenta segundos, cientochenta segundos de soledad. Y, si te miras al espejo, es posible que tardes incluso menos.»
Como se puede observar en la cita anterior Emilio Picón es un autor que por muy experimental que haga una novela no se desprende o no desdeña el sentido del humor. En pleno ejercicio de la función metalingüística Mario, el personaje narrador nos confiesa «para no complicarme mucho, hice que el camping volviera a abrir sus puertas, esta vez en el otro extremo de la provincia almeriense, en primera línea de playa, junto a un pueblo llamado Balerma, y allí volví al trabajo de vigilante nocturno.» ¡Ja, ja, ja..., está claro que el escritor es un Deus Omnipotens!
Y fuera de la metanarración propiamente dicha, es decir, en pleno relato, aunque quizás en un tour de force mayor aún si cabe, en el capítulo 10 de la Parte II se nos presenta el contenido de la novela "Primera persona" considerada siempre de no ficción, y quien lo está haciendo tras exponerlo exhaustivamente duda ya de esa falta de realidad por lo que concluye diciendo: «la cuestión es bien sencilla: si 'Primera persona' no es ficción, sino una historia real escrita por Arturo, Matilde y Pablo; entonces, ¿quién coños es Emilio Picón? En la portada reza como autor de la novela.» ¿Hay mayor sana prueba de humor que la de reírse de uno mismo?
Es un humor para literatos, o sea, para degustadores del arte de Calíope. Hay chistes como el de que Luis Fuentes sólo se siente libre dentro de la elipsis literaria que sólo está al alcance de un lector avisado. Y hay humor, muchísimo humor en esa ruptura de los ámbitos vida-no vida cuando Clara confiesa su inmenso deseo de echar un polvo a pesar de estar muerta («Estoy muerta y, sin embargo, deseo echar un polvo más que nunca.»). Y prosigue afirmando el absurdo que supone hablar un vivo con una muerta, cuestión que el mismísimo Samuel Beckett aprovecharía para fundar una franquicia «colocando tiendas por todo el mundo con nombres del tipoi Esperando el amor, Esperando la justicia o Esperando la verdad». Sí, desde luego, este Emilio Picón es un tipo la mar de divertido.
En cuanto al experimentalismo formal o externo, hay mucha tela que cortar. Partiendo de una estructura habitual en tres partes, el experimentalismo va in crescendo según que se avanza en la lectura del libro. La parte III es sin duda alguna la más experimental, la más loca. En ella los personajes se han transmutado al menos temporalmente en una pareja la mar de conocida aunque aquí también ligera o profundamente modificada: Don Kijote (L F) y Pancho Sanza (Mario). Don Kijote es un caballero danzante y Pancho Sanza es hombre reflexivo, un escuchante de Kijote y en ocasiones es presentado por éste incluso como sordomudo, ¡alucinante!
Como digo el desarrollo experimental es mayor según avanzamos en la lectura. Si en la Parte I estamos casi en la normalidad, en la Parte II comienza a aparecer la mezcla de géneros literarios en especial en esos diálogos de forma teatral entre
Clara y
Luis, que llegan incluso a la diseminación por la página de líneas, palabras y letras (foto experimentalismo1). Pero es en la ÍII y última parte cuando la innovación formal riza el rizo y llegamos a ver la técnica del contrapunto mostrada en forma de dos columnas, la de la izquierda correspondiendo al diálogo que mantienen
Kijote y
Pancho Sanza en su búsqueda en Gijón de
Emilio Picón y en la columna de la derecha la conversación mantenida por los dos guardias civiles que los están siguiendo.
El culmen de experimentalismo se da en la parte final de esta Parte III donde todo se va resolviendo y el propio autor-narrador-personaje realiza esquemas conceptuales referidos al propio desarrollo de la acción y a los personajes que la sustentan. Es en estas páginas finales cuando la confusión de los planos real e írreal llega a su cénit:
«—hazlo —le grito ahora— hazlo de una puta vez
hay que acabar esta obra
saltarme la tapa de los sesos delante de un niño que llora
puede ser un gran final
en un coche robado
con varios muertos ya en escena»
La influencia o el aprecio, me sería mejor decir, por la inmensa figura de Julio Cortázar, confesada por Emilio Picón en varias entrevistas, queda patente en la manera que tiene de resolver la novela ofreciendo al lector una serie de posibilidades, algunas a su vez con dobles alternativas. La "Rayuela" cortazariana con multiples rutas narrativas se hace aquí presente.
Para finalizar
Una novela como humanimal, de tantos ángulos y contraángulos es imposible reseñarla en su totalidad, es una obra que se escapa, que si la volviera a leer seguro que encontraría en ella aspectos que en esta primera lectura se me han pasado. Eso es seguro. Pero lo que no quiero dejar sin citar es el acompañamiento musical que hay a lo largo de toda la narración. Sin duda alguna podría hablarse de una banda sonora. En el relato aparece explicitada, con títulos de dos de sus canciones, la música de Tom Waits y con el tema 'La plaza de la Soledá' la de Nacho Vegas; luego se cita una serie de grupos (Radiohead, Los Planetas, Los Enemigos, etc.) que gustan a algunos de los personajes, pero ya no se citan expresamente títulos de algunos de sus temas, o al menos es lo que a mí me parece recordar.
Y junto a la Música también el Cine es elemento que está presente en el relato. Así se cita a Julio de la Rosa, compositor de la música del film "La isla mínima". También hay una importante referencia a la película "De la vida de las marionetas" de Ingmar Bergman, quizás porque al igual que en la novela en el film se produce la muerte de una prostituta que es o ha sido visitada por un hombre cuya relación amorosa ha fracasado. Esta, el final de la relación amorosa, es toda la similitud existente entre ambas narraciones, nada más. Y también creo recordar que en un momento dado del relato aparece citado el nombre del director manchego Pedro Almodóvar.
Mucho culturalismo, pues, hay en "humanimal", la novela de Emilio Picón que se resiste a ser reducida a una sencilla explicación, una novela con muchas aristas, una novela compleja, una novela la mar de interesante. Y un autor que acabo de descubrir y del que quisiera seguir leyendo sus próximas obras.
Pues me parece muy interesante esta novela que nos traes hoy. La voy a buscar. Un saludo
ResponderEliminarSí que es interesante y novedosa. A ver qué te parece, Esther.
EliminarUn beso
Se presenta como de lo más original y atractiva esta novela. Un juego literario con esas influencias, esos juegos, etc. cuando menos resulta algo que se sale de la norma imperante y habitual, lo cual es de agradecer y mucho. Tomo nota de la novela.
ResponderEliminarTu reseña es magnífica y tan completa como nos tienes acostumbrados.
Un beso.
Un beso
De lo que he leído últimamente es lo más original, innovador y experimental que he visto. Creo que el autor tiene un enorme conocimiento de la literatura, tanto a nivel de lector cuanto a nivel de autor. Muy interesante me ha parecido por todo esto.
EliminarMuchas gracias, Rosa, por tus palabras sobre esta reseña.
Un beso grande
Me has dejado turulata perdida con lo literaria qué es esta novela y las referencias para Julio Cortázar, entre otras perkas que te he leído, lo del experimentalismo me ha entrado de lleno.
ResponderEliminarAún tengo serios problemas para leer y unos poquitos para escribir, pero no me gustaría perderme esta obra.
Estupendísima reseña Juan Carlos.
Besos 💋💋💋
Y harías bien, amiga mía, porque es de una novedad que conmociona desde luego. Anímate a leerla y luego ya me dices.
EliminarUn beso grande
Sinceramente agradecido, Juan Carlos. Celebro que te haya gustado la novela. Una reseña muy trabajada que, insisto, se agradece. Salud!
ResponderEliminarY yo te agradezco el buen rato que me has hecho pasar mientras la leía. Espero leer más títulos tuyos.
EliminarUn abrazo
Ni autor ni editorial me resultan conocidos, y bien que lo siento después de leer tus sugerentes análisis. Encima, le ha puesto prólogo Manolo Moyano, con cuya amistad y cercanía me honro desde hace años. Imperdonable. Me parece a mí que no me va a quedar más (gozoso) remedio que adentrarme en sus páginas.
ResponderEliminarQue conste que yo hasta que el escritor se puso en contacto conmigo no había tenido el gusto de conocer ni a su novela, ni a la editorial, ni al prologuista y ni, por supuesto, a él mismo. Pero, oye, después de tener la novela descansando sobre mi mesa unos cuantos días me puse con ella y me sorprendió gratamente como cuento en la reseña.
EliminarDesde luego tú, Rubén, conociendo a Manuel Moyano, tienes la amistosa obligación de comprobar por ti mismo si lo que dice en el prólogo coincide con lo que vayas a degustar leyendo "humanimal". Ya me contarás.
Un abrazo
Hola, Juan Carlos.
ResponderEliminarDesde luego te has metido a fondo con la novela haciendo un análisis muy riguroso de los elementos principales de la misma: metaliteratura, humor, experimentalismo, etc. Me ha llamado también la atención como el formato del texto se ha ido transformando al compás de la narración. Buena tu idea de añadir las imágenes del propio libro. Creo que la innovación es un deber en la creación de cualquier arte y seguro que de eso el autor debe sentirse muy orgulloso.
Un abrazo.
Coloqué la foto con imágenes del experimentalismo que hay en el libro para que quienes lean la reseña se puedan hacer una mejor idea de a lo que me refiero.
EliminarSí que el autor, almeriense él, debe sentirse muy orgulloso -¡y con razón!- del trabajo realizado en esta novela.
Un fuerte abrazo, Miguel
Precisamente vengo de dejar programada una entrada sobre un libro de Roberto Bolaño. Comienzo hablando de coincidencias y casualidades literarias y vengo a tu blog a encontrarme nada más y nada menos que con el nombre y la referencia al escritor chileno. El libro no es Los detectives salvajes, sino 2666, porque si no la coincidencia ya sería excesiva.
ResponderEliminarEn cuanto a este libro de Emilio Picón que reseñas, qué quieres que te diga, Juan Carlos, me encantan esos juegos literarios, ya no solo los guiños a otras obras, autores o incluso personajes, sino esa veo especie de rebelión de los personajes hacia su autor. Veo, además, que hay mucho sentido del humor en sus páginas, que creo que es fundamental para abordar un libro así. Se ve que la parte experimental de humanimal te ha convencido. Me da, por lo que leo, que su contenido también.
Besos
Hola, Lorena:
EliminarA mí estas coincidencias o casualidades me encantan. La verdad es que cuando uno está volcado sobre libros y lecturas no es extraño que entre unos y otros lectores se den pues al final estamos circulando por el mismo mundo, la misma carretera.
Este libro de Picón es una apuesta difícil de la que sale bien librado, pese a su gran dificultad. Por ello, al finalizarlo y enjuiciarlo con distancia crítica, sólo cabe alabarle el esfuerzo y tino en su realización.
Un abrazo y un beso, amiga
Hola Juan CArlos, pues me acabas de descubrir una editorial de mi tierra que no conocía. Interesante. En cuanto al libro, se ve que lo has disfrutado a tope. En mi caso, no sé. Es que tengo una lista larguísima y este no me termina de convencer del todo. Besos
ResponderEliminarHay editoriales pequeñas por ahí de lo más interesantes, Marisa. Lo importante, y es demostración de estar vivo, es mantener siempre abierta nuestra capacidad de sorpresa; cuando esta desaparezca..., apaga y vámonos.
EliminarY sí, las listas de pendientes son interminables e imposibles de realizar. No todo tiene cabida en ellas, naturalmente.
Un beso grande