✔ «Aquí, si quieres vivir, si quieres tener algún derecho, tienes que volverte como ellos, convertirte en un colaboracionista, en un carcelero, en un chivato, en un traidor. ¿Te parece suficiente información? Estamos ocupados por fuera pero también por dentro. ¿Quieres más información o te basta con esto?»
✔«Revilla, que no tenía con él tanta familiaridad como Santos, se sumó a la conversación cuando evocaron algunos de los lugares sagrados del falangismo: el Teatro de la Comedia, en el que se había celebrado el acto fundacional, y el Café Lion, con La Ballena Alegre en el sótano…
—¡La de veces que estuve allí con José Antonio! —exclamó, tratando de ponerse a la altura del propio Ridruejo, uno de los próceres del partido, compositor de varios versos del Cara al sol.»
- En el primero, Noviembre de 1939 a Junio de 1940, asistimos a la presentación de muchos de los actores del relato, tanto los propiamente históricos como los de ficción. Del contexto mundial sobresale sobremanera la presencia en el panorama europeo de Alemania, que está realizando sus primeras invasiones: la de Polonia primero, seguida de otras como la de Francia. Esta parte finaliza en el emblemático edificio de Telefónica desde cuya terraza se realiza un castillo de fuego (fuegos artificiales) en homenaje a que Tánger ha vuelto a ser administrado por España dada la alianza que Franco mantiene con Hitler.
- En el segundo libro, Julio a Diciembre de 1941, los dos mundos madrileños se muestran en su interioridad: el de los ganadores (falangistas de siempre como Matías Revilla y no falangistas como Valentín Aja que durante la guerra militaba en el PC y que ahora es colaboracionista de la brigada político-social denunciando a antiguos compañeros); y el de los perdedores (republicanos, especialmente comunistas que intentan mantener viva la resistencia a la espera de que la guerra europea acabe con los fascismos, el de Franco entre ellos). Luego estarían los, digámoslo así, neutrales como Basilio, padre de Gloria, catedrático de universidad depurado y apartado de su cátedra por los vencedores; Félix Benítez, alumno de Basilio, enamorado de Gloria. Y también los arribistas que se apuntaron al carro del vencedor.
- En el tercer libro, Abril a Octubre de 1942, las historias de los miembros de este personaje coral conectan e inflexionan a través de una historia de celos existente entre los hermanos Ruiz: Esteban, protésico dental, y Aníbal, colaborador de Matías Revilla en la Comisión Revisora de Viviendas y Muebles; estos dos hermanos tienen muy mala relación entre ellos a propósito de la paternidad de Rocío, la hija de Rosario, esposa de Esteban. Lo que sucede entre los hermanos complica la vida a Revilla que no quiere verse salpicado por ello. Aquí se ven las maniobras dentro de los falangistas para echar a unos u otros. Si cayese el ministro Arrese, sostenedor de Revilla, Valentín Aja correría serio peligro. Por otro lado, en esta parte prosigue la represión en cárceles y Bernabé, el hermano de Cristina y de Eloy, encarcelado en Porlier, es fusilado junto a muchos otros. En contraste con lo anterior, Avelina, esposa de Matías Revilla, muestra la 'caridad' del Régimen. Caen muchos comunistas por la represión y las denuncias de Valentín; Eloy logra, de milagro, huir al monte.
- En el cuarto libro o cuarta parte, Septiembre de 1943 a Marzo de 1944, vemos la vida de los guerrilleros en el monte. En el grupo de Eloy, entre otros, están el Caralarga, Arsenio, el Chaconero, el Mancho, Ginés, niño pastor que ayuda a Eloy.... Estos guerrilleros realizan batidas por la zona, robos para aprovisionarse, ejecuciones sumarias por viejas deudas o por encargo del Partido. Porque el propio PCE también realizaba sus purgas. Al tiempo, en el interior de Madrid, Cristina participa en la Resistencia colaborando con Heriberto Quiñones, con Virgilio, y otros comunistas del exterior, como el primero, o del interior, como el segundo, que es su enlace con el Partido. Todo lo hace Cristina para así mantener, siquiera sea de manera epistolar, relación con Eloy. También en el interior vemos cómo se desarrolla la vida de Gloria con Félix, que los ha acogido, a Basilio y a ella, en su despacho de abogado. Por último, Valentín, empecinado en la persecución de sus antiguos compañeros, va medrando en el Cuerpo de policía.
- En la quinta parte o quinto libro, Febrero a septiembre de 1945, Eloy retorna a Madrid por orden del Partido. Personajes reales e históricos como Jesús Monzón y Pilar Soler serán llamados por el Partido desde Toulouse. Otros, como Gabriel León Trilla, no obedecerán la orden y sufrirán en propia carne su indisciplina. Si así, más o menos, discurre la peripecia real, la historia de ficción en esta parte final se va resolviendo. Lógicamente -eso lo sabemos desde el principio todos los lectores-, las aspiraciones de los antifascistas quedarán en agua de borrajas, serán puro Castillos de fuego. Pero Ignacio Martínez de Pisón culmina la historia de ficción, una hermosa historia de amor, de manera emotiva y muy esperanzadora para todos aquellos que hemos disfrutado leyendo la novela.
«Mira quiénes están ahí: Pemán, Luca de Tena, Arniches… Es él, ¿no? Carlos Arniches, el de los sainetes. ¡Qué viejito está! Y allí mira: Fernando Díaz de Mendoza, María Guerrero… El de al lado debe de ser su hermano, el aviador. Un héroe de guerra.»
- «Basilio había visto a varios gerifaltes del régimen entrar en la iglesia. Había reconocido a dos generales y varios ministros. A uno de ellos, el de Hacienda, José Larraz, lo había tenido de alumno veinte años atrás. Pero el que le interesaba era el de Educación Nacional, José Ibáñez Martín»
- «Mercedes Sanz, una mujer de mofletes rellenos y mirada infantil, con el pelo recogido en una compleja arquitectura de horquillas, que, aunque había vuelto a casarse, seguía vistiendo de negro para no renunciar a su condición de viuda de Onésimo Redondo, prohombre de Falange.»
«[Esteban] Cruzó la plaza, siguió hasta Carretas y salió a la Puerta del Sol. [...] En la esquina de Montera, se zafaba de una prostituta empeñada en colgársele del hombro [...]. Llegó Esteban a la Gran Vía. A partir de allí avanzó despacio, asomándose a las bocacalles de uno y otro lado, que estaban en plena ebullición: Valverde, Chinchilla, Jacometrezo, Libreros.»
- «Granada, tierra soñada por mí. Mi cantar se vuelve gitano cuando es para ti…»
- «...Regando las flores hay una monjita, que como ellas tiene carita de flor y que se parece a aquella mocita que tras la cancela le hablaba de amor...»
- «...Rocío, ay, mi Rocío, manojito de claveles, capullito florecío...»
- «¡Ay, ba...! ¡Ay, ba...! Ay, babilonio que marea... ¡Ay, ba...! ¡Ay, ba...! Ay, vámonos pronto a Judea...»
«Supongo que no te suena el nombre de Heriberto Quiñones… Yo lo conocí porque vino a traerme una carta de Eloy. Era un hombre íntegro, noble, valiente, generoso: un gran comunista. Lo dio todo por reorganizar el Partido en el interior. Y, cuando digo todo, digo todo. Hasta la vida. Pero a los dirigentes que estaban en Francia, en México, en Rusia, no les gustaba que pensara por sí mismo.»
Leí del autor hace ya varios años La buena reputación. Me gustó mucho, pero, inexplicablemente, no he vuelto a repetir con Martínez de Pisón, y eso que he estado tentada a hacerlo varias veces y con distintos títulos, además. Castillos en el fuego lo tengo apuntado desde que supe de él al poco de publicarse, y creo que desbancará a todos esos otros títulos que he ido pretendiendo leer del autor. Se ve una novela ambiciosa tanto por extensión como por esa coralidad de personajes, pero es precisamente esa coralidad que puede dar un fresco me parece que bastante certero del Madrid de la época y sus habitantes lo que más me atrae de ella. No será fácil hacerle un hueco precisamente por su extensión, pero suelo ser muy paciente con mis apetencias lectoras. Tiempo al tiempo.
ResponderEliminarBesos
De Martínez de Pisón, antes de leer esta última novela, había leído "La buena reputación" y "Filek", una curiosa historia también situada en la famélica España de 1939 sobre un posible motor de agua para la automoción. Es un autor que penetra muy bien en la realidad histórica de un momento mezclándolo adecuadamente con ficción.
EliminarCreo que "Castillos de fuego" es una novela que te va a gustar, Lorena.
Un beso
Juro que te había puesto un comentario. No sé a dónde ha ido. Leí el libro el año pasado y me encantó. Es un autor que me gusta mucho y al que sigo hace ya muchos años. Creo que es una de sus mejores novelas.
ResponderEliminarUn beso.
Coincidimos en todo, Rosa. Una magnífica novela, un ¡¡novelón!!
EliminarBesos
Has nombrados a dos autores que me hacen plantearme leer esta novela. El título lo tengo en casa pero no lo he leído todavía. Asustaba un poco el número de páginas no por la cantidad, sino porque, cuando me meto en una lectura, no abandono, aunque no me guste. Pero claro, no es lo mismo que te ocurra eso con un libro de 300 páginas que con uno de 700, como es el caso. Pero como digo, has nombrado a Andrés Trapiello y a Almudena Grandes en Tres bodas de Manolita y eso es una garantía para mí. Me lo plantearé, Juan Carlos. Besos
ResponderEliminarEs verdad que el número de páginas (unas 700) echa un poquito para atrás, pero te diré que su lectura es de una agilidad y fluye el texto de tal modo que sin darte cuenta avanzas en la lectura como si nada. También a mí esos dos autores (Trapiello y Almudena Grandes) a los que sin darme cuenta me llevaba mentalmente Castillos de fuego me encantan y siempre me seducen.
EliminarMe gustará conocer tu opinión sobre esta novela, Marisa.
Un beso
Yo también vi esta novela entre las mejores del pasado año y me quedé con las ganas de saber más. Ahora tengo claro que quiero leerla, porque tengo la sensación de que me estoy perdiendo algo muy, muy interesante. Gracias por la reseña, es impresionante.
ResponderEliminarMuchas gracias a ti, 'Érase...', por tu comentario. Me encantará leer tu reseña sobre Castillos de fuego e ir avanzando en los distintos aspectos que destaques de la novela a través de esos "Érase una vez".
EliminarBesos
¡Hola Juan Carlos!
ResponderEliminarLeí de este autor hace como dos años Fin de temporada y me gustó mucho (te la recomiendo si no la leíste), reconozco que la temática me atrae mas que Castillos de fuego, el tema de la Guerra civil y los temas políticos la verdad es que últimamente los tengo en stand by, me dan un poco de pereza. Pero también es cierto que todo lo que nos comentas sobre ella pues me parece superinteresante, la ciudad de Madrid como otro protagonista de la historia y esa banda sonora de la historia como aliciente adicional, pues no te digo yo que en un futuro no me vaya a animar a leerla. Tu reseña, como siempre muy muy completa e interesante, desgranándolo todo minuciosamente
¡Un beso enorme!
Hola, Marian:
EliminarYo de Martínez de Pisón he leído, además de Castillos de fuego, La buena reputación y Filek. Las tres novelas me han gustado; la que menos, quizás sea Filek que va de un embaucador durante el franquismo que pretendió vender a Franco el motor de agua para automóviles y casi casi que lo consigue, la más flojita; pero las otras dos son buenas, y Castillos de fuego para mí es la mejor.
Tomo nota de Fin de temporada que no he leído. Este autor no me defrauda aunque, claro, hay cosas suyas que me gustan más que otras.
A mí también el asunto de la Guerra Civil ya me cansa un poco, pero si es simplemente el marco y hay muchas otras cosas que destacan en la historia no me importa que aparezca. Anímate a leerla, creo que vas a disfrutar.
Un beso