“Comprendí que las jaulas no siempre estaban fuera, en las amenazas y los chantajes de las personas que tenían el poder. También podían estar dentro, incrustadas en el cuerpo, en el espíritu de todas las mujeres perdidas que asumían mansamente un destino que no habían elegido”.
Tras haber leído con sumo gusto las dos entregas anteriores de los "Episodios de una guerra interminable" -"Las tres bodas de Manolita" y "Los pacientes del doctor García"- tenía ganas de hacerlo con "La madre de Frankenstein". Mi acercamiento a esta quinta entrega de la serie venía algo condicionada por la lectura de una serie de reseñas en las que esta novela de Almudena Grandes era considerada como inferior a las anteriores. Así pues mis expectativas no eran tan altas como las que tuve con las otras de la serie.
La verdad es que tras finalizarla mi impresión general en comparación con las dos que la precedieron es la de que "La madre de Frankenstein" está algo por debajo de aquellas. Cualquier comparación es odiosa, se dice habitualmente, pero cuando tenemos varios productos bien realizados por una misma creadora que los presenta como partes de una serie, es decir, al servicio de un proyecto más amplio, sí que es oportuno hacerla. Como paliativo de lo anterior conviene decir y recordar que, literariamente hablando, "Las tres bodas de Manolita" y "Los pacientes del doctor García" rayaban a una altura que se alcanza muy pocas veces.
La novela
La razón del título viene dada por ser Aurora Rodríguez Carballeira, personaje real, el motivo que abre el relato. Aurora es la madre de Hildegart Rodríguez Carballeira, una joven superdotada, a la que su madre en un ejercicio de autoritarismo y soberbia impensables asesina en 1933 al considerar que igual que le había dado la vida podía quitársela. El caso fue considerado propio de una mente enferma y Aurora fue encerrada de por vida en el manicomio de mujeres de Ciempozuelos (Madrid) donde el personaje de ficción, el doctor Germán Velázquez Martín, la encontrará en 1954 cuando entra a trabajar en este establecimiento.
La novela
La razón del título viene dada por ser Aurora Rodríguez Carballeira, personaje real, el motivo que abre el relato. Aurora es la madre de Hildegart Rodríguez Carballeira, una joven superdotada, a la que su madre en un ejercicio de autoritarismo y soberbia impensables asesina en 1933 al considerar que igual que le había dado la vida podía quitársela. El caso fue considerado propio de una mente enferma y Aurora fue encerrada de por vida en el manicomio de mujeres de Ciempozuelos (Madrid) donde el personaje de ficción, el doctor Germán Velázquez Martín, la encontrará en 1954 cuando entra a trabajar en este establecimiento.
"La madre de Frankestein" como el resto de novelas de la serie es una novela histórica que mezcla personajes reales como el de Aurora, el obispo Leopoldo Eijo Garay, los psiquiatras Juan José López Ibor y Antonio Vallejo Nájera, el abogado Juan Botella Asensi o el periodista Eduardo de Guzmán… con otros, la mayoría, puramente ficticios salidos de la mente de la escritora. Los más relevantes de los inventados son: el doctor Germán Velázquez; la auxiliar de enfermería María Castejón; Pastora, compañera de Rita, la hermana de Germán, en el taller de reparación de medias donde trabajan ambas; Eduardo Méndez, colega de Germán en el Hospital; y otros más.
La acción se vertebra en torno a tres personajes: dos de ficción, Germán y María; y uno real que es quien propicia el encuentro de los anteriores, me refiero a Aurora, la madre de Hildegart. Cada uno de estos tres seres sirve a la autora para desarrollar otros tantos círculos actorales a su alrededor.
El doctor Germán Velázquez logra salir en 1939 de España desde el puerto de Alicante a bordo del 'Stanbrook', barco real comandado por el también real capitán inglés Archibald Dickson. Se dirige hacia Suiza donde será acogido por el doctor Samuel Goldstein gran amigo de su padre al que debió la vida durante la guerra civil española en la que participó dentro de las brigadas internacionales. Gracias a este psiquiatra judío refugiado en Neuchatel Germán estudiará y se hará con un nombre en la aplicación de un fármaco nuevo que mejora mucho la calidad de vida de los esquizofrénicos. Esta fama será la que provocará que Germán sea invitado por el doctor Robles del psiquiátrico de Ciempozuelos a trabajar en España a fin de ensayar aquí ese fármaco.
La auxiliar de enfermería María Castejón abre al lector una panorámica más popular de la vida española del momento. Ella trabaja como chica de servir en una casa acomodada de la burguesía madrileña, la de doña Prudencia Molina. Allí es compañera de Rosarito mayor que ella y más antigua en la casa que la introduce en los secretos de la vida. También ahí conoce a Alfonso Molina, sobrino de los señores de la casa, de quien se enamorará perdidamente durante los tres meses de un verano que él residió en la casa de la calle General Mola de Madrid. También María sirve para abrir el abanico actoral hacia los trabajadores no sanitarios del Manicomio de Ciempozuelos donde además de trabajar ella reside desde siempre en la casa del jardinero, su abuelo. Juan Donato, importante en la vida de María, es otro trabajador no sanitario del manicomio donde hace arreglos y servicios de todo tipo en una especie de chico para todo.
Aurora Rodríguez Carballeira es en torno a quien se articula un tercer núcleo actoral en que están también integrados Germán y María como auxiliar de enfermería y amiga de la interna. A este grupo de personajes pertenecen el doctor Robles, director del psiquiátrico; el doctor Eduardo Méndez, amigo de Germán y de gran ayuda para María; la hermana Belén, superiora de la Comunidad de las Hermanas Hospitalarias, propietarias y gestoras del manicomio de mujeres de Ciempozuelos, que apoya en todo los proyectos innovadores del joven psiquiatra Germán Velázquez; Pedro Armenteros, sacerdote integrista contrario a las innovaciones que promueve Germán en el Hospital y cuyo afán es conseguir captar al doctor para el grupo de asistentes a los Cursillos de Cristiandad que se celebran bajo la dirección del obispo Eijo Garay.
Como se ve la galería de personajes que Almudena Grandes presenta en ésta y en las otras novelas de la serie es inmensa. Muchos de los personajes de las novelas precedentes aparecen aquí aunque con un papel menor o simplemente nombrados: el padre de Germán, doctor en psiquiatría Andrés Velázquez, es quizás el que más papel tiene sobre todo al inicio de la novela; Rita, hermana de Pastora, y su marido Rafael Cuesta, al igual que el marido de Pastora, el teniente de la Guardia Civil Miguel Sanchís, fueron muy importantes en las anteriores dos novelas y aquí salen de refilón; etc., etc.
Todos ellos son seres con personalidad propia, distintos los unos de los otros. Destaca especialmente el grupo de las mujeres, la mayoría de ellas, como dice la propia escritora en la promoción de su novela, mujeres empoderadas que buscan realizarse por sí mismas sin dependencias injustas de los hombres ni de nadie. Son mujeres que al igual que algunos de los personajes masculinos (Germán Velázquez o el doctor Eduardo Méndez) buscan la felicidad y son capaces de burlar las barreras impuestas por el Régimen nacional-católico a la sociedad española. En este grupo sobresale especialmente Pastora, viuda de un militante comunista, María Castejón, la hermana Belén que busca la felicidad de las internadas en el psiquiátrico, y ya en otra dimensión ciertamente equivocada pero para ella real y cierta Aurora Rodríguez Carballeira.
Una novela, como las del resto de la serie, de personajes, una novela coral en la que el actor principal es Madrid: la vida durante los años 50 de un Madrid oscuro, gris, sin alegría, desilusionado, donde todo atisbo de felicidad es visto como pecaminoso, donde la psiquiatría oficial -la de los doctores el coronel Vallejo Nájera y su enemigo acérrimo dentro del bando franquista el opusdeísta Juan José López Ibor- practica con los enfermos métodos crueles como las camisas de fuerza, los baños en hielo, las descargas eléctricas... como terapias adecuadas para curar las dolencias del alma entre las que incluían la homosexualidad.
Las historias que se muestran van entreverándose unas con otras, avanzan y retroceden en el tiempo, y se estructuran en cuatro apartados de significativos títulos:
- I. El asombro (1954): muestra la sorpresa que Germán Velázquez se lleva en su reencuentro con la España franquista quince años después de haberla dejado y su asombro al encontrarse en el psiquiátrico de Ciempozuelos con una enferma que rompe todos los estereotipos, la madre de Hildegart.
- II. La compañía (1955): No es bueno que el hombre esté solo, diríamos que la autora viene a pensar y por ello da compañía a unos y a otros personajes: a Aurora, a Germán, a María, a Eduardo, a Pastora...
- III. La soledad (1956): En esta parte los personajes principales se enfrentan a la soledad, cada uno a la suya. Germán rememora aquella que en 1950 lo llevó a casarse con una de las hijas de su protector Samuel Goldstein ("el 25 de agosto de 1950 me casé con Herta Rebecca Goldstein”) y luego su soledad en España que Pastora y María vendrían a paliar. María, por su parte, dada la diferencia de clase social existente entre ella y Germán piensa que entre ellos no hay nada que hacer y que más le valdría, si de verdad quiere no quedarse sola, dirigir sus ojos hacia alguien de su nivel como ese tal Juan Donato porque "las cosas como son, el doctor Velázquez nunca me rescataría de Juan Donato de la única manera posible, o sea, casándose conmigo."
- IV. La madre de Frankenstein: Aunque a lo largo del relato hemos sabido y comprendido el porqué del título de la novela es ahora cuando viene a hacerse explícito en esta parte situada ya en período democrático, más de veinte años después de fallecida Aurora en 1955. El doctor Velázquez presenta en Madrid un libro sobre la fallecida con ese título proveniente de la afición que la parricida tenía durante su encierro de fabricar muñecos de tela a los que en su desvarío quería insuflar vida tal como -decía- ella había hecho con su propia hija Hildegart, razón por la que ésta no era dueña de la misma en absoluto pues se la debía a ella.
- La historia de Germán (Nota de la autora). Sigue al apartado IV una quinta sección, ya sin número de orden donde la propia Almudena Grandes viene a contar cómo se gestó en ella este relato. Cómo desde 1989 llevaba rondando en su cabeza la idea de escribir algo sobre la madre de Hildegart a raíz de haber leído por esas fechas -en 1989 la novelista acababa de publicar con gran éxito "Las edades de Lulú"- un libro titulado “'El manuscrito encontrado en Ciempozuelos' del psiquiatra y ensayista asturiano Guillermo Rendueles Olmedo”. En ese momento estaba en auge la novela gótica que a la novelista, dice aquí, mucho le agradaba, y este libro "en la portada, junto con una fotografía de una mujer sobre la que se superponía otra de una señora con cara de general romano, aparecía un fotograma de una antigua adaptación cinematográfica de 'Frankenstein', inspirada en la novela de Mary Shelley que también había leído"
“La madre de Frankenstein es una novela de ficción construida sobre hechos reales. Mi inspiración original fue, desde luego, la vida y la muerte de Aurora Rodríguez Carballeira, una realidad que parece un alucinante, incluso delirante, argumento de ficción. Porque alrededor de la madre de Hildegart, de su vida, de su crimen y su destino, se fueron trenzando un buen número de historias, algunas falsas y muy hermosas, otras ciertas y mucho más feas” (p. 463)La novela está contada por estos tres personajes principales en primera persona. Muchas veces sobre todo cuando quien narra es María el discurso va dirigido a una segunda persona que es difícil de identificar en ocasiones -quizás a veces sea ella misma la que se interpela en forma de soliloquio- si bien en otras queda claro el receptor de esas llamadas de aquiescencia en forma de reiterativos 'fíjate' aunque no siempre sea el mismo:
"Por mucho que hubiera vivido en Suiza, por mucho que no entendiera España, por muy amable que fuera conmigo y aunque yo le gustara, porque sabía que le gustaba, las cosas como son, el doctor Velázquez nunca me rescataría de Juan Donato de la única manera posible, o sea, casándose conmigo. Eso era lo único en lo que se parecía al doctor Molina, fíjate” (p. 273)En este aspecto formal, aparte de lo habitual en la autora y ya señalado por mí en las otras reseñas de novelas de estos "Episodios de una guerra interminable" [ver reseñas de "Las tres bodas de Manolita" y de "Los pacientes del doctor García"] quisiera destacar lo mucho que me ha gustado el divagar de la mente enferma de la asesina de Hildegart. Lo bien que Almudena Grandes utiliza el flujo de conciencia y el monólogo interior en ese ir y venir torpe, roto, desordenado, de los pensamientos por una cabeza superdotada pero completamente destrozada la hilazón lógica entre ellos:
"¿Ya es de noche? ¡Qué barbaridad, cómo pasa el tiempo! ¿Y en qué mes estaré? Pues no lo sé, cómo voy a saberlo, si estoy todo el tiempo durmiendo. A lo mejor, Germán engendró a nuestro hijo mientras yo dormía. Claro, eso sería, le parecería más delicado, querría ahorrarme esa asquerosidad, y yo se lo agradezco pero, claro, ahora no sé cuánto me falta... ¡Qué frío hace de repente! Me han puesto una manta, pero tengo la nariz helada. Yo creo que fue una mujer la que me besó, ¿pero quién? Hilde... ¡Ay, pobrecita Hilde!" (p. 399)
Para finalizar
Como en las otras de la serie el homenaje que Almudena Grandes hace a Benito Pérez Galdós en esta novela es más que evidente. Madrid, sus calles, la vida de sus gentes populares, la indiferencia de los poderosos, el abuso por el abuso ejercido dobre los débiles, la demostración del poder por encima de cualquier otra consideración están presentes en "La madre de Frankenstein"
"Esto es un pulso por el poder, porque ahora mismo la clorpromazina es poder, y el poder, en España, es un derecho exclusivo de quienes ganaron la guerra. Y, aunque a mí me obligan a agradecerles todo el tiempo que me hayan perdonado, yo no la gané, y tú menos” (p. 302)
Es un ejercicio de repaso de la historia reciente tal como hizo Galdós en sus Novelas contemporáneas y en los Episodios Nacionales más próximos a su momento vital. Ambos, don Benito y Almudena, colocan siempre en primer término como hacedores de la Historia al pueblo; de ahí el innegable costumbrismo que permea las narraciones de uno y otra.
Una novela que se lee con muchísimo gusto gracias al estilo desarrollado por la novelista que logra captar al lector, meterle dentro del relato, hacer que se identifique con ese personaje colectivo que en distintos tipos y figuras deambula por el Madrid de esos años 50. Una manera de conocer la vida real de las gentes durante esos años de miseria y sufrimiento dentro de la España franquista en la que, naturalmente, también las personas vivieron o al menos buscaron historias de placer, de felicidad y alegría. Y entre estas personas, Almudena Grandes, se fija especialmente en esta narración -y también en las otras de la Serie- en las mujeres, sufridoras por partida doble de la represión y falta de libertades del momento en nuestro país.
Como le comenté a Rosa Berros, que también publicó no hace mucho una reseña de esta novela, estuve a punto de empezar a leer Los pacientes del doctor García cuando supe que formaba parte de una serie de novelas. Como no sabía si esta "saga" tenía un cordón que unia todas esas historias de forma cronológica y lineal y, por lo tanto, convenía leerlas por orden de publicación, aparqué al doctor Gracía y a sus pacientes para otra ocasión. Según Rosa, aunque pueden leerse de forma aleatoria, es mejor (parece lo más lógico o prudente) empezar por el principio. Tuvo, además, el detalle de relacionarme una a una las novelas que componen esta trilogía. Tú ya lo hacen justo al principo de esta reseña.
ResponderEliminarLo que mencionas respecto a que esta última entrega ha perdido fuelle, supongo que es bastante habitual en estos casos. No sé por qué será. Intentaré, de todos modos, hacerme con la "colección" completa. Veremos que resulta de ello, je,je.
Un abrazo.
Hola, Josep:
EliminarYo como digo he leído tres de las cinco publicadas y también comencé a hacerlo a raíz de haberle leído a Rosa reseñas sobre estos "Episodios de una guerra interminable". Comencé con "Las tres bodas de Manolita" y como me gustó mucho he seguido con las dos siguientes. De las dos primeras no digo nada, por no haberlas leído, algo que a mí no me ha dificultado para nada seguir las tramas debidamente.
Rosa es entusiasta de Almudena Grandes y no tanto de Galdós. Yo lo soy más de Galdós que de Almudena, aunque ella es una galdosiana confesa, algo que se le nota en lo bien que se leen sus historias. Es comenzar y no poder parar. Vamos como le pasa a uno con don Benito.
Un abrazo desde mi rincón donde estoy confinado
Sí que soy entusiasta de Galdós. He leído un montón de novelas suyas y alguna dos veces. Lo que pasa es que, concretamente sus Episodios Nacionales no han llegado a entusiasmarme tanto como otras novelas suyas.
EliminarJosep, yo creo que si quieres leer los Episodios de Almudena Grandes lo hagas desde el principio, pero si te apetece solo alguno, no pasa nada por no haber leído el resto.
Juan Carlos te recomiendo especialmente "El lector de Julio Verne". Bueno, te recomiendo los dos que te faltan, pero por esa segunda entrega tengo una especial predilección.
Un beso a los dos. Y perdón por el retraso.
Naturalmente que estás perdonada, Rosa, faltaría más. Tomo nota de "El lector de Julio Verne" y no pasará mucho tiempo antes de que lo lea.
EliminarHe leído las anteriones que mencionas y este seguro lo.leeremos en cuanto pueda.
ResponderEliminarGracias por tan ex centenar reseñas a lo que ya nos tienes acostumbrados.Abrazosbuhos.
Excelente!!!!😠😠😠pero si excelente!!
ResponderEliminarGracias a vosotras.
EliminarUn beso
Hola, Juan Carlos.
ResponderEliminarExcelente reseña; mi aplauso.
Como le comentaba a Rosa Berros en su reseña de la novela Admiro mucho a Almudena Grandes tanto en lo personal, como en su privilegiada forma de escribir. Lo hace de manera tan natural, ya sea en sus artículos como en sus novelas, que la considero una maestra de maestras entre los escritores. Es muy apetecible la lectura de esta novela.
Abrazos y feliz fin de semana.
Pues no te la pierdas, Miguel, seguro que te gustará.
EliminarUn fuerte abrazo
Seguro que me fascinará, como el resto de estas novelas de la guerra inacabable. Un Lujo leer tus reseñas, siempre
ResponderEliminarUn abrazo
Pero seguro, seguro, Albada, que te encantará.
EliminarMuchas gracias por tus palabras, amiga.
Besos
Aún tengo pendiente el anterior de esta serie, así que tardará en caer ésta. Sí he leído ya que es un poquito inferior al resto de las novelas, pero aún así, ya veo que la has disfrutado mucho. Es que las primeras novelas de esta saga son auténticas obras maestras. Es difícil llegar a la misma altura.
ResponderEliminarBesotes!!!
Exactamente así pienso yo, Margari. Mantener el mismo nivel de excelencia en todos los productos de una serie es complicadísimo cuando no imposible. Sólo hay que mirar a los deportistas: no siempre es posible batir las plusmarcas alcanzadas, llega un momento en que no se puede ir más allá, es imposible.
EliminarLa disfrutarás, ya verás.
Un beso
¡Hola Juan Carlos! hace unos años ya empecé a leer de esta autora la del Corazón helado. Varias amigas me la habían recomendado con entusiasmo. pero mira, no puede acabarla, de hecho no creo que ni llegara a la mitad. Me aburría mucho, se me hacía muy espesa y desde entonces le he tomado manía. Aunque seque la autora escribe y transmite muy bien, de eso no tengo duda, pero estoy convencida de que estos tomas de la guerra civil se me harían pesados ¿o tal vez no? Quién sabe..., no creo que llegue a descubrirlo nunca. Me alegra que los hayas disfrutado
ResponderEliminar¡Besotes!!
Hola, Marian:
EliminarYo también como tú tuve una época de desamor hacia Almudena Grandes. Estaba también harto de la temática Guerra Civil, pero mira tú por donde una amiga me habló de estos Episodios y me dije venga, vamos a ver, lo mismo estás algo equivocado. Empecé con "Las tres bodas de Manolita" y me encantó, luego la siguiente y ahora ésta. Está la Guerra Civil presente pero más como marco previo que ha llevado a los momentos que presenta en esas novelas. Me gusta Almudena porque en líneas generales se muestra equilibrada aunque los protagonistas siempre proceden de la España derrotada y más donde sitúa los relatos, en Madrid, una ciudad que aguantó tres años de guerra y vivió la represión como pocas. Es muy interesante ver cómo conviven ambos bandos -el vencedor y el perdedor- en el día a día de la España real.
Anímate. Estoy seguro que te encantará. Prueba
Un beso
¡Hola Juan Carlos!
ResponderEliminarMe encanta esta serie y me encanta Grandes, le sumas personajes y tramas, y me tienes pegada a los libros como gato a una estufa; los dos anteriores los he disfrutado una barbaridad, pero este aún no lo he leído, lo tengo en casa desde hace un tiempo, pero como me suele pasar, lo que no va para reseña o crítica literaria, lo voy posponiendo y al final me toca dejarlo todo y decir ¡Ahora o nunca! y al final tendré que hacerlo, ya lo verás.
Y que reseñón, xiquet, que reseñón.
Besitos.
Según tu nick es normal, Yolanda, que disfrutes con la Grandes como 'gato pegado a una estufa' (ja, ja...). Es normal que no puedas meter mano a algunas novelas dada tu actividad como lectora que tienes. A mí me apabullas. Se me hace difícil seguirte dada la cantidad de reseñas que publicas en el blog.
EliminarUn reseñón, sí; es que hay veces -¡y tú lo sabes!- que te pones a escribir y hala, hala, te sale una filípica que para qué, ¿verdad?
Venga, majetona, un beso
Acabo de terminar la novela y también creo que es la más 'floja' de esta serie de episodios de una guerra interminable. Entrecomillo lo de floja, porque en Almudena Grandes, algo flojo es de todas maneras una pedazo de obra que ya quisieran muchos otros escritores.
ResponderEliminarPara mí, el que se traten tantos temas diferentes en una misma novela me aturde y me dispersa la atención, creo que si se hubiera centrado más en un solo tema yo lo habría valorado más, pero es una opinión muy personal.
De todas formas he aprendido muchas cosas, como el papel de Vallejo Nájera (padre) en la psiquiatría de aquella época, qué fuerte, no tenía ni idea y de lo de López Ibor tampoco, claro. Por cierto, que el hijo se haya cambiado la 'j' del apellido por la 'g' será una manera de tomar distancia? Ahí lo dejo.
Me ha encantado esa comparativa que haces de Almudena con don Benito, es cierto que los dos 'utilizan' al pueblo llano para mostrar la realidad del momento. En esta novela se cita varias veces al personaje de Jacinta, pero mira tú por dónde yo no pillé que era un homenaje a Galdós, soy muy simple.
Un besote.
Hola, Paloma:
EliminarDe simple nada, maja. Lo mío no tiene mucho mérito. Todo viene de mi visita a la exposición que hasta febrero hubo en la biblioteca nacional sobre Galdós (2020 es el centenario de su fallecimiento). Ahí en un video-expositor seis o siete autores contemporáneos hablaban de Galdós y entre ellos estaba Almudena que se identificaba como galdosiana confesa.
Sobre esos dos psiquiatras yo tampoco sabía lo de sus ideologías franquistas tan marcadas hasta que leí la novela anterior ("Los pacientes del doctor García") y me quedé de piedra. Sobre lo del cambio de grafía en el apellido me da que vas a tener razón, seguro que sí.
Venga, Paloma, 'disfruta' del confinamiento (je, je...)
Besos
Buenos días querido amigo.
ResponderEliminarHe pasado así a vuela pluma por encima de tu reseña, pues tengo previsto empezar con las tres bodas de manolita y los pacientes del doctor garcía próximamente, y por ello me gustaría estar "virgen" en opinión personal y apreciación de la obra para cuando me acerque a ella.
Una vez termine volveré a tu reseña.
Un fuerte abrazo.
Pues me parece muy bien, querido Javier. Espero (estoy casi seguro de ello) que disfrutes con las lecturas.
EliminarBuena cuarentena
Un abrazo
Es una autora que me encanta y que hace mucho tiempo que no leo... No sé con cuál la retomaré, aunque tengo algunos por casa.
ResponderEliminarEste igualmente lo tengo anotado!
Besotes
Venga, a por ella, amiga mía.
EliminarUn beso
Me parece que otras veces he comentado que Almudena Grandes es una de mis escritoras favoritas y algunos de los títulos que he leído de esta colección me han parecido una maravilla. Su manera de dibujar a los personajes hace que casi los hagas uno más de la familia y más de una vez al acabar una de sus obras he sentido una sensación casi de "desamparo", jajaja es lo que tiene esta maravillosa escritora que a mi me deja siempre con la boca abierta.
ResponderEliminarExcelente tu reseña como siempre aunque como Francisco aun la tengo pendiente de lectura y te he leído un poco con miedo a encontrarme "spoilers", no ha sido así, gracias. Ya te contaré cuando la lea.
Besos y cuídate mucho
Hola, Conxita:
EliminarLo primero espero y deseo que tú y todos los tuyos os encontréis bien y que el encierro no os esté resultando excesivamente pesado. Todo sea por el bien que se pretende lograr con él.
Todo lo que dices de Almudena lo apoyo y refrendo. Consigue hacerte adicto a su escritura pues escribe con sencillez, naturalidad y sin falsas impostaciones lo que hace como bien dices que sus personajes sean mientras los lees casi casi como de la familia. Y tú sabes que lograr transmitir esta sensación de sencillez y naturalidad no es nada fácil sino más bien todo lo contrario.
Me gustará mucho conocer tu opinión cuando leas esta novela.
Un beso grande
Tengo la novela en el punto de mira. Me interesaba leer una visión más actual de una historia que ya conocía, aunque veo que es solo una parte de la novela y no toda gira alrededor de Aurora y su hija. La combinación de personajes reales y ficticios es un buen recurso para hacer ficción pero al mismo tiempo reconstruir una época. Ese deje "galdosiano" de Almudena Grandes que has mencionado es todo un incentivo para mi, Galdós nunca aburre.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola, Gerardo:
EliminarAlmudena Grandes es una gran escritora y aunque, evidentemente, no esté a la altura de Lev Tolstoi, creo que podría ser una buena opción lectora para este confinamiento que nos alargan como si fuera un chicle. Entretiene, ilustra y se aprende siempre cosas cuando se la lee. Y luego está Galdós, claro, a quien ella admira y que como tú bien dice nunca aburre. Tengo ahora mismo en perspectiva leer alguno de sus Episodios Nacionales y así ir avanzando en ellos. Almudena es una galdosiana declarada. Y se nota.
Un fuerte abrazo
Ha sido una buena lectura, Juan Carlos, perfecta para estos días de confinamiento porque es muy amena y humana. La he acabado hoy y estaba repasando vuestras reseñas para digerirla un poco antes de ponerme con la siguiente.
EliminarMe alegra que te haya agradado Gerardo.
EliminarUn abrazo
Hola Juan Carlos!. Una reseña muy completa, como todas las tuyas. Empecé esta serie por la primera y como soy muy maniática quiero leerla en orden. Me he quedado justamente en Las tres bodas de Manolita por la que tu empezaste. Espero retomarla este año. También comencé a leer los episodios nacionales de Galdos, pero voy todavía en la primera serie, me quedan para unos cuantos años pero voy a mi ritmo y alternándoselas con otras de Galdos que me quedan por leer. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Mar:
EliminarCada uno tiene sus ritmos y su orden, naturalmente. Yo también este año estoy leyendo algo más a Galdós que me lo ha recordado Almudena pues una de sus protagonistas se compara con frecuencia con la Jacinta galdosiana. Estoy leyendo "Gerona", episodio nacional de la Primera Serie. Galdós siempre es un autor con el que sabes que no te equivocas aunque como decía este domingo Vargas Llosa en un artículo sobre el escritor publicado en El País tiene el problema de no saber trabajar debidamente con la figura del narrador. Me ha hecho pensar y sí, leyéndole ahora mismo, creo que Varguitas tiene razón.
Besos
Una reseña muy completa y detallada, Juan Carlos.
ResponderEliminarLa historia de Aurora me llama mucho la atención aunque sé esta novela no se limita solo a eso.
De Almudena Grandes solo he leído hace mil años una novela y me gustó mucho. Últimamente me estoy planteando comenzar a leer estos Episodios de una guerra interminable, o al menos la primera de las novelas y luego ya veremos.
Besos
Hola, Lorena:
EliminarYo no he leído las dos primeras. Comencé por la tercera, "Las tres bodas de Manolita", porque en la Tertulia la pusieron de lectura una vez. Fue a raíz de esa lectura que seguí con la siguiente, "Los pacientes del doctor García", y ahora con ésta. Pero sé que debería leerme también las dos primeras aunque el hecho de que estén más ubicadas que estas tres en la propia Guerra Civil me echa un poquito para atrás por eso de estar un poco empachado de ese tema. Pero no sé, sí, habrá que leerlas.
Te deseo buen confinamiento, un Día del Libro alto atípico por lo mismo y desde aquí te envío un beso grande.
¡Ay! Hace ya un montón de tiempo que me leí dos entregas de esta serie; si no recuerdo mal eran "Inés y la alegría" y "El lector de Julio Verne", que me gustaron mucho, sobre todo el primero. Pero no sabía que Almudena había escrito ya la quinta entrega... Ya voy con retraso, qué desastre...
ResponderEliminarHola, Espe:
EliminarJustamente esas dos son las que a mí me faltan. Pero creo que voy a leérmelas porque esta mujer escribe divinamente.
Un abrazo
Pues no ha sido de los que más me ha gustado habiendo leído ya todos. No sé, mi sensación ha sido de avance muy lento y detenerse en exceso en ciertas cosas que no aportaban mucho. Tampoco me ha emocionado como ninguno de los anteriores. Aún con todo me ha resultado interesante conocer detalladamente la historia de Aurora. Casualmente mis preferidos de los Episodios son "Las tres bodas de Manolita" y "Los pacientes del doctor garcía" que veo que son los que tú habías leído.
ResponderEliminarBesos
Hola, Inés:
EliminarDe acuerdo en todo contigo. A mí también por momentos me ha dado la sensación de falta de progresión, de querer sólo engrosar como sea el libro sin avances significativos.
Un beso
Menos mal que cada vez que comento en una entrada vuelvo a la anterior para ver la respuesta a mi comentario. Así me he dado cuenta de que me había saltado esta entrada. No le entrada, sino el comentario. Algo me distraería y se me pasó. Y mira que es de las que más me pueden interesar.
ResponderEliminarEs curioso, pero en esta serie cada uno tenemos nuestros favoritos. Yo no sé si se debe a calidad real (de eso entiendes más tú) o a simples gustos personales. Para mí, sigue siendo "El lector de Julio Verne" mi favorito, pero reconozco que es algo puramente subjetivo.
Me ha gustado mucho "La madre de Frankenstein". No sabía decir si es mejor o peor que otras. Creo que es más triste, más oscuro, pero es que ambientándose en un psiquiátrico de mujeres no podría ser de otra forma y más aún si tenemos en cuenta a esa Aurora Rodríguez Carballeira, capaz de matar a la hija que había concebido como salvadora de la humanidad y su instrumento personal al darse cuenta de que pensaba por sí misma y se salía del plan que le tenía reservado.
Cada una de las cinco novelas de esta serie, más "El corazón helado" que sin serlo 𝘴𝘦𝘯𝘴𝘶 𝘴𝘵𝘳𝘪𝘤𝘵𝘰 se supone la precursora, nos da una clave distinta, un aspecto particular de nuestra Guerra Civil, sus previos y la terrible posguerra que la siguió. Es indudable que Almudena Grandes está creando un edificio literario de una calidad muy alta. Es una narradora de oficio, una artesana de la narración. ¡¡Hala, ya me vine arriba!!
Un beso.
Madre mía, Rosa. Si a ti se te había pasado comentar esta entrada, no te digo lo que a mí me ha sucedido. Suelo responder todos los comentarios y estoy seguro que este tuyo no me habrá llegado debidamente comunicado por email o por la misma página de blogger en el apartado comentarios. Bueno, no sé, el caso es que hoy al ver que tenía un comentario tuyo en esta reseña he venido y he contestado la que al alimón nos has hecho a Josep y a mí. Antes de irme bajé hasta el final de los comentarios y me encuentro con este tuyo del ¡¡22 de abril de 2020!! y me digo a mí mismo ¡Quillo, qué t'ha pasao! Pues no lo sé, la verdad. Despiste como otro cualquiera. Sorry!!
EliminarBueno ya he tomado buena nota de tu recomendación. Añado a "El lector de Julio Verne" esta de "El corazón helado". No sé, no sé, va a ser demasiada guerra civil para mí (ja, ja... Es broma).
Un beso fuerte, amiga