"Maximilien Heller" de Henry Cauvain llegó a mi casa a finales
del mes de julio al haber resultado ganador del Sorteo Internacional “Tres
libros, tres ganadores” que David Sánchez del blog “Las lecturas de MrDavidmore” organizó para celebrar la elevada
cifra de 2.000.000 de visitas a su web. Tres eran los libros que David
sorteaba, cada uno de una editorial distinta. A mí me correspondió en suerte el
de la editorial d’Epoca, una editorial que no conocía y de la que tras tener el
libro en mis manos y haberlo leído no puedo decir más que palabras elogiosas.
La editorial
D’Epoca es una iniciativa empresarial asturiana surgida del
entusiasmo de cuatro personas: Susana González, Bernardo García-Roves, Eva
María González y Rosa Sahuquillo. Los cuatro son los editores y los responsables
de esta aventura que tiene como objetivo –‘humilde objetivo’, dicen ellos- nada
más y nada menos que recuperar joyas clásicas que, por alguna inexplicable razón,
no han llegado hasta nuestros días en castellano. Se definen a sí mismos como la editorial
de las grandes novelas decimonónicas.
En su página web afirman que su filosofía editorial busca impulsar la renovación de clásicos universales
recuperados principalmente de finales del siglo XVIII, XIX y principios del
siglo XX, devolviendo a las librerías obras selectas en ediciones exquisitas. Sus recuperados
autores proceden fundamentalmente del Romanticismo, Realismo y Naturalismo
francés, alemán, italiano, anglosajón, ruso..., con especial atención a la
literatura victoriana. Fijan su atención sobre todo en el XIX, en la literatura
de ese siglo, los «novelones
decimonónicos», «de Época», con obras y autores de gran peso en la literatura Universal que despertaron
un profundo interés y un enorme éxito en su momento, pero que luego por razones diversas quedaron
relegadas al olvido e inexplicablemente no llegaron hasta nuestros días. Quieren
lograr que estos libros renazcan y tengan nueva vida. Para ello, como he podido
comprobar en éste del autor francés Henry Cauvain, realizan reediciones con nuevas
traducciones (en esta ocasión, una de
las editoras, Eva María González Pardo, es la responsable de la excelente traducción), con unos magníficos prólogos (en este caso sobre los orígenes de
la novela de detectives en los que “Maximilien Heller” ocupa lugar de privilegio).
Editorial
dÉpoca distribuye sus publicaciones en cuatro colecciones: TESOROS DE ÉPOCA (Joyas clásicas, recuperadas o inéditas, principalmente
del Romanticismo, Realismo, Naturalismo...
con especial atención a la literatura victoriana), MISTERIOS DE ÉPOCA (Joyas clásicas recuperadas o
inéditas enmarcadas específicamente por su temática como novelas de intriga y
misterio), LETTERE DE
ÉPOCA (Correspondencia,
obra epistolar y biográfica de reconocidos autores del siglo XVIII y XIX) y BIBLIOTECA TROLLOPE (Colección dedicada a la
recuperación de la obra literaria de Anthony Trollope).
El autor de la novela
Henry Cauvain (1847-1899) llevó una doble vida como alto funcionario y
escritor. Su carrera como novelista comenzó con la obra que nos ocupa, «Maximilien Heller», publicada por primera vez en 1871, novela que obtuvo un éxito considerable y fue reimpresa
repetidamente en años posteriores.
Seguidamente publicó una serie de novelas
históricas entre las que destacan «Le chariot d'or» (1875), «Le Roi de Gand»
(1877) y «Le Grand Vaincu» (1883); y escribió, así mismo, otras novelas de
misterio entre las que podemos destacar «Un cas de folie» (1882) y «La Main
sanglante» (1886).
Cauvain
también colaboró con varios
periódicos a lo largo de su vida, aunque su actividad principal siempre fue la
de alto funcionario de Hacienda, carrera que concluyó como tesorero general en
Annecy y Evreux. Murió en Lausana en 1899, a los 52 años.
La novela
Sinopsis (tomado de la ficha proporcionada por la editorial)
Imaginemos la larga silueta de un joven. Es un detective privado prodigiosamente dotado para la observación y la deducción lógica, misántropo, adicto a las drogas y experto en química y en las ciencias forenses de la época. Así mismo, es un gran maestro en el arte del disfraz y sus audaces hazañas son narradas por su amigo y confidente, un médico. Otro doctor aterroriza y fascina por igual a nuestro héroe. El joven se ve involucrado en un caso de asesinato cuando su vecino, Jean-Louis Guérin, es acusado de haber envenenado con arsénico a su señor, el banquero Bréhat-Lenoir.
Imaginemos la larga silueta de un joven. Es un detective privado prodigiosamente dotado para la observación y la deducción lógica, misántropo, adicto a las drogas y experto en química y en las ciencias forenses de la época. Así mismo, es un gran maestro en el arte del disfraz y sus audaces hazañas son narradas por su amigo y confidente, un médico. Otro doctor aterroriza y fascina por igual a nuestro héroe. El joven se ve involucrado en un caso de asesinato cuando su vecino, Jean-Louis Guérin, es acusado de haber envenenado con arsénico a su señor, el banquero Bréhat-Lenoir.
Mi comentario
Nos encontramos ante un relato que se reconoce dentro de
un realismo naturalista como puede verse si nos fijamos en:
“Vengo d’un pueblecito, puén preguntar allí…¡Soy un hombre honrao! Mi pobre madre es mu’anciana…, vine a París pá’ganar un poco de dinero, porque ella está enferma y no pué trabajar” (pág. 36), dice el sirviente Louis Guérin a la policía ante la acusación de asesinato de que es objeto.
2.- El empleo deliberado de un léxico
crudo y desagradable pese a su cientifismo:
“Las incisiones en el cadáver se habían practicado siguiendo todas las pautas de la ciencia; los intestinos y las vísceras del difunto se encontraban en recipientes independientes” (pág. 54)
Es una novela de investigación, una novela negra con mucho contacto con la novela gótica. El rasgo de realismo social crítico característico de
la novela negra actual está ya muy presente en el relato de Henry Cauvain:
“No, no es el amor a la humanidad lo que me mueve; al contrario, intento demostrarle a la sociedad todo el vicio de su estructura” (pág. 46)
Desde un punto de vista estructural estamos ante una novela
distribuida en dos partes y un epílogo. Las dos partes tienen un número similar
de capítulos poco extensos (17 y 14, respectivamente) y en ambas se hace uso de la primera
persona narrativa; sin embargo el personaje que se halla tras este "yo" relator cambia de una a otra parte, siendo el Dr. Jules H. en la primera y el propio Maximilien H. en la segunda,
si bien en este caso se realiza a través de las cartas que puntualmente le
envía a su amigo el doctor. En el Epílogo vuelve a retomar la narración el
doctor Jules quien en compañía de
Maximilien resuelve al lector los cabos
sueltos que pudieran quedar.
La duración de la historia es en total de unos siete meses,
aunque también aquí cabe hacer la consideración de que mientras la resolución
de la investigación detectivesca propiamente dicha dura algo menos de cuatro
meses, la historia relatada abarca en total un período de siete meses, del
día 3 de enero de 1846 a finales del mes de julio de ese mismo año.
El autor, Henry Cauvain, introduce en esta novela elementos culturalistas diversos. Así en ocasiones para describir alguna acción de su héroe recurre a personajes
literarios: “Y cubriéndose con su larga
capa oscura, Maximilien abandonó la habitación con la misma arrogancia de don Quijote
desafiando a los molinos de viento”, (pág. 40). “Mientras estaba sumido en mis
meditaciones, encaramado sobre mi árbol como un nuevo Robinson” (pág. 143).
Por último en cuanto a elementos de estilo me ha llamado la atención en esta novela la utilización de signos taquigráficos codificados ajenos a la escritura corriente así como la inclusión de noticias periodísticas como un elemento más dentro de la narración. Ambos recursos me parecen de una gran modernidad.
¿Precedente de las novelas de Conan Doyle?
Lo más sugerente de este relato detectivesco centrado en la
resolución de unos asesinatos aparece al observar el año de publicación, 1871,
dieciséis años antes de que apareciese en Londres el primer título de la serie
Sherlock Holmes escrito por Conan Doyle.
Existen más que lógicas certidumbres sobre que en la visita que Sir Arthur
Conan realizó a París en 1876 para visitar a su tío abuelo y padrino leyera el título de Henry Cauvain que
justamente el año anterior había sido nuevamente reeditado.
Las semejanzas entre los personajes protagonistas de estos relatos son evidentes: Los dos vierten en sus investigaciones fuertes dosis de reflexiones filosóficas,
los dos se apoyan en un ayudante de profesión doctor (el Dr Jules / el Dr. Watson), ambos tienen en otro doctor su
antagonista (el Dr. Moriarty en Sherlock
Holmes y el Dr. Wickson en Maximilien Heller), ambos detectives privados son
adictos a las drogas y también los dos son expertos en el arte de la simulación y el
disfraz. Desde luego no se puede decir que no haya fuertes similitudes entre
estos dos héroes novelescos; ahora bien ninguna certeza, aunque sí muchas certidumbres sobre que el detective de Baker Street esté inspirado en el lánguido abogado Heller.
Booktrailer de «Maximilien Heller», de Henry Cauvain
Maximilien Heller tiene valor como novela en sí misma más alá de las semejanzas, evidentes por otra parte, con el personaje de Conan Doyle. Una gran reseña, Juan Carlos.
ResponderEliminarUn abrazo,
Tienes toda la razón, Carmen.
EliminarPara mí ha sido un descubrimiento este escritor (Henry Cauvain) del que no sabía nada; sin embargo la fama literaria se la ha llevado Conan Doyle por lo que señalar que Sherlock Holmes tuvo un claro precedente también es importante, ¿no crees?
Un beso
Desde el comienzo de la lectura de tu reseña ya me estaba imaginando a ese Sherlock Holmes y sus semejanzas con el protagonista de esta otra novela; me lo has confirmado justo al final.
ResponderEliminarMe parece un libro interesante dentro del género muy a tener en cuenta.
Como siempre gracias por tus apreciaciones aclaratorias.
Un abrazo
En efecto, Francisco, es un libro interesante por sí mismo y además como precedente del personaje de Conan Doyle.
EliminarGracias por tus amables palabras
Me ha resultadomuy curiosa esa similitud con los personajes de Conan Doyle.
ResponderEliminarSaludos.
Si lees el libro, encontrarás en él un interesante prólogo en el que se habla de la novela de detectives en el XIX. Y allí aparecen opiniones muy cualificadas de especialistas que afirman este extremo.
EliminarUn abrazo
Una reseña excelente. Muchísimas gracias, Juan Carlos. Con tu permiso la compartimos. Un fuerte abrazo. (Susanna)
ResponderEliminarMe encanta que os haya gustado. Espero leer otros libros de vuestra estupenda editorial.
EliminarUn beso, Susana
Reseña completísima como siempre.
ResponderEliminarYo sí conozco la editoria de'Epoca aunque aún no he leído ninguno de sus libros pero tengo varios títulos en mi lista de pendientes. Lo que pasa es que al final casi simpre me decanto por la narrativa contemporánea. Espero ponerle remedio en breve. Este libro no tiene mala pinta.
Besos!!
La lista de pendientes es inacabable y constantemente se va incrementando, ¿verdad? Este título de la editorial d'Época es muy sencillito y se lee muy fácil. Para mí su interés es fundamentalmente de naturaleza histórico-literaria, o sea, ser un claro antecedente de las novelas de Sherlock Holmes.
EliminarYo también leo sobre todo narrativa contemporánea, pero hay novelas del XIX excepcionales. Esta editorial de tu tierra es interesante pues se ha especializado en títulos del XIX buenos y que por lo que sea no han tenido la difusión que se merecían.
Un abrazo
Me han entrado muchas ganas de leerlo. La época me gusta mucho y un detective adicto a las drogas (ciero que enseguida pensé en Sherlock Holmes) resulta muy atrayente.
EliminarMuy buena la reseña, cómo se nota el oficio.
Por cierto la he visto en instagram (me acabo de apuntar) ¿cómo se hace para compartirlo allí?
Un abrazo.
Gracias por tu comentario, Rosa.
EliminarCompartir desde Instagram no es posible. Ahora bien colocar el enlace es bueno porque se puede ver y manualmente enlazar con la entrada y sobre todo porque si conectas la foto de instagram con twiter o facebook allí sí que el enlace funciona perfectamente.
Cuando pase por instagram te agrego.
Saludos