La reseña que aquí reproduzco es la realizada para el "Club de lectura de los 1001 lectores" como base de discusión para la tertulia literaria correspondiente a este mes de agosto. Desde aquí se puede acceder a la página de "El Club de Lectura de los 1001 lectores" e intervenir durante este mes, si se desea, en el intercambio de opiniones.
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Lo primero que hice nada más
finalizar la impactante lectura de este breve relato fue buscar el Salmo 44 que
da título a la novela. El tal salmo, junto a otros 149, forma parte del Libro
de Salmos del Antiguo Testamento perteneciente a los Libros Sapienciales. Consta
de 27 versículos en los que el pueblo de Israel, tras mostrar su amor y
servicio constante a Dios, se lamenta de que éste no los socorra ahora que lo necesitan
especialmente:
“Nos entregaste como ovejas al matadero / y nos dispersaste entre las naciones; / … / Nos expusiste a la burla de nuestros vecinos, / a la risa y al escarnio de los que nos rodean; / hiciste proverbial nuestra desgracia / y los pueblos nos hacen gestos de sarcasmo”.
Finaliza el Salmo con unas preguntas
–auténticas imprecaciones- a un Dios ausente, ciego y sordo:
“¡Despierta, Señor! ¿Por qué duermes? / ¡Levántate, no nos rechaces para siempre! / ¿Por qué ocultas tu rostro / y te olvidas de nuestra desgracia y opresión?”
Sinopsis de “Salmo
44” de Danilo Kis
En el campo
de exterminio de Auschwitz a uno o dos meses de su liberación definitiva por
los aliados Zana, Marija y Polia se preparan para escapar antes de que los
nazis decidan acabar con todos los encerrados allí. Polia está gravemente
enferma por lo que Zana decide dejarla (de hecho muere en su jergón antes de la
huída). Las otras dos mujeres más Jan, el niño de pocos meses que ha tenido
Marija, fruto de su relación con otro preso, Jakob, médico ayudante forzoso del
doctor Nietzsche, aguardan para emprender la huída la señal que les hará Mask,
auténtico Deus ex Machina, que mueve los hilos de la resistencia en el campo
pero del que nadie sabe nada ni conoce su cara.
Durante las dos o tres horas que deben
transcurrir antes de iniciar la marcha, Marija dormita y los recuerdos acuden a
su mente de manera desordenada: La vida en el gueto antes de su traslado en un
tren de carga hasta el campo de exterminio, las filas de cuatro en fondo que
dirigen hacia las “duchas” de las que nadie regresa, el encuentro íntimo con
Jakob, la comunicación de que lleva un hijo suyo en su seno, la tremenda
dificultad con que dentro del campo se viven las acciones más corrientes
(cambiar y secar los pañales de un niño, tener la menstruación, etc.), los
insultos recibidos por Marija diez años atrás de sus compañeros de escuela,
etc. Estos recuerdos aparecen y desaparecen de su mente en contrapunto con el
momento real que está viviedo.
Comentario
Si tuviese
que dar en muy pocas palabras mi impresión sobre las escasas 120 páginas que
componen esta novela diría lo siguiente: Cruda y dura narración en la que vemos
cómo el ser humano a pesar de haber sido reducido a la condición más terrible e
inmunda que se pueda concebir puede siempre elevarse, liberarse y recuperar su condición y dignidad
humanas.
Si bien hay una gran dureza en todo el relato, el capítulo 9 que cuenta las degollaciones y descuartizamientos de los cuerpos sin vida antes de arrojarlos al helado río Danubio es especialmente horripilante. Estos brutales hechos se los cuenta a Marija el marido de su tía Lula cuando ella la va a visitar a su casa. ¿Dónde se sitúa esta acción? Aunque no se explicita la localidad donde sucedieron, algunos detalles como las referencias al muro verde y estar al borde del Danubio me lleva a creer que ocurrieron en un gueto de los muchos que existieron en los países invadidos de Europa Central durante los años de la II Guerra mundial. Me siento tentado a pensar en el de Budapest pero por las fechas (el gueto de Budapest sólo existió desde finales del mes de noviembre de 1944) y por la nacionalidad del escritor -serbio de Subotica en la Vojvodina- me inclino más por el de la localidad serbia de Novi Sad, aunque sin poderlo afirmar con certeza.
Los temas
El gran tema
de esta novela es el de la esperanza. La esperanza cimentada en la liberación
que se adivina ya próxima y que alcanza su concreción mayor en el pequeño Jan
concebido dentro del horror del campo de exterminio pero a partir de un acto de
amor libre deseado por ambos, Marija y Jakob. Estamos ante el encuentro entre
Eros y Tánatos: “la presencia de la muerte
parece que siempre reta al amor a cruzarse con ella y acoplarse para que de una
vez por todas uno de los dos enarbole la bandera victoriosa” (p.
44). En esta ocasión será el amor quien triunfe.
Desde un
punto de vista más amplio la esperanza se explicita ya desde el principio
cuando leemos como “Los cañones abaten
lentamente el parapeto de hormigón armado de la espera pasiva y de la
resignación con el destino” (p. 12). Se produce un acto de rebelión en
estos judíos presos que se han dejado llevar como ovejas al matadero,
convertidos en animales-humanos, y que ahora ante el sonido de los “cañonazos que anunciaban el terrible amor de
las naciones” (p. 108) deciden levantarse y actuar como hombres libres
llenos de esperanza, y de temor, pues la muerte siempre está ahí. Zana ante la
muerte inevitable de la tercera compañera en la proyectada huída le dice a
Marija:
“Ahora ya
muere el hombre. ¿Lo entiendes? El hombre y no el animal. Hasta ahora moría el
animal. Así, creo, era más fácil morir” (pp.18 y 19)
Es una
rebelión ante el futuro inevitable pero también ante el estigma del judío
errante e irredento que recoge el título de la novela al enlazar con el Salmo
44 bíblico. La vehemencia con que en el salmo sapiencial se arremete contra
Dios ante su dejadez: “¡Despierta, Señor!
¿Por qué duermes? / ¡Levántate, no nos rechaces para siempre! / ¿Por
qué ocultas tu rostro / y te olvidas de nuestra desgracia y opresión?“,
la recoge este diálogo mantenido entre Zana y Marija sobre la creencia en Dios:
-Un
Dios de esperanza y de amor –dijo Marija-. ¿Y cómo lo querrías tú?
-¡No lo querría! –contestó Zana-
¡Esperanza y amor sin Dios! Para no tener que rezar ni darle gracias a nadie… Y
que no sea a mi imagen. Porque entonces también podría parecerse al doctor
Nietzsche. Y a Hirsch. ¡Oh, no! Muchas gracias!
-Bien –dijo
Marija-. Mi Dios se llama Jan. Mi hijo. (p. 89)
Danilo Kiš, autor de la novela Salmo 44 |
Otro asunto
que trasluce es el de la Memoria. A Marija, cuando niña, su madre quería hacerle
vivir una realidad falsa ocultándole los motivos por los que ella y los judíos
sufrían desprecio y agresiones. Cuando al final del relato, en el Epílogo,
vemos a la familia al completo (Marija, Jakob y el niño Jan) visitando el campo
de exterminio al celebrarse el 5º aniversario de su liberación, entendemos que
estos jóvenes padres no quieren que a su pequeño le suceda lo que les ocurrió a
ellos. Saben que si no ocultan a su hijo lo que ellos vivieron evitarán en lo
posible su repetición.
También,
aunque muy tangencialmente, hay una leve referencia al asunto del sionismo en
el relato. Así lo quiero ver en la separación, una vez ya libres, de Zana y
Marija. Zana cuando Jan nació lo recibió
con la expresión: “Premier-né d’Israel”, por lo que entiendo
que ella es una defensora de lo que 3 años más tarde se plasmaría en el nuevo
estado de Israel. Sin embargo Jakob, cuando está recuperándose aunque
emocionalmente abatido en el hospital militar, rechaza la oferta que le
presentan de irse a Israel. Para él como
para Marija lo importante no es la raza, ni la religión…, lo importante son las
personas.
Aparece
asimismo la justificación filosófica de los postulados que sostienen opresores
(los nazis) y oprimidos (los judíos presos en Auschwitz. Tal justificación he
querido verla en la conversación que en el capítulo 3 mantienen Jakob y el Dr.
Nietzsche, conversación que discurre bajo conceptos filosóficos que se asocian
con figuras de pensadores como Shopenhauer (voluntad, idealismo y pesimismo
profundos), Nietzsche (el superhombre, la muerte de Dios, la voluntad de poder
y el eterno retorno de lo idéntico) y Bergson (intuición, conciencia, risa, libertad).
El siguiente fragmento de la novela creo que expone bien a las claras la
posición de cada uno de los actores:
“- ¿Sabe usted cuál es la
situación en los frentes? –dijo.
- Algo se murmura –contestó
Jakob.
- Por desgracia es cierto –dijo
el doctor Nietzsche—Los aliados avanzan. Usted lo sabe de sobra, igual que yo.
- Más bien lo intuyo –dijo
Jakob.
- Sí, sí. Todos ustedes son
bergsonianos, ¡qué demonios! –hizo una pausa-: Intuición… frente a
voluntarismo.
- Hummm –dijo Jakob-: ‘Also
sprach Zarathustra’
-Dejemos eso ahora –dijo el doctor Nietzsche
nervioso--. Vayamos al grano; esa conversación nos llevaría muy
lejos” (p. 43)
Quizás esta
alusión a Bergson le sirve a Danilo Kis para introducir en el relato, tras la
inmensa tensión con que Marija ha asistido escondida al encuentro Jakob-doctor
Nietzsche, el único instante de relajación humorística que he visto en la obra:
- No podía más. No hubiera
aguantado ni un segundo más. Tu bata ha acabado conmigo. No sé cómo puedo querer a un hombre cuya bata huele tan mal. Tendré que
buscarme otro.
Luego él dijo:
- No sé cómo puedo querer a una mujer que se desmaya tan fácilmente.
Tendré que buscarme otra –las palmas de sus manos reposaban suavemente en
las mejillas de ella” (p. 50)
Aspectos formales
Desde el
punto de vista meramente formal, el contenido de la novela se reparte a lo
largo de 12 capítulos breves. Los 10 primeros transcurren en tan sólo las dos o
tres horas que han de esperar las fugitivas hasta que Mask les dé la señal
convenida. El 11º y 12º, nos remiten a la vida ya en libertad de Marija y la
esperanza de su reencuentro con Jakob, que finalmente se produce.
El Narrador es
una 3ª persona que relata cual si de una cámara fotográfica se tratase, con la
máxima objetividad. La narración presenta
dos momentos temporales en contrapunto: la tensa espera del instante de emprender
la fuga, que se hace de manera lineal; y
los recuerdos que en el estado de duermevela en se encuentra Marija acuden a su
cabeza de manera desordenada, tanto temporal como espacial. La técnica
caleidoscópica es la utilizada para presentar este azaroso discurrir de los
asuntos del pasado que en algunos momentos se imbrican los unos dentro de los
otros en una estructura tipo las matrioskas
rusas (“mise en abyme”, dicen los narratólogos). A mí me ha llamado
especialmente la atención la del recuerdo de su salida al teatro siendo
adolescente con su primera menstruación en ciernes, cuya aparición le sirve de
marco para el recuerdo del parto sobrevenido en el campo de exterminio, que por
su parte le evoca el recuerdo de Polia limpiándola; la misma Polia a la que
ahora ellas han de lavar por su fallecimiento. ¡Fantástico!
Al cobrar los
recuerdos, -la memoria personal-, un papel importante en la novela, la tradicional
separación entre lenguaje narrativo y lenguaje poético tiende a
borrarse. Esta es quizás una de las características más interesantes del relato
en el que hay frases tan poéticas como las siguientes:
“El acibarado olor de hospital que absorbía
por los ojos, le revolvía las entrañas y le producía náuseas” (p.
27)
“Ya no recuerda las caras, sólo la procesión
de esqueletos de recuerdos” (p.
63)
“Había querido estampar en la frente de Jan el
sello del martirio y del amor, el que Jakob y ella se habían ganado con sus
sufrimientos. Pero el premio debía corresponderle a Jan. Y ella estaba muy
orgullosa de su misión: transmitir a Jan la alegría de aquellos que de la
muerte y del amor habían podido crear una vida.” (p-121)
Final
Una novela impresionante que poetiza una terrible experiencia histórica y que logra transmitir la brutalidad a la que es capaz de llegar el hombre cuando es movido por ideologías excluyentes.
Una novela impresionante que poetiza una terrible experiencia histórica y que logra transmitir la brutalidad a la que es capaz de llegar el hombre cuando es movido por ideologías excluyentes.
He visto el comentario del salmo y cuanto menos me resulta muy completo y sugerente. Un saludo sanchoamigo.
ResponderEliminarTe lo recomiendo vivamente. Por momentos me trajo a mi memoria los poemas de Blas de Otero.
EliminarUn abrazo
A pesar de la dureza es de las historias que me llaman. No lo descarto.
ResponderEliminarUn abrazo
Desde luego, Blanca, como literatura es una maravilla. No te arrepentirás de leerla.
EliminarUn beso
Me da la impresión de que este libro es una joyita: corto en extensión pero inmenso en contenido. Una historia dura, realista pero contada de forma poética. Me lo apunto. Gracias por la recomendación.
ResponderEliminarBesos!!
Así lo creo yo. Desde luego es un libro para una buena lectora como tú, seguro que te gustará. Me apuesto lo que... (bueno no, que eso de apostar está muy feo).
EliminarUn beso
Por lo que explicas es un libro muy duro.Gracias Juan Carlos por tu interesante reseña.
ResponderEliminarSí es duro, sí. Pero al tiempo es una magnífica obra. Desde luego no es para leer pensando en quién sabe qué cosas. Para mí es una de las mejores lecturas que he hecho últimamente.
EliminarBueno, Silvia, acabo de descubrir que hoy es tu cumpleaños. Muchas felicidades, pues.
Un beso