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16 may 2024

La niña del sombrero azul. Novela de Ana Lena Rivera

 « —Valen, querida, mira que dicen que las mujeres encintas se vuelven más torpes y atolondradas, pero tú estás en todo. Mis padres estarían muy orgullosos de verme casado contigo —dijo a modo de piropo. Valentina sonrió, aunque en su fuero interno se sintió molesta por la condescendencia con la que acababa de tratarla su marido. "Lástima no haber nacido varón, les habría dado sopas con hondas a Goyo, a mis hermanos y a todos los que se me hubieran puesto por delante", se dijo.»

Ana Lena Rivera, La niña del sombrero azul, Feminismo

La niña del sombrero azul
es la última novela publicada por Ana Lena Rivera, concretamente apareció en febrero de este 2024. Es una novela que pese a su extensión, 660 páginas, se lee fácil, con agrado y resulta muy entretenida.

Sinopsis (tomada de la contraportada de la propia novela)
Gijón, verano de 1929. Con apenas diecisiete años, Manuela entra a trabajar como criada en la mansión de los marqueses de Armayor. Rodeada de un lujo que contrasta con la pobreza de su aldea natal, la joven conocerá la arrogancia y el desamor, pero también el arte de la costura, al tiempo que entablará una amistad inquebrantable con la única heredera de la familia, Alexandra.
Años despues, y pese a pertenecer a mundos muy distintos, su amiga será su mayor apoyo cuando la Guerra Civil obligue a Manuela a separarse de su hija Telva, enviada a Rusia junto con otros niños de la zona republicana, y tambien cuando intente recuperarla decadas más tarde, aunque para ello deba arriesgarlo todo.
La añoranza de Telva, un destino en ocasiones desalmado y una gran historia de amor marcarán la vida de Manuela. Una vida que se extenderá a lo largo de un siglo convulso y lleno de contrastes

Tras haber leído y reseñado en este blog Las herederas de la Singer, novela que me gustó mucho y que representó para Ana Lena Rivera un cambio de género novelístico respecto de la serie de la inspectora Gracia San Sebastián (del primer título de la serie, Lo que callan los muertostengo hecha reseña), el estilo presente en La niña del sombrero azul me ha resultado más que reconocible tanto por los asuntos que toca cuanto por la forma de presentarlos. Como en el libro que le precede, en éste las protagonistas son las mujeres. Unas mujeres luchadoras, que no se arredran ante las dificultades que, en forma de prohibiciones legales, sociales o maritales, se les imponen. 

Quizás debería decir que me sorprendió más la obra anterior y que ésta me ha parecido, un poco, un tirar del hilo reivindicativo feminista tan presente en Las herederas... y del que en La niña...  se podría decir que Ana Lena no deja palo sin tocar: machismo, maltrato, necesidad de realizarse la mujer como persona, represión por parte del padre o marido, lesbianismo, sororidad y gracias a ella eliminación de la barrera de clases [Alexandra con Manuela],... Pero el tema feminista no lo reduce la autora al meramente reivindicativo o de denuncia, sino que también muestra a la mujer como procuradora de afectos, como madre entregada y sufriente por no haber podido decidir el destino de su hija. A este respecto he de decir que en muchos momentos el contenido del texto logra emocionar vivamente; creo que Ana Lena Rivera sabe manejar este registro emocional como nadie y también pienso que ello contribuye vivamente al éxito de sus novelas. 

Me ha gustado que la escritora centre claramente esta novela en una protagonista -Manuela, la madre de esa niña de sombrero azul, que da título a toda la novela- y no vaya pasando el testigo protagónico de generación en generación como hizo en Las herederas de la Singer. Es evidente que Ana Lena Rivera no puede ocultar su enorme satisfacción con esa novela de corte feminista e histórico a la que en esta última  homenajea en varios momentos: primero, con esa máquina de coser Singer que llega a Manuela procedente de su madre; y luego, en ese personaje, Águeda, que ya aparecía en Las herederas... Aquí aunque su participación ocurre al final del relato, Águeda tiene un relevante papel.

El contenido de la novela se distribuye en 32 capítulos que a su vez se reparten en apartados relativos a la actividad del personaje y a los años en que ésta se produce: Primera parte: La criada (1912-1930), capítulos 1 - 5; Segunda parte: La sombrerera (1930-1937), capítulos 6 - 9; Tercera parte: La madre (1937-1945), capítulos 10 - 14; Cuarta parte: La esposa (1947-1960), capítulos 15 - 19; Quinta parte: La amiga (1953-1964, Cuba; 1961-1967 (España), capítulos 20 - 24; Sexta parte: La madrina (1978-1985), capítulos 25 - 27;  Séptima parte: La abuela (1985-1998), capítulos 28 - 32.  Es, como se ve, un recorrido por la historia, de España fundamentalmente, aunque también colateralmente de Europa, a lo largo del siglo XX con aparición de sucedidos y de personajes reales que sirven de fondo a las vicisitudes de los personajes de ficción. En definitiva, estamos ante una novela histórica-

Los personajes principales son los siguientes: 
  • Manuela Baizán. Es hija de una familia pobre asturiana cuyos padres al ver que no sirve para labores del campo y haber despuntado en la escuela la ponen a servir para tener así una boca menos que alimentar. El azar hace que caiga en la casa de los marqueses de Almayor, de origen asturiano que viven en Madrid y veranean en Gijón. Saldrá de la casa para casarse con Elías, trabajador de una sombrerería y sindicalista que tomará decisiones que ella no comparte como la de enviar a Telva, hija de ambos, a Rusia cuando estalla la Guerra Civil. Esta pérdida siempre acompañará a Manuela y le hará sufrir lo que no está escrito. Con el tiempo Manuela, ilocalizable Elías, tras la guerra casará con un hombre chapado a la antigua, Juan Gregorio Covián, que sin embargo sí que está enamorado de ella y no como Elías que sólo sentía por ella pulsión sexual. 
  • Alexandra Catarina Solís de Almayor. Hija de los señores de la casa donde sirve. Tiene la misma edad que Manuela y hacen muy buenas migas. Alexandra tiene ideas progresistas respecto a la mujer y está en la línea del pensamiento de Clara Campoamor. Cree que la educación sirve para eliminar las fronteras de clase y con Manuela quiere experimentarlo. Por ello la trata como a una igual, la educa en los gustos de la alta sociedad, la lleva a reuniones con sus amigas Valentina y Amelia. y sus amigos Alonso, Juan Gregorio.
  • Juan Gregorio Covián. Sobrino pobre de un canónigo de la catedral de Oviedo que le ayuda económicamente en sus estudios pretende subir de estatus merced a un buen casamiento. En el círculo de Alexandra y sus amigas junto con su amigo Alonso descubre a Manuela de la que se enamora perdidamente. Sin embargo al saber que es la doncella de Alexandra se comporta mal con ella y viene a despreciarla. A lo largo del relato evoluciona y tras varias vicisitudes se unirán ambos y él poco a poco irá abandonando sus casposas ideas respecto a la  mujer y su adhesión al Régimen franquista.
  • Telva Sofia Fernández. Es la hija de Manuela y de Elías. A los cinco años su padre la coloca en un barco con destino a la URSS para que niños como ella escaparan de los estragos y horrores de la Guerra Civil. Es la que da título al libro pues su madre cuando se despidió de ella le confeccionó un sombrero azul. En el barco conoce a otro niño, Manolo, algo mayor que ella con el que establecerá una relación de casi hermanos. Será ingeniera en la URSS donde trabajará y se realizará profesionalmente; sin embargo, vuelta a España encontrará muchas dificultades de desarrollo personal. 
  • Gorio Covián Baizán. Es el hijo que tuvieron Manuela y Juan Gregorio. A pesar de tener muchos años menos que Telva se llevará muy bien con su hermana. Es muy inteligente y seguirá los pasos en el mundo del Derecho marcados por su padre. Llegará a ser magistrado de la Audiencia Nacional. Esconde un secreto personal que a punto está de echar por tierra toda su carrera profesional.
  • Otro buen número de personajes femeninos además de los citados hasta aquí, conforman el espacio de afectos y relaciones donde se mueve Manuela. Son muchas las mujeres que pululan a su alrededor: Claudina (introductora de Manuela en casa de los Armayor),  las amigas de Alexandra: Valentina Cifuentes (primera mujer de Juan Gregorio) y Amelia Noval (casará con Alonso, amigo de Juan Gregorio), Octavia (la hija que tuvo Telva con un muchacho cubano), doña Enriqueta (esposa de Juan Ramiro Cifuentes y madre de Valentina), etc. 
Ana Lena Rivera escribe bien, con gusto, su prosa discurre con tal fluidez que quien la lee enseguida queda enganchado en sus redes. A este quedar prendido y prendado de sus palabras contribuye vivamente su asturianiedad patente en el amor que destila la descripción de no pocos lugares de la ciudad de Oviedo y de Gijón (playa de San Lorenzo, La Escalerona, la calle Corrida, el barrio de La Arena...: «El grupo de mujeres tomó el tranvía hacia el centro, hasta la iglesia de San Pedro, al inicio de la playa de San Lorenzo. […] Después de la ceremonia religiosa se encaminaron a la confitería La Playa, enfrente de la Escalerona, la gran escalera de acceso al mar […]»). También me ha hecho sonreír la lectura de los apellidos plenamente asturianos que da a dos importantes personajes masculinos: Alonso Bousoño y Juan Gregorio Covián

Por otra parte el no poder abandonar la lectura de la novela se debe a lo bien que la novelista sabe concluir los capítulos, siempre dejando un punto de suspense sobre el qué pasará, y los giros con que remata alguno de los siete apartados que forman esta novela. Al respecto, quizás sea la segunda parte uno de los apartados cuyo final deja más sorprendido al lector. En él la sorpresa radica en una carta que llega a manos de Manuela cuyo contenido no pienso desvelar, aunque sí me sirve para destacar la importancia que en algunas partes de la novela tiene el género epistolar. No es de extrañar tratándose como se trata de una historia que transcurre en ocasiones en puntos geográficos muy distantes entre sí: España, URSS, Cuba, Portugal, Francia... La relación por carta adquiere una gran importancia.

En una historia de recorrido temporal tan extenso muchos son los personajes y acontecimientos históricos que en ella aparecen y que sirven de hitos o puntos de referencia fundamentales para contextualizar debidamente la ficción puramente dicha. Así la época del rey Alfonso XIII, la Primera Guerra Mundial, la dictadura de Primo de Rivera, la Segunda República española, la Revolución de Asturias, la Guerra Civil, la Segunda Guerra Mundial, el Franquismo, la Transición, la Democracia, la época actual. Y protagonizando estos acontecimientos o épocas personajes como Francisco Franco, Clara Campoamor, Dolores Ibárruri, Hitler, Roosevelt, Stalin, Adolfo Suárez, Elena Francis, etc

Para concluir
Asturianas escritoras, Feminismo literario, best seller
La novela es muy entretenida, la autora busca sobre todo entretener y lo logra con suficiencia. En mi opinión lo que Ana Lena Rivera pretende es mostrar la fuerza de las mujeres que sobreviven, resisten, se alzan, y salen adelante a pesar de los muchos inconvenientes y trabas que encuentran y se les ponen en su camino. Pero todo esto lo quiere hacer -¡y lo logra!- entreteniendo al lector. He aquí la razón de que sus libros engrosen por méritos propios la lista de buenos best sellers escritos en España. A todo lo dicho hasta aquí para conseguir que La niña del sombrero azul sea, como lo está siendo, éxito de ventas hay que añadir la búsqueda, a veces de manera indisimulada, de la emotividad, algo que la autora realiza en varios momentos.  

Por poner algún 'pero' a la novela diría, como creo recordar que ya manifesté en la reseña que hice de Las herederas de la Singer, que muchos son los asuntos a los que la novelista presta atención en la obra: Amor, Moda y Confección, Guerra Civil y sus consecuencias, Transición política, feminismo, machismo, homosexualidad, liberación de la mujer... En una nómina tan extensa de temas tratados es normal que se deslice algún error. Uno claro para mí es el anacronismo que Ana Lena comete al hablar en el año 1945 de Ministerio de Defensa cuando esta denominación fue transitoria, con el añadido del adjetivo Nacional, en plena guerra civil y vino a recuperarse ya en Democracia suprimiendo el calificativo. También, en su afán por mostrar la fortísima evolución de la sociedad en cuestiones referidas a la mujer y el retraso que a finales del XX existía aún entre nosotros, pone en boca de Manuela y Alexandra, que viajan a París en 1992, lo siguiente:
«En Montmartre se sentaron en una terraza a descansar, aprovechando que llevaba toda la mañana sin llover, y les llamó la atención una joven que le daba el pecho a su bebé sentada en una de las mesas del café.
—¡Vaya!¿Has visto eso? A tu izquierda, dos mesas más allá, no mires —le dijo Manuela a Alexandra apretándole el brazo.
—¿La chica con la teta fuera? Sí, ¡qué desagradable!
—A mí no me desagrada, es algo natural, pero sí es verdad que es muy atrevido. ¿Te imaginas algo así en Oviedo o en Gijón?
»
Es evidente que la autora está enjuiciando una época, la de hace 30 años, con la mentalidad actual. Y no sólo referido a cuestiones propias de la mujer. En el atropello sufrido por Manuela tras sufrir un atraco en Oviedo a manos de un yonqui (estamos en los años 80 en los que la droga dura campaba a sus anchas) leemos: 
«El conductor que la atropelló venía de tomar unos vinos con sus compañeros de trabajo, como tenían por costumbre hacer dos o tres veces por semana antes de volver a casa; así daban tiempo a sus mujeres para prepararles la cena después de bañar y acostar a los niños. Dio una tasa de alcohol en sangre de 0,75, por debajo del límite legal de 0,8 que dictaba la DGT. Aunque lo hubiera superado, no era delito tipificado en el Código Penal.»
Es evidente que la vida en España hace 40 años se regía con otras leyes y otros principios. Se enjuicia desde nuestro hoy el ayer, algo que es muy natural, pero que también es anacronismo.

Muy interesante es la cuestión, algo colateral al resto del relato, que se toca referida a la verdad literaria. Un personaje, Elías Goulet, que aparece en la última parte de la novela, escribe un libro sobre Elías Fernández, su padre, muy maniqueísta, de buenos y malos. Las reflexiones que al leer este libro vierte la novelista por boca de varios de sus personajes son muy interesantes desde el punto de vista de la verdad literaria. Casi casi cabría hablar de metaliteratura por cómo el autor ha vertido la historia de Manuela sobre el papel, de manera muy diferente a como ella se la contó. ¿Qué es, pues, la verdad? 


Algunos fragmentos de la novela especialmente interesantes:
  • «Nos acostumbramos a vivir de una manera y seguimos haciendo lo mismo día tras día, aunque el mundo que nos rodea sea totalmente diferente. Nos resistimos a cambiar, por eso los viejos nos quedamos obsoletos. Si no muriéramos, el mundo no avanzaría.» 
  • «La gente de mi círculo es capaz de pagar lo que sea con tal de sentirse superiores al resto ya que muchas lo único que tienen es dinero. Conozco bien a esa clase de personas, cuanto más inseguras se sienten de sí mismas, más necesitan esas muestras de poder. Los hombres utilizan los negocios y la política, pero las mujeres, como tienen vedado el acceso a esas disciplinas, demuestran al mundo su estatus con su apariencia.» 
  • «Lamento muchas cosas en la vida, querido Alonso, pero una de las más grandes es haber permitido que la política rompiera nuestra amistad. Hice mía una guerra que era de otros y tardé muchos años en darme cuenta de que a esos otros no les importaba yo, sólo ellos mismos. Fui un imbécil. Espero que puedas perdonarme.»  
  • «-Yo soy viuda, pero usted está casado.
-Eso es diferente. La ley es acorde a la naturaleza humana. Yo soy hombre y, como tal, el adulterio no tiene gravedad alguna.»

12 comentarios:

  1. Leía hace muy poco la reseña que hizo, Rosa Berros sobre 'Las herederas de la Singer' y fíjate que aquí estamos ya con lo nuevo de Ana Lena je, je. Tras estas dos reseñas tengo claro que no es una autora para mí aunque eso no tiene mayor importancia. Sin embargo, si me gustan las temáticas tratadas o mejor dicho la ambientación temporal de las mismas. Me gusta que señales los errores o descuidos de la novela, pero también los aciertos como el dejar esa intriga al final de cada capítulo.
    Tu reseña de diez, Juan Carlos.
    Un fuerte abrazo.

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    1. Auguro para Ana Lena Rivera más y más éxito popular con sus novelas. Creo que sabe tocar la fibra de sus lectores (hay quien afirma que más lectoras que lectores. No seré yo quien tal cosa asegure) y que domina los resortes del best selle, realizándolo con soltura y oficio.
      La localización temporal y geográfica de sus novelas es una de las características que más me agradan al leerla. Pero, de las cinco novelas escritas hasta el momento, todas bien escritas y muy entretenidas, me decanto casi más por las tres de la serie Gracia San Sebastián que por las de corte decididamente feminista.
      Agradezco mucho tus palabras, Miguel.
      Un abrazo

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  2. Le tengo pendiente y me estoy reprimiendo de leerla por dejar pasar algo de tiempo pues tengo muy reciente Las herederas de la Singer. Estoy muy de acuerdo en todo lo que cuentas si lo refiero a Las herederas... Son novelas con una crítica social muy marcada sobre todo en lo que a la situación de la mujer se refiere; están muy bien escritas y entretienen, entretienen mucho, más bien, enganchan.
    Respecto a esos anacronismos que mencionas, yo en 1987 me sacaba la teta donde tocara alimentar a la criatura. procuraba ser discreta, pero no me cortaba y jamás nadie me dijo nada. Así es que en París, en 1992, imagino que sería lo más normal.
    Un beso.

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    1. Tú y yo, querida Rosa, somos muy coincidentes en muchas cosas referidas a la literatura. Me encanta ver que no estoy equivocado. Entiendo, no obstante, que quienes han nacido más tarde que nosotros crean que el mundo antes de su nacimiento vivía en el oscurantismo más absoluto. Suele ser así y a todos nos ha pasado pensarlo.
      Creo que Ana Lena es una buena autora de best seller que merece, quizás, más éxito del que actualmente tiene. Si estuviera en Planeta desbancaría por méritos propios a autores infumables como el actual premio de este año, ¿no te parece?
      Un beso

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  3. Importante reseña, has hecho de esta novela, gracias Juan Carlos. Yo la leí hace un mes aproximadamente y coincido bastante en lo que aquí escribes de ella. Para mi es la primera novela de la autora que leo, una lectura muy entretenida por la época en la que enclava la acción, por la variedad de temas y por unos personajes muy interesantes. La he recomendado bastante, sobretodo aquel que me dice no se que leer siento un parón lector. Es una larga historia pero explicada con un ritmo ágil y cercano que atrapa bastante. Un abrazo

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    1. Cierto es, estimada Angels, que Ana Lena Rivera puede ser un buen revulsivo para incitar a la lectura a aquellos que están pasando por un período de bajón lector o que leer se les hace cuesta arriba habitualmente. Y es que la literatura de esta asturiana radicada en Madrid es muy asequible por todo: los temas tratados, la época en que sitúa sus historias y especialmente por la fluidez y sencillez del lenguaje empleado en ellas.
      Si te gusta la novela de investigación policial o detectivesca te recomiendo que leas alguna de la serie Gracia San Sebastián para probar la veta literaria con la que se dio a conocer esta autora.
      Saludos

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  4. Juan Carlos, tendré en cuenta tu recomendación. Aunque empiezo a sentir terror a mi lista de pendientes. Pero si no es abusar mucho, por favor dime cual es la mejor de esas novelas para ti. Un abrazo.

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    1. La mejor, la mejor, no sabría decirte. Yo comenzaría por 'Lo que callan los muertos', que es la primera de la serie y si te gusta pues puedes continuar con las siguientes.
      Un abrazo, Angels

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  5. Creo que es bastante habitual (al menos a mí me pasa) que cuando un escritor tiene varias novelas que siguen un mismo patrón nos suele gustar más la primera que hemos leído. Las otras, aunque gusten, se sienten en parte repetitivas.
    En cuanto a Ana Lena Rivera, nada he leído de ella. Sé de ella. Sé que es una autora que gusta. Pero, a pesar de esa 'asturianiedad' suya que mencionas, que para mí obviamente es un plus, aún no me he animado a leerla y, por el momento, no lo siento como una prioridad.
    Besos

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    1. Muchísima razón tienes, Lorena, en lo que afirmas al inicio. En cuanto a leer a Ana Lena o no leerla cada lector/a tiene sus prioridades. Que sea asturiana como tú puede ser un acicate; a mí, al menos, me agrada ver corretear a los personajes de ficción por calles que en la vida real yo pateo un día sí y el otro también. Luego puede gustar literariamente más o menos, eso ya es otro cantar.
      Un beso, paxaru

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  6. Es la que me queda por leer de la autora así que me alegra ver que la has disfrutado pese a sus peros. Me imaginaba ya que era del estilo de la anterior, y veo que no me he equivocado.
    Besotes!!!

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    1. Siempre en novelas históricas que cubren tan largo espacio de tiempo aparecen anacronismos; a veces, dicen por ahí, que los autores los hacen intencionadamente para mostrar la distancia entre el tiempo de lo historiado y el de escritura. En este caso habría que preguntarle a Ana Lena y ella nos diría.
      Te entretendrá tanto como a mí, Margari, te lo aseguro.
      Un beso

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