«Mírame —dijo Olvido mientras volvía a sentarse—. A ver si aprendes de una vez que en esta vida las mujeres estamos para ver, oír y callar. Sobre todo callar. Tu padre es tu padre, el que se desloma picando carbón doce horas al día para traer el dinero a la casa y que tú puedas vivir como una señorita. Él es el que manda aquí, y no te voy a permitir que le faltes al respeto. Tú estás para servirle y para rezar por que no se lo lleven al frente. Así que ni se te ocurra repetir lo que has dicho hace un momento. A nadie. Jamás en tu vida. Tú a callar y a obedecer. ¿Lo entiendes?.»
No hace mucho que María Torregrosa, excelente y antigua amiga mía, me regaló esta cuarta novela de Ana Lena Rivera (Oviedo, 1972), la primera de una nueva etapa narrativa suya tras la trilogía de novela negra protagonizada por la investigadora Gracia San Sebastián (Lo que callan los muertos, 2019; Un asesino en tu sombra, 2020; y Los muertos no saben nadar, 2021). Curiosamente, el año pasado había barajado yo el nombre de la escritora en mi afán por culminar el Reto Autores de la A a la Z del blog Lecturápolis en el que desde hace años participo y con el que disfruto mucho. Para la letra L pensé precisamente en ella, en Ana Lena Rivera; sin embargo, ahora no sabría decir bien por qué, no acabé leyendo ninguna obra suya al cruzárseme por el camino otro autor, concretamente Hervé Letellier y su sorprendente novela La anomalía. Pero en esta ocasión, al tener en mis manos Las herederas de la Singer, que María me había hecho llegar me dije: «este año sí que sí». Y así ha sido.
Sinopsis (proporcionada por la propia editorial)Las herederas de la Singer cuenta la conmovedora historia de las mujeres de una familia ligadas a una máquina de coser que custodió un secreto durante cuatro generaciones.
El día que la joven Aurora se vio obligada a trabajar en la mina tras el accidente de su padre, se juró a sí misma hacer lo que fuera necesario para salir de aquel infierno.
Un matrimonio sin amor y la máquina de coser Singer de segunda mano que recibe como regalo de bodas le proporcionarán una nueva forma de salir adelante, hasta que un terrible suceso convierte la Singer en la única prueba de la amenaza que la perseguirá toda la vida.
Muchos años después, la complicidad que teje con su bisnieta Alba desvelará el secreto que ha planeado sobre las mujeres de su familia.
He leído con mucho agrado esta novela de medio millar de páginas en la edición DeBolsillo del grupo editorial Penguin Random House. Como se ve en la fotografía que encabeza esta reseña el volumen que he manejado viene con el marchamo en portada de 'best seller'. ¿Es un best seller Las herederas de la Singer? Sí, claro que sí. Mucho he reflexionado yo sobre la bondad, acierto o desacierto de este concepto. Y siempre, tras el oportuno ejercicio, he llegado a la conclusión de que un éxito de ventas (eso es en definitiva un best seller) no equivale por definición a buena o mala literatura. Que este paraguas acoge un variopinto grupo de obras es cierto: para algunos -frecuentemente los no muy lectores- "best seller" equivale a literatura de mala calidad; y para otros, en mi opinión también equivocadamente, las novelas que llevan este sello son siempre buenos libros. Pues, ni lo uno ni lo otro. Hay éxitos de venta magníficos y los hay deleznables. Los no muy lectores se escudan en él para justificar su alejamiento de ciertos títulos; de este modo pretenden mostrar su exquisitez, consecuencia de la cual se dejan por el camino lector obras magníficas que han tenido el acierto de aunar en sí mismas calidad y aceptación popular. [sobre la cuestión 'best-seller' recomiendo la lectura de la conferencia que en un ya lejano año 2009 dio en Getafe el poeta José Luis Morales y que yo reproduje en el blog. Se puede consultar AQUÍ]
En el caso de Las herederas de la Singer de Ana Lena Rivera la aceptación popular -25.000 ejemplares vendidos reza el fajín promocional que envuelve cada volumen- viene dada por el asunto que toca (el empoderamiento femenino) muy de actualidad ahora mismo en nuestro país y en el mundo occidental; pero también la aceptación popular estriba en el enorme acierto que Ana Lena ha tenido con la estructura que ha dado a la obra: un puzle desordenado en el que las cuatro o cinco generaciones de mujeres que protagonizan el relato aparecen y desaparecen, mezclan sus experiencias vitales en la mente del lector al presentarse éstas en estudiado desorden temporal. Este aparente desorden desconcierta un tanto al principio, al sucederse los nombres de las mujeres y las fechas dispares que los acompañan sin manifiesto orden alguno. Sin embargo, al ser una prosa ágil la que sale de la mano de Lena Rivera, las páginas pasan rápido y en poco tiempo quien lee la novela tiene clara la sucesión genealógica de esta saga de mujeres que comenzó con Olvido casada con el minero Frutos; siguió con Aurora, auténtica protagonista individual de la narración, casada con Paulino al que se unió sin amor alguno; tras ella, su hija Águeda, que se casa con el bueno de Jesús y marchan a vivir en Oviedo; Ana, hija de estos dos, es la que da el salto socio-económico de la familia al casar con Carlos Fresno; y por último, Alba, de nombre simbólico, igual que el de Aurora, y que, como ella, marca un antes y un después en el camino de la definitiva emancipación de la mujer.
Junto a estas cinco mujeres hay otras que, aunque fuera de este entorno familiar, tienen también su importancia en el relato (Florita, amiga de Águeda; Ramona, amiga de Aurora; Deva, amiga de Alba; etc.). Y junto a todas ellas marcha la propia Historia del mundo en el que estas mujeres viven. Un mundo en el que los grandes episodios nacionales y universales marcan los tiempos: la revolución del 34, la Guerra Civil, el primer franquismo con su fuerte represión y sus mentiras, la llegada del hombre a la luna, La muerte de Franco, la iglesia del Palmar de Troya, la muerte de Félix Rodríguez de la Fuente, el movimiento LGTB, el auge del feminismo...
La trama se presenta a lo largo de 22 capítulos distribuidos cada uno de estos, a su vez, en un variable número de secuencias encabezadas con el nombre de una de las mujeres que intervienen en la historia (Olvido, Aurora, Águeda, Ana, Florita, Alba). De todas ellas son Ana, Aurora, Alba y Águeda, quienes soportan y protagonizan el mayor número de secuencias. Unas secuencias que en su estructura individual parecen relatos independientes; quizás, por ello, la fecha que sigue en el encabezado a cada uno de los nombres propios se hace imprescindible para no perderse. Quien narra, salvo en los rotulados con el nombre de Ana, contados por ella misma en primera persona, es un narrador externo de tipo omnisciente en tercera persona. Este juego de un narrador en primera junto a otro en tercera le sirve a la escritora para ir introduciendo poco a poco la idea de una novela que está siendo escrita por uno de los personajes, Ana, y protagonizada por su abuela Aurora, sin duda alguna el personaje principal de toda la historia.
Se achaca a la novela de Ana Lena Rivera ser la obra de una mujer sobre una historia de mujeres destinada a un público formado fundamentalmente por mujeres. Desde mi propia posición de lector masculino no creo que esta afirmación sea del todo exacta, aunque sí que encierra algo de verdad: el autor es mujer, la historia lo es de mujeres y cierto es también que está siendo leída mayoritariamente por mujeres. Esto, naturalmente, no es mejor ni peor. Como lector hombre sí que he visto a los de mi sexo un poco como personajes comparsa, es decir, con poco protagonismo en la trama y que, cuando lo tienen, no destacan precisamente por su bondad. En Las herederas de la Singer los hombres que aparecen cubren todo un amplio abanico de comportamientos censurables: abusan de sus hijas, se emborrachan con asiduidad, esconden vergonzantemente su homosexualidad, se echan amantes de las que abusan y satisfacen exclusivamente con dinero, violan a sus subordinadas laborales, se juntan en manada y practican violaciones grupales... En fin, unos joyitas. Por contra, frente a estos especímenes, las mujeres son más amables, cuidadoras de ellos y de sus hijos, practican la sororidad, se machacan hasta el extremo para llevar dinero a la casa y sacarla adelante, son receptivas a los avances sociales especialmente en lo tocante a las nuevas relaciones interpersonales, se reinventan constantemente en positivo... Sólo hay un hombre, Carlos Fresno, que sirve de eslabón entre ambos sexos; es a través de él que el mundo originado en la mina se une al de la ciudad, ayuda siempre a su esposa Ana a pesar de que la relación ya no sea como al principio, atiende siempre las demandas de todo tipo de su hija Alba... En fin, Carlos es el prototipo de hombre ideal; cierto es que para alcanzar este ideal el dinero ayuda mucho, mucho. Así lo reconoce la propia Alba en conversación con su amiga Deva quien ante una misma experiencia traumática reacciona de manera totalmente diferente:
«—La diferencia entre tú y yo es que yo puedo hacer lo que hago porque tengo los medios y el apoyo para hacerlo. Mi padre ha puesto a mi disposición fondos ilimitados para meter a esos cabrones en la cárcel. Hemos nacido en familias distintas. No tiene nada que ver con cómo eres.»
De entre las cosas que me han agradado de esta novela destacaría el asturianismo que destilan muchas de sus páginas presente en la geografía por donde se mueven los personajes (Mieres, Gijón, Oviedo) y en varios vocablos incrustados en el castellano como candar (cerrar), solmenar (sacudir), frisuelos (tortas dulces semejantes a las crepes), cascayu (juego infantil de la rayuela), cachopo, etc. También me ha encantado ver a estos personajes moverse por los espacios que yo habito: Madrid, Las Rozas, el polígono de Európolis, etc.
Para finalizar
Las herederas de la Singer es una novela que se lee muy bien, que captura al lector desde la primera página de las 500 que tiene. Una novela que me atrevería a encuadrar dentro del costumbrismo de hoy; un costumbrismo que habla de penalidades socio-políticas, de abusos laborales y sobre todo de abusos sexuales y violaciones. Un costumbrismo que pone su punto de mira en el ámbito femenino de ayer, de anteayer y de ahora mismo. Una novela que se abre con alegría al futuro positivo que se adivina para la mujer en nuestra sociedad y el mundo en general.
Ana Lena Rivera ha escrito una historia feminista que repasa la vida de cinco generaciones de mujeres desde los albores del siglo XX hasta el año 2022. Son mujeres valientes que salen adelante con arrojo y determinación. A lo largo del siglo largo en que estas mujeres viven, las circunstancias sociales van cambiando y los problemas comunes a ellas, sea cualquiera la época en que sucedan, los van afrontando de modo diferente, pero siempre con muchos bríos.
En definitiva esto es la novela: un recorrido por la Vida, la vida de cuatro o cinco generaciones de asturianos. Unos asturianos hembras. pues el foco está puesto en las mujeres
«Recorrieron la calle donde estaban la casa de Aurora y la de Ramona, en pie y deshabitadas, y solo bajaron del coche para visitar las tumbas de todos los que formaron parte de la vida de la bisa: la de Paulino, la de Frutos y Olvido, la de Ramona, su madre y sus hermanas, y la de Florita y Herminia.»
Una lectura y una autora que recomiendo vivamente a cualquiera, que entretiene y enseña tanto por lo que cuenta como por cómo lo cuenta. Desde luego no será la única novela que lea de esta escritora asturiana afincada en Madrid.
La leí cuando salió y la disfruté mucho. Una buena historia muy bien contada y con la que se aprende también mucho de ese pasado que no debemos olvidar. Excelente reseña.
ResponderEliminarBesotes!!!
Cuando una novela es atractiva por lo que cuenta y por cómo lo cuenta hacer su reseña no es tarea demasiado complicada. Me encanta que te haya gustado mi opinión sobre Las herederas de la Singer y me encanta también coincidir contigo en la apreciación positiva de este libro.
EliminarUn beso, Margari
Me gustan los temas que cuenta este libro. Me lo apunto que parece una lectura muy interesante. Besos.
ResponderEliminarSeguro que te gusta, Rocío. Ya me dirás.
EliminarBesos
Coincido plenamente contigo acerca de lo que es un bestseller, Juan Carlos, y de la variopinta calidad de los mismos.
ResponderEliminarEn cuanto a esta novela, ya había leído alguna reseña sobre ella, así como sobre las anteriores novelas de Ana Lena Rivera. Sin duda todas ellas parecen lecturas amenas y entretenidas, pero, por el momento, no es una autora que me llame lo suficientemente la atención como para, con tanto pendiente, hacerle un hueco, lo cual no significa que la descarte completamente para un futuro.
Besos
Te entiendo perfectamente, Lorena. Fíjate si creo conocer tus gustos lectores que leyendo el libro que ahora mismo tengo entre manos ("Annette, una epopeya" de Anne Weber) me he dicho para mis adentros varias veces: 'este libro a Lorena le encantaría'. Cuando lo reseñe, creo que entenderás por qué lo digo o me harás ver mi error (ja, ja...)
EliminarUn beso, amiga
Me parece muy acertado el planteamiento que haces en relación a los bestsellers. Pasaría lo mismo con cierto tipo de cine comercial: sencillamente es saber distinguir lo bueno de lo mediocre sin llegar a ser talibanes en contra del éxito de ventas o público. Respecto a la novela de hoy quizás cobre verdadero valor dentro de 20 años. Ahí veremos como ha evolucionado el papel de la mujer en la sociedad y como esta ha evolucionado o retrocedido.
ResponderEliminarUn abrazo, Juan Carlos.
El asunto best-seller es más que evidente. Cierto es que cualquier autor desea que su obra se venda, pero no por eso esa obra ha de ser mala. Quien escribe desea siempre ser leído, lo importante es que mantenga su personalidad y no 'se venda' bajando excesivamente el nivel por eso de abarcar más lectores o incluya asuntos que sólo persiguen excitar el morbo de un posible comprador. Hay libros magníficos que se venden mucho y otros nefastos que también se venden mucho. Y, naturalmente, lo anterior se puede volver por pasiva.
EliminarSobre la evolución de la sociedad en cualquier aspecto es cierto lo que dices: hay que dejar pasar el tiempo para comprobar debidamente el progreso o atraso producido en la misma.
Un muy fuerte abrazo, Miguel.
Comparto tu reflexión sobre los bestsellers, y también me acerco algunas veces a las obras que han merecido dicha etiqueta, porque sé que algunos buenos libros se venden muy bien. La idea de que una máquina Singer (como la que tenía y usaba constantemente mi madre) pueda servir como hilo conductor de la obra, y que guarde un secreto, me parece seductora. Siempre me estás descubriendo libros que me habían pasado inadvertidos. ¡¡¡Gracias!!!
ResponderEliminarA mí también la imagen de esa máquina de coser que de siempre vi en mi casa me llamaba a leer la novela. En mi casa o en la de mi abuela, ya no lo sé decir con certeza, había una ALFA, que era otra marca de máquina de coser. Lo que habrá salido de las manos femeninas de esas máquinas. Como dice Rosa Berros en su comentario, muchas mujeres allegaban con su trabajo en esas máquinas un complemento dinerario al sueldo del marido, que no siempre era suficiente.
EliminarNo he querido desvelar el secreto que esconde esa máquina porque siempre quiero inducir a la lectura del libro; no es otra la finalidad de este blog: hacer lectores, motivar a la lectura.
Un fuerte abrazo, Rubén
He leído las dos primeras entregas protagonizadas por Gracia Sansebastián y me han gustado. Son novelas que yo calificaría entre el Thriller y la novela de detectives, aunque Gracia no sea detective más que por encargo y afición. Las herederas de la Singes está en mis lista desde que salió. Mis dos abuelas se dedicaban a hacer trajes de caballero en una época en que se sobrevivía como se podía y las mujeres que sabían complementaban el sueldo del marido (o la pensión de viudedad) cosiendo. Una Singer muy similar a la de la portada tenía cada una de mis abuelas y por ello desde el principio, el libro me atrajo. A ver si le toca ya.
ResponderEliminarUn beso.
Además, Rosa, tú eres de León que en su zona norte tiene industria minera, creo. Aunque Las herederas de la Singer transcurre en la zona minera asturiana es evidente que tiene concomitancias con la leonesa. Así que, además de por la máquina de coser, la actividad de mujeres y hombres en la minería del carbón te va a hacer atractiva la novela de Ana Lena.
EliminarYa contarás.
Un beso
Me ha encantado el post, Juan Carlos, muy interesante. Conozco la novela pero no me ha dado por leerla. Sabes que soy lectora de novela negra y leí a Ana Lena en su novela "Lo que callan los muertos" y la verdad que no me terminó de enganchar, leyendo tu reseña le daré otra oportunidad.
ResponderEliminarUn placer leerte siempre, Juan Carlos.
Un fuerte abrazo.
Pues prueba con ésta, Rita. Desde luego no es novela negra y quizás por aquí puede ser que la autora llegue a convencerte. Ya me dirás.
EliminarY muchas ganas por tus comentarios, amiga.
Besos
Hola Juan Carlos. Esta novela no deja de hacer ojitos desde que salió. Lo de costumbrismo lo entiendo perfectamente... Es algo que me gusta, que enlaza con mi infancia y con la vida de mis padres. La palabra Singer está íntimamente relacionada con mi madre y eso me hace sentir mucha atracción por la novela. Además, con lo que nos has explicado, creo que me queda claro que me gustaría esta lectura. Besos
ResponderEliminarEs verdad que al menos a quienes nacimos en unos años y, sobre todo, tuvimos unos padres y familiares equis, la máquina de coser Singer o Alfa es un artilugio de lo más reconocible en el imaginario de nuestra infancia y vida en la casa de los padres. También la imagen de una mujer (la madre, una tía carnal, la abuela...) sentada ante ella dándole al pedal para arreglar una prenda o confeccionar un vestido nuevo es de las que no se nos van de la cabeza y no queremos que se nos vaya.
EliminarYo también creo que la novela te gustará, Marisa.
Un beso
Hola Juan Carlos había visto el título varias veces en la biblioteca virtual y aunque me llamaba la atención por esa máquina de coser que también estaba en casa y que aun sigue en casa de mis padres, no acababa de encontrar el momento y después de leerte ya la he reservado.
ResponderEliminarEstoy contigo que la etiqueta de bestseller por sí solo no garantiza que sea una buena lectura o una mala lectura, como dices todo autor desea que sus libros sean leídos y cuanta más gente los lea mejor pero desde hace mucho tiempo bestseller va ligado a mala literatura y personalmente no estoy de acuerdo, he leído buenos libros que resulta que eran bestsellers y otros buenísimos que desafortunadamente para los autores no lo eran aunque también eran muy buenos. El marketing, los intereses de las editoriales y la suerte es evidente que influyen y mucho.
Un beso enorme
Lo de la máquina de coser en la portada es un acierto magnífico. También la misma tiene una función importante en el relato pues es un objeto que pasa de generación en generación simbolizando y escondiendo al tiempo el proceso de emancipación de las mujeres de esa familia a lo largo de las cuatro generaciones que protagonizan la novela.
EliminarSobre el asunto bestseller suscribo cuanto dices, Conxita. Y creo, sinceramente, que esta novela te va a entretener y a gustar. Ya lo contarás ahora que parece que vuelves poco a poco a asomarte a los blogs. Fenomenal, amiga, que así sea.
Un beso grande
Hola Juan Carlos una vez acabada la lectura vuelvo a darte mi opinión sobre la novela.
EliminarSubscribo lo que comentabas en tu entrada, es entretenida y se lee bien aunque en algún momento se me ha hecho "larga" y me he perdido un poco con las historias, así que tienes razón que es importante seguir fechas.
Desconocía el papel de las mujeres en las minas, me ha parecido muy interesante y muy triste y doloroso. También dolía todos esos especímenes masculinos que aparecen en el libro y que por desgracia aun quedan demasiados y lo vemos en tantas notícias pero soy optimista y creo que se ha avanzado mucho, aún queda camino por andar aunque afortunadamente ya se hace en compañía de muchos hombres que nos ven como sus iguales, con los mismos derechos.
Un beso
Se pierde uno en las historias sobre todo al principio. Menos mal que aparecen las fechas para ir situando los sucesos porque si no sería muy complicado. Dices que se te ha hecho "larga" en ocasiones. Te entiendo aunque yo no tuve esa sensación. Siempre digo y recomiendo -así también lo hacía a mis alumnos cuando daba clase- leer las novelas en pocos días para no perder el hilo y así no caer en el aburrimiento. Recuerdo a un profesor que tuve en la universidad (Ricardo Gullón) que nos decía que igual que vemos una peícula en una sola jornada, deberíamos de hacer con las novelas: keer una al día. Naturalmente nosotros lo mirábamos con cara incrédula diciendo para nuestros adentros: «este tipo está loco». Es exagerado, sí, pero tampoco conviene darle muchos días a la lectura de una narración so riesgo de perdernos y de aburrirnos soberanamente.
EliminarVeo que te ha interesado cuanto dice la autora sobre la vida en las minas de las mujeres allá a comienzos del siglo XX. La verdad es que son informaciones que yo tampoco conocía.
Un beso,