.header .widget { text-align:center;} .header img {margin:0 auto;}

24 ago 2022

El Círculo del Alba. Luisa Ferro

«Ninguna de las víctimas fue reclamada por sus familias. Jamás se encontró una conexión entre ellas, salvo la de ser hijas de la miseria. Bastardas de una sociedad que no veía más allá de su propio bienestar; la misma que luego exigía justicia y pan para los más necesitados mientras, noche tras noche, cenaban faisán y acudían a la opera o al teatro sin girar la cabeza hacia el mendigo que estaba a las puertas implorando las sobras de sus mesas.»

El Círculo del Alba, Luisa Ferro,Novela negra histórica,Madrid
Leí hace poco con muchísimo gusto la bilogía de Luisa Ferro titulada "Donde mueren los dragones de Jade" [leer reseña de la misma aquí]. La acción de los dos libros que la componen transcurre durante el siglo XIII en la China de la dinastía Song. Tras la inmensa satisfacción que me  produjeron las dos novelas de que consta la bilogía, El pozo de las luciérnagas y La sanadora del emperador, amablemente Luisa, viendo que había disfrutado mucho con ellas, especialmente con las partes más dinámicas de la segunda entrega, me hizo llegar a través de Planeta, la editorial que publica sus obras, «El Círculo del Alba», la novela que a la madrileña residente en Fuenlabrada ha dado hasta ahora más satisfacciones.


Sinopsis (proporcionada por la propia editorial)
Madrid, 1903. Bruno Moreto se enfrenta a una gran encrucijada. Su tutor, Ernesto Olmedo, médico forense, asesor de la policía y propietario de una funeraria, ha muerto en extrañas circunstancias. Todo apunta a un suicidio. Su muerte deja un negocio hipotecado, con deudas que comprometen gravemente el futuro de Bruno.El hermano del difunto, Hugo Bonaventura, un conde italiano con fama de vividor, llega a Madrid para hacerse cargo de la situación, pero los acontecimientos darán un giro inesperado. Bruno y Bonaventura se verán inmersos en la investigación de varios asesinatos rituales de niñas, cuyas raíces se sumergen en el pasado más oscuro de Olmedo. Ambos, pese a sus diferencias iniciales, tendrán que aliarse para destapar un misterio que ha dormido agazapado tras décadas de silencio


La lectura de esta novela que Luisa Ferro publicó en 2016 me ha hecho recordar la serie televisiva Vienna Blood que desde hace unos meses veo ocasionalmente. Naturalmente, quiero dejar bien claro que la novela de la Ferro nada debe a la serie televisiva dadas las fechas en que una y otra ven la luz, la serie en 2019 y la novela en 2016. Ignoro si las novelas de Liebermann, escritas por el inglés Frank Tallis entre los años 2005 y 2018 eran conocidas por nuestra novelista, pero sea como fuere la unión de detective aficionado en la forma que sea e investigador profesional hace tiempo que la novela negra la viene utilizando. También lo hace en la suya la autora de El Circulo del Alba y como en las novelas de Frank Tallis el protagonismo principal viene a recaer en el ayudante más que en el detective profesional.

Me ha parecido interesante y novedoso en esta novela la duplicación de la estructura argumental con una distancia temporal entre una y otra de nada menos que 25 años. En efecto, al inicio del relato nos topamos con un joven estudiante de medicina, Ernesto Olmedo, que colabora con el jefe de policía Arturo del Romo en la resolución de crímenes que están sucediendo en Madrid en los años que van de enero de 1878 a 1903, fecha en que de manera sorprendente el médico forense Ernesto Olmedo, dueño de la funeraria La Luz de Helios, se suicida. Bruno Moreto, su joven discípulo, al que Olmedo acogió con sólo seis años de edad y con quien se portó como si de un padre se tratara, no cree que haya sido suicidio sino más bien homicidio. A esclarecer esta duda se dedicará en compañía de un personaje sorprendente, el hermano gemelo de Olmedo desaparecido de España hace nada menos que casi treinta años y que regresa a Madrid al ser el beneficiario de casi la totalidad de la herencia del fallecido Olmedo. Hugo Bonaventura, conde del Drago, que así se llama, se irá ganando la confianza de Bruno y en compañía del comisario Antonio del Romo, hijo del jefe de policía con el que colaboró su hermano Olmedo, irán intentando aclarar este caso, así como otros sospechosos suicidios de médicos de la promoción de Olmedo y también una serie de asesinatos de niñas secuestradas previamente. Son, como se ve, líneas de investigación aparentemente independientes que irán convergiendo en el curso de la novela.

Junto a la propia trama detectivesca se desarrolla en paralelo otra más cotidiana o familiar que como todo lo que forma parte de un relato al fin y a la postre también confluirá con la principal. Se trata de la vida en el seno de la casa que mantenía el doctor Olmedo mientras vivió: un núcleo familiar constituido en torno a la funeraria La Luz de Helios conformado por lady Amber Doyle, cuñada de Olmedo, por el aya hindú Uma Vunda, y por los empleados de la casa como el matrimonio formado por el cochero y mozo de cuadras Pedro y su mujer Mercedes que se encarga de la cocina. Al ser lady Amber aficionada al espiritismo y hacer reuniones en la casa sobre el tema, muchos otros personajes se asomarán así a la historia central. Entre estos personajes abundan los femeninos quienes en mayor o menor grado se sienten atraídos por la buena presencia y educadas maneras de Bruno Moreto; en este sentido la atracción entre Sofía Mendoza, una de las jóvenes, y Moreto es mutua. También hay que destacar otra relación que en este contexto de estudio y práctica del espiritismo, de la hipnosis e incluso del sonambulismo desarrollado en la casa de lady Amber Doyle, surge: me refiero a la que se establece entre Cora Steiner, joven muy atractiva, y Bruno. Estas dos mujeres, Sofía y Cora, son objeto de deseo por parte de Bruno, si bien ellas prefieren, a lo que parece, ser dependientes de hombres que no les profesan verdadero amor.

Estas relaciones amorosas del joven Moreto, especialmente la mantenida con Anna Cohen, la joven sobrina del anticuario Samuel Cohen, sirven para poner en contacto directo la trama de los asesinatos con la de las desapariciones y asesinatos de niñas; el vínculo entre ambas tramas surge al haber visitado Olmedo a Cohen el mismo día de su muerte. El vínculo Anna - Bruno sirve de nexo de unión entre la investigación policial y la trama más sentimental de este entretenido relato.

Sistema turnante de gobierno
Es El Círculo del Alba una novela histórica de trama detectivesca situada la misma en 1903, año en que cae el gobierno de Silvela. En cuanto a hechos acaecidos en los 25 años que van de los esponsales reales de 1878 con que abre la novela a esa fecha del siglo XX, hay alusiones a sucesos que durante ese cuarto de siglo tuvieron relevancia como el famoso crimen de la calle de Fuencarral, la estafa del Cantinero y otros timos de este jaez protagonizados por mujeres que se hicieron populares por su maestría en estos engaños. 

En mi opinión es, sin lugar a dudas, en la pintura que Luisa Ferro hace del Madrid costumbrista de principios de siglo XX, que la novela gana en matices historicistas al recrear una ciudad que existió, y que hoy, ya para bien, está bastante desaparecida,
«El barrio de Ventas del Espíritu Santo estaba muy cerca de La Luz de Helios y también era un arrabal, aunque fuese punto de encuentro de señoritos de provincias en busca de diversión y donde medio Madrid se daba cita los fines de semana. A lo largo de la carretera de Aragón surgían ventorros donde servían lustrosas raciones  aderezadas con el "chapurreao", a base de vino con limón, pero no era menos cierto que en ambas veredas del arroyo Abroñigal se asentaban nidos de chabolas y se palpaba la misma miseria que en las Injurias
Dentro de este Madrid existente o que existió me han interesado vivamente, por vivir yo en esa zona, todas las secuencias narrativas que la novelista ubica en la Dehesa de la Villa. De manera magistral la escritora mezcla realidad y ficción en la conformación del lugar: el cerro de las balas, que sí existió y actualmente ahí está aunque con el nombre de cerro de los locos; y las cavernas a las que se accede a su través, pura creación imaginativa nacida a partir de la pequeña oquedad que allí existe, pero que crece y crece gracias a la inventiva magnífica de nuestra autora. 

Al no ser la primera novela que leo de Luisa Ferro para nada me ha sorprendido el gusto y conocimiento que muestra respecto a la medicina. Ya en la bilogía citada al inicio de esta reseña hacía gala de su enorme saber sobre el tema. En esta obra su conocimiento se hace explícito en las descripciones al detalle de los cuerpos de los asesinados, de las niñas halladas muertas y abandonadas, así como en las pruebas que, tomadas del escenario del crimen, Bruno realizaba en La Luz de Helios:
«Echó mano de las tijerillas más pequeñas del instrumental y se dispuso a cortar la laña. La sacó de una sola pieza y la depositó en una tablilla de hueso y lámina de mica para estudiar el hilo en profundidad bajo el microscopio. Era catgut, un filamento de origen animal de uso frecuente en cirugía.» 
Como me ocurriera durante la lectura de La sanadora del emperador y El pozo de las luciérnagas me ha gustado mucho la manera como la novelista, en El Círculo del Alba, dosifica la información y da entrada a la misma en la novela. Lo hace de manera natural, al hilo de las conversaciones mantenidas por los propios personajes; incluso la introduce sin previo aviso para luego ir clarificándola con aportes sencillos y diáfanos. Es lo que sucede, por ejemplo, con la larga nómina de personajes que, lejos de causar confusión en el lector, al hacerlo de la manera descrita es asumida por éste con naturalidad. La profusión de nombres es grande en general y muy notoria en el ámbito del anticuario Samuel Cohen. Estos últimos nombres y las relaciones existentes entre ellos son muy relevantes en el curso de la trama novelesca y esenciales para la resolución de la misma.

Para finalizar
En El Círculo del Alba hay una decidida crítica a las clases altas sólo pendientes de su propia satisfacción importándoles un comino, aunque en voz alta digan lo contrario, cómo vivan las clases pobres. La cita inicial con que abro la reseña es buena muestra de esta hipocresía.

No quiero dejar sin señalar el acierto y la maestría con que la novelista sabe presentar y resolver los momentos de acción: persecuciones nocturnas y sobre carruajes de caballos por las calles de Madrid, enfrentamientos violentos entre personas, luchas, peleas, tiroteos... El cine de héroes  y aventuras venía a mi mente mientras con sumo gusto los leía. 

Asimismo es impresionante, y en mi opinión digno de ser destacado por la dificultad que entraña, ese saber moverse, que Luisa Ferro demuestra, por los distintos espacios y momentos requeridos por la historia. Una novela de 600 páginas como El Círculo del Alba da para contener escenas y secuencias  de todo tipo; lo único que se debe evitar es caer en el aburrimiento y desde aquí os puedo asegurar que si de algo carece este libro es de aburrido. Se lee con mucho agrado y desde sus primeras páginas resulta adictivo quedando el lector atrapado en su lectura. Por todo lo dicho hasta aquí, y muchas razones más que quedan en el tintero, os lo recomiendo vivamente.

17 comentarios:

  1. Hola Juan Carlos, es un placer leer reseñas como las tuyas. En este caso se nota tu amor por las novelas de Ferro. Tengo pendiente la bilogía que comentas, pero quizá me atreva con éste antes. Novela policiaca e histórica, ¿qué más se puede pedir?
    Besos

    ResponderEliminar
  2. Se ve que la bilogía ambientada en China nos dejó buen sabor de boca. Yo también acabo de leer El círculo del alba y, como tú he de decir que encuentro gran maestría en la descripción del Madrid de principios del siglo XX, tanto social como histórica y urbanísticamente. Y esa afición por el espiritismo que tan en boga estuvo en aquellos tiempos y que tan bien transmite.
    Una novela con la que yo también he disfrutado mucho.
    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Luisa Ferro sabe escribir, eso es indudable, y sabe crear tramas adictivas que se mezclan con otras menores para dar respiros al lector. Creo que sus novelas son muy entretenidas y que un buen número de lectores se sentirán muy a gusto leyéndolas. Esas descripciones de las sesiones de espiritismo y la denuncia de los engaños que había en ellas, así como la mostración del Madrid real de principios de siglo transformado con maestría en el marco de la historia ficticia lo sabe hacer la novelista a las mil maravillas.
      Un beso, amiga
      PD.- Tras leer tu última reseña no he podido resistir la llamada y me he lanzado a leer la primera de la saga de Martin Beck. Buff, me tiene atrapadito.

      Eliminar
  3. Descubrí a Luisa Ferro con esta novela y me encandiló desde el primer minuto cuando la acción empieza en el Cementerio del Este (ahora de la Almudena) pues yo vivo muy cerca. Las descripciones de Madrid son estupendas, pero la complicada trama que parece mostrar dos frentes y que terminan convergiendo es impresionante.
    En fin, ya veo que te ha gustado mucho (al igual que a Rosa, y a otro bloguero amigo que me lo ha contado). Que te haya gustado no me extraña porque eso ya era seguro porque sabes distinguir la buena literatura.
    A mí, además, me ha gustado mucho tu reseña,.
    Un besote.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A mí lo que más me gusta de este mundo bloguero es que haya personas, como tú o Rosa, que te recomiendan libros con los que se disfruta y se aprende mucho dada su gran calidad. De Luisa Ferro qué voy a decirte: sólo que me he convertido en seguidor incondicional suyo. Me encantan los escenarios madrileños de esta novela.
      Y me agrada mucho, Paloma, que mi reseña te haya gustado.
      Un beso grande

      Eliminar
  4. Me admira tu apertura de gusto para paladear literatura compleja y difícil como Lincoln en el Bardo y otras muchas, con literatura tipo best seller de digestión rápida. Raramente combino las dos vocaciones aunque a veces sí he leído incluso El código Da Vinci y otras obras de literatura vamos a llamarla popular. Me admira tu vocación filológica y la capacidad de adaptarte a géneros menores con el mismo empeño analítico y divulgador. Aparte de tu calidad contrastada y tus comentarios brillantes, este es el aspecto que más me sorprende en tu blog. Personalmente la literatura de consumo me deja por una parte satisfacción por un juego tal vez hábil de los recursos narrativos pero a la vez me deja insatisfecho porque me veo objeto de un juego en el que me han intentado agradar y captar, seducir, y todo se resuelve con un rápido movimiento de piezas para mi placer y sorpresa que, sinceramente, me dejan como ir a un restaurante de comida rápida y alimentarme de grasas y azúcar. Pero a veces está bien. La reseña es muy buena y está hecha con profesionalidad.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Joselu:
      Como todo en esta vida hay calidades, bien lo sé yo. Creo saber distinguir el polvo de la paja pero el propósito que en mi blog persigo desde que lo inicié (y casi te diría que a lo largo de mi ejercicio profesional de profesor de literatura así ha sido) es el de aficionar a la lectura, animar a quienes disfrutan de ella y también a quienes son más remisos a ponerse a leer. Creo, echando mano de la manida frase de Plinio, que no hay libro malo del todo, que todo libro esconde algo bueno. Bueno, si te soy sincero, hay libros infumables que ni el propio Plinio salvaría, pero a esos desde hace unos años no les dedico una línea en mi blog. Resulta que en los inicios de El blog de Juan Carlos quise ser sincero con aquello que leía o alguien me enviaba para que leyera y tuve un par de disgustos; desde ese momento decidí sólo reseñar obras salvables y a lo más señalar, como de pasada, algún defectillo pero siempre en tono menor sin querer hacer hierro.
      Sobre el consumo de fast food en forma libresca y hight quality (ja, ja...) practico lo que tu mismo señalas: procuro comer siempre bien, pero de vez en cuando salto a una hamburguesa de carne y de queso fundido que chorrea sobre ella; sé que no es conveniente comerla todos los días pero se hace de manera tan rápida y en algunos momentos es tan agradable no tener que ser tan reflexivo o estar tan concentrado que hasta pienso que le viene bien al cuerpo (ja, ja...).
      Leer literatura de no tan alta calidad creo que viene bien para degustar luego aún mejor la excelencia. Por ejemplo, ahora mismo, tras haber pasado unos días muy entretenido con esta historia detectivesca de Luisa Ferro me he puesto con Joan Didion. Sí, hay diferencias, eso es evidente. Quizás ahora las cualidades de Didion me impacten más, estoy seguro.
      Y para terminar, querido Joselu, muchos best sellers han sido para mí tan indigestos que hube de abandonarlos a media comida: El Código Da Vinci, Los pilares de la tierra, todo Tolkien (alguien me matará, seguro), y muchos otros más. Pero Luisa Ferro me ha agradado y creo que a ti te podría gustar siendo consciente de que no es literatura grandiosa sino literatura de consumo bien escrita.
      Agradezco tus palabras sobre mi reseña
      Un fuerte abrazo

      Eliminar
  5. Madre mía, Juan Carlos. Qué manera de poner los dientes largos... "Literatura de consumo bien escrita" es una etiqueta dignísima.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ja ja..., Rubén, creo que esa etiqueta es , como tú dices, muy digna y que define bien un tipo de literatura que goza del favor popular. Ser un best-seller no equivale a que la obra así calificada tenga que ser mala. Para nada.
      Y sobre lo de poner los dientes largos, querido amigo, te diré que siempre "me esfuerzo y me desve" -que decía el gran Cervantes por incitar a la lectura z(Cervantes decía otra cosa.,claro.
      Un abrazo

      Eliminar
  6. Tiene buena pinta. Le daré una oportunidad si se me cruza. Un beso.

    ResponderEliminar
  7. Acabo de leer la reseña de Rosa y para no repetir lo dicho en su blog, lo copio y pego:
    La he leído este mes de agosto y me ha gustado mucho. He encontrado, sin embargo, un fallo, diría que garrafal, cuando, describiendo un dolor agudo (no recuerdo en quién) en el cuadrante abdominal inferior izquierdo, asume que se trata de una apendicitis aguda, cuando el apéndice está situado a la derecha. Ignoro si habrá algún caso en que el dolor irradie hacia el costado opuesto, pero lo dudo. Con ello no quiero desmerecer la calidad de esta novela, que es innegable, solo me ha llamado la atención este detalle cuando esta autora parece estar muy bien documentada.
    Un abrazo.
    P.D.- Si alguien sabe darme una explicación para ello, por favor que me la diga (esta posdata no está en el blog de Rosa)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Josep
      Yo no puedo darte ninguna explicación de esta ¿posible? irradiación. Quizás si que exista pues, como bien dices y sabes, Luisa está muy bien informada en el campo de la medicina.
      Ahora mismo me pasó por el blog de Rosa para leer sus impresiones. Sé que como a ti, a mí y a tantos lectores más, le ha gustado pero quiero entrar el detalle (ja, ja...).
      Un fuerte abrazo

      Eliminar
    2. Del mismo modo que en su día copié aquí el comentario que dejé en el blog de Rosa, hoy hago lo propio para ceñirme escrupulosamente al que he afirmaddo hoy:
      Debo rectificar y rectifico mi apreciación (posiblemente demasiado vehemente y precipitada) al considerar como error garrafal la descripción que la autora hace de los síntomas de una apendicits aguda. Probablemente me dejé llevar por mi experiencia personal y cómo viví este cuadro hace algunos años, que se desarrolló de la forma convencional. Al parecer, se pueden dar casos, aunque raros, en que esta patología evoluciona tal como se describe en El Circulo del Alba. Pido, pues, mis disculpas a Luisa Ferro por si con mi desacertada opinión he podido incomodarla o afectarla de algún modo. Dicen que rectificar es de sabios. Así pues, hoy soy un poquito más sabio que ayer y espero que menos que mañana. Un abrazo.

      Eliminar

Muchas Gracias por dejar tu Comentario.