«La cuestión es no bajar nunca la guardia. No creer nunca que se está salvo. No dar nunca por hecho que el corazón de tus hijos late, que tus hijos beben leche, que respiran, que andan y hablan, sonríen, discuten y juegan. No olvidar ni un momento que pueden desaparecer, que te los pueden robar en un abrir y cerrar de ojos, que se los pueden llevar como leves vilanos.»
Es la primera novela que leo de Maggie O'Farrell, autora irlandesa a la que llegué gracias a una elogiosa crónica que escuché en una emisora de radio durante un viaje. Quien la recomendaba era Sergio del Molino, escritor a quien sigo y leo desde hace tiempo. En el programa radiofónico que oía mientras conducía Del Molino hablaba con Concha Cardeñoso, traductora de la novela en la edición de Libros del Asteroide que es quien la ha publicado en España. Mis expectativas sobre ella tras escucharlos eran grandísimas. Sin desvelar nada de lo que ocurría en la narración pero sí aclarando el origen de la misma ambos expusieron algunos extremos de la novela que en 2020 ganó el National Book Critics Circle Award for Fiction y el Women’s Prize for Fiction.
Sergio del Molino ensalzó especialmente la traducción de Concha Cardeñoso, extremo que he comprobado y -¡disfrutado!- por mí mismo durante la lectura. Sin duda alguna la precisión lingüística, el cuidado por encontrar el vocablo exacto a cada una de las situaciones es uno de los grandes valores de la novela.
Sinopsis (proporcionada por la propia editorial)
Agnes, una muchacha peculiar que parece no rendir cuentas a nadie y que es capaz de crear misteriosos remedios con sencillas combinaciones de plantas, es la comidilla de Stratford, un pequeño pueblo de Inglaterra. Cuando conoce a un joven preceptor de latín igual de extraordinario que ella, se da cuenta enseguida de que están llamados a formar una familia. Pero su matrimonio se verá puesto a prueba, primero por sus parientes y después por una inesperada desgracia.
Partiendo de la historia familiar de Shakespeare, Maggie O’Farrell transita entre la ficción y la realidad para trazar una hipnótica recreación del suceso que inspiró una de las obras literarias más famosas de todos los tiempos. La autora, lejos de fijarse únicamente en los acontecimientos conocidos, reivindica con ternura las inolvidables figuras que habitan en los márgenes de la historia y ahonda en las pequeñas grandes cuestiones de cualquier existencia: la vida familiar, el afecto, el dolor y la pérdida. El resultado es una prodigiosa novela que ha cosechado un enorme éxito internacional y confirma a O’Farrell como una de las voces más brillantes de la literatura inglesa actual
Prosigo con mi comentario. Resulta que la novela se titula "Hamnet", nombre que tuvo uno de los hijos de William Shakespeare. En la Inglaterra de finales del XVI el nombre Hamnet se utilizaba de manera indistinta con el de Hamlet. Y precisamente "Hamlet" es el título de la tragedia shakespeariana más conocida y alabada. Oyéndo hablar a Del Molino con Cocha Cardeñoso pensé que la novela de Maggie O'Farrell se centraría sobre todo en la figura del dramaturgo isabelino. Y con esta expectativa mental es con la que comencé la lectura de la novela. Según avanzaba en ella con mucho gusto por mi parte, sin embargo en mi cabeza se iban deshaciendo como azucarillos las equivocadas ideas previas con que empecé a leerla. Pensaba -veo que equivocadamente- que la figura de William, el padre de Hamnet, tendría mayor relevancia en el relato, algo que no es así. Bueno, en realidad no es así y sí es así, dado que en el fondo la novelista en este relato muestra, entre otros muchos asuntos, las entrañas ocultas de la creación; en esta ocasión desciende hasta el motivo escondido, ignoto para los demás, por el que, ella imagina, se gestó la tragedia shakespeariana del Príncipe de Dinamarca: algo tan cotidiano entonces como la muerte de un hijo. Esto, tras reflexionar sobre la lectura recién finalizada, me parece de quitarse el sombrero.
La verdad es que esta magnífica narración va precisamente de eso, de la vida cotidiana en Inglaterra a finales del siglo XVI: la vida, la muerte, la peste, las relaciones familiares, el teatro... El protagonismo recae especialmente en las mujeres y sobre todo en Agnes, la esposa del creador de "Hamlet" y padre de Hamnet. Agnes es quien con su esfuerzo, su magia, sus celos infundados o no, el amor a sus hijos, la mala relación con su madrastra, etc. llena y ocupa todo el relato. Es Agnes Hathaway (en la realidad histórica Anne Hathaway) la figura esencial en este relato. Es una mujer que vive muy en contacto con la Naturaleza de la que conoce todo o casi todo; es en cierta manera algo hechicera pues por transmisión materna sabe de las propiedades de no pocas plantas con las que fabrica remedios sanadores que sus vecinos valoran en lo que valen, motivo por el que la visitan solicitándoselos. Al tiempo Agnes posee la capacidad de intuir el futuro y penetrar en el interior de la mente de las personas al presionarles con fuerza entre el pulgar y el dedo índice de la mano. Es ella una mujer independiente que no se amilana ante la presión familiar ejercida por su madrastra Joan, que lleva adelante sus propósitos sin arredrarse, y que anima a su marido simplemente por desprendido amor a que haga realidad sus deseos literarios aunque para ello deban de separarse marchando él a Londres y quedando ella a cargo de los hijos en Sttraford Upon Avon.
El marido de Agnes aparece siempre innominado, jamás se le cita por su nombre y mucho menos por su apellido a fin de no oscurecer en nada, de no empequeñecer la inmensa figura de la esposa Agnes y la de los otros personajes, que constituyen la cotidianidad en la que Él también se mueve. Aunque hay algún hombre como John, el suegro de Agnes. o Hamnet, el malhadado hijo, la mayoría de los personajes son mujeres: Judith, la hermana gemela de Hamnet; Susana, la muy responsable hermana mayor; los suegros: Mary, que cuida a Agnes como si fuera hija suya, y John, el guantero bebedor y mal negociante del que el marido de Agnes deberá escapar si quiere hacer algo en la vida; Eliza, Gilbert, Edmond, Richard, Mary que falleció («¿piensas en ella, todavía esperas oír sus pasos, su voz, su respiración por la noche?, porque yo sí, todo el tiempo. Todavía creo que un día me despertaré y estará ahí otra vez, a mi lado; que pasara algo, una arruga o un pliegue en el tiempo, y volveremos a estar donde estábamos cuando ella vivía y respiraba.», le dice Eliza a su madre Mary), y el esposo de Agnes son hijos de John y Mary; Bartholomew, hermano de Agnes; y por último estaría Joan, la segunda madre de Agnes y Bartholomew, que de su matrimonio con el padre de ellos «tiene seis hijos (ocho, contando a la hijastra medio loca y al idiota de su hermano, de los que tuvo que hacerse cargo cuando se casó)». Los seis hijos de Joan: Caterina, Joanie, Margaret, James, Thomas y William (el pequeño) apenas si tienen protagonismo en el relato.
Es, como se ve, una galería grande de personajes -aún debería nombrar a algún otro como Ned (aprendiz ayudante del abuelo), Hewlands (el terrateniente fallecido al que el abuelo John adeudaba unas pieles que paga con clases de latín a los chicos menores por parte de uno de sus hijos), o Heminge (un amigo del padre de Hamnet, actor de la compañía teatral que éste tiene en Londres)...- en la que jamás, como ya he dicho, se cita por su nombre a William Shakespeare. Pero aunque nunca se le nombre explícitamente de fondo, y al tiempo en un primer plano, aparece su colosal figura abriéndose paso en el mundo de los corrales de comedias. El genio que hoy admiramos por su incontestable altura y nivel literario es mostrado en este relato visto desde la pequeñez de la vida doméstica: las dificultades económicas, la mala relación con el padre, el amor hacia los hijos, la relación con su mujer, la necesidad de la separación respecto a la familia para poder abordar el éxito en la capital...
Sin duda alguna el motivo principal de la novela es la muerte de uno de los gemelos, el hijo al que la peste se llevó a pesar de los esfuerzos que la madre puso en impedirlo. En la época, la muerte de un hijo adolescente o de un bebé al poco de haber nacido e incluso, algo muy habitual, de la propia madre en el momento del parto no era algo infrecuente. Sin embargo -y eso es lo que en mi opinión Maggie O'Farrell se esfuerza en transmitirnos, lográndolo plenamente- mostrar el dolor de la madre que le dio la vida, que lo amamantó, que lo cuidó y fantaseó con su futuro no es materia frecuente en un relato. Aquí sí, y este es temáticamente el punto fuerte de esta narración: vemos a Agnes deshecha, desorientada, perturbada por la muerte de su hijo querido. Quizás, quien lea esta reseña pueda pensar en este momento que su marido es un desalmado al no sentir un dolor semejante al de Agnes ante la muerte del hijo. ¿Es así la cosa en verdad? Despejar esta duda es uno más de los alicientes que tiene la lectura de esta novela. Os animo a leerla y a disfrutar con ella.
La autora, así nos lo indica ella misma al final de la obra, se ha documentado muchísimo. En la documentación que ha manejado no todo está claro. Por ejemplo el nombre de la mujer de Shakespeare aparece casi siempre como Anne y alguna otra vez como Agnes, nombre que ella ha preferido en su ficción. Sin embargo las fechas que se explicitan (matrimonio de Agnes y el padre de Hamnet en 1583; la peste y muerte del hijo en 1596; estreno de la tragedia "Hamlet" en 1601) son todas ciertas, verídicas y debidamente comprobadas.
Estilísticamente el relato avanza en contrapunto temporal en la primera parte de la novela, la cual finaliza con el fallecimiento del hijo adolescente. La distancia temporal es precisamente la marcada por las tres fechas señaladas, con el centro en la de 1596, basculando las otras dos narraciones hacia delante ('flash forward') y hacia atrás ('flash back') respecto a ésta. Conocemos así el noviazgo entre Agnes y «el preceptor de latín». la vida de Agnes antes de casarse, el domicilio anejo a la casa de los suegros, etc.
En la segunda parte el contrapunto es más espacial que temporal. Concretamente en esta parte Maggie O'Farrell juega sobre todo con las localizaciones: en Londres donde Shakespeare intenta abrirse camino en el mundo del teatro y la casa familiar en Strafford Upon Avon donde vive Agnes con los hijos y a la que acude no con la frecuencia debida el dramaturgo. Esta tardanza en regresar a casa despierta en la cabeza de Agnes el fantasma de los celos.
Si hay algo magnífico por encima del resto en la novela, ello es el lenguaje utilizado. Es un lenguaje pleno de imágenes y metáforas («el dulzor punzante de manzanas caramelizadas», por eso de poner un ejemplo), de una precisión léxica extraordinaria. Se nota que Concha Cardeñoso, la traductora, se ha esforzado muchísimo por hallar el vocablo justo y fiel a la frase, a su contexto. Es un vocabulario preciso y adecuado para la época. Por ejemplo 'carriola' (cama baja con ruedas que se oculta bajo otra cama más alta); 'orillo' (remate de otro color de las telas); 'sebes' (Cercado de estacas altas entretejidas con ramas largas); 'buccino' (Caracol marino de concha pequeña y abocinada, cuya tinta solían mezclar los antiguos con las de las púrpuras y los múrices para teñir las telas); 'crespina' (Cofia o redecilla que usaban las mujeres para recoger el pelo y adornar la cabeza); yegua picaza (Dicho de un caballo o de una yegua: De color blanco y negro mezclados en forma irregular y manchas grandes.), etc.
Algunas citas:
- «Una mañana de principios de primavera, unos quince años antes de que Hamnet vaya corriendo a casa del médico, un preceptor de latín se encuentra junto a esa misma ventana; ensimismado se tira del aro que lleva en la oreja izquierda.» (ejemplo de traslación en el tiempo. Muy cinematográfico)
- «Las plantas y las uñas conservan todavía la suciedad que acababa de recoger de la vida: polvo en la calle, tierra del huerto, barrio de la orilla al río, donde se bañaba con sus amigos hace menos de una semana.» (ante el cadáver de un ser recién fallecido)
Mi experiencia de reseñador me dice que si la novela me ha gustado como es el caso no viene a cuento señalar algo negativo respecto a ella, por muy menor que esto sea. Y no viene a cuento ni conviene porque luego parece como si eso fuese lo más destacable del comentario. Y como no deseo provocar confusión alguna y mi intención y deseo es destacar la enorme valía de esta obra, me contendré. Sólo añadiré para finalizar que me encantan los libros que hablan de libros, los libros en los que aparecen autores trabajando sobre sus creaciones, aquellas historias en las que se entremezclan en equilibrada armonía la ficción y la realidad. "Hamnet" de Maggie O'Farrell es una de ellas.
El teatro de El Globe de Shakespeare en Londres |
____________________
Nota:
Procuro en mis reseñas no incurrir en spoiler a fin de incitar a realizar la lectura del libro reseñado. Por ello, en esta ocasión, para no desvelar un extremo importante de la trama he ocultado esa información tachándola en color negro. Si alguien, pese a todo, deseara conocer dicha información no tiene más que seleccionar la frase tachada y podrá leerla sin problema alguno.
Hola, Juan Carlos!
ResponderEliminarHa sido un placer leer tu entusiasta reseña.
Y, si, me has animado a leerla y a disfrutar con ella.
Gracias por tan interesante propuesta de lectura.
Un abrazo.
Creo que vas a disfrutar con seguridad, Carmen
EliminarUn beso
Hola, Juan Carlos:
ResponderEliminarla tengo en casa hace meses pero no encuentro el momento de leerla. Todas las reseñas que he leído sobre esta novela, la tuya incluida, la ponen muy bien así que tendré que ir pensando en hacerle hueco.
Un beso
Sin que se den cuenta los demás libros intenta colar esta novela (ja, ja...)
EliminarBesos
Yo sí he leído a la autora. De hecho, tres libros. En mis reseñas he destacado el hecho de que no sabía muy bien a qué carta quedarme con la autora.
ResponderEliminarEn la primera digo: "Me ha gustado, a pesar de algún pequeño fallo [...] una estrategia un tanto facilona para resumir acontecimientos que no se han contado".
En la segunda, y comparando con la primera, "Como aquella, es una historia muy bien escrita, y que engancha hasta no poder soltarla de las manos; como aquella, tiene unos personajes muy bien perfilados y descritos y una ambientación muy lograda; como en aquella, salta del pasado al presente y se mueve por los distintos tiempos y lugares con una soltura muy valiosa... pero, como en aquella, el recurso fácil asoma ya al final y me deja con la duda de cómo debo calificar a la autora y a su obra".
Y en la tercera, "creo que ya por repetición me resuelve la duda (solo hasta cierto punto) y me hace ver qué es lo que me chirría. Son novelas que me dejan con la sensación de que sucedieran fuera del mundo. Aparte de los problemas y sucesos que afectan a los personajes centrales es como si no hubiera más vida; como si estuvieran colgados de una nube sin un escenario que los enmarque. No hay entorno social, ni político, ni económico, ni cultural".
Bueno, perdona el rollo, pero es que es algo que nunca me había pasado con otro autor. Tres novelas, que me gustan, que leo con sumo agrado, pero que me dejan dudas acerca de su calidad real. Por supuesto tengo Hamnet apuntada y comprada, así como alguna más de Maggie O'Farrell. Espero decantarme algún día hacia el sí o el no con la autora.
Veo que a ti esta novela te ha convencido, aunque también veo que te guardas una objeción porque como dices, y yo he podido comprobar, cualquier mínima pega puesta a un libro es tomada por muchos lectores como lo principal de toda la reseña, pero me gustaría ver si en algo coincidimos y me gustaría saber tu opinión sobre alguna de las otras novelas.
Un beso.
Hola, Rosa:
EliminarEstupendo comentario el que me dejas. Te diré que yo es la primera novela que leo de Maggie O'Farrell y como digo la he leído con mucho gusto. Sí que hay una cosa que no me ha satisfecho y que en el fondo creo que coincide con lo que tú apuntas acerca de que como que suceden fuera del mundo sin escenario que las cobije. La pega que yo iba a señalar y me contuve por prudencia era la sensación que al leerla tenía sobre que los personajes acababan de salir de la peluquería de, por ejemplo, un Llongeras. Quiero decir que estaban fuera del espacio temporal del XVII pues los personajes se comportaban como si no pertenecieran a ese entorno. Es lo mismo que me sucede a cuando veo películas históricas -por ejemplo, "Troya"- y los actores que encarnan a los héroes, diosas y heroínas van guapísimos, con unos rizos y unos reflejos espectaculares, con un maquillaje muy de hoy. Esto me despierta del sueño querido en el que cualquier espectador -lector en este caso- desea manteberse.
Pero por lo demás, igual que a ti, querida amiga, la novela me parece muy hermosa, con un lenguaje muy bello y una comunión con la naturaleza en el caso de Agnes muy bien logrado-
Ayer me pasé por la Feria del Libro y estuve a puntito de comprarme algún otro libro de Maggie O'Farrel. No lo hice porque opté por otros que no se suelen encontrar en bibliotecas.
Besos
Ser o no ser, que bonita y dura época.
ResponderEliminarPienso como tu, puede haber novelas que te gusten más que otras, pero tiene que estar muy mal escrita para opinar negativamente. De por sí es un mérito escribir algo coherente.
Amigo mio, tu sí eres un buen escritor, tus reseñas son estupendas.
Me has animado con esta novela. Gracias y besos
Hola, senyoreta:
EliminarConciéndote a través de tus reseñas creo que esta novela va a ser muy de tu agrado. Muchísimas gracias por tus palabras sobre mis reseñas que me animan a seguir en la brecha (ja, ja...)
Muchos besos
De la autora solo he leído Instrucciones para una ola de calor y fue una lectura muy satisfactoria en general, con sus cosillas, pero nada importante ni necesario de resaltar porque, como bien dices, luego parece que cualquier pequeña pega lo empaña todo.Tomo nota de este título.
ResponderEliminarBesos.
A puntito estuve ayer en la Feria del Libro de llevarme para casa la que citas en tu comentario. Leeré alguna más de esta escritora sin duda alguna.
EliminarBesos, Manuela
Ay, qué maravilla de novela, me pareció magnífica desde todos sus puntos de vista, tanto por la belleza de la narración, como bien apuntas, como por su delicadeza, sus personajes, la maestría con la que la autora maneja los ritmos narrativos y ese final que te deja sentada. Muy original el planteamiento de abordar así la juventud de William Shakespeare. Besos.
ResponderEliminarLos finales de las dos partes que forman la novela son de quitarse el sombrero. No hay que desvelárselos a nadie porque si no se destruye la magia de la literatura. Una magia que está al alcance de los buenos autores como demuestra que lo es Maggie O'Farrell.
EliminarVer al gran Shakespeare en la lucha diaria (los hijos, su padre, su vocación teatral, la relación con su mujer, etc.) lejos del pedestal del gran genio de la literatura que sin duda es me parece, como dices, un planteamiento de lo más original.
Un beso
Hola, Juan Carlos. Ya tenía esta novela apuntada porque el tema me llamaba mucho la atención y las críticas eran buenas pero después de leerte no tengo dudas. Me ha encantado tu análisis y la forma de hacerlo. Mil gracias por la recomendación.
ResponderEliminarCreo que no te va a decepcionar nada. Muy buena y hermosa novela.
EliminarBesos, Marta
Juan Carlos, qué pena no haber tenido esta reseña hace unas cuantas semanas. Estuve a punto de comprarlo para regalar pero me contuve porque no sabía si el libro sería del gusto de la persona a la que se lo iba a entregar. Al final, me decanté por otro. En cualquier caso, tu reseña me viene genial para mí. A mi también me gustan los libros que hablan de libros y este tiene una pinta magnífica. Nos das muchos detalles para incitarnos a leer la obra. Y entiendo que no quieras "ensuciar" la reseña con algún apunte no tan positivo, entiendo los motivos por los que te has reprimido pero debemos comprender que es muy complicado que en un libro nos guste absolutamente todo. En fin, que a mí me has convencido. A ver si puedo darle una oportunidad. Besos
ResponderEliminarSeguro que cuando lo leas, Marisa, te va a encantar. yo, ayer, paseando entre las casetas de la Feria del Libro vi otros títulos de la novelista y a punto estuve de comprarme algún otro. Al final no lo hice decantándome por otros títulos menos comerciales y que por eso tienen más difícil su entrada en las bibliotecas públicas.
EliminarUn beso
Es cierto que a veces en cuanto se pone un pequeño pero a una lectura parece que se interpreta que no nos ha gustado o que no merece la pena. Yo agradezco esos peros porque sino puede ocurrir que esperemos más del libro de lo que luego nos vamos a encontrar. Además, creo que cada lector debería conocerse lo suficiente como para, independientemente de los pros y contras que el que reseña señala de un libro, saber si esos contras serían un obstáculo para él y si disfrutaría de los pros. Como ya hemos 'hablado' de esta novela, sé un poco por donde van tus peros. Sabes tú también que a mí me gustó mucho y que pocos o ningún pero le encontré. Lo bien que escribe Maggie O'Farrell está fuera de toda duda. Yo ya lo había comprobado con otra de sus novelas aunque en ese caso me quedé con sentimientos encontrados. Creo que el hecho de que no esté presente el nombre de Shakespeare en toda esta novela no es solo para dejar el protagonismo a Agnes, que sin duda es la auténtica protagonista a pesar de que, como bien destacas, hay otros personajes también muy buenos, sino para que nos olvidemos del famoso dramaturgo y nos centremos en la parte más íntima del hombre. En cuanto al dolor, tanto en esta novela como en la vida, aunque no siempre se entienda así, cada uno lo vive a su manera.
ResponderEliminarBesos
Ciertamente Maggie O'Farrell escribe muy bien y la traducción que hace Concha Cardeñoso es fabulosa. Lo de los 'peros' es así como dices. Y estoy contigo en que debiéramos de ser más críticos con lo leído porque así orientaríamos mucho mejor a quien lea la reseña. Pero este mundo de los blogs como todo lo tecnológico se 'vive' a gran velocidad y con atención relativa. Muchos lectores leen con escasa atención la reseña y en cuento aparece un "pero" se agarran a él como a un clavo ardiendo y se 'solidarizan' con ese supuesto defecto que para quien lo acaba de señalar apenas si tiene más valor que el puramente anecdótico. por eso en esta ocasión decidí dejar los 'peros' fuera.
EliminarCreo que la O'Farrell en esta novela se adhiere a esa corriente histórica que hoy está en auge (lleva ya al menos dos décadas de actualidad) de la denominada Historia de las Mujeres, o sea, considerar los sucesos históricos desde la perspectiva de las mujeres que los vivieron y protagonizaron aunque hayan quedado en un segundo plano en los libros y tratados históricos. Y en verdad que su propósito logra plasmarlo con gran maestría.
Besos
Hola, Juan Carlos. Tengo la novela para leer pero como adquiero tantos y tantos libros siempre se quedan algunos en la estantería más tiempo del que yo quisiera. Bueno, que mil gracias por tus impresiones ya que es la primera reseña que leo y me anima a adelantar la lectura.
ResponderEliminarBesos y felices lecturas.
Entre las recomendaciones y los retos, lo tuyo es un no parar, jajajajaja. No he leído nada de esta autora, pero creo que la novela me gustaría a pesar de esos peros; me ha llamado la atención un comentario que contestabas diciendo que los personajes parecían recién salidos de Llongueras, y con eso me he acordado de cuando a veces en un evento de recreación histórica (en mi caso lo que recreo es la Edad Media) hay chicas que se empeñan en maquillarse como puertas e ir peinadas casi de peluquería, que no pega nada de nada... En fin, que eres apañado hasta para no destripar cosas del argumento, poniendo textos en color negro. ¿Se puede hablar del color negro, o eso ahora también es políticamente incorrecto?
ResponderEliminar¡Uy, Espe, pues lo mismo nos metemos en un jardín con eso del color negro! (ja, ja. ja...).
EliminarVeo por lo que dices que esta sensación de falsedad que a veces se transmite con los peinados hipermodernos y maquillajes actualísimos tú también la percibes en esos eventos de recreación histórica. A mí se me cae la credibilidad por los suelos cuando destaca más ese rizo actualísimo que cualquier otra cosa.
Espe, léete la novela. Estoy casi seguro de que te va a gustar.
Besos
Hola Juan Carlos tenía esta reseña tuya en espera de lectura a que acabara con el libro aunque ya sé que eres muy cuidadoso con los "spoilers" prefería acabarla y después leerte. Evidentemente y por otras recomendaciones tuyas sabia que sería un acierto y lo ha sido y quizás leyendo a otras compañeras, ha sido un acierto conocer a la autora con esta novela. Me ha gustado mucho que se centrara en las mujeres y creo que es un acierto dejar de lado al "famoso". La descripción de esa perdida es desgarradoramente real y las lecturas que nos da sobre el afrontamiento de la perdida y que el sufrimiento tiene muchas maneras de expresarse.
ResponderEliminarMuchas gracias por la reseña, me ha permitido volver a disfrutar de la lectura.
Un beso enorme
(Siento el retraso en comentar )
No hay nada que lamentar, Conxita. Me encanta verte por aquí y si junto a otras recomendaciones la mía te impulsó a leer "Hamnet" y además ha cubierto plenamente tus expectativas, pues te darás cuenta de que estoy más que encantado.
EliminarPor mi reseña sabrás que me gustó mucho esta obra. La pérdida de un hijo para unos padres -en especial, quizás, pero no sólo, para una madre- es el dolor más grande que se pueda sentir. Lo que hizo Shakespeare escribiendo "Hamlet" para así convertir en inmortal a su hijo desaparecido me parece ciertamente una genialidad.
Muchísimos besos
Estimado Juan Carlos, por fin leí Hamnet y me ha parecido perfecta. Hace poco leí La vida ante sí de Romain Gary y me pareció una maravilla. Hamnet es la Idea de maravilla de Platón. Es original, increíblemente escrita, emotiva, personajes de una fuerza brutal como Agnes...Supongo que mucho tiene que ver también el trabajo de la traductora .En fin estas dos novelas para mí son lo mejor que he leído en muchos muchos años . Es cierto que en un momento dado me chocó que los personajes hablarán y se relacionaran como si fueran actuales pero a mí eso no me importa, porque la fuerza de la novela se come todo. Ya estoy investigando novelas de esta grandísima escritora.Se lo leí hace poco al humorista Luis Piedrahita que decía que su última obra le había salido perfecta y que a ver que como lo superaba para la siguiente. Pues eso, Maggie OFarrell tiene un problema.Pero a mie da lo mismo, pongo de nuevo esta novela en la lista porque no quiero morirme sin volver a disfrutarla. La culpa la tiene Ud con sus acertadas recomendaciones. Un abrazo
ResponderEliminar