Este 2021 tenía muchas ganas de volver a visitar la Feria del Libro. El año pasado no hubo edición por culpa de la pandemia y aunque este año se mudó de fecha (de mayo se pasó a septiembre) y se restringió el número de casetas y de aforo, afortunadamente se ha celebrado; de hecho se lleva celebrando desde el pasado día 10, que fue la inauguración, y durará hasta el próximo domingo 26 en que será clausurada.
Deseaba ir a la Feria en primer lugar por saludar a mi amigo Ezequías Blanco que firmaba su Obra el sábado 11. Acontecimientos familiares me impidieron verle y cruzar unas palabras con él. Afortunadamente el martes siguiente Ezequías volvía a la Feria junto al poeta y compañero de aventura literaria en la extinta revista cultural "Cuadernos del matemático" Cristóbal López de la Manzanara que ese día firmaría ejemplares de la antología poética "Los poetas de la venida". Tampoco pudo ser pues la lluvia, inmisericorde esa jornada, se conjuró contra mi deseo.
Así que visto lo visto y habida cuenta de las inmensas colas que los fines de semana se forman para acceder al recinto ferial en el Parque del Retiro decidí bajar un día de diario a primera hora de la tarde para con suma tranquilidad husmear entre las casetas, olisquear la tinta impresa y acariciar los lomos al tiempo que leía portadas y contraportadas de aquellos ejemplares que llamaban mi atención. Así fue, así lo hice, y mi estancia resultó grata aunque fuese en soledad.
De la inmensa cantidad de volúmenes expuestos muchos me atraían y me pedían en silencio que los adquiriese. Pero es mi costumbre desde ya hace tiempo adquirir en las Ferias de Libros solamente aquellos ejemplares que a ciencia cierta sé que no voy a encontrar en librerías o que jamás, creo, encontrarán refugio en una biblioteca pública. Tres títulos adquirí, que son los que aparecen en la fotografía que encabeza esta entrada.
El de Andrea Abreu era el único que decididamente tenía el propósito de adquirir. La razón, que en las últimas semanas constantemente había leído elogiosas reseñas de la primera novela de esta escritora canaria. El titulado "El profesor" lo adquirí porque su autor, Plácido Díez Gansert, me resultó muy simpático durante la conversación que mantuvimos sobre los libros que se encontraba ese día firmando. Me dije: Hay que ayudar a estos autores que prácticamente se hacen ellos todo: escriben, sufragan sus obras, las distribuyen... y acuden a las Ferias para darles un empujón. Por último, compré unos cuentos de Blasco Ibáñez escritos a raíz de la Primera Guerra Mundial porque recordé que Vicente Blasco Ibáñez escribió en 1916 una novela titulada "Los cuatro jinetes del apocalipsis" que es tenida como la mejor obra escrita por entonces para concienciar a los países que como USA hasta el momento habían permanecido neutrales y ajenos a la gravedad que supondría para el mundo una victoria alemana. También Blasco Ibáñez en su faceta de periodista escribió muchos artículos sobre la conflagración europea; al finalizar esta en 1918 los refundió dándoles la debida forma en una voluminosa obra -nada menos que nueve tomos- titulada "Historia de la Guerra europea de 1914"
Mi estancia en la Feria fue agradable y disfruté un montón, si bien el volumen de títulos es siempre tan grande, tan inmenso, que tal vorágine me acaba mareando. Es por esto -lo sé por experiencia- que no logro permanecer mucho tiempo con el interés debido, así que antes de caer en un cierto y poco deseable aburrimiento procuré abandonar el recinto.
¡Hola!
ResponderEliminarAntes que nada decirte querido Juan Carlos, que no entiendo bien porqué dices que el de Andrea Abreu es poco probable encontrarlo en una librería, de hecho en mi biblioteca le tenemos y tiene éxito.
Hubo un tiempo en el que siempre, cada año visitaba la Feria del libro, pero si te soy sincera ya no me apetece tanto, por el tema pandemia, quizás más adelante. Aunque no suelo ya comprar libros, alguno sí caía siempre (luego los dono a la biblio, no me gusta ya acumular en casa, no me caben) y me pasaba como a ti, que entre tanta opción me perdía, me terminaba mareando. Buena decisión no llegar al aburrimiento.
Lo que más me gusta de la Feria es el poder contactar y hablar con los escritores, es un gusto, aunque cuando está petao de gente (supongo que este año eso habrá tenido de bueno, que no habrán habido aglomeraciones) es complicado abrirse camino hasta ellos.
A ver que te parece le de Panza de burro, ya nos contarás
Besos
Hola, Marian:
EliminarEfectivamente tienes toda la razón del mundo en lo que dices sobre el de Andrea Abreu. La verdad es que llevaba, como digo, el firme propósito de adquirirlo como en verdad hice sin pararme a pensar si estaría o no en bibliotecas; sí me di cuenta de que en la primera caseta donde pregunté por la novela la tenían, así que sí, es cierto, es una obra que se puede encontrar sin problema alguno. Las otras dos, ya no tanto.
Lo de hablar con escritores está bien, pero cuando hay una cola tremenda a mí se me quitan las ganas. Pero desde luego eso es lo mejor si es que el escritor es dicharachero, que no siempre ocurre.
Tengo mucho interés con "Panza de burro". ¿Ya la leíste?
Un beso
Hace ya cinco años que estuve por primera vez en la Feria del Libro de Madrid como bien sabes. Desde entonces, no he vuelto a la feria ni he vuelto a Madrid y ya voy teniendo ganas. A ver si se me arregla.
ResponderEliminarPara ver a Ezequías creo que lo mejor será que quedéis para un café o un vino. Se ve que en la Feria lo habéis tenido vetado este año.
Un beso.
Un beso.
Sí (ja, ja...), Rosa, tienes toda la razón. Para ver a Ezequías lo mejor es quedar a tomar un vino. Lo que ocurre es que él vive en Getafe (al sur de Madrid) y yo en la zona norte de la ciudad. De ahí que busquemos acontecimientos como el de la Feria, por ejemplo. Pero sí, habrá que buscarse una excusa para propiciar el encuentro.
Eliminar¿Ya cinco años desde la quedada en Madrid? Madre mía, cómo pasa el tiempo. Otra cosa que va a haber que arreglar como sea.
Besos
¡Hola, Juan Carlos!
ResponderEliminar80 años ya de Feria del Libro en Madrid y sigue resistiendo frente a pandemias, libros electrónicos y demás inventos que han cambiado nuestra realidad cultural. Todos los años doy un buen paseo por la feria pero lo que no soporto son las colas para hablar o comprar el libro de algún escritor. Creo que es muy bonito ir rebuscando y encontrar alguna sorpresa que nos llene de ilusión lectora.
Un fuerte abrazo y a disfrutar de tus adquisiciones.
Pues a mí me sucede algo parecido cin las colas; es por eso que paso a veces dos o tres años sin visitarla.
EliminarUn abrazo
Hoy sábado me puedo acercar por aquí, que ya hace tiempo; tiempo cada vez más limitado por circunstancias personales que no vienen a cuento.
ResponderEliminarComo Rosa dice, son cinco años justos en los que no he podido visitar la feria del libro, creo que lo hicimos juntos aquella vez, y mira que lo hecho en falta.
El problema que tenemos los lectores de toda la vida es que la feria es como un parque de atracciones para los sentidos literarios y por ello adictivo y peligroso; yo no iba a ver solamente sino a comprar y a conseguir alguna firma de mis autores predilectos. Con lo cuál, y en mis tiempos mozos llegué a salir del recinto con dos bolsa repletas de lectura. Eso ha hecho que el espacio en mis estanterías halla ido menguando progresivamente y ya tengo pilas de libros por el suelo y encima de las mesas. Que te voy a contar que no sepas.
Por ello y con ayuda del libro electrónico, mitigo mis ansias compulsivas de acumular volúmenes.
Me alegro de tu disfrute y siento tu frustración de no haber coincidido con tu amigo escritor.
Un abrazo, amigo.
Había que repetir esa visita otro año, ¿no te parece? Habrá que prepararlo.
EliminarYa dirás si adquiriste algo. Tu olfato lector es una buena guía para mí.
Un abrazo
Juan Carlos, entre libros uno nunca está solo, pero es verdad que tanta oferta aturde. Un ratillo husmeando ( a buen paso) es mejor.Yo no suelo comprar en las ferias. En mi caso querría comprar llevando un camión detrás. Tanto libro me aturulla, porque sé que me estoy perdiendo seguro muchas buenas obras. Pero en fin, la vida no da. Ni las estanterías tampoco. Eso sí , si un libro me gusta tengo que tenerlo ( me moriría si lo doy), ojalá pudiera hacer como Marian , pero no puedo, no puedo, es un problema,ya lo sé, para los que no vivimos en un palacio. No escribo mucho por aquí pero miro expectante tus recomendaciones. Mi lista es muy larga y sigo anotando ( sin contar los libros que me gustaron y quisiera volver a leer). La vida no da: los hijos, el trabajo, el Mercadona... Pero hay que seguir e intentarlo. Juan Carlos ya nos comentas tus compras. De Galdós no leí nada. Trafalgar en el cole hace mil años.Joder, seguro que me estoy perdiendo algo grande. La vida es muy corta, a quien hay que protestar...
ResponderEliminarHola, Alberto:
EliminarMuchas gracias por tu comentario. Ojalá pudiera responder a tu pregunta. También a mí me gustaría poder encontrar al culpable de este desaguisado temporal para poderle protestar lanzándole cuestiones como: ¿por qué hay tan poco tiempo?; ¿por qué los días sólo tienen 24 horas? ; etc.
Es impresionante lo mucho que siempre va a quedar ahí sin poder ser leído por uno. Recorriendo la Feria tomas conciencia de ello al ver tanto libro y tanto autor enjaulado muchos de ellos desconocidos completamente para uno.
Agradezco la atención que dices prestas a este blog. Si alguna de mis recomendaciones te ha sido de utilidad en alguna ocasión entonces este blog ha servido para algo importante y ha demostrado su utilidad. Muchas gracias por ello.
Un fuerte abrazo
Ya te pongo cara, Juan Carlos.
ResponderEliminarMe alegro de que hayas comprado pequeñas joyas y espero que las disfrutes.
Besos.
Ja, ja, ja..., querida lady Aliena, es verdad que tras tantas y tantas conversaciones virtuales aún no nos conocemos las caras los unos y los otros.
EliminarUn beso
Es fantástico que vuelva la Feria del Libro a Madrid, y que hayas podido disfrutarla. Sólo he ido una vez, y fue en 2018. Estuve todo el día pululando por allí excepto en un descanso que aproveché para ir al Museo Arqueológico, que me pareció un oasis. . Me gustó pero me resultó demasiado apabullante, con muchísimo público (era sábado). Por supuesto, a escritores como Javier Marías, Almudena Grandes o Javier Cercas era imposible acercarse porque la gente se ponía a hacer cola dos horas antes de que salieran a firmar, como si fueran estrellas de rock. Cargué con unos cuantos libros y un par de firmas: la de Ian Gibson y la de Fernando García de Cortázar, dos tipos amabilísimos.
ResponderEliminarEste año no ha podido ser, espero poder acercarme el próximo.
Un abrazo tocayo.
Me encanta poder comprobar en comentarios como este tuyo que la sensación de follón, de marabunta y vorágine que suelo tener en recintos como el de la Feria del Libro también otras personas como tú las experimentáis. Es por esto que a veces paso años sin acudir a la misma. Las firmas de autores no es algo que llame mi atención, mucho menos cuando hay que hacer una infinita cola; yo no soy mitómano, aunque también si no hay público y puedo cruzar unas palabras con alguien interesante lo hago.
EliminarUn fuerte abrazo
Yo, que no he estado en la Feria del Libro de Madrid, he sentido casi cómo paseaba contigo por ella. Gracias por la agradable sugestión.
ResponderEliminarGracias a ti por tu amable comentario, Rubén.
EliminarUn abrazo
Teníamos muchas ganas de feria del libro y por fin llegó. Para mí, a pesar de las interminables colas para entrar, ha merecido la pena y he ido varios días. Hoy nos despedimos, pero el año que viene más.
ResponderEliminarBesos.
¿Compraste muchas cosas, Manuela? Me alegra saber que has disfrutado mucho de esta Feria fuera de su temporada habitual.
EliminarUn beso
No te llevaste mal botín. A mí me abruma un poco tanta multitud, más después de la pandemia, así que no soy muy dado a ese tipo de eventos. Eso sí, ver un sitio tan grande colmado de lectores da cierto subidón, porque hay días que uno piensa que es un raro solo por leer, quién lo iba a decir.
ResponderEliminarCon Panza de burro lo he intentado un par de veces y se me ha resistido. A ver qué nos cuentas.
Un abrazo.
Hola, Gerardo:
EliminarSí da subidón ver a tanta gente con deseos de comprar y, se supone, de leer lo adquirido.
Leeré "Panza de burro" con atención. No sabía que se te había resistido. La verdad es que todas las opiniones que he leído sobre ella son laudatorias. Ya me empieza a emocionar ver que no existe total unanimidad.
Buena semana. Un saludo
Quince días dan para mucho, una gozada para los amantes de los libros. Me alegro que hayas disfrutado de esta feria.
ResponderEliminarLo único negativo (si puede considerarse así) es el dispendio al que uno se ve abocado atraído por tantos reclamos literarios, je,je.
Un abrazo.
Algún día iré a la feria de Madrid, sueño con él. Este año por poco no me pilla allí (justo estuve el fin de semana anterior). A ver si para la próxima feria
ResponderEliminarMe alegra que la hayas disfrutado
Besos
¡Hola!
ResponderEliminarPues no está nada mal tu compra, aunque los astros se alinearan para qu eno pudieras reunirte con tu amigo.
Yo haceaños que no voy a la feria de Madrid, que me encanta, aunqu eme pasa como a ti, llega un momento en qu etanto libro y tanta gente terminan volviéndome loca.
Feliz tarde.
No voy mucho a ferias del libro y eventos de ese tipo pero sí que cuando lo hago acostumbro a hacer como tú: evitar acudir cuando más gente va, ir un poco de pasada sin detenerme en demasía en cada caseta o en cada libro que me llame la atención, y llevarme aquellos que piense vaya a tener dificultad para hacerme con ellos.
ResponderEliminarEn cuanto a tus adquisiciones solo conozco Panza de burro, que por ahí anda en mi lista de pendientes esperando a ver si me animo o no con él. De los otros dos nada sabía, así que espero que nos cuentes.
Una pena que finalmente no te hayas podido reencontrar con tu amigo Ezequías.
Besos
Cómo me alegra Juan Carlos de que hayas podido asistir y disfrutarla aunque no te hayas podido encontrar con tu amigo Ezequías. Las ferias de libros me gustan mucho y disfruto con ellas aunque hace años que no he podido asistir a Madrid.
ResponderEliminarUn placer leerte.
Un abrazo.
Hola, Juan Carlos. Gracias por la crónica de tu visita a la la feria, una pena que no hayas podido disfrutar un ratito de tu amigo. Y nada, aquí nos dejas esperando tus impresiones sobre estos libros. Yo Panza de burro ya lo tengo leído y me gusto muchísimo.
ResponderEliminarBesos y felices lecturas.
Al menos tú experiencia en la feria ha sido más grata que la de otros lectores, decepcionados por las colas y los aforos. De todos modos, es una alegría que vuelvan estos eventos. Me ha encantado ponerte cara Juan Carlos. Un saludo. Marisa G.
ResponderEliminarQué bien que por fin volviera la feria del libro después de meses esperándola, aunque en mi caso fue un poco desastrosa la visita porque tenía pensado pasar a saludar a María Reig (y de paso que me dedicara el ejemplar que tengo en casa de "Una promesa de juventud", su última novela), pero según llegué al Retiro y vi la cola que había, y siguiendo la cola para ponerme al final me di cuenta de que había andado literalmente algo más de un kilómetro, desistí. Por lo que vi desde fuera además me entró un poco de agobio, porque si ya con el aforo normal suele estar atestada, este año con restricciones era mucho peor; y encima si quería ver a María tenía que ir en fin de semana, con lo cual eso era el remate, jajajajaja. Me alegro de que tú lo pasaras mejor a pesar de que (te comprendo perfectamente) llega un momento en el que ya no disfrutas de la visita con tanta oferta literaria y tantos estímulos por todas partes. Ah, y también me alegro de ponerte cara.
ResponderEliminarHola, Espe:
EliminarYo cada vez soy más reacio a visitar la Feria. Es impresionante cómo en un país que constantemente nos dice que lee poco se pueden producir esas colas tremendas. Y lo de que la cabeza se me bloquea cuando veo tanta oferta libresca es una verdad absoluta. Me gustaría que no fuese así, pero me ocurre desde hace ya muchos años, o sea, que me da que ahora ya no podré cambiarlo.
Lo de saber quién es (o mejor, cómo es)quien se esconde tras un nombre es algo que a todos nos alegra cuando la curiosidad se ve satisfecha.
Un beso, amiga