«Siempre me movía por el centro con gran discreción, mirando a derecha e izquierda antes de entrar en una habitación. Les tiraba del pelo y les arañaba, pero nunca me había visto nadie hacerlo. Y, sin embargo, había notado el ambiente muy enrarecido, las largas y recelosas miradas, como si hubieran sabido algo. No podía entenderlo.»
“Yo veo en la oscuridad” ha sido mi primer acercamiento a esta escritora noruega. Las tendencias narrativas policíaca y negra destacan desde hace tiempo en los países escandinavos donde se mantienen con energía y vigor sin mostrar síntoma de desfallecimiento alguno. Muchos son los autores que las cultivan procedentes de esta zona geográfica de los que conozco y he leído no pocos (Larsson, Nesbo, Mankell, Lackberg, Anne Holt... y tantos otros). A estos nombres puedo añadir a partir de ahora el de Karin Fossum.
La crueldad que Riktor desarrolla en el ejercicio de su profesión podría explicarse por algún trauma sufrido en su niñez, quizás por haber sido maltratado por sus padres o por alguna otra persona. Él mismo desearía que así fuese, pues es evidente que está insatisfecho con la vida que lleva: «No comprendo del todo mi destino, no entiendo esa sensación de ser siempre un extraño, de no pertenecer, de no estar a gusto en el fluir de las rutinas diarias. Unas fuerzas que no consigo dominar me han alejado de los seres humanos». Pero no hay tal, pues según reconoce «Mi padre era un hombre honrado, que nunca hizo mal a nadie. Es cierto que era distante y poco caritativo, pero no murió colgado de una viga. Murió cuando yo tenía catorce años de un infarto de miocardio fulminante»; también y con un puntito de humor reconoce que «podría añadir, a fin de explicar mis tendencias destructivas, que mi madre solía pegarme con un palo. Pero no sería verdad». Como se ve Karin Fossum realiza, desde mi punto de vista, una genial ruptura de las frecuentes expectativas contenidas en la mente del habitual lector de novela psicológica.
La personalidad de Riktor a mí me ha recordado bastante la de Harry Haller, el protagonista de la exitosa novela de Herman Hesse, “El lobo estepario”. Como Haller, Riktor parece debatirse entre ciertos humanos sentimientos aunque algo desmedidos (¡¡Necesito una mujer!!, grita de vez en cuando especialmente si piensa en la enfermera Anna) con la práctica diaria de la brutalidad. Confunde o mezcla como él los planos real e irreal.
Es en el trabajo donde Riktor se socializa. Su tiempo libre es de una rutina apabullante. O está en su vieja y pequeña casa, construida al final de la guerra mundial junto a otras idénticas dentro del plan de reconstrucción del país, o sale al parque del Mester que tiene cerca de ella. A ese parque, próximo al lago Mester, todos los días «iban acudiendo como animales a la charca, Ebba, Lill Anita, Miranda, Eddie y Janne, el negro grande e infeliz de la residencia para refugiados». Todos ellos más Arnfinn Jagge, un alcohólico, forman el núcleo humano que Riktor observa desde su banco del parque. Los cruces de palabras entre ellos son mínimos y esporádicos. Eddie y Janne son una pareja de adolescentes que constantemente están besándose y acariciándose; Ebba es una bondadosa anciana que hace ganchillo continuamente; Lill Anita y su hija Miranda con parálisis cerebral llaman poderosamente su atención; y el negro grandote e infeliz que vive en la Residencia para refugiados desata en su mente pensamientos variados. Sobre este hombre y sobre el cocinero indio de la Residencia de ancianos Riktor vierte opiniones de corte xenófobo. De todos estos seres será con Arnfinn con quien más interactuará el narrador llegando incluso a –cosa rara en él- dejarle pasar a su casa donde le paliará su síndrome de abstinencia alcohólico ofreciéndole vodka.
Esta es la vida de Riktor, un hombre de 43 años que está solo en el mundo y que a veces piensa que necesitaría una mujer y que la enfermera Anna sería ideal para tal menester. Riktor es claramente una persona con problemas mentales que hacen de él un ser raro, huidizo, bipolar, simulador, que esconde la maldad que no logra dominar y que se cree dotado del poder de ver en el interior de los demás, de adivinar sus pensamientos y deseos. Desde siempre cree ver en la oscuridad, de intuir lo más oculto de los demás. De ahí que su entretenimiento consista en observar a los visitantes del parque e imaginar sus vidas, su interior, su futuro. Él siente desprecio por los desvalidos, por los ancianos, por quienes ya no tienen futuro alguno. En el curso de la investigación que está realizando la policía sobre unas muertes extrañas habidas en la Residencia de ancianos, un psiquiatra forense le pregunta a Riktor:
— ¿Qué siente cuando se encuentra ante una persona desvalida, una persona que no puede cuidar de sí misma?—Irritación. Desánimo. Me irritan y los desprecio por tener que depender de otros, por suplicar, lloriquear y quejarse.
«Se inclinó hacia la silla de ruedas y volvió a colocarle bien el vestido a la niña. Era un vestido muy bueno, no entiendo cómo la gente puede vestir a sus hijos de esa forma viviendo de subsidios estatales. Porque suponía que ella también vivía de subsidios, igual que el borracho de Arnfinn. Así funciona el sistema: puedes sobrevivir durante mucho tiempo sin trabajar, y algunos lo logran durante toda la vida, sin contribuir a la colectividad»La acción novelesca discurre en dos tramas -la investigación por la policía de unas muertes en la Residencia de ancianos y la propia del discurrir vital de Riktor- que se solapan, se cruzan, confluyen, se separan, van en paralelo..., y que hasta el final no sabremos en qué pararán ambas. Al hilo de las mismas muchos asuntos se tocan en el relato: la soledad, la necesidad de afecto, el trabajo, la vejez, el inevitable final, la amistad, la crueldad con los débiles y pusilánimes, la inacción, el mundo mental imponiéndose al mundo real, los métodos policiales, el sistema judicial y penitenciario.... Todo esto y más se encuentra en esta novela corta de Karin Fossum, escritora noruega de 67 años que cuenta en su haber con al menos, según se puede leer en los datos que sobre ella aparecen al final del libro, 20 novelas desde que publicase en 1995 con enorme éxito la primera de ellas, "El ojo de Eva".
Resumiendo
¡Madre mía Juan Carlos!!
ResponderEliminarpor lo que cuentas me parece una novela de dureza extrema. Mira que a mi me gusta lo duro y macabro, ya lo sabes, pero hay dos temas sobre los que no me siento capaz de leer (tampoco en argumentos de cine o televisión), porque me hace un daño especial, y son el maltrato a los animales y a los ancianos, me supera y por lo que cuentas aquí, de eso último hay de sobra. Vale que la mente de ese individuo es una mente enferma, pero ¿sabes? enfermas o no, estoy convencida de que hay muchas sueltas por el mundo de ese estilo, con esas fobias hacia los pobres, con esa escasa empatía hacia los que lo pasan mal
Fíjate que me parece una lectura interesante, pero creo que no me voy a animar (aunque nunca digas nunca ¿verdad?, jejej)
Un beso enorme
Es durilla cuando se centra en el comportamiento del protagonista en la Residencia de ancianos. Y también en algún otro momento fuera de ella. Pero, claro, Marian, es un enfermo, padece bipolaridad, es un psicópata..., vamos que no es muy normalito que digamos. Pero la novela se lee con agrado (brrrff)
EliminarMe imagino que no habrás vuelto a tener problemas para ver la entrada. A veces Blogger se toma un descansito (ja, ja...)
Muchos besos
Hola.
ResponderEliminarPues me ha apetecido muchísimo, pero es la clase de obra que me gusta para el invierno. Me meto más en ambiente.
La dureza extrema no me importa siempre que tenga un contexto, que no sea gratuita, como bien dices, y que no se recree, como también has dejado claro.
Tomo nota para un futuro.
Muchas gracias por la reseña, tan completa e insiradora.
Feliz semana.
Todo bien contextualizado y nada hay de gratuito en la novela. Te gustará.
EliminarTe deseo un buen finde y si comenzaras vacaciones pues unas buenas vacaciones. Si no...
Besos
No me había animado con esta autor por no meterme en otra serie, pero viendo que esta es independiente, la apunto porque me ha resultado de los más atractivo todo lo que cuentas. A mí Riktor me recuerda a Nick Corey, el protagonista de 1280 almas. Tengo mucha curiosidad por ver cómo termina este hombre y la historia.
ResponderEliminarUn beso.
Pues ahora que lo dices sí es verdad que Riktor se da un aire con el prota de 1280 almas de Jim Thompson. La verdad es que todos los psicópatas con problemas mentales y complejos variadísimos se parecen un poquito, ¿no te parece?
EliminarTe gustará
Besos
Pues no me sonaba de nada y tiene muy buena pinta. Me atrae, me atrae muchísimo esta historia.
ResponderEliminarBesotes!!!
Y te va a gustar, Margari. Verás como sí te gusta.
EliminarUn beso
¡Hola, Juan Carlos!
ResponderEliminarParece claro que el thriller nórdico ha llegado para quedarse ya sea en novelas, series o cine. Creo además, que la temática de fondo va estar cada vez más de actualidad con el envejecimiento de la sociedad y los cuidados que debemos a nuestros mayores. Por otro lado, no puedo dejar de mencionar la brutal -en el mejor sentido- I care a lot como una de las mejores comedias negras del año que también nos deja una reflexión final excelente.
Un gran abrazo.
Hola, Miguel:
EliminarMe gustó mucho mucho "I care a lot". Es verdad que el tema de los cuidados a mayores y los asuntos de herencias o donaciones de los mismos al fallecer van a ir en aumento dado el envejecimiento de las sociedades occidentales. En el caso de la novela de Karin Fossum, el protagonista, un psicópata con problemas claros de bipolaridad, daría rienda suelta a su maldad en cualquier ámbito fuera éste una residencia de ancianos o un orfelinato. Es malo por naturaleza, no tiene sentimientos, se cree superior al resto..., en fin, no tiene remedio.
Te deseo un buen finde
Un abrazo
Me pasa como a ti, que son no pocos los autores escandinavos de novela negra que he leído; y aun así me llama siempre mucho la atención esa obsesión que tienen por aquellos lares con los asesinatos y las "cosas chungas", jajaja. Me apunto la novela, que me llama bastante a pesar de su dureza; y ya puestos me apunto también "El lobo estepario", que es uno de esos libros pendientes desde ni recuerdo cuándo...
ResponderEliminarCreo que esta novela te va a gustar, Espe. En cuanto a "El lobo estepario" de Herman Hesse es uno de esos libros que se consideran cuasi imprescindibles. Cuando lo leí hace ya tiempo me costó un poco pero luego fui entrando en él. Si lo lees ya me dirás qué te ha parecido.
EliminarUn abrazo