"Ya sabes, Andrés, que la guarnición debe salir mañana de la plaza con honores de la guerra, marchando a Francia prisionera. […] Los 'cerdos' se nos meterán aquí mañana a las ocho y media […]
Amigo, con Gerona se acabó España, y con la salud de Álvarez se acabaron los españoles bravos y dignos. Muchachos, ¡viva D. Mariano Álvarez de Castro, terror de la Francia!" ("Gerona", Pág. 122)
Tras leer en "Las leyes de la frontera" de Javier Cercas [leer reseña aquí] juicios contrapuestos sobre el episodio nacional "Gerona" de Galdós no he podido dejar de acudir directamente a él y ver por mí mismo cuál de las opiniones me cuadraba más. La verdad es que tras su lectura me ha asaltado la idea, seguramente equivocada, de que Cercas hablaba un poquito de oídas o, mejor dicho, del recuerdo lejano que tenía en su memoria de esta novela pues ni el elogio desmedido hacia ella expresado al inicio ni el desprecio total del final cuadran con las sensaciones que en mí ha suscitado.
En todo caso estaría más de acuerdo con el elogio inicial:
"Es un retrato de la ciudad durante el sitio que le montaron las tropas de Napoleón. Cuando lo leí, hace cuarenta años, me entusiasmó; aquello era la hostia: la tragedia total de la guerra, la grandeza de una ciudad entera en armas y defendida por una gente de hierro, el heroísmo del general Álvarez de Castro, un personaje de tamaño mitológico que se niega a entregar a los franceses la ciudad arruinada y muerta de hambre, y que Galdós pinta como el mayor patriota de su siglo." (Cercas, J.: "Las leyes de la frontera", p. 23)
que con el menosprecio del final:
"Me pareció una mierda; más que una novela sobre la guerra me pareció una parodia de una novela sobre la guerra, una cosa cursi, truculenta y pretenciosa ambientada en una ciudad de cartón piedra donde solo vive gente de cartón piedra. Y en cuanto a Álvarez de Castro, dijo también el inspector Cuenca, francamente: es un personaje asqueroso, un psicópata capaz de sacrificar la vida de miles de personas para satisfacer su vanidad patriótica y no entregar a los franceses una ciudad vencida de antemano" (Cercas, J.: "Las leyes de la frontera", p. 332)
Los términos utilizados por Cercas para descalificar y/o alabar al general don Mariano Álvarez de Castro, que defendió Gerona con todas sus fuerzas y con los pocos hombres y armas de que disponía del feroz asedio y los ataques a que durante siete meses fue sometida la ciudad en 1809 por los franceses, me parecen ciertamente desproporcionados e injustos. ¿Vanidad patriótica?, ¿personaje asqueroso?, ¿ciudad y gentes de cartón piedra? Expresiones totalmente fuera de lugar como quizás también lo estén las tópicamente elogiosas del juicio inicial: ¿gente de hierro?, ¿personaje de tamaño mitológico?, ¿mayor patriota de su siglo? Pienso que la idea de Cercas no es otra que desautorizar a don Benito convirtiendo su episodio nacional en mera caricatura de una novela épica. Creo que lanzar juicios de valor, con presupuestos propios del siglo XXI, sobre una producción artística publicada en 1874 es un despropósito completo. Es verdad que algunos temas y su tratamiento periclitan o logran sobrevivir malamente con el paso de los años, pero es absurdo desacreditar algo o a alguien por no adecuarse a lo que hoy se piensa o es admitido por una mayoría.
"Gerona"
Es el 7º episodio de la Primera Serie de los Episodios Nacionales. Aunque la voz narrativa principal en esta serie es la de Gabriel Araceli, en esta novela en concreto quien cuenta la gesta gerundense es Andresillo Marijuán, un personaje secundario en episodios anteriores que aquí se topa con Gabriel y otros tantos españoles que marchan derrotados hacia Cádiz tras los sucesivos desastres a que están siendo sometidas las tropas españolas, en especial tras la pérdida de Ocaña y la posterior dispersión del ejército español. Es en Sevilla donde estos dos personajes se reconocen entre la barahúnda de individuos mal pertrechados que caminan hacia la ciudad donde se ha refugiado la Junta patriótica de defensa de España. Allí se cuentan sus cuitas y Araceli insta a Andresillo a relatar la gesta que vivió en Gerona, ciudad que en 1809 resistió casi numantinamente el brutal asedio francés durante siete terribles meses.
Como es norma en estos episodios, Galdós cuenta la Historia con mayúscula acaecida en la ciudad desde la particular vivida por personajes del pueblo que junto a muchos otros la hacen. Son los principales el propio Andresillo; su novia Siseta; los hermanos de ésta: Badoret, Manalet y Gasparó; también don Pablo Nomdedeu, médico; su delicada hija Josefina; el ama de llaves de don Pablo, Sumta, aguerrida mujer en la defensa de Gerona; y otros cuantos más de menor importancia. Dos grupos claros, pues, en función de la pobreza y las necesidades sufridas. Más penurias, ya desde el origen, en la familia de Siseta que en la del facultativo Nomdedeu quien se considera por ello con más derecho a sobrevivir. Así, enfangados en las miserias a que conduce el hambre viva en que está toda Gerona por culpa del asedio francés, el doctor reclama para sí y la enferma de su hija la asquerosa comida (una rata enorme) que orgulloso Andrés lleva como excelente alimento a su enamorada y hambrienta Siseta:
"- Detente un rato más, Andrés -me dijo con agitación- y ayúdame. Pero qué hermoso animal tienes ahí. ¿Cuánto pides por él?Los personajes anteriores, todos ellos ficticios, salidos de la imaginación del escritor, conviven con otros históricamente verdaderos como el general Mariano Álvarez de Castro quien pese a la inmensa desigualdad de fuerzas (50.000 franceses por 4000 españoles) defiende la plaza que se le ha encomendado hasta el desfallecimiento físico personal que de no haberse producido es fácil suponer que no se habría firmado armisticio alguno con los sitiadores. Los nombres de algunos de los militares franceses (Victor, Sebastiani, Mortier, Soult...) que asedian la ciudad son también históricos.
- No lo vendo -repuse con orgullo.
- Es que yo lo quiero -me dijo con firmeza, deteniéndome por un brazo-. Mi hija se muere también, es decir, quiere morirse; pero yo no lo permito, no lo permitiré, no señor; estoy decidido a no permitirlo."
Con su estilo habitual lleno de colorido y naturalidad el escritor canario muestra el pintoresquismo con que se comportan los españoles, incluso bajo estas horribles condiciones. En este sentido Galdós se deja enredar a veces más por el costumbrismo que por el realismo. Es desde una perspectiva romántico-costumbrista hay que entender la manera que tiene de describir comportamientos como el deSumta, una verdadera Agustina de Aragón, que no contenta con proveer de comida y de balas a los soldados toma ella misma las piezas de cañón y de fusilería cuando la ocasión así lo requiere. Otro tanto cabe decir de los tres hermanos de Siseta, que cual pícaros salidos de la literatura barroca española del Siglo de Oro buscan comida donde no la hay.
En mi opinión se percibe bien a las claras que esta novela, junto a prácticamente todas las de esta Primera Serie de los Episodios -la mayoría aparecidas en 1874-, es en Benito Pérez Galdós literatura de una primera etapa creativa, vamos, quiero decir que carece de la fuerza de estilo que desarrollaría el canario ilustre en novelas como "Misericordia" (1897), "Miau" (1888), "Fortunata y Jacinta" (1887) o en las novelas de Torquemada aparecidas entre 1889 y 1895 [en el blog tengo reseña hecha de "Torquemada en la cruz", segunda de la serie de cuatro que la componen].
Durante la lectura de "Gerona" me parecía escuchar en ocasiones a Francisco de Quevedo o incluso al mismísimo Cervantes, no porque la literatura de Galdós esté en este relato a la altura de estos dos genios sino por la evidente imitación que de su manera de escribir realiza don Benito, lo que es propio de escritores noveles. Sirva de ejemplo la descripción que hace Andresillo de una comida en casa de Siseta ("Comimos, si así puede llamarse una refacción tan exageradamente sobria, que más parecía hecha para dar entretenimiento a los dientes, que sustancia al cuerpo.") la cual parece salida del propio "El Buscón" de Quevedo o incluso del anónimo "Lazarillo de Tormes". También algunas imprecaciones efectuadas por el narrador recuerdan por su tono más a Cervantes que a cualquier otra cosa: "¡Desgraciado el que en la guerra pone su afición en lugares y personas, que no han de poder seguir tras él en los frecuentes e inesperados viajes a que impulsan la victoria o la desdicha!"
Quiero decir con esto que Galdós en 1874 estaba aún conformando su estilo. Téngase en cuenta que su primera novela, "La fontana de oro", había aparecido sólo cuatro años antes, en 1870. Por otra parte la manera que tenía de escribir sus Episodios era por entonces algo descuidada. No cabe decirlo de otra manera; y es que es prácticamente imposible que en sólo seis años, de 1873 a 1879, el escritor grancanario diese a la imprenta nada más y nada menos que las 20 novelas que forman las dos primeras series de esta magna obra. Y esta rapidez se nota, vaya si se nota. Se percibe sobre todo en incorrecciones de tipo gramatical (caída frecuente en el laísmo y leísmo -«Sí; nos les comeremos, ¿por qué no?…») y en vulgarismos como el reiterado uso de la expresión "Mientras mayor era el misterio, mayor"[...] en vez del correcto "Cuanto ...". El descuido se percibe asimismo en los canarismos que se le cuelan por la gatera al no haber realizado una escritura más reflexiva y demorada. El pronombre 'ustedes' habitual en las islas en lugar del 'vosotros' no es verosímil verlo puesto en boca de un peninsular y menos si unas veces lo utiliza y otras no. Existe variabilidad ortográfica en algunos términos (unas veces escribe 'Badoret' y otras 'Barodet', por ejemplo); e incluso salta a la escritura en ocasiones el 'seseo' propio del hablar en Canarias. Es evidente que quienes lo denigraban o denigrarán en el futuro llamándolo don Benito, el garbancero, tenían sólidas razones donde apoyarse.
El domingo pasado (19/4/2020) en el diario "El Pais" el premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa publicaba un artículo sobre el autor isleño titulado 'En favor de Pérez Galdós'. En su exposición, tras relatar hechos propios de la vida familiar y personal del escritor, señalaba como crítica literaria el que no hubiese descubierto o sabido que el narrador es el primero de los personajes inventados en una narración y que puede ser personaje o narrador omnisciente; al confundir ambas posibilidades en una sola, personaje omnisciente, provoca -dice Vargas Llosa en su interesante exposición- que la historia que relata incurra muchas veces en tremenda inverosimilitud. La mezcolanza y confusión entre personaje, autor y narrador llega por momentos a un punto increíble por desmedido. Véase:
- "Cansaría a mis amados lectores si les contara detalladamente mi vida durante aquel funesto año 9, que comenzado con las proezas de Zaragoza, terminaba con el desastre de Ocaña y la dispersión del ejército español."
- "Debo una explicación a mis lectores, y voy a darla."
https://cosasdehistoriayarte.blogspot.com/2018/05/grandes-asedios-de-la-historia-el.html |
De su atinado olfato político deja varias muestras a lo largo de la novela. A mí especialmente me ha sorprendido por su tremenda modernidad la siguiente consideración:
- "Sucedía en Sevilla una cosa que no sorprenderá a mis lectores, si, como creo, son españoles, y es que allí todos querían mandar. Esto es achaque antiguo, y no sé qué tiene para la gente de este siglo el tal mando, que trastorna las cabezas más sólidas, da prestigio a los tontos, arrogancia a los débiles"
- "Amigo Gabriel, en España no se premia más que a los tontos y a los que meten bulla sin hacer nada."
"los idiomas tienen pérfidas voces y frases con que se llenan la boca los diplomáticos y los conquistadores, pues nadie se avergüenza de nombrar los grandiosos planes continentales, la absorción de unos pueblos por otros… etc. Para evitar esto debiera existir (no reírse) una policía de las naciones, corporación en verdad algo difícil de montar"Es claramente Benito Pérez Galdós un precursor, un anticipado a su tiempo. Supo ver más allá de lo inmediato, acertó al señalar vicios y defectos arraigados entre nosotros, algo que suele molestar mucho a quienes se sientan sobre algunos de ellos y que ni por asomo quieren que tales desaparezcan.
Los clásicos -Galdós lo es sin ninguna duda- nos hablan y comunican verdades desde el pasado que conviene no echar en saco roto. Ahora que estamos sumidos en un asedio brutal por culpa de ese enemigo sin rostro que llamamos COVID-19 o coronavirus, la similitud entre el asedio sufrido por la ciudad de Gerona y el que toda la ciudadanía vivimos desde hace ya varias semanas es más que evidente. De nuevo aparece aquí el hombre de mente y visión claras. La frase siguiente bien podría haber sido dicha por alguno de nuestros actuales responsables políticos y/o sanitarios ante la situación en que nos encontramos:
"Hoy hemos estado haciendo el recuento de medicinas, y no hay ni para la décima parte en un solo día. ¿A dónde vamos a parar? ¿Es posible que esto se prolongue? No, no puede ser."_______________________
Nota: "Gerona" de Galdós es una de las lecturas que hago dentro de la IV edición del Reto 'Nos gustan los clásicos'.
Reconozco que estas lecturas, obligatorias en mis tiempos de estudiante, me resultaron pesadas y aburridísimas; con los años, releyendo algunos de los episodios, la cosa cambia mucho, pero confieso que dudo mucho que llegue a leerlos todos nunca 😅🤗💋
ResponderEliminarHola, Yolanda:
EliminarYo tampoco me he leído tooodos los Episodios Nacionales y eso que como profe he mandado leer muchos años el del "El 19 de marzo y el 2 de mayo" o el de "Trafalgar"; me he leído los que iban apeteciendo: "La batalla de los Arapiles" por eso de suceder en mi provincia, Salamanca, o varias novelas de la 5ª serie la que habla de la Revolución de 1868, de la 1ª República y de la Restauración por parecerme un período histórico español interesante y sobre el que se pasa como de puntillas.
Como estamos en Año Galdós me atreveré con tres o cuatro más de aquí a finales (promesa que en diciembre intentaré comprobar aunque cuando me prometo a mí mismo muchas veces incumplo).
Un beso
Excepcional fuente, como todos lso episodios.
ResponderEliminarGracias por compartir y traerlo ahora a tu blog. Un abrazo y feliz tarde, con buenas lecturas
Hola, Albada:
EliminarEfectivamente los Episodios son una excepcional -¡y entretenida!- fuente histórica. Repetiré con alguno más, eso sin duda.
Un abrazo, amiga
Lo leí hace muchos años y apenas lo recuerdo. Lo que sigo sin comprender es la crítica de Cercas. Como bien dices, no se puede mirar con nuestros ojos novelas de siglos pasados. Y hay una gran diferencia entre las primeras y las últimas novelas de Galdós. Pero en todas hay calidad. Será también que no soy muy objetiva con este autor, que me encanta.
ResponderEliminarBesotes!!!
Hola, Margari:
EliminarVoy a echarle un cable a Javier Cercas diciendo que quien emite tales juicios es un personaje, no necesariamente el autor, claro. Pero bueno ya sabemos que..., ¡no! nada de eso, fuera, fuera..., es un personaje y punto pelota.
Lo que sí es verdad es la gran diferencia en calidad entre las primeras y las últimas novelas de Galdós. En Los Episodios hay un salto cualitativo impresionante a partir de la Tercera serie que en recursos, maestría, manejo del idioma y sobre todo personalidad y estilo propios no hay color con lo que se puede ver en las de la Primera Serie, por ejemplo.
Yo también soy muy de Galdós, amiga mía.
Besazos
Me encanta como escribía Pérez Galdós, y precisamente una de mis muchísimas tareas pendientes es leer algún día todos sus "Episodios nacionales". Me ha sentado un poco mal la crítica de Javier Cercas, la verdad; no entiendo muy bien esa manía de desprestigiar a personajes históricos, sobre todo cuando, como tú bien dices, lo que se hace es juzgar hechos antiguos con nuestra mente del siglo XXI. En fin, ahora Cercas me cae un poco peor, jajajaja.
ResponderEliminarHola, Espe:
EliminarLa gracia que tiene todo esto de la literatura y del mundillo que le rodea son cosas como esto de que un autor actual que nos gusta diga algo negativo de otro autor anterior, como Galdós, que también nos gusta. pero ¿cómo? ¿Habráse visto? Y esto da para indagar e ir buscando la razón que le movió a hacer tal descalificación. Es lo que yo he hecho tras haber leído su mala opinión en una novela sobre este episodio nacional y en la vida real su poca admiración hacia Galdós.
En fin, Espe, a mí al igual que a ti ahora Cercas me cae un poquito peor. pero sólo un poco, que conste. (ja, ja ja...)
Besos
¡Hola! De Galdós solo recuerdo haber leído Fortunata y Jacinta en el instituto, también recuerdo la sensación de que me gustaba su forma de escribir y haber visto la serie de televisión en su día. Pero de los Episodios Nacionales nada..., no puedo opinar.
ResponderEliminarEs curioso, en la biblio se prestan bastante entre estudiantes, pero también de vez en cuando los piden personas que como tú deciden que quieren leer alguno. Es algo que a mi siempre me sorprende, pero después de leerte ya no tanto.
Lo primero que me llama mucho la atención es esa contradicción tan brutal entre opiniones que distan tan solo unas cuantas páginas de Cercas, uno alabando y otro poniendo a caldo sobre lo mismo. Me cuesta de entender tan dispares opiniones.
También pienso como tú respecto a que es absurdo elaborar juicios de opinión sobre algo escrito hace tanto tiempo, respecto a situaciones de esa época, desacreditar algo que hoy no se piensa, para eso son los libros ¿no? para enseñarnos modos de pensar y situaciones de otros tiempos.
Curioso también me parece lo que cuentas de que cuanto más avanzados en el tiempo sean los Episodios, mejor será la calidad literaria de Galdós, algo por otra parte normal, suele pasar.
Aprendo mucho contigo.
¡Besos!
Madre mía, Marian, si yo en mi etapa de profesor hubiera dicho a los chicos que se leyeran "Fortunata y Jacinta" con lo extensa que es me habrían matado. Yo con los chicos leía casi todos los años "Tristana" con los mayores, y con los de cursos inferiores leíamos sus novelas de más acción como "Trafalgar" o "El 19 de marzo y el 2 de mayo", esta última por eso de estar en Madrid y relatar el levantamiento de la ciudad contra los franceses (Daoiz y Velarde y todo eso).
EliminarLa valoración tan opuesta de una obra la realiza un personaje, no necesariamente el autor. Pero bueno ya he comentado a alguien -y creo que en la reseña también lo digo- que en la polémica Galdós sí, Galdós no (el nombre se lo acabo de poner yo ahora mismo) Javier Cercas milita en el bando de los negacionistas. Eso a mí me duele (ja, ja...) porque a mí en general me gustan las novelas de Galdós.
Qué amable eres, Marian, cuando dices que aprendes leyéndome. Ni que decir tiene, que me llenas de satisfacción. Muchas muchas gracias por tus palabras, tan amables siempre.
Un beso
¡Hola de nuevo! No recordaba Fortunata tan extensa..., igual porque me gustó (me pasa también ahora, si un libro muy extenso me gusta, no tengo problema, de hecho me da pena terminarlo, aunque de por sí me de cierta pereza empezarlo).
EliminarPerdón..., había entendido que la valoración era del propio Cercas, no de un personaje (pero al fin y al cabo un personaje creado por el autor).
Lo de que aprendo contigo no es por ser amable, de verdad, es que es cierto, tus reseñas son muy... "educativas" culturalmente hablando. Por cierto, acabo de ver "Los profesores de Saint Denis) y me ha gustado mucho (a pesar de no ser profe, aunque se la he recomendado a dos familiares que tengo que sí lo son). ¡Gracias por la recomendación!
Como todas tus recomendaciones cinematográficas me han gustado mucho, tomo también nota de "Los profesores de San Denís" y más siendo del gremio profesoral.
EliminarGracias
No he llegado a "Gerona". Leí solo los cinco primeros, hasta "Napoleón en Chamartín". Desde luego, prefiero sus otras novelas, mucho más logradas. Lo que me pregunto es si esas opiniones sobre "Gerona" que aparecen en "La ley de la frontera" son achacables al autor o al personaje que las dice. No sé, hace mucho que leí el libro y no lo recuerdo bien, aunque vista la polémica en la prensa con Muñoz Molina y demás, bien podría ser lo que piensa Cercas. Yo solo puedo decir que a los cinco libros me cansé y que no me parecieron la magna obra que se suponía que eran. De ahí a decir que es una mierda...
ResponderEliminarUn beso.
Evidentemente la opinión sobre esta novela la pone el autor en boca de un personaje, pero las similitudes entre ambos de origen y actual asentamiento -en Gerona por cierto donde imparte Cercas clase en su universidad- son tan grandes y evidentes que difícilmente puede uno hacer un ejercicio tan científico de separarlos.
EliminarEn cuanto a calificar de manera tan extremada como "mierda" a la novela, me parece algo tan excesivo que desde luego no me extraña que el personal se levante en contra de quien la profiere o la pone en boca de alguna de sus creaciones. Y ahí en esta alineación aparecen personalidades literarias tan interesantes como Muñoz Molina, Almudena Grandes o Vargas Llosa por ejemplo.
Besos
Jusn Carlos, mi admiración por este bello ensayo y las atinadas observaciones. Galdós era un grande sin duda. Un abfazo
ResponderEliminarHombre, Juan Luis:
EliminarMuchas gracias por tu comentario. Sin ninguna duda don Benito era un grande aunque esta "Gerona" no se puede decir que sea una gran novela. Yo la he leído por lo que digo en la reseña, pero luego sí que he encontrado en ella cosas aplicables a nuestro día a día. No hay libro malo del que no pueda sacarse siempre algo bueno. Gran verdad.
Un abrazo
En mi pasada adolescencia me leí todos de un tirón, como esos Best Seller que enganchan de verdad y que hasta que no los terminas no puedes parar.
ResponderEliminarLa verdad que ganas me dan de volver a leerlos aunque solamente sea para recordar esa juventud pasada con Galdós, al que sigo considerando como maestro en letras y parte fundamental de los clásicos que me proporcionaron momentos inolvidable con la lectura de sus obras.
Gracias mi amigo por traerme recuerdos y buenas referencias.
un abrazo.
Es Galdós una lectura siempre agradable y en su época fue un auténtico fenómeno de masas. Recuerda Vargas Llosa en el artículo de El País que cito en la reseña que fue en su época un escritor que pudo vivir sólo de su obra creativa, algo que ni siquiera hoy está al alcance de muchos. La mayoría deben compatibilizar su oficio de literatos con otros que son los que en verdad les da de comer.
EliminarRelee alguno de sus episodios este 2020 y así lo homenajeas como es debido. Ya sabes, estamos en el Año Galdós.
Un abrazo
Nada mejor que irse a la fuente de origen para poder opinar sobre esas dos afirmaciones encontradas que expone Javier Cercas en esa novela suya que has reseñado recientemente.
ResponderEliminarMe he planteado hace bien poco comenzar a leer los episodios nacionales de Galdós. Pensé en ello a raíz de plantearme la lectura de los episodios de una guerra interminable de Almudena Grandes, con los que en cierto modo homenajea a Galdós. He leído que explican muy bien la historia de España de esos años y de ahí mi interés. Me disuade el montón de novelas que son pero sobre todo (pues tampoco hay obligación de leerlas todas si no apetece) el hecho de que algo me dice que estas novelas no son para mí. Hay cosillas en tu reseña que me reafirman en esa idea. Tal vez sea mejor que lea alguna otra obra del canario, del cual aún no he leído nada. Con los episodios de Almudena Grandes sí que creo que me voy a animar aunque no a corto plazo.
Besos
Hola, Lorena:
EliminarA los españoles creo que los clásicos nos asustan, nos huelen un poquito a naftalina... En fin, a mí también me pasa a veces y sobre todo me pasaba antes. Si te animases a leer los EE NN te diré que la primera y segunda series no son para tirar cohetes literariamente hablando, aun que históricamente y desde un punto de vista costumbrista se leen con agrado pero se ven algo demodés. Las series siguientes son mucho más elaboradas literariamente. Puedes elegir episodios históricos que te apetezca conocer y los buscas en estas casi 50 novelas (46 para ser exactos). Yo no me los he leído todos, claro; cuando me acerco a ellos elijo aquellos cuya anécdota histórica me atrae. En breve me acercaré a su quinta serie para leer algo sobre la Iª República española.
Lorena, un besazo
He leído alguno de los episodios nacionales, pero precisamente el de Gerona, no. En todos he aprendido mucho, y como Galdós es tan buen narrador, además he disfrutado leyendo. Qué más se puede pedir.
ResponderEliminarEl último párrafo es cierto que bien podría estar hoy en boca de muchos, y es que hay algunas cosas que nunca cambian porque van inherentes al ser humano, una de las especies que más cosas hace pero que, parece ser, en el fondo no le hace cambiar nada, o eso parece.
Un besote.
Lo que la literatura -bueno, el arte en general- nos hace ver es que el género humano es así desde el inicio de los tiempos. Que hay comportamientos difíciles de erradicar. Confiemos en que el toro no vuelva a cogernos en 'bolas' como esta vez, aunque mucho me temo que con la crisis económica que se avecina difícil será que los responsables dediquen mucho presupuesto para prevenir posibles desastres naturales como en el que nos encontramos.
EliminarEn cuanto a Galdós, qué te voy a decir querida amiga. Pues que tienes todita la razón, que con él se aprende y se disfruta, que da gusto leerle.
Un beso
Hola Juan Carlos desde luego se nota que disfrutas enseñando y eso se transmite en todas tus letras. Estoy totalmente de acuerdo con otros comentarios que resaltan lo que se aprende leyéndote, ese análisis exhaustivo de la obra que nos presentas, en este caso Gerona (se me hace extraño verlo escrito así, acostumbrada al Girona actual) y de la escritura inicial de Galdós.
ResponderEliminarMe gusta la manera que usas para que nos fijemos en aquellos detalles importantes, la atención que imagino pones en la lectura que después traspasas a la entrada, una delicia aprender así.
Besos
Eres amabilísima, Conxita. Te agradezco lo que dices. Sí, la verdad es que durante mi vida profesional he disfrutado mucho transmitiendo y quizás esa "deformación profesional" se me cuele en las reseñas. Pero lo más importante, lo que me anima y me hace seguir en este 'tajo' libremente elegido es poder llegar a lectores y lectoras como tú que dicen disfrutar y aprender leyendo lo que escribo. Eso compensa todo.
EliminarBesos grandes, amiga
Ay hace mucho que no leo a Galdós, además tengo que retomar sus Episodios, que me quedé en el primero... mi intención es leerlos por orden, aunque intercalando libros, a ver si lo consigo =)
ResponderEliminarBesotes
Como creo que digo en la reseña o en alguna respuesta a algún comentario, los "Episodios" son desiguales. Las novelas de la primera y segunda series son más flojas literariamente hablando que las siguientes, pero desde el punto de vista histórico y costumbrista (conocer la manera como se vivía en España en el siglo XIX) son muy interesantes.
EliminarUn beso
Hoy se pueden leer TODOS los Episodios tranquilamente, bien sacándolos de una biblioteca, o en formato ebook. En https://www.textos.info/ se pueden encontrar todos.
ResponderEliminarY sí, es cierto, algunos pasajes están por retocar. Pero la obra resulta, a pesar de ello, monumental, grandiosa. Y aún le sobró tiempo para escribir novelas clave de su tiempo, teatro, etc. Una bestia parda. El que quiera hacerle de menos, que primero muestre sus papeles. Y si no los presenta, pues eso, aire.
ResponderEliminarAuténtica 'bestia parda' fue este don Benito Pérez Galdós. Los "Episodios Nacionales" son una obra, diríamos, balzaciana por su gran extensión y por la temporalidad que abarca. Una obra fabulosa.
EliminarUn saludo, Federico
Este Galdós no es el de Fortunata y Jacinta, que es un escritor soberbio, maduro. El Galdós de la primera serie de los Episodios es un Galdós en formación. Apunta maneras, pero eso es todo. Claro, otro lector puede disfrutar más a D. Felipe el diplomático, pero es uno de esos personajes de cartón-piedra que apunta Cercas. Y abundan en esta primera serie. No es novela realista, sino una mezcla de costumbrismo, novela bizantina, novela romántica, comedia de punto de honor... Una mezcla intuitiva, poco trabajada, de elementos muy dispares de la narrativa española previa a él. Galdós conoce aún muy poco, o nada, de lo que se escribe en Europa en esos momentos. En realidad, todas las novelas poseen como espina dorsal una historia de amor (muy idealizada, al estilo de las tragedias patrias del XVIII y XIX que tan bien conoce) con esos elementos bizantinos que mencionaba: nobles que ignoran su cuna, amantes separados por el destino o las familias, etc. De fondo, una serie de hechos históricos muy bien documentados, pero a veces prolijos y a mi modo de ver, no siempre hien integrados en el argumento principal, que son los amores y desamores de los diversos protagonistas, sean Gabriel e Inés, Agustín y Maria Candiola o Amaranta y el padre de Inés, entre otros muchos. Hay grandes momentos, sim duda. Uno de ellos es la narración de la batalla de Trafalgar, salvo algunos pasajes de una inverosimilitud pueril, como ese Gabriel adolescente pegando cañonazos. Muchos personajes hacen el papel de "el gracioso", típico de la comedia aúrea, pero para un lector actual, pueden tener muy poca gracia, y parecer prolijos monigotes. Creo que si Galdós se hubiera propuesto, 30 años después, reescribir esta primera serie, sería muy diferente, y considerablemente más corta. En realidad, da la sensación de que cada novela podría dar lugar a un fantástico capítulo. La trama sería verosímil, los personajes profundos, multifacéticos, y los graciosos sin gracia, suprimidos. No aportan nada, solo tedio. Pero sonre todo creo que habría el formidable estudio psicológico del personaje que Galdós ejecuta en sus obras de madurez. Pero ya digo, para gustos, colores.
ResponderEliminarLa disputa sobre Galdós que se desató en 2020 y que encontró fuerte encontronazo entre Cercas y Muñoz Molina interviniendo luego el propio Vargas Llosa y algún otro reposa en gran medida en los asuntos que desde hace años convulsionan a España y que culminó el año 2017 en ese No-Referendum por la Independencia de Cataluña. Javier Cercas, extremeño que vive en Cataluña desde su más tierna infancia a donde llegó sin su familia emigrada a Barcelona, constantemente lucha por mantener una posición 'independiente' lo que le lleva a navegar entre dos aguas: la unionista y la independentista catalana. De ambos mares recibe a veces fuertes sacudidas por su postura deliberadamente equidistante.
EliminarLiterariamente, sostengo lo que digo en la reseña. No se debe enjuiciar una obra escrita en 1874 con presupuestos propios del siglo XXI. Estoy contigo en que si 30 años después de 1874 -ya no digo si fuera hoy- Galdós hubiera vuelto a escribir esta Primera serie de los Episodios lo haría con profundos cambios, naturalmente.
Un fuerte abrazo, amigo
"con su familia". Se coló un 'sin', perdón
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