Con los best sellers -"Las hijas del Capitán" lo es sin ninguna duda- ando siempre prevenido. Me pasó con "El tiempo entre costuras" que dio a conocer a María Dueñas y que copó durante semanas y semanas las listas de libros más vendidos y creo que me ha vuelto a pasar con ésta, para mí la segunda obra que leo de ella pues prescindí de "Misión olvido" y "La templanza" habida cuenta del buen sabor de boca que me había dejado la aventura tangerina.
(Tomado de la Página en Facebook de la propia escritora) |
"Las hijas del Capitán"
La historia que se nos cuenta es la de unas mujeres -tres hijas y su madre- que ante la sorpresiva muerte del padre y marido, Emilio Arenas, acaecida fortuitamente en los muelles de Nueva York deciden plantar cara al futuro y continuar con el negocio de comidas que este hombre había abierto en Manhattan. El negocio que se llamaba "El Capitán" trocará su nombre por el de "Las Hijas del Capitán". Estamos a mediados de 1936. Estas cuatro mujeres que no saben una palabra de inglés son vistas por los buscavidas como fáciles presas. Un abogado mafioso, Marcelo Mazza, las convencerá para que permanezcan en la ciudad mientras él les consigue en los tribunales una sustanciosa compensación económica por la muerte accidental de Emilio Arenas. Una religiosa que conoce los sinsabores de la vida, Sor Lito, nacida en un burdel, hija de una prostituta canaria y convertida en monja las ayudará para que no caigan en las garras de ese abogado italiano. Mientras, las jóvenes y hermosas hermanas Arenas -Victoria, Mona y Luz- habrán de buscarse la vida al tiempo que colaboran con Remedios, su madre, para que el negocio de comidas no se venga abajo.
La novela, aunque larga -624 páginas en papel; 534 en edición digital kindle por la que cito-, se lee con gusto y rapidez pues la trama de la misma, distribuída en 105 breves capítulos agrupados en seis grandes apartados, transcurre con fluidez gracias al ritmo a veces vertiginoso que imprime la escritora al relato. Cada una de las seis partes presenta un momento crucial en el desarrollo del argumento: Primera parte, historia de Emilio Arenas y llegada de sus hijas y de Remedios a Nueva York; Segunda parte: Entrada en escena de embaucadores (abogado Mazza principalmente) y de benefactores (Milagros, Sor Lito...) por lo que las cuatro mujeres que ya habían decidido regresar a España cambian de idea; Tercera parte: Mona, la mediana de las hermanas, junto a Luz, la menor, empiezan a dar forma en su pensamiento a un negocio distinto al de casa de comidas que es 'Las Hijas del Capitán'; Cuarta Parte: Remedios, la madre, no quiere para nada experimentos empresariales que vayan más allá de la fonda que había montado su marido y como se opone frontalmente a los deseos de las hermanas será alejada con artimañas mientras ellas buscan apoyos para la inminente inauguración del local; Quinta parte: Remedios regresa a la casa y descubre todo lo que las hijas han urdido en su ausencia, se siente burlada y desaparece; Sexta y última parte: Desenlace de la historia principal y de todas y cada una de las historias particulares.
Para mí lo más interesante de la novela es la recreación del ambiente neoyorquino de los años 30. Estamos ante el Nueva York de los Night Clubs en los que más de un español está triunfando. María Dueñas saca en su novela a personajes reales como Xavier Cugat (Cugui) que con su orquesta de ritmos afrocubanos hacía estragos en el Waldorf Astoria de Manhattan, concretamente en la denominada sala Sert, así llamada por haber sido decorada con motivos españoles por Josep Maria Sert. Pero no sólo los españoles que hay en Nueva York pertenecen al show business, una importante personalidad de la política española interviene en la novela con un papel que se presiente crucial y que luego con el transcurso de la misma se va quedando en nada. Me refiero al Conde de Covadonga, título real que ostentaba el que fuera Príncipe de Asturias tras perder éste con motivo de su casamiento con una plebeya. Este personaje que no era otro que don Alfonso de Borbón y Battenberg apenas si hoy día es recordado por alguien. Es, pues, mérito de María Dueñas haberlo sacado del trastero de la historia colocándolo en su novela. lástima que el personaje no dé mucho de sí en el relato y que se quede sólo en un tontaina, enfermo hemofílico, que es perseguido por los paparazzi que incansables le preguntan por sus últimas conquistas. En fin, una desilusión porque yo me las prometía muy felices con él, pero no es así.
En cuanto a las alusiones que en el relato pueda haber a la situación crítica que se vivía en España en esas fechas, también mis expectativas se vieron algo frustradas. En primer lugar hay pocas referencias a la política nacional, tan sólo al principio de la novela cuando se habla de la fuerte emigración hacia América que en los años de la República se produjo y luego, ya casi a mitad del relato, cuando Victoria, la mayor de las hermanas, se ha casado con el tabaquero Luciano y salen en viaje de novios transportados en un lujoso automóvil. Es en ese momento cuando los hombres -la política no era cosa de mujeres, parece decirnos la autora- se preguntan por la situación política que está viviendo España:
"Traqueteaba el auto en dirección noroeste, ya sólo se veían campo y granjas, pinos, planicie. Los hombres continuaban enfrascados en su charla ajenos a Victoria, se habían quitado las chaquetas y abierto las ventanillas, habían sacado los codos, seguían fumando. Alcalá Zamora, Largo Caballero, Indalecio Prieto, Martínez Barrio, la Ley de Reforma Agraria, el rey en el exilio, la CEDA, la Falange, está tensa la cosa, Avelino, se está poniendo cada vez más negra, sabe Dios en qué va a acabar…" (pág. 266)
A María Dueñas parece interesarle más la historia de este Príncipe de Asturias destronado que la Guerra Civil en ciernes. Así en un momento dado de la novela y haciendo uso de la anticipación se nos revela lo que le ocurrirá a Alfonso de Borbón dentro de dos años al tiempo que se nos informa de otro sucedido dentro de la familia real en ese momento en el exilio:
"La boda con Edelmira en Lausanne a la que no asistió ni un solo miembro de la familia, el parco alojamiento que había ocupado la familia en Evian, la desoladora noticia de la muerte de su hermano Gonzalo antes de cumplir los veinte tras un derrame interno provocado por un accidente de automóvil aparentemente inocuo, lo mismo que le ocurriría a él en Miami dos años más tarde aunque todavía no lo supiera." (pág. 330)
Y poco más porque es evidente que la política nacional no es el asunto que busca la autora. Lo que ella quiere presentar es la vida de unas pobres y bravas mujeres en un mundo de hombres que las ignora y ningunea. Quizás por ello mientras los hombres que van en el coche junto a Victoria hablan de política, ella está recordando la brutalidad con que Luciano Barona, el tabaquero viudo con quien se acaba de casar y que la libró de los golpes que el abogado Mazza le iba a propinar, se comportó la noche anterior nada más haberse casado con él. Es un texto cargado de erotismo, uno de los ingredientes de cualquier buen best seller como éste:
"Él volviéndose loco al acariciar sus pechos jóvenes, sus nalgas firmes, su piel lustrosa. Ella quieta como una balsa varada, sintiendo las manos ávidas arriba y abajo, abajo y arriba, el tórax voluminoso de él aprisionando su delgada anatomía, aplastándola, dejándola casi sin respiración. Él abriéndose camino entre sus muslos tersos, hasta entrar en ella con un rugido triunfal. Ella inmóvil con la cabeza vuelta al balcón entreabierto, a su barandilla de forja labrada y a las cortinas que flotaban como fantasmas […], notando como algo se le clavaba en las entrañas, escuchando en su oreja izquierda la respiración masculina tórrida y entrecortada." (pág. 266)Es este mundo de hombres vs el de mujeres el que muestra la escritora. Sin duda alguna ella se posiciona del lado de su género, lo que es normal y comprensible dada la época en que estamos. Lo que ya no me parece tan normal es que en ocasiones adjudique al género masculino comportamientos y actitudes de manera un tanto generalizada. Un ejemplo que no me resisto a citar es el del oficinista al que las chicas solicitaron una dirección telefónica y ante la belleza de las mismas éste no pudo por menos que ausentarse de su presencia:
"Ahí quedó el libro, abierto y abandonado, a la espera de que al oficinista se le bajara el calentón, saliera del lavabo y acudiera en su busca." (pág. 472)Hombre, por favor. Ni como recurso humorístico me parece de recibo esta frase. ¿Qué quiere decir la novelista: que todos los hombres viven obsesionados por el sexo? Si la novela sólo fuese destinada a lectoras femeninas me arriesgo a pensar que lo anterior pudiera considerarse como chiste o gracia, pero al ir dirigido el texto al mundo mundial sólo se me ocurre ver aquí una salida de tono, un hembrismo excesivo fuera de lugar. Quizás, vengo a discurrir, generalizaciones simplificadoras como ésta -eso son los tópicos- sean las que contribuyen a calificar la obra de best seller en el sentido de aquellas obras que no quieren dar disgusto alguno a sus potenciales lectores y en lugar de lanzar mensajes críticos abundan en tópicos a través de conductas que se quiere asentar más que evitar o denunciar.
Junto a lo anterior en la novela abundan personajes algo superficiales con comportamientos muy predecibles. Por una parte están los chicos guapos y encantadores que respetan y ayudan a las que son sus enamoradas. Estos chicos, al igual que las tres hermanas, proceden del pueblo llano y aunque al principio puedan parecer algo toscos y sinvergüenzas pronto descubriremos en ellos un gran corazón y un atractivo irresistible. Tienen estas características Tony el bolitero cuyo don de gentes le hará ascender de promotor de ilegales loterías a secretario personal de todo un personaje real como el conde de Covadonga; también Luciano Barona, quien pese a su rudeza en el sexo, es una buena persona; y lo mismo cabe decir de su hijo, Chano, boxeador que en todo seguirá los pasos paternos. Y en el otro extremo estarían los malos: el abogado Mazza; el buscavidas, proxeneta y embaucador Frank Kruzan; el Zio Marcelo que se diría sacado de algún episodio de "Breaking Bad"; e incluso cabría situar aquí a aquellos seres pertenecientes al mundo de los señoritos como César Osorio, el ayudante del doctor Castroviejo, o la madrina de este joven, Máxima Osorio, doña Maxi, una mujer tremenda, torrencial, apabullante, pero impertinente y maltratadora de sus empleados con palabras e insultos … En fin, un maniqueísmo típico de novela popular que sólo busca agradar al lector sin exigirle esfuerzo alguno. Naturalmente hay personajes que se mueven en tierra de nadie empezando por Sor Lito, unión natural entre uno y otro mundo y sin duda el personaje que tiene una cierta mayor complejidad; y luego ya todas esas mujeres y hombres casi sin rostro de la colonia española que se reúnen en La Nacional, la sociedad de Beneficencia española, que sólo buscan ayudar y que tienen una función muy secundaria en el relato: Milagros, la fornida gallega que ayuda a las cuatro mujeres; Paco Sendra, el dueño de la Casa de Huéspedes 'La Valenciana'; el matrimonio Irigaray que regentaba una lavandería, o Venancio, el dueño del negocio de comidas que Emilio Arenas se quedaría cuando el anterior decidió volver a España.
Lo que no se le puede negar a María Dueñas es lo bien que recrea el Nueva York de los años 30. Presenta una ciudad vertiginosa, llena de luz, de coches, de gentes que caminan a sus quehaceres, una ciudad que se divierte en salas de fiesta como el Waldorf Astoria, una ciudad cosmopolita llena de hoteles como el Majestic donde se alojan millonarios y exiliados reales como el Conde de Covadonga:
- ➢"Los hombres se acomodaron delante, Victoria sola en el asiento trasero, contemplando en silencio las calles conforme subían por la Décima avenida, dejando atrás barrios y entornos. Chelsea, el Garment District con sus talleres y almacenes de ropa, Hell’s Kitchen con sus proletarios irlandeses, San Juan Hill lleno de negros, el Upper West Side con sus casas buenas y su gente fina y sus muchos judíos cuando la avenida era ya Amsterdam, Bloomingdale District, Washington Heights donde volvía a haber negocios con anuncios en español." (pág. 266)
- ➢"La zona de Cherry Street, el asentamiento de españoles más antiguo de la ciudad. Allí, en el extremo sureste de la isla de Manhattan, frente al waterfront, junto a los muelles, bajo el ruido estrepitoso del arranque del puente de Brooklyn," (pág. 12)
➢"El tráfico era constante, los cláxones sonaban con estrépito, los edificios se elevaban hasta casi el más allá. Estaban, definitivamente, en otra Nueva York." (pág. 143)
- "Unos días se acercaba al Gansevoort Market en busca de frutas y verduras, otros bajaba al mercado de West Washington y sin entender apenas nada, compraba pollos esmirriados o aquello barato que pocos querían: sesos, quijada, lengua, careta; había mañanas en las que cruzaba de amanecida hasta el East River, al Fulton Fish Market," (pág. 116). Es Mona, la hermana más lanzada y decidida la que efectúa este sano ejercicio de inmersión.
- "lo que un día fue aquel encaje entre Chelsea y el Greenwich Village que incluso algunos dieron en llamar Little Spain, donde la gente comía arroz con pollo los domingos y cortaba la calle a finales de julio para sacar al apóstol Santiago en procesión.· (pág. 522)
Contribuye muchísimo al gusto que produce la lectura de esta novela los coloquialismos lingüísticos que se desgranan por la obra: "Le gustaría poder decir que ninguno [Mona en respuesta a Tony sobre el interés de ésta en ver al Conde de Covadonga], ni el más mínimo interés; si no me dejan verle, me voy a mi casa y santas pascuas, me olvido del asunto y que le den morcilla a esta gente tan engreída y tan malababa" (pág. 320)
También está muy bien lograda esa mezcla de ambos idiomas, ese espanglish, que los integrantes de la colonia española y las cuatro mujeres recién llegadas utilizan: "damn train, malditos retrasos, iba pensando. A medida que se acercaba, su figura se percibía cada vez más definida. " (pág. 320)
Por último no puedo cerrar esta reseña sin aludir a las alusiones culturales que María Dueñas deja esparcidas por el texto. En general son elementos culturalistas muy conocidos por los españoles: Lorca y el impacto que en él produjo Nueva York, la música de Joaquín Turina, las obras de Jacinto Benavente, los hermanos Álvarez Quintero, etc. Estos elementos, al tiempo que dan lustre al texto contribuyen muy mucho a su lectura y a dar satisfacción a la mayoría de los lectores, lo que es -y lo señalo sin afán alguno de minusvalorar nada- una clara característica de los best sellers.
"-Estuve con la Compañía de Teatro Español desde que Zárraga la fundó en el 21 -prosiguió-, fui la Malvaloca de los Álvarez Quintero y la María en El nido ajeno de Benavente, me sumé a los montajes que Narcisín Ibáñez Menta se trajo de Buenos Aires, conocí al poeta García Lorca cuando estuvo por aquí hace unos años fascinado con los negros de Harlem; he hecho sainete, astracanada, opereta y vodevil, Fortunio Bonanova quiso llevarme a Hollywood en el 32 y le dije que nanay…" (pág. 152)
Conclusión
Una novela que se lee a las mil maravillas, que no exige esfuerzo alguno, que utiliza muy bien los recursos estilísticos de la narración y que muestra una realidad histórica ignorada por muchos de nosotros: la emigración de españoles habida a los Estados Unidos durante los años 20 y 30 del siglo pasado. Al tiempo la autora presenta unos personajes en su mayoría mujeres a las que muestra fuertes y emprendedoras en un mundo machista del que saben salir con éxito. Al tiempo la novela incurre a veces en el tono propio de las novelas románticas con descripciones por momentos algo empalagosas. Es por ello que para mí "Las hijas del Capitán" merecen un 3 sobre 5. Está bien, pero los tópicos(culturales, feministas, españoles...) lo anegan todo.
¡Hola! No se si ya te conté que abandoné la del "Tiempo entre costuras". Todo el mundo me hablaba maravillas en la biblioteca y caí, pero vamos que no pude con ella. Y la verdad es que no consigo que me apetezca leer a esta autora. Lo que dices de lo bien que recrea el ambiente neoyorkino de los años 30 me llama la atención, pero aún así creo que no la leeré
ResponderEliminarBesos
Hola, Marian:
EliminarEs cierto que hay autores o autoras que se nos atragantan y, oye, no hay manera con ell@s. Como habrás leído en la reseña, esta novela entretiene, tiene cosas interesantes como lo de Nueva York y tal, pero cae en los tópicos y lugares comunes de manera reiterada.
Un beso
Muy valientes las mujeres en épocas duras y de movimientos casi sísmicos en la política europea.
ResponderEliminarTomo nota. Un abrazo
Sí, en esta novela María Dueñas presenta a tres mujeres muy muy fuertes. A ver qué te parecen a ti.
EliminarBesos
Esta novela intenté leerla hace meses y la abandoné. Estoy de acuerdo contigo en los puntos fuertes (un estilo narrativo muy bueno, una descripción estupenda del Nueva York de los años 30) pero el argumento me pareció, hasta donde llegué a leer, simplón, como de telenovela (a mí también me llamó la atención lo poco que habla de la situación en España y lo que le 'preocupa' el devenir del Borbón). Contaba muchas historias, pero la historia principal apenas avanzaba y me pareció pobre.
ResponderEliminarEn fin, que lo dejé. Veo que tú fuiste más disciplinado y a pesar de los "peros" (el cliché mujer vs hombre me pone de los nervios) te la leíste entera y escribiste una reseña estupenda.
Un besote.
Lo sé, lo sé. Leí el comentario que le dejaste a Marina Córdoba. Y veo que coincidimos en muchas cosas. De todas maneras yo creo que se puede leer aunque sabiendo lo que es: un beso Seller.
EliminarBesos
Hola!lo que no puede negarse es la frescura y sinceridad que se siente en tu blog y en tus entradas.gracias!! Lo del ambiente nos tienta y la autora nos gusta mucho.pero varios de tus peros son los nuestros al acercarnos a esta lectura.seguro la curiosaremos y seguro nos acordaremos de ti y tus opiniones.saludosbuhos
ResponderEliminarSois maravillosas y encantadoras, amigas.
EliminarUn beso grande
Me gustó, sin entusiasmarme, "El tiempo entre costuras". Me pareció que tenía aportes interesantes como la red de espías británicos en España durante la Segunda Guerra Mundial. Después leí "Misión Olvido" y no me quedaron ganas de más.
ResponderEliminarPero con esta de "Las hijas del capitán" pensaba hacer una excepción.
Entre tus opiniones y las de Kirke se me han quitado las ganas.
Un beso.
Pues, Rosa, ésta es semejante a "El tiempo...." y lo mejor de ella es la buena descripción del ambiente neoyorquino durante esos años.
EliminarUn beso
Me lo regalaron hace un par de meses y me da bastante pereza, pero lo leeré en breve. Leí el primer libro de esta autora y me gustó. Sé lo que puedo esperar, así que no creo que me decepcione.
ResponderEliminarBEsos.
Hola, Ro:
EliminarNo, no decepciona. Es de un estilo muy semejante a "El tiempo...". Por esto, es seguro que no te decepcionará.
Un beso
Pues a estas alturas no me he estrenado aún con María Dueñas... Sí me gustaría conocer detalles sobre ese momento histórico de emigración española a Nueva York, porque como bien dices no es demasiado conocido (al menos para mí). Lo de los tópicos supongo que se le podría perdonar, si se lee sin esfuerzo; los momentos empalagosos ya sí que me echan un poco para atrás, jajajaja.
ResponderEliminarSi no te has estrenado aún con María Dueñas, esta novela puede ser una buena ocasión sobre todo porque dibuja muy bien esos años 30 en que muchos españoles llegaron a Nueva York. Los tópicos y algunas -no muchas- descripciones empalagosas son, como bien dices, soportables porque la novela se lee con muchísima comodidad.
EliminarBienvenida al blog
Cuando leí "El tiempo entre costuras" puse a la autora con el listón muy alto, y por eso no he vuelto a leer nada de ella. Sin embargo, la novela que comentas me parece que tiene un nivel parecido a aquella. A pesar de los "peros" que planteas. Tendré que leerla para poder opinar.
ResponderEliminarUn abrazo
Como habrás leído en la reseña el mismo proceso he seguido yo con esta autora. Creo que "Las hijas..." está casi a la misma altura -algo más baja si afinamos- que "El tiempo...". Ya me lo dirás cuando la leas, ¿vale?
EliminarUn abrazo
El tiempo entre costuras me gustó sobre todo por su ambientación y también por el lenguaje. Pero los personajes también me parecieron un tanto planos. Así que no sé si animarme con esta novela. Parece que tiene las mismas virtudes y los mismos defectos.
ResponderEliminarBesotes!!!
Pues tú misma, amiga mía. Si no tienes otra cosa a mano, con ésta te entretendrás pero tampoco te descubre nada del otro mundo.
EliminarUn beso
Una reseña justa. No creo que sea lo mío tantas páginas de erotismo y cliché feminista, además, probablemente no le saque el jugo que tú. Precisamente porque no soy Española y por poco no entiendo quién era el que se casó con la plebeya. ¡ Pero ya me acordé ! Como bien afirmas, lo sacó del trastero porque lo que está de moda es Harry y Meghan jajaja
ResponderEliminarSaludos y qué bueno leerte otra vez.
Bienvenida de nuevo y bien recibida que eres por aquí, Leslie Stephanie. Si te digo la verdad ni siquiera los españoles controlábamos muy bien ese punto de nuestra historia -no tan lejana, por otra parte-. De todas formas yo creo que sí disfrutarías de la historia porque en el fondo lo que María Dueñas nos muestra es a tres mujeres humildes que salen para adelante en unas circunstancias muy difíciles y eso es algo de tipo universal.
EliminarUn fuerte abrazo, amiga
No tengo una opinión determinante a propósito de esta autora, no la he leído nunca. Lo cierto es que no me suelen interesar demasiado las temáticas que aborda y tu reseña incide en lo que en alguna ocasión me han comentado sobre ella.
ResponderEliminarGracias.
Saludos.
Hola, Addison:
EliminarSobre la novela de María Dueñas, pues ya te digo, es interesante sobre todo para conocer lo que pasaron unos cuantos miles de españoles durante los años 30 del siglo XX.
Muchas gracias por tu comentario, amigo
Un saludo
No te perdiste nada, especialmente con La templanza. A mí me aburrió, era lentísimo y no avanzaba.... ESte se viene conmigo en esta semanita que me queda de vacaciones.
ResponderEliminarBesos.
Acabo de leerte ahora. He estado fuera y cuando esto ocurre no se acude al blog como de costumbre. ¿Leíste la novela durante esa última semana tuya de vacaciones? ¿Te gustó? Ya me dirás.
EliminarUn beso
Ante todo muy buena reseña.
ResponderEliminarNo la he leído, pero la tengo pendiente, aunque después de leerte no se que hacer, si leerla por involucrarme en el ambiente Neoyorquino de los años 30 o dejarla, en fin me lo pensaré.
Un saludo.
Hola, Teresa:
EliminarDesde luego yo recomendaría leer esta novela a quien fuera a viajar próximamente a Nueva York. Creo que el recorrido que estas tres muchachas hacen por las calles neoyorquinas es hoy día muy reconocible. Patear esas mismas calles representará -¡seguro!- para quien lo haga coincidir con esta lectura una gran placer.
Besos
Lo destacable:
ResponderEliminar*Novela que refleja un importante trabajo de documentación histórica.
*Buena descripción de Nueva York en la década de los años 30.
*Estupendo retrato del carácter de mujer inmigrante: La fuerza, el tesón, el temple, el coraje para enfrentar dificultad tras dificultad. Estos rasgos son observables también en mujeres inmigrantes de otras nacionalidades, no únicamente en las españolas. Mujeres sin
educación, con escaso o nulo conocimientos del idioma del país al que llegan, se las ingenian para vivir el día a día en medio de grandes carencias y limitaciones.
Lo no tan destacable:
*En algunos momentos la narración cae en el exceso de descripciones de lugares y de las características y correrías de los personajes; demasiados adjetivos. Esto extiende demasiado el relato.
*Queda en el plano de la duda el viaje de la reina Victoria Eugenia a Estados Unidos para visitar a su hijo Alfonso - el Conde de Covadonga - en el hospital. Las fuentes indican tensión y conflicto entre el rey Alfonso XIII con su esposa e hijos: la mala salud de 3 de éstos, la mala relación entre la madre del rey y la reina V. Eugenia, la vida privada del rey ( muy disoluta), sus varias amantes, sus varios hijos fuera del matrimonio, la contingencia política en la España de los años 30. Se dice que la reina sólo envió flores cuando el Conde falleció. Por lo que se sabe la reina nunca vino a América. Cuando el rey Alfonso XIII dejó el trono -al inicio de la década de 1930- la familia real viajó constantemente por países de Europa: Francia, Suiza, Italia, Inglaterra. El Conde de Covadonga se trasladó a América y esto profundizó el distanciamiento ya existente con su familia. La vida del Conde fue muy tormentosa, muy trágica debido a la hemofilia que padecía.
Hola despues de leer y ver la serie del tiempo entre costuras que me encantaron he leído hace poco las hijas del capitan...a mi si m gusto m pareció una gran novela con toques históricos, humor y amena recomiendo leer ambas saludos desde Sevilla.
ResponderEliminarHola, Romántica:
ResponderEliminarLa verdad es que María Dueñas domina el oficio y sabe dosificar a la perfección los contenidos, el tono, la historia, etc.
Me alegro de que te haya gustado y mucho más que hayas dejado este comentario.
Un fuerte abrazo