En los últimos siete días he tenido oportunidad de ver dos excelentes obras, magníficamente representadas ambas, de nuestro teatro clásico. Aunque la primera que vi fue "La Celestina", puesta en escena y protagonizada por José Luis Gómez, voy a dedicar esta entrada a la "Numancia" de Miguel de Cervantes por desaparecer de la cartelera del Teatro Español de Madrid (¡otra vez la miseria en las fechas!) el próximo día 22 de mayo.
"La Celestina", cuya reseña dejo para otro día, desapareció de la cartelera del Teatro de la Comedia el pasado día 8 de mayo, aunque tras la gira que actualmente realiza por algunas provincias españolas se podrá ver de nuevo en Madrid, en el teatro de La Abadía. Pero esto no ocurrirá hasta el año próximo, del 12 de enero al 5 de febrero.
“Numancia“
No quiero dejar para el final lo obvio, que no es otra cosa que expresar mi plena satisfacción ante el espectáculo que ayer mismo, día 10 de mayo, presencié en el teatro Español de Madrid, que es como todo el mundo sabe un teatro sostenido por las arcas del municipio. La obra la programó el hasta hoy director del teatro, Juan Carlos Pérez de la Fuente, dentro de los fastos por el cuarto centenario de la muerte de Cervantes. Pues si así es, -¡y lo es!-, quiero darle desde aquí un sonoro ¡bravo! a él y al equipo artístico que con un nivel elevadísimo pone todas las tardes sobre las tablas este "El cerco de Numancia" cervantino, reducido a la palabra "Numancia" en la versión que del clásico han hecho con indudable acierto Luis Alberto de Cuenca y Alicia Mariño. Una versión que a todos los elementos originales fundamentales han añadido los adaptadores algunas figuras y parlamentos que incurren deliberadamente en el anacronismo a fin de que los espectadores asimilen y devoren con fruición la tragedia que se desarrolla ante sus ojos.
El texto.
Cervantes está presente durante toda la función pues el texto es respetuoso con el original. Lo reconocemos en:
- La dignidad con que son presentados los dos líderes: Teógenes (Alberto Jiménez, ¡soberbio, magnífico!) de los numantinos, y Escipión (Chema Ruiz, ¡excelente en el difícil papel de conquistador burlado trágicamente!) de los romanos-
- La defensa de la libertad por encima de cualquier contingencia incluso por encima de la muerte.
- La cuestión de la honra puesta en el tablero que se está jugando y que hace que las mujeres (Maru Valdivieso, Julia Piera, Mélida Molina y Miryam Gallego) decidan inmolarse junto a sus hombres e hijos antes que caer en manos romanas y ser esclavizadas o exhibidas como parte del botín de los vencedores.
- El amor como fuerza superior que hace que los hombres -Leonelo, enamorado de Lira (Markos Marín y Myriam Gallego) y Leonicio (Críspulo Cabezas), unido en sana amistad con Leonelo- acometan acciones que si no anduviese Amor de por medio catalogaríamos de absurdas.
- La negociación entre iguales (en vocabulario actual diríamos 'equidad'): los numantinos envían a Escipión embajadores (Alberto Velasco y Beatriz Argüello) para en humana negociación acordar un final justo a tan larga guerra.
- Por último, las alegorías, España y El río Duero, que anuncian la destrucción de Numancia de cuyas cenizas resurgirá un Imperio que no es otro que el de Felipe II, o sea, Cervantes lleva la obra hasta su contemporaneidad; y también la alegoría de la Muerte conduciendo su inhumana carreta y dando a luz a sus dos criaturas más preciadas, el Hambre y la Enfermedad.
En cuanto a elementos añadidos no presentes en el texto cervantino hay que decir que no abundan, y los que aparecen vienen avalados en su mayoría por puestas en escena anteriores. Así sucede con dos de los más chocantes: la presentación de los sitiadores romanos Escipión (Chema Ruiz), Yugurta (Raúl Sanz) y Mario (Carlos Lorenzo) con vestimenta de nazis alemanes, y las alegorías de España y el Río Duero adornadas sus cabezas con roquetes que las asemejan a la Dama de Elche. Estas dos sorprendentes caracterizaciones beben directamente en la adaptación que en 1937 Rafael Alberti montó en el Teatro de la Zarzuela madrileño para dar ánimos a los sitiados republicanos madrileños.
También de esa puesta en escena albertiana recoge Pérez de la Fuente el inicio de la obra con esos dos personajes, el Hombre (Alberto Velasco) y la Mujer (Beatriz Argüello), que no aparecen en la obra original. Pero hay alguna diferencia pues mientras Rafael Alberti los utilizaba en su prólogo-presentación para parodiar y ridiculizar a los romanos (= franquistas sitiadores), Pérez de la Fuente se sirve de estas dos figuras para reflexionar siquiera brevemente sobre la historia y situación actual de España y del mundo para así poner en contexto y "traer" hasta nuestra contemporaneidad esta tragedia que ya va para los 430 años desde que Cervantes la escribió y representó con gran éxito por primera vez.
Una escenografía espectacular.
Si algo me sorprendió agradablemente fue un escenario con pocos elementos en el que se va construyendo el espacio teatral a base de cortinas y mallas transparentes sobre las que se proyectan imágenes fijas o en movimiento y cuyos aparatosos y teatrales despliegues se acompañan de un sonido fuerte y espectacular; sonido que también se emplea para subrayar aquellos momentos de máxima tensión que en la obra abundan. Además de sonido e imagen, Pérez de la Fuente echa mano de los olores y, tratándose de una obra cuya acción transcurre en el año 133 a.C. los elementos mágicos en forma de olores de incienso o de neblinosas humaredas cumplen una importante función en la creación de la atmósfera dramática adecuada.
A este escenario cercado por esas mallas transparentes que culminan en crueles y actualísimas espartinas se accede a través de una larga rampa que ocupa el pasillo central del patio de butacas; por esta rampa entra en la ciudad cercada el mal representado en los romanos -invasores, sitiadores y finalmente pírricos vencedores- y en las figuras alegóricas de la Muerte, la Guerra, el Hambre y la Enfermedad.
Los actores visten, además de largos abrigos de nazis alemanes sobre petos de cuero propios de los legionarios romanos en el caso de los tres actores que representan a los dominadores, una especie de túnicas de oscuro lino que parece arder por los pies acabadas en capucha lo que les da un aspecto semejante a monjes disciplinados en el ayuno y las privaciones; esta prenda se alterna, especialmente en el caso de las mujeres, con una especie de clámide que connota dignidad y honra.
Por último cabe hablar del movimiento, vertiginoso en ocasiones, con que los actores resaltan el contenido de unos parlamentos en verso que llegan al espectador con claridad y son muy entendibles. Para este movimiento, vertical y horizontal, se emplea una tramoya perfectamente sincronizada con el actuar humano logrando que desde la butaca esas cadenas, cuerdas, cables y mosquetones pasen casi del todo desapercibidos.
Para finalizar
Una tragedia auténtica, de las poquísimas que existen en nuestro teatro, que evidencia el excelente autor teatral que era Miguel de Cervantes en 1586 y que hoy sería tenido por tal de no haberse cruzado en su misma afición Lope de Vega, el Fénix de los Ingenios, quien le arrebató el cetro de Tespis y le redujo casi a la nada en este campo literario aunque por eliminación lo ganásemos para la narrativa.
Un excelente homenaje el que el Teatro Español del Ayuntamiento de Madrid dispensa a Cervantes en el 400 aniversario de su fallecimiento con esta magnífica "Numancia" en la que su director Juan Carlos Pérez de la Fuente ha puesto entusiasmo y pasión. Lástima que las contingencias políticas hayan contribuido a silenciar, y no poco, esta alucinante y fantástica puesta en escena de la por algunos considerada la mejor obra teatral de Miguel de Cervantes. Desde aquí pienso que lo contingente y pasajero no debiera jamás utilizarse para desmerecer lo necesario, eterno y duradero, pues nuestro mejor escritor seguirá siendolo ocupe quien ocupe la sede municipal, pero habrá ciudadanos que por estos quítame de aquí estas pajas pierdan, o ya hayan perdido, la oportunidad de contemplar una obra de arte. Y es que a estas alturas se desconoce si una obra que ha costado tanto esfuerzo y dinero hará gira por España o no, se podrá ver en los festivales de teatro clásico veraniego o no. . . ¡O tempora, o mores!
El director Pérez de la Fuente rodeado por el elenco actoral |
Por lo manifestado en el párrafo anterior no me resisto a poner para finalizar la entrada algunas de las frases que figuran en el programa de mano de la función firmadas por el propio Juan Carlos Pérez de la Fuente:
"Aquí Cervantes se muestra en toda su plenitud y su mensaje se hace revolucionario. Los que tienen el poder, sobre todo el poder político, podrán arrebatamos casi todo: el pan,la casa, el trabajo, la libertad ... incluso la vida; pero la dignidad, nunca. Repito: la dignidad, nunca. Numancia es una tragedia política.
Luis Alberto de Cuenca y Alicia Mariño son los artífices de la versión. Alabo su lucidez y valentía. El reparto es un lujo de profesionalidad y compromiso. Posiblemente sea uno de los mejores repartos que he tenido en mi vida. Aquí queda escrito y mi agradecimiento es para siempre. Lo mismo digo de todo el equipo artístico y de todo el personal del Teatro Español. He dirigido Numancia en un momento muy difícil de mi vida profesional. Y todos han estado arropándome en los ensayos.
Esta Numancia que les entregamos está empapada de dolor y de sufrimiento, pero también de rabia y de esperanza. Disfrútenla y piensen que fue escrita hace 400 años por un gran dramaturgo llamado Miguel de Cervantes que todavía no sabía que la vida necesita igualmente de Quijotes."
Juan Carlos Pérez de la Fuente
Es como si estuviera estado allí, de tan bien que lo has contado. La verdad es que me hubiera gustado verla, y ¿eso de que incurran a conciencia en el anacronismo no será para dar un toque de originalidad o modernismo?
ResponderEliminarGenial, Juan Carlos, ¡un beso!
Chelo:
EliminarEres amabilísima conmigo, se nota que eres una buena amiga. Los anacronismos, además de dar un toque de originalidad, sirven para hacer la obra más próxima al espectador, algo que logran. Es mi opi ión, claro.
Un beo
Celebro que esa puesta en escena te haya satisfecho. Yo estuve tentada de ir a ver esa función pero no acabo de asimilar bien esas vestimentas que no se corresponden con la época. Me pasó con el Burlador de Sevilla y aún no me he repuesto del disgusto.
ResponderEliminarAunque el texto sea respetado (hasta ahí podíamos llegar) el que los actores se vistan con complementos que no cuadran en el momento de la acción a mí me descoloca. Al menos tú sabes a qué se deben esos anacronismos y obtienes tus conclusiones, pero yo no llego a tanto y el resultado es decepcionante.
En cambio no me importa que el escenario sea espartano. Sí que fui a ver La Celestina de José Luis Gómez y salí encantada (a pesar de que la protagonista fuera interpretada por un hombre), el escenario y la forma de representar algunas escenas (la muerte de Calisto y la de Melibea, por ejemplo) me parecieron muy buenos.
Gracias por esta reseña sobre una obra en la que se homenajea a nuestro maravilloso Cervantes.
Un beso.
A mí no me gustan mucho los anacronismos. Si la obra es en el 133 aC, ¿por qué se ponen abrigos nazis? Creo que en estas cosas se nota mi falta de imaginación. No los siento más cercanos porque se vistan de una manera que me es más cercana en el tiempo, los siento más alejados de la obra que representan y hace que no me guste.
ResponderEliminarPara el teatro soy de gustos clásicos y formales.
Por lo demás, tu análisis detallado y pormenorizado, es genial, como siempre.
Un abrazo.
Hola Kirke y Rosa:
ResponderEliminarEn esta ocasión la cuestión del anacronismo en el vestuario sólo sucede een el caso de los romanos, y sólo a medias pues bajo el abrigo llevan el peto de cuero típico de los soldados romanos. Y además el motivo como explico en el post viene de la puesta en escena que realizó Rafael Alberti en 1937 considerada de las mejores que se han hecho de esta tragedia, única en España, pues España ha sido un pais muy poco dado al género trágico y ésat de Cervantes lo logra al ser su tema el de la Libertad.
Os aseguro a las dos que es uno de los mejores espectáculos que he visto últimamente. Si tenéis oportunidad, vedla, me juego lo que queráis a que os encanta.
Un beso a las dos
Lástima el corto tiempo que va a estar en escena esta representación. según tu opinión, y yo me fío de ella, debe de tratarse de una de las buenas a pesar de esos anacronismos que últimamente parecen gustarles tanto a las compañías teatrales.
ResponderEliminargracias por tu extensa sinopsis de esta gran tragedias de uno de los grandes.
Un abrazo.
Que gran crónica. Co o si estuviera allí. Un beso ;)
ResponderEliminarA Francisco y Natalia:
ResponderEliminarOjalá finalmente gire la obra por España o sea repuesta en Madrid porque creo que se trata de "una de las buenas", y yo para los buenos amigos y amigas quiero siempre lo mejor.
Un fuerte abrazo para ambos
Me has convencido, voy a ver si quedan entradas, que son los últimos días...
ResponderEliminarUn abrazo!
Pues ya me dirás.
EliminarSaludos