Es por lo anterior por lo que nunca he dejado de manifestar cierta atención por las actividades y los asuntos de interés para los compañeros de ciencias entre los que cuento con algunos buenos amigos (Juan Luis, Juanjo, Pilar, Nieves, Mª Jesús, ...).
La curiosidad en mi opinión es esencial y ella es la que me lleva en ocasiones a leer páginas de divulgación científica en revistas populares o en -y aquí he de agradecérselo a Juan Luis, buen amigo y gran matemático- algún blog de contrastado nivel científico pero con vocación de llegar a profanos como yo. Me estoy refiriendo concretamente a los blogs que acoge la revista de "Investigación y Ciencia" que abarcan prácticamente todo el abanico científico (Astronomía, Física y Química, Matemáticas, Medicina, Neurociencia, etc.) y que para quienes les interese -¡os digo que es una publicación muy interesante!- dejo aquí el enlace y al final de esta entrada podéis ver la cabecera de su web.
Pues bien, fue a través de alguno de los artículos leídos en uno de estos blogs o en alguna revista en papel de divulgación científica que conocí "El tío Petros y la conjetura de Goldbach", una novela de 1992 escrita por el griego Apostolos Doxiadis que más tarde, en 1998, revisó y actualizó.
Mentiría si dijera que me acerqué al relato de Doixadis movido sólo por curiosidad científica. No, para nada; al menos hubo dos motivaciones más: La primera sin lugar a dudas fue la situación actual de Grecia, el alboroto mediático que sus problemas económicos y políticos levantan me ha llevado a interesarme por escritores de nombre griego; la segunda razón, mi interés por la educación que siempre me acompaña.
Apostolos Doixadis es un griego nacido en Australia en 1953. Estudió matemáticas en la universidad de Columbia y en París. Ha escrito dos novelas de éxito internacional, la que aquí reseño y "Logicomix", una novela gráfica que apareció en 2009 escrita en colaboración con Christos Papadimitriou. Además ha hecho incursiones en el mundo del cine. Dos realizaciones suyas así lo acreditan, Underground Passage y Terirem, de las que -he de reconocerlo- no sé nada de nada.
El tío Petros y la conjetura de Goldbach
SinopsisApartado de la vida social y familiar, el anciano tío Petros tiene dos aficiones: la jardinería y el ajedrez. Un día, por casualidad, su sobrino se entera de que Petros fue un niño prodigio de las matemáticas y un eminente profesor e investigador de esta disciplina en universidades alemanas y británicas. El lector descubrirá que durante años Petros Papachristos dedicó su vida a intentar resolver la conjetura de Goldbach, un problema en apariencia sencillo pero que durante dos siglos nadie ha conseguido dilucidar.
Mi comentario
Estamos ante un auténtico best seller; un best seller peculiar pues no es muy habitual que el tema de los mismos sea la supuestamente 'aburrida' vida de un genio de las matemáticas. Sin embargo Doixadis consigue lo esencial en este tipo de libros: mantener viva nuestra atención. Y esto pese a que en un momento central la acumulación de referencias a procesos matemáticos y la abundancia de nombres ilustres de esta ciencia, al menos a mí llegaran a abrumarme un poco. Lo que desde luego consigue Doixadis es entretener y hacernos interesar por el arcano mundo de las matemáticas.
Pero no sólo es un libro sobre las matemáticas, "El tío Petros y la conjetura de Goldbach" es mucho más y eso explica que su lectura sea incluida como obligatoria por los profesores de variadas materias educativas como la filosofía, la psicología, la literatura, la ética, y, por supuestísimo, las matemáticas. En efecto es una novela en la que se plantean muchos asuntos interesantes. El principal, sin dudarlo, yo diría que es la necesidad de marcarse metas alcanzables en la vida. Así escuchamos cómo el padre le dice a su hijo, el narrador, cuando le habla a propósito del tío de este último:
"El secreto de la vida es fijarse siempre metas alcanzables. Pueden ser fáciles o difíciles, dependiendo de las circunstancias, tu carácter y aptitudes, pero ¡siempre deben ser al-can-za-bles!"
En 1742, Goldbach planteó su famosa conjetura |
Su gran pecado fue el hybris, el orgullo desmedido. ¡Pretendía triunfar allí donde Euler y Gauss habían fracasado! (pág. 110).El genio matemático de Papachristos por orgullo y desmesura, ¡por hybris!, se quemará como Prometeo por intentar acercarse en exceso a la Verdad reservada exclusivamente a los dioses. En la novela se alude a matemáticos que tras dedicar varios años a esta ciencia decidieron abandonarla consagrando sus esfuerzos intelectuales a la teología ( Pascal y Newton, que cambiaron las matemáticas por la teología, pág. 116), o bien se vieron abocados a la locura ( El proverbial «matemático loco» estaba más cerca de la realidad que de la fantasía, pág. 116 ) como Georg Cantor, el padre de la teoría de conjuntos, que pasó los últimos años de su vida en un manicomio. Del mismo modo "Ramanujan, Hardy, Turing, Gödel y tantos otros fueron polillas locamente enamoradas de la luz brillante" (pág. 116) aunque tuvieron la suerte de no quemarse en ella.
Pero ¿por qué si tan peligrosa es la dedicación en cuerpo y alma a la Ciencia los hombres -los elegidos sólo, claro- se embarcan en ella? Sencillamente -se nos dice en la novela- porque la mayor felicidad, el mayor placer, la máxima satisfacción se alcanzan cuando se logra aunar los conceptos de Verdad y Belleza, algo que se atisba en la resolución y demostración de algún problema o teorema matemáticos. Este acercamiento sólo es análogo al que los poetas místicos refieren de sus encuentros con la divinidad o al del compositor que en su cabeza va dando forma a la música de las esferas. De ahí que la matemática pura se ponga en relación con la música o/y la poesía:
La amalgama de Verdad y Belleza revelada mediante la comprensión de un teorema importante no puede obtenerse mediante ninguna otra actividad humana, a menos que también la proporcione la mística (pág. 117)
De hecho, desde un punto de vista psicológico, el verdadero matemático se parece a un poeta o a un compositor musical; en otras palabras, a alguien preocupado por la creación de belleza y la búsqueda de armonía y perfección. Es el polo opuesto al hombre práctico, el ingeniero, el político. (pág. 20)
Final
La novela es una excelente obra divulgativa de una de las ciencias más temidas por los estudiantes. Sirve para hacer un repaso de los principales nombres de matemáticos ilustres desde Eratóstenes o Euclides hasta Kurt Gödel o André Weil. Para profanos como yo hay algún párrafo que resulta muy esclarecedor sobre esta disciplina:
Las matemáticas son como un árbol con raíces firmes «los axiomas», un tronco fuerte «la demostración rigurosa» y ramas que crecen constantemente y dan flores maravillosas «los teoremas». Los modernos matemáticos, geómetras, teóricos de números, algebristas y los más recientes analistas, topólogos, geómetras algebraicos, teóricos de grupos, etcétera, los practicantes de todas las nuevas disciplinas que continúan emergiendo en nuestros días (ramas nuevas del mismo y viejo árbol) nunca se han desviado del camino del gran pionero: axiomas, pruebas rigurosas, teoremas. (pág. 81).Por último son muchos los mensajes educativos que se pueden entresacar de este texto cuya funcionalidad esencial en mi opinión es esa. He aquí algunos de ellos:
- «El secreto de la vida, hijo mío, es fijarse metas alcanzables.»
- ¡La verdad no siempre es demostrable!
- «estreñimiento intelectual de la vejez»
- confíe. Comience a compartir, intercambie ideas, amigo.
Para concluir me permitiría hacer una recomendación: ahora que el nuevo curso está a punto de comenzar y muchos profesores están/-áis buscando lecturas escolares, creo que esta novela podría ser una buena elección, en especial para alumnos de bachillerato, en materias como las matemáticas, la psicología, o la filosofía; no tanto para literatura.
¿Conocéis otros títulos educativos semejantes a éste? ¿Sí? ¿Cuáles?
Este libro que nos presentas, me recuerda a ese otro titulado: El asesinato de Pitágoras de "Chicot" donde las matemáticas también tienen un protagonismo esencial o viendo la ilustración de la portada y ese magnífico ejemplar de Nautilius me trajo a la memoria otro más: El número de Dios de J.L Corral donde se nos habla del Nº Aúreo. ¡En fin! yo te puedo decir que soy de Ciencias y sin embargo siempre amé las letras, con lo cual y dadas las circunstancias y tu gran sinopsis de un libro un tanto peculiar y poco publicitado; haré por buscarlo.
ResponderEliminarUn abrazo
Magnífico comentario, Francisco. Me encanta que hayas puestos sobre el tapete dos títulos semejantes que bien podrían servirles a quienes por estas fechas andan buscando buenos títulos que ofrecer a sus alumnos.
ResponderEliminar¡Ojalá los de Letras amásemos las Ciencias como haces tú con las primeras!
Un abrazo
Yo, como Francisco soy de ciencias y aunque soy bióloga (la más letrada y filosófica de todas las ciencias) a lo largo de los años de enseñanza, he interaccionado con las otras ciencias y me he enamorado de las matemáticas y sobre todo de la física.
ResponderEliminarEl libro que reseñas, lo leí hace muchos años y me gustó bastante. Y me he acordado de otro que se titula "El teorema del loro" de Denis Guedj.
Un abrazo.
Lo que dices sobre la Biología es cierto, pero en mi opinión la Medicina es la ciencia más humanista pues aúna la biología, la filosofía, para algunos la teología. Pero sólo es mi opinión, claro.
EliminarEl teorema del loro". Fantástico, Rosa, otro título del que no tenía noticias. Le echaré un vistazo.
Besos
Es que la Medicina es parte de la Biología. Digamos que corrige los errores que el azar introduce en la Biología.
EliminarUn saludo.
Muchísimas gracias por la sensibilidad de tu comentario, el interés por las Ciencias y por la publicidad de "La República de las Matemáticas". Además, muchas gracias por descubrirnos libros fascinantes; en mi caso, "Una novela rusa" de Carrère.
ResponderEliminarLa verdad es que "El tio Petros..." es un libro magnífico que debería ser obligatorio en la clase de matemáticas para desterrar el estigma de que las matemáticas son frías e impersonales y mostrar que en realidad es una actividad artística donde la pasión es casi tan importante como la inteligencia. Por cierto, las malas lenguas dicen que el personaje del tío Petros está basado en el matemático griego Christos Papakyriakopoulos quien en vez de a la Conjetura de Goldbach dedicó sus desvelos a la Conjetura de Poincaré.
Me parece muy acertado lo que escribes sobre la Verdad y la Belleza. De hecho, ya que le citas, Hardy tiene un libro maravilloso titulado "Apología de un matemático" en el que reflexiona sobre este tipo de cosas y tiene sentencias tan afiladas como cuchillas de afeitar. Por ejemplo, <>. Muy recomendable.
Un saludo cordial!
Gracias a ti, David, por tu comentario. Si hay algo que me gusta de hacer el blog es este intercambio de conocimientos entre unos y otros. No sabía que el personaje estaba inspirado en una persona real; sé tan poco de la historia de las Matemáticas que por momentos pensaba que el tío Petros era real, luego ya me percaté de mi error.
EliminarEn mi opinión lo más interesante de la novela leída es el hincapié que se hace sobre la importancia de afrontar lo que se haga siempre con pasión pues en ello radica el vivir la profesión de manera feliz y no como una pesada carga; vosotros (Juan Luis y tú) creo que lo habéis logrado y se os nota en vuestra manera de comunicar.
Me encanta que alguna/s lectura/s que reseño en mi blog sean de tu interés. El de Enmanuel Carrère es fantástico y eso que en los comentarios que me han ido dejando me dicen que no es el mejor suyo. Ayer lei que acaba de publicar uno titulado "El Reino" y las críticas no pueden ser mejores.
Yo creo que parezca un personaje real es uno de los puntos fuertes del libro (yo también lo pensé la primera vez que lo leí). De todas formas, aunque dicen que esté realmente basado en este matemático griego, se pueden reconocer ciertos tics que yo he visto (o leído) de otros matemáticos por lo que le sale un retrato bastante acertado (e interesante) del matemático obsesivo.
EliminarAdemás, creo que el libro también se puede ver como un alegato a favor del equilibrio pues aunque vivamos con pasión nuestro trabajo, no lo puede ser todo. Hay que encontrar otras cosas que también nos hagan felices y nos permitan realizarnos como personas (Juan Luis es un gran ejemplo de esto).
Después de "Una novela rusa" leí "Limonov" y me pareció maravillosa. De hecho, volviendo a la distinción entre persona real personaje, en este libro, Limonov parece de novela por la vida que ha llevado. Creo que si Limonov no estuviera vivo quizás a un editor le hubiera parecido una historia demasiado fantasiosa como para ser verídica (no ya verdadera) y para arriesgarse a publicarla. Carrère es un maestro en las novelas de no ficción y en novelar la realidad, claro.
Yo soy de letras y una gran aficionada a las matemáticas; las ciencias, sin embargo, no son lo mío. Has hecho una estupenda reseña, muy bien llevada, y el libro, si lo consigo,- es la primera vez, a decir verdad, que veo esta portada-lo adquiriré y leeré.
ResponderEliminar¡Un abrazo, Juan Carlos!
Lo vendes muy bien y has hecho una reseña muy completa e interesante¡¡
ResponderEliminarestaré encantado de darle una oportunidad y te cuento en breve¡¡ un abrazo¡¡¡ gracias¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
Hola Francis:
Eliminar¡A ver qué te parece "El tío Petros y ..."! Leeré con agrado -como siempre hago- tu opinión sobre este libro de matemáticos.
Un fuerte abrazo