«Vio a un hombre rondando cerca de la valla. Sabía muy bien a qué se dedicaban los hombres que merodeaban cerca de parques y colegios. Su madre le había advertido a una edad muy temprana (antes de enviarla a confesarse por primera vez, cuando tenía nueve años) que nunca debía confiar plenamente en ningún hombre. «¿Y en papá?», preguntó la señora March, suponiendo que él sería la excepción a la regla, sobre todo porque su madre solo hablaba de su padre en términos elogiosos. “Jamás bajes la guardia”, contestó su madre.»
Con "La señora March" ha debutado en la literatura la española Virginia Feito. Estamos ante un thriller psicológico en la más que evidente línea de Alfred Hitchcock; de "La señora Dalloway" de Virginia Woolf, en especial de la versión cinematográfica de esta novela que aparece en la película "Las horas" dirigida con maestría por Stephen Daldry en 2002 y que cuenta con un magnífico elenco actoral [en este blog tengo reseña hecha de esta película. Quien quiera leerla que pulse aquí]; y a lo anterior viene a sumarse el desarrollo de una trama con destellos góticos tipo Patricia Highsmith, muy psicológicos naturalmente. Estos mimbres hacen de la novela un producto más que aceptable.
El título y la ilustración de la portada del libro son muy elocuentes respecto a lo que en su interior vamos a encontrar: un personaje central, la señora March, que esconde dentro de su cabeza un mundo oscuro, disociado de ella, que la duplica, que le hace confundir la realidad con lo que imagina, que la perturba profundamente enajenándola por completo, aislándola del entorno, llegando a tocar real o imaginativamente elementos sanguinolentos (de ahí esas gotas de sangre que caen del cuello de las dos caras de la señora March: la visible y la oscura que está dentro de ella.
El asunto es simple: George March, su marido, es un escritor de éxito que con su última novela ha vuelto a triunfar. Su novela ocupa anaqueles y pirámides de libros en cualquiera de las librerías del país. George, dada su popularidad y las magníficas ventas que su última novela está cosechando, debe acudir con frecuencia a presentaciones, homenajes, firmas de libros.
La señora March se siente un tanto abrumada por la popularidad y el éxito de su marido. En esta ocasión todos hablan del enorme parecido que existe entre ella y la protagonista de la novela. Esto no pasaría de ser un halago -servir de inspiración al gran novelista-, pero es que Johanna, el personaje central de la exitosa novela que según muchos lectores está inspirado en ella, es... ¡una prostituta! Para Agatha March (curiosamente no es hasta el final de la novela que conocemos su nombre) esto ya es demasiado. ¿Se reirán todos de ella por ese motivo? ¿Martha, la señora del servicio doméstico que trabaja en su casa, la mira mal por eso? Y George, ¿tendrá una doble vida?, ¿verdaderamente sus viajes y sus fines de semana con su editor Edgar pernoctando en la cabaña que ambos adquirieron en Gentry para ir de caza son ciertos o simplemente una tapadera para encubrir andanzas inconfesables?
La cabeza de la señora March va ganando en inestabilidad según que pasamos las páginas. Mentalmente ella vive en una realidad paralela que le hace imaginar cosas, ver animales como chinches y cucarachas invadiendo su dormitorio, e incluso personas para ella muy reales con las que habla, dialoga y hasta de común acuerdo toma fuertes determinaciones. En su cabeza confunde el pasado de su niñez, dependiente de su madre, y el presente, ahora ya ella misma madre de Jonathan, niño de unos ocho o nueve años al que apenas atiende y por cuyo mal comportamiento será requerida desde el colegio al que acude. Como maníaca depresiva que es todo su mundo se va a reducir a dilucidar, a investigar por su propia cuenta una sospecha que ella ha imaginado en su cabeza: si su marido es el culpable del asesinato de Sylvia Gibbler, una joven desaparecida cuyo cadáver se ha encontrado cerca de la cabaña de Edgar. Las noticias televisivas sobre este asesinato perturban a la señora March aún más de lo que lo está habitualmente.
Lo que más me ha gustado de esta novela es cómo Virginia Feito sabe conducir con mano diestra la perturbación mental que padece la protagonista. No soy experto en psiquiatría, claro, pero las actuaciones del personaje, sus desdoblamientos, sus visiones alucinatorias, sus faltas de atención a lo inmediato perdiéndose en recuerdos para ella muy vívidos pese a lo muy lejanos que están, me hacen presumir que estamos ante una paranoica esquizofrénica. Quizás alguien que me lea, en este momento esté riéndose a carcajadas por mi ignorancia y mi atrevimiento. Puede ser; mi diagnóstico lo saco de indagaciones realizadas por mí en la literatura divulgativa psiquiátrica y el contacto que a lo largo de mi vida pueda haber tenido con personas de las que se afirmaba que sufrían de ese mal. Nada más y desde luego nada científico.
Una vez que se tiene ubicado al personaje de la protagonista: una pobre mujer que se encuentra perdida y sola por culpa de su enfermedad mental en medio de una sociedad confortable, como lector sólo mantenía vivo mi interés según discurrían las páginas saber en qué pararía la historia. Es decir, desde aproximadamente la mitad de la novela pocas cosas de ella me iban sorprendiendo; el aliciente para proseguir con el libro era descubrir el final. ¿Sólo eso? Hombre, tampoco es una minucia dado que los thrillers funcionan así: dilatando el descubrimiento final del culpable o la acción insospechada de quien sea. Pero, por otra parte debo de confesar que aunque la novela se lee muy bien, con rapidez, sin dificultad alguna, los grandes elogios dedicados a esta opera prima de la "española inglesa" [algo más adelante aclaro debidamente esta denominación] hicieron que me creara elevadas expectativas que en gran medida no se han visto satisfechas.
Dejando de lado la trama cuyo final no se puede contar, he encontrado en la novela ciertas cuestiones, unas positivas y otras no tanto, que merecen ser señaladas. Entre las primeras destacaría sin lugar a dudas las muchas referencias literarias y cinematográficas que de manera no explícita la novelista deja esparcidas por todo el relato: la película de "La ventana indiscreta" de Hitchcock, las novela "La señora Dalloway" de Virginia Woolf y/o "El talento de Mr. Ripley" de la Highsmith, etc. Del lado positivo también se inclina en mi opinión esa galería de personajes femeninos muy bien diseñados: la madre de la señora March; la doméstica Martha gracias a la que la casa de los March no ha caído en el desastre absoluto; la vecina Sheila Miller de cuyo hijo Alec Jonathan es muy amigo; incluso la asesinada Sylvia Gibbler tiene una presencia y una identidad relevantes.
Menos arriesgados y ya más dentro del terreno del tópico estarían las alusiones a hombres y mujeres que la novelista deja caer en su narración. Tal es el machismo que Agatha March ve presente en su padre que sólo concebía para ella el destino del matrimonio:
«Había estudiado Historia del Arte (una carrera que su padre había considerado «absolutamente inútil»; seguramente se había imaginado a su hija dibujando las trenzas de sus compañeras de clase todo el día y limándose las uñas mientras esperaba a que apareciese algún marido en potencia)»
Así como el comportamiento y pensamiento masculinos que se ven en la cita anterior entran dentro del lugar común, las mujeres de estos hombres, obsesionadas exclusivamente por su figura («Se sentaron a la mesa, y mientras los hombres atacaban la comida con la velocidad y el silencio que suscitaba el apetito masculino, las mujeres se llenaban el estómago de agua y, de vez en cuando, añadían alguna verdurita al vapor»), pertenecen también al campo propio de los clichés empleados habitualmente para presentar un tipo de sociedad, de parejas, de seres humanos.
Julianne Moore en la película 'Las Horas' |
Por contra hay cosas que me han parecido reveladoras del momento actual. Una de ellas -recuerdo ahora la magnífica reseña de mi amiga Rosa Berros en su blog Cuéntame una historia- sería el audiolibro que según se lee en un momento de la novela y que yo cito un poco más abajo una voz masculina leía con un relajante acento británico. También me ha llamado la atención el uso que hace la escritora del término 'género' en sustitución del adecuado de 'sexo' para determinar si las personas a las que se refiere son hombres o mujeres:
«Era difícil distinguir sus caras o determinar su género, pues todas iban envueltas en gruesos abrigos y llevaban gorros de invierno calados hasta las cejas.»
Igual que se desprende de la cita anterior considero praxis feminista propia de la actualidad esa cierta morosidad que la escritora practica en las explícitas referencias que realiza a excrementos y fluidos
- «De unos altavoces salía una voz masculina que leía un audiolibro con un relajante acento británico. Captó algunos fragmentos mientras se subía la ceñida falda y se bajaba las medias con cuidado de no hacerles ninguna carrera. Todavía se percibía el olor que había dejado la mujer que había utilizado aquel cubículo antes que ella. El olor de sus tripas, a carne cruda. La señora March tragó saliva para contener las náuseas y se agachó sobre el inodoro con cuidado de no tocar la taza con la piel, tal como le había enseñado su madre.»
- «La señora March ahogó un grito y el chorro de orina se desvió hacia el suelo. [...] Se limpió como pudo con papel higiénico antes de subirse las medias [...] una gota de orina se deslizó por su pierna»
- «comprendió que Martha creía que había manchado las sábanas de sangre menstrual. Se sonrojó. Desde hacía unos meses, su regla («la maldición», como la llamaba su madre) se había vuelto irregular: cada vez se le retrasaba más, y últimamente, además, tenía sofocos frecuentes y le dolían los pechos.»
La 'española inglesa'
Tiene la curiosidad este relato novelesco de haber sido escrito en inglés a pesar de que la novelista naciera en Madrid en 1988. De ahí que yo haya tomado del gran Cervantes el título de una de sus novelas ejemplares y haya llamado a la novelista 'española inglesa'. "Española" porque nació en Madrid en 1988; sin embargo al ser hija de José Luis Feito, economista y exembajador de España ante la OCDE en París, ha tenido la oportunidad de vivir en la capital francesa y viajar en muchas ocasiones a Nueva York, ciudad en la que vivió un año. Su educación la ha realizado en colegios estadounidenses y ese es el motivo de que le aplique el adjetivo "inglesa", dado que al haber sido el inglés su idioma de formación en sus propias palabras se haya sentido «más cómoda escribiendo el libro en inglés». Para publicar su novela Virginia Feito se puso en contacto con editores ingleses y norteamericanos apareciendo la novela en los Estados Unidos en 2021 donde ha sido acogida de manera entusiasta por público y crítica. En nuestro país lleva en las librerías, también con enorme éxito, desde enero de este año 2022. Acabo de consultar un listado de los libros más vendidos en España y "La señora March" de Virginia Feito lleva dieciséis semanas entre los veinte títulos preferidos por los compradores.
Por lo que se lee y se escucha por ahí muy pronto veremos esta novela llevada al Cine dado que sus derechos cinematográficos ya han sido adquiridos por una importante productora. Se sabe incluso que será Elizabeth Moss, la actriz que con tanto éxito protagonizó la adaptación televisiva de "El cuento de la criada" de Margaret Atwood [novela reseñada aquí] quien se meterá en el papel de Agatha March.
En definitiva estamos ante un éxito en toda regla, en mi opinión más por lo bien que la autora lleva el desarreglo mental de la protagonista que por una alta excelencia literaria. Creo que Feito en próximas creaciones se confirmará, o no, como una buena autora y sabrá pulir detalles que a mí en esta lectura me sobran o me faltan, según.
Un debut literario siempre llama la atención. Pero es que los nombres que invocas alrededor de ese debut ponen los dientes todavía más largos. Muchas gracias por la sugerencia. Lumen es un sello generalmente muy serio y fiable.
ResponderEliminarHay muchas lecturas en esta joven escritora, Rubén.
EliminarSaludos
Hola Juan Carlos,,
ResponderEliminarTenemos la novela en casa desde hace poco tiempo, le tocó a mi compañero y esposo leerla y reseñarla, lo que significa que yo lo haré más tarde. Pero ese más tarde es relativo porque nunca sé cuándo sucederá 🙄 espero no tardar mucho porque sois muy entusiastas con ella, y yo que soy muy de "culo veo culo quiero" 😂
Besos
Es una novela que está muy de actualidad. En mi caso me ha podido más la actualidad de la misma que el tesoro literario que esperan¡ba encontrar en su interior. Pero, sí, bien, está bien y se lee con gusto.
EliminarUn beso
Lo primero, muchas gracias por la mención. Me descolocó totalmente la alusión a un audiolibro. Luego, por lo que le he leído a la autora en alguna entrevista, esa desubicación temporal es premeditada. No he entendido muy bien lo que pretende, pero así es.
ResponderEliminarEl libro me ha gustado, pero para mí más que un thriller psicológico es un libro de personajes, de personaje más bien. La señora March es un personaje total y su desarrollo en la historia muy logrado. La intriga que pueda haber se ve superada totalmente por el desarrollo de esa personalidad tan desequilibrada.
Un beso.
Me uno a ti en eso de no entender debidamente lo que pretende la escritora desubicando intencionadamente la historia relatada.
EliminarYo creo que sí que hay thriller, aunque el mismo discurra en una cabeza muy desordenada como es la de la señora March. Psicológico por cuanto es la mente y su terrible confusión la que lo dirige y llega a esos 'descubrimientos' o 'descubrimiento' (no quiero destripar la historia).
Sobre la mención, te diré que debería de hacerlo con más frecuencia pues muchas de mis lecturas nacen de tu experiencia lectora y tus reseñas las leo y me iluminan habitualmente.
Un beso
Una novela que ya tenía apuntada. Pero tengo mucho pendiente así que le va tocar esperar, pero me llama mucho su trama y sobre todo, su personaje. Excelente reseña.
ResponderEliminarBesotes!!!
Seguro que te gustará, Margari. Estaré atento a tu reseña.
EliminarUn beso
A mi no me ha gustado. Repetitivo, predecible, con tramas sin resolver, nada que ver con Patricia Highsmith, demasiado Marketing.
ResponderEliminarPues sí, la verdad es la que señalas. Mucho marketing y nada que ver con Patricia Highsmith, desde luego.
EliminarSaludos
Totalmente de acuerdo, no me gustó nada y menos aún que la compararan con Highsmith. Disculpa que no ponga mi nombre pero no sé cómo hacerlo. Saludos.
EliminarCoincido en que es totalmente predecible, como cualquier película neoyorquina que has visto mil veces sobre la alta sociedad. Me aburrió hasta el punto de que ya lo regalé.
EliminarHola, Juan Carlos. Aquí Paloma (no sé qué pasa hoy con Google, pero no me reconoce la cuenta).
ResponderEliminarSabes que a mí la novela me fascinó por casi los mismos motivos que tú reseñas como positivos. Ese anuncio final del nombre me pareció una muestra más de quién es la señora March. Que no sepamos el nombre hasta el final creo que demuestra cómo esa mujer no es ella, es lo que piensan, dicen, opinan los demás sobre ella, no tiene nombre "propio", es "de" otros. No sé, a lo mejor estoy sacando conclusiones donde no las hay, pero así lo interpreté yo. Y mira que a mí la falta de datos, como podría ser no saber cómo se llama realmente, me suele poner nerviosa, pero en esta ocasión no fue así.
Te reconozco que no saber en qué época se desarrolla la acción me incomodó bastante. Al principio sí pensé en esos años 50, como tú, pero quizás la estética de la portada influyó mucho. Desde luego el no aparecer ordenadores, internet y teléfonos móviles indican que en el presente no es. Sin embargo, descarté los j50 cuando, en un momento dado, habla de que la señora March lleva un traje pantalón, ahí sospeché que fueran los 70, incluso los 80. En cualquier caso una época donde se hablaba de "sexo" y no de "género" (de eso no me di cuenta, has sido tú el que me lo ha hecho ver).
Sea como fuere a mí, a pesar de esas pegas, me ha encantado. Al contrario que tú, no tenía ni buenas ni malas expectativas sobre la autora y me sorprendió lo que me encontré en la novela, ni más, ni menos.
Un besote grande.
Otra cosa más (soy Paloma de nuevo): yo no vi en esta novela una historia 'policíaca', ni un remedo de la Highsmith. Me parece que es la historia de una mujer desequilibrada y los mimbres con los que su mente se empezó a perturbar. Si mata o deja de matar, si el marido es o no un asesino no me pareció relevante porque no sentí leer una trama de novela negra. Para mí es otra cosa.
ResponderEliminarMás besos.