Acabo de leer "La Carcoma", la novela de Daniel Fopiani que se alzó el pasado 15 de junio con el Premio València Jove de Narrativa 2017. En mi opinión, un más que merecidísimo galardón pues, como acertadamente dice Benito Olmo a Daniel Heredia en el prólogo a la misma, "a Fopiani pocos le conocen de momento, pero es bueno". Corroboro desde esta humilde tribuna la opinión del autor de "La maniobra de la tortuga".
Conocí a Fopiani gracias a la gentileza que tuvo él mismo de contactar conmigo para ofrecerme la lectura de su novela. Le dije que sí y, sin ser muy consciente de ello, la fui postergando al interponerse otras en principio más apetecibles. Con Daniel Fopiani, -Cádiz, 1990. Escritor, sargento de Infantería de Marina. Columnista y director de la revista literaria RSC. Premio Valencia Nova de Narrativa 2017-, literariamente me ocurría lo mismo que al escritor, periodista, gestor cultural y crítico literario Daniel Heredia: no lo conocía de nada. Al aplazamiento de la lectura de "La Carcoma" vino a añadirse que cuando eché un primer vistazo al ejemplar que amablemente 'Versátil', su editorial, me había hecho llegar yo estaba enfangado en la lectura de "Berta Isla" de Javier Marías.[leer la reseña de esta novela aquí].
Sí el estilo de Marías es característico de por sí, su perfeccionismo lingüístico, como bien es sabido, alcanza cotas difíciles de igualar. Pues hete aquí que en esa hojeada a las primeras páginas de "La Carcoma" leí lo siguiente: "La humedad vespertina caía sobre las calles como una manta y, sin que el sol apenas se hubiese asomado aún por la cima de los edificios, el humo de los motores ya viciaba el ambiente.". ¿Cómo? - me dije-. ¿'vespertino' por 'matutino'? Y cerré la novela, que no volví a abrir hasta que entre ella y yo se interpusieron dos o tres lecturas además de la ya citada de Javier Marías.
El finde pasado decidí retomarla con cierta prevención. Pero qué agradable sorpresa la mía: según iban pasando las páginas el asunto que se planteaba, su ejecución, el ritmo narrativo y el misterio que en ella se planteaba fueron ganándome hasta el punto de no poder soltarla hasta que di término a sus 225 páginas. ¡Buah, qué historia tan bien contada! Está claro que no se deben tomar decisiones precipitadas como la mía inicial que por suerte y para disfrute mío corregí a tiempo.
Lo que acabo de contar me reafirmó en la idea de cuántas veces como lectores nos sucede que el momento de atacar una novela determina la opinión que la misma nos mererecerá. Así que agradezco mucho ese espacio temporal que interpuse entre esa apresurada opinión y el goce que la novela de Daniel Fopiani me ha proporcionado durante los días de este fin de semana.
"La Carcoma" es un thriller muy bien construido cuya perfecta estructura se alcanza a ver y comprobar al culminar la lectura en su última página. Estamos ante la historia de un exitoso escritor de best sellers, empantanado en un período de crisis creativa, que se siente perseguido por el tiempo que su editor le dio para entregarle el manuscrito de la tercera novela que él ya ha cobrado. La situación, muy difícil para Ramsés Espinosa, que así se llama el personaje, parece empezar a solucionarse cuando su íntimo amigo Juan Jesús Fernandez Garrido le ofrece una casa que ha recibido en herencia en La Carcoma, un perdido pueblo de la sierra gaditana. Allí, lejos del mundanal ruido, podrá Ramsés dar suelta a su capacidad creativa y producir esa novela que necesita para salir del tremendo apuro en que se encuentra.
Nada más llegar a la localidad de apenas 100 habitantes Ramsés ve que el ambiente contra su persona es evidente. Por si esto fuera poco unos misteriosos números irán aparececiendo en distintos lugares de la cabaña que habita. Se asusta y denuncia el caso en el cuartel de la Guardia Civil del pueblo donde el sargento Loredo, joven como él, pondrá el máximo interés por resolver el misterio. Un misterio que según pasan las páginas se va complicando más y más pues en la casa aislada donde el escritor quiere crear hace 8 años que murió misteriosamente quemado Israel Garri, el tío de su amigo Juan Jesús; una muerte jamás esclarecida.
Los personajes son variados y están bien modelados. De Ramsés ya he señalado su momentánea, pero pertinaz en el tiempo, sequía creativa. De su lado, o sea personajes que colaboran con él, están el sargento Loredo, un joven guardia civil que quiere salir de ese agujero al que el destino lo ha arrojado por culpa de la resolución caprichosa del concurso de traslados dentro del cuerpo; tiene Loredo como peculiaridad un defecto articulatorio, el rotacismo, que confiere al relato un punto cómico de mucho interés. También entabla con Ramsés una buena relación Gema Delgado, la hija de Dolores que regenta la cafetería de la localidad. Gema no se lleva bien con su madre y se enamora de Ramsés, en quien ve la posibilidad de escapar a un oscuro y anodino porvenir. Su amigo Juan Jesús es también un claro ayudante suyo.
Frente a Ramsés se sitúa prácticamente el resto de seres que pueblan el relato: Luisito, un niño de 12 años con problemas psicológicos que le hacen no recordar muchas de las acciones que realiza; la madre de Gema, Dolores, que ve en Ramsés un peligro si es que su hija, como ella sospecha, se enamora de él; y Ernesto, el dueño del único almacén donde todos, también Ramsés, han de acudir a comprar provisiones y bebidas.
La organización. Si algo hay de característico en esta novela es la disposición de la historia. No quiero desvelar lo que la estructura de la misma esconde, sólo diré que es una sorpresa que sirve para dar un vuelco a todo lo que el lector ha ido imaginando durante el curso de la lectura.
Estamos ante un auténtico thriller en el que el suspense es esencial; un suspense con notas de terror psicológico y que, según reza el título de los sucesivos capítulos, queda materializado en esa cuenta atrás (12, 11,10, 9...) hacia un desenlace que se prevé mortal habida cuenta de lo ocurrido a Israel Garri, el anterior habitante de la cabaña donde Ramsés se ha retirado para escribir su nuevo éxito literario...
Una novela que podríamos encuadrar dentro del posmodernismo literario en la que el propio autor se viene a confundir con ese personaje que se esfuerza en crear un nuevo relato rompiéndose así la frontera entre realidad y ficción; un relato que reflexiona sobre sí mismo (metaficción) y que se va haciendo dentro del propio discurrir de la trama; una obra que es en sí misma una alegoría, una metáfora de la propia literatura; también -y esto es muy propio de la posmodernidad en literatura- la incursión en la novela de la cultura de masas que se percibe en la citación de títulos de películas populares ('El show de Truman'), series televisivas muy visionadas ('Dos hombres y medio', 'Dr. Who'...), temas musicales de éxito ('I feel good', 'Hound dog'...). Y, por último, la parodia, presente sobre todo en esa difuminación de los límites real vs inventado:
"Pero leer y escribir son dos cosas muy distintas. Uno puede leer cientos de libros de técnicas narrativas, clásicos literarios y premios Nobel de Literatura. Puede, incluso, asistir a esos cursos de escritura creativa que se suelen organizar para sacar las perras a los cuatro bobos que pecan de inocente ilusión. Frecuentar tertulias literarias, donde la envidia, el egocentrismo y las puñaladas cobran más protagonismo que 'el escritor de la semana'. Uno puede autoproclamarse escritor, encontrar a un grupo de amigos y familiares que le sirvan de palmeros en cada una de las presentaciones y eventos relacionados con las letras y, ya de paso, puede hacerse alguna que otra foto de brazos cruzados y ojos entornados, como si la sabiduría absoluta se guardase en esa cabeza de literato." (pág. 42)
¡Vaya por Dios!
Como si de cerrar círculos se tratase, al igual que hace Fopiani en su magnífico relato volviendo al final al momento inicial, así voy a hacer yo en este post. No es una crítica al autor (para nada, Daniel); de serlo a alguien, sería a la editorial, y casi tampoco. Lo que pasa es que no puedo olvidar mis años de profesor y los miles y miles de redacciones que me habré leído; por eso durante la lectura me ha rechinado la frecuente confusión de 'sino', conjunción adversativa, con 'si', conjunción condicional, más 'no', adverbio de negación, en pág. 108 ("No era el dolor físico lo que la hacía pequeña, si no la humillación"), 149 ("Lorenzo quiso pensar que aquella noche no se había cruzado con un mal policía, si no con un hombre insatisfecho con su vida"), 169, 200, 223... También, aunque no tan sistemático como la anterior, la confusión de preposición más pronombre interrogativo -'Por qué'- con el sustantivo 'Porqué' ("¿Porqué no se pasa por aquí y deja que le haga un par de preguntas?", en pág. 125; o la aglutinación de la preposición 'a' con el sustantivo 'punto' cuando estamos ante una locución: 'a punto' ("El show estaba apunto de comenzar", en pág. 189).
Defectillos de escritura -incorreciones- son, que no de redacción. Pero afean, como la impropiedad semántica señalada al principio. Estas pegas que pongo, ¡vaya por Dios!, son propias de maestrillos antiguos y por lo que veo diariamente en periódicos, revistas y rotulaciones televisivas, no se las tiene ya mucho en cuenta. Pero, qué queréis que os diga, a mí me da mucha pena que un producto excelente quede algo emborronado por errores tontos como los que señalo.
Para finalizar
Veo que Cádiz, la tacita de plata, sigue dando escritores importantes. En esta novela, magnífica en todos los sentidos, se unen tres: el propio autor con la historia que crea; el prologuista Benito Olmo que escribe una estupenda -¡y muy literaria!- presentación de Fopiani que invita a ponerse a leer enseguida; y por último, Daniel Heredia, el mayor del trío quien, por edad -nació en 1971, mientras que Fopiani es de 1991 y Olmo de 1980- parece más renuente a admitir nuevos valores literarios. Pero tras los elogios que el prologuista hace de "La Carcoma" y de su autor "algo me dijo que iba a tomar en consideración mi advertencia e iba a seguir los pasos de Fopiani", concluye Olmo en su original prólogo.
Acabo declarando de nuevo la agradabilísima sorpresa que me ha supuesto esta novela que al principio pensé que no me iba a gustar. Pues sí, me ha gustado y mucho. Me atrevo a recomendarla a todo aquel que quiera tener en sus manos un thriller con suspense, muy bien escrito, novedoso y muy entretenido. Una delicia.
Ay, Juan Carlos, me dejas muy intrigada. Por una parte me atrae mucho esta novela y el ver que te ha gustado tanto me anima mucho, pero eso de terror a mí siempre me aleja y el que traspase la frontera de lo real para irse un poco a lo sobrenatural también me frena. No sé, solo esos dos aspectos, por lo demás pinta muy muy bien.
ResponderEliminarBesos
Hola Mª Angeles:
EliminarNo, no hay nada de sobrenatural en la novela. Hay una bien medida mezcla o confusión entre lo real e irreal, pero no hay nada de fuera de este mundo. Creo que te va a gustar porque se lee muy bien.
Besos
Ay, paso por tus impresiones de puntillas, bueno más bien levitando porque la tengo en casa y será mi próxima lectura. Tengo muy claro que la novela me va a gustar, seguro que tanto como a ti (a pesar de esos errores ortográficos, que a mi me hubieran pasado desapercibidos porque continuamente los confundo). Besos
ResponderEliminarJa, ja, ja..., ¡ay, Marina, es que han sido muchos años atado al duro banco de la corrección! Y, claro, eso imprime carácter. Es un caso claro de deformación profesional. Por lo demás creo que disfrutarás con la novela y te va a sorprender que un chico de sólo 26 años escriba de este manera.
EliminarUn beso
Desde luego tiene una pinta muy atractiva y apuntada queda aunque ya veremos para cuándo puedo animarme.
ResponderEliminarBesos
Para quienes somos lectores, Inés, los días deberían ser de más de 24 horas, ¿verdad? El tiempo, siempre el puñetero tiempo, nos impide leer más y más.
EliminarUn beso
Lo tengo en espera, también enviado por la editorial después de ponerse el autor en contacto conmigo. Ya andaba pendiente de empezar con él, pero ando tan liada que lo posponía. Me lo has recordado y en cuanto acabe con el de la tertulia del instituto, empiezo con él.
ResponderEliminarTe he leído por encima para ir sin influencias.
Un beso.
Así debe ser, Rosa, entrar en la lectura sin influencia alguna. A ver qué te parece. A mí me fue ganando según lo iba leyendo. Creo que para ser obra de un autor relativamente novel está muy bien. Ya me dirás.
EliminarUn beso
Yo también considero que es un más que merecidísimo premio, un reconocimiento a un autor que sin estar en boca de todos como ocurre con otros tantos que menos lo merecen, se hace hueco en este mundillo a base de buena pluma y un estilo elegante, cosa que no todos tienen cuando se trata de este género que muchos utilizan para poner en práctica las mismas técnicas una y otra vez.
ResponderEliminarBien por la Carcoma, un thriller con elegancia.
Un beso.
Me encanta, Yolanda, que coincidas conmigo en la apreciación de este escritor, pues tú eres buena degustadora de nuevos valores.
EliminarBesos
Juan Carlos, muchas gracias por la reseña. Cuando supe que La Carcoma se iba a publicar no dudé ni un segundo en contactar contigo, te seguía desde hace tiempo y ya sabía que eras un lector honesto, objetivo y del que se puede aprender mucho. Muchas gracias por tu tiempo, de corazón. Espero poder mandarte algo nuevo el año que viene y que los libros siempre nos mantengan unidos.
ResponderEliminarUn abrazo.
www.danielfopiani.com
@danielfopiani
Gracias a ti, Daniel, por el buen rato que me has hecho pasar leyendo esta novela. No creo equivocarme si te digo que tu nombre, pronto, resonará en revistas y medios de comunicación pues tus novelas lucirán en los expositores de las librerías. ¿Que no? Tiempo al tiempo, amigo mío.
EliminarUn fuerte abrazo
Juan Carlos, que estas palabras vengan de ti es muy importante para mí. Todos sabemos que vender libros en España está bastante complicado, no digo ya hacerse un hueco entre los grandes. Lo único que puedo asegurar es que seguiré trabajando para que cada libro sea un poco mejor que el anterior, no hay otra manera de escribir que la de obligarse a aprender y mejorar con cada texto.
EliminarEspero que algún día podamos coincidir en algún evento y me dejes invitarte a un par de cervezas.
¡Un abrazo!
A la espera de ese día, Daniel, yo por mi parte acabo de dar mi reseña sobre "La Carcoma" para que figure en un post colaborativo que la revista digital MoonMagazine va a sacar en el mes de diciembre. Espero que así tu novela pueda ser conocida por un público más amplio.
EliminarUn saludo
Después de tu reseña no me queda otra que anotarla para hacerla un hueco entre tantas lecturas pendientes. Me gusta conocer autores y me fío de tu criterio, ya te contaré si lo leo.
ResponderEliminarSaludos.
Espero tu opinión, amiga.
EliminarUn beso
Este verano leí "Rendición" de Ray Loriga, premio Alfaguara 2017. Investigando en Internet di con una entrevista a Elena Poniatowska (uno de los miembros del jurado), donde comentaba de pasada que el manuscrito tenía algunas faltas de ortografía, lo que no le impidió valorar su calidad literaria. En cualquier caso, la versión final que llegó a las tiendas era impecable en este sentido (hasta donde yo puedo llegar). Me apena que Versátil haya descuidado la corrección, parte esencial de la labor editorial: o se ha ahorrado el dinero o lo ha subcontratado a gente poco profesional (lo que es peor aún). En cualquier caso, tirón de orejas.
ResponderEliminarTengo el libro de Fopiani en casa, pero tan solo he leído el prólogo. En mi caso es debido a la falta de tiempo, estoy en varias cosas y me he visto obligado a reducir el tiempo de lectura al mínimo (en el último mes... ¡un libro!). Al principio iba a echar un vistazo rápido a tu reseña, pero la he leído enterita. Ya solo el libro es super atrayente. Espero hincarle el diente en breve.
Un abrazo.
No ves, Gerardo, está claro que ya sólo a los de cierta edad (¡por favor no tantos como la Poniatowska! ja, ja) nos chocan los errores ortográficos y/o los gramaticales. Y estoy con ella en que eso no minusvalora la calidad literaria de la narración; sólo la afea, eso sí, pues la lectura entra primero por la mirada y ahí, en negro sobre blanco, ¡zas!, luce el error, ¡vaya por Dios!
EliminarSi deseas desconectar un poco de tus muchas ocupaciones, "La Carcoma" puede resultarte una buena lectura. Ya me dirás.
Un fuerte abrazo
¡Hola Juan Carlos! El libro tiene buena pinta, me gustan los thrillers (como ya sabrás), el terror psicológico (solo en la ficción, ¿eh?, mi vida real la quiero tranquilita, jeje). Lo de los errores ortográficos a mí también me suelen chirriar bastante (aunque fíjate que yo pensaba que para estaban los editores literarios, para corregir los manuscritos de los escritores)
ResponderEliminarUn beso
Hola, Marian:
EliminarSiendo bibliotecaria entiendo tu aversión a los errores literarios. Cierto es que con frecuencia los ejemplares que las editoriales reparten entre blogueros y tal son aquellos no revisados del todo (¡quiero creer esto!) y que luego cuando el título se reafirma en el mercado sale perfectamente corregido. Como sé que te gustan los thrillers, creo que este título te va a gustar.
Besos
¡Buenas de nuevo!
EliminarComo bien dices, Juan Carlos, hay una versión corregida de la novela. Según me consta, sacaron una primera tirada de estos ejemplares que corrigieron a los pocos días, cuando les llegaron las primeras impresiones de los lectores. Supongo que la mayoría de las copias que están ahora en el mercado tiene todas esas erratas revisadas.
¡Un abrazo y gracias de nuevo por todo!
Seguro que sí, Daniel. Pero estarás conmigo en que las editoriales debieran de cuidar estos detalles, que sí, son pequeños, pero pueden espantar a un buen número de lectores.
EliminarSólo por curiosidad cuando visite una buena librería buscaré tu título y miraré si de verdad han corregido esas erratas. En una época como la que hoy mismo se inicia -la de compras navideñas- es importante cuidar todos los detalles. Hay mucha competencia.
Un saludo
Hola Juan Carlos interesante la propuesta que presentas y me he dado cuenta que lo de la edad debe ser lo que nos hace más puntillosos porque en mi caso me molesta mucho encontrarme con ese tipo de errores que achaco a la editorial que pensaba que era la que se cuidaba de que las ediciones salieran perfectas al mercado. Creo como bien dices que eso resta calidad a una buena obra porque a algunos de los lectores eso nos molesta. De todas maneras eso no impide que la propuesta sea muy interesante y si encima han corregido esos fallitos mucho mejor.
ResponderEliminarMe encanta leer tus reseñas porque siempre eres muy honesto con las lecturas y con los que te leemos y eso no siempre se hace así.
Besos y feliz fin de semana
Hola, Conxita:
EliminarEs cierto que con la edad te fijas en aspectos y cosas que cuando eres joven minusvaloras o no tienes en cuenta para nada. En el caso de los libros, las editoriales antaño tenían en nómina a los correctores de estilo: personas cuya función era vigilar que todo estuviese debidamente escrito, sin errores. Pero de un tiempo a esta parte por eso del ahorro de costes los han eliminado pensando, equivocadamente, que el corrector de word era más que suficiente; y es evidente que no.
No sabes lo que me agrada saber que te gustan mis reseñas y mi manera de enjuiciar. Muchas gracias, amiga.
Un beso
Me encanta el thriller y con esta reseña me pones los dientes largos. Me lo pensaré.
ResponderEliminarUn beso ;)
Ni te lo pienses, Natàlia, ¡a por ella!
EliminarBesos
Justo la terminé ayer y estoy de acuerdo en líneas generales con tus impresiones. La he disfrutado mucho. Me ha gustado tanto el ambiente tan opresivo que se acaba creando como la tensión que se masca y, por supuesto, ese final
ResponderEliminarLo que no me ha gustado tanto son esas pequeñas erratas, muy fáciles de corregir con una nueva lectura ; pero no me han afeado la lectura que ha sido de lo más satisfactoria
Un abrazo
Plenamente de acuerdo contigo en todo. Una novela muy digna que lee a plena satisfacción.
EliminarUn abrazo