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30 mar 2021

Las experiencias de un médico para todo. Francisco Coronel Díaz

"He sido un médico afortunado y no sólo por la satisfacción de ejercer una profesión tan vocacional como la medicina, sino porque he tenido suerte con mi trabajo. He disfrutado ejerciéndolo y casi siempre mis pacientes me han demostrado su confianza" (Pág. 155)

Mi muy buena amiga María, afincada en Las Rozas (Madrid), me regaló hace poco un librito de Francisco Coronel Díaz, a quien no tenía el gusto de conocer. Sin embargo, al acabar de leer "Las experiencias de un médico para todo", salgo con la sensación de conocerle desde hace tiempo, tal es la sencillez, cercanía y afabilidad con que Francisco se muestra en esta colección de anécdotas.

Editorial Círculo Rojo, Libros Amazon, El blog de Juan Carlos
Inicia Coronel la relación de situaciones curiosas vividas durante el ejercicio de su profesión por el principio, o sea, por cuando ya en los últimos años de estudio en la facultad de Medicina de la Complutense junto a otros compañeros comenzó a hacer prácticas gratuitas los fines de semana en las Urgencias del hospital de Atocha. Lo que hubo antes de esto, su adolescencia en el colegio de la calle Ibiza esquina Dr. Esquerdo, lo cuenta de pasada en el prólogo su amigo y compañero en el bachillerato el director de cine José Luis Garci, quien como es lógico destaca del libro todo aquello que tiene que ver con el séptimo arte, como por ejemplo la relación que el doctor Coronel tuvo con el director argentino afincado en España León Klimovsky o las anécdotas protagonizadas por muchos actores y artistas españoles (Lili Murati, Lola Flores, Luis Prendes...) durante el tiempo que el autor fue médico de la Sociedad de Autores. Coincido con el cineasta en casi todas sus apreciaciones, especialmente en las literarias cuando dirigiéndose directamente a su compañero de Bachillerato le dice: 
"Cuentas muy bien, Francisco, con amenidad de la buena [...] escribes con sencillez, ligereza y esa melancolía leve que no se nota. [...] Los médicos siempre habéis tenido algo especial con la literatura, también con la pintura o la música. Ese 'tacto' único, tú también lo tienes."
Efectivamente, Francisco Coronel cuenta muy bien y por ello el paseo que realiza por su vida profesional se lee con muchísimo gusto. Yo me lo imaginaba al principio casi casi como al barojiano Andrés Hurtado luchando por la vida, por hacerse un hueco en el oficio, por asegurarse las lentejas, siempre con una enorme vocación y entrega. Pienso que muchos jóvenes actuales debieran de leer esta obra para aprender de primera mano que no es fácil llegar arriba, que nadie regala nada y que al mérito se accede a través del trabajo y la bonhomía. 

No voy a destripar las anécdotas, algunas muy divertidas con las que no he podido contener la risa. Sólo diré que Francisco vivió situaciones cómicas y/o comprometidas, felizmente resueltas, en todos los ámbitos donde ejerció la medicina: en las urgencias del hospital de Atocha; en su etapa de médico militar especialmente por la confusión que en el medio castrense provocaba su apellido Coronel, sobre todo cuando alcanzó la graduación de teniente y pasó a ser, naturalmente, el Teniente Coronel; en el servicio privado de urgencias -ese teléfono 2222222 que no le dejó dormir tantas noches y que más de una vez le dejó a deber algún dinero-; en las muchas suplencias que hizo en consultorios de la Seguridad Social; en sustituciones hechas a compañeros, alguna de las cuales, como la que hizo al doctor Antelo que llevaba la consulta de la Sociedad de Autores, exigía tener despacho donde realizarla, lo que provocó que su domicilio particular se trocase de dos a tres de la tarde en consultorio médico donde Ami, su mujer, ejercía de recepcionista y las niñas de la pareja  debían de permanecer a ser posible en silencio, algo difícil, ciertamente, suscitándose por ello situaciones simpáticas con algunos pacientes, muchos de los cuales -la mayoría, claro- pertenecían al mundo de la farándula; o en las antiguas casas de socorro del Ayuntamiento donde realizó suplencias y guardias de 24 horas, llegando incluso a opositar y ganar una plaza de médico funcionario en la Beneficencia municipal.., etc. 

Estudioso siempre y muy atento a cuantas oportunidades laborales salieran, por fin Francisco Coronel Díaz, tras convertirse en médico de familia de la Seguridad Social por oposición, opta y consigue plaza de médico adjunto de Nefrología en el Hospital Clínico San Carlos. Hasta que finalmente pudo dedicarse en exclusiva a esta especialidad Francisco compatibilizó el Clínico con las guardias de fin de semana en las casas de beneficencia municipales y con su consulta privada. 

Ya en la dirección del servicio de Nefrología del Clínico el doctor Coronel siguió viviendo situaciones curiosas que añade a la colección de historias que es este "Las experiencias de un médico para todo". De todas las que de esta etapa cuenta me han llamado mucho la atención las que tienen que ver con su afición a la música que practicó como hobby desde su época estudiantil compatibilizándola luego, siempre como distracción y puro entretenimiento, con el ejercicio  profesional, lo que suscitó situaciones sorprendentes al ser reconocido por algún paciente cantando con amigos músicos en algún local nocturno o al ser vista su afición con no muy buenos ojos por algunos compañeros del Hospital.

Humor español durante el franquismo, Nefrología, Medicina y Humanidad
Es esta obra de Francisco Coronel un ilustrativo conjunto de historias que dan cuenta del periplo vital de su protagonista, médico de vocación entregado en cuerpo y alma durante años a su profesión. Como cualquier libro memorialista -y éste lo es- hay mucho de verdad en él. Se percibe mucha emotividad y ternura en algunos momentos; por ejemplo en la niña con síndrome de Down y sus simpáticos saludos a médico y enfermeras, o en el compositor y músico del grupo Académica Palanca, Antonio Sánchez, quien le regaló su guitarra, una guitarra que había acompañado a "Sabina, Krahe, Aute y alguno más" que era después de su mujer, claro, lo que él más quería.

Como lector he aprendido con este libro muchas cosas. Por ejemplo, ignoraba por completo que de 1966 a 1971 hubo una propuesta oficial para que médicos militares españoles voluntarios acompañasen en Vietnam al ejército norteamericano; tampoco sabía la diferencia entre Urología y Nefrología, y dentro de ésta de las distintas técnicas de diálisis existentes: la DP (diálisis peritoneal) y la HD (hemodiálisis). Enterarme de que la DP se la pueden practicar en su domicilio los propios pacientes me ha hecho exclamar para mis adentros: ¡Madre mía, cómo avanza todo! 

Por último quisiera destacar el conjunto de fotografías de poemas y escritos de agradecimiento de pacientes, de dibujos y libros dedicados por artistas y autores tratados por el doctor Francisco Coronel Díaz, en los que le dan las gracias por su buen hacer profesional y su buen carácter como persona. Yo también, como ellos, agradezco desde aquí al autor haberme hecho pasar un muy entretenido tiempo leyendo este libro, "Las experiencias de un médico para todo", que recomiendo a cualquiera sin duda alguna.
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Datos técnicos del libro:

Páginas: 192 Formato: Tapa blanda Precio: 14,50€ ISBN: 9788413853390 Tamaño: 15x21

17 comentarios:

  1. ¡Hola!
    Qué apetecible, la verdad.
    Me has recordado a Luis Prendes, que lo tenía olvidado. Su familia era de aquí, de Gijón, sus hermanas también eran actrices.
    Yo tampoco sabía lo de la propuesta de ir a Vietnam y también me he sorprendido con esos avances en DP.
    Muchas gracias por la reseña y muy feliz día.

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    1. Leyendo siempre se aprenden cosas, ¿verdad?
      Disfruta del día y de toda la Semana, Marigem

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  2. Siempre he dicho que todos los que curramos de cara al público podríamos escribir nuestro propio libro... y la gente pensaría que exageramos cosas para hacerlas graciosas o rocambolescas (me ha pasado).

    Besotes

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    1. Así es, Shorby. Ahora mismo estoy leyendo otro libro también de memorias y anécdotas sucedidas al autor, en este caso un periodista. Los profesores, los médicos, los policías, los comerciantes... somos personas que por nuestro oficio cara al público tenemos multitud de momentos curiosos entre otras cosas porque por nosotros (nuestro despacho, nuestras aulas, la comisaría, el comercio...) pasa toda la sociedad y ésta es variopinta. Por esto sé que no hay exageración en las cosas que se relatan en estos libros, lo importante es saber hacerlo con gusto y en este libro su autor lo logra.
      Un beso

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  3. A mí me encantan las historias de médicos. Desde que vi Centro Médico, aquella mítica serie de los setenta, quise estudiar medicina. Por desgracia (o por suerte) en León no se podía estudiar y yo no era tan buena estudiante como para obtener una beca, así es que me conformé con Biología. Ahora casi me alegro porque hubiera sido un compendio de enfermedades lo que me hubiera atacado de haber sido médico. Pero las historias me siguen gustando. Por cierto que estoy viendo una en Netflix que te recomiendo, New Amsterdam.
    No me extraña que después de su mujer quiera a la guitarra lo que más. habiendo estado en manos de Sabina, yo la querría lo que más.
    Tomo nota de este libro que tiene muy buena pinta. Lo de Teniente Coronel es buenísimo.
    Un beso.

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    1. Tiene momentos muy divertidos desde luego. No he querido poner muchos porque sería un no acabar y se perdería la gracia de leerlos por uno mismo.
      Sobre la guitarra y lo mucho que la quiere te diré que no es el autor quien siente tal afecto sino el paciente que se la regaló como prueba máxima de agradecimiento. Es evidente que no me he explicado por escrito debidamente bien.
      Un beso

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    2. No sé si tú te explicaste o yo no te entendí. El caso es que ahora que lo he vuelto a leer veo que está muy claro. Creo que fui yo que no leí con la suficiente atención.

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  4. Pese a tus buenas impresiones, esta vez no creo que me anime, que no me llama como para lanzarme a por él y porque tengo la estantería ya demasiado llena de libros esperando turno. NO sabía lo de Vietnam!
    Besotes!!!

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    1. La estantería, Margari, no se vacía nunca, es algo imposible. Hay libros que se tiran allí años y creo que habrá algunos a los que jamás les llegará el turno. Así que entiendo que usando términos médicos hoy muy en boga desgraciadamente practiques el triaje (ja, ja...).
      Besazo

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  5. ¡Hola Juan Carlos! Sin duda, algunas de las historias que los médicos puedan contarnos y sus experiencias serán entrañables, porque tienen que tratar con enfermos, tan vulnerables y los sentimientos salen sis e tiene algo de empatía. A pesar de ello, no me atraen como lectura este tipo de libros, sí las series, aunque últimamente tampoco demasiado, por la época que nos a tocado vivir, casi como que prefiero no ir hablar de médicos, enfermeras, hospitales y enfermedades en general, jeje
    Un beso

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    1. Es verdad, Marian, que los médicos son profesionales muy en contacto con la realidad del ser humano (la Vida y la Muerte); ha habido grandísimos escritores que han sido médicos (Pio Baroja, Luis Martín Santos y muchos otros). También es verdad que las series de médicos tiran mucho ( el Dr. Ganon fue todo un clásico en mi tiempo; pero hay muchos otros); yo ahora por indicación de Rosa Berros me he puesto a ver "New Ámsterdam" y bien, muy entregados los profesionales de ese hospital neoyorquino. Sí, son entretenidas las series de médicos, y, además, crean vocaciones en los espectadores jóvenes que las ven.
      Malos tiempos para la lírica, que decían los de 'Golpes Bajos' antaño; que aplicado al momento pandémico equivaldría a 'malos tiempos para narraciones de médicos u hospitales' (je, je...), sí, es verdad, no sabes lo bien que te entiendo, amiga mía.
      Besos

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  6. En estos momentos no me animo con un libro así, pero quizá más adelante le dé una oportunidad. Besos.

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  7. Emotivo libro que se ve te ha llegado al corazón. Cuando uno trabaja de cara al público y más cuando ese público está enfermo, las vivencias tienen un plus añadido.
    Yo tampoco sabía lo de los voluntarios para Vietnam pero, en cambio, sí sabía la diferencia entre Urología y Nefrología, ja, ja, ja.
    Un besote.

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    1. Claro, claro, cómo no ibas a saber tú la diferencia entre Urología y Nefrología, pero ¿conocías esos dos procedimientos de diálisis: la DP y la HD? Me da que también, ¿no? Sí, seguro que sí.
      Los que trabajamos o hemos trabajado cara al público como, por ejemplo, tú misma dando clase acumulamos anécdota tras anécdota pues todo el país (en el porcentaje debido) pasa por nuestras manos.
      Sigue disfrutando de Madrid, querida Paloma. Veo por tu facebook que te lo estás trabajando estos días a fondo. Me parece muy bien, más que bien, requetebien.
      Besazo

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  8. Vaya, pues yo tampoco conocía a este autor pero estoy segura de que el libro me encantaría, y si además como dices se aprenden cosas con su lectura, poco más se le puede pedir. La diferencia entre urología y nefrología tampoco me la sé, jajajajaja; y lo de la diálisis en casa me ha dejado loca... Seguro que hasta el mismísimo Andrés Hurtado ("El árbol de la ciencia" está en mi lista de novelas favoritas) se sorprendería de cómo han avanzado las cosas en el mundo de la medicina.

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    1. Muchas cosas interesan de estas experiencias profesionales del autor. Y el progreso experimentado por la Medicina durante sus años de ejercicio es sin duda una de ellas. A Andrés le harían los ojos chiribitas viendo cómo ha cambiado e uso del edificio que albergó el Hospital de San Carlos y ya no te digo con los procedimientos y técnicas utilizadas para mejorar o erradicar dolencias.
      Un abrazo, Espe

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