El pasado 31 de enero de este año iniciaba mi colaboración con MoonMagazine, la revista que tan bien dirige y coordina Txaro Cardenas, publicando una reseña sobre "Tan poca vida", la novela de Hanya Yanagihara que está siendo todo un fenómeno mundial. Por otro lado, el domingo pasado, día dos de julio, se clausuraba en Madrid el World Pride 2017 que, según todos los asistentes ha sido un rotundo éxito, todo un fenómeno de cordialidad, de mezcla y diversidad, un “Viva la vida” lanzado al mundo desde las calles de Madrid. Me ha parecido interesante enfrentar estos dos rótulos: “Viva la vida” vs “Tan poca vida”, pues encierran dos distintas y contrapuestas vivencias de un mismo fenómeno. Es por eso que reproduzco en esta entrada la reseña que hice de esa novela. |
Sobre la autora
Hanya Yanagihara es una joven escritora nacida en Los Ángeles en 1975, hija de un médico
hawaiano con quién desde muy temprana edad se habituó a presenciar autopsias de
cadáveres, algo que -confiesa ella misma- le gustó mucho: "Fue realmente maravilloso. La enfermedad me fascina, lo que el invasor
puede hacerle al cuerpo anfitrión...Me encanta descubrir hasta qué punto un
cuerpo es capaz de protegerse a sí mismo, a toda costa. Lo duro que lucha por
sobrevivir". Este gusto por la crudeza y las duras situaciones
provocadas por la enfermedad y las lesiones fisiológicas es patente en esta
narración.
"Tan poca vida" es la segunda novela de la escritora. La primera, "El pueblo de los árboles",
apareció en 2013 siendo muy bien recibida por la crítica. La que nos ocupa vio
la luz en USA en marzo de 2015 en medio de los parabienes de la mayoría de la
Crítica especializada. En España la novela apareció en octubre de 2016 y va ya
por su tercera edición.
Muy pronto, en septiembre
de 2015, la novela fue propuesta en los
Estados Unidos para el "2015 Man Booker Prize". Si bien gozaba del
apoyo de los principales medios periodísticos, no se alzó con el galardón que
recayó en Marlon James (Jamaica) por
su relato titulado "A Brief History of Seven Killings" (“Breve historia
de siete asesinatos”). La novela de James se centra en el mítico intento de
asesinato sufrido por Bob Marley al que en toda la novela llama simplemente
“The singer” (el cantante). A través de muchas voces - desde testigos agentes
de la CIA y del FBI hasta asesinos, seres fantasmagóricos, reinas de la belleza
y el traficante de drogas Keith Richards- hace un rico y polifónico estudio de
la violencia, la política y el legado musical de la capital de Jamaica,
Kingston, durante los años setenta.
También la novela de Yanagihara quedó finalista en el “National
Book Award” del año 2015, el cual fue ganado por Adam Jhonson y su novela “Fortune Smiles: Stories” que en
España se ha publicado con el título “George Orwell fue amigo mío”.
“Tan poca vida”. El Comentario
"Tan poca vida" narra la
amistad que existe entre cuatro chicos desde que se conocen en la Universidad
hasta el final de su edad madura. Estos chicos son Jude, JB, Willem y Malcolm. Salvo Willem que
es de raza blanca, los otros tres son: completamente negro, JB;
mulato, Malcolm; y de "origen étnico incierto", Jude. Aunque al principio del relato el
foco narrativo pasa de unos a otros jóvenes sin aparente predilección por ninguno
en concreto, pronto el punto de mira se centra en Jude, sin lugar a dudas el más misterioso de los cuatro. Desde muy
pronto todos se dan cuenta de que hay algo oscuro en él, algo que no desea dar
a conocer. Creo por ello que el nombre que la autora le ha dado tiene
deliberada relación con el título de la novela de Thomas Hardy, "Jude, el oscuro". Es tal la
amistad existente entre ellos que todos los amigos respetan esta zona de
oscuridad de Jude al entender que
pertenece a su privacidad. Pese a la aceptación por parte de sus amigos, según
avanza la narración se va viendo que Jude
cada vez sufre más.
El mundo de relaciones personales
de los cuatro amigos es ciertamente
dispar: Malcolm, que tiene novia,
vive con sus padres y su hermana Flora;
Willem y Jude comparten piso en Lispenard street (Willem es un imán para las mujeres, mientras que Jude es un solitario pertinaz); por
ultimo JB es homosexual declarado.
También hay disparidad en sus dedicaciones: JB
es un consumado artista plástico figurativo que tiene la fotografía como punto
de partida; Malcolm es arquitecto que
trabaja en un prestigioso estudio donde conocerá a su novia y luego esposa; Willem, de origen étnico europeo (sus
padres, sueca e islandés, emigraron a
USA antes de nacer él), es actor exitoso de teatro y cine; por último Jude, el centro del relato, es
jurista importante en un bufete de
abogados que lleva casos por todo el mundo. Los cuatro, pues, hacen realidad el
sueño americano de triunfar en sus profesiones.
La novela deja a un lado
sus éxitos laborales para centrarse en el mundo de las relaciones
interpersonales de ellos entre sí y también con otras personas ajenas al grupo.
Entre los que están fuera del círculo pero son esenciales para su conservación
están Harold y Julia, profesores de la Universidad de Jude; Andy, médico que atenderá y cuidará a Jude más allá de lo exigible
a un galeno; los amigos artistas de JB: Henry
Young el Negro, Henry Young el
Asiático, Richard, Ali...; Kit, el representante artístico de Willem; Lucien, el socio del bufete de abogados donde triunfa Jude; etc.
Todos estos personajes deambulan por la ciudad de Nueva York, convertida así en
un personaje más del relato. New York es el contenedor que da cabida a triunfos
como el de todos estos chicos que nadan en dinero, pero también es el espacio
donde el máximo dolor, la más tremenda iniquidad y brutalidad pueden existir.
Y, además, a veces, como en este caso, en un mismo individuo o grupo de
individuos.
La novela se organiza en
VII apartados, los seis primeros de tres capítulos cada uno de ellos y el último,
el VII, sin división alguna y de mismo título que el primero, 'Lispenard street', con lo que el círculo narrativo
iniciado en I se cierra completamente. En los distintos capítulos el narrador
va variando aleatoriamente de manera que en ocasiones una misma anécdota
aparece a través del punto de vista de diferentes personajes.
El asunto que sostiene
todo el relato es el de las terribles experiencias que durante su infancia
vivió Jude. Unas experiencias
terribles que han conformado un ser infeliz que no sabe vivir debidamente y que
sólo en el dolor y en la insatisfacción se encuentra en su elemento. Es un
tullido físico y espiritual, un hombre sin competencias vitales, educado en el
sometimiento y el sufrimiento más terribles. La vida que Jude Sr. Francis ha llevado a su pesar, ha producido un ser sin habilidades
sociales, sin empatía hacia los demás, un individuo que piensa que cualquier
relación humana siempre es interesada y que todo el afecto y cuidados que se
pueda recibir nunca es gratuito, a cambio de nada, sino que hay que devolverlo
en forma de doloroso placer pues todo en la vida tiene un coste. Así parece entenderlo
él, cuyo único refugio, al que acude en su intimidad solitaria, no es otro que
el dolor practicado contra sí mismo en forma de autolesiones sistemáticas.
El personaje de Jude Sr. Francis, por sus traumas y
abusos sufridos durante la niñez y las terribles consecuencias psíquicas y de
comportamiento que le acarrean durante toda su vida, me ha recordado a un ser
real, el conocido y exitoso pianista James
Rhodes. Muchas son las semejanzas entre ambos (niñez infeliz por culpa de
los abusos sufridos, autolesiones, dificultosa interrelación personal,
desdoblamiento de la personalidad, sufrimiento de alucinaciones, internamientos
hospitalarios, etc.) aunque afortunadamente para el personaje real hay entre
ellos muchas diferencias. Entre éstas
aparecen los afectos de Rhodes hacia
su hijo y hacia su esposa, así como su salvación por obra de la música. Jude carece del asidero afectivo pues se
niega a compartir y así soltar amarras de su traumática infancia refugiándose sólo
en la materialidad laboral cuyo éxito profesional y compensación dineraria no
le llenan suficientemente.
Acompañamos, pues, el
decurso vital de estos cuatro seres desde los 17 años de edad hasta los 53 o
55. En total casi cuarenta años, o sea, toda una vida. Unas vidas
-especialmente las de Jude y Willem- exitosas en el terreno
profesional, sufridas en el de los afectos, y completamente perdidas en el de
la cotidianidad, precisamente donde reside la autentica felicidad:
"Al contemplar esas escenas de fantasía doméstica -su padre a los 60 años quitándole el corazón a una manzana mientras su madre prepara un sandwich; su padre con 70 años sentado en el sofá leyendo el periódico y en segundo plano las piernas de su madre bajando las escaleras- Jude no pudo dejar de pensar en lo que fue su vida y lo que podría haber sido. Eran precisamente esas escenas las que echaba más de menos de su vida con Willem los olvidables momentos en los que no parecía pasar nada pero cuya ausencia era imposible llenar"
¿Una novela gay?
Los segundos puestos
obtenidos en los premios a mejor novela de 2015 fueron señalados como
manifiestamente injustos por medios como The Washington Post, The
Wall Street Journal, Vanity Fair o The Guardian que
dictaminaron que 'Tan poca vida' era la mejor novela del año en EE.UU. Tras
conocer los asuntos de las ganadoras me pregunto: ¿No tendrá que ver en esta
opinión, aparte del asunto de una destrozada infancia por culpa de abusos
sexuales, que el relato gire alrededor de una relación afectiva entre dos
hombres? Lo pienso al ver que hay
críticos que ensalzan la novela como magnífico ejemplo de literatura gay, algo
que la escritora no rechaza si bien matiza que más que gay lo que la novela
tiene es “una estética queer”.
Creo que la historia de
Hanya Yanagihara es fundamentalmente una historia sobre la amistad entre
hombres más que una narración gay. Uno de los personajes del relato se rebela
cuando es tildado de gay al confesar el amor sentido hacia un amigo suyo:
"-Me alegro por ti, de verdad. Sabes que te tengo aprecio. Pero ¿has pensado en cómo eso afectará a tu carrera? ¿Has pensado en cómo te catalogarán? No tienes ni idea de qué es ser un actor gay en este mundo.- Yo no me considero gay -empezó a decir él, y Kit puso los ojos en blanco.-Nos seas ingenuo. En cuanto tocas una polla lo eres." (pág. 659)
Yo pienso, igual que el
personaje, que la novela no es una novela gay. En todo caso es una novela en la
que hay personajes gay. Además, ¿una persona que es forzada en su infancia por
seres de su mismo sexo, es a partir de ese momento gay? ¡Si las relaciones no hubiesen
sido forzadas quizás podría admitirse tal cosa, pero siéndolo..! Desde luego
este asunto, la consideración de qué sea o de si existe la novela gay, pienso
que es algo que merecería reflexión a parte.
Una novela
exitosa
Quiero creer que la sorpresa
de propios y extraños ante la narración de Hanya
Yanagihara, viene fundamentalmente de mano de la dureza de las situaciones
que presenta y del crudo lenguaje empleado. Un lenguaje acorde con el
inenarrable dolor que quiere y logra transmitirnos:
"Al oler a carne quemada sale del trance y mira frenético los fogones como si esperara encontrar un bistec en la sartén, pero no hay nada y de pronto cae en la cuenta de que el olor proviene de él, de su brazo que se está cociendo, y eso lo impulsa a abrir por fin el grifo, y el agua que cae sobre la quemadura, de la que se eleva un humo aceitoso, le hace gritar de nuevo. Acto seguido se agarra el brazo derecho, frenético una vez más, mientras el izquierdo sigue inutilizado en el fregadero, y coge un bote de sal marina del armario de encima de la cocina, y llorando mientras restriega sobre la quemadura un puñado de cristales afilados, lo que reactiva el dolor que se vuelve más blanco que el blanco, y es como si mirara al sol y éste lo cegara" (pág. 716)
El dolor sufrido por el
personaje es tan inmenso que hasta la autora ha confesado en alguna entrevista
que es consciente de la cierta falta de verosimilitud que el mismo puede
despertar en algunos lectores al ser Jude el colmo de las desdichas: abandonado por
sus padres, objeto de abusos sexuales por sus profesores y cuidadores,
maltratado por sí mismo y por otros que dicen ayudarle hasta quedar convertido
en un tullido, portador de enfermedades venéreas... Todo, todo, parece
ocurrirle a este chico que es objeto de una amistad sin fisuras por parte de
sus amigos a pesar de que él no se deja querer como es debido.
En un relato tan extenso
hay lugar para plantear muchos asuntos: la amistad, la familia, los nuevos
núcleos familiares, los amigos como auténtica familia, el dolor, el placer del
dolor, el duelo, la insuficiencia del amor, el sexo, la homosexualidad, la
heterosexualidad, los hijos, la envidia, el triunfo social y laboral, la
insuficiencia de dichos triunfos, la felicidad.... Quizás, uno de los peros que
cabría poner a esta novela es que estos asuntos, importantes por sí mismos, los
usa la autora como relleno que le sirve para demorar la revelación del
principal: los sufrimientos que Jude
el taciturno, el oscuro, no puede o no desea revelar.
Lo mejor: La valentía con que la escritora presenta los abusos sufridos por un niño. No edulcora
las situaciones terribles por las que pasa el personaje como consecuencia de
los mismos. También es meritorio los temas importantes que se plantean en el
relato sin escabullir ninguno.
Lo peor: La excesiva longitud de la novela a la que en mi
opinión le sobran unos centenares de páginas. Desde muy pronto el lector es
consciente de que la autora lo que pretende es dilatar, demorar, la información
que todos -personajes y lectores- estamos deseando que se nos dé y que cuando
viene a sernos entregada llega tarde pues quien más quien menos ya ha imaginado
-¡y acertado!- lo que allí ha ocurrido y se nos había vedado.
Ficha de la novela
Título: Tan poca vida
Autor: Hanya Yanagihara
Título original: A Little life
Traducción: Aurora Echevarría
Pérez
Tapa blanda: 1004
páginas
Editor: Lumen /
narrativa; Edición: 3ª (octubre de 2016)
Idioma: Español
ISBN: 978-84-264-0327-8
Me tocó en un sorteo y será una de las lecturas de este verano. Ya me han dicho que es densa pero merece la pena.
ResponderEliminarBesos
Qué coincidencia, Carmen, también yo la gané en un sorteo. El número de páginas no es óbice para leerla desde luego. Te recomiendo su lectura. ¿para el verano? Perfecto, amiga mía
EliminarUn beso
¡Hola Juan Carlos! Pues según iba leyendo tu reseña, me gustaba mucho lo que nos contabas y estaba bastante decidida a leerlo, pero cuando he leído "Lo peor", ya no sé.... Creo que conociéndome igual se me hace un poco pesada (no me gustan las novelas que te hacen pensar que sobran páginas, suelo aburrirme y las abandono. Me ha encantado tu reseña
ResponderEliminarBesos
Mujer, 'Lo peor' ocupa en la reseña entera sólo cuatro líneas. ¿Vas a dejar de leer una novela a la que te estaba animando mi reseña por sólo cuatro líneas? ¡Hombre, no, eso no!
EliminarBueno, lo anterior es una broma. Haz lo que creas pertinente. Creo que para el verano puede ser una buena opción por eso de que hay tiempo, estamos tranquilos, algo perezosos... y tal
Un beso
Muy buena reseña, no se si me animaré a leerla , pues si es densa me cansa , para el verano me gusta más lecturas más ligeras. Un abrazo
ResponderEliminarYo no la calificaría de densa. Es larga, eso sí, pero densa.... para nada, se lee bien
EliminarUn abrazo
La tengo apuntada hace mucho tiempo. Me espantan un poco las más de mil páginas que tiene, pero creo que el verano será una buena época para dedicarme a él.
ResponderEliminarMagnífica tu reseña, como siempre.
Un beso.
Es la misma reseña que publiqué en MoonMagazine. Como era la primera que iba a entregar intenté esmerarme (ja, ja...).
EliminarSobre el número de páginas, algo excesivas, pero se lee sin problemas. Para el verano una buena lectura, aunque no creo que supere a las de Richard Russo. Yo ahora estoy con "Empire Falls" y me está gustando. Se lee con una facilidad absoluta. Es muy, muy, del estilo de las series de comedia americanas. Por ahora me gusta. Y la estoy leyendo por tu culpa. Muchas gracias por ello
Besos
Ja, ja. Ya decía yo que me sonaba.
EliminarPues de Empire Falls hay una serie de televisión de cuatro capítulos que es genial. Con Paul Newman.
Richard Russo me encanta. Es sencillo, entretenido y muy, muy americano.
Me alegro de que te guste.
Un beso.
No me lo llevo, definitivamente creo que una historia tan larga se podría contar de una manera mas corta, por lo que comentas. Besos
ResponderEliminarDe acuerdo Maria. Hay muchas cosas para leer y el lector es soberano.
EliminarUn beso
La leí en diciembre y me gustó muchísimo. Y también la sufrí muchísimo. Sí creo que es demasiado larga, pero considero que la historia merece mucho la pena y hoy por hoy todas las novelas parecen venderse al peso, así que no destaco eso.
ResponderEliminarBesos.
Ja, ja..., pues sabes, Ro, que tienes razón: Parece que hay una carrera por ver quien la hace más larga. Es el mundo de los best-seller, ya se sabe. También es verdad que cuando una historia te atrapa lo último que quieres es que finalice, ¿no crees?
EliminarUn beso
Hola xiquet!
ResponderEliminarTanto El pueblo de los árboles como este me tocaron en sorteos, el primero me fascinó y este me ha frenado el leerlo su extensión, tiempo es lo que no me sobra...y tras tus peros se confirma que le sobran hojas. Aún así lo leeré tarde o temprano.
Estupendísima reseña!
Besitos 💋💋💋
Me parece una sabia decisión. A pesar de su número de páginas merece la pena leerlo.
EliminarGracias por tus palabras, amiga.
Un beso
Pues le tenía muchas ganas pero el hecho que planteas de que le sobran páginas ya me hace mirarla con otros ojos. La han puesto tan por las nubes que me quedo un poco sin saber qué hacer. De tiempo no ando sobrada, desde luego.
ResponderEliminarBesos