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6 jun 2019

'Copenhague' de Michael Frayn por Claudio Tolcachir

En cuanto vi anunciada en la programación del Teatro de la Abadía "Copenhague" protagonizada por, quizás, los dos mejores actores masculinos del actual panorama teatral español, Emilio Gutiérrez Caba y Carlos Hipólito, dije para mí que ésta no me la perdería. Así ha sido y no me arrepiento, menos aún cuando a los actores anteriores se añade una magnífica tercera actriz que convierte el binomio en excelente tríada. Me refiero a Malena Gutiérrez.

Carlos Hipólito, Emilio Gutiérrez Caba, Malena Gutiérrez

La obra estrenada en Londres en 1998 está firmada por el dramaturgo británico Michael Frayn. En ella se  relata el encuentro que en 1941 tuvo lugar en la capital de Dinamarca, ocupada por las tropas nazis, entre el gran científico danés Niels Bohr (Emilio Gutiérrez Caba) y su ex discípulo Werner Heisenberg (Carlos Hipólito), representante del estamento científico nazi, y enemigos ambos por la situación de sus dos países durante la Segunda Guerra Mundial. Maestro y discípulo se enfrentan al problema ético del uso de los avances en física teórica para el desarrollo de armamento nuclear en el conflicto armado.

Tras este encuentro que finalizó de manera brusca y que acabó con la profunda amistad forjada entre estos dos hombres durante la década de los años 20 muchas interrogantes quedaron abiertas: ¿Quería Heisenberg saber en qué estadio se hallaban las investigaciones de Bohrl sobre el uso militar de la energía nuclear? ¿Justificarse ante las autoridades nazis por su escaso progreso en la consecución del arma definitiva? ¿Llegaron quizá ambos científicos a acuerdos éticos?

Los interrogantes anteriores y muchos otros son los que el dramaturgo inglés pone sobre la mesa e intenta que el público conozca y resuelva. Porque lo interesante del asunto que se propone es que no hay resolución desde las tablas. Simplemente lo que el público ve y escucha es la conversación entre dos hombres que pasados muchos años del encuentro de 1941 y sabedores ya de la magnitud destructiva de la bomba atómica arrojada sobre la población civil en 1945, se preguntan por la finalidad última de ese encuentro. La pregunta y la conversación que ahora mantienen se sitúa fuera del período vital de ambos, o sea, estamos en un imposible momento futuro en el que los tres seres que conversan están muertos. Desde esta ¿"acronía"? los dialogantes pasan en continuo contrapunto del hoy acrónico al ayer cronológico. Este discurrir de uno a otro momento temporal es uno de los grandes aciertos de la obra.

Física Cuántica, Ciencia en el teatro, Bomba atómica
(Foto de la 5ª Conferencia de Solvay, 1927) De Benjamin Couprie - 
http://w3.pppl.gov/http://doi.org/10.3932/ethz-a-000046848, 
Lógicamente aunque el grueso del asunto es la barbarie que desencadenó el uso práctico y militar de las investigaciones de estos científicos y de otros más que como Heisenberg acudieron al Instituto de Física teórica que Bohrl fundó y dirigió en Copenhague desde 1920, en el texto teatral se tocan muchos otras aspectos de la vida profesional y personal de estos dos grandes hombres de ciencia. En especial se destacan las contribuciones de uno y otro a la Física cuántica, sus discrepancias con Einstein, los famosos "principio de incertidumbre" de Heisenberg y el "principio de complementariedad" de Bohrl, la condición de judíos de muchos de los científicos, la suerte que muchos de ellos corrieron, y la importancia del silencio dado que hay cuestiones de las que el silencio dice más que otra cosa. Quizás -en mi opinión, seguro- sea la consecuencia práctica de las actuaciones de ambos y su choque con consideraciones éticas asumidas por ellos lo que más pesa en la obra.

Como he dicho antes, en contrapunto discurre el tiempo de los discursos mantenidos por estos personajes y también, hay que decirlo, en contrapunto discurren los temas, en especial, el de la actuación en la vida de cada uno de ellos. Es cierto que a veces la ética pide actuar de una manera que luego se ve no conduce a nada: ¿Debiera Heisenberg haber participado activamente en el atentado contra Hitler y en consecuencia haber sufrido la muerte como les ocurrió a quienes así actuaron? ¿Hizo mejor en dilatar. o confundir, o equivocar, o no saber hacer, esa bomba nazi que afanosamente se buscaba en su laboratorio? Y en cuanto a Bohrl: ¿Debiera de no haber colaborado con la investigación que en 1943 se llevaba a cabo en Los Álamos (USA) a donde logró huir? Y en lo personal, este científico ¿debiera de haber socorrido a ese hijo que se le ahogó sabiendo que él también moriría si lo intentaba? A toro pasado es fácil resolver los interrogantes, lo difícil es decidir en el momento.

Todo lo que se Michael Frayn formula en su propuesta teatral se desarrolla bajo la pura narratividad. Sí, estamos ante una función muy narrativa. La obra es fundamentalmente discurso narrativo, relato puesto en boca de los dos personajes masculinos. Al intercambio de palabras realizado por ambos se une el papel de narrador que enjuicia, que se pregunta a sí mismo, que inquiere a los dos hombres, realizado por Margrethe Nørlund (Malena Gutiérrez), la mujer de Niels Bohr. Aunque secundaria su función en la disquisición ética que se pone en escena, sin embargo teatralmente su papel es muy importante por introducir un punto de vista distanciado del cuerpo a cuerpo que parece obnubilar en ocasiones la mente de los dos grandes hombres.

La dirección, adaptación del texto original, y puesta en escena que realiza Claudio Tolcachir de "Copenhague", una de las piezas más premiadas y representadas de los últimos años, cuyo autor fue distinguido en 2000 con el Premio Tony a la mejor obra de teatro, logra que  no se haga pesada en ningún momento. Demuestra Claudio Tolcachir con una sencilla escenografía que reproduce el patio interior de la casa danesa de Niels Bohr y unos movimientos actorales muy bien medidos que en el teatro también tiene cabida la ciencia, aunque habitualmente asuntos profundos como la física nuclear sean ajenos al mismo.

Naturalmente la función se vendría abajo y caería estrepitosamente en el tedio si el texto no estuviese soportado por un elenco teatral constituido por tres monstruos de actores. De los tres el primero, el mejor, es sin duda alguna Carlos Hipólito. Digo el mejor porque he querido establecer una relación de calidades, aunque todos están muy a la par. Emilio Gutiérrez Caba, formidable. Y Malena Gutiérrez, un personal y muy satisfactorio descubrimiento que no olvidaré.



La obra ha sido muy bien acogida por el público siempre. En 1998, en Londres, alcanzó las 300 representaciones; luego en Broadway donde se representó el año 2000 llegó a las 326. En España se ha representado en diversas ciudades antes de llegar a Madrid donde está teniendo mucho éxito. Estrenada en el Teatro de la Abadía el pasado 23 de mayo y programada en principio hasta el 30 de junio, acaba de prorrogarse hasta el próximo día 14 de julio. La sala donde se representa es la San Juan de la Cruz. Creo que los amantes del teatro y de los buenos actores no debieran perdérsela.

10 comentarios:

  1. Ojalá hagan gira que me encantaría ver esta obra de teatro. Ya la tenía fichada desde que vi un pequeño reportaje en Atención obras. El reparto es buenísimo, desde luego.
    Besotes!!!

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    1. Seguro que la hacen, Margari. Lo importante es que sean los mismos actores quienes la padecen por España.
      Igualmente para ti, besotes!!

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  2. Pues resulta muy atractiva la obra, por los actores protagonistas que también creo que son de lo mejor que hay hoy en día, como por el tema que trata y sus implicaciones éticas y morales. Sería bueno pensar que Heisenberg llegó a un acuerdo con Bohr para no poner en malas manos los descubrimientos sobre la energía nuclear, aunque me temo que las cosas fueron por otros derroteros. Es una barbaridad, pero no puedo dejar de alegrarme porque la consiguieron los estadounidenses antes a pesar de todo.
    Un beso.

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  3. Muy muy atractiva. Visto desde hoy yo también me alegro de que fuesen los aliados quienes pegaron antes (curiosamente hoy es el 75 aniversario del desembarco de Normandía). Pero lo nteresantei es saber en verdad qué buscaba Heisenberg con su visita a Bohrl.
    A los científicos creo que la obra os gustaría porque la ciencia no aparece con frecuencia sobre las tablas, ¿no?
    Un beso

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  4. Me da mucha envidia, porque en mi país el teatro se queda en la capital. Se nota lo emocionado que escribiste la reseña y eso solo es posible cuando la experiencia fue formidable. Me fío de tu opinión sobre la genial actuación de todos y más que a sus edades, deben tener una experiencia bárbara. El tema igualmente fuerte y sensitivo.

    Me encanta el teatro y por eso leo piezas teatrales, igual no me queda de otra porque en mi ciudad son muy flojos para montar una producción como ésta y hasta trivializan la actuación como arte.
    Repito, me da envidia.

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    1. Sólo tengo una curiosidad, amiga mía, ¿desde qué ciudad escribes?
      Gracias por tu comentario, Fanny.

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    2. YO soy de Panamá, pero vivo en una provincia limítrofe con Costa Rica, llamada Chiriquí. Esto es latinoamérica.

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    3. No conozco la zona de Centroamérica. A Costa Rica se viaja mucho para hacer turismo desde España. Del continente americano conozco Argentina y Estados Unidos. Y este verano, si Dios quiere, Mexico DF. Como ves (ja, ja...) ya más cerca de Panamá.
      Saludos

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  5. Qué pedazo de actores! No querría quedarme sin verlos, pero de momento con Carmina Burana de La Fura Dels Baus, he cubierto el cupo del mes 😉

    Besitos 💋💋💋

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    1. Como la obra estará en cartel hasta el próximo 14 de julio, el cupo del próximo mes lo tienes aún libre (ja, ja...).
      Besos

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