“Los Cazalet eran una familia besucona. Al llegar la primera tanda (la de Edward y Villy), besaron a la Duquesita y a Rachel (los niños besaron a la Duquesita y abrazaron a la tía Rach); cuando llegó la segunda (Sybil y Hugh), hicieron otro tanto, y después los cuñados y las cuñadas se besaron entre ellos (‘¿Qué tal, cariño?’); cuando llegaron Rupert y Zoë, él besó a todos, y ella marcó las caras de sus cuñados con su tenue pintalabios escarlata y ofreció su aterciopelada mejilla a los labios de sus cuñadas.” (Los años ligeros)
“'Es bastante reservada, por no decir huraña, pero supongo que se debe en buena medida a su frustración sexual', escribió, y después miró satisfecha la página que acababa de estrenar con esta frase fluida y sofisticada. Se la había encontrado en un libro y llevaba tiempo deseando utilizarla. Durante el invierno, y en busca, como siempre, de nuevos temas, se había propuesto escribir sobre todo aquello de lo que veía que la gente jamás hablaba.” (Clary, Tiempo de espera)
14 jul 2020
'Crónicas de los Cazalet': "Los años ligeros" y "Tiempo de espera". Elizabeth Jane Howard (A pares X)
Con frecuencia durante los dos últimos años en blogs amigos ("Perdida entre mis libros", "Jimena de la Almena", "Adivina quien lee" y otros) he visto reseñas sobre algunos de los cinco volúmenes que componen las "Crónicas de los Cazalet" escritos por Elizabeth Jane Howard (Londres, 1923 - Bungay, 2014) de 1990 a 1995 las cuatro primeras entregas de la saga y ya en 2013, un año antes de su fallecimiento, el quinto y último volumen de esta novela-río. Prácticamente todas las reseñas de alguna de las entregas de esta voluminosa obra de la escritora inglesa nacida en 1923 eran elogiosas. Esto, unido a que quienes administran estos blogs (por orden, Natalia, Jimena de la Almena, Albanta, y otros) elogiaban las distintas novelas que comentaban, hizo que me interesara por la Saga. Por ahora he leído las dos primeras, "Los años ligeros" y "Tiempo de espera" pero no digo que no vaya a seguir leyendo el resto por haberme resultado una lectura de lo más agradable.
En definitiva de lo que aquí se habla es de las vicisitudes de una familia de clase media alta (para los parámetros actuales españoles, clase media muy muy alta) durante los años previos a la segunda guerra mundial -1937 y 1938- en "Los años ligeros" y ya en plena guerra, concretamente durante el asedio feroz de Gran Bretaña por parte de los alemanes en 1940, aunque el período abarcado por la novela va de septiembre de 1939 al otoño-invierno de 1941. Son tres las generaciones que aparecen en los relatos: la de los abuelos, el matrimonio habido entre el 'Brigada' (William Cazalet) y la 'Duquesita' (Kitty Barlow); la de sus cuatro vástagos: Hugh, Edward, Rachel y Rupert; y la de los nietos, fruto de los matrimonios habidos entre Hugh y Sybil Carter (Polly, Simon, William), entre Edward y Viola Rydal (Louise, Teddy, Lydia), y entre el hermano menor, Rupert, e Isobel Rush (Clary y Neville) quien a la muerte de ésta, se casó en segundas nupcias, con Zoë Headfort (Juliet). Este gran número de personajes, multiplicados de manera casi geométrica por las relaciones interpersonales mantenidas por cada uno de ellos a lo largo de los relatos, los vemos en el primer volumen acudir a Home Place, la casa familiar de veraneo que los abuelos poseen en Sussex a donde se retiran en fechas señaladas (verano, navidades y otras efemérides) para celebrar juntos la fiesta de la vida. Dos veranos -el de 1937 y el de 1938- son los que pasan en Home Place en la primera novela; y ya en la segunda la estancia veraniega de 1939 en la residencia se prolongará dado el cariz que han tomado los acontecimientos bélicos.
Y es que las "Crónicas de los Cazalet", si bien se centran en las peripecias de todas y cada una de las personas que componen esta gran familia, suceden dentro de un contexto histórico, el de la Europa de finales de los años 30 del pasado siglo y de los dos primeros años -1940 y 1941- de la década de los cuarenta. En definitiva, la gestación e inicio de la IIª Guerra Mundial que se llevará por delante no sólo la vida de cerca de 60 millones de personas en el mundo sino también una manera de vivir y de ver la vida. Eso es lo que muestra esta novela-río la evolución de una estirpe familiar, la caída de los Cazalet desde la altura de la clase social media-alta que ocupaban a un lugar menos elevado pues la democratización de la sociedad se ha profundizado y las diferencias de clase se han difuminado un tanto. Al respecto es de ver cómo en "Tiempo de espera" el gran número de personal doméstico que asisten las necesidades de esta familia se va adelgazando en principio por imperativos propios del esfuerzo bélico que exige mano de obra en fábricas de armamento a donde acuden varias jóvenes mujeres que antes trabajaban en la casa y luego ya por la propia evolución del pensamiento femenino en todos los campos de la vida (laboral, familiar, personal...) que las hará tomar conciencia de su propia valía e individualidad.
La guerra -su posibilidad más que cierta en "Los años ligeros" y su realidad en "Tiempo de espera"- es el fondo que sin apabullar marca la existencia de estos seres que prosiguen su vida habitual como si nada de esto pasase. Quizás esta sea una de las sorpresas que provoca esta lectura: los Cazalet parece que olvidan o echan en saco roto la brutalidad que existe o que se acerca y que cual bestia feroz amenaza a toda Europa. Sí, Austria se ha anexionado a Alemania y la república checa está siendo acosada por Hitler, pero en el fondo, piensan los Cazalet, estos países no dejan de ser partícipes de la misma cultura. En el primer tomo la manera de obrar del primer ministro británico Chamberlain intentando evitar la confrontación con Hitler es bien vista por algunos miembros de esta familia -Hugh y Edward- que ya combatieron en la Gran Guerra y que no desearían volver a verse envueltos en otra guerra de trincheras como erróneamente imaginaban que sería este nuevo enfrentamiento. En "Tiempo de espera" se demostrará lo equivocados que estaban todos pues la infranqueable línea Maginot que les proporcionaba teórica seguridad no ha servido para nada y los alemanes durante todo el verano de 1940 no harán otra cosa que bombardear de modo inmisericorde Inglaterra. Londres que es donde radica el negocio maderero de los Cazalet recibirá miles y miles de bombas, pero resistirá. Desde luego la guerra no es como se la imaginaban. Lo que sí que han hecho bien ha sido abandonar la ciudad y refugiarse en la inmensa casa de campo de Sussex para así evitar caer bajo las bombas.
La vida cotidiana de esta familia es muy normal, poco destacable. Las mujeres se ocupan de la crianza de sus hijos a los que atienden solícitas yendo a la ciudad a comprarles lo necesario para procurarles una cómoda existencia; estas mujeres tienen la inestimable ayuda de sus empleadas domésticas que las liberan de lo más pesado: jugar con los niños, cocinar, hacer faenas domésticas, procurarles educación y cultura. Para todo esto disponen de una serie de personas: están las criadas Eileen, Dottie, Emeline, Edie, Peggy, Bertha, el granjero York (no es criado, pero sirve productos a los Cazalet), el sr. McAlpine que se ocupa de la jardinería, el Sr. Wren que cuida de los caballos, el chófer Tonbridge, la Sra. Cripps que se ocupa de la cocina, etc. Estatus especial en este grupo de empleados tiene la srta. Milliment encargada de la educación de los niños que no han sido enviados a internados aún por ser pequeños como Neville o de las niñas como Lydia que aún no tienen edad para asistir a las clases de la Escuela de economía doméstica formación adecuada para ellas que en el futuro serán madres y dirigirán una casa. Los chicos según van creciendo son enviados a internados donde aprenderán cosas útiles y adecuadas para un hombre. En esta situación se hallan Simon, Teddy y Christopher, este último hijo de Jessica y Raymond que no pertenecen a la familia Cazalet pero que acuden a veces a Home Place dado que Jessica es hermana de Viola Rydal, la mujer de Edward Cazalet.
Por lo dicho en el párrafo anterior es evidente que en la novela se muestran claras diferencias sociales entre amos y criados en una especie de 'arriba y abajo' para nada desconocida por parte del lector; y también una señalada diferencia entre hombres y mujeres que comienza a trabajarse ya desde la más tierna infancia con esa distinta educación dada a unos y a otras. Al respecto es interesante ver cómo la discriminación de la mujer por parte del varón es visiblemente clara y existente no sólo dentro de las clases altas sino también entre las clases populares; así el chófer Tonbridge al escuchar unas opiniones de la señora Cripps sobre el conflicto polaco-alemán le dice: "Tiene usted una cabeza de primera…, para ser una mujer."
En realidad, como digo, en medio del conflicto bélico, activo o por estallar, en que se enmarcan estas crónicas, la vida de esta acomodada familia es de gran placidez, hasta el punto de que podría decirse que en la primera novela no pasa apenas nada, seguramente llevada la autora por el afán de presentar debidamente a todos y cada uno de los personajes. Es cierta la ausencia de grandes conflictos en esta primera entrega aunque también es verdad que sutilmente hay algunos brochazos dados por la escritora que dejan la puerta abierta para posteriores comportamientos por parte de algunos personajes. Esto quiere decir que Elizabeth Jane Howard cuando se puso a escribir esta gran novela a instancias de su hijastro Martin Amis ya tenía claramente establecido en su cabeza el ritmo y la extensión que tendría la misma. Así, es en la segunda entrega, "Tiempo de espera", donde los sucesos nuevos se multiplican siendo más que bien entendidos por los lectores sobradamente conocedores de la psicología de cada uno de los personajes.
Destaco como gran valor de las "Crónicas de los Cazalet" la individualidad que la escritora logra dar a todos y cada uno de los personajes tanto los mayores: Hugh, inválido de guerra y de opiniones firmes respecto a la misma; Edward, mujeriego impenitente; Rachel, insegura en su relación de amistad con Sid, su amiga moderna; Rupert, enamoradísimo de Zoë y amantísimo padre; etc. Y también de los pequeños: los adolescentes como Louise, Clary, Polly, Angela, Christopher..., con las inseguridades propias de la edad, con las equivocaciones necesarias que van fraguando su personalidad; o los más pequeños como Neville o Lydia a veces impertinentes en grado sumo y otras en que se hacen querer de manera incondicional... Esta atención dedicada a todos y cada uno de los personajes -muy importante, importantísima, la que presta a las mujeres con su deseo de resultar atractivas a los demás, su deseo de conquistar y ser conquistadas, su entrega a los hijos, su permisividad con las actitudes de sus maridos, etc.- es para mí uno de los grandes activos de, al menos, estas dos novelas que he leído. Estamos claramente ante unas novelas de personajes.
Otro de los grandes valores es para mí la gran cantidad de referencias literarias que en las dos novelas hay. Los personajes, pertenecientes a la clase media alta inglesa tienen entre los comportamientos propios de su clase consumir literatura, asistir al teatro y escuchar o interpretar música. Así, son muchos los escritores citados y hay múltiples alusiones a diversas obras literarias. A través de ellas la autora marca la evolución de cada uno de ellos y/o sus intereses: Louise en "Los años ligeros" está leyendo a espaldas de sus padres "El velo pintado" de Somerset Maughan y "Persuasión" de Jane Austen. En otro momento su madre Villy le encuentra un libro titulado "Chin Ping Leí" sobre la China del siglo XVI; Villy y Edward van al teatro a ver una obra de Bernard Shaw; la Srta. Milliment lee poemas de Tennyson; Sybil en Home Place lee "La ciudadela" de A. J. Cronin, y además se había llevado en su maleta el "Asesinato en la catedral" de T.S. Eliot y "El ascenso del F6" de Auden e Isherwood. En Home Place Louise en la cama lee "El ancho, ancho mundo" de Susan Warner y Polly "El libro marrón de las hadas'. Zoë le pide a Rupert que en Londres le compre "Lo que el viento se llevó" que está leyendo en ese momento (1938) todo el mundo. El mismo Rupert dice a Zoë: "Ahora tenemos que volver al mundanal ruido". A lo que ella replica: "¿Al mundanal ruido?". Y él le aclara: "Como en la novela de Thomas Hardy". Por su parte las chicas del servicio leen "Mundo infantil", publicación que pertenece al universo de sus intereses ocupacionales.
Quizás en "Tiempo de espera" sin dejar de aparecer alusiones a la literatura sea la música la que gane en importancia. Peter el hermano de Stella Rose, la amiga que Louise se echa en la 'Escuela de Economía doméstica' toca en la Royal Academy al piano el 3° concierto de Rachmaninoff. En casa de Stella se oye al piano "Papillons" de Schumann. El nivel musical y las apetencias culturales de Louise crecen en esta segunda entrega de la saga en la que ella prueba suerte en el mundo de la interpretación teatral.
Por último
Finalizo esta reseña 'A pares' destacando la buena traducción que en mi opinión realiza Celia Montolío cuyo segundo apellido, Nicholson, creo que da pistas de su buen dominio de ambos idiomas. Aunque el mérito primero y básico es siempre sin lugar a dudas de la autora sin una buena traducción sería imposible disfrutar debidamente de una obra literaria. La que realiza Celia Montolío Nicholson de estas "Crónicas de los Cazalet" en la edición de Siruela de 2017 es en mi opinión impecable y quizás por ello he disfrutado tanto de la lectura de estas dos novelas de Elizabeth Jane Howard.
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Aún no he leído la reseña. Lo tendré que hacer mañana pues me llaman para cenar, pero creo que también me vas a poner a leer la serie de Los Cazalet. La tengo pendiente hace tiempo y me alegro de que me la recuerdes.
ResponderEliminarMañana te leo y comento.
¡Hola Juan Carlos! ¿que tal? Yo también he leído reseñas muy buenas en algún que otro blog amigo (me viene a la cabeza ahora mismo en El gato trolero de Yolanda), pero si te soy sincera, nunca he tenido en mente leerlos, no sé porquero me atraen demasiado. Pero como siempre es un placer leer tu opinión sobre ellos. Me gusta leer críticas sobre libros aunque no los vaya a leer porque me viene bien para la biblio, para cuando los usuarios me preguntan y para mi cultura bibliófila en general.
ResponderEliminarBesos
Hola, Marian:
EliminarYo los he leído a través de préstamo bibliotecario, concretamente por eBiblio. Son una lectura sin complicaciones, entretenida y que a ratos (no constantemente, ja ja) engancha.
No se puede leer todo aquello que se reseña, es imposible. A mí me ocurre lo mismo que a ti aunque sin Biblioteca, o sea, para mi cultura bibliófila me vienen bien las reseñas que leo. Lo que ocurre es que no siempre las recuerdo debidamente y a veces confundo unas con otras. Cosas de la abundancia de todo: de reseñas, y... sí también debe de influir eso... de años (jo, jo).
Un besazo
Sí, yo también desde hace semanas solo leo cosas buenas de estos libros. Creo que irán cayendo poco a poco. Un saludo
ResponderEliminarEs una lectura apacible. En mi opinión propicia para el verano con sus tardes calurosas y mañanas fresquitas. Ideal.
EliminarHay serie televisiva del año 2001 o por ahí, pero por más que la busco no la encuentro en ninguna plataforma.
saludos
Tengo las novelas de esta serie pendientes hace bastante tiempo y me resultan muy atractivas por la época que abarcan y los cambios que inevitablemente se tienen que dar y que tu me confirmas en tu reseña. la verdad es que me hubiera gustado más que empezara antes de la Gran Guerra como "Arriba y abajo" y "Downtown Abbey". En esta última, que es la que recuerdo, ya se ve la decadencia de estas familias después de la guerra, en 1918. Las obscenas riquezas y su escandaloso modo de vida ya se vio afectado por aquel conflicto. Pero ninguna de esas dos series, llega hasta la Segunda Guerra Mundial. Será muy interesante ver como esta nueva catástrofe afecta a esas familias.
ResponderEliminarPongo "Los años ligeros" en la parrilla de salida.
Un beso.
Hola, Rosa:
EliminarEfectivamente dentro de la placidez y enorme confort burgués en el que discurre la vida de esta familia el conflicto de la IIª G.M. va a ir modificando poco a poco su manera de vivir. Es curioso observar cómo se vivía el conflicto en Gran Bretaña que salvo en las islas del Canal no conoció la ocupación nazi aunque sí sus bombardeos y el dolor de ver morir, desaparecer, ser heridos o hechos prisioneros algunos de sus jóvenes soldados.
Me gustará, como siempre me ocurre, conocer tu atinado punto de vista sobre estas novelas.
Besos
Hola, A mi esta serie me está gustando mucho, aunque la tengo un poco abandonada, espero retomarla no tardando mucho. No sabia que había serie, la buscaré. Un abrazo.
ResponderEliminarQuise decir adaptación televisiva.
EliminarNo sabes, Mar, lo que me gustaría poder ver la serie televisiva que se hizo a partir de estas novelas. Si por casualidad lograras encontrarla por ahí te agradecería mucho que me lo dijeses, amiga mía.
EliminarPor ahora descansaré un poco de la Saga pero es fácil que la retome en unas semanas. Me intriga saber qué pasará con cada uno de estos personajes.
Besos
Genial, una saga genial, crónica de casi todo el siglo XX desde la perspectiva de una familia inglesa burguesa. Ya no tenemos a la gentry de la campiña, sino a los burgueses de ciudad y además a una generación que le tocó vivir las dos peores guerras europeas de la historia. Solo he leído el primero, pero en cuanto me organice me pongo con toda la saga. Besos.
ResponderEliminarComo habrás visto en la reseña yo he leído las dos primeras. Creo que la segunda gana en dinamismo porque al estar ya diseñados y presentados los personajes en la primera es ahora cuando empiezan a suceder muchas más cosas. A mí también me apetece proseguir con las otras entregas pero voy a dejarlas descansar para poder leer otras novelas, Me encantaría ver la serie televisiva que hizo en 2001 la BBc pero no logro encontrarla.
EliminarUn beso
Hola Juan Carlos, menudo descubrimiento me has hecho. Nada más que con esas cubiertas me llaman poderosamente la atención. No soy mucho de series o sagas pero, sin duda, estos libros tienen una pinta genial. Besos
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