El mundo actual vive casi más de la imagen que de la letra impresa. Naturalmente todo, antes de plasmarse en imágenes, nace en formato escrito; de ahí la mutua retroalimentación de ambos mundos, el visual y el literario. Un ejemplo actual es el de la novela "El cuento de la Criada" de la escritora canadiense Margaret Atwood quien tras haberla publicado hace ya más de 30 años ha visto cómo ha vuelto a los escaparates y expositores de las librerías tras el inmenso éxito alcanzado por la serie televisiva de 10 capítulos que HBO ha hecho de ella y que está actualmente disponible en esta plataforma en nuestro país.
Margaret Atwood escribe "El cuento de la criada" (The Handmaid's Tale) en 1985. Ya desde el momento de su aparición la novela conoció el éxito: galardonada en 1985 con el Governor General's Award for English-language fiction y en 1987 con el Arthur C. Clarke Award, un premio de origen británico que se entrega a la mejor ópera prima del género novela de ciencia ficción publicadas en el Reino Unido durante el año anterior a la entrega. "El cuento de la criada" fue la primera novela galardonada con este premio.
La novela es una distopía, feminista según algunos dado que el asunto que plantea es el de la esclavitud de las mujeres por culpa de su fertilidad; una distopía de la maternidad, según la propia autora, que no desea alistar la novela tan fácilmente en la bibliografía feminista pues piensa -así lo ha mantenido en diversas ocasiones- 'que hoy en día vive del feminismo no poca gente sin el más mínimo talento'. Pero también es una distopía política: la escritora canadiense denuncia o avisa de la facilidad que corre el democrático mundo actual de convertirse en una dictadura. En la novela nos encontramos con una dictadura de naturaleza teocrática: no se puede obviar el momento en que la Atwood está redactando su relato, en plena resaca de la crisis de los rehenes americanos en Irán ocurrida durante 444 días del 4 de noviembre de 1979 al 20 de enero de 1981. El fanatismo con que se conducía ese país bajo la férula de los ayatollahs que habían impuesto una policía religiosa y que realizaban ejecuciones ejemplarizantes en las plazas públicas está, sin lugar a dudas, en la mente de la autora. Pasados los años y visto lo visto, también podría servir para cualquier otro régimen autoritario de naturaleza populista, misoneísta, supremacista, nacionalista... con ribetes de ser impuesto desde lo más alto por la voluntad de un deus ex machina que como bien todos sabemos jamás se puede equivocar.
Defred es el nombre impuesto al personaje que está contando su historia de manera desordenada, al hilo de los sucesos que le van aconteciendo en la nueva sociedad establecida de manera paulatina en Gilead, nombre del país que antes fuera Estados Unidos. Defred es una Criada, es decir, una mujer destinada a la fertilidad en un momento en que la misma ha caído de manera estrepitosa y las autoridades han colocado su recuperación en el centro de su acción política. Estas Criadas son puros objetos al servicio de los Comandantes (dirigentes) cuyas Esposas no tienen hijos y sí los desean. Para justificar la servidumbre sexual de las primeras esta sociedad fuertemente religiosa -teocrática- echa mano de unos versículos del Génesis en los que Raquel, la mujer de Jacob viendo que no podía darle hijos a su marido, le insta a que los tenga con Bilhá, su criada, la cual parirá sobre sus rodillas de manera que así ella, Raquel, también los tendrá.
Defred, pues, es una de estas Criadas cuya función es darle hijos a Fred, su Comandante, y de ahí el nombre que recibe para indicar de quién es propiedad. Para lograr la gravidez, con regularidad establecida tiene lugar la Ceremonia del apareamiento consistente en la monta de la sierva por su señor ante la atenta mirada de la Esposa llamada Serena Joy por la narradora del relato. En la casa de Serena y Fred, dirigentes destacados, viven otras clases como las Marthas (cocineras, limpiadoras y tal) Rita y Cora e incluso Nick, el chófer del Comandante cuyo aislamiento y abstinencia sexual es una de sus características.
Fuera de la zona controlada donde transcurre la vida de las Criadas delimitada por un muro en el que de manera ritualizada se realizan eufemísticas celebraciones de Salvación (en realidad ajusticiamientos) a la vista de todos y cuyos protagonistas luego son colgados de clavos colocados allí ad hoc, existen zonas donde la mano controladora del gobierno teocrático es más tenue y a donde aspiran a ir aquellas mujeres que quieren escapar de la terrible esclavitud que dentro están viviendo. Es el caso de Moira, compañera de fatigas desde la infancia de Defred que escapa cuantas veces puede del recinto. Pero fuera tampoco hay mucho más que dentro; lo que hay son restos, resquicios repugnantes del antiguo orden social en los que las mujeres eran sexualmente explotadas y humilladas con fines no reproductivos. ¿Qué es mejor, el viejo o el nuevo orden? Desde luego la pura racionalidad del hoy es más deshumanizadora pues sólo valen las mujeres fértiles que deben dar hijos en un período máximo de seis años. Pasado este tiempo los Guardianes (vigilantes) las enviarán a las Colonias exteriores donde trabajarán en el inhóspito medio ambiente y pronto morirán.
La novela estructuralmente presenta dos instancias en contrapunto: una, la del presente terrible que vive Defred en esa tiránica sociedad teocrática; y otra, en la que ella rememora momentos del pasado de manera desordenada según topa con las situaciones que va viviendo en una cierta comparación entre el Hoy y el Ayer. A través de estas rememoraciones, evocaciones y/o ensoñaciones hacia el pasado ["Suelo padecer estos ataques del pasado, como desmayos, como una ola que me invade la mente", pág. 49] vamos recibiendo la información cuarteada que según avanza el relato nos permite dar forma al personaje ["Tendréis que perdonarme. Soy una refugiada del pasado y, como otros refugiados, sigo las costumbres y hábitos que abandoné o que fui obligada a abandonar, y todo esto parece muy pintoresco, y yo soy muy obsesiva con respecto a ello.", pág. 224], a su ocupación en la anterior sociedad, a los sucesos que ocasionaron esta ruptura ["Fue después de la catástrofe, cuando le dispararon al presidente y ametrallaron el Congreso, y el ejército declaró el estado de emergencia. En aquel momento culparon a los fanáticos islámicos. Hay que mantener la calma, aconsejaban por la televisión. Todo está bajo control.", pág. 168], a personajes que formaban su familia: Luke, su madre, su hija...
El Cuento
En el blog de Jimena de la Almena hay una muy buena reseña sobre
Geoffrey Chaucer y sus "Cuentos de Canterbury"
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Naturalmente no estamos en el siglo XIV y tampoco la Criada de Atwood es lo que pudiera entenderse por ello en la Edad Media. Pero tampoco la expresión 'cuento' significa lo mismo en Chaucer, donde el sentido moralizante o de enseñanza es evidente, que aquí. La narradora de la novela de Atwood no hace más que cuestionarse el sentido del término:
"Si esto es un cuento que yo estoy contando, entonces puedo decidir el final. Habrá un final para este cuento, y luego vendrá la vida real. Puedo decidir dónde dejarlo. Esto no es un cuento que estoy contando. También es un cuento que estoy contando, en mi imaginación, sobre la marcha.", (pág. 38)
Para Defred, la narradora, como para el resto de Criadas, el contar, el cuento, es casi una terapia. A su través logran liberar la opresión que sufren. Por eso a las Criadas cuando salen a hacer la compra siempre en compañía de otra se les tiene prohibido intercambiar información que vaya más allá de lo puramente establecido de manera ritualizada a través de un prontuario de preguntas y respuestas. Defred en su deambulante soledad acompañada normalmente por Deglen, otra Criada, rememora de manera desordenada el pasado del que fue arrebatada de manera brutal. Piensa en Luke, el hombre que fue su pareja y con el que tuvo una hija de la que a día de hoy apenas si tiene vagas referencias; y la acción de contar, sea o no algo coincidente de manera escrupulosa con la realidad, es instrumento de libertad y de construcción de la verdad:
"Al contarte algo, cualquier cosa, al menos estoy creyendo en ti, creyendo que estás allí, creo en tu existencia. Porque contándote esta historia, logro que existas. Yo cuento, luego tú existes.",( pág. 263)
También piensa en su madre, una mujer liberada y luchadora que creía en la vida de las mujeres sin ataduras ["no quiero a ningún hombre a mi lado, para qué sirven, excepto por los diez segundos que emplean en hacer medio bebé. Un hombre es simplemente el instrumento de una mujer para hacer otras mujeres.", pág. 115]. Una mujer de la que a día de hoy apenas sabe nada, aunque lo más seguro es que haya muerto. Pese a ello es sobre ella y sobre su militancia feminista anterior a la instauración de Gilead sobre la que recae la escasa ración de humor que pudiera encontrarse en esta dura novela:
"Madre, pienso. Estés donde estés, ¿puedes oírme? Querías una cultura de mujeres. Bien, aquí la tienes. No es lo que tú pretendías, pero existe. Tienes algo que agradecer." (pág. 122)El homenaje a Chaucer se visualiza también en que esta narradora en 1ª persona que se dirige a un receptor múltiple, a un público plural cual hacían los juglares medievales en la plaza pública, relata no una historia única, la suya, sino que acoge en su Cuento otros muchos cuentos más:
"Estoy demasiado cansada para continuar con este cuento. Estoy demasiado cansada para pensar dónde estoy. Aquí va un cuento diferente, uno mejor. Éste es el cuento de lo que le ocurrió a Moira. Puedo completar parte de él por mi cuenta, de la otra parte me enteré por Alma, que se enteró por Dolores, que se enteró por Janine. Janine se enteró por Tía Lydia" (pág. 123)
Leyendo la novela me ha venido a la cabeza el mundo feliz de Aldous Huxley. Sin embargo he visto que la sociedad distópica de Atwood es mucho más dura que la de Huxley. Mientras que los rebeldes de "Un mundo feliz" lo eran a través del amor al estilo humano, aquí en Gilead este amor está condenado a vivir sólo en el mundo del recuerdo de estos seres que son "refugiados del pasado" para quienes como reflexiona Defred "nadie muere por falta de sexo. Es por falta de amor por lo que morimos.".
Gilead es un mundo en el que el sexo es obligatorio y por lo tanto, sin ambages, se cosifica a la mujer que así no puede llamarse a engaño; engaño que en cierto sentido existía en el pasado si hombre y mujer no estaban en igualdad de condiciones. Tal sucede cuando la mujer que era antes Defred pierde su trabajo y Luke que aún lo conservaba tras escucharla quiere hacer el amor:
"Pero algo había cambiado, ya no existía el mismo equilibrio. Sentí que me encogía, de manera tal que cuando me rodeó con sus brazos eran tan pequeña como una muñeca. Sentí que el amor se alejaba sin mí." (pág. 179)
Quizás el Comandante llega casi a convencer a su sierva sexual cuando ella cuestiona la Peregrinación de las Mujeres (casamientos en grupo):
"¿Qué es lo que pasamos por alto?, preguntó el Comandante
El amor, afirmé
¿El amor?, se extrañó el Comandante. ¿Qué clase de amor?
El enamorarse, repuse
El Comandante me miró con su mirada franca e infantil [...] ¿Realmente valía la pena enamorarse? Los matrimonios arreglados siempre han funcionado perfectamente bien, como mínimo." (pág.216 )
Como digo al inicio la novela se ha visto favorecida en la aceptación popular por su versión televisiva. Desde un primer momento "El cuento de la criada" fue objeto de versiones de todo tipo: cinematográficas (en 1990, Volker Schlöndorff dirigió una adaptación sobre guión de Harold Pinter), teatrales y hasta operísticas (en el año 2000 en Copenhague, en el 2003 en Londres y en la temporada 2004-2005 en Canadá). Pero sin lugar a dudas ha sido la serie de televisión de diez capítulos, protagonizada por Elisabeth Moss como Defred, la que ha tenido más impacto popular. En la realización de la serie intervino la mismísima Margaret Atwood como consulting producer. La serie ha obtenido 5 galardones en los premios Emmy 2017.
Para finalizar
Una magnífica novela por todo: por la construcción; por la denuncia política; por la denuncia de la explotación de la mujer; por los peligros que denuncia, entre ellos el del excesivo puritanismo presente en las sociedades anglos donde viene a contextualizar su historia futurista; por la reflexión metaliteraria que existe en ella sobre los límites de los géneros literarios, sobre la ductilidad de los mismos ("Me lo inventé. No ocurrió así. Lo que ocurrió es lo siguiente:" y hace una versión diferente a la anterior para, una vez que ha logrado rompernos el espinazo, sorprendernos con un "Tampoco ocurrió así. No estoy segura de cómo ocurrió, no exactamente. Todo lo que puedo hacer es una reconstrucción: el modo en que se siente el amor siempre es aproximado.", pág. 261); por la denuncia que hace del juego y papel de la intelectualidad en el sostenimiento y justificación de las sociedades incluso de las más autoritarias como la de Gilead; por la utilización de un lenguaje exquisitamente literario que exige un lector que lo deguste.
Datos del libro
Autor: MARGARET ATWOOD
Título: “El cuento de la Criada”
Nº de páginas: 416 págs.
Encuadernación: Tapa blanda
Editorial: SALAMANDRA
Lengua: CASTELLANO
ASIN: B071KQF6G3
Precio:
En papel: 18'05€
Ebook: 11’39€
Autor: MARGARET ATWOOD
Título: “El cuento de la Criada”
Nº de páginas: 416 págs.
Encuadernación: Tapa blanda
Editorial: SALAMANDRA
Lengua: CASTELLANO
ASIN: B071KQF6G3
Precio:
En papel: 18'05€
Ebook: 11’39€
Hola Juan Carlos.
ResponderEliminarQue tremenda exposición que nos traes. Tan buena que entras ganas (al menos a mí) de salir pitando a por la novela. Es una autora desconocida para mí, aunque conozco desde hace tiempo su existencia como novelista. No he catado nada suyo y esta parece una buena oportunidad para empezar.
Fantástico el tráiler de la serie.
Saludos.
Hola, John:
EliminarNo he tenido aún oportunidad de ver la serie de TV, pero he leído por ahí que está muy bien hecha y que a mucha gente gusta más que la novela pues -hay que reconocerlo- ésta tiene un discurrir peculiar en el que parece que nada sucede y de no leer la obra con ritmo regular llega a cansar siendo no pocos los lectores que se dan por vencidos y la abandonan. Una lástima, pues en mi opinión, es literatura de muchos quilates.
Un abrazo
Si hubiera leído esta fantástica reseña antes de haber visto la serie de televisión sin duda habría ido a por la novela, pero ya la dejaré pasar porque sé todo lo que ocurrirá en ella y poco habría de sorpresivo. Besos
ResponderEliminarHola Juan Carlos!
ResponderEliminarEs una de las mejores novelas que he leído este año, me gustó muchíiiiiisimo; luego vi la serie y no me defraudó nada, estuvo a la altura de la novela y qué decir que la actriz me encanta...
Fantástica reseña.
Besitos.
Después de ver la serie, me apetece leer el libro, y, tras las buenas reseñas que leo estos días, más aún. Lo que siento es no haberlo leído antes de la serie. Me gusta disfrutar la novedad y la sorpresa en el libro y luego ver cómo se ha llevado a la pantalla, pero esta vez lo he hecho al revés.
ResponderEliminarMuy buena y completa reseña.
Un beso.
Suelo responder individualmente los comentarios pero hoy no sé qué le pasa a Blogger que no quiere abrirse el apartadito de 'Responder' así que haré una respuesta colectiva para Luisa, Yolanda y Rosa.
ResponderEliminarMuchas gracias, Luisa, por tu opinión sobre la reseña. Entiendo tu reticencia a leer la novela después de haber visto la serie, pero por lo que leído por ahí resulta que la serie despacha en tres episodios más de 300 páginas de novela con lo que deja sin tocar visualmente mucho de lo literario que tiene el libro. Con todo, también he leído que hay mucho más ritmo en la serie que en el escrito; algo normal por otra parte pues la literatura se basa en, además de contar una historia, llamar la atención sobre el propio lenguaje y eso siempre introduce lentitud. Un beso, amiga.
Hola, Yolanda: Coincido con tu opinión sobre la novela. Y estoy seguro que a mí la versión televisiva me gustará también por lo visto en el trailer y porque la actriz, Elisabeth Moss, me encanta. Besos, amiga.
Hola, Rosa: Conociéndote, creo que vas a disfrutar con el libro. Quizás haber visto la serie te reste algo de la sorpresa que a mí me dio la novela en los momentos finales que es cuando coge algo más de ritmo. Pero es literatura de calidad, distinta, diferente... Un beso
Tengo muchas ganas de leer este libro. Tantas que no veré la serie hasta que lo lea. A ver si antes de fin de año puedo.
ResponderEliminarUn beso ;)
Yo lo he hecho como tú dices y creo que he/hemos acertado. Ahora mismo tengo muchas ganas de ver la serie, pero no sé cómo porque no estoy suscrito a HBO.
EliminarUn beso, Natàlia
No me llamaba mucho la atención, pero ahora tengo dudas...
ResponderEliminarJa, ja..., qué gracia. Es lo que tiene leer reseñas. Bueno, te diré: no es una lectura de estas que se hacen casi sin darte cuenta, no, para nada, es una lectura que te exige determinación. Quiero decir que cuesta un poco entrar en la novela, pero, precisamente por ello, una vez que superas las dificultades la satisfacción es inmensa.
EliminarCuando decidas leerla póntela como tarea; quiero decir: no la leas durante muchos días sino mejor durante pocos días pero dedicándole más tiempo.
Un beso
Seguiré tu recomendación, he leído varias reseñas, y todas hablan muy bien de esta novela. La tuya es fantástica.
ResponderEliminarGracias, Juan Carlos.
Abrazos
Muchas gracias, Maite, por tu opinión. Creo que te gustará la novela cuando la leas.
EliminarUn beso
Pues no dejas lugar a dudas. Yo quiero leerla antes de ver la serie y parece que me estoy perdiendo algo real.ente bueno. Te contaré muy pronto.
ResponderEliminarBesos
Me gustará mucho leer tu opinión cuando la leas, Mª Angeles.
EliminarUn beso
Es la segunda reseña que leo sobre este libro en muy pocos días. A pesar de haber sido escrita en 1985, y teniendo en cuenta con qué rapidez últimamente se quedan obsoletas algunas obras, el tema que trata sigue siendo, por desgracia, muy actual. Este repunte de la lectura de un libro con más de treinta años desde su publicación supongo que está asociado a la emisión en TV de la historia, el poder de convocatoria de los medios audiovisuales es inmenso.
ResponderEliminarComo ya comenté en otros blogs acerca de este libro, aunque no me gustan mucho las distopías esta me la apunto pues el tema a tratar me resulta interesante aunque con estos temas tan alegóricos me implico mucho y creo que no va a resultar una lectura "agradable", pero ninguna denuncia de situaciones injustas lo es.
Gracias por tan fantástica reseña, Juan Carlos. Como siempre añades informaciones muy interesantes al propio libro que ayudan a hacerse una idea mucho más completa.
Un besote.
Hola, Paloma:
EliminarEvidentemente es como dices: la serie televisiva ha dado nueva vida a esta novela escrita hace 32 años. Pero lo que es evidente es que la serie ha tenido mucho éxito (yo aún no la he visto) porque el tema que plantea toca la fibra humana de los espectadores, además de que esté bien hecha que, según parece, es el caso.
Te diré que el libro es exigente, o sea, que no hay que darse por vencido a las primeras 60 ó 70 páginas. Si eres constante -tú lo eres- y superas ese primer empellón inicial en el que parece que nada pasa irás tomándole gusto a la novela que está muy bien escrita y sus piezas se van ajustando según transcurren las páginas.
Gracias a ti por todo
Un beso
Hola, Juan Carlos! Muchas gracias por comentar en mi blog. Me gusta mucho tu rincón de la blogsfera, me encantan los blogs variados así que te sigo ahora mismo.
ResponderEliminarTodo el mundo habla de El cuento de la criada desde que salió la serie de televisión y yo tengo muchas ganas de leerlo, aún más después de leer tu reseña. Me ha interesado mucho la relación que tiene con los Cuentos de Canterbury de Chaucer (soy medievalista, es deformación profesional) y no lo había leído en ninguna otra reseña. A ver si consigo sacarlo de la biblioteca pronto.
Un beso.
Hola, Irene, ¡sé bienvenida! No sabía que fueras medievalista.Está claro entonces que tienes que leer la novela de la Atwood porque así podrás certificar o no esta relación con Chaucer.
EliminarGracias por incorporar mi blog a la lista de los que sigues.
Besos
Una reseña realmente completa, amigo. Gracias por haberme recomendado que me pasara. ¡Ya tienes un nuevo seguidor!
ResponderEliminarCarmelo, muchas gracias por tus palabras, por haberte pasado por aquí y por comenzar a seguirme. Yo ya te seguía en el blog "El rincón de las Páginas".
EliminarUn abrazo
¡Hola! Me gustó mucho este libro (me encantan las distopias) y te recomiendo sin duda que no te pierdas la serie (si te gustan las series de televisión) Está muy bien conseguida y respecto al argumento va más allá que el libro (por eso es recomendable leer primero el libro y luego ver la serie, nunca al revés), cuenta algo más y para mi gusto la actriz protagonista lo borda.
ResponderEliminarUn beso
Hola, Marian:
EliminarYa estoy viendo la serie y me está gustando mucho. Es cierto lo que dices sobre que se debe leer primero la novela para luego ver la serie, y no al revés porque hay más elementos en la serie que en el libro.
La actriz, Elizabeth Moss, a mí me encanta desde que la vi en el magnífico papel que hizo en "Mad men" (¡soberbia!). Su rostro es peculiar y actúa de miedo.
Un beso
Que buena serie, es demaciado explicita y cruel que te deja los pelos de punta sin llegar a ser horrorosa o dificil de ver, ahora me acabo de comprar el libro para ver similitudes y diferencias con la serie pense que me saldria bastante caro pero para el que quiera aprovechar el precio les dejo el link https://amzn.to/2MJ87lB
ResponderEliminarHola, Chrisfer:
ResponderEliminarYo leí antes el libro que vi la serie. El libro me encantó pese a su dureza; en la serie se abusa algo de lo explícito, ciertamente, pero se salva con un más que notable alto. Sólo he visto la primera entrega que es la que se atiene a la novela; de la siguiente nada puedo decir pero imagino que. dado el éxito, será cosa de estirar el chicle.
Un fuerte abrazo