La película me
agradó, pese a haberme costado un poco entrar en ella dado el exceso de diálogo
que contiene; pero esto que en principio parece defecto es sin embargo una de
las características fundamentales de la trilogía. Tanto es así que el film
tiene más de obra de teatro que de cualquier otra cosa.
Otra de las
señas de identidad de esta película es que mantiene la misma pareja
protagonista de las dos anteriores (Celine y Jesse) -normal en una trilogía-;
lo que ya no es tan frecuente es que los actores sean también los mismos (Julie
Delpy y Ethan Hawke); y mucho menos aún que las tres películas se hayan
realizado con una periodicidad exacta de 9 años entre cada una de ellas, como
tampoco que la edad real de los actores sea aproximadamente igual que la de los
personajes. Esto último es muy interesante pues vemos -y ésa es una de la intenciones de Richard
Linklater- que la evolución del amor a lo largo de veintitantos años también
tiene mucho que ver con los cambios personales. Y también que las fronteras
realidad-ficción son siempre difusas.
La trilogía
puede leerse como el nacimiento del amor -el flechazo- en "Antes del
amanecer"; la consolidación del mismo en "Antes del atardecer";
y las dudas, incomprensiones y dificultades que conlleva su mantenimiento en
"Antes del anochecer". Los tres films defienden el amor pasión que
debe convivir con las aspiraciones
profesionales de ambos -en especial de la mujer- y con los problemas
arrastrados de relaciones anteriores (en la segunda y tercera película Jesse,
escritor de éxito, tiene un hijo de 5 y 14 años fruto de un matrimonio acaecido
ante la falta de señales de Celine tras el primer encuentro amoroso sucedido en
Viena). También la convivencia será más difícil habida cuenta la diferencia
cultural: Jesse es un norteamericano de Texas, mientras que Celine es una chica
parisina muy concienciada con los problemas de la mujer y del deterioro ambiental. Pero,
paradójicamente, la utópica feminista es
más inflexible que el práctico norteamericano, el cual siempre cederá y será
gracias a él por quien la relación se mantendrá viva.
Se nota una
clara evolución entre las tres películas, no sólo a nivel de la historia de
amor de la pareja, sino también a nivel cinematográfico. Mientras que en las
dos primeras la cámara gira constantemente alrededor de Celine y de Jesse, en
"Antes del anochecer", situada en Grecia (las otras dos suceden en
Viena y París respectivamente), la cámara deja entrar en su campo otros
personajes de distintas edades que dan testimonio de sus respectivas vivencias
amorosas. Así vemos a una pareja de jóvenes -al igual que lo fueron ellos- que
amándose ahora con furia ya tienen asumido que su amor no durará siempre y en 8
ó 10 años se ven a sí mismos divorciados; vemos a una pareja de amigos de
Celine y Jesse felices viviendo un amor más primitivo, más puramente sexual, sin tanta
retórica amorosa; y vemos a dos ancianos viudos recordando él, escritor famoso,
y ella, tradicional esposa, los años felicísimos vividos con sus fallecidas parejas
a las que siempre respetaron sus
parcelas vitales respectivas, sus roles, y eso les hizo y les hace ahora, al
recordarlo, sentirse dichosos. Es, pues, "Antes del anochecer" una
película más coral, más redonda.
¿Qué salvará la
relación entre los personajes de Julie Delpy y Ethan Hawke? Pues lo que
constituye el eje central de los tres relatos: la palabra en forma de diálogo,
o sea, la comunicación. Y cuando ésta corre el riesgo de quebrarse, la ficción.
Ese es el método empleado en las tres películas por parte de Jesse para evitar que su relación naufrague: cuando
Celine no acudió a la cita en Viena, él la vivió y se la justificó a sí mismo en forma de
relato, y cuando en "Antes del anochecer" todo parece haberse roto,
de nuevo Jesse rescata el amor echando mano de la narración 'vivida' en la que
una Celine de 82 años -dice él- se le ha aparecido para decirle que es una pena
que..., y Celine acepta escucharla y le pide que le cuente qué es eso que esa
viejecita le ha dicho.
La película se
completa con un franco humor y una cálida música, aunque en esta tercera entrega no
pertenezca a la cosecha de Julie Delpy, algo que sí sucede en “Antes del
atardecer” (una muestra de la misma puede
escucharse en la página de este blog La
música que me gusta escuchar.)
¿Acaba con esta
película la historia Celine-Jesse? No sabría decirlo, aunque pudiera ser que
sí. Y no lo puedo asegurar porque Linklater finaliza el film con la
indefinición y ambigüedad a la que nos tiene acostumbrados. Para descifrar esta
incógnita debería haber otra película en la que se nos relatase con palabras lo
que no se nos ha dado en imágenes, tal y como sucedió con los finales de las
otras dos películas cuyos finales abiertos son desvelados a través del diálogo
en las narraciones cinematográficas siguientes.
También yo vi la tercera película de la trilogía este verano, pero precisamente porque guardaba un muy agradable recuerdo de las dos anteriores (de hecho, tengo una edición especial del DVD y la banda sonora, a las que acudo de vez en cuando para recordar viejos tiempos, como si fuesen magdalenillas proustianas).
ResponderEliminarDescubrí la segunda antes que la primera, casi por casualidad, en un cine de Edimburgo. Con las primeras imágenes me sorprendió la emoción de reconocer la librería Shakespeare de París, en la que tantas horas había pasado, y me dejé invadir ya para el resto de la película por la nostalgia punzante de mis años parisinos.
Pocos días después estaba viendo la primera entrega, que me pareció entrañable.
Me ha hecho ilusión descubrir a mi querida pareja luchando por conservar un amor que, como todos los que perduran en la dimensión real de la vida, están condenados a irse limando con el trascurrir de lo cotidiano (contrariamente a los que sobreviven en el terreno de la fantasía, como era el caso en la segunda entrega).
Solo puedo decir que espero la cuarta para el año 2022.
Descubrí la segunda antes que la primera, casi por casualidad, en un cine de Edimburgo. Con las primeras imágenes me sorprendió la emoción de reconocer la librería Shakespeare de París, en la que tantas horas había pasado, y me dejé invadir ya para el resto de la película por la nostalgia punzante de mis años parisinos.
Pocos días después estaba viendo la primera entrega, que me pareció entrañable.
Me ha hecho illusion descubrir a mi querida pareja luchando por conservar un amor que, como todos los que perduran en la dimensión real de la vida, están condenados a irse limando con el trascurrir de lo cotidiano (por oposición a los que sobreviven en el terreno de la fantasia, como era el caso en la segunda entrega).
Solo puedo decir que espero la cuarta para el año 2022.
"beautifulthingsonly" perdona mi retraso en responder a tu comentario. Las vacaciones lejos de la gran ciudad es lo que tienen, estoy sin acceso a internet.
EliminarA mí también me encantaría ver en el 2022 qué tal le va a esta pareja, aunque me los imagino ya cansados, con algún nietito en camino y un poco ya de vuelta de todo; pero ¿seguirán luchando por su amor?, ¿ella seguirá siendo tan exigente?. Desde luego sólo por resolver estos enigmas sería interesante.
Saludos