29 nov 2025

"La casa de huéspedes", novela de Ana Lena Rivera

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Mujeres novelistas españolas actuales

Comencé a leer a Ana Lena Rivera en 2023. Lo hice gracias al regalo de la novela titulada Las herederas de la Singer que me hizo una muy buena amiga mía. A partir de ese momento tres novelas más he leído de esta escritora ovetense, y de todas ellas he dejado testimonio en este blog en forma de reseñas. Se pueden leer las mismas pinchando en los nombres de las novelas: Las herederas de la Singer, Lo que callan los muertos y La niña del sombrero azul. Debo añadir que si la primera novela me llegó gracias a una amiga muy querida, las dos últimas que la autora ha escrito y publicado con enorme éxito las he leído gracias a otra excelente amiga, Teresa Tena, que desde que en la tertulia  más que palabras... a la que ambos asistimos con regularidad mensual leyéramos Las herederas de la Singer se enamoró de tal modo de la literatura de esta asturiana que no hay novela de Ana Lena que ella deje pasar de largo. Y una vez que las lee me las pasa en préstamo. Muchas gracias, Teresa, por tu amistad.

La casa de huéspedes, última novela de Ana Lena Rivera, la he leído con mucha rapidez. Con ésta, como ya he dicho, son cuatro las que me he echado al coleto. De ellas, tres de su última etapa y una de su primera época, cuando la escritora tocaba el 'domestic noir' y el suspense en la serie protagonizada por la investigadora Gracia San Sebastián de la que escribió tres títulos. La casa de huéspedes forma parte, con Las herederas de la Singer y La niña del sombrero azul, de la segunda etapa de su novelística centrada especialmente en historias protagonizadas por mujeres que se echan el mundo a sus espaldas con independencia del hombre al que por tradición y tradicionales condicionamientos socio-políticos venían estando atadas. Decididamente en las tres la novelista entra en un territorio en el que se mueve bien y con soltura: el femenino. Pero no 'femenino' en el sentido rosa o almibarado creado por la tendencia novelística adjetivada así o también llamada del corazón, sino 'femenino' entendido como mundo que gira en torno a mujeres empoderadas, señeras, independientes.

Si bien cada una de las tres novelas presenta historias distintas y diferentes, indudablemente hay en todas ellas elementos que permiten verlas como parte de una unidad: vida de las mujeres en España a lo largo de una época extensa que va desde los años 20 o más atrás incluso llegando hasta el momento actual; esa máquina de coser marca Singer que aparece en las tres; y por último algunos personajes que transitan por las tres narraciones, especialmente Aurora, la modista del asturiano pueblo minero Turón, la cual con sus creaciones contribuye a dar felicidad a varios personajes en todas ellas y mucho en esta última.

 Sinopsis de la novela (proporcionada por la propia editorial)
 Madrid, 1937. En el preciso instante en que una bomba cae sobre un edificio del centro de la ciudad, cerca de la Gran Vía, las vidas de dos jóvenes vecinas cambian para siempre.
Elvira, cuyos padres regentan la casa de huéspedes ubicada en la tercera planta, se encuentra exiliada de la Guerra Civil en Francia en el momento de la explosión. Sin embargo, la desaparición del hogar al que tanto anhela regresar supondrá un punto y aparte en su destino.
Ángela, la hija de los porteros de la finca, sí está presente cuando el lugar donde ambas han crecido salta por los aires. Es entonces cuando toma una decisión de consecuencias imprevisibles: coge en brazos al bebé de unos huéspedes que acaban de fallecer bajo los escombros y huye adoptando una falsa identidad.
Nada hace pensar a Elvira y a Ángela que sus caminos volverán a cruzarse, ni que otra casa de huéspedes será el lugar de encuentro para una nueva generación de mujeres que, igual que ellas, deberán aprender a convertir el dolor en fuerza y a sobrevivir con la frágil esperanza de un futuro mejor.

Al buscar la sinopsis anterior me sorprendo al leer la cifra de más de 250.000 ejemplares vendidos hasta el momento de la novela que se publicó el 9 de septiembre de este mismo años, 2025. Nada que ver con los 25.000 ejemplares que en 2023 rezaba el fajín de portada de la novela Las herederas de la Singer un año después de su lanzamiento. Como se ve la aceptación popular de la literatura de esta novelista asturiana radicada en Madrid ha crecido como la espuma y de manera fulgurante. Me alegro por ella.

Cuando un producto literario se expande de la manera antes descrita es inevitable calificar el fenómeno como propio de un best seller. Naturalmente que sí, Ana Lena Rivera es una autora que vende mucho y cuyas novelas se leen muy, pero que muy bien. Cuando tal cosa ocurre hay quienes suelen decir que estamos (mejor sería decir, estaríamos) ante un mal producto, como si sólo los autores que no venden fueran buenos y quienes venden mucho, malos. Bueno, es un tema habitual que aflora de manera recurrente sobre todo con ocasión de certámenes muy mediáticos. Sí, todos conocemos el nombre de alguno de estos concursos literarios. Pero en el caso de nuestra autora no cabe atribuir su éxito a ocultas maniobras orquestales en la oscuridad —permitidme, Orchestral Manoeuvres in the Dark, utilizar el nombre de vuestro grupo musical—. Ella, Ana Lena, ha subido en las ventas por méritos propios, no por el impulso de alguna empresa televisiva o cosa semejante; esta ovetense, vecina de Las Rozas (Madrid) compatibilizó durante un tiempo su carrera profesional en el mundo de los RRHH de una importante multinacional con su pasión por la escritura. Tras diecisiete años de hacerlo, dada la buena aceptación que entre el público iban teniendo sus novelas, decidió dedicarse de lleno a la literatura. No se puede ni se debe penalizar el éxito y tampoco menoscabarlo. Sólo cabe enjuiciar el producto desde lo que es, una obra literaria. Vamos a ello,
(a propósito de este eterno debate sobre los best-seller remito a lo que escribí en la reseña que hice sobre Las herederas de la Singer). 

Como ya pude comprobar en sus novelas anteriores Ana Lena escribe bien, se la lee muy bien, capta la atención del lector desde el primer momento y sabe mantenerla  a lo largo de las más 500 páginas que ocupa la narración. 
Es una narración organizada en dos momentos temporales. Marzo de 2025: Caridad, asiste a Marga que está agonizando en la cama de su domicilio. Caridad aguarda la llegada desde Londres, donde viven, de  Fer y Violeta, el hijo y la nieta de Marga; es posible que alcancen a ver con vida a su madre y abuela.  El otro momento es temporalmente mucho más amplio y surge de los recuerdos que invaden la cabeza de Caridad en esos instantes de atención a la moribunda y también —y principalmente— del libro que, por encargo de Marga, nos dice haber estado escribiendo durante los últimos años. En este libro explica a Fer y a Violeta la historia de Marga y de todo el entorno humano (familiar y vecinal) de la misma desde los años de la guerra civil cuando nació hasta el momento en que la dictadura acabó en 1975 atisbándose por fin la democracia. Los años que van del final de los setenta hasta marzo de 2025 ocupan mucha menor extensión, si bien son importantes para entender mejor la evolución de los personajes de esta obra que en gran medida es una novela coral.

Uno de los aciertos de la autora es precisamente lo bien que sabe construir a sus personajes. Todos ellos tienen personalidad propia, todos ellos son verosímiles. La mayoría son mujeres y en gran medida los muestra por parejas. Así tenemos a Elvira y Angela, protagonistas principales de esta historia. La primera es hija de los dueños de la casa de huéspedes Casa Flora que sus padres tenían en la calle Montera de Madrid antes y durante la guerra civil, hasta ese día fatídico del año 1937 en que un obús lanzado por los nacionales segó la vida de no pocas personas que se encontraban en ese momento en el hostal. Sólo quedaron vivos quienes estaban fuera del local y Angela, la hija de los porteros de la finca, que como se dice en la sinopsis sólo pudo salvar de entre los escombros al bebé de una pareja de huéspedes asturianos que habían parado esa noche en el hostal. Este bebé es Margarita

Elvira y Angela eran niñas amigas en el edificio de la pensión. La primera y su madre serán enviadas por el  padre a París para escapar de la guerra española. Allí ambas sufrirán, cuando los alemanes entren en París, vejaciones y peligros que les ocasionarán consecuencias terribles. La segunda, Ángela, escapará de Madrid con la bebé en sus brazos y se presentará en Oviedo, en la casa de los Acebedo, simulando ser la viuda del hijo fallecido en el hostal madrileño. Ellas desarrollarán, distantes la una de la otra, sus vidas distintas; sin embargo con el paso del tiempo ambas vendrán a coincidir en Oviedo donde en un momento dado sus hijas respectivas se relacionarán entre ellas y con otros personajes como Caridad, la joven amiga de Marga y de Fania, esta última hija de Elvira. Es Caridad quien está contando toda la historia.
Ana Lena Rivera, Feminismo, novelas de mujeres para mujeres

La vida de los miembros de cada una de estas parejas de personajes discurre en paralelo en el tiempo aunque separadas en el espacio. Así se comprueba, por ejemplo, en el caso de los noviazgos entre Luis (periodista comprometido políticamente frente al franquismo) y Elvira o la fuerte atracción que Ángela siente por Fernando (el abogado vecino de planta que le lleva sus asuntos legales). Saber cómo discurre cada una de estas relaciones es uno de los muchos acicates que impulsan a devorar las páginas de la novela. Es por ello que no cabe declararlo aquí.

Literariamente, respecto a las otras dos novelas anteriores, creo que la autora en ésta ha mejorado mucho. Esta mejora quiero referirla sobre todo al hecho de que en ésta la novelista ha adelgazado el número de asuntos que directa o tangencialmente toca en sus relatos. En mis reseñas sobre Las herederas... y La niña... mostré mis reparos sobre esta superabundancia. No obstante, aunque en mi opinión mucho mejor manejados, reaparecen aquí los principales: Amor, Moda y Confección, Guerra Civil y sus consecuencias, Transición política, feminismo, machismo, homosexualidad, liberación de la mujer... Sí, efectivamente, todos los enunciados están, pero en esta ocasión tratados con más sutileza, encajados mucho mejor en la historia central. 

También hay guiños a las dos novelas que la preceden, en especial a la que dio inicio a la serie. Así, pronto, aparece una máquina de coser Singer. Pero quizás la alusión principal venga dada por esa modista de la localidad minera asturiana de Turón llamada Aurora que confecciona el traje de comunión de Fania y el de boda de María Emilia, la hija de Carmen, a cuya fiesta de celebración acudió en compañía de su amiga Ramona. Más que un guiño, yo diría que es un claro homenaje a su primera novela y a las mujeres que como Aurora supieron salir adelante con trabajo y arte.  


Como colofón de esta reseña y antes de colocar unas cuantas citas textuales que me parecen muy reveladoras diré nuevamente, a modo de conclusión, que La casa de huéspedes de Ana Lena Rivera es una novela que se lee muy bien, que entretiene mucho durante su lectura, en la que no cabe buscar grandes hallazgos estilísticos, pero sí mucha emotividad. Si algo maneja muy bien la autora son los resortes de la misma, sabiéndola presentar de modo excelente. Pienso que esta habilidad explica en gran medida su enorme éxito. La deriva más lógica para ésta y las dos novelas anteriores —me aventuro a decirlo— será verlas convertidas en serie televisiva a no tardar mucho. Es pura intuición personal mía que deseo se haga realidad para esta escritora exitosa.

 
Algunos fragmentos de la novela que me parecen de especial interés:
  • El asturianismo de la autora queda patente en los paisajes urbanos y rurales de Oviedo y su Comunidad, así como en la antropología cultural fijada especialmente en lo culinario:
[Luis a Elvira] «solía llevarle pasteles: unos carbayones de Camilo de Blas, unos bartolos de la confitería Asturias o unos bombones de Peñalba.»
Otros productos citados son los «frixuelos» (crepes), las «casadielles» (postre asturiano de Navidad) y otros muchos más.
  • Consejos tradicionales dados por las madres a sus hijas especialmente durante los años de la dictadura franquista:
«Lo que sí es cierto es que es mal negocio enamorarse, hija, muy malo. Las mujeres tenemos que decidir con la cabeza, porque en esta sociedad, según con quién te cases, así será tu vida. Del matrimonio que hagas dependerá si eres señora o sirvienta, libre o esclava, feliz o desgraciada.»
  • Mensajes y/o reflexiones moralizantes que a veces cuela la escritora a través de alguno de sus personajes:
 «Igualito que Pilatos. Puedes lavarte las manos, pero eso no te eximirá de culpa. Dime, pues, ¿cómo se supone que deben sacar adelante a sus hijos las madres solteras? Si les impide trabajar, ¿qué pueden hacer? ¿Abandonarlos a la puerta de una iglesia para después tirarse a las vías del tren? ¿O que los den en adopción, como darán a nuestro futuro hijo? ¿Te das cuenta? Es horrible» [Margarita en conversación con su marido Fernando Acebedo].
  • Muy interesante me parece el aspecto de lo que en el fondo el relato que cuenta Caridad es: una novela haciéndose. Se ve en varios momentos a lo largo de la misma, pero muy especialmente, casi al final, cuando Caridad, la narradora, confiesa: 
«Escribir esta parte de la historia me costó semanas, y no por culpa de que, con la máquina de escribir de Luis, fuera muy lenta, que también, sino por lo muchísimo que lloré.
Me hizo bien usarla, aunque tuve que redactarla varias veces. Me ha ocurrido con otras partes del relato, pues con la vieja olivetti, cada vez que he necesitado incluir un nuevo recuerdo, he tenido que reescribir el folio entero.
»

14 nov 2025

"Una a una en la oscuridad". Novela de Deirdre Madden

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«No soporto vivir en Irlanda del Norte. Todas esas chaladuras sobre lo estupenda que es la vida en un sitio pequeño y lo amable que es la gente. Me da vergüenza haberme dejado llevar por ese discurso; a otras personas las mataban como a papá y yo, mientras tanto, era una de esas que decían que Irlanda del Norte es mucho más que los tiroteos y las bombas.» (Sally Quinn)

Deirdre Madden, conflicto irlandés
Una a una en la oscuridad me ha gustado mucho y en esta entrada diré por qué. Antes de eso confieso que desconocía por completo la existencia de Deirdre Madden, autora irlandesa nacida en 1960 en Toomebridge, condado de Antrim [precisamente es Antrim el lugar donde transcurre lo más importante de esta novela], Irlanda del Norte. Mi desconocimiento no es sólo achacable a mi desidia, sino a que sólo hay dos novelas de la autora traducidas a nuestro idioma: una es la que acabo de leer, novela que la novelista publicó en su país en 1996; la otra se titula Los pájaros del bosque inocente y Madden la publicó en 1988.

Una a una en la oscuridad es una magnífica manera de ver desde dentro el "conflicto" irlandés, la lucha entre protestantes (unionistas) y católicos (republicanos) en Irlanda del Norte a lo largo de los 25 años que duró el conflicto, desde 1969 hasta 1994, fecha en que el IRA depuso las armas y abrió el camino para el llamado 'Acuerdo de Viernes Santo' firmado entre unionistas y republicanos en 1998 . La novela, pues, se publica justamente en medio de ambas fechas: 1996.

Aunque el asunto de la lucha armada entre protestantes y católicos es central en el relato, yo no diría que estamos ante una novela histórica. Pienso que estamos ante una cotidiana historia familiar centrada en tres hermanas que se reúnen en Antrim durante una semana. Estas tres mujeres son Cate, que vive en Londres y se dedica al mundo del periodismo que trata de la moda, de Helen, abogada en Belfast ocupada mayormente en causas de terrorismo político, y de Sally, la menor de las hermanas que es maestra en la misma escuela de monjas católicas donde ella y sus hermanas estudiaron. Estas tres mujeres hablan del hoy esperanzado que representa el embarazo de Cate al tiempo que reflexionan y evocan la vida pasada, insertada toda ella en ese concreto momento histórico y socio-político que fue el conflicto irlandés. 

Literariamente me ha gustado e interesado mucho la figura del narrador. Es un narrador en 3ª que habla de la vida de estas tres hermanas (Sally, Cate y Helen) y de su madre (Emily) casada hasta que lo asesinaron con Charlie, un buen hombre que no militaba en ningún grupo terrorista, pero que sufrió, como tanta otra gente no implicada, el estar en el momento equivocado en el lugar equivocado. Concretamente, lo confundieron con Brian. su hermano, que sí militaba en el Sinn Fein o algún otro grupo pro-irlandés. Este narrador en 3ª persona cambia de vez en cuando a la generalizadora 2ª  identificándose, confundiéndose o permeándose así, él mismo, con el grupo social de los irlandeses republicanos.

Linealmente, la historia que se cuenta dura sólo una semana, el tiempo que Cate y Helen están en Antrim junto a su hermana Sally, su madre Emily, y otros familiares y miembros de la comunidad (el tío Brian y su mujer Lucy, la hija Una, los vecinos que fueron compañeros de escuela, etc.). Como he dicho, durante esta semana, cada una de ellas -también la madre, el padre y hasta el tío Brian- rememora momentos del pasado que las fueron construyendo para hacerlas tal y como ahora son. Es a través de estas vueltas atrás en el pensamiento de unos y otros personajes que nos enteramos de lo sucedido realmente en el seno de las familias comunes de irlandeses del norte a lo largo de los 25 años, desde 1969 en que se marca el inicio del conflicto norirlandés hasta 1994 en que el IRA comunicó el abandono de las armas.

Los personajes están perfectamente desarrollados. Todos ellos son creíbles y los vemos evolucionar desde su tierna niñez, en el caso de las hermanas, a la madurez en que en ese momento están. Pero no solo nos quedamos en las hermanas, también conocemos la niñez de sus padres,  Emily y Charlie, de sus hermanos Brian y Peter, aunque menos, e incluso la vida y carácter de algunos otros. Y es que están las abuelas: Kate, por parte de padre y Kelly  por parte de la madre; la primera, activa y movida vs la segunda, más pejiguera y siempre protestona. El papel de la iglesia (el cura joven que consuela a Emily, y las monjas del colegio al que asisten las hermanas, en especial Helen) tienen también su importancia en el contexto socio político de la comunidad y en el personal de las niñas. Estas monjas son sor Philomena (proirlandesa) y sor Benedict (más neutral).

Como digo al inicio, a mí Una a una en la oscuridad me ha gustado mucho. Me ha parecido de una enorme frescura. Deirdre Madden escribe de manera fluida, transita desde lo particular de la vida de cada personaje a lo más general y propio de la Comunidad norirlandesa con naturalidad pasmosa. Los problemas familiares que a veces, en especial a Emily, se le antojan irresolubles son análogos en su capacidad de solución al conflicto político que durante esos 25 años tuvo asolada a Irlanda del Norte. Todo en realidad es fútil, todo tiene remedio, nada es imposible, si entre todos ponemos de nuestra parte.

Leyendo a Madden no he podido por menos que rememorar a Edna O'Brien y su Las chicas de campo, trilogía reseñada por mí en este blog hace ya tiempo en dos entradas sucesivas [entrada I y entrada II]. Efectivamente el ruralismo propio del condado de Antrim, la necesidad de salir de allí y evolucionar que siente Cate, y al tiempo la atracción que lleva a Helen a pasar en la localidad cada fin de semana abandonando Belfast donde trabaja, o el anclaje de Sally a la escuela a la que ella y sus hermanas acudieron de niñas no para continuar la cadena antigua sino como elemento rompedor de la misma, me han llevado a evocar a Edna O'Brien. Pero he de decir que Deirdre Madden me ha interesado mucho más que la O'Brien. Y esto se debe a que el tema del terrorismo político es algo que también aquí, en España, hemos sufrido durante décadas en el caso del País Vasco. Es por ello que también ha sido "Patria", la novela de Fernando Aramburu, la que en algún momento me ha venido a la cabeza, especialmente cuando Charlie es asesinado por unos jóvenes de la misma localidad donde vive y con los que es seguro ha tenido amigable contacto en bailes y festejos a lo largo de los años. ¡Cómo la ideología política puede emponzoñar las relaciones humanas amables y cotidianas!

La historia que se cuenta se distribuye a lo largo de catorce capítulos que siguen una secuencia, una clara ordenación estructural que es la siguiente: los capítulos impares van titulados con el nombre del día de la semana, comenzando en el 1 con el Sábado, día en que Cate llegó a Antrim procedente de Londres para finalizar el 13 con el día Viernes. Los pares, por su parte, aparecen sólo con el número desnudo salvo el 14, último de la novela, que se intitula 'Viernes noche'. El motivo organizativo es esencialmente el del momento temporal en que suceden los hechos relatados en unos y otros: los impares se centran más en el tiempo de esa semana, mientras que los pares tienen lugar fundamentalmente en el pasado evocado o recordado. Esto no es óbice para que en estos capítulos, tanto impares como pares, haya leves entradas en el tiempo pasado o vueltas al momento presente, aunque lo central en unos y otros sea la información de lo sucedido en el momento actual -los impares- y la evocación del pasado más o menos lejano, en los pares. Esto es lo que explica que el 14º esté titulado, al transcurrir todo él en ese tiempo del Viernes noche.

El asunto "tiempo", pues, como se ve, es importante en la novela. Muchas son las referencias y reflexiones que en ella se hacen al mismo. Una, no menor, es la distinta percepción que se tiene de esta dimensión en el campo y en la ciudad. En el mundo rural, donde nacieron y al que regresan las hermanas Quinn, la vida está marcada por el predecible e inexorable paso de las estaciones. En la ciudad el tiempo adquiere la condición de 'continuum' que en verdad tiene, al no existir claros cortes naturales que sirvan para marcar diferencias en él. Quizás por esto, Emily, aunque no viva en la ciudad, al verse mayor y viuda, se vuelca en la jardinería, para así acercarse más a esa secuencia, a ese paso pautado  que delata la evolución de las plantas a lo largo del tiempo.
«La jardinería le volvía soportable el tiempo porque la ligaba al ciclo de las estaciones, y de otro modo el tiempo habría sido una espantosa línea recta, un viaje despiadado y sin curvas a toda velocidad hacia la muerte.»
literatura irlandesa actual
El otro asunto esencial es el del sentimiento de pertenencia. La familia Quinn vive en su terruño a plena satisfacción. Salvo el tío Brian y algún otro son más o menos ajenos a los problemas políticos, los cuales interfieren en su apacible vida familiar. Así, Cate cuando niña, o sea, cuando aún era Kate, se sintió muy molesta  cuando en abril de 1969 la renuncia de Terence O'Neill como líder del partido y primer ministro para Irlanda del Norte interfirió con el parto de la gata Tigger que ese mismo día tuvo una camada de seis criaturitas. Se ve así cómo el contexto socio-político va invadiendo la esfera privada de personas y familias, las cuales van adquiriendo conciencia de quiénes son y a qué facción pertenecen con hechos simples como cuando, en el verano, salen de la localidad y topan con símbolos, colores y banderas que no forman parte de su identidad.
«Y, a pesar de todo esto, sabían que sus vidas, tan plenas en sí mismas, estaban descentradas en relación con la sociedad que se desplegaba más allá de aquellos prados y casas, un desfase que advertían con suma claridad cada mes de julio, cuando solían ir a la costa de Antrim a pasar el día y por el camino, atravesando Ballymena y Broughshane, les asaltaba la profusión de banderas británicas ondeando en las casas, y las banderolas rojas, blancas y azules que adornaban las calles. Los arcos orangistas que se extendían por las carreteras de los pueblos les parecían feos, y un poco siniestros también, con aquellos símbolos tan extraños: la escalera, el cuadrado y el compás, la estrella de cinco puntas. Sabían que  no tenían que entender el significado de todas aquellas cosas, como sabían también, sin que nadie se lo confirmara, que el lema que exhibían los arcos, ¡BIENVENIDOS, HERMANOS!, no apelaba a la familia Quinn.»

5 nov 2025

Arturo Barea e Hiromi Kawakami (A pares XLVII)

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Como ya me ha ocurrido otras veces el "A pares" que presento está formado por dos libros muy distintos entre sí, que leí hace ya dos o tres meses y que por causas diversas se quedaron sin ser reseñados. No siempre es fácil acompasar el ritmo lector con el escritural de las reseñas. Con frecuencia hay lecturas que habiéndome resultado gratas ni siquiera aparecen mencionadas en el blog. Para evitar tal cosa nació hace ya muchos años esta sección. En esta ocasión simplemente señalo dos o tres notas de cada una de las dos novelas: Del autor pacense Arturo Barea, la primera entrega de La forja de un rebelde titulada La forja; y de la japonesa Hiromi Kawakami la primera novela con la que en España fue conocida en 2003 titulada El cielo es azul, la tierra blanca.




Arturo Barea: La forja

La forja de un rebelde, La Forja, Arturo Barea
En primer lugar confieso, respecto a Arturo Barea que aunque por mi dedicación profesional de años sabía de su gran importancia y valor literario de su obra, sin embargo completamente no había leído ninguna de las novelas que componen su trilogía La forja de un rebelde
En 2020 leí con mucho gusto Telefónica, novela que escribiera la que fuera su esposa, la austriaca Ilsa Kulcsar que había llegado como voluntaria a España en 1936. Cuando Ilsa llegó a Madrid en plena guerra civil ella estaba casada con Leopold Kulcsar. El apellido de su primer marido lo combinaría con el de Arturo Barea manteniéndolo en la forma Barea-Kulcsar hasta su fallecimiento en 1970. Al llegar a España Ilsa fue destinada al edificio de la Telefónica donde en el Servicio de censura de prensa extranjera conoció a Arturo Barea. Ambos se enamoraron y en 1938 se casaron. Pues bien, como digo en la reseña que escribí en este blog sobre la novela, Telefónica me agradó mucho y ha sido este recuerdo el que me ha llevado a tomar en mis manos la primera novela de las tres (La forja, La ruta y La llama) que componen la trilogía La forja de un rebelde que el escritor español, nacido en Badajoz en 1897 y fallecido en Farington (Inglaterra) en 1957, escribió, ya en el exilio inglés, durante los años que van de 1941 a 1944.

Arturo Barea en La forja presenta de manera realista cómo se fue formando en él el espíritu combativo de clase. La novela es totalmente autobiográfica. El protagonista no es otro que él mismo, Arturo Barea, un niño hijo de una lavandera del Manzanares que al quedarse viuda se ve en la necesidad de repartir a sus hijos por las casas de familiares más pudientes que ella. A Arturo le tocará en suerte la casa de sus tíos José y Baldomera, gente de posibles que, al no haber tenido hijos y estar ansiosos por tener uno, acogerán a Arturo como propio y le darán todo lo necesario para subsistir adecuadamente y tener una educación satisfactoria, que de otra manera jamás habría podido alcanzar.
 
La forja de un rebelde, Guerra Civil española
La novela tiene un tono costumbrista muy valioso. El inteligente niño corre por las calles próximas a su casa en el barrio madrileño de Palacio: la plaza de Ramales, Plaza de Oriente, Plaza de la Armería, calle de Vergara, calle de Requena y muchas otras donde habitaban tipos y se desarrollaban oficios típicos del Madrid de inicios del siglo XX. La forja finaliza con el estallido en Europa de la primera guerra mundial.

La novela actualmente se lee muy bien y con gusto. Me ha recordado mucho a Galdós y a Mesonero Romanos. Es evidente que continuaré con las otras dos entregas que configuran esta trilogía considerada por muchos críticos como uno de los diez mejores libros escritos en España después de la Guerra Civil


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Hiromi Kawakami: "El cielo es azul, la tierra blanca"

El segundo libro de este A pares es El cielo es azul, la tierra blanca, novela que la escritora japonesa Hiromi Kawakami publicó el año 2001.

Yo de Kawakami había leído con enorme satisfacción El señor Nakano y las mujeres escrita en 2005 (leer reseña aquí). Al leer ahora El cielo es azul, la tierra blanca he percibido la distancia que existe entre ambas narraciones. Quiero decir que me ha dado la impresión de que la prosa en este libro no fluía de esa manera dulce y suave que me había seducido en El señor Nakano y las mujeres. Esto no quiere decir que no me haya gustado la novela, Sí que me ha gustado y mucho, pero a la hora de calificarla se me hace difícil no compararla con la de 2005 a la que pondría un 5 sobre 6, mientras que a ésta no le daría más de un 4 sobre 5.

Es, como suele ser normal en la novelista, una historia de amor. Pero una historia de amor peculiar que surge en un medio cotidiano entre dos personas que por lógica no se verían envueltas en una situación semejante. Estamos ante una mujer de unos treinta y pocos años y el profesor de literatura que tuvo durante sus años de estudiante en el instituto. Al principio la relación es puramente casual y viene dada por sus encuentros en una taberna a la que ambos acuden a beber. Los dos son grandes bebedores de sake. Poco a poco y de manera imperceptible la relación casual pasa a ser buscada por uno y otra. Si bien no lo confiesan, es evidente que de manera imperceptible ambos se están enamorando mutuamente. Pero hay inconvenientes para ello y uno, no menor, es la diferencia de edad y la inexorable realidad de que la vida será por lógica muy corta para uno, el viejo profesor, frente a la de la antigua alumna.

Novelistas japoneses actuales
En el mundo cotidiano en el que esta historia de amor nace y se desarrolla la comida, la cocina y la confección de ciertos platos japoneses es importante. 

Novela muy poética. Novela que hace un recorrido por algunos poetas japoneses. Novela que a veces se expresa en forma de haikus. Es un libro en el que la literatura citada y evocada ocupa un lugar de privilegio.

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Nota final: Ambas novelas merecen ser leídas y sirven para pasar un buen rato al tiempo que con cada una de ellas se aprenden no pocas cosas la mar de interesantes. Vamos, que con ellas, como con tantos buenos libros se logra hacer realidad la máxima horaciana del 'enseñar deleitando' debidamente mutada  en 'aprender deleitando(se)'. Enseñanza y aprendizaje siempre unidos, naturalmente.