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27 ene 2023

"Adultos" y "A contraluz". Novelas de Marie Aubert y Rachel Cusk respectivamente (A pares XXXII)

16 comentarios:

«Yo empezaba a ver mis propios miedos y mis propios deseos manifestándose fuera de mí, empezaba a ver en las vidas ajenas un comentario de la mía» (“A contraluz”, pág. 70)
«No voy a ser madre de nadie, no voy a tener hijos adultos que me canten el cumpleaños feliz cuando cumpla sesenta y cinco, no seré abuela de nadie ni tendré nietos con los que celebrar la Navidad. Se abre un abismo en mi interior, me asomo a algo grande, negro y vacío, y canto «happy birthday, dear mami, happy birthday to you», nunca viviré esto, es demasiado tarde.» (“Adultos”, pág. 77)

!Adultos" de Marie Aubert y "A contraluz" de Rachel Cusk


"Adultos" de Marie Aubert
La blogosfera en la que me muevo -exclusivamente la de lectores y amantes del séptimo arte- esconde entre sus muchas virtudes la posibilidad de conocer a magníficos disfrutadores de la literatura y/o también del Cine. Mi muy buena amiga Marian, administradora del excelente blog MarianLEEmásLIBROS, allá por el pasado mes de noviembre publicó una reseña de la primera novela escrita por Marie Aubert. Muchas de las cosas que en ella comentaba llamaron poderosamente mi atención; entre ellas estaba la decisión femenina de tener o no tener hijos, la competencia entre hermanas y la excesiva permisividad con que los adultos hoy día se comportan con sus hijos cuando aún son niños, a los que consienten todo tipo de caprichadas sin importarles si sus juegos o protestas molestan o no a otras personas. Tras leer elementos tan sugestivos destacados por Marian me dije que debía leer "Adultos" de la noruega Marie Aubert. Y así lo he hecho.

Es una novela corta, de apenas 100 páginas que se lee muy bien y que atrapa desde el primer momento. La autora presenta en ella esa manera tan propia en los nórdicos de sentir la relación familiar e interpersonal. En la novelita se cita la película 'Celebración' de Thomas Vinterberg que es, ¡madre mía!, de 1998. Vi esta película en su momento y fue para mí toda una revelación. También vi con enorme gusto la adaptación teatral que de la misma hizo entre nosotros en 2017 Magüi Mira [leer aquí reseña hecha en este blog]. Tanto en la película de Vinterberg como en la novela de Marie Aubert tiene lugar una revelación ('epifanía', dicen ahora los modernos), un suceso que supone un antes y un después para todos o para alguno de los personajes. En "Celebración" sucede como en "Adultos" comenta Ida, la arquitecta soltera de 40 años, a su hermana Marthe en presencia de su cuñado Kristoffer y su sobrina Olea«la escena de la mañana siguiente, cuando ya se sabe que el padre es pedófilo y trata de encontrar un sitio para sentarse a la mesa».

Marie Aubert (Oslo, 1979)
Naturalmente entre el padre de Celebración y la Ida de Adultos no hay ningún parecido; pero también ella, por las circunstancias vividas en la reunión familiar que los ha convocado para celebrar el 65 cumpleaños de la madre, ha experimentado en su interior un cambio, un descubrimiento, una transformación, ha tocado suelo, ha tomado conciencia de... Evidentemente no voy a decir nada más porque uno de los alicientes de esta narración es asistir a ese momento final. Leed la novela, estoy convencido de que disfrutaréis tanto como yo. A partir de la epifanía os plantearéis, ¡seguro!, muchas cuestiones; precisamente aquellas que señala Marian en su magnífica reseña y que me llevaron a mí a leer esta narración: la maternidad (su aceptación, la presión social, el deseo de ser madre, la decisión libre de no serlo, etc.), la rivalidad entre hermanas, la vida en soledad, las relaciones via Tinder y otras nuevas maneras de tener sexo, el comportamiento actual de los niños, la excesiva permisividad de los padres, etc. 

Aunque no se cita en la novela, a mí algunos de los asuntos que se dirimen en ella me ham hecho recordar "Agosto", la obra de Tracy Letts adaptada al cine en 2013 por John Wells, genialmente interpretada por Meryl Streep y Julia Roberts entre otros intérpretes. Al igual que en el film, en Adultos muchos asuntos afloran en la reunión familiar que convocó a los miembros de la familia para celebrar el 65 cumpleaños de la madre. En "El blog de Juan Carlos" escribí hace ya seis años una comparativa entre la película de John Wells y la adaptación que para el teatro hizo el hace poco desaparecido Gerardo Vera que si os apetece podéis leer aquí.

He de decir, ya para finalizar, que cuando me dispuse a leer Adultos, el debut de la joven Marie Aubert (Oslo, 1979), pensé que iba a tratar sólo sobre niños. No ha sido así. Me ha sorprendido muy gratamente la profundidad con la que aborda otros temas de enorme importancia en la sociedad actual. 

La novela está publicada por editorial Nórdica Libros




"A contraluz" de Rachel Cusk
 A contraluz de Rachel Cusk es una novela que llegó a mi casa de la mano de un Amigo Invisible, no del de este año, sino del del año pasado. Al acercarse el correspondiente de 2023 decidí leerla por eso de que no se me acumulase el trabajo (ja, ja...). Es una novela curiosa en la que como dice un personaje en una de las 10 partes en que se estructura la trama «a veces todo se condensa en una palabra y ya no cabe decir más». Así es en el caso del título, pues "a contraluz" es como los lectores sabemos, entendemos y conocemos a la protagonista del relato: una escritora, profesora de escritura creativa a la que, en el curso que imparte en Atenas durante una semana de agosto junto a otros novelistas como ella, conoceremos a través de las conversaciones que mantenga con una serie de personajes diversos con los que contacta durante esa estancia. El primero es un hombre con el que coincide en el vuelo que la traslada desde Manchester a Atenas. Quizás sea este personaje el que más información nos dé sobre sí mismo (casado y divorciado dos veces, aparentemente rico, bon vivant, mujeriego...) y de resultas sobre su interlocutora que reacciona a sus pretensiones de establecer una relación que vaya más allá de la pura amistad. 

Rachel Cusk (Canadá, 1967)
Con menos papel, pero con la misma carga informativa que la que nos proporciona el «vecino de vuelo» de la escritora profesora, aparecen otros seres como Ryan, compañero y profesor como ella en la escuela de letras; Paniotis, un viejo amigo griego; Angekiki, novelista amiga de Paniotis; Elena, guapa amiga de la narradora, y la pareja de esta, Melete, «una de las más destacadas poetas lesbianas de Grecia»; los alumnos de su clase del taller de escritura (Georgou, Clio, Theo, Penélope…) quienes en los relatos que escriben como ejercicios muestran diversos comportamientos y respuestas a los problemas del mundo; y Anne, profesora inglesa como ella en el curso de escritura, que llega a la misma casa donde la protagonista ya está preparando las maletas para en pocas horas abandonar la capital griega. En una especie de afán por cerrar de manera circular la novela construida en secuencias, de pasada en la décima reaparece el vecino de vuelo pertinaz en su pretensión por estar con ella. Curiosamente este personaje, el más real e inculto, es al que da más cancha nuestra protagonista. A su deseo último de dar una vuelta con él ella responderá negativamente
«En ese caso, dijo él, me dejas muy infligido.
Querrás decir afligido, lo corregí.
Mis disculpas. Quería decir afligido, por supuesto.» 
Es una novela inmersa en el mundo de la literatura, un mundo bastante lejano al común de los mortales. Salvo el «vecino de vuelo» todos los personajes tienen de una u otra manera relación con ella. Este vecino de vuelo se hace simpático al lector porque pone a la protagonista en contacto con la auténtica realidad. Ella misma en sus clases de escritura quiere llevar la literatura a contactar con esa realidad, con el mundo de lo concreto; de ahí que como profesora proponga a sus seis o siete alumnos ejercicios de escritura con base siempre en el mundo de lo concreto («les pedí que me contaran algo que, de camino al aula, les hubiera llamado la atención.» , «la tarea consistía en escribir un relato en el que saliera un animal»). Y es que lo concreto, lo real, los otros... son esenciales para conocer a las personas y conocernos a nosotros mismos silueteados a través de ellos. Somos en tanto en cuanto nos mostramos y nos reconocemos o no en los demás. 

«Son curiosas las ganas con las que los demás te animan a hacer cosas que ellos no harían ni en sueños, ese entusiasmo con el que te guían hacia tu propia destrucción»

Estamos, pues, ante una novela que cabe calificar de experimental. Es una novela en la que en realidad no pasa nada, no sucede nada. Es la vida, la realidad, lo único que ocurre. Es en ella, en su cotidianidad, incluso en su trivialidad, donde nos realizamos. Lo reconoce y lo formula con claridad uno de los personajes:
«Sería interesante que nos planteáramos, dijo Georgeou, si el papel del artista no debería consistir sencillamente en registrar secuencias, algo para lo que quizá algún día alguien pudiera programar un ordenador. Quién sabe si hasta la cuestión del estilo personal podría reducirse a secuencias configuradas a partir de un número de alternativas finito».

Vamos, o sea, en definitiva, lo que tenemos en nuestras manos, la novela A contraluz de Rachel Cusk

La novela la publica Libros del asteroide, y como la mayoría de los libros que figuran en su catálogo merece ser leído.

21 ene 2023

El lamento de Portnoy. Novela de Philip Roth. (Revisitados)

21 comentarios:

«William Butler Yeats lo escribió –dije, comprendiendo mi poco tacto, la falta de sensibilidad con que yo había puesto de relieve el abismo que nos separaba: yo soy listo y tú eres tonta, eso es lo que había querido decir al recitar a aquella mujer uno de los tres poemas que yo había aprendido de memoria en mis treinta y tres años−. Un poeta irlandés −añadí» (pág. 184)

Philip Roth, El mal de Portnoy
Al hilo de la lectura del libro de James Salter, "Juego y distracción" que, como digo en el comentario que de ella hago en este blog [leerlo aquí], me evocó vivamente la novela de Philip Roth aparecida en 1969, "El lamento de Portnoy", recordé haber hecho reseña de ella. La he buscado y la he releído. Me ha parecido que las palabras que le dediqué hace años no están nada mal; sin embargo su recepción entre los lectores de 'El blog de Juan Carlos' ha sido claramente escasa, quizás por la fecha en que la publiqué -en 2012, coincidiendo con la concesión del Premio Príncipe de Asturias de Literatura al escritor norteamericano- cuando el blog apenas si había echado a andar. Es por eso que he decidido traerla al presente y situarla con esta entrada dentro de la Sección "Revisitados de este blog. Ya me diréis qué os parece. 



AVISO: El comentario de la novela El lamento de Portnoy de Philip Roth que viene a continuación contiene algunos spoilers. ¡Quien avisa, no es traidor!



 El 26 de octubre del año 2012 cuando publiqué la reseña lo hice bajo este rotundo título: 

 «En el muro de las lamentaciones. “EL LAMENTO DE PORTNOY” de Philip Roth (Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2012)»

Y seguía así:

 La novela apareció en 1969. Es una novela que cabría considerar como “fuerte” en el sentido en que mis padres empleaban dicho término y que yo escuchaba de sus labios cuando niño. Es “Fuerte” porque su asunto, al menos externamente, gira en torno a la obsesión que el protagonista Alexander Portnoy tiene sobre el sexo. Dicha obsesión le viene de su época adolescente y parece no haber desaparecido en el momento en que está contando el relato, a sus 33 años.

¿Por qué esta obsesión? Seguramente procede de su condición de judío y su evolución como adolescente, del gran complejo de Edipo que sufre –o ha sufrido- y de su gran soledad… Y es que Alexander vive en Newark, afueras de New York, a donde sus padres se trasladaron huyendo del antisemitismo que sentían en Jersey City, en un barrio donde todos sus habitantes son judíos y en el que se observan estrictamente los principios de la ley judaica (carnicería judía, barbero judío, colegio judío…) al igual que en el seno de su familia constituida por Jack Portnoy, el padre, vendedor de seguros en los barrios más difíciles de la ciudad (Harlem, Bronx, y así), la madre Sophie Ginsky, la hermana Hanna y el novio de ésta Morty. Los vecinos también lo son: su tío Hynnie, vendedor de gaseosas; su primo Harold, Heshie.

Y en este contexto está Alex, adolescente de algo menos de 16 años, que quiere sentirse como el centrocampista de un partido de Baseball: seguro y conocedor de todo (esta metáfora la desarrolla Philip Roth en las páginas 72-76; y me recuerda un muy mucho a otro libro de crisis adolescente, El guardián entre el centeno de J.D. Salinger). Portnoy se rebela contra la opresión y rigidez con que su familia, y en especial su madre Sophie, lo educan. Es un sentimiento ambivalente pues al tiempo que siente asfixia en su casa, también se siente solo fuera de esta protección. Su crisis de adolescencia encuentra salida hormonal en la masturbación, si bien este acto le perturba seriamente pues el joven está invadido del sentimiento de culpa inherente a cualquier momento de placer que le han imbuido en casa, en la sinagoga, en el colegio…; en definitiva, en la educación que recibe.

Estos asuntos ocupan las tres primeras partes del relato (“La persona más inolvidable que he conocido”, “Sacudiendo” y “Lamentaciones judías”) que ocupan las primeras 83 páginas. De estas tres partes, además de la angustia que siente por lo encima de él que está su madre y el afán por masturbarse destaca el lamento siguiente: «No querer ser uno judío y serlo para los otros». Y es que su físico (la nariz ganchuda, el pelo negro y ensortijado…) lo delatan ante los goyische (gentiles) que viven con alegría y son físicamente distintos. Alex se siente en un gueto y, –dice-, quiere vengarse de esta sociedad que los aparta a través del arma que tiene más a mano, el sexo. Primero masturbándose por doquier, incluso en sitios públicos, y cuando crezca practicando sexo con las kurveh (prostitutas) gentiles y no sólo con ellas.

Así sucede en la 4ª parte, “Ansia de sexo” en donde se nos aparece como un ser machista por demás. Es aquí, en esta parte de 92 páginas, donde vemos a la perfección la estructura del relato. Estamos ante una confesión, así la llama él en un momento, realizada por Alex ante un doctor al que en ocasiones llama Spielvogel (un psicoanalista o psiquiatra, sin duda) que en silencio escucha su monólogo que fluye de su conciencia entremezclando edades, periodos, etc., de manera que en ocasiones su confesión nos retrotrae a los 4 años de edad, en otras tiene 22 o vuelve al presente de la confesión, a sus 33 años (la técnica literaria es, pues, el monólogo interior y/o flujo de conciencia).

En las referencias que hace a su situación actual sabemos que se gana la vida como Subdelegado de Igualdad de Oportunidades de la ciudad de Nueva York, siendo un personaje conocido por sus apariciones en televisión por los controvertidos casos que lleva y resuelve. Por esto, es más chocante aún la depravación sexual de que hace gala con esa medio novia que se echa, la Mona, con la que practicará sexo duro y a la que convencerá para participar en tríos sexuales e incluso pretenderá llevar a orgías. En definitiva busca hacer realidad las fantasías sexuales que tiene desde la adolescencia. Su madre siempre le advirtió de lo inadecuado de este comportamiento imbuyéndole un sentimiento de culpa que le acompañará hasta el final del relato.

La 5ª parte, “La forma más extendida de degradación en la vida erótica”, insiste en sus relaciones adultas con diferentes mujeres, además de con la Mona, meretriz analfabeta a la que intentará educar recomendándole diversas lecturas (Dos Passos, Baldwin, Steinbeck, etc.). Esta mujer se enamorará sinceramente de él, pero él, que también se siente muy próximo a ella, no logrará superar el que ella proceda de los bajos fondos y que vista y actúe como una mujer de otro estatus. Se muestra, pues, Alex como un racista y actúa del mismo modo que echa en cara a los americanos no-judíos, sin aceptar a quien no pertenezca a su cultura, ahora no religiosa sino intelectual. La abandonará y ella amenazará con suicidarse.

Su relación con la Mona le hará recordar su primera salida fuera de su casa un Día de acción de Gracias con sólo 17 años cuando tras llevar dos meses sin ver a su familia por haber empezado a estudiar en la Universidad se va con su novia Kay, una chica de familia cristiana y buena posición social. Su judaísmo personal le pesa tanto que piensa que deberá plantearlo de mano a los padres de la chica (vamos, que de nuevo se siente culpable por ser judío y piensa que todo el mundo lo sabe y que ello es una barrera infranqueable). No lo hará, sin embargo, aunque luego a Kay tras una falta le propondrá casarse si se convierte al judaísmo; ella responde escandalizada por semejante propuesta y esto será el fin de la relación.

Escritores norteamericanos del siglo XXTambién recordará que con 29 años tuvo una novia en el lugar de trabajo. Era una chica de 22 llamada Sally Manlsby de familia americana desde la conquista en el XVI. A través de ella intentará vengarse de todos los agravios que en su opinión sufre su cultura representados primeramente en el jefe de su padre (Lainsbury) quien lo explotaba abusivamente. Sin embargo Sally, de personalidad fuerte, aunque accederá a algunos de sus caprichos sexuales, en un momento le manifestará simplemente que ella hay cosas que no hace, y punto.

La última parte tiene el título de “En el Exilio”. En esta parte viaja a Israel y curiosamente no se siente a gusto. Le sorprende que todos allí sean judíos y como le dirá una de sus conquistas es que él tiene cultura de gueto, que por eso desprecia a los otros, que no quiere integrarse. Dos chicas conoce, una militar y otra de 21 años de un kibutz. Con ninguna de las dos podrá practicar sexo, al no conseguir la erección. Además piensa que puede padecer una enfermedad de transmisión sexual (consecuencia ‘lógica’ de su desordenado comportamiento, vamos, el castigo que debería derivarse de su culpable actuación). La chica militar se irá al ver su nula disposición sexual, y la del kibutz impedirá que abuse de ella diciéndole las cosas a la cara. Esta chica se llama Naomi y es una sabra (nacida ya en el estado de Israel). 

En esta 5ª parte, concretamente en la página 252 de la novela, aparece la frase que en el fondo ha estado sobrevolando todo el relato: 
«¿Por qué, por qué no puedo tener un poco de placer sin que siga inmediatamente el castigo?»
Lo importante, al final, es que el relato le ha servido para descubrirse a sí mismo, y como dice el Dr. Spielgovel: «ahora, quizá, podamos empezar. ¿Sí?».

Además de lo reseñado anteriormente, y ya para finalizar, no hay que echar en saco roto la gran carga irónica y el claro humor que el relato encierra, si bien este último centrado la mayoría de las veces en situaciones de fuerte contenido sexual y/o escatológico. Es un humor chocante fruto de los altibajos situacionales como, por ejemplo, hacer uso de un hablar elevado en situaciones ciertamente muy chocarreras (vid. pág. 189). Para mí la situación más divertida se da cuando la Mona le dice haber comprendido el poema de “Leda y el Cisne” de Yeats con la vagina (vid. pág. 184).

Y es que asimismo la dualidad alta cultura frente a cultura en grado cero propicia, amén de no pocas situaciones humorísticas, la coartada perfecta para que el judío-que-es-pero-no-quisiera-aparentemente-serlo exponga su amplio abanico de preferencias literarias (Keats, Steinbeck, Baldwin, Kafka, Dos Passos, etc.). Y especialmente William Butter Yeats y su bellísimo y muy sensual poema con el cual prácticamente abre el relato.

En un momento dado, en las primeras páginas de El lamento de Portnoy, Philip Roth eleva a este impresentable personaje a la categoría de héroe: «Parezco un hijo de la casa de Atreo» [alude a los Atridas, de cuya estirpe proceden los héroes Aquiles, Agamenón y Menelao] y lo coloca a renglón seguido del vulgar comentario hecho por la Mona a propósito de la comprensión de dicho poema. Yo creo que con esto Roth está manifestándonos el poder adivinatorio, prospectivo y fuente de conocimientos no usuales que la literatura siempre ha propiciado, y que él parece defender, si bien, claro, Portnoy es un Aquiles del s. XX (otra muestra de humor irónico y carnavalesco).

17 ene 2023

James Salter: "Juego y distracción"

13 comentarios:
James Salter, generación de Kerouac, Richard Ford
De James Salter sólo había leído hasta el momento, en el ámbito de mi grupo de lectura, Años luz; y esto fue, hará ya cosa de dos o tres años. La novela, de la que tengo reseña hecha en este blog, me sorprendió y me gustó. Desde ese momento nada nuevo había leído de este norteamericano fallecido en 2015 a la edad de 90 años. Por pura casualidad Juego y distracción llegó a mis manos. No sabía de qué iba y me puse a leerla. Su corta extensión fue una de las razones que me impulsaron a ello. Últimamente busco obras de no muchas páginas; las 224 de la edición de Salamandra que he manejado son para mí una medida óptima.


Sinopsis (proporcionada por la propia editorial)
La novela narra la historia de amor entre Phillip Dean, un universitario norteamericano que deambula por Europa, y Anne-Marie Costallat, una joven francesa de provincias. Evocada en todo su esplendor erótico, la fogosa aventura de los dos amantes nos llega a través de la imaginación de un solitario compatriota de Phillip. El desdén hacia las convenciones sociales, la entrega incondicional al placer y la indolencia aparecen aquí delineados con un lenguaje conciso, que convierte el cúmulo de impresiones y la mirada reflexiva y sensible del narrador en un himno a la sensualidad.


Mi comentario
Comienza la novela con la visita del narrador a los Wheatland, Billy y Cristina, antes Cristina Cabaniss, y de soltera Poore, en París. Deseoso de conocer la realidad francesa, el joven narrador quiere viajar por la Francia profunda; Billy y Cristina le ofrecen una casa que tienen en Autun, una pequeña ciudad de 15000 habitantes distante de la capital algo menos de 300 kilómetros, para que se instale unas semanas en ella. Le recomiendan visitar a los Job, vecinos de la propiedad. 

En estas estamos durante los primeros cinco capítulos de los 37 -todos ellos bastante breves- que componen la novela. Un joven estudiante, norteamericano como él, le es presentado por los Job durante una comida. Pronto ambos congenian y el joven estudiante, de nombre Phillip Dean, pocos días después y sin previo aviso se presenta en casa del narrador y se instala en ella. Dean es un joven agraciado («Dean se parece a un actor: Eddie Constantine») que gusta a las mujeres. Así conocerá a Anne Marie Costallot, joven de 18 años que dejará a su novio negro por él. Juntos, Annie y Dean, viajarán por Francia: Nancy, Bagnoles, Joigny, Cezy, Angers, Orleans, Perros-Guirec, Nevers, Montsauche... y harán el amor. Sobre todo harán el amor. 

La verdad es que los embates amorosos practicados con asiduidad por Annie y Dean están cargados de un fuerte erotismo, aunque el narrador nos deja en la duda de si realmente todos ellos acontecieron o simplemente surgen de la imaginación de un joven, él mismo, que también se siente sexualmente atraído por esa hermosa joven. ¿Nos engaña el narrador, seguramente alter ego del propio James Salter que hasta 1961, mientras ejerció su profesión de aviador militar recorrió muchos países, entre ellos Francia? No, por cierto; desde el primer momento se nos avisa de la mucha imaginación vertida en el relato:
«Estas son notas sobre fotografías de Autun. Sería mejor decir que empezaron como notas pero luego se volvieron otra cosa, una descripción de lo que considero sucesos. Las tomaba para mí solo, pero ya no puedo ocultarlas. Aquellos tiempos pasaron. Nada de esto es cierto. He dicho Autun, pero fácilmente podría haber sido Auxerre. […]
Es la historia de cosas que nunca existieron, aunque el menor asomo de duda al respecto, la mínima posibilidad, lo sume todo en tinieblas. Solo quiero que quien lea esto esté tan resignado como yo.»
Imagina James Salter, en forma de road movie, un aprendizaje sentimental, una educación erótica producida en la pareja Dean - Annie. Los 34 años de edad de Dean y los 18 de Anne Marie marcan bien la distancia entre educador y educanda. Annie desborda sexualidad y plena disposición. Para el narrador Dean, quien le relata varios de estos encuentros, es alguien envidiable por la fortuna que tiene de relacionarse con esta bella muchacha. Pero, insisto, no está claro que todos los actos amorosos entre Phillip y Anne hayan tenido lugar y menos que hayan discurrido así. El narrador creado por Salter se los imagina así, él viene a identificarse con ese joven suertudo al que imagina en esas situaciones. Y de nuevo no nos engaña, aunque como lectores lleguemos a olvidar los avisos que nos va dando a lo largo del relato:
«Va empalmado la mitad del tiempo y se pregunta si habrá problemas para inscribirse en el hotel. De haber sido yo, y a veces estoy tan empapado de imágenes que pienso que era yo, no habría tenido aplomo, ni la menor confianza.»
¿Es fundamentalmente Juego y distracción una novela erótica? Yo diría que no, aunque sin duda alguna la sensualidad cumple en ella un importante papel. James Salter gusta de mostrar estos encuentros amatorios pero sabe cuando detenerse, apartarse y no excederse en lo explícito, que lo hay. No es fácil moverse por esos andurriales. Siempre se corre el peligro de caer en lo pornográfico o por el contrario mostrarse demasiado pacato. Mantener el equilibrio es ya demostración de maestría por parte de Salter quien logra lo que, según dice Antonio Muñoz Molina en su juicio sobre esta novela, parece imposible
«la dulzura explícita del sexo limpia de grosería, la sugestión de lo secreto y lo sagrado que ocurre entre dos amantes en el interior de una habitación, lo que es indecible y también irresistible, la mutua entrega y la desvergüenza amparadas tras la veladura del pudor.»
Leyendo la novela, que me ha gustado mucho como ya he dicho, recordaba otras narraciones primerizas  (Juego y distracción es la tercera de las novelas escritas por Salter, aunque para él es la primera auténticamente literaria dado que las dos anteriores, The Hunters y The Arms of  Flesh, estaban muy pegadas a sus experiencias de piloto de guerra). Me refiero, por ejemplo, a El lamento de Portnoy de Philip Roth, reseñada hace diez años en este blog, o a El guardián entre el centeno de J. D. Salinger, leída hace muchos más años aún y de la que no existe reseña alguna en El blog de Juan Carlos. En las tres asistimos a un viaje iniciático desde la adolescencia hacia el mundo adulto representado éste fundamentalmente por la práctica del sexo. De las dos novelas recordadas, la de Salinger es nada menos que del año 1951 mientras que la de Philip Roth vio la luz en 1969, dos años después de que Salter publicase Juego y distracción. Si por el contenido de las novelas y la explicitud con que se aborda y describe la sexualidad las dos narraciones aparecidas en los años 60 produjeron escándalo en la tradicionalmente timorata sociedad norteamericana, sólo hay que imaginar el efecto que el comportamiento de Holden Caulfield causaría el año que la novela que protagoniza salió a la venta.

Pero en Juego y distracción no sólo hay sexo; hay mucho más, si bien la manera de mostrárnoslo es a su través. Tras la lectura de esta historia se saca en claro que el sexo solo no basta, que es preciso que exista el amor. También, y aquí viene a justificarse el título de la novela, que la existencia hay que adornarla, que no sólo vale vivir. La expresión "Juego y distracción" la toma el autor de unos versos del Corán que en forma de cita inicial le sirven para enmarcar el relato («Sabed que la vida de acá es juego y distracción...! (El Corán, LVII 20)»); precisamente eso es lo que hace esta pareja: vivir, jugar, distraer el tedio vital que conlleva la existencia en una ciudad como Autun, representación de la Francia real:
«Una ciudad pequeña, sin alegría, con sus cafés y su vasta plaza. En las afueras se alzan apartamentos nuevos. Calles que nunca he visto. Hay dos cines, el Rex y el Vox. Brota agua de las fuentes. Unas ancianas pasean a sus perros. Por la mañana. Leo An Illustrated History of France. Una niebla densa ha blanqueado el jardín, donde todo queda oculto. Un silencio absoluto. Apenas percibo el paso del tiempo.»
Y junto a todo lo dicho hasta aquí, el magnífico estilo de la prosa de James Salter. Su manera de escribir está muy influida por su labor como guionista cinematográfico. No se explaya, la brevedad y la yuxtaposición son características muy reconocibles en él. Diríase que compone la descripción a base de breves brochazos que, vistos en su conjunto cuando nos alejamos un poco, muestran un cuadro perfecto. Es un estilo literario semejante al puntillismo pictórico. En otro lugar [en la reseña de Años luz] lo definí como estilo impresionista. Cuando comenté Años luz vine a decir que la insistencia en el procedimiento me resultaba algo cansina; sin embargo aquí, en Juego y distracción, por el contrario, me parece que le va como anillo al dedo.

Hace uso frecuente del símil y de imágenes que dan brillantez al texto:
  • «En el cuarto de baño la observa estirándose el pelo. Tiene los brazos en alto. En los huecos hay una sombra de espesura, corta y fina, y de ahí emana el olor húmedo, a cebollas, que él ama.» 
  • «Hablan del pasado, rememoran lugares, dificultades, alegrías. Ella toma un segundo vaso de vino. Fuera, la noche es azul.»

La manera de escribir de James Salter linda con la poesía en más de una ocasión. Esto y su contención descriptiva es lo que para mí hace de esta novela algo hermoso
«No queda nada. El poema de su amor está desperdigado a su alrededor. Los días se han desplomado por doquier, se han desmoronado como naipes. El aire es frío. Dean se sube las mantas. Ella está tan inmóvil que parece dormida. Él le toca la cara. Está bañada en lágrimas.»

En general he de decir que, si bien el personaje de Phillip Dean me ha evocado algo al Tom Buchanam  de El gran Gatsby, y su narrador innominado al Nick Carraway de la novela de Scott Fitzgerald, el estilo seco, breve, desnudo de muchas descripciones me ha hecho recordar a nuestro Azorín, del que este año 2023 celebraremos el 150 aniversario de su nacimiento. Y quizás -utilizo la posibilidad, el por qué no, emulando lo que Salter hace en su novela- esto no sea casual dado que en el escritor norteamericano, como ya dije al hablar de Años luz, abundan las referencias a España y a su literatura.  Así, por ejemplo para describir la interioridad compleja y difícil de Dean lo compara con Lorca: 
«Cuando miro sus fotos, la que le saqué comiendo una naranja, en el momento en que alza la vista, aquel día de noviembre en que fuimos por primera vez a Beaune, al mirarla veo los ojos de Lorca, los de alguien que es expulsado de la vida y destruido, nunca sabremos por qué motivo.»

Final
Muchas cosas me han gustado de esta novela. Lo primero que es diferente a otras, que tiene algo de perturbadora, que sugiere más que muestra, y sobre todo la mezcla magnífica hasta llegar a confundir al lector de realidad e imaginación. ¿Hasta qué punto lo real y lo soñado o deseado coinciden o se queda en puro ejercicio imaginativo? Esa manera de mostrar lo que quizás no hubo, pero que quien lo cuenta se lo imagina así o desearía que hubiera sucedido así es algo maravilloso en esta narración. Una narración en la que como digo al inicio de la reseña James Salter no nos está tendiendo trampa alguna pues desde el principio ha mostrado sus cartas:
«Su boca, al moverse, traza recorridos largos, dulces. Dean nota que empieza a caerse, a romperse, y yo soy como el saxofonista de una orquesta que desfila, enamorado de una reina del cine. Con mirada tierna, extraviado, desfilo pésimamente, de un lado para otro, en el descanso.»

Literatura norteamericana del siglo XX

 «No estoy diciendo la verdad sobre Dean, me la estoy inventando. Le estoy creando a partir de mis propias deficiencias, recuérdalo siempre.»

Después de leer esto no puedo menos que quitarme el sombrero y saludar la maestría que muestra este norteamericano poco conocido en España y algo opacado por otros nombres de la literatura norteamericana de su tiempo.


Nota.-
Con esta novela inicio el Reto Nos gustan los Clásicos y también el de Autores de la A a la Z.



15 ene 2023

Autores de la A a la Z (edición 2023). Organiza el blog "Lecturápolis"

5 comentarios:

Un año más vuelvo a apuntarme a este entretenido Reto. Se trata de hacer lecturas de autores hasta completar el abecedario de nuestra lengua. Hay iniciales sencillas de rellenar y otras mucho más difíciles. ¿Encontrar un autor cuyo apellido comience por 'X'? No parece cosa fácil. Hay que estrujarse mucho la cabeza. Pero es de lo más divertido. Además en la búsqueda a veces he topado con autores para mí desconocidos cuyos libros me han gustado mucho. Así que, amigos míos, no puedo por menos que invitaros a suscribiros a este Reto.

El Reto lo organiza Marisa, del blog Lecturápolis, un blog fantástico en el que comenta lecturas y entrevista a autores de lo más significativos. Las bases completas para participar en el Reto figuran el "Lecturápolis". De ellas quisiera destacar que los libros se van leyendo al ritmo que cada uno establezca y que la temática de ellos es asimismo personal, o sea, que no hay obligación ninguna en cuanto a géneros. Lo fundamental es tener completado el listado el 31 de diciembre de este año 2023. Para inscribiros y participar debidamente en él tenéis de plazo hasta el próximo 31 de marzo. Es un plazo nada constreñido, pero precisamente por ello yo os recomendaría que si pensáis participar os apuntéis ya porque si no, queridos amigos, se os va a olvidar. os lo dice uno al que en alguna convocatoria tal cosa le sucedió. Quién lo probó, lo sabe (ja, ja...).

Y sin más, paso a colocar el abecedario que iré completando con el nombre de los autores y los títulos de sus libros según vaya leyéndolos. Espero poder completar el listado en tiempo y forma.

ABECEDARIO 

A - Cristina Araujo Gámir: "Mira a esa chica
C - Rachel Cusk: "A contraluz"
D - Ajo Diz: "Mujeres sin hombres"
E - Paco Gómez Escribano: "5 jotas"
F - Maggie O'Farrell: "El retrato de casada"
G - Paul Gallico: La señora Harris en Nueva York 
H - Máximo Huerta: La noche soñada
I -  William Irish: "No quisiera estar en tus zapatos"
J - Sebastián Japrisot: "Largo domingo de noviazgo"
K - Moyshe Kulbak: "Los Zelmenianos"
L -  Ana Lena Rivera: "Las herederas de la Singer"     
M - Zygmunt Miloszewski: "La mitad de la verdad"
N -  Vladimir Nabokov: "Desesperación
O -  Antonio Orejudo: "Fabulosas narraciones por historias" 
P -  Claudia Piñeiro: Tuya 
Q - Michel Quint: Los jardines de la memoria
R - Laura Rivas: Pasos en la escalera
S - James Salter: "Juego y distracción"
T - Andrés Trapiello: Los amigos del crimen perfecto
U - Francisco Umbral: Las Ninfas
V - Enrique Vila Matas: "Montevideo"
W - Anne, Weber: "Annette, una epopeya"
Z - Alejandro Zambra: "Literatura infantil"

LETRAS EXCLUIDAS 

CH - Lee Child: "Luna azul"
LL - 
Ñ - María Oruña: "Un lugar a donde ir"
X -
Y -





Reto 25 españoles (edición 2023)

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Por duodécimo año Laky del blog 'Libros que hay que leer' convoca el Reto "25 españoles". El año recién finalizado participé en él con enorme satisfacción por mi parte, así que este 2023 vuelvo a adherirme al mismo. Creo que es preciso apoyar a los autores que escriben en castellano a fin de que la literatura editada en nuestro idioma no esté en inferioridad respecto al enorme número de libros de autores extranjeros que inundan las librerías de nuestro país.

Si queréis conocer todos los extremos de este Reto y así animaros a participar en él aquí os dejo el enlace al mismo.



Mis lecturas

  1. Mira a esa chica de Cristina Araújo Gámir 
  2. Fabulosas narraciones por historias de Antonio Orejudo
  3. Montevideo de Enrique Vila-Matas
  4. Obra maestra de Juan Tallón
  5. Las herederas de la Singer de Ana Lena Rivera
  6. Rompecabezas de Laura Rivas
  7. Esperando el diluvio de Dolores Redondo
  8. Antología de las mejores poesías de Amor de Luis María Ansón
  9. Dos novelas de la transición de Rafael Soler
  10. Pasos en la escalera de Laura Rivas Arranz
  11. Un lugar a donde ir de María Oruña
  12. Narcopiso de Paco Gómez Escribano
  13. Cinco Jotas de Paco Gómez Escribano
  14. Decamerón del siglo XXI de Colectivo Literario Bremen
  15. Eso tampoco estaba en mi libro de historia de España de Francisco García del Junco
  16. Como si existiese el perdón de Mariana Travacio
  17. Quebrada de Mariana Travacio
  18. Islandia, 2004 de Ezequías Blanco
  19. Poetas de la escuela salmantina del siglo XVIII de César Real Ramos
  20. El cine de los sábados de Terenci Moix
  21. Mujeres sin hombres de Ajo Diz
  22. Las ninfas de Francisco Umbral
  23. La noche soñada de Máximo Huerta
  24. La historia que había que contar de Francisco Coronel
  25. Un momento de descanso de Antonio Orejudo
  26. Literatura infantil de Alejandro Zambra 
  27. Algo tendrá que ver el cine de Ezequías Blanco
  28. Santiscal de Miguel Ramos









14 ene 2023

VIIª edición del Reto 'Nos gustan los clásicos'

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Un año más me apunto al Reto "Nos gustan los clásicos" que Francisco del blog Un lector indiscreto convoca por séptimo año consecutivo.

Las bases de esta convocatoria no difieren de las del año pasado. En esencia lo más importante es lo siguiente:
  1. Debe ser el propio interesado quien elija entre siete u ocho libros clásicos a leer y reseñar durante el año 2023. En 2022 leí los ocho títulos exigidos y pienso que este año también lo lograré.
  2. Para que un libro sea considerado como clásico su primera fecha de publicación no podrá superar la fecha del año 1980.
Dice Francisco que no excluye realizar algún Sorteo entre aquellos que superen el Reto. Es un aliciente más para participar en tan interesante reto. O sea que animaos y pasad por el blog Un lector indiscreto para, por vosotros mismos, enteraros de todos los extremos de tan interesante Reto.

Importante: El plazo de inscripción finaliza el próximo 28 de febrero.


En este mismo post iré colocando los títulos de los libros según vaya leyéndolos siempre que se adapten a las bases de esta VIIª Edición Reto Literario "Nos gustan los clásicos".

Mis clásicos leídos son:

1.- James Salter: "Juego y distracción"
2.- Dino Buzzati: "El desierto de los tártaros"
4.- Rafael Soler: "Dos novelas de la transición"
5.- Herman Melville: "Bartleby, el escribiente"
6.- Varios Autores (antología): "Poetas de la escuela salmantina del siglo XVIII"
7.- Francisco Umbral: "Las ninfas"
8.- Moyshe Kulbak: "Los Zelmenianos"
9.- Vladimir Nabokov: "Desesperación"








13 ene 2023

Reto Serendipia recomienda 2023

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Mónica Gutiérrez Artero es escritora con un buen número de títulos a sus espaldas que, desde luego, desde aquí recomiendo leer a cualquiera. Pero además Mónica es amiga bloguera y administradora del blog Serendipia, página que desde hace tiempo visito con agrado. Hace ya nueve años que desde su blog nos propone participar en una iniciativa lectora que denomina Reto Serendipia recomienda. He participado ya tres años en la misma si bien no siempre he logrado completar el Reto. Espero que en esta convocatoria que Serendipia acaba de convocar consiga acabarlo a plena satisfacción tal y como me ha sucedido en la edición del año recién finalizado.

Las bases completas del Reto se pueden ver en "Serendipia" que es como Mónica denomina a su blog



En síntesis el Reto consta de dos fases. En la primera hay que recomendar tres libros que te hayan gustado de manera especial para luego, en una segunda fase, leer tres de los libros propuestos por los otros participantes. Para la primera fase hay de plazo hasta el 20 de enero.
 

Mis tres recomendaciones son:


1.- Arde este libro de Fernando Marías. Novela de no ficción donde el autor muestra la caída en el abismo del alcoholismo. Cómo no siempre y cualquiera puede salir de él.











2.- Mis días con los Kopp de Xita Rubert. Novela novedosa, sorprendente por la manera de presentar el relato y por la denuncia de la hipocresía, de la doblez practicada por la alta sociedad. Primera incursión de la escritora en la narrativa.










3.- Las grietas de Jara de Claudia Piñeiro. Magnífica novela corta de esta bonaerense. En ella la escritora entra y sale del presente narrado de manera fantástica. La trama muestra la posibilidad existente de cambio en una vida anodina. La verdad y la no verdad siempre pulsionando.








Espero que alguno de estos tres títulos os atraiga lo suficiente como para elegirlo y leerlo.


Mis elegidos
Los tres libros que yo leeré de entre todos los recomendados en esta edición para cumplimentar debidamente el Reto son los siguientes: 
  1. Confesión de un asesino, de Joseph Roth, propuesto por Annie del blog Despertares de Stonewall
  2. Las ninfas, de Francisco Umbral, propuesto por Mar del blog Leyendo con Mar
  3. La ciudad justa, de Jo Walton, propuesto por Nitocris del blog Un libro en un tris




11 ene 2023

Juan Tallón. Obra maestra

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«La música, la que a mí me interesaba, una fácilmente conceptualizable, que conectaba con la pintura, el teatro, la danza, y no sé si a propósito, o inconscientemente, buscaba que mis composiciones entrasen en los cuadros de los artistas a los que conocía, con los que trabé buena relación y que eran casi todos escultores minimalistas, es decir, no solo Richard, también Donald Judd, Sol LeWitt, Robert Morris o Carl Andre, era a ellos a quienes se refería el concepto minimalismo, y no a los músicos como yo, o Terry Riley o La Monte Young, la idea de "música minimalista" fue algo que vino después» (dice Philip Glass)

Sinopsis (proporcionada por la propia editorial Anagrama)
El Museo Reina Sofía prepara las exposiciones con las que va a inaugurar la pinacoteca en 1987. Para ello encarga a Richard Serra, el escultor vivo más influyente del momento, la creación de una de sus gigantescas obras. La pieza se exhibe durante unos meses y después se almacena en una nave custodiada por una empresa especializada en arte. Años después, el museo quiere recuperarla, pero entonces la pieza ha desaparecido. Nadie sabe cómo lo ha hecho, ni en qué momento, ni a manos de quién. En 2006 la noticia salta a la prensa y se convierte en un auténtico escándalo internacional. ¿Cómo se le ha podido perder la pista a semejante obra? Es lo que se pregunta el escritor Juan Tallón en su nueva novela: 'Obra maestra'. Un libro que recorre todas las hipótesis posibles de la mano de 72 voces que permiten al lector adentrarse en una historia absolutamente fascinante y real.

"Obra maestra"
de Juan Tallón es una novela de no ficción, en mi opinión excesivamente pegada a la realidad. El punto de partida, la desaparición de una escultura del escultor Richard Serra de 38 toneladas de peso, es más que sugerente. Sin embargo, al centrarse en la realidad del mundo del arte -especialidad escultura monumental- me han resultado algo abrumadoras las disquisiciones sobre cómo se despliegan los encargos, las instalaciones, las influencias, los diversos intervinientes, excepción hecha del propio escultor, en el proceso creativo-expositivo (fundición, transporte, instaladores, gruistas, encargados del museo, vigilantes...). Al haberse producido la desaparición de una obra perteneciente a un museo nacional, la intervención de la policía y de los políticos de quienes depende la cultura del país, es importante. El autor se centra no sólo en el momento que va desde que se detecta la falta de dicha escultura (año 2006) hasta nuestro hoy, sino que en la especie de thriller cultural que construye (¿Qué habrá pasado con la obra, dónde habrá estado este tiempo, quién ha sido el culpable de esta sinrazón...?) avanza y retrocede en el tiempo afirmando hechos (cuándo se colocó en el Reina Sofía, qué otras obras del autor hay en España, etc.), preguntando a quienes -72 entrevistados en total- en un sentido u otro pudieron tener contacto con la obra (directores de museos, vigilantes, policía del Patrimonio, secretarios del Mº de Cultura, ministros del ramo que en una época u otra tomaran decisiones respecto a la obra...), intervención del propio Juan Tallón y de todo su entorno familiar y editorial que en algún momento intervinieron en la producción del propio libro que tenemos en nuestras manos, llegando incluso a lanzar hipótesis verosímiles pero nunca confirmadas del todo sobre qué ocurrió en verdad con esta increíble desaparición.

A mí, si soy sincero, aunque considero que es un producto original, me ha parecido algo tediosa en algunos momentos. Seguramente la razón estribe en que las interioridades del mundo del arte no es algo que me interese especialmente. A esto, insisto, quiero añadir la profusión de nombres propios de artistas, críticos de arte, periodistas especializados de aquí y de fuera que por su cantidad me han llegado a abrumar y a desenganchar incluso de la propia trama novelesca. Una trama novelesca, por otra parte, que no me ha sorprendido nada pues el autor no deja lugar a suspense alguno. Sin lugar a dudas Juan Tallón cifra todo el éxito y bondad de la novela al modo constructivo utilizado en ella. Aquí sí que resulta innovador y sorprendente. En pocas palabras lo que hace Tallón es lanzar sobre la mesa de su despacho de escritor toda la documentación que a lo largo de trece años ha ido recopilando con la idea de producir este libro. En lugar de acudir a la linealidad discursiva, el escritor desordena los testimonios, colocando siempre las palabras de quien en negrita conocemos nombre y fecha en primera persona. Es pues la novela un ejercicio literario de perspectivismo, de avance en búsqueda de la verdad a través de la focalización que de un mismo hecho tienen unos y otros. De la suma de todos los testimonios aquí recogidos -incluidos los del propio escultor y redactor de la novela- nacerá la verdad. Se supone.

Finalizada la lectura de Obra maestra leo algunas reseñas sobre el libro y dejo por allí y acullá comentarios acerca de las opiniones vertidas por los reseñistas. Evidentemente lo que expreso en ellos no difiere mucho de lo dicho hasta aquí en esta reseña: que me ha resultado algo tediosa en varios momentos; que en otros me ha entretenido; que el sobreabundante e incesante número de nombres propios me ha parecido innecesario; que el exceso de todo me hacía desconectar de la trama... 

Insisto en que sobre todo me ha parecido un trabajo más propio de un periodista -Juan Tallón lo es profesionalmente- que está preparando un concienzudo reportaje de investigación. Es en este orden de cosas en el que, en sentido intencionadamente desviado, utilizo la expresión thriller: el autor provoca en el espectador una cierta expectación al inicio cuando leemos que una escultura de 38 toneladas de peso ha desaparecido y nadie sabe qué habrá ocurrido con ella. Sí, esto podría anunciar una especie de thriller; pero hay que admitir que de serlo, sería un thriller de escaso -por no decir nulo- suspense dado que casi casi desde el principio, al estar tan apegado a la realidad, sabemos cómo el Mº Reina Sofía logró salir del entuerto. En cuanto a qué ocurrió con la escultura robada se lanzan suposiciones muy verosímiles que no es cosa de desvelar aquí para no matar el interés del posible lector.

Creo que la maestría literaria la deposita Juan Tallón en la estructura constructiva que elige para Obra maestra. No sé si era necesario tanto vaivén adelante-atrás, pero bueno, vale, está bien. Las interioridades del mundo creativo -literario y escultórico-, el proceso constructivo de una obra, las conexiones de la obra de arte con el mundo real… son ciertamente reflexiones interesantes. Pero...

La obra está bien escrita. En ella observamos cómo el autor se las ingenia la mar de bien para pescar cuanta ayuda ministerial pueda salir [es una pequeña maldad mía, jé, jé…]; también hace repaso de las corruptelas que existen en el mundo del arte, reflexiona sobre qué es eso que se denomina obra de arte, etc.  Me ha gustado, sobre todo en las últimas 40 ó 50 páginas, el humor que destilan algunas intervenciones («Había podido acabar Cinco moscas azules y había empezado a leer un libro de Jiménez Losantos, con eso lo digo todo.»). Pero, insisto, me parece que es tan real, tan real, que no ha conseguido excitarme especialmente. Creo que el que una novela sea de no-ficción no excluye un mayor ejercicio imaginativo.

A propósito de lo dicho en el cierre del párrafo anterior el mismísimo escritor en entrevista realizada por Juan Cruz en El Periódico el pasado 4 de febrero de 2022 [enlace a la entrevista] reflexiona sobre la relación estrecha que existe entre la realidad y la ficción, cómo ficcionaliza el mundo real y al tiempo convierte en reales a personajes de ficción como el de la terrorista de ETA que preparó el atentado a una obra de Richard Serra en la inauguración del Guggenheim de Bilbao. Quisiera destacar de tan interesante conversación entre el crítico literario y el escritor algunas frases:
  • «Se me ocurrió en 2009. […] Fue el intento de comprender cómo había pasado algo tan asombroso: la desaparición de una escultura enorme y muy pesada. ¡Qué asombro! Fue un suspiro hacia adentro. ¡Pero no encontraba el modo de contarla, Juan! Y, a lo largo de los años, me limitaba a compilar información y luego a recabar testimonios. Un día encontré el modo de narrar y entonces ya todo fue más o menos rápido.»
  • «Yo creo ficciones pero quiero que se puedan leer como historias reales. Simplemente hay que buscar la fórmula que conecte lo que has inventado con la vida real. Siempre mezclo realidad y ficción con el propósito de que la gente crea que ocurrió así, que simplemente cuento lo que pasó en realidad o rescato las cosas de la memoria.»

                 «¿Aquí hay personajes de ficción que son reales?» (pregunta de Juan Cruz)

  • «Exacto. Hay personajes reales de los que yo invento su testimonio, pero intentando mantenerme más o menos fiel a lo que dijeron para mantener la verisimilitud de la historia. Y después hay personajes completamente inventados, que no existieron. Pero que son auténticos(respuesta de Juan Tallón)

En definitiva, Obra maestra es un libro bien escrito en el que Juan Tallón riza el rizo de la composición buscando una manera distinta de relatar siguiendo su constante propósito de nunca repetirse. Creo que lo logra. Pero a mí no ha logrado emocionarme. Está bien escrito. Y ya.