“¿Qué es eso del feelgood? —Novelas en las que los protagonistas jamás comen acelgas —resumió ella pensando en todos los títulos que le había descubierto su amiga—. Historias en las que apenas ocurre nada extraordinario, cuyos protagonistas no son grandes héroes. Historias en las que la felicidad se mide en pequeños momentos y se halla en los gestos más cotidianos …” (pos. 1548)
Reflexión inicial
Múltiples son las tendencias que existen en la novelística actual ('realismo', 'social', 'fantasía', 'feminismo', 'histórica', 'humor', 'biográfica', 'epistolar'...), y múltiples también son las etiquetas de que se valen los editores, distribuidores, libreros, blogs y críticos para difundirlas o comentarlas. Y no sólo me refiero a las muy habituales -y prácticamente admitidas por todos- de 'infantil', 'juvenil', 'adulta', 'femenina'... sino también a las que penetran en el interior de la obra intentando comunicar en parte el meollo de las mismas: 'erótica', 'negra', 'romántica', 'política', 'drama social', 'anticipación'... Últimamente muchos otros marbetes se aplican a las novelas; en principio, lo confieso sin sonrojo, algunos hasta hace poco los desconocía : 'chick-lit', 'feelgood', 'distopía', 'biopic'...
Buff, qué mareo, con lo fácil que resultaba todo antes: Épica, Lírica y Dramática. Y dentro de cada uno de estos tres grandes grupos otros. Así la Épica conocía géneros como la Epopeya, el Cantar de Gesta, las Sagas, la Novela, el Cuento, las Leyendas, el Romance, las Baladas... Estas manifestaciones épicas a su vez se subdividían y se subdividen en otras menores con lo que el nivel de especialización se acentúa. En el caso de la Novela, género amplio donde los haya y en el que cabe casi todo, encontramos todo un abanico que se inicia con la Realista (la picaresca, por ejemplo) e Idealista (la novela de caballerías medieval, también por ejemplo) y que al llegar los siglos de su gran desarrollo, el XVIII con la característica novela didáctica propia del Siglo de las Luces, y sobre todo el XIX, bien llamado por eso Siglo de la Novela, se abre en novela de aventuras, novela costumbrista, novela realista, novela naturalista, novela Romántica... Ya a finales de este siglo XIX y sobre todo en el XX comienza la fusión e interconexión entre géneros de manera que se hace preciso la utilización de nuevas denominaciones para intentar diferenciar unas producciones de otras. En el XX es quizá la 'novela polifónica' que se reconoce deudora de Cervantes la que marca la pauta introduciendo técnicas narrativas novedosas que supondrán etiquetas nuevas: novela poética, novela surrealista, novela de ciencia ficción, novela experimental... Y así llegaríamos hasta nuestro momento cuando la proliferación de tarjetas de presentación que se da a las novelas ciertamente desborda a cualquier a, o al menos, me desborda a mí.
He llegado hasta la Novela "Feelgood" de la mano de los Meses temáticos del blog "
Libros que hay que leer" que con tanto tino y maestría administra
Laky. Este mes de noviembre lo dedica dicho blog a la
Novela de No Ficción y a la Novela 'Feelgood'. Es evidente, en mi opinión, que nada tiene que ver la
'feelgood' con la
'no-fiction'; quizás sea por ello que decidí apuntarme a la convocatoria. Por una parte, así se lo expuse a Laky en el comentario que le dejé en su blog, quería aprovechar esta llamada suya para hacer alguna reseña de algún libro de poemas (aún no la he realizado, pero aún queda mucho mes para ello) y quería enterarme por fin en vivo y en directo de qué fuera aquello de la Novela "Feelgood". Así lo he hecho y anticipo que he quedado debidamente satisfecho de ello.
Ya en el post en el que Laky realizaba el anuncio de este Mes temático incluía una definición de lo que fuera la tendencia 'feelgood' en novela. Quien definía el concepto era nada más y nada menos que una de sus cultivadoras más conspicuas, Mónica Gutiérrez Artero ("Serendipia"). Me dije si Mónica es una de las principales representantes de esta tendencia en España qué mejor para enterarme definitivamente de la cosa que leer alguno de sus títulos. Y así, y porque lo tenía en lista de espera desde hace ya bastantes meses, tomé en mis manos
"La librería del Sr. Livingstone"
Mi primera impresión tras finalizar la lectura es de bienestar, paz y satisfactoria tranquilidad; semejante a la de quien una tarde fría y soleada de un fin de semana invernal en el confort de su casa sentado cómodamente en un sofá contempla una película de amor y lujo en la que los conflictos son menores, todo transcurre en un amigable ambiente y, lo más importante, todo acaba bien sin que nadie quede maltrecho o disgustado. Sí, efectivamente, esto es lo que me ha ocurrido con esta agradable novela de Mónica.
La novela se lee muy bien y en mi caso la he leído con sumo gusto. Es una historia que bebe en Dickens con quien magistralmente juega enviando al lector guiños de suave humor. Así tenemos a un delicioso Sr. Edward Livingstone "de cuarenta y todos años" que regenta la librería "Moonlights Books" con la falsa apariencia de un Mr. Scrooge. También para en dicha librería londinense un sabio Oliver Twist de sólo ocho años, con una antipática madre ocupadísima que lo atiende lo justito, el cual hace más entrañable aún si cabe al Sr. Livingstone quien, orgulloso, exhibe en una vitrina central de su negocio el diario que su tatarabuelo escribiese en los años que estuvo perdido en la zona del río Zambeze donde descubrió las fuentes del Nilo. Junto a estos dos seres está Agnes Martí, una arqueóloga española licenciada por la Universidad de Barcelona que ante la falta de perspectivas laborales en el país decide saltar a Londres donde quizás, piensa, podrá hacer valer sus veranos de becaria colaboradora en las excavaciones en Oxirrinco (Egipto); sin embargo Agnes no encuentra trabajo de arqueóloga en Londres y sí, a través de su compañera de piso Jasmine, llegará un día lluvioso y otoñal casi casi por puro azar a la zona del Temple donde se ubica Moonlights Books con la suerte de que el Sr. Livingstone precisa de un ayudante. Así Agnes, lectora empedernida, entra en el universo libresco que es esta librería y en especial su dueño quien todo lo vive y ve a través de la literatura.
"Antes de conocer al señor Livingstone sus encuentros con la novela de ficción habían sido escasos. Leía, sobre todo, ensayo científico arqueológico, histórico o antropológico y no tenía tiempo para la imaginación ni la poesía. En Moonlight Books había tenido la oportunidad de sumergirse en la prosa de Wordsworth, Shelley, Milton, Keats…" (pos. 2148)
Livingstone en especial echa mano de
citas de
Will, dice él, o sea, de
William Shakespeare, para opinar, atacar, apoyar, criticar, o cualesquiera cosa que en su vida y en la de las personas que le rodean puedan suceder. Otros muchos literatos forman parte de su pensamiento, desde clásicos como
Tucídides u
Ovidio, hasta modernos y actuales como
Margaret Atwood,
Alan Bennett o
Edmund Crispin. Es un libro de citaciones diversas que demuestra la cultura y el dominio de la misma que tiene su autora
Mónica Gutiérrez Artero. Además quiero destacar la naturalidad con la que estas frases tomadas de otros textos y autores surcan la novela. Y esto a mí me parece un mérito innegable.
Pero Serendipia, nombre que utiliza Mónica en el mundo de las redes sociales y en su blog, quiere que su novela discurra dentro del denominado espíritu navideño. Y para ello nada mejor que esa base dickensiana sobre la que se apoya y también otras novelas especialmente populares y muy próximas al mismo como "Peter Pan" de James M. Barrie y "Alicia en el país de las maravillas" de Lewis Carroll cuyos personajes le sirven al protagonista del relato de base para muchas de sus alusiones metafóricas.
Como dice la propia escritora, en una novela feelgood debe de haber una historia de amor pero que no sea predominante en la trama. Y así sucede en esta agradable novela con el enamoramiento entre Agnes Martí y el inspector John Lockwood de Scotland Yard, e incluso con la curiosa relación que lleva el mismísimo Edward Livingstone con la editora Sioban. Son relaciones que evitan caer en la ñoñería de una novela rosa aunque la primera hay que reconocer que se acerca hasta el borde del abismo, pero para satisfacción del lector no llega a precipitarse por él. Bravo.
Por último estaría el
humor, importantísimo elemento en un tipo de novela que por definición destila optimismo y un saber bien estar en este mundo. Muchos son los momentos en que se ha dibujado una sonrisa en mi cara. Por ejemplo cuando el personaje de la grandísima, pero también pesadísima, lectora que es la señora
Dresden entra en la librería
a unas horas y días imposibles pidiendo nuevas lecturas; también es muy divertido ese momento en que
Livingstone repone la sección de 'Clásicos' expoliada durante las Navidades (
Edward tenía la teoría de que nadie sabía qué regalarle al abuelito en Navidades hasta que una búsqueda en Google asociaba las palabras "viejos" y "clásicos", pos. 3513); igual que en el diálogo
Agnes -
John sobre la facilidad o no de llegar a un lugar: "
-¿Te ha costado encontrar la casa? —Bastante. Pero en cuanto he apagado el GPS la he encontrado en seguida" (pos. 3248); o en otros diálogos donde la ambigüedad de los posibles referentes propician la intencionada comicidad:
"-Edmund Crispin era el seudónimo de Robert Bruce Montgomery
La señora Dresden le miró con desconfianza [a John Lockwood] […]
-Este es John Lockwood, inspector de Scotland Yard.
A la señora Dresden pareció gustarle lo que veía, pues asintió apreciativamente tras tomarse un tiempo en repasar al corpulento policía
-¿Y también es de ficción?
—No, es de Londres." (pos. 1686)
En general tengo que decir que como bien dice el personaje de
Agnes en la novela en un momento dado y la propia autora ha repetido infinidad de veces respondiendo a la pregunta sobre el género feelgood:
"Temo que esto no sea más que una de esas novelas feelgood que lee Jasmine, en donde siempre hay un final feliz porque, ¿de qué otra forma podría compensarse a los lectores por todos los problemas y las malas noticias con los que lidian a diario fuera de sus libros" (pos. 3352)
Final
Es una novela que ha cumplido el propósito que pretendía pues me ha entretenido, me ha hecho desconectar del mundo, y me ha sumergido en un mundo, el de los libros y las librerías que adoro. A este respecto diré que la acogedora librería del Sr. Livingstone con su entarimado de cálida madera, sus distintos niveles en los que distribuye los ejemplares por épocas, géneros y autores me ha hecho recordar con agrado otro homenaje a este mundo de los libros, el que
Jorge Carrión hace en su obra de No-ficción
"Librerías" que en su día leí con sumo agrado [
para leer la reseña pinchar aquí]. Algunas de las alusiones que en la novela de ficción de
Mónica Serendipia se hace a la "
Shakespeare Society" me llevaban a ese magnífico libro de entregado amor a esos lugares donde se habla, se comenta, se toma uno un té o un café, se encuentra con otras personas de gustos semejantes..., que son las librerías.
"-Me encanta -dijo-, es como en todos esos libros que me hace leer Edward
-¿Libros sobre el té?
Agnes negó con la cabeza.
-Literatura británica, clásicos, mucho Arnold Bennett, pero también novelas británicas hoy casi olvidadas aunque tuvieron muy buena acogida en la época de Virginia Woolf, D.H. Lawrence o James Joyce.
—¿Novelas de detectives?
—Algunas —sonrió ella—. Como las de Edmund Crispin, Dorothy L. Sayers, Ngaio Marsh o Georgette Heyer. Pero sobre todo literatura de finales del siglo XIX hasta mediados del XX. Aunque a veces hace excepciones y me pone en las manos algún libro de ciencia ficción de Connie Willis, de Tim Powers o de Orson Scott Card. En casa, es Jasmine la que me hace leer feelgood, para compensarme de tanto misterioso pesar, atormentados románticos y veleidoso humor británico.
—¿Qué es eso del feelgood?
—Novelas en las que los protagonistas jamás comen acelgas —resumió ella pensando en todos los títulos que le había descubierto su amiga—. Historias en las que apenas ocurre nada extraordinario, cuyos protagonistas no son grandes héroes. Historias en las que la felicidad se mide en pequeños momentos y se halla en los gestos más cotidianos..." ("La librería del Sr. Livingstone", pos.1533-51)
Naturalmente, pues, como se ve en la cita anterior, esta novela es una hermosísima declaración de amor a los libros. Tras leerla me he quedado boquiabierto y ojiplático al comprobar el inmenso, tremendo, brutal, conocimiento de obras literarias que tiene
Mónica.
Querida amiga, no puedo por menos que descubrirme ante ti y darte las gracias por el buen rato que me has hecho pasar leyendo esta amable aventura libresca.
Datos del libro
Tamaño del archivo ebook: 1236Kb
Nº de páginas: 236 págs.
Encuadernación: Tapa blanda bolsillo
Editor: Mónica Gutiérrez; Edición: (17 de septiembre de 2017)
Lengua: CASTELLANO
Autor: MÓNICA GUTIÉRREZ ARTERO
ASIN: B07613CW5N
Precio:
En papel: 10’50 €
Ebook: 3’10€