24 feb 2021
Películas vistas durante febrero (A pares XVII)
19 feb 2021
"Nuevas nuevas sobre Colón" por Ezequías Blanco
"En cuanto a Cristóbal […] ¡Vaya cuerpo, señores! ¡Oh, qué cuerpo! Es una peonza con forma humana. Le cuadra bien el apelativo que más tarde Cervantes le aplicará a D. Quijote, aquel de «caballero de la triste figura», aunque Colón es más bajo que el de La Mancha. Así que más bajo y con forma de peonza podría parecerse a Sancho Panza. Bueno, lo cierto es que no se parece a ninguno de los dos y sí a un solitario banco de ostras a la deriva."
«Diez poemarios jalonan los cuarenta años que van de 1979, año en que vio la luz Limitación del vuelo, hasta 2018 cuando publicó Bare nostrum, el último por el momento. En prosa también ha vertido su vena creativa: dos novelas (Tres muñecos de Vudú, 2001; e Islandia, 2004), una edición crítica de Las aventuras de Pinocho de Carlo Collodi (Edelvives, Zaragoza, 2004), y tres volúmenes en los que ha agrupado sus relatos cortos: Memorias del abuelo de un punk (1997, ahora vuelto a reeditar); Tienes una cabeza apuntando a tu pistola (2009); y el tercero, éste que acaba de ver la luz, publicado por Huerga & Fierro, titulado Solo hay una clase de monos que estornudan.»
"Nuevas nuevas sobre Colón" por Ezequías Blanco
"Comencé a leer y enseguida me vinieron a la cabeza los nombres de Moliere con todas su comedia y el de François Rabelais con su Gargantúa y, cómo no, el de Don Quijote o el de Tristram Shandy, así como los nombres más destacados y conocidos del teatro del absurdo. Alfred Jarry, Antonin Artaud, Samuel Barclay Beckett, Eugéne Ionesco, Jean Genet... y hasta Valle Inclán, Jardiel Poncela o Manolito el Pollero."
Todo en el relato, como digo, es puro humor; un humor que se nutre de todo cuanto en el mundo artístico y no artístico existe. Por ejemplo cómo no ver el cómic español tipo Francisco Ibáñez en este momento narrativo:«- Aquí todos somos iguales y todos somos necesarios.[...]- Esperar un poco leñe -intervino Nabo de nuevo.- Que no… Que no esperamos... Que no... Que no nos representa... Que Colón ya no nos representa porque se le ha subido la casta a la cabeza.»
«- el capitán pirata, al desperezarse y hacer sus estiramientos, tropezó con un montón de plátanos uno de los cuales se deslizó y resbalando, resbalando, terminó incrustado en la boca abierta de Cristóbal justo en el momento en que inspiraba profundamente. El plátano le llegó al principio de la tráquea y allí, sin que nadie le dijera nada, solo por su capricho voluntad y cuenta comenzó a ejercer de válvula epiglotis en el cuerpo del marino.»Hay mucha literatura dentro de esta novela histriónica que es como la califica -no sin razón evidentemente- su autor. A este histrionismo, causante y buscador de esa hilaridad que en todo momento acompaña al relato, contribuye de modo preeminente el lenguaje, y mejor diría, su dislocación, su descoyuntamiento, su torsión hasta extremos que se dirían imposibles. He aquí algunos ejemplos:
- nombres propios de personajes:
- los que viajan junto a Colón en la carabela La Niña tienen por capitán a Perfumemarchito, por médico a Notefies, el curandero es conocido por Rompevasos; otros tripulantes, quizá, más en la órbita de amistad con el Almirante son Galloflautudo, Naboencinta, Nicongafasveo, Enlaesquinahayparcheo… Luego ya en otras naves o fuera de ellas como sucede con el capitán pirata Sanguinario hay otros personajes menores como "el Cornudo, la Focha, el Ponteamilado, el Serpigrillo y otros de menos importancia que no habíamos nombrado ni vamos a nombrar por su escaso protagonismo en esta aventura magna".
- Personajes femeninos. Ezequías tuerce el lenguaje en la formación de patronímicos pero también retuerce nuestra previsibilidad pues tras esta buena provisión de nombres masculinos cuando se dispone a darnos algunos femeninos nos rompe el espinazo con un regate increíble a la hora de dar la relación de nombres de mujer entre los piratas: "Entre el elenco femenino allí había de todo y los matices de lo que había iban desde los tiempos de Gedeón a la época clásica, desde la Edad Media al Romancismo [...] otras parecían extraídas del renacimiento italiano y respondían a nombres a nombres como Beatrice, Laura, Margarita, Isabela, Carolina, Vittoria"
- Incompatibilidad semántica entre los términos que componen enunciados: "La mujer del Sanguinario no hablaba porque era bizca y usaba gafas ahumadas"
- Vocabulario específico aplicado a un ámbito que no le es propio: Es el caso de términos como 'badal' (según la RAE Bozal para las bestias) que leemos cuando el rey Fernando, al ver el tremendo enfado manifestado a muerdos de Isabel al enterarse de la mala suerte de Colón, "ordenó que se le pusiera el badal aunque no fueran ni a herrarla ni a esquilarla ni a curarle ninguna herida".
Pero quizás sean los anacronismos, consustanciales a cualquier novela histórica -ésta lo es, aunque en ese categoría de histriónica en la que Ezequías Blanco la ha colocado-, los que sustentan de manera total el humor que tiñe constantemente el relato. Colón vivió en el tránsito del siglo XV al XVI al igual que sus Majestades los Reyes Católicos. Pues bien con ellos alternan, directamente o en referencias aportadas por el narrador, personajes reales muy distantes temporalmente de ellos como Bryce Echenique; Edwin A. Abbot, autor del libro 'Planilandia', una sátira matemática que en el siglo XIX tuvo un impresionante éxito; Mario Merola, un cantante italiano del siglo XX cuyas canciones conoce el mismísimo Colón, como se ve cuando se dirige al convento capuchino "cantando y silbando una tarantela napolitana de Mario Merola"; incluso el mismísimo Mahatma Gandhi aparece en algún momento dentro de la narración, y no vale decir para obviar el anacronismo que su aparición se realiza dentro del manicomio de Leganés donde evidentemente hoy o no hace muchos años sí que habrá podido haber más de un residente que haya dicho ser el famoso pacifista; y así otros más como Leopoldo María Panero que aparece como quien pasaba por allí cuando se cita el manicomio de Leganés.
- "Es un vinillo elaborado en la prensa con lechugas normandas, insectos tubulares y cangrejo silvestres. Además va acompañado de una esencia que se extrae del pico de los pelícanos. [...] Esta lechuga está constituida por elementos cestoides, tipo nematelminto, provistos de parópodos capaces de absorber los 60 cm cúbicos de esencia de pelícano." -leemos que conversan animadamente Isabel y Cristóbal Colón.
- "Pasaron muy pocos segundos y un nuevo sueño vino a agitar sus sentimientos serenos. Se veía a sí mismo en el Océano, después de un naufragio, sobre una cáscara de nuez vacía, y como se aburría mucho, decidió ponerse a explorar el misterioso abismo del mar; ni corto ni perezoso baja a su fondo y se entretiene en flirtear con un par de sirenas; con el fin de resultar más atractivo sale en busca de mariposas frondosas, de hojas de rosas pulidas y de 'forúnculos' óseos para depositarlas sobre las cabelleras 'sirénicas' que eran del color del oro y de la plata. El reloj de la plaza mayor de la ciudad oceánica marcaba las "[...]-sueña Colón ante la perspectiva de la aventura que se avecina.
Otras veces el anacronismo es de ubicación espacial como cuando leemos que los nativos de América, -sus jefes, al menos-, se sentaban sobre cráneos de elefante cuando de todos es sabido que esta especie animal jamás ha existido en esa zona geográfica; también, por ejemplo, es totalmente anacrónico asistir a representaciones de Ópera en el año 1492, y sin embargo Colón es invitado por sus anfitriones piratas a una de ellas. Incluso hablar del manicomio de Leganés en los años en que vivió el Almirante de Castilla es algo estrambótico.
Evidentemente hay mucho estrambote, esperpento, hipérbole, exageración, desmesura, llegando incluso hasta la astracanada en estas "Nuevas nuevas sobre Colón". Todo dicho en sentido positivo pues el autor logra con esta novela lo que persigue desde el inicio: hacer reír al lector con estas situaciones ilógicas, inverosímiles, fuera del tiempo, arropadas debidamente en un lenguaje propio de la literatura del absurdo con lo que logra que el lector acepte ingresar en un ámbito surrealista en el que todo vale pues la hilazón lógica ya no es relevante aquí.
Demuestra Ezequías un dominio magistral del lenguaje visible a lo largo de las 200 páginas de la novela. Dominio enfocado siempre a propiciar la sonrisa cuando no la abierta carcajada en un lector que desde el principio es consciente del juego que propone el novelista:
- anfibología en algunos términos: fundamental es el doble sentido de la palabra "huevo". Esencial para cualquier escritor es la significación de la expresión "piratería": Ezequías Blanco que ilustró con un pañuelo de pirata su último poemario [pincha aquí para saber más de ese excelente libro de poemas] no quiere en esta novela olvidar a esos otros piratas actuales de aspecto digno pero acción infame que roban a los escritores pirateando sus obras: "¡Qué flojera de hombres por Barbanegra y por Barbarroja y por toda la piratería de las fotocopias!" -comenta en un momento dado Sanguinario, el pirata,
- Juego con los formantes de las palabra con una evidente retranca enfocada a la manera que ciertos grupos de edad tienen de hablar entre sí: "Pero qué simpáticos son... Son supersimpáticos, la verdad. ¡Que requetesimpáticos son!Yo diría que son hipersimpáticos, mira tú..."
- Explicaciones hilarantes como la que, enlazando con la cita anterior, el narrador introduce dando cuenta del lema presente en el escudo de los Reyes Católicos:
"El uso de los prefijos se debía a que aquellas gentes ya estaban en la posmodernidad de la posverdad o en la posverdad de la posmodernidad (tú eliges) que «tanto monta cortar como desatar» porque en la posverdad hay más mentira que en la mentira misma. Parece ser que el refrán fue recogido en la divisa o mote del escudo del rey Fernando II de Aragón y después en el de los RRCC por consejo de Elio Antonio de Nebrija que lo redujo al «tanto monta» según reza alguna crónica como la Wikipedia."
12 feb 2021
Novela de ajedrez. Lo último de Stefan Zweig
("Nazis y Ajedrez", Jesús Cabaleiro; https://periodistas-es.com/) |
El lenguaje utilizado es en realidad sencillo y no contiene, salvo la alegoría señalada que el texto en su conjunto es, mucha complicación retórica. Todo en el aspecto formal está al servicio del fondo; quizás por eso la figura estilística más visible, utilizada con clara intención simbólica, sea la del oxímoron con la que Stefan Zweig quiere resaltar la gran contradicción que para él es el juego del ajedrez (la guerra) por mucho que se tenga de él la consideración de inteligente cuando quien gana todas las partidas es un bruto de pensamiento plano:Los campeones más atrevidos, cada uno de los cuales le superaba infinitamente en dotes intelectuales, en fantasía y audacia, sucumbían a su lógica fría y tenaz, igual que Napoleón al pesado Kutuzow, o Aníbal a Fabio Cunctator, quien, al decir de Livio, también había demostrado en su juventud esos rasgos llamativos de pachorra e imbecilidad.
Para finalizar[el juego del ajedrez es] antiquísimo y eternamente joven; mecánico en la disposición, y, sin embargo, eficaz solamente por obra de la fantasía; limitado en el espacio, geométricamente fijo y a la vez ilimitado en sus combinaciones; desarrollándose de continuo y no obstante, estéril; un pensar que no conduce a nada; una matemática que nada soluciona; un arte sin obras; una arquitectura sin sustancia, y, no obstante, evidentemente más duradero en su existencia y ser que todos los libros y obras de arte; el único juego propio de todos los pueblos y tiempos y del que nadie sabe qué dios lo legó a la tierra para matar el hastío, aguzar los sentidos y poner en tensión el alma?
7 feb 2021
"Los guardianes", lo último aparecido en España de John Grisham
La trama de Los guardianes se basa en una historia real y tiene que ver con un preso de Texas llamado Joe Bryan. Hace treinta años, Joe fue condenado injustamente por asesinar a su mujer, un crimen espantoso que ocurrió una noche mientras Joe estaba durmiendo en la habitación de un hotel a dos horas de allí. (John Grisham en Nota del autor hablando sobre la novela)
"Los guardianes" es ya la séptima novela que leo de este mago del thriller legal o jurídico. Como he leído a alguien por ahí, nunca he aprendido tanto de procedimientos judiciales (¡norteamericanos, claro!) que leyendo al escritor natural de Jonesboro (Arkansas) John Grisham. La verdad es que tras tantas obras de asuntos judiciales, el sistema norteamericano de jueces, fiscales, sheriffs, alcaides de prisiones, abogados de oficio, seguros, etc. aunque al principio me parecía complejo y difícil sin embargo con el paso de las novelas es ya algo con lo que estoy bastante familiarizado. Y es que si hay algo que Grisham no hace es engañar al lector; es más la mayoría de las veces (en esta ocasión también) la anécdota desarrollada en la obra parte de un hecho real que por lo que sea impactó al escritor de alguna manera. Pero vayamos a la novela en sí.Sinopsis (proporcionada por la propia editorial)
Cullen Post es un abogado y sacerdote episcopaliano que tras un primer contacto con la realidad del mundo judicial quedó tan estresado y tan desanimado por lo que vio que decidió dar un portazo y dedicarse a los demás. Lo primero que hizo fue recluirse en el estudio y preparación sacerdotal siendo destinado a una parroquia donde será auxiliar de Luther Hodges, que lo acogió nada más salir del seminario. En el momento del suceso que se relata, -las pesquisas para exonerar a Quincy Miller, un negro americano que lleva injustamente en la cárcel 23 años-, Luther Hodges tiene ya 80 años .
Cullen Post que ya va por los 48 cuando la novela se inicia forma parte del Ministerio de los Guardianes, un minúsculo grupo de personas (sólo está formado, además de por él, por Vicky, la fundadora, por Mazy, una afroamericana separada madre de cinco criaturas, y por Frankie, otro afroamericano que fue el primer caso favorablemente resuelto por el Ministerio gracias al que abandonó la prisión donde había pasado 14 años sin ser culpable de lo que le imputaban.
Del caso Quincy Miller no quiero decir mucho pues uno de los alicientes de este tipo de novelas es el suspense sobre lo que pasará y las sorpresas que deparan las investigaciones llevadas a cabo por estos cuatro entregados a los demás sin otra compensación que la satisfacción de haber obrado bien y logrado que se haga justicia. Sólo diré que Quincy Miller fue llevado a prisión acusado de haber asesinado a Keith Russo, el abogado que llevó su divorcio y del que Quincy no quedó nada satisfecho. Le ayudaron bien poco los testimonios de su ex-esposa June que confirmó en todo las pruebas inventadas por la policía para imputarle y condenarle: escopeta en casa, aficionado a la caza, y poseedor de una linterna manchada de sangre hallada en su coche luego extrañamente desaparecida. También la policía parece ser que pagó al compañero de celda de Quincy, Zeke Huffey, para que declarase que éste le había contado cómo mató al abogado Russo; e incluso los garantes de la ley pagaron con droga y dinero a Carrie, una joven drogadicta, para que dijese que la noche de autos vio a un negro de la complexión y aspecto de Quincy corriendo por el callejón donde ella se encontraba. Todo falso. Todo mentira. Quincy Miller se salvaría de la aguja (pena de muerte con inyección) gracias al único negro que formaba parte del jurado que lo juzgó; gracias a él la pena de muerte se convirtió en cadena perpetua. Y de esto ya hace 23 años.
Muchas de las cosas que suceden en el relato no me han resultado novedosas al haber leído otras muy semejantes en otros relatos suyos. Por ejemplo, la corrupción de algunos miembros de la policía es asunto frecuente en el universo Grisham; también lo es la indolencia mostrada por no pocos funcionarios judiciales como el juez que le cayó en suerte a Quincy en su primer juicio. Muy habituales en estas narraciones son los profesionales que se venden al mejor postor falseando sus análisis periciales o directamente no efectuándolos como hizo el charlatán Paul Norwood que sin hacer ningún análisis serio de la sangre que se veía en las fotografías realizadas a la linterna desaparecida concluye que es del encausado siendo ésta la prueba de cargo mayor que sirvió para condenarle.
En la novela no es sólo el caso Quincy Miller el que lleva el grupo del Ministerio de los Guardianes.
Pasamos revista a cada uno de mis otros clientes: Shasta Briley, en el corredor de la muerte en Carolina del Norte, condenada por un incendio provocado que mató a sus tres hijas; Billy Rayburn, en Tennessee, condenado por la discutible evidencia científica de lo que se conoce como «síndrome del niño zarandeado» después de que tropezara y cayera mientras tenía en brazos al bebé de su novia; Duke Russell, que sigue en el corredor de la muerte en Alabama; Curtis Wallace, condenado en Mississippi por el secuestro, la violación y el asesinato de una joven a la que no conocía, y Little Jimmy Flagler, de diecisiete años y con discapacidad mental cuando el estado de Georgia lo encerró de por vida. (Cap. 19)
- Extensa y variopinta galería de personajes: A los ya señalados hasta aquí me gustaría añadir el de Tyler Townsead, el joven abogado de oficio que le tocó a Quincy Miller en su primer juicio. Tyler creyó en su inocencia y luchó por ello con sabiduría y buen hacer pero todo el sistema jurídico-policial estaba contra él. Todo y algo más que no desvelaré y que hizo que tras este primer contacto con el mundo de la abogacía se dedicase a la construcción de centros comerciales. En mi opinión, en él se refleja el mismísimo Grisham que también tras unos años en el ejercicio de la profesión de letrado la abandonaría y se dedicaría por completo a la escritura.
- Funcionamiento de la sociedad americana real a través del mundo jurídico en el que la historia se realiza:
- Segregación racial: Quincy Miller, americano de color, es condenado por un jurado compuesto por blancos y un solo hombre negro. Sólo por ser negros tanto él como Duke Russell son, de mano, sospechosos.
- Sociedad consumista: No se deja a un lado el capitalismo de la sociedad americana en que todo esto está sucediendo. Así al bufete de abogados que se interesa por el futuro segundo juicio de compensación a Quincy Miller por los años pasados en prisión, le mueve no un interés altruista como a los Guardianes sino exclusivamente el monetario dados los muchos cientos de miles de dólares que el Estado deberá dar a Miller por la injusticia cometida con él. Y ellos, el bufete, se llevará un saneado porcentaje de los mismos.
- Fraude frecuente: Es el asunto capital que se expone. Fraude en las pruebas, fraude en los testimonios, fraude en todo.
- Realidad humana de los funcionarios: Especialmente se fijan en los funcionarios de prisiones que deben enfrentarse a una jungla de delincuentes por un sueldo misérrimo de sólo 12 dólares a la hora, lo que hará que muchos se sientan tentados por los dineros que los 'malos' les ofrecen.
- Corrupción policial
- Afición por los automóviles. Poca en esta ocasión pues el protagonista tira de un mediocre SUV de la marca Ford.
- Pistolería clásica: el viejo Frankie se hace con una Glock de 9 milímetros por lo que pudiera pasar.
- Alcoholismo: el viejo abogado Glenn Colacurci al tiempo que aconseja a su discípulo Cullen Post bebe y bebe sin descanso. También alguna vez Post hace lo proio.
- Poco dormir: Es una constante en este tipo de novelas. Estos chicos investigadores duermen poco y están como una rosa.
- Mucho tabaco en alguno de los convictos: Parece ser que el antitabco ya se ha impuesto en todos los ámbitos, también en el de la novela policial. Sólo fuman los malos o los muy maltratados por la existencia.
- Algo de sexo y cierto machismo Así el exonerado Quincy Miller al ser preguntado por lo que desea hacer cuando consiga la libertad dice: "Quiero unas costillas, una cerveza y una mujer". O sea quiere tres 'cosas'.
- Y todo narrado en primera persona por el personaje protagonista, el propio abogado investigador Cullen Post.
CITAS:
- Tengo una buena vida, una mujer guapa y tres hijos adolescentes. No quiero saber nada de esto después de hoy. Buena suerte, pero no quiero volver a verlo. (Tyler Townsead a Cullen Post en cap. 23)
- Mi abogada adjunta es Susan Ashley Gross, la guerrera del Proyecto Inocencia del Centro de Florida. Susan Ashley estaba conmigo hace siete años, cuando sacamos a Larry Dale Kline de la cárcel de Miami.(cap. 28)
- Elegimos nuestros casos con sumo cuidado, y una vez que nos comprometemos, investigamos y litigamos con diligencia. Nuestro objetivo es descubrir la verdad y exonerar a nuestros clientes, algo que hemos hecho ya nueve veces en los últimos doce años. (cap. 30)
- Nolton sonríe y el caso le gusta todavía más. Una banda de narcotraficantes, un cártel mexicano, un sheriff corrupto, el asesinato de un abogado en su escritorio, una condena injusta y ahora un intento de asesinato por encargo a fin de impedir la exoneración. No tienes un caso así todos los días (cap. 33)
5 feb 2021
"Las jaurías" de Alberto Gil
“Todo lo que me rodea tiene fecha de caducidad. Al volver a los escenarios de Humberto Delgado y Arajaryr Campos, me parece estar visitando lugares que se desvanecen. Rincones cuya historia se diluye y que algún día nadie recordará. Quizás, dentro de pocos años, sólo los recuerde esta muchacha que busca alivio para una profunda herida familiar, ignorando si acabará por cauterizarla o ahondará aún más en ella.” (cap. ‘La memoria sepultada’)
1 feb 2021
"La tetera de Russell". Editorial Reino de Cordelia. Pablo Sebastiá Tirado
✔ “Las matemáticas pueden ser definidas como aquel tema del cual no sabemos nunca lo que decimos ni si lo que decimos es verdadero” (cap. 14)
✔ “Sabemos muy poco y sin embargo es asombroso lo mucho que sabemos. Y más asombroso es que un conocimiento tan pequeño pueda dar tanto poder” (cap. 16)
Sinopsis (Ofrecida por la propia editorial Reino de Cordelia)
Es evidente que Pablo Sebastiá con esta inversión de papeles está realizando un planteamiento irónico al presentar una realidad de nuestro país que, desde nuestros presupuestos actuales, cabría considerar como imposible. Sin embargo es grato vernos en esa posición de nación dirigente en el terreno tecnológico y científico, en especial físico y matemático. Desde luego sentido del humor no le falta al novelista castellonense; quizás por eso podría considerarse que estamos ante un relato utópico-humorístico.
"Las aportaciones de mi hermano Antonio, de Joaquín Guillén, Patricia Artero, mis sobrinos Antonio y Julián, Saúl Viciano, Juan Rambla, Germán Díaz, Carlos Pérez, Miguel Ángel Bisbal, Germán Adsuara, Suso Postigo, Pedro Mileo y José Barreda fueron de gran ayuda, Esta novela también es suya."
La paradoja del gato de Schrödinger, la teoría de la navaja de Ockham, la paradoja de Fermi, la ecuación de Drake, la teoría de la relatividad, los poliedros de Euker, la ecuación de Onda de D'Alembert, la ya nombrada analogía de la tetera de Russell, así como también las conjeturas de Hidge, la de Birch y Swinnerton-Dyer e hipótesis aún no resueltas... forman parte de esta novela sirviendo de base a la racionalidad científica, a la experimentalidad, que los científicos de ese Centro de Alta Tecnología practican.
"El físico Enrico Fermi planteó a mediados del siglo X la paradoja de que, si en efecto hay una alta probabilidad de que existan otras civilizaciones inteligentes en el Universo observable, al mismo tiempo se constata una evidente ausencia de otras civilizaciones. Unos años más tarde, el astrofísico Frank Drake desarrolló la ecuación que lleva su nombre y que estima la posibilidad de que haya un número concreto de civilizaciones inteligentes en la Vía Láctea" (p. 138)
"los sindicalistas y técnicos ministeriales que idearon la ley de conciliación, piensa, eran unos psicópatas, además de unos vagos. Ahora tiene el fin de semana por delante y le asustan tantas horas sin poder acceder a los desarrollos de su equipo. Ni siquiera está permitido trabajar en casa." (p. 56)
"La Plaza Mayor como centro de la Zona Turística Especial, permanece igual que un siglo atrás, incluso con mendigos que ahora son funcionarios del Estado dedicados a dar color costumbrista al ambiente." (p. 102)
- "Qué agradable sería un mundo en el que no se dejase a nadie operar en Bolsa a menos que hubiese pasado un examen de economía y poesía griega" (capítulo 7)
- "Los griegos más ilustrados sostenían que la esclavitud era justificable cuando los amos fueran griegos y los esclavos, bárbaros. Nunca al revés" (capítulo 23)