• “ Sus vidas se habían arruinado; y se habían arruinado por el error fundamental de haberse unido en matrimonio, por haber basado un contrato permanente en un sentimiento pasajero”
• “¡Debería estar permitido deshacer lo que se ha hecho por pura ignorancia! Seguro que esto le pasa a un montón de mujeres; solo que se someten, y yo me revuelvo…”
• “ Y salieron los dos, el hombre barrigón y la mujer exuberante, con el humor contrariado y regañón que suelen tener la mayoría de los matrimonios de la cristiandad. ”
La novela presenta las aspiraciones intelectuales y la vida sentimental de Jude Fawley, joven trabajador picapedrero que disfruta con el estudio y que desearía conseguir una beca para estudiar en uno de los Colleges de la ciudad de Christminster (nombre literario que Hardy da en todas sus obras a la ciudad de Oxford). Para él esta ciudad, desde que su antiguo maestro de escuela Phillotson abandonase Marygreen la localidad donde vive Jude, es su meta añorada. En su marcha Phillotson le promete enviarle libros para que pueda saciar su curiosidad intelectual.
"se trata de una novela dirigida por un hombre a hombres y mujeres adultos; que intenta abordar sin afectaciones la irritación y el apasionamiento, el ridículo y la desdicha, que puede despertar la pasión más violenta que pueda sufrir la humanidad; que quiere delatar sin eufemismos la guerra a muerte que hay entablada entre la carne y el espíritu; y que trata de hacer ver la tragedia que suponen las aspiraciones frustradas, no considero que se pueda reprochar nada a mi manera de exponerlo.",
"desde 1895 se me viene acusando en este país de la grave responsabilidad de que el tema del matrimonio esté tan «sobado» (como lo calificó el otro día un gran escritor). No lo sé. Mi opinión en aquel entonces era, si mal no recuerdo, como ahora, que un matrimonio debería poder disolverse tan pronto como se convierta en una crueldad para cualquiera de las partes —pues entonces, esencial y moralmente, deja de ser matrimonio—".
"Después de la aparición de Jude el oscuro en forma de serial en Alemania, un experimentado periodista de este país informó al escritor que Sue Bridehead, la heroína, era el primer bosquejo literario de un tipo de mujer que se estaba haciendo notar y que aumentaba por miles cada año: la mujer del movimiento feminista, la delgada y pálida mujer «soltera», el manojo de nervios intelectualizado y emancipado, producto de las condiciones modernas de vida, principalmente en las ciudades, la cual no reconoce para la mayoría de su sexo la necesidad de seguir el matrimonio como una profesión, y alardea de superioridad porque goza del privilegio de ser amada en el acto."
Estamos ante una novela que en este aspecto se adelantó mucho a su tiempo (Nuestras ideas iban cincuenta años por delante de nuestra época y no podían servirnos de nada.), que fue precursora de un feminismo profundo que hasta no hace nada era ignorado y despreciado en una mayoría de países y por supuesto en el nuestro.
Lo interesante de este relato es ver cómo estos dos protagonistas se influyen mutuamente, cómo evolucionan tomando o dejando unas ideas u otras, y cómo al fin y a la postre la máquina social institucional se va a apoderar de ellos, los va a engullir con sus poderosas fauces subsumiéndolos en el desánimo total, en un pesimismo schopenhaueriano que está presente en todo el relato. La evidente presencia del pensamiento de Schopenhauer me ha llevado a recordar obras que por esas fechas se publican en España y que también tratan de esa derrota de la voluntad y del deseo de alcanzar una 'ataraxia' que los libere de las pasiones y por ende de sus remedos legales. Me refiero especialmente a "El árbol de la ciencia" de Pío Baroja aparecida en 1911 y también a "La voluntad" de Azorín de 1902. Estas dos narraciones noventaiochistas tienen a su favor un menor número de páginas y coinciden con la de Thomas Hardy en presentar de manera narrativa la defensa de unas ideas en una especie de debate entre los personajes. Estamos en los tres casos dentro de una tendencia novelística de gran importancia en la época que fue la Novela de tesis.
En "Jude el oscuro" la derrota de la voluntad es más estrepitosa en el caso de la mujer a la que pese a presentarla en general con rasgos de fortaleza poco a poco la presión social sufrida sobre Sue, sobre Arabella, sobre la tía Drusilla, sobre la viuda Adlin... hace que unas por convencimiento total del papel que la mujer tiene en en la sociedad (Arabella o la viuda Adlin; esta última en un momento de la historia le dice a Phillotson sobre su mujer: "¡Yo que usted la habría amarrado bien! ¡No habrían tardado en írseles las ganas de patalear! No hay nada como encerrarnos y tener un cómitre de marido para domesticarnos.") y otras que como Sue por acomodación irán evolucionando y aceptando esas frases que emanan de boca de los hombres, incluso de la de Jude el ser más feminista de todos los que aquí aparecen. El vicario Phillotson que conoce en el relato una evolución magnífica y se muestra respetuoso ante la voluntad de Sue sin embargo en un momento dado se culpa de la permisividad que ha tenido con su mujer achacando su comportamiento al pernicioso influjo que emana de ellas
"He desobedecido las enseñanzas de la Iglesia; pero fue sin premeditación alguna. Las mujeres son tan extrañas con sus influjos que te llevan a tergiversar tu buena voluntad."
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Frases como la anterior que le dice Phillotson a su amigo Gillingham al que confiesa los quebraderos de cabeza a que lo tiene sometido su mujer son muestra perfecta del pensamiento machista y reaccionario imperante en la sociedad inglesa de finales del siglo XIX. Que un autor se atreviese a novelar sobre él y además a sostener unas ideas contrarias al sentir social mayoritario era difícil. Thomas Hardy lo hace y para este combate desigual se arma con ideas emanadas del positivismo liberal de Herbert Spencer, el naturalismo evolutivo de Charles Darwin y el pesimismo antropológico de Arnold Schopenhauer.
Para entender debidamente esta novela no se puede obviar el tipo de sociedad cerrada, muy influida por la Religión, en la que los clérigos tienen un poder enorme. Ellos son los predicadores en los púlpitos de las iglesias y los maestros en las cátedras de los Colleges y escuelas. También hay que tener muy presente dónde sucede la acción, en Inglaterra, concretamente en Oxford (denominada simbólicamente en el relato como Christminster) donde el mundo académico en manos de distintas voces pertenecientes a diversas corrientes teológicas están en lucha. Frente al evangelismo propio de los anglicanos se va abriendo paso la corriente de los tractaristas cuyas reflexiones tanta admiración despiertan en Jude (Para descansar de la Patrística y de obras como las de Paley y Butler, se puso a leer a Newman, Pusey y otras muchas eminencias modernas.). Personalmente muchas de las páginas dedicadas a estos debates teológicos y filosóficos se me han hecho algo pesadas, aunque entiendo que en su momento con ese tipo de sociedad tan cerrada debían de ser más o menos pertinentes.
Hasta aquí he comentado algunos aspectos de personajes individuales plenamente caracterizados y que conocen en el discurrir del relato una evolución plausible y verosímil. Junto a ellos cabe referirse a una serie de personajes colectivos que sirven den trasfondo a los protagonistas y secundarios principales. Me refiero al grupo de estudiantes y profesores de Christminster caracterizado por su elitismo de extracción social y por el trato discriminatorio que practican con aquellos que no sean como ellos. En sentido radicalmente opuesto al de los estudiosos hombres de negro de los Colleges está el grupo de los trabajadores manuales que se reúnen en la taberna a la salida del trabajo y que en la vida aspirarán a codearse con los anteriores. Dentro de este grupo destaca Taylor el calderero. Jude representa el anhelado punto de inflexión que no pocos pensadores del momento como Spencer consideraban ideal y que consistía en que el mérito primase sobre la extracción social. Así lo ve la inteligente Sue que hablando con Jude sobre la ciudad universitaria tras haber sido rechazado éste dice:
"Es un lugar de ignorantes, quitando a la gente del pueblo, artesanos, borrachos y pordioseros —dijo ella con perversidad, viendo que él no era de su parecer—. Esos ven la vida tal como es, por supuesto; en cambio en los colegios son muy pocos los que la ven así. Lo puedes comprobar en ti mismo. Tú eres uno de esos hombres para quienes estaba realmente destinada Christminster, el estudio, pero sin dinero, ni oportunidades, ni amigos. Y os han echado a la calle los hijos de los millonarios."
Como se observa es un 'speech' de lo más marxista, una reflexión que aún hoy día entre nosotros suena de lo más avanzada. Quizás Hardy sea poco objetivo al colocar a todo un colectivo del lado de los auténticos sabios (la gente del pueblo) y a los otros (los de los Colleges) se mueven en la ignorancia porque no saben ver la vida tal como es. Pero es comprensible pues el maniqueísmo casa muy bien con el folletín y esta novela lo es.
También, claro, ya lo he insinuado antes, encontramos en la novela el mundo de los hombres versus el de las mujeres. Sobre el tratamiento dado a estos colectivos y a los asuntos en los que participan diría que las mujeres salen peor tratadas que los hombres, destacando un machismo muy propio del momento de escritura. Thomas Hardy conscientemente pone en boca de unos y otros la idea de que ellas son veleidosas, inconstantes, caprichosas, que sólo se mueven normalmente por interés... Pero lo hace en sentido irónico, pues él es un claro defensor de esa nueva mujer que se está prefigurando en esos momentos y que plasma en Sue, mujer espiritual, culta, sincera, aticista (casi casi prerrafaelita podría decirse) frente al común de 'ellas' representadas en Arabella, mujer materialista, corporal, movida siempre por interés dinerario y placentero que busca la seguridad en el matrimonio y que no duda en engañar al candidato con cualquier ardid.
Además de los temas -muchos, quizá hasta excesivos- que aparecen hay en esta novela muchísima literatura en forma sobre todo de citaciones y alusiones a diversos autores desde los más antiguos como el Antiguo Testamento, Homero y los latinos Tucidides o Hesíodo que Jude se esfuerza en traducir hasta otros más cercanos al momento de escritura como el lingüista Jacob Grimm, el poeta Shelley, el novelista Sterne... o ya algo más lejanos el historiador Edward Gibbon, Shakespeare o el mismísimo Cervantes citado a través de su obra insigne, El Quijote. Como casi siempre, es ella, Sue, la que haciendo uso de su inmenso conocimiento argumenta ante Jude utilizando referentes literarios: "Eres un José soñador de sueños, Jude. Y un don Quijote trágico. Y a veces hasta un san Esteban, que mientras lo lapidaban veía cómo se abrían los Cielos. ¡Mi pobre amigo y camarada, cuánto te queda todavía por sufrir!"
Una literatura que no sólo aparece en citas y alusiones sino que presenta situaciones análogas a obras reconocidas. Tal me ha parecido ver en esos azotes que se lleva Jude al inicio del relato igual que en El Quijote se los llevara Andresillo. En "Jude el oscuro" el pobre muchacho que era por entonces Jude se ve castigado por no cumplir bien su trabajo de espantar pájaros del almiar que debía vigilar.
—¡No me pegue, por favor…, no me pegue! —gritaba el volteado muchacho, tan desamparado bajo la centrífuga tendencia de su persona como un pez en el aire atrapado en el extremo de un sedal; mientras, veía desfilar la colina, el almiar, la plantación, el camino y los grajos, girando todo a su alrededor en asombrosa carrera circular—.
De igual guisa, la visión de la auténtica Arabella por Jude me ha hecho rememorar la de la auténtica Dulcinea por don Quijote:
Al traspasar la verja se encontró con que tres cerdos flacos y jóvenes se habían escapado de la pocilga saltando nada menos que por encima del cercado, y que estaba luchando ella sola con los bichos para hacerlos entrar por la puerta que había dejado abierta.
Pero no sólo es Cervantes y su Quijote también los cuentos populares y el folklore que los anima y alimenta he querido verlo en el personaje del doctor Vilbert que cual el Sombrero Loco de "Alicia en el país de las maravillas" se cita con Jude manteniendo imperturbable sus hábitos:
"—¿Dónde le podré ver con las gramáticas?
—Pasaré por aquí de hoy en quince días, a esta misma hora, o sea, a las siete y veinticinco. Mis movimientos están cronometrados con la misma precisión que los planetas en sus órbitas."
El folklore me ha parecido verlo en alusiones a personajes populares ingleses como la imagen en la que el narrador al ver a Jude camino de Christminster con gran determinación dice que era una especie de Dick Wittington, leyenda del folklore inglés construida a partir del personaje real de sir Richard Whittington (1354-1423) que se hizo rico por vender su gato durante una temporada de invasión de ratas.
En cuanto a su estructura la novela está organizada en seis grandes apartados formado cada uno de ellos por capítulos en cantidad variable. Cada parte lleva por título el lugar donde la acción tiene lugar: I. En Marygreen; II. En Christminster; III. En Melchester; IV. En Shaston; V. En Aldbrickham y otros lugares; y VI. En Christminster otra vez.
La novela como es natural está contada por un narrador externo omnisciente en 3ºpersona que domina a lo largo de toda la línea temporal que dura el relato cuanto ha pasado, pasa y pasará incluso los pensamientos y sentimientos más íntimos de los personajes. Pero ya es un narrador que da cuartelillo a los personajes y que en ciertos momentos se adelgaza en un intento de quasi desaparecer (Debieron de poner los dos cara de estupor, porque dijo con voz hueca [...]). Tan sólo recuerdo una ocasión en la que este narrador cambia a la 2ª persona (Se daba cuenta de que, a medida que te haces mayor, y sientes que te hallas en el centro de tu existencia y no en un punto de su circunferencia como cuando eras pequeño, te da una especie de escalofrío. y Andando de un lado a otro como voy, y mezclándote con gentes de todas clases, acabas enterándote de montones de cosas.). En esta ocasión esa 2ª persona en mi opinión es la voz del propio autor que de esta manera viene a identificarse, a subsumirse, con el personaje de Jude, auténtico otro yo suyo con el que guarda más de una relación autobiográfica. En el fondo, pues, no es más que otra manifestación de la omnisciencia que existe en la novela..
Finalizaría este extenso comentario sobre "Jude el oscuro" aludiendo a que este autor que interviene en la narración confundiéndose con el personaje y con el propio narrador hace en ocasiones elucubraciones metaliterarias reveladoras de sus preocupaciones autorales. Estas inquietudes se evidencian en frases como la siguiente: La labor de un cronista que se limita a describir acontecimientos y estados de ánimo no le exige que exprese su criterio personal sobre la grave discusión anteriormente expuesta. Es claro que la literatura -en especial la novela- en los momentos en que Thomas Hardy escribe se está replanteando su propio ser como revelan reflexiones como la anterior
Resumiendo
Como se ve la novela toca muchos asuntos. Quizás el principal sea el del matrimonio legalizado a ojos de los hombres. Si ese matrimonio legal es la tumba del amor o si el verdadero matrimonio es el que se da en la unión natural libremente aceptada al margen de las leyes humanas.
Junto al asunto anterior aparecen muchos otros. Por ejemplo el del débito conyugal. ¿Es el hombre dueño de la mujer y por lo tanto ella se le debe entregar sexualmente siempre que se lo demande? Y muy cerca de éste estaría el de ¿puede un hombre y una mujer permanecer en el nivel de amigos y sólo amarse en este nivel sin tener contacto sexual alguno?