La autora del poemario "La belleza del marido", la poeta canadiense Anne Carson, fue distinguida por toda su Obra con el Premio Princesa de Asturias de las Letras 2020
Una preciosidad de libro. Una calidad literaria impresionante. Enlaza con la cultura clásica en cuyos mitos se apoya para expresar sentimientos difíciles de exponer; pero también echa la autora la vista alrededor del mundo que habita en la actualidad y ahí el ritmo del Tango, por los motivos que en el mismo se suelen tratar, es el que encuentra adecuado para manifestar su desazón con lo ocurrido en esa relación con el marido infiel; pero pese a ello atractivo, atrayente, encantador...
Mucha cultura hay en este poemario. A la ya aludida del mundo clásico griego y romano habría que añadir el marco en que los XXIX poemas parten: la poesía del romántico John Keats; algunos de cuyos versos son el punto de partida, la esencia poética, de lo que como lectores nos aguarda dentro de cada uno de los XXIX poemas narrativos de Anne Carson que les siguen a continuación; pero también otros escritores: Jonathan Swift, Shakespeare, y más que el bardo inglés su adaptador en 1681 de "El Rey Lear", Nahum Tate; y ya más cerca de nuestra actualidad Kafka, Beckett, hasta llegar al 'Homo ludens' de Johan Huizinga.
Impresionante esta escritora que partiendo de una cotidianidad diríase cuasi vulgar (un divorcio, una serie de reiteradas infidelidades, unos intentos de retomar la relación por parte del infiel, etc.) logra elevarse a terrenos estéticos y poético-filosóficos excelsos.
La mezcla de géneros literarios (ensayo, lírica, narración...), la hibridación de los mismos, la mezcla de estilos discursivos poéticos (poema en prosa, prosa poética, versolibrismo, uso del versículo...), la titulación extensa y compendiadora de cada poema, y también el magnífico uso de la lengua literaria con uso adecuado de recursos retóricos apropiados al asunto: antítesis, oxímoron, imágenes poéticas variadas, metáforas, símbolos, aliteraciones, concatenaciones, etc. Todo ello da como resultado una más que sobresaliente obra poética. En mi experiencia lectora es de lo mejor que ha caído en mis manos últimamente. Como todo poemario, una lectura, por muy cuidadosa que se pretenda hacerla, no agota la obra, pues es casi obligado seguir leyendo una y otra vez el libro, picoteando aquí y allá en este o aquel poema pues ,aunque existe un cierto discurrir cronológico en la narración propiamente dicha, se puede degustar cada poema por sí solo. En fin, ya digo, una maravilla.
Dejo fuera de mi análisis pues entiendo que no viene al caso, la mucha o poca independencia de Ella respecto de Él; tampoco entro a valorar el comportamiento del hombre y tampoco el de las otras mujeres con las que El se acuesta, hecho que Ella conoce y sin embargo en principio soporta. Creo que no es esta la cuestión ni el momento. Sólo me pararé en la figura de Ray, el amigo pintor de ambos, seguramente homosexual -también esto no es dato importante aquí- que le sirve de apoyatura a Ella y de conciencia o Pepito Grillo a Él. Cuando su figura desaparece es el momento en que ya Ella determina hacer tabla rasa de su relación y de esa cierta dependencia emocional respecto de El. Seguramente poderse confesar con Ray le servía a Ella para proseguir en su afecto activo hacia Él pese a las reiteradas advertencias de Ray.
- "La represión dice más sobre el sexo que cualquier otra forma de discurso" (VIII)
- "La meta de cualquier madre es abolir la seducción" (IX)
- “Si pudiera matarte lo haría luego tendría que hacer otro igual que tú” (XII)
-
"Ha salido dice ella
Juntos
observan cómo gotas sueltas de ese hecho se condensan en el aire entre ellos
Algunos lo llaman amor" [...] (XVI) - "Vosotros los casados os tomáis demasiado en serio las cosas, demasiado a pecho" (XVII)
- En XX se reflexiona sobre la sinapsis, las asociaciones que se producen al buscar contenidos en la memoria. Es fácil "pasar rápidamente de muñeca a esclavo cuando trataba de recordar esposa" Y cuando va camino del juzgado a pedir el divorcio Ella piensa en Aristóteles- "que no tenía marido, /raramente menciona la belleza.".
- En XXI:
"No se equivocaba aquel triste antropólogo que nos dijo que la principal función de la escritura era esclavizar a los seres humanos. Los usos intelectuales y estéticos vinieron luego." - "Si un marido tira el dado de su belleza una vez más, ¿quién tiene la culpa?" (XXII)
- "El alba estaba levantando el cielo nocturno como una persiana veneciana" (XXIII)
- En XXVI es el tiempo, su inexorable discurrir y el querer se marcha con él:
Había una rama que solía mirar desde la ventana de mi cocina trasera
y poco a poco empecé a guardar recuerdo de ella
casi cada día
en dísticos elegíacos
por ejemplo
Espumando contra su propia mejilla verde se enfría de
pronto o parece enfriar cada envés
(esto era en primavera, o
aquí uno de octubre temprano:) - "Palabras, trigo, condiciones, oro, más de treinta años, todo eso burbujeando a mi alrededor
ahí
lo dejo para que descanse." (XXIX) -
"Bien la vida implica riesgos. El amor es uno de ellos. Terribles riesgos. [...]
Aquí tenéis mi consejo, aguantad.
Aguantad la belleza.” (XXIX)
“la belleza es la verdad, la verdad belleza”; esto es todo
lo que sabes de la tierra, y todo lo que saber necesitas.
A partir de este Keats comprendemos perfectamente a Anne Carson que en el poema II de "La belleza del marido" escribe:
La belleza. No es ningún secreto. No me avergüenza decir
[que lo amé por su belleza.
Como volvería a hacerlo
si se acercara. La belleza convence. Ya sabes que la belleza hace posible el sexo.
La belleza hace el sexo sexo.
Es una escritora extremadamente celosa de su intimidad, por lo que se conocen pocos datos biográficos acerca de su vida.
Si ha comentado que, cuando era una adolescente y estaba en el instituto de educación secundaria, su profesor de latín le pidió que leyera un libro con las traducciones de la poeta clásica griega Safo. Esta lectura supuso toda una revelación y, pasado el tiempo, le llevaría a la literatura.
También decidió estudiar filología clásica, si bien en un primer momento, al matricularse en la Universidad de Toronto, tuvo problemas con sus docentes, y dejó en dos ocasiones de la carrera. Finalmente, se doctoró en 1981, presentado una tesis con el título de Odi et Amo Ergo Sum, que se publicó cinco años más tarde.
Posteriormente, se dedicaría a la enseñanza, tanto en Estados Unidos como en Canadá, en la Universidad McGill, en la de Michigan y en la prestigiosa facultad de literatura clásica de Pricenton. Su creciente reputación literaria la hizo acreedora de la beca Guggenheim en 1998 y de la beca MacArthur en el 2000, dos de las distinciones más importantes que puede recibir un artista norteamericano.
En su poesía es capaz de combinar un tono coloquial con una gran profundidad psicológica y elementos surrealistas o irracionales. Se ha citado la influencia de autoras como Simone Weil, Virginia Woolf y Emily Bronte en sus obras líricas.
Hay que destacar libros como Tipos de agua (escrito con motivo de una visita a España para recorrer el Camino de Santiago), Decreación, Autobiografía en rojo o, sobre todo, La belleza del marido, considerado a menudo uno de los libros de poesía más importantes publicados en las últimas décadas.
Asimismo es una reconocida traductora de literatura clásica al inglés. Varias de sus traducciones de dramaturgos de la Antigua Grecia como Esquilo o Sófocles han sido llevadas a escena.