Dos son las novelas que he leído de este autor afroamericano que murió en nuestro país, en Moraira (Alicante), el año 1984. Nacido setenta y cinco años antes en Jefferson City en el seno de una familia de clase media que se trasladaba con frecuencia de ciudad, desde muy joven estuvo próximo a ambientes delictivos que le propiciaron una primera detención a los 17 años por robo, y dos años después su entrada en la cárcel con una condena de 20 años por atraco a mano armada. Fue allí, en la soledad carcelaria, donde comenzó a escribir. Sale en libertad en 1935 y tras desempeñar varios oficios se dedica a escribir con más asiduidad publicando en 1945 su primera novela.
Las dos novelas leídas enmarcan la foto del autor |
Las novelas de Harlem
De las diez novelas que forman su ciclo temático sobre Harlem ["Por amor a Imabelle" (For Love of Imabelle = A Rage in Harlem, 1957; "Un loco asesinato" (The Crazy Kill, 1959); "The Real Cool Killers", (1959); "Corre, hombre" (Run Man Run, 1966), la única no protagonizada por los detectives Coffin Ed y Grave Digger; "Todos muertos" (All Shot Up, 1960); "El gran sueño de oro" (The Big Gold Dream, 1960); "Cuando el calor aprieta " (The Heat's On, 1961); "Algodón en Harlem" (Cotton Comes to Harlem, 1965); "Un ciego con una pistola" (Blind Man With a Pistol = Hot Day, Hot Night, 1969); y "Plan B" (Plan B, 1993, póstuma)] he leído la quinta (“Todos muertos”) y
la novena (“Un ciego con una pistola”). En ambas, -al igual que en todas las del ciclo salvo "Corre, hombre"-, los protagonistas son los detectives de color
“Ataúd” Coffin Ed Johnson y “Sepulturero”
Graves Digger Jones, que prestan servicio en el Harlem neoyorkino. Sus jefes
son policías blancos como el teniente Anderson, el capitán Brice o el sargento
Ryan. Es característico de estos dos detectives su comportamiento violento –en
ocasiones gratuito- con sus detenidos o investigados, lo que hace que sus
inmediatos superiores intenten evitar su intervención directa en algunos
asuntos. Se diría que están reñidos con la sociedad que les ha tocado en suerte
y que por ello actúan de tal manera. Lo que más destacaría de ellos dos es su
sentido crítico ante la consideración que los blancos tienen de la comunidad
negra de la que ellos sienten formar parte; por ello –y dado que la policía
está en manos de blancos- muchas veces ambos esconderán informaciones o
hallazgos que de compartirlas o entregárselos serían utilizados de un modo poco
recto.