«Me gustaría no ser médica, porque entonces podría ir al médico. Entonces podría creerme toda esta representación teatral en la que el médico es el protagonista y los pacientes son el público» (reflexión realizada por la protagonista Elin con un evidente sentido humorístico y crítico. Tal sentido es perceptible en muchas páginas del libro)
Más que una novela en muchos momentos me ha parecido estar leyendo un ensayo. Eso sí tiene momentos, detalles, anécdotas muy bien traídas, simpáticas críticas al Sistema, pero, todo hay que decirlo, nada sorprendentes.
Según leía esta novela plagada de reflexiones en primera persona emitidas por Elin, la médico protagonista de la narración, no he podido por menos que recordar la grata lectura del anecdotario en forma de libro escrito por el doctor Francisco Coronel Díaz titulado "Las experiencias de un médico para todo" que reseñé en este blog hará cosa de medio año o así [pinchando en el título del libro se accede a la lectura de la reseña]. Si el doctor Coronel contaba un sinfín de situaciones anecdóticas que en el ejercicio de su profesión de nefrólogo vivió en su consulta y fuera de ella, la ficticia doctora Elin en su consulta de medicina general de un centro de salud de la ciudad de Oslo cuenta no pocas curiosidades acaecidas con variopintos pacientes: aquellos que sólo van para hablar un rato, los que quieren milagros como adelgazar llevando una vida sedentaria y llena de apetito, la pareja de cuarenta y tantos años que desean tener un hijo que los una más dado que cada uno viene de un matrimonio con dos y tres hijos, la pareja infértil hasta el momento y que ahora ella con con 39 años pese a haberse quedado embarazada desea abortar porque tienen en perspectiva un viaje fastuoso, el portador de fuertes hemorroides que acude a la consulta sin haberse limpiado bien para no dañarlas, etc., etc.
«Pero no puedes desaparecer sin más, dice Tore, que quiere que siga en la lucha, tanto con Aksel, que está en cas, en Grenda, como con Bjørn , que ha vuelto a su vida matrimonial en Friedrikstad, como con Gro, que ha hablado varias veces con Aksel, como me ha dicho alguna vez en los mensajes que me ha enviado y a los que he dejado de responder.»
Todo el panorama descrito hasta aquí cambiará cuando Elin casualmente encuentre en facebook un saludo de Bjørn, su lejano novio del instituto. Inopinadamente, sin reflexionar, contesta al saludo y a partir de ahí se inicia una relación entre ellos que dará al traste con su aburrida vida. Pero, ¿es mejor la perspectiva de vivir con Bjørn que la confortable vida que lleva con Aksel?
- Ontología:
- «Este cuerpo, esta cáscara indefensa que nos rodea y desde la que vemos el mundo. El cuerpo es la jaula en la que vivimos y, de vez en cuando, sin que sepamos por qué, sacudimos los barrotes y la jaula se tambalea»
- «Nos pasamos la vida fingiendo que somos inmortales e invulnerables, pero bajo la piel nos corre la sangre y siempre hay posibilidades de que ocurra una catástrofe. En cuestión de minutos, de segundos, todo se puede derrumbar, nadie está seguro en esta vida cotidiana que creemos que está grabada en piedra, pero que en realidad está escrita en la arena y enseguida llegará el tsunami.»
- Lo políticamente correcto en una sociedad profundamente vigilada:
- «Últimamente debemos tener cuidado. Todas nuestras declaraciones podrían acabar grabadas en video, en audio y compartirlas en las redes sociales por un empleado que estuviera por allí, con el móvil en la mano, como casi todos los empleados a lo largo de toda la comida, y por eso la conversación en la cafetería ya no es libre, porque allí también tenemos que contenernos como ya hacemos en la consulta con los pacientes.»
- «Pienso que esa palabra, masculino, nunca la habría dicho en Grenda [Grenda es el barrio guay donde viven familias y jóvenes de ideología progresista], porque en Grenda el género es una construcción social y, aun así, esa palabra no para de surgir y de subírsele a los hombros, a los brazos, a la barba incipiente, al pelo gris del pecho que le asoma por la camisa»
- La absurda necesidad de transmitir una imagen a los demás en la que vaya implícita la ubicación ideológica:
- «"Nosotros los hombres" es algo que Aksel no habría dicho nunca. "Soy un hombre con muchas necesidades físicas" tampoco. Nosotros los hombres, vosotras las mujeres son expresiones que Aksel nunca habría utilizado. Ni él ni nadie en toda Grenda»
- Los prejuicios sociales:
- «Cuando conoció a Bjørn, una amiga mía me dijo lo siguiente: "Es muy guapo y muy amable, pero ¿tú crees que es suficiente para ti?", y esas palabras se me quedaron en la cabeza porque cuando Bjørn estaba en Oslo me daba dentera cada vez que abría la boca. Y lo que más vergüenza me daba —porque me avergonzaba de él igual que él se avergonzaba de mí— no era que no fuera de Kràkeroy o que nadie de su familia hubiera ido a la universidad» [...]
- La cotidianidad y vulgaridad de la vida:
- «Nos hemos reído de todos los amigos y compañeros de trabajo que se han separado convencidos de que todo iba a mejorar y al final sólo han comprobado que la vida era igual que antes, pero más difícil, porque enfrentarse a esta nueva vida con toda su logística y tus hijos y los míos y los nuestros requiere una inteligencia y una madurez mucho mayor y más profunda y más amplia que la que habría requerido quedarse en la vida anterior.»
- Sociedad machista y patriarcal:
- «¿Qué pasaría si yo dejara de lavar la ropa y las sábanas y las toallas, si dejara de recoger, si dejara de hacer la compra y la comida, si dejara de congelar las sobras y volver a sacarlas para que se descongelaran? Es decir, si dejara de hacer todas aquellas tareas que hacían que Aksel, cada vez que me veía pasearme por la cocina, me dijera: "¡Qué hacendosa estás!"»
- La falta de médicos en la atención primaria (uno de los motivos):
- «¿Qué es ese invento de especialista en medicina general? Especialista y general son antónimos. Otorrinolaringología es una mezcla de dos conceptos que tienen sentido juntos; ginecología y obstetricia, también; enfermedades cardiovasculares, lo mismo; pero ¿especialista en medicina general? ¿Es una broma?»
- La muerte en nuestra sociedad:
- «Me quiero morir [la madre de Elin a su hija cuando ésta va a visitarla]
— Pero no puedes decir esas cosas.
Tenemos esta conversación en cada visita, y como de costumbre pienso: ¿por qué no? No sólo no puede morirse, sino que no puede hablar de ello. Según la ley, hay que mantener a las personas con vida por mucho que sufran.»