Pero esta proliferación de lecturas fáciles que buscan engrosar la caja de sus autores ha encontrado al menos una cierta referencia a sus perniciosos [hablo sólo de literatura, claro está]]efectos sociales y personales en algunos opinadores literarios de reconocido criterio. En concreto me refiero al crítico Ignacio Echeverría y al novelista y periodista Enrique Vilá Matas. He aquí sus textos:
"Y lo que digo (dejando para otro momento razonables puntualizaciones y matizaciones) es que la lectura continuada de libros mediocres tiene en no pocos casos efectos narcóticos sobre el gusto e incluso sobre la inteligencia -y no sólo la moral- hasta llegar a los extremos a los que nos tienen acostumbrados algunos de los críticos más conspicuos del panorama nacional, reacios a aplicarse la única vacuna contra este mal: el ejercicio de un criterio exigente y contrastado, así salten las chispas destinadas a evitar que acabe uno atontado." (El Cultural 30.11.12, Ignacio Echeverría: Críticos embobados).
"¿LE Gustaría localizar la mejor literatura de hoy? Agáchese, búsquela literalmente por los suelos, verá cómo enseguida la encontrará. La tienen por ahí tirada, abandonada en los rincones. El otro día, al disponerme a salir hacia Portugal, hacia el Festival de Cine de Estoríl, busqué en la librería del aeropuerto un libro que me acompañara en el viaje. Me acordé de que acababa de publicarse la correspondencia entre J. M. Coetzee y Paul Auster y di ingenuamente por sentado que, siendo dos autores sobradamente conocidos y tratándose de una flamante novedad, encontraría el libro sin más problema. Ante mi sorpresa, sólo tras unos minutos de paciente búsqueda por las estanterías y de tener que viajar visualmente por las más horrendas portadas de best sellers que hubo nunca, acabé encontrando lo que buscaba en un lugar bien difícil: a ras de suelo, junto al reino de las ratas. Ahí es donde muchos tienen situado a Coetzee, el que probablemente sea el mejor narrador contemporáneo vivo. Creo que eso dice mucho del estado de las cosas.De los dos textos me quedo evidentemente con el de Vilá Matas que como siempre –y con finísimo humor- acierta plenamente.
Lo pienso y veo que no debería haberme extrañado tanto de todo esto, pues a fin de cuentas sé perfectamente que vivimos en el imperio de los E. L. James, Sylvia Day, o de los aterciopelados relatos de Hilary Boyd, la autora de “Estoy embarazada y trabajo ¿qué debo hacer?” Pero soy humano, todavía lo soy, y me afectó tener que agacharme para rescatar aquel Coetzee&Auster." (Babelia 01.12.12, Enrique Vila-Matas: El estado de las cosas).
Un saludo