En orden inverso al que he seguido para verlas, estas tres películas, dos de las cuales he visto últimamente, me han gustado y creo que plantean asuntos bastante interesantes.
La primera que vi fue "Gravity", hace ya dos años (¡cómo pasa el tiempo, madre mía!) y la reseñé aquí en su momento. Por esta producción Sandra Bullock, protagonista junto a George Clooney, fue nominada para el Oscar en 2014, premio que al final recayó en Cate Blanchet por su papel en "Blue Jasmine" de mi admirado Woody Allen. Con todo "Gravity" ganó siete premios Oscar si bien, salvo el otorgado a su director, el mexicano Alfonso Cuarón, todos fueron de aquellos considerados menores: mejor partitura original para una película, mejor mezcla de sonido, mejor edición de sonido, mejores efectos especiales, mejor fotografía y mejor montaje. Ahora bien, "Gravity" dejó sentado que una película de este género -la ciencia ficción espacial- reposa más sobre una excelente fotografía, unos magníficos efectos especiales, una buena música o/y una perfecta edición que sobre las calidades fotogénicas e interpretativas de su elenco actoral. Y las películas que vinieron tras ella así lo entendieron.
Recordando a "Gravity" he ido a ver "Marte" ("The Martian"), adaptación a la pantalla de la novela de Andy Weir, que cuenta las vicisitudes por las que ha de pasar el astronauta Mark Watney, (Matt Damon) dado por muerto tras una terrible tormenta y abandonado por la tripulación, que pone rumbo de vuelta a la Tierra. Pero Watney ha sobrevivido y se encuentra atrapado y solo en el hostil planeta rojo. Con suministros escasos, deberá recurrir a su ingenio y a su instinto de supervivencia para encontrar la manera de comunicar a la Tierra que sigue vivo.
Además del poso que había dejado en mí la película de Cuarón, lo que sin lugar a dudas me llevó al cine para ver "Marte" fue el nombre de su director Ridley Scott. Yo siento por Ridley Scott admiración profunda que se remonta a la ya lejana "Blade Runner" de 1982 protagonizada por Harrison Ford, Sean Young y Rutger Hauer, película mítica del género que también fue producto de la adaptación de una novela: "¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?" de Philip K. Dick. Conviene no olvidar que tres años antes de la historia sobre los Replicantes, Scott había firmado otro film de ciencia ficción, "Allien, el octavo pasajero" (con Sigourney Weaver, Tom Skerritt y John Hurt) que no tuvo la repercusión de ésta, su siguiente producción. Desde entonces Scott se dedicó a realizar otro tipo de películas muy exitosas y de gran calidad también: "Thelma y Louise" en 1991 (con Susan Sarandon, Geena Davis y Brad Pitt), "1492: La conquista del paraíso" en 1992 (con Gérard Depardieu, Sigourney Weaver y Armand Assante), "La teniente O'Neil" en 1997 (con G.I. Jane, con Demi Moore, Viggo Mortensen y Anne Bancroft), "Gladiator" en 2000 (con Russell Crowe, Joaquin Phoenix y Connie Nielsen), o "American Gangster" en 2007 (con Denzel Washington y Russell Crowe) entre otras.
Tras ver la producción de Ridley Scott pensé que debía ver "Interstellar" del director Christopher Nolan, pues quienes habían acudido en su momento a los cines me hablaban muy bien de ella. El empujón definitivo me vino cuando me interesé por su argumento: un viaje en busca de un planeta en otra galaxia donde los seres humanos puedan proseguir su aventura de seres vivos una vez que la vida en el planeta Tierra se ha hecho imposible. La historia unida al hecho de que este año 2015 se cumplían los cien años de la la formulación de la Teoría de la Relatividad General de Albert Einstein, que resuelve el enigma de la gravitación como una distorsión del espacio-tiempo y que abre la posibilidad teórica a los viajes en el Tiempo (quienes quieran saber más de la Relatividad de Einstein y de cómo otros grandes pensadores antes de él ya fueron desarrollando modelos de explicación del Universo, les recomiendo pasarse por el excelente blog "La República de las Matemáticas" donde Juan Luis y David, sus administradores, dan una asequible explicación de la Teoría y de cómo su autor llegó a su formulación), me empujaron a buscarla en las bases de películas de Movistar+. La encontré y la he visto con gusto, si bien la espectacularidad de su fotografía en televisión no alcanza ni por asomo el nivel impresionante que puede observarse cuando este tipo de filmes se ve en pantalla gigante, y más aún si se decide verlas en 3-D.
Yo en 3-D sólo vi "Gravity" y sí me agradó pero el sentido de profundidad y de perspectiva que añade este formato no hicieron que cuando fui al Cine a ver "Marte" lo eligiese, sino que en esa ocasión opté por el 2-D y la película me gustó igualmente. Esto del 3-D -y ya esto sería otro debate- creo que no ha tenido el éxito esperado pues como he dicho sólo añade la belleza que acompaña al perspectivismo de la tridimensionalidad, pero las incómodas antiparras que hay que ponerse no justifican el desembolso que la empresa exhibidora exige al espectador.
A "Gravity" se le echó en cara cierta falta de base científica (en mi reseña incluyo un enlace que remite a un artículo que habla de ello), llegando algunos críticos a considerarla más una novela-ciencia que estrictamente ciencia-ficción. Sin embargo de "Marte" e "Interstellar" se dice que los asesores científicos han acertado bastante. De las dos parece que la más acertada es la protagonizada por Matt Damon a pesar de que la chabola un tanto cutre que ha de construir con plásticos nos parezca fantasiosa (¡y no es así!, aseguran los expertos) y de que la manera de desacelerar la nave mediante la explosión interna de un artefacto improvisado, a base de amoníaco, azúcar y oxígeno líquido sea un poco del estilo "los inventos del TBO". Por su parte a "Interstellar" en la que Matt Damon también interviene aunque no en el papel de protagonista que aquí realiza el actor Matthew McConaughey, sólo se le echa en cara que la estructura del agujero negro por el que debe pasar la nave, estructura desconocida hasta la fecha, no parece muy pertinente presentarla como si estuviese formada por estanterías o algo así. Sin embargo, en términos de innovación científica, según Antonio Carretero Peña, Dr. Ingeniero Industrial y miembro de la Asociación Astronómica de Madrid (AAM) sea la película de Nolan la que más arriesga y en general acierta por introducir
"muchos de los temas de actualidad en los campos de la Física y la Astrobiología: aplicaciones de las ondas gravitacionales, viajes a galaxias lejanas y través del tiempo, agujeros negros supermasivos, agujeros de gusano creados por inteligencias extraterrestres, búsqueda de planetas habitables…, aunque la innovación en esta película vaya tan lejos que en algunos momentos casi nos haga entrar en el género fantástico.” (en Cinemanía),Todo lo anterior sobre la validez científica o no de los elementos que aparecen en los tres filmes es importantre sin lugar a dudas, pero yo, como Alfonso Cuarón cuando a su película le criticaron supuestos científicos insostenibles, digo que estas tres películas no son documentales científicos. Son obras de ficción. Y esto hay quienes, bien leyendo una novela o viendo una película de ficción, lo olvidan sistemáticamente.
A mí de "Marte" me interesa mucho más la sensación que tuve viéndola de estar asistiendo a una versión marciana de "El náufrago" que protagonizó Tom Hanks o, todavía más, a una adaptación al cine de viajes planetarios del "Robinson Crusoe" de Daniel Defoe aunque sin las reflexiones filosófico-religiosas que la novela del ilustrado inglés contiene.
De "Interstellar" lo que más me interesó durante su proyección fue el intento, bastante verosímil en mi opinión y también en la de algunos otros, de aplicación de la Teoría de la Relatividad de Einstein. Me resultó emotivo ver que mientras la hija del personaje interpretado por Matthew McConaughey (Anne Hathaway) había envejecido sin remisión, el piloto Cooper, su padre, apenas si tenía en su cabeza alguna cana. También me gustó muchísimo la música que Hans Zimmer puso al film, música que me evocaba por momentos el fantástico "Tubular bells" de Mike Olfield.
Y a las tres ("Gravity" del año 2013, "Interstellar" del año 2014, y "Marte" del año 2015) y a otras muchas de este elevado nivel cienmatográfico agradezco que logren renovar y consolidar mi fe en el Séptimo Arte pues son la conjunción de lo que para mí es el Cine con mayúsculas: historias verosímiles llevadas al límite con efectos sorpresivos; espectacularidad de las imágenes; importancia dada a la música (Hans Zimmer, responsable de la BSO de "Interstellar", Steven Price de "Gravity" y Harry Gregson-Williams de "Marte") que sirve de acompañamiento a una fotografía fantástica; elencos actorales de categoría que logran hacer creíble lo que en rigor sabemos imposible, al menos por ahora; profundas reflexiones que nos reconcilian con nuestra condición humana, más mínima y mediocre aún cuando la observamos perdida en el espacio sideral; y también, claro es, emoción y sentimiento aunque a veces el típico almíbar norteamericano del amantísimo padre haga su aparición de manera algo forzada e inadecuada en mi opinión.
Como conclusión, de todas y cada una de las tres sólo puedo decir:
¡¡Gran Cine. Auténtico Cine!!