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30 dic 2019

En Netflix: "El irlandés" e "Historia de un matrimonio" (A pares VI)

17 comentarios:
Es evidente que las plataformas televisivas (HBO, Netflix, Movistar, Amazon, etc.) se están imponiendo de manera imparable. La competencia entre ellas es brutal, lo que provoca que todas se esfuercen en ofrecer buenos productos a fin de atraer nuevos suscriptores o, al menos, no perder los que ya tienen. Netflix, la primera o una de las primeras en ofrecer películas en streaming, se había quedado algo dormida en los laureles.

A Netflix todo le iba bien hasta que surgió la competencia con oferta semejante cuando no superior a la que ellos ofrecían. Quizás por ello la compañía californiana comenzó a realizar producciones cinematográficas destinadas a su plataforma sin que las mismas debieran guardar ese período de tiempo -3, 6, 9 meses- antes de pasar a la televisión. 

Todo comenzó, o al menos en mi cabeza es lo que yo tengo interiorizado, con la película "Roma" de Alfonso Cuarón [leer reseña aquí] creada ex-profeso para su exhibición en la pequeña pantalla. Hubo sus dimes y diretes sobre esta estrategia comercial de apenas pasarla por las salas convencionales; incluso hubo exhibidores que decidieron boicotearla y negarse a ofrecerla en sus locales. No sirvió de nada. El éxito de la película fue inmenso; fue de tal calibre que en los Oscar de este año cosechó nada menos que tres de los más preciados premios de la academia de Hollywood: Mejor película, mejor dirección y mejor fotografía. No mencionaré la ristra de honores recibidos en los Globos de Oro, los Bafta, etc., etc. Estaba claro que a poco que se descuide, a la industria le ocurrirá algo parecido a lo que reza la conocida canción de The Buggles, 'El Video mató a la estrella de la Radio', que las plataformas televisivas acabarán con las Salas de Cine tradicionales. Y así llegó este año.

Filmin, Movistar, Movistar+, Netflix, Amazon

Muchas plataformas producen películas para consumo en la propia plataforma: "Día de lluvia en Nueva York" de Woody Allen (Amazon) [reseñada en el blog], "Elisa y Marcela" de Isabel Coixet (Netflix), "El cuento de la criada" basada en la novela homónima de Margaret Atwood [reseñada en el blog] o "Patria" basada en la novela de Fernando Aramburu (ambas en HBO) [de la novela hice reseña en su día], "Mientras dure la guerra" de Amenábar (Movistar), "El irlandés" de Scorsese (Netflix)... No todas las productoras restringen la exhibición en salas (Movistar, por ejemplo, no acostumbra hacerlo) y alguna de ellas, como le ha ocurrido a Amazon con la película antes citada de Woody Allen, tienen serios problemas si toman decisiones drásticas al respecto.


"El irlandés"
La larga introducción anterior venía a cuenta de esta película dirigida por Martin Scorsese. "El irlandés" se exhibió en exclusiva en Salas durante apenas siete u ocho días; transcurrido este tiempo se estrenó en la plataforma, en la que actualmente puede verse así como aún en sólo dos o tres salas de cine. Los críticos que la han visto en ambos espacios se inclinan sin dudarlo por la gran pantalla frente a la pequeña. El metraje de la cinta es grande teniendo su visualización la duración de 3 horas y media, un tiempo que si ya nos parece mucho para verlo en sala, qué no diremos para casa. Sin lugar a dudas, excesivo. Los más enterados dicen que el motivo de esta larga duración se debe a que en principio parece que la idea era la confección de una serie y que en esta idea estaría Scorsese hasta que finalmente la productora decidió hacerla película.

El irlandés, Robert De Niro, Joe Pesci, Al Pacino, Jimmy Hoffa, Netflix
La verdad es que a mí la película me ha decepcionado un poco. Llegaba yo a ella henchido de altas expectativas por ser creación del hacedor de "Uno de los nuestros", "Taxi Driver", "Shutter Island" o "El lobo de Wall Street" entre tantas y otras suyas memorables, y tras su contemplación quedé algo frío. Me pareció una obra más de tema gansteril, en esta ocasión referido a la caída del mítico Jimmy Hoffa que entró en el poderoso sindicato de camioneros estadounidense para manejarlo a su conveniencia. La música, uno de los grandes alicientes de los filmes del director, conocedor como pocos de la música popular contemporánea, me defraudó en gran medida. Pero eso sí la actuación de esos tres actorazos: Robert De Niro, Al Pacino y Joe Pesci es sencillamente fantástica. Si hubiera de destacar a uno de los tres por encima de los otros sin lugar a dudas Al Pacino sería el elegido seguido muy de cerca por Joe Pesci. Qué maravilla las interpretaciones de ambos; en esta ocasión -¡y mira que me gusta!- Robert De Niro queda en mi opinión algo por detrás de los dos anteriores.

La historia que cuenta "El irlandés" es la de Frank Sheeran conocido como 'el irlandés', camionero y veterano de guerra, que comienza a involucrarse en los negocios de la Mafia al venderles parte de los cargamentos que transporta. Despedido por la empresa y llevado a juicio lo defiende un abogado quien al ver cómo Sheeran no da al juez ningún nombre lo pondrá en contacto con Russell Buffalino (Joe Pesci), el jefe de la Mafia de la zona de Pennsylvania. Será a través de Russell para quien empezará a hacer trabajos cada vez más personales que incluyen hasta el asesinato, como conocerá a Jimmy Hoffa (Al Pacino), principal dirigente de la Hermandad de Camioneros. Hoffa entra en confianza con Sheeran, en especial con su hija Peggy (Lucy Gallina, de joven / Anna Paquin, de mayor), y 'el irlandés' se convertirá en su guardaespaldas.

La película además de la historia de mafiosos toca en la tela de araña que es la Mafia el mundo de la política. Las figuras de John F. Kennedy elegido presidente y de su hermano Robert (Jack Huston) encargado de la Seguridad de la Nación tienen interés diferente para estos mafiosos: Hoffa detesta a Kennedy y sin embargo Russell está contento  con él. También aparece en escena Richard Nixon que sacará de la cárcel a los mafiosos encerrados durante la presidencia de los Kennedy / Johnson. 

El film inicia y finaliza con la figura de Sheeran ya muy anciano en una Residencia de ancianos, impedido y en silla de ruedas tras haber pasado varios años encarcelado junto a Russell y otros dirigentes de la Mafia. Él no ha fallecido en prisión como los otros y excarcelado viendo ya próximo su final está confesándose con un sacerdote católico que lo absuelve de todos sus crímenes. 

La película en el aspecto técnico tiene elementos de gran altura. El primero sería la estructura de la misma, habitual en Scorsese, con avances y retrocesos en la línea temporal, entradas y salidas del momento actual; y luego estaría la manera como maneja la cámara. Los enfoques de la misma me han parecido espectaculares; en especial me han encantado los picados con que aborda determinadas escenas a través de los cuales transmite muchísima información sin decir palabra.

Pero sobre todo "El irlandés" es una película de actores. Todo el plantel es y está fantástico, pero de él, como no podía ser de otro modo, destacan por encima de todos los tres 'tenores' (es broma): Robert De Niro, Joe Pesci y Al Pacino. Son actores que sobrepasan los tres los setenta y cinco años: Robert De Niro, 76; Joe Pesci, también 76; y Al Pacino, 79. Son, pues, actores veteranos muy fogueados en producciones que tratan asuntos de la Mafia en Estados Unidos, que entienden a la perfección a sus personajes por tenerlos ya muy interiorizados y que los representan a las mil maravillas. Por ponerles un pequeño 'pero' diría que al comprender la historia relatada un muy extenso lapso temporal su caracterización como hombres jóvenes cuando deben representar esas edades chirría un poco. Y como ya he dicho al inicio, los tres están soberbios, pero para mí Robert De Niro queda en esta ocasión algo opacado por la altura de los otros dos, en especial por la de Al Pacino que compone un Jimmy Hoffa de manera espectacular.



"Historia de un matrimonio"
Como casi siempre -¡y que sigan así, por favor!- los Premios Oscar van a estar muy reñidos este año. Se venía diciendo con bastante displicencia que la maestría consumada de Martin Scorsese y su "El irlandés" coparía el certamen, pero hay muy buenos competidores que le harán frente. Es ahí donde encontramos a "Historia de un matrimonio" de Noam Baumbach, película también de producción norteamericana que con un asunto bien distinto al de la anterior será seria competidora en la obtención de galardones.
Marriage story, Noam Baumbach, Scarlet Johansson, Adam Driver

Casi 30 años separan a Scorsese nacido en 1942 de Baumbach que vino a este mundo en 1969. Exactamente son 27 años, en realidad muchos años. Esto no quiere decir nada en principio salvo que los intereses de uno y otro discurren por torrenteras diferentes. Mientras que a Martin Scorsese le han ocupado fundamentalmente asuntos como la Mafia, Vietnam, la corrupción política y demás, Noam Baumbach parece más enfocado a asuntos de tono y desarrollo más intimista. Hago esta afirmación, si me fijo en el director de "Historia de un matrimonio", más por intuición que por contrastada convicción dado que mientras de Scorsese he visto muchos filmes de Baumbach que yo sea consciente éste es el primero. Pero en fin, esto no deja de ser un blog personal y creo tener permiso -y si no, ahora mismo me lo acabo de conceder- de lanzarme a la piscina.

Es importante saber que lo que se nos cuenta en esta cinta, el divorcio de una pareja que se llevaba al menos en apariencia a las mil maravillas, es fruto de la experiencia personal vivida por el director y guionista de la película que conoció que su mujer, la actriz Jennifer Lason Leigh, con la que tiene un hijo en común tras haberse casado en 2005, le solicitó inopinadamente el divorcio en 2010 por, según ella, diferencias irreconciliables. Esto, en definitiva, es lo que nos cuenta el film, ni más ni menos.

Es una película muy alabada por los movimientos de empoderamiento femenino dado que en la cinta asistimos a que una esposa y buena madre, Nicole (Scarlet Johansson), siente que su marido, Charlie (Adam Driver), no le deja espacio para realizarse profesionalmente. Charlie es un relativamente conocido director de teatro en Nueva York donde está desarrollando su carrera que parece ir despegando y ella, Nicole, es actriz en la Compañía que dirige Charlie. Nicole ve que puede dar el salto al mundo de la televisión para lo que va a trasladarse a Los Ángeles, a Hollywood, donde grabará el episodio piloto de una posible exitosa serie. Esto será lo que a ella le lleve a solicitarle el divorcio.

Lo que en principio ellos acordaron sería un proceso amable y sin abogados de por medio se complicará ad infinitum. Todo van a ser obstáculos que los abogados de uno y otro usarán a veces maquiavélicamente: la distancia geográfica que los separa, la educación de Henry (Azhy Robertson) -el hijo que tienen en común-, la familia que ella tiene en Los Ángeles, la falta de arraigo familiar de él allí, los problemas de las visitas al hijo, la custodia del mismo, etc., etc. En cierto sentido en la película se hace una fortísima crítica a estos bufetes estadounidenses que se comportan despiadadamente con las partes en litigio con tal de obtener sustanciosos réditos. ¡The money, first!, que diría aquel.

No se puede contar mucho más si no se quiere destrozar esta preciosa cinta. Lo importante en ella es ver el proceso evolutivo de ambos cónyuges durante el desarrollo del divorcio. Los actores realizan sus papeles a las mil maravillas. En mi caso, no sé si -alguna amiga así me lo ha manifestado- por ser hombre, el personaje de Scarlet Johansson se me ha hecho algo indigesto al detectar en ella un egoísmo personal, una falta de consideración hacia la otra persona, en mi opinión algo excesivos. Se me dice que la actitud de Nicole, en el fondo no es otra más que la de 'lo tomas o lo dejas', es decir, la habitual en el hombre hasta el momento en la mayoría de los procedimientos de divorcio. No sé, quizás, sea así. Pero si es así, yo me preguntaría lo siguiente: ¿la película es feminista porque presenta un comportamiento femenino tan egoísta como el habitual en los hombres? ¿Consiste en esto ser iguales: igual de insensibles o de brutos o de...? 


Bueno, bueno, como veréis la peli da para mucho. Sólo os diré que tras verla te deja un run-run en la cabeza que no te abandona, que te hace pensar, hablar, cambiar de opinión o no, convencer a los demás que la han visto o no... Es, pues, una película viva, auténtica, que no muere cuando aparece la palabra FIN; por el contrario es entonces cuando comienza a transitar por el mundo de la realidad de quien la ha visto. Sólo puedo, por esto, recomendaros verla, porque, repito, da para mucho.

25 dic 2019

"La búsqueda" de Charlotte Link

9 comentarios:
Hará algo más de dos años llegaba a mis manos "¿De quién te escondes?", una novela de Charlotte Link, exitosa novelista alemana como dejé dicho en la reseña que en septiembre de 2017 hice de ese título. Fue mi primer contacto con esta autora de 'noir', y fue muy satisfactorio. Por eso cuando ahora he tenido la oportunidad de leer otra novela suya, no lo he dudado ni un momento. Y como con la anterior, no me arrepiento..

Sinopsis (proporcionada por la propia editorial)
Charlotte Link, "La búsqueda", Claudia Toda Castán (traductora)Noviembre de 2013. Hannah Caswell, una adolescente de 14 años que había ido a visitar a su abuela, pierde el tren de vuelta a Scarborough. Temiendo que su padre se enfade, Hannah acepta que la lleve Kevin Bent, un vecino suyo de 19 años con fama de mujeriego. Cuando Bent la deja en la estación, ella intenta localizar a su padre para que vaya a buscarla, pero no lo consigue. Hannah decide entonces salir a la carretera y alguien la llama desde un coche. Desaparecerá sin dejar rastro.

Octubre de 2017. Kate Linville, detective de Scotland Yard afincada en Londres, vuelve a Scarborough para vender la casa de su difunto padre. Pero los últimos inquilinos han destrozado la vivienda y Kate, muy afectada, debe contratar a alguien que arregle los desperfectos. Entretanto se alojará en casa de un matrimonio que alquila habitaciones. Se llaman Goldsby y su hija Amelia de 14 años ha desaparecido.


Comentario
"La búsqueda" me ha sorprendido muy gratamente. He comprobado que la autora ha creado un universo narrativo distinto al de la única novela suya que hasta ahora había leído. Según la leía no sabía que lo que tenía ante mí era la segunda entrega de una serie novelesca cuyo primer relato, "El engaño",apareció en 2015. Entre "El engaño" y "La búsqueda", publicada en Alemania en 2018 (en España, traducida por Claudia Toda Castán, en 2019 y en formato digital -el que yo he leído- en noviembre de 2019), se encuentra "¿De quién te escondes?", aparecida en 2016. Como se ve Charlotte Link se da descansos o más bien, creo yo, está inmersa en más de un proyecto narrativo al tiempo.

Ha sido, pues, mi primer encuentro con Kate Linville, la mujer policía sargento de Scotland Yard en la sede de Londres. Kate ha subido hasta Scarborough, localidad inglesa situada en el Mar del Norte próxima a Yorkshire, para solucionar un problema con los inquilinos de la casa donde vivió su niñez y que tras la muerte de su padre había alquilado. Resulta que sus arrendatarios se han marchado sin pagar dejando con serios destrozos la propiedad; ante esta situación ella se plantea sacar todos los muebles y ponerla en venta para así quitarse problemas.

La sorpresa para la sargento Linville viene dada por su reencuentro con el inspector jefe de Scarborough, Caleb Hale, con quien en un tiempo pasado tuvo la oportunidad, no bien aprovechada por su parte, de mantener una relación. Precisamente Kate está bastante preocupada al ver que pasan los años -ya está en la cuarentena- y su mundo de relaciones masculinas es nulo en la actualidad y bastante escaso hasta la fecha. En Londres antes de subir a Scarborough al asunto de la casa de su padre tuvo una cita con Colin Blair, un hombre de su edad a quien conoció a través de una página web de contactos entre adultos. La cita entre ambos fue en un pub londinense de Candem Street. Esta relación Kate - Colin, que tendrá importancia en el desarrollo de la trama, está presentada bajo un prisma humorístico muy de agradecer en un thriller como el que se desarrolla en el relato.

Thriller emocional, Novela negra, Charlotte Link
Kate y Caleb tuvieron sus más y sus menos en una investigación anterior -de ahí que sea importante para mí leer "El engaño" para poder atar algún cabo suelto que yo ignore- razón por la que al estar fuera de su circunscripción, Kate no quiera intervenir para nada en el asunto de la desaparición de Amelie Goldsby. Sin embargo el azar hace que precisamente la casa en la que se aloje sea el bed and breakfast que tienen los Goldsby en la localidad. Es imposible para Kate, y más tras haberse presentado como detective de Scotland Yard, sustraerse a las preguntas que le hacen Deborah y Jason, los desesperados padres de la adolescente desaparecida.

Así pues, sin casi pretenderlo, Kate se involucra en la investigación de las desapariciones ocurridas en la localidad. Ella piensa que la ocurrida en 2013, la de Hanna Caswell, seguramente sea obra de la misma persona. Este pensamiento le hará ir a ver al padre de Hanna, Jay Caswell, y también al chico que la llevó en su coche la noche de su desaparición y que fue señalado como principal sospechoso, Kevin Bent.

Coincidiendo con la desaparición de Amelie aparece el cadáver de Saskia Morris, una chica de 15 años desaparecida el año anterior. La similitud entre el asunto Saskia y Hanna son más que evidentes para todos. Y por si esto fuera poco, otra chica adolescente, esta vez de clase social muy distinta a la acomodada de las tres anteriores, Mandy Allard, está ilocalizable desde hace varios días tras haber abandonado su casa después de una fuerte discusión con su madre. Podría ser que estuviéramos ante una cuarta víctima de aquel a quien popularmente ya llaman en Scarborough "el asesino del páramo".

Como se puede ver Charlotte ha puesto en pie esta vez un sinfín de personajes, cada uno de ellos con un amplio círculo de seres a su alrededor. Poco a poco todos ellos llegarán, sabiamente conducidos por la escritora, a confluir. Artífice de la construcción de esta confluencia será naturalmente la sargento de Scotland Yard Kate Linville, quien pese a sus buenas intenciones iniciales no podrá desentenderse de estos sucesos.

Unos personajes, tan distintos y tan diversos, facilitan que en la novela se toquen muchos asuntos, algunos tan actuales como el  del Bréxit; el tratamiento psiquiátrico fuera de hospitales o instituciones adecuadas con los enormes problemas sociales que tal práctica médica está ocasionando; el alcoholismo y la tremenda dificultad de mantenerse lejos de esa dependencia; la' aporofobia' (miedo, rechazo o aversión a los pobres) presente en gran parte de la sociedad; alusión a casos reales de secuestros de adolescentes o de niñas liberadas luego de haber pasado muchos años sin saber nada de ellas (Natascha Kampusch, secuestrada con sólo 8 años por Wolfgang Priklopil o el tremendo caso del austriaco Joseph Fritzl que mantuvo secuestrada a su propia hija desde que nació y durante 24 años); los atentados terroristas de Manchester o Londres; el incendio de la torre Grenfell; los delitos de violación grupal; etc.

De todos estos temas quizás el que me parece más relevante es la fortísima crítica que la escritora hace de la atención sanitaria a los enfermos mentales y la tremenda engañifa que en muchas ocasiones se resuelve los cuidados psicológicos a personas que han sufrido situacionales de fuerte estrés emocional. La psicóloga y agente de policía Helen Bennet es la encargada de atender a un personaje de la novela, cuya identidad no desvelaré para no destrozar la trama. Sus procedimientos y los resultados alcanzados son ciertamente más que cuestionables.

Por lo demás la novela se lee con sumo placer. Es un buen best seller con alusiones culturales nada complicadas (Stephen King, en literatura; Ariana Grande, en música; y así), con unos personajes bien diseñados que vemos evolucionar a lo largo de la historia, con momentos de tensión máxima sabiamente descargada en otros más amables y cotidianos, con giros interesantes y sorprendentes que no se precipitan en la inverosimilitud..., y sobre todo con una Kate Linville que junto a la investigación vive su propia aventura personal quedando todas las posibilidades abiertas respecto a ella con lo que la continuación de la serie que protagoniza está en mi opinión más que asegurada.

20 dic 2019

Mis favoritos de 2019: Lecturas, Películas, Teatro

35 comentarios:
Como llevo haciendo en el blog desde 2015, quiero también este año realizar, de entre la Literatura leída, lo visto en Cine y contemplado en Teatros, mi particular ránking. Doy un color a cada una de las tres categorías que señalo en el título: Lecturas, Películas y Obras de teatro. Vamos allá.

Lecturas
De entre la setentena de títulos que he venido a leer durante 2019 seleccionar cinco de autores extranjeros y otros cinco de libros escritos en español no es tarea sencilla. Nada más realizar la elección y confeccionar el collage de portadas para colgar caigo en la cuenta de que debería también haber colocado otros títulos de igual e incluso mayor calidad como "La búsqueda" de Charlotte Link o "La Cena" de Herman Koch en el grupo de literatura extranjera; y entre las escritas en español "Cara de pan" de Sara Mesa o "El círculo de los escritores asesinos" de Diego Trelles Paz. Y es que he de decir que la mayor parte de lo que he pasado por mis manos me ha gustado. ¿Coincido en algún título con vosotros?
  1. "Cárdeno adorno" de Katharina Winkler   
  2. "Voces de Chernóbil" de Swetlana Alexiévich
  3. "Una temporada en el purgatorio" de Dominick Dunne
  4. "La mujer de papel" de Rabih Alameddine
  5. "Las hijas de otros hombres" de Richard Stern
  6. "Las batallas en el desierto" de José Emilio Pacheco 
  7. "Formas de estar lejos" de Edurne Portela 
  8. "Creció espesa la yerba" de Carmen Conde  
  9. "El último Gin-tónic" de Rafael Soler

Películas
"Joker" de Todd Phillips, "Dolor y Gloria" de Pedro Almodóvar, "Parásitos" de Bong Joon-ho, "Un asunto de familia" de Kore-Eda HiroKazu, y por último "Historia de un matrimonio" de Noah Baumbach.

Como cualquiera podrá observar de las cinco películas elegidas hay dos de las que no tengo hecha reseña en el blog. La verdad es que aunque el Cine me encanta dedico menos tiempo a comentarlo que a verlo. Es más, el número de filmes vistos en Salas y sobre todo en el Salón de Casa es tal que materialmente me es imposible hacer siquiera sea una leve referencia a todo lo visto a lo largo del año. 

De las cinco películas seleccionadas sólo una, la de Noah Baumbach, he visto a través de Netflix. El resto las vi en Sala que, sinceramente, no me cansaré de repetírmelo a mí mismo, es donde hay que ver el Cine. Ejemplo de esto que digo -es mi opinión, claro- es la película "El irlandés" de Martin Scorsese también vista por mí a través de Netflix y que, -estoy convencido-, de haberlo hecho en sala seguro, seguro, que habría entrado en esta pequeña selección, pero... 



↖↖↖ Teatro y Espectáculos ⬈⬈⬈
"La función por hacer"  de Miguel del Arco, "Copenhague" de Michael Frayn dirigida por Claudio Tolcachir,  "El idiota" de Dostoievski dirigida por Gerardo Vera, y el espectáculo "Adiós, Arturo" del grupo teatral La Cubana.

¿Habría otras películas, lecturas y obras teatrales que podría haber elegido? Pues, claro que sí, naturalmente que sí. Esta que presento es una selección entre muchas otras posibles. 

Nota: Pinchando en los títulos se puede enlazar con la reseña hecha en el blog.

🎶🎼¡¡Os deseo unas muy Felices Fiestas!!🎼🎶

18 dic 2019

"La Retornada" de Donatella di Pietrantonio

8 comentarios:
A veces ocurre que un libro que se lee con facilidad, cuya historia aunque bien contada no relata un suceso excesivamente novedoso sino algo conocido por el lector, cuando lo finalizamos nos dibuja en el rostro una expresión tipo esfinge que viene a traslucir los interrogantes que en nuestro interior se nos abren: ¿Qué he leído?, ¿Qué quiere decir el escritor?, ¿Cómo valoraré esta novela?, etc., etc.

Lo anterior es exactamente lo que me ha sucedido a mí con "La retornada" de Donatella di Pietrantonio. Mi experiencia de lector me dice que hay lecturas que conviene dejar decantar porque pasados unos días pensando en el libro a veces ocurre que su historia, los personajes, la intención de quien lo ha escrito..., todo parece haber tomado cuerpo, cogido consistencia. Tal cosa la he vivido con esta lectura

Ediciones Duomo, Gruppo Editoriale Mauri Spagnol S.p.A.

Sinopsis (ofrecida por la propia editorial)
Con la maleta en una mano y una bolsa con zapatos en la otra, una muchacha de trece años llama a una puerta tras la que hay un mundo desconocido, extraño. Empieza así esta historia vehemente y cautivadora, con una adolescente que de un día para otro es devuelta a su familia biológica y lo pierde todo: una casa confortable, a sus mejores amigas, el cariño incondicional de sus padres, o de quienes creía que eran sus padres. Su nuevo hogar es pequeño, oscuro, hay hermanos por todas partes y poca comida en la mesa. Pero está Adriana, la hermana pequeña que le abre mucho más que la puerta de su nueva casa. 

Nada más cerrar las tapas del libro tras finalizarlo, mi primera impresión sobre él fue que me había parecido flojito. Con palabras de las que hoy algunos optan por llamar 'moribundas' (¡madre mía a qué nivel nos movemos, Dios!) diría que de mano me pareció ser una nadería pero no sólo en el sentido de liviano sino en el más literal de 'nada, que apenas contiene nada de interés'. Pese a esta primera contundente y en parte negativa impresión había en él cosas que me habían atraído durante su lectura: el arranque del mismo prometía muchísimo porque que una niña de 13 años sea devuelta de buenas a primeras a sus padres biológicos por quienes siempre ella creyó sus auténticos progenitores sin aclararle nada del porqué es sin duda alguna un más que interesante punto de partida. Pero luego, según discurrían las 250 páginas de que consta la novela, todo se iba diluyendo cual azucarillo en un vaso de agua plagado de lugares más o menos comunes en este tipo de obras de niños no queridos o abandonados: padres brutales en el trato con sus hijos, hermanos que se burlan de ella por su. condición de 'retornada', bondad inmensa en la protagonista, amor grande a los que ella siempre creyó sus padres, grandes dotes intelectuales en la niña despreciada... O sea, en conclusión, una cenicienta, eso es lo que en primera opción pensé que nos presentaba Donatella di Pietrantonio, odontóloga pediátrica, que comenzó a escribir ficción en 2011 con 'Mia madre e un fiume' y que dos años más tarde sacó 'Bella mia'.

Pero, claro, al ver cómo "La retornada" publicada en 2017 había sido muy bien recibida en su país y galardonada con más de un premio yo pensaba que algo se me debía de escapar para que existiera esa enorme distancia entre mi apreciación primera y la consideración que sus compatriotas daban a este relato. Decidí pues darle una segunda vuelta a mi juicio sobre la misma. Allá va.

Creo que quizás sea importante que la novela contenga -desde incluso el propio titulo- muchos dialectalismos propios de la Región de Abruzzo donde se desarrolla la historia narrada y donde la propia autora vive y trabaja. He buscado información y veo que esta región italiana es una de las más ricas del país. Una marca diferencial externa entre ricos-pobres se evidencia a través del uso o no de dialectalismos: los ricos no los utilizan, mientras que los pobres sí lo hacen. El encontronazo riqueza - pobreza vivido en sus propias carnes por la protagonista quizás sea una de las claves del relato: el confort vital provoca que a veces se trate a las personas como auténticos objetos.

Novela "La retornada"
En la narración asistimos a ese contraste entre ricos y pobres, entre aquellos que llevan una vida exenta de dificultades económicas (la familia con la que el personaje ha pasado sus primeros 13 años de vida) y los que a duras penas llegan a final de mes -su familia biológica- y cuyos miembros -sobre todo Vincenzo, el hermano mayor, y Adriana, la hermana de 10 años con la que desarrolla un amor fraternal auténtico- aprenden a valerse por sí mismos sin esperar que sus padres los ayuden dada la penuria familiar. Los ricos creen que todo lo pueden solucionar con dinero, mientras que entre los pobres es el cariño y los afectos lo principal. El personaje se mueve entre ambos extremos: anhela el cariño de lo que ella llama sus padres primeros pero si no lo encuentra o los ve esquivos al menos que le sufraguen  sus estudios. Me parece algo interesado, aunque sea inconsciente, este movimiento, pero es lo que creo que resuelve el personaje de la 'retornada' tras la enorme decepción sufrida.

Los personajes, salvo algunos (la protagonista, AdrianaVincenzo) están delineados con escasos trazos. Algunos me han parecido apenas si esbozados; es el caso de Lili Rose y Lidia, a las que se muestra en actitudes lésbicas como al descuido  en una escena entre ambas que es de las más eróticas del relato
Lili Rose había salido del baño descalza y goteando, con el albornoz de mi madre medio abierto por delante.
Habían empezado a bailar en el salón, al principio con compostura, luego cada vez más enlazadas
[…] Lili Rose le enseñaba cómo moverse y frotarse contra el cuerpo de un hombre. Alargaba la pierna por la abertura de la toalla y la restregaba contra la de Lidia, pero así, por reírse […] (págs. 77-78)
Fuera de este apunte, Lidia, tía de la narradora, y Lili Rose, apenas si aparecen más en la novela. Algo así sucede con el carabinero, segundo padre de la chica; con el padre primero; con el hermano Sergio y con el otro hermano del que apenas si sabemos algo...

El resto de participantes en la historia sí tienen consistencia aunque la autora los muestra -tal y como acostumbra hacer con otros elementos narrativos- a través de la elisión, es decir, dejando sin formular explícitamente aspectos del personaje que el lector ha de encontrar por sí mismo a través de sus actitudes y/o comportamientos. Es el caso de Adalgisa, la madre segunda y de Beni, la madre primera, auténticas coprotagonistas del relato a lo largo del cual mudan de comportamiento -en especial la segunda- de manera algo sorpresiva y en principio no del todo verosímil, ¿o sí?. Son ellas quienes soportan el asunto principal de la novela: la maternidad y el sentimiento de pertenencia, si bien este segundo elemento pertenece más al personaje de la niña devuelta de una madre a otra madre. Vincenzo, por su parte, el hermano mayor, es un personaje al que se presenta como un chico ya adulto capaz de despertar en las chicas emociones desconocidas que siempre recordarán. Es un ser muy sugerente para la protagonista que, al no haber vivido nunca junto a él, conoce en su interior emociones contrapuestas del tipo atracción-repulsión que jamás olvidará
"Me volví de espaldas y me desabroché el regalo del cuello, luego lo escondí en el bolsillo. No me lo he puesto casi nunca y sin embargo aún lo conservo, un objeto tal vez robado. No sé cómo he podido salvarlo a veinte años de vida, llevándolo a todas partes conmigo." (pág. 84)
También tienen su aquel otros personajes, también con poca participación, pero que sirven para señalar el ambiente novedoso en que el personaje central se mueve al llegar a convivir con su familia biológica. Ya he hablado de Adriana y Vincenzo, sus hermanos, pero hay que señalar también al personaje de la Comadre Carmela en el que la magia y la leyenda se entrelazan de manera muy lograda
"De su espiración final subió como una llamarada que secó al instante la Copa del árbol, hoja por hoja. [...] Pasados tres días desde el funeral, con un estruendo nocturno que despertó a toda la comarca, el tronco monumental se desplomó al suelo. [...] Durante años proporcionó leña a la familia de Mediopuro y, quien sabe, igual todavía arde en sus inviernos." (pág 178)
Quizás, este personaje de la Comadre Carmela así como el de los gitanos -sus ritos funerarios, su cultura peculiar, su manera de vivir- con los que se relaciona Vincenzo sea un elemento exótico que sigue resultando chocante en países de Europa como Italia a pesar de llevar asentados ya mucho tiempo pero no haber perdido su cultura, modos y maneras de vivir.

novelistas costumbristas italianas de hoy
Sí me parece importante destacar el lenguaje utilizado en la narración. Es un lenguaje directo en los diálogos, propio de una niña adolescente. En otras zonas de la novela (descripciones y pura narración) es interesantísimo y muy poético en ocasiones el tono utilizado por la narradora para relatar los sueños que la experiencia que está viviendo le provocan mientras duerme, así como las evocaciones que algo en un momento concreto despierta en su interior El onirismo, la disolución de fronteras entre la realidad vivida y la soñada o evocada la presenta la escritora con gran belleza y de tal modo que llega a 'engañarnos' como lectores 
"Mi madre del mar murió en la cama superior de la litera una de aquellas noches. Viéndola, no parecía enferma, tan sólo algo más gris que de costumbre. Sin un comienzo preciso, el lunar peludo extendido como una oruga encarnada en su barbilla empezó a desteñirse muy despacio. Palideció en pocos minutos hasta confundirse con el blanco oscuro de alrededor. El aire dejó de hincharle el pecho y los ojos se quedaron fijos. " (pág. 59)

Para lograr esta poeticidad Donatella di Pietrantonio emplea en ocasiones el estilo indirecto libre (EIL) con el que de manera elegante cede la palabra en la narración  -muy puntualmente y a manera de flashes, de pequeños destellos-, a los otros que rodean a la niña retornada de la que nunca se nos da el nombre y que es quien en primera persona, pasados ya 20 años del suceso, cuenta la experiencia de su retorno a la familia y barrio donde nació
"Todavía no conocía a casi nadie, pero ellos sabían más de mí más que yo, habían oído las habladurías de los adultos.
Cuando era pequeña la quiso como hija una medio pariente. Pero ahora que está hecha una señorita, ¿por qué ha regresado con esos vagos? ¿Se habrá muerto la mujer que la crio?" (pág. 105)
El final del relato es abierto, de una apertura excesiva en mi opinión. Quizás, a la manera de su compatriota Elena Ferrante, la escritora no quiera cerrar la posibilidad de una continuación de la historia de estas dos hermanas, Adriana y La Retornada, cuya evolución posterior se nos queda sin transmitir.

La novela como ya he dicho fue muy premiada en Italia donde incluso ha sido llevada al teatro con éxito. Desde luego el tema es interesante y quizás en Cine pueda tener también una segunda vida muy satisfactoria. De hecho hay momentos en que la narración se antoja como muy encaminada a esa futurible versión.

13 dic 2019

"El corsario del oro negro" (El Albatros, #2). Federico Supervielle Bergés

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Acabo de leer la que es la segunda entrega de la serie de novelas de aventuras "El Albatros" escrita por Federico Supervielle Bergés, marino de guerra. En la primera, que reseñé aquí el pasado 31 de enero de este mismo año, este barco civil armado cual si de un patrullero de la Armada se tratara ejercía funciones de vigilancia y antipiratería en la zona marítima del Cuerno de África. Su título completo era "El Albatros y los piratas de Galguduud".

"El corsario del oro negro" (El Albatros, #2), Novela de aventuras
En esta entrega, pese a pertenecer a la misma serie, desaparece el nombre del barco de la portada; es algo muy comprensible dado que en esta novela el buque aparece perfectamente equipado y conformado desde el principio del relato, por lo que el escritor puede prescindir de los muchos capítulos que en la primera de la serie hubo de dedicar a la preparación del navío.

El asunto que se dirime en "El corsario del oro negro" es el de la cada vez mayor influencia del yihadismo en la zona africana del Golfo de Guinea. Como se ve hemos cambiado de área geográfica, hemos pasado del Océano Índico que baña las costas de Somalia al Atlántico de Nigeria, uno de los países productores de petróleo más importantes de la región. Las labores del barco serán las mismas que en el Índico: proteger los petroleros de la Compañía naviera Alps Tankers. El propietario de la misma, el magnate suizo Friedrich Gotthelf, ha vuelto a contratar sus servicios dados los magníficos resultados de su misión en Somalia. La diferencia es que ahora en lugar de piratas los tripulantes de El Albatros van a enfrentarse a un toro más peligroso: los yihadistas de Boko Haram.

Literariamente pocas diferencias esenciales hay entre ambas novelas. En el apartado personajes prácticamente estamos con el mismo plantel: Pablo Marzán, comandante del navío; Gabi, el segundo de a bordo; Paco, el ex-geo encargado de preparar las acciones de rescate, lucha cuerpo a cuerpo; Julián Reyes, el experto en seguridad que intermedia entre Pablo y el magnate suizo; Sergio, un magnífico tirador; etc. Hay alguna baja y alguna que otra incorporación habida cuenta de que en los dos años que han transcurrido entre ambas misiones ha habido tripulantes cuya vida ha experimentado cambios personales de importancia que les impedirán participar en esta nueva aventura. No daré nombres para no matar el interés de la lectura. Basta quedarse con que, como habrá visto quien quiera que conozca la primera de la serie, el grueso de personajes no varía. Sí son completamente nuevos como no podía ser de otra manera los personajes relacionados con los intereses nigerianos.

Destacaría como novedoso en esta narración la historia que en contrapunto se entrevera con la del barco. Se trata de la vida personal y familiar de Pablo, el comandante del Albatros, quien deseoso de enmendar errores personales pasados pretende recuperar los años perdidos de contacto con Diana, su hija. Para lograrlo ha contratado los servicios de un prestigioso bufete madrileño razón por la que deberá compaginar su estancia a bordo del buque con saltos a Madrid donde tiene encuentros con Marta, la abogada del despacho encargada de su caso, y también con sus hermanos Nacho y Javi quienes le apoyan y aconsejan en lo que pueden. Esta segunda trama tiene su interés y es un contrapunto perfecto a la acción frenética que se desarrolla en la zona del Atlántico nigeriano. 

Armada española, Marina y Literatura
Como ya señalé en la reseña de "El Albatros y los piratas de Galguduud" Federico Supervielle es un militar y un marino enamorado de su oficio que disfruta hablando de todo lo que tenga que ver con la mar y la milicia. Se nota esto en el constante uso de términos marineros: 'mandurrias' (martillo o maza de hierro que usan los calafatear para meter o sacar los pernos en los costados de los buques), 'roda' (pieza gruesa y curva, de madera o de hierro, que forma la proa de la nave); y 'aleta' (parte del costado de un buque comprendida entre la popa y el punto que corresponde a la primera parte de la batería) son sólo algunos ejemplos de los mismos. Y otro tanto ocurre con tecnicismos propios de la milicia en guerra: "fuego de supresión", "zona de inserción", "fuego de cobertura", "comprobación de demora", hacer un "fast rope", colocar "el arma en posición de prevengan", etc.

Para finalizar
Todo lo dicho en la reseña de la anterior novela -¡por favor, leedla!- es aplicable a "El corsario del oro negro". Se me ocurre que alguien podría preguntar si conviene leer los dos relatos por orden o si se pueden leer sin problema alguno de manera independiente. No sé, claro, la opinión de Federico, su autor, pero opino que, siendo posible leerlos sin problemas por separado, se comprende mucho mejor lo que mueve a los personajes, hombres apartados ya de trabajos militares, a involucrarse de nuevo en estas aventuras leyendo las narraciones por orden. Vamos, que yo os recomendaría primero conocer cómo se convirtió el Albatros en lo que es -y eso se conoce en la primera mitad de la primera novela- y luego ya disfrutar con las aventuras y las acciones de tipo quasi militar que estos tripulantes desarrollan a bordo de esta nave, quizás la auténtica y principal protagonista de ambas historias.

10 dic 2019

Revisitando una novela de W.G. Sebald: "Austerlitz"

4 comentarios:
Leí esta Novela en 2013. Muchas cosas me llamaron entonces la atención. La principal sin duda fue la particular manera como W.G. Sebald construye esta narración. En segundo lugar, el tratamiento que hace de la permanencia en el tiempo de ciertos temas y asuntos propios de lo que él denomina la ‘barbarie’, entre ellos los nacionalismos. El tiempo, su disolución y persistencia, es la reflexión principal que aborda en esta novela-ensayo en la que experimenta no pocos procedimientos narrativos. Sebald murió en accidente de automóvil en 2001, el mismo año que apareció Austerlitz.

Dada la vigencia de algunos de los contenidos presentes en esta magnífica novela creo que es un buen momento para recuperar de las profundidades de este blog la reseña que hice de ella en septiembre del año 2013. Aquí os la dejo:


De la literatura que últimamente ha caído en mis manos, esta obra de W. G. Sebald nacido en Wertach, provincia de Allgäu, al sur de Alemania, el 18 de mayo de 1944, es la lectura que me ha resultado más dificultosa y al tiempo, una vez vencida ésta, más interesante. Es evidente que no me habría acercado a esta ¿novela? de no haber mediado mi pertenencia a la tertulia literaria "Más que palabras" pues fue allí donde se puso sobre la mesa este título como propuesta de lectura veraniega. Y como es de bien nacidos ser agradecidos, desde aquí mi agradecimiento por procurarme -y procurarnos- este descubrimiento.
La novela es la narración de la indagación de los orígenes del personaje Austerlitz que da título al relato, contada esta investigación por él mismo en conversación con un narrador que nos la transmite a su vez,  con lo que todo el texto es una auténtica 'mise en abyme' en la que las diversas voces narrativas surgen unas de otras al estilo del juego de las cajas chinas:
  • "A veces, dijo Lemoine, dijo Austerlitz, le parecía sentir allí arriba la corriente del tiempo en torno a su frente y sus sienes, pero probablemente, añadió, sólo era un reflejo de la conciencia que se ha formado en mi cabeza de las diversas capas que ahí abajo, sobre el suelo de la ciudad, se han ido superponiendo." (pág. 196)
  • "Lo que nos molestó especialmente, eso, dijo Austerlitz, observó Véra, fue el inmediato cambio a la conducción por la derecha." (pág. 123)
Junto a este continuado recurso, Sebald utiliza otros:
a)  Estructura formal, sin división en capítulos. Le sirve para remarcar su idea -fundamental en esta obra- de la inexistencia del tiempo: "para Austerlitz había momentos sin comienzo ni fin y que, por otra parte, toda su vida le parecía un punto ciego sin duración" (pág. 83). Y esto pese a que los encuentros entre el narrador-personaje (con casi total certeza el propio autor) y el protagonista (Austerlitz) se producen durante el espacio temporal de al menos 30 años (1967 - 1997). Que estos encuentros tengan lugar en localizaciones diferentes (la ciudad de Amberes, Londres, o Paris) poco importa dado que los espacios donde acaecen los sucesos entran a formar parte de ese continuum espacio-temporal:
 "siento casi físicamente cómo la corriente del tiempo se desacelera en el campo de gravitación de las cosas olvidadas. Todos los momentos de mi vida me parecen entonces reunidos en un solo espacio, como si los acontecimientos futuros existieran ya y sólo aguardaran a que nos presentáramos de una vez en ellos" (pág. 178).
b) Detallismo descriptivo exacerbado. Si algo hay que vencer en esta novela son las páginas iniciales del relato  en las que Sebald realiza prolijas descripciones de los distintos elementos arquitectónicos que conforman la fortaleza belga de Breendonk. Es tal el grado de detalle alcanzado que el lector -me refiero, naturalmente, a mi experiencia- entra en estado de incomprensión y sorpresa al no entender el porqué de tal procedimiento. Como es evidente, varias decenas de páginas después iremos desentrañando el propósito autoral que no es otro que profundizar en su idea de disolución temporal pues aquello que en el siglo XVIII fue creado como instrumento de defensa va a alcanzar otra utilidad en los años de la ocupación nazi, la de sede de las torturas del invasor; al tiempo este recurso también le sirve para  expresar que nada ni nadie está íntegro si  prescinde de -o  ignora- alguno de los elementos que lo conforman.
c) Utilización de fotografías como un elemento narrativo más incorporado al relato.
Novela experimental, literatura alemana, el viaje como conocimiento
Se trata de fotografías antiguas, borrosas, o tomadas al azar de elementos perdurables como el empedrado de una calle. Con ellas Sebald pretende -esta es su obsesión- recuperar el pasado incorporándolo al presente del que, en su ideal de tiempo, sin lugar a dudas forma parte. Estas fotos, junto a otros elementos que aparecen en su literatura, llevan a algunos de sus estudiosos a clasificar este y otros relatos del escritor alemán dentro de la categoría de la "non-fiction novel".
d) Culturalismo.  Son numerosísimos los escritores, pintores, pensadores..., próximos o lejanos, cuyos nombres y/ u obras  aparecen citados (H. G. Adler, Balzac, Ibsen, Víctor Hugo, Turner, Campanella, Dan Jacobson, etc.) y  que contribuyen a esa sensación de totalidad y ruptura de fronteras de todo tipo [realidad / ficción; pasado / presente / futuro; localismo / universalismo; etc.] que Sebald logra alcanzar con su literatura.
e) Introducción de citas en el idioma del texto citado. Así sucede con algunos versos de poemas especialmente queridos para Austerlitz como estos de Thomas Merton: "And so I long for snow to sweep across the low heights of London" / "London a lichen mapped on mild clays and its rough circle without purpose…"(pág. 26). También cuando con Marie visita el zoo en París: "No era raro oír gritar en nuestros paseos a alguno de los niños, que los adultos siguen llevando al zoo: Mais il est oú? Pourquoi il se cache? Pourquoi il ne bouge pas. Est ce qu'il est mort" (pág. 182). Con esto, de nuevo, pretende incorporar al presente narrativo lo vivido en el pasado recordado.
Todos los procedimientos antes señalados están al servicio de esa investigación sobre la identidad personal de Austerlitz, que llegó a England en 1939 en un tren cargado de niños como él era entonces a quienes  sus padres querían salvar de la guerra que se avecinaba y que ya estaba a las puertas de la ciudad de Praga de donde partió. Su rastreo toca las penosas consecuencias que tuvo el nazismo sobre la población -especialmente sobre los judíos- que se vio afectada por el mismo. El nazismo -piensa Sebald- es el pasado que conviene asumir a los alemanes; y el momento desde el que lo aborda, el presente. 

Este presente recibe también su legión de reproches por parte del novelista:
  •  La manipulación de la historia por parte de los nacionalismos: "Nuestra dedicación a la historia, según la tesis de Hilary, era una dedicación a imágenes prefabricadas, grabadas ya en el interior de nuestras mentes, a las que no hacemos más que mirar mientras la verdad se encuentra en otra parte," (pág. 52)
  •  La arquitectura sin funcionalidad (el faraonismo): "El nuevo edificio de la biblioteca [se refiere al edificio Mitterand de la Biblioteca Nacional francesa], que, por su trazado, lo mismo que por su reglamentación interna, raya en lo absurdo y trata de excluir al lector, como enemigo potencial, era casi, eso, dijo Austerlitz, dijo Lemoine, la manifestación oficial de la necesidad que se anunciaba cada vez más insistentemente de terminar con todo aquello que tenía aún una vida en el pasado." (pág. 195)
  • El mundo de la educación, en especial el universitario: " en 1991, me jubilé anticipadamente, en parte, dijo Austerlitz, por la estupidez que, como me consta, se extiende cada vez más también por las universidades," (pág. 86)
  • El consumo de alcohol: "Con la cabeza apoyada en la pared y respirando hondo y despacio cuando me venían náuseas, llevaba observando un rato ya a los trabajadores de las minas de oro de la City, que a esa hora temprana de la noche acudían a su abrevadero habitual," (pág. 28)
Por último señalaré dos leitmotivs que surcan toda la obra:  el frío y el azar. El primero aparece reiteradamente como la melodía que acompaña la vida de estos seres que quieren conocerse verdaderamente a sí mismos. Es un frío que hay que reconocer, que forma parte de los hombres (en este relato se refiere a los alemanes), y asumirlo sin pretender equivocadamente ignorarlo porque el pasado no se volatiliza sino que conforma un todo con el presente:
 "Sabía que en el terreno sobre el que se levantaba la estación se extendían en otro tiempo prados pantanosos que llegaban hasta los muros de la ciudad, los cuales durante los fríos inviernos de la llamada pequeña edad glaciar, se helaban durante meses y en los que los londinenses patinaban, con patines de hueso atados bajo las suelas, lo mismo que los habitantes de Amberes sobre el Escalda" (pág. 92)
"Antes, dijo finalmente Austerlitz, había aquí [se refiere ahora a París] grandes pantanos, en los que la gente patinaba en invierno, lo mismo que ante la Bishop's Gate de Londres," (pág. 199).
Y el azar, que está en la base de la vida, es elemento recurrente. En la novela los encuentros entre los dos personajes protagonistas son siempre fortuitos y no preparados. Así sucede en la Central Station de Amberes en 1967 al inicio del relato; luego en la cafetería del hotel de Londres 20 años más tarde; y en general siempre: "nuestros caminos se cruzaron de una forma para mí incomprensible hasta hoy, en casi todas mis excursiones belgas de entonces, totalmente sin método." (pág. 19). Pero también toda la indagación que Austerlitz realiza sobre su identidad está regida por el principio de la casualidad -que no causalidad-, como puede verse cuando en 1992, casualmente, en la librería de su admirada dueña Penélope Peacefull, escucha una conversación radiofónica entre dos mujeres maduras que recordaban su exilio de niñas y este hecho provocó que en Austerlitz se desatase el pensamiento sobre sí mismo.

En resumen: Una literatura novedosa y difícil que merece una lectura por todo lo que encierra. La pena es que su autor nos abandonó en 2001, el mismo año en que apareció esta novela, al sufrir un accidente automovilístico consecuencia de la niebla en que su vehículo se vio inmerso. Paradójicamente W. G. Sebald luchaba todos los días por que la luz disolviese las zonas neblinosas del hombre. También paradójicamente el escritor que utiliza habitualmente en sus relatos el viaje como via de indagación y conocimiento vino a morir en el curso de uno de ellos. Es lo que tiene vivir, que es una azarosa sorpresa continua.