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31 ago 2022

Joan Didion. El año del pensamiento mágico

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«Esto es un intento por encontrar sentido al tiempo que siguió, a las semanas y meses que desbarataron cualquier idea previa que yo tuviera sobre la muerte, la enfermedad, la probabilidad y la suerte, la buena o la mala fortuna, sobre el matrimonio y los hijos y el recuerdo; sobre el dolor y los modos en que la gente se plantea o no el hecho de que la vida acaba; sobre la precariedad de la cordura y sobre la vida misma.»

No Ficción, Ensayo, literatura norteamericana
Es el tercer libro que leo de la escritora estadounidense Joan Didion (Sacramento, 5 de diciembre de 1934-Manhattan, 23 de diciembre de 2021). Los dos anteriores fueron dos novelas suyas: Río revuelto, que leí en 2020 durante el encierro pandémico, y Según venga el juego, que leí durante las navidades del año pasado a raíz de la muerte de la autora. Las dos novelas me gustaron y no sé por qué -me lo sigo preguntando ahora mismo- no las reseñé en el blog. Quizás el cúmulo de lecturas realizadas durante la pandemia y durante las fechas navideñas hiciera que se quedarán allá, relegados en el pozo de los libros buenos pero complicados y exigentes a la hora de escribir una reseña satisfactoria. Bueno, sea lo que fuere y como reza el dicho popular «a la tercera va la vencida».

Con la reseña de El año del pensamiento mágico quiero rendir un sentido homenaje a esta excelente periodista, autora de guiones cinematográficos en solitario o en tándem con su marido, el también periodista y novelista John Gregory Dunne, y potentísima escritora de obras de ficción y de no ficción fallecida el 23 de diciembre de 2021 por problemas derivados de la enfermedad de Parkinson que padecía desde hacía unos años.




El año del pensamiento mágico

Poco antes de la Navidad de 2003, concretamente el 25 de noviembre de 2003, Quintana, hija adoptiva de Joan Didion y de su marido, repentinamente cae enferma; lo que al principio se creyó era una simple gripe evolucionó rápidamente a neumonía finalizando en un choque séptico. Al borde de la muerte, la chica de poco más de treinta años será mantenida en coma inducido y con respiración asistida durante varias semanas. Joan Didion  y John Gregory Dunne, sus padres, van a visitarla al hospital de manera habitual; la víspera de Nochebuena, de vuelta a la casa tras haberla visitado y poco antes de la cena, John Dunne sufre un infarto cerebral y muere. En un instante la vida cambió: 
«Te sientas a cenar y la vida que conocías se acaba».
Joan Didion, a los ocho meses de la muerte de su marido con quien había vivido durante  cuarenta años, decide escribir este libro para -así lo manifiesta en la cita que encabeza esta reseña-intentar poner orden en su cabeza tras lo que vivió y encauzar en algún sentido el dolor y el duelo que siguieron
«Hasta entonces sólo había podido experimentar dolor, no duelo. El dolor era pasivo. El dolor ocurría. El duelo, el acto de manejar ese dolor, requería atención.»

 Leyendo el ensayo que es El año del pensamiento mágico conocemos cómo la viuda que es ella se enfrentó al inopinado acontecimiento de la muerte del esposo: primero tuvo sentimiento de culpa por no haber advertido ciertas señales o mensajes («Dijo estas cosas en el taxi que nos llevaba del Berth Israel North a nuestro apartamento tres horas antes de morir o veintisiete horas antes de morir: intento recordarlo y no puedo») luego, como hiciera durante la larga enfermedad de su hija Quintana, acudió a los libros en busca de soluciones pues siempre lo había hecho así («En épocas difíciles, me habían enseñado desde niña, lee, aprende, prepárate, recurre a la literatura.»). Si en referencia a Quintana, Didion se empapó de literatura médica hasta el punto de ser reconvenida en más de una ocasión por los facultativos que trataban a su hija. ahora serán los libros que tocaban el asunto de la pena, del dolor y del duelo los que estarán en su mesilla y a los que se asirá por ver de entender y manejar en lo posible su situación anímica.

De las lecturas que realiza sobre el tema es «el diario que C. S.Lewis escribió tras la muerte de su esposa, A Grief Observed» donde más analogías o similitudes con su estado encontró. Este ensayo escrito por el autor de Las Crónicas de Narnia es impresionante y desde aquí lo recomiendo a quien quiera acercarse a una experiencia fidedigna de la vivencia del dolor y del duelo provocados por la pérdida de un ser amado. En España la obra está publicada por Anagrama con el título de Una pena en observación. Para aquellos que sean algo remisos a lecturas de este tipo pueden ver la versión fílmica, ¡magnífica también!, que con el título de Tierras de penumbra dirigió en 1993 Richard Attenborough y que está protagonizada por Anthony Hopkins y Debra Winger.

La muerte de su pareja fue tan repentina que, durante los ocho meses siguientes, no pocas veces en sus reflexiones y pensamientos aparecía la idea de qué era la muerte para los occidentales de hoy, o sea, para ella misma. La conclusión a la que llega con aporte bibliográfico suficiente es la de que desde hace ya casi un siglo o incluso más vivimos de espaldas a la misma. Me llamó mucho la atención leyendo este magnífico ensayo la siguiente cavilación que no puedo por menos que corroborar:

«alrededor de 1930, en la mayoría de países occidentales y sobre todo en Estados Unidos, se inicia una revolución de las actitudes aceptadas frente a la muerte. "La muerte —escribió— tan omnipresente en el pasado que resultaba familiar, se borraría, desaparecería. Se convertiría en algo vergonzoso o prohibido."» (el entrecomillado lo toma de un libro que Philippe Aries había escrito en 1973 titulado Historia de la muerte en Occidente: desde la Edad Media hasta nuestros días)
Pero sin lugar a dudas a mí lo que más me ha gustado de este libro es comprobar una vez más lo bien que escribe esta mujer que sin duda alguna habría merecido recibir en vida más premios que los que se le dieron. Quizás, el primero de todos fuera precisamente el que en 2005 recibió por El año del pensamiento mágico, distinguido con el Premio Nacional de Estados Unidos a la Mejor Obra de No-ficción de ese año (The National Book Award). 

Dentro de las múltiples reflexiones que la escritora realiza en la obra y que la llevan a recordar momentos de su vida junto a John Dunne hay una frase que veinticinco noches ante de morir le dijo él a propósito de su manera de escribir, precisamente la manera que en esta obra ella utiliza, con acierto y frecuencia, pese a su dificultad. La situación es la siguiente: está John Gregory Dunne releyendo una secuencia de la novela de A Book of Common Prayer de Joan Didion
«La secuencia es complicada (en realidad, esa era la que John había querido releer para ver cómo funcionaba técnicamente) y está interrumpida por otra acción que obliga al lector a retomar el contexto al que Leonard Douglas y Grace Strasser-Mendana se refieren.
—Maldita sea —me dijo John cuando cerró el libro—. No se te ocurra volver a decirme que no sabes escribir. Ese es mi regalo de cumpleaños

Ejemplo clarividente de su excelencia literaria, precisamente la que le elogia su marido John Dunne en la cita anterior, creo que se patentiza en lo que sigue: El 30 de agosto de 2004, por vez primera en ocho meses, Joan Didion aceptará cubrir para su periódico la convención demócrata igual que hiciera en el pasado. Según accede a la Torre C del Madison Square Garden donde se desarrolla el evento una serie de pensamientos, de recuerdos del pasado, la asaltan sacándola mentalmente del momento presente

«Mientras subía la escalera mecánica de la torre C, reflexionaba en todo aquello y de repente se me ocurrió: llevaba uno o dos minutos en aquella escalera pensando en la noche de noviembre de 2003 antes de volar a París, en las calurosas noches de julio de 1992 en las que cenábamos en Coco Pazzo y en aquella tarde que habíamos dado vueltas por la Calle 125 esperando el acto de Louis Farrakhan que finalmente no se celebró.»

En definitiva, Joan Didion, ocho meses después del inesperado suceso, llega a la conclusión de que lo único que ha hecho durante ese tiempo ha sido escapar, huir del presente, refugiarse en el pasado para así no asumir la realidad, en un mágico e infantil intento de «que el tiempo retrocediera, de rebobinar la película». Ciertamente hay que asumir lo que en la teoría y cuando la muerte no nos ronda hemos afirmado una y mil veces, que somos mortales y que algún día habremos de morir. Y si esto es así, ¿por qué cuando la muerte nos toca de cerca la negamos y no la aceptamos? De nuevo la escritora se da -y nos da- una explicación, dura sin duda, pero bien lógica y plausible:

«Somos imperfectos mortales, conscientes de nuestra mortalidad aun cuando tratemos de eludirla, vencidos ante nuestra propia complejidad, tan acorralados que cuando nos dolemos por los que hemos perdido, también nos dolemos, para bien o para mal, por nosotros mismos. Por lo que fuimos. Por lo que ya no somos. Por la nada absoluta que un día seremos.»

El título

Nuevo periodismo, El año del pensamiento mágico
(foto tomada de Babelia, El País de 1 del IX de 2006) 
Aunque pienso que en gran medida la razón del título ha quedado suficientemente clara en alguno de los párrafos anteriores, es natural que nos hagamos la pregunta de por qué la escritora tituló así este ensayo. La verdad es que muy pronto, desde sus primeras páginas Joan Didion nos va dejando piedrecitas explicativas en el camino. La primera es cuando cuenta que la noche que John Dunne falleció ella sintió el irreprimible deseo de estar sola para así dejar abierta la posibilidad de que él volviera («necesitaba aquella primera noche para estar sola. Necesitaba estar sola para que él pudiera volver. Este fue el comienzo de mi año del pensamiento mágico.»). Y no es que de manera absurda ella pensase que en realidad él no había fallecido sino que «Pensaba como los niños pequeños, como si mis pensamientos y deseos tuvieran el poder de alterar la narración, cambiar el desenlace.» Este, en cierto sentido, infantilismo pensante también lo practicará en innumerables ocasiones durante la larga enfermedad, con las recaídas y mejorías correspondientes, de su hija Quintana. Así, al contarnos cómo vivió esos meses, tras la muerte de Dunne, atendiendo a la hija enferma son frecuentes los "Y si..." («Qué pasaría si...», «Si no le hacían la tráqueo», etc.) en un absurdo deseo de controlar lo imposible: el azaroso constituyente de la vida. Este absurdo se lo declarará a ella directamente alguno de los médicos encargados de la supervivencia de Quintana, aunque a Joan Didion -tal era su estado emocional- le fuera completamente indiferente: «("Si quiere llevar usted el caso, yo dimito", dijo uno finalmente), pero me hacían sentirme menos impotente. Recuerdo que en el UCLA aprendí el nombre de muchos tests y escalas.»).

Como ella bien a las claras declara había llegado a creerse portadora del poder mágico que a su hija, cuando ésta era pequeña, le decía poseer:
«No dejes que Camuñas me coja, decía Quintana cuando se despertaba de una pesadilla,
Estás a salvo. Estoy aquí. Me había llegado a creer que nosotros teníamos ese poder»
Para finalizar
Hacia el final, la autora, ya viuda de ocho meses, es consciente, tras el repaso que ha dado en las páginas del libro a ese lapso de tiempo, de que la vida continúa, de que 
«si hemos de continuar viviendo llega un momento en que debemos abandonar a los muertos, dejarlos marchar, mantenerlos muertos.»

Muchas frases contenidas en este libro son dignas de ser citadas y/o recordadas. Me conformo, para no aburrir más con estas tres:

  • «me doy cuenta de lo receptivos que somos al persistente mensaje de que podemos evitar la muerte.»
  • «Todo iba como siempre y, de repente, va y cae toda esa mierda»
  • «Un día normal. "Y de repente... se acabó."»
En definitiva, un libro que me ha gustado mucho, sin duda alguna una de mis mejores lecturas de este 2022. Creo que Joan Didion es una escritora magnífica pero, aviso, El año del pensamiento mágico es un libro durillo, no es una lectura para pasar el tiempo sin más. 

24 ago 2022

El Círculo del Alba. Luisa Ferro

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«Ninguna de las víctimas fue reclamada por sus familias. Jamás se encontró una conexión entre ellas, salvo la de ser hijas de la miseria. Bastardas de una sociedad que no veía más allá de su propio bienestar; la misma que luego exigía justicia y pan para los más necesitados mientras, noche tras noche, cenaban faisán y acudían a la opera o al teatro sin girar la cabeza hacia el mendigo que estaba a las puertas implorando las sobras de sus mesas.»

El Círculo del Alba, Luisa Ferro,Novela negra histórica,Madrid
Leí hace poco con muchísimo gusto la bilogía de Luisa Ferro titulada "Donde mueren los dragones de Jade" [leer reseña de la misma aquí]. La acción de los dos libros que la componen transcurre durante el siglo XIII en la China de la dinastía Song. Tras la inmensa satisfacción que me  produjeron las dos novelas de que consta la bilogía, El pozo de las luciérnagas y La sanadora del emperador, amablemente Luisa, viendo que había disfrutado mucho con ellas, especialmente con las partes más dinámicas de la segunda entrega, me hizo llegar a través de Planeta, la editorial que publica sus obras, «El Círculo del Alba», la novela que a la madrileña residente en Fuenlabrada ha dado hasta ahora más satisfacciones.


Sinopsis (proporcionada por la propia editorial)
Madrid, 1903. Bruno Moreto se enfrenta a una gran encrucijada. Su tutor, Ernesto Olmedo, médico forense, asesor de la policía y propietario de una funeraria, ha muerto en extrañas circunstancias. Todo apunta a un suicidio. Su muerte deja un negocio hipotecado, con deudas que comprometen gravemente el futuro de Bruno.El hermano del difunto, Hugo Bonaventura, un conde italiano con fama de vividor, llega a Madrid para hacerse cargo de la situación, pero los acontecimientos darán un giro inesperado. Bruno y Bonaventura se verán inmersos en la investigación de varios asesinatos rituales de niñas, cuyas raíces se sumergen en el pasado más oscuro de Olmedo. Ambos, pese a sus diferencias iniciales, tendrán que aliarse para destapar un misterio que ha dormido agazapado tras décadas de silencio


La lectura de esta novela que Luisa Ferro publicó en 2016 me ha hecho recordar la serie televisiva Vienna Blood que desde hace unos meses veo ocasionalmente. Naturalmente, quiero dejar bien claro que la novela de la Ferro nada debe a la serie televisiva dadas las fechas en que una y otra ven la luz, la serie en 2019 y la novela en 2016. Ignoro si las novelas de Liebermann, escritas por el inglés Frank Tallis entre los años 2005 y 2018 eran conocidas por nuestra novelista, pero sea como fuere la unión de detective aficionado en la forma que sea e investigador profesional hace tiempo que la novela negra la viene utilizando. También lo hace en la suya la autora de El Circulo del Alba y como en las novelas de Frank Tallis el protagonismo principal viene a recaer en el ayudante más que en el detective profesional.

Me ha parecido interesante y novedoso en esta novela la duplicación de la estructura argumental con una distancia temporal entre una y otra de nada menos que 25 años. En efecto, al inicio del relato nos topamos con un joven estudiante de medicina, Ernesto Olmedo, que colabora con el jefe de policía Arturo del Romo en la resolución de crímenes que están sucediendo en Madrid en los años que van de enero de 1878 a 1903, fecha en que de manera sorprendente el médico forense Ernesto Olmedo, dueño de la funeraria La Luz de Helios, se suicida. Bruno Moreto, su joven discípulo, al que Olmedo acogió con sólo seis años de edad y con quien se portó como si de un padre se tratara, no cree que haya sido suicidio sino más bien homicidio. A esclarecer esta duda se dedicará en compañía de un personaje sorprendente, el hermano gemelo de Olmedo desaparecido de España hace nada menos que casi treinta años y que regresa a Madrid al ser el beneficiario de casi la totalidad de la herencia del fallecido Olmedo. Hugo Bonaventura, conde del Drago, que así se llama, se irá ganando la confianza de Bruno y en compañía del comisario Antonio del Romo, hijo del jefe de policía con el que colaboró su hermano Olmedo, irán intentando aclarar este caso, así como otros sospechosos suicidios de médicos de la promoción de Olmedo y también una serie de asesinatos de niñas secuestradas previamente. Son, como se ve, líneas de investigación aparentemente independientes que irán convergiendo en el curso de la novela.

Junto a la propia trama detectivesca se desarrolla en paralelo otra más cotidiana o familiar que como todo lo que forma parte de un relato al fin y a la postre también confluirá con la principal. Se trata de la vida en el seno de la casa que mantenía el doctor Olmedo mientras vivió: un núcleo familiar constituido en torno a la funeraria La Luz de Helios conformado por lady Amber Doyle, cuñada de Olmedo, por el aya hindú Uma Vunda, y por los empleados de la casa como el matrimonio formado por el cochero y mozo de cuadras Pedro y su mujer Mercedes que se encarga de la cocina. Al ser lady Amber aficionada al espiritismo y hacer reuniones en la casa sobre el tema, muchos otros personajes se asomarán así a la historia central. Entre estos personajes abundan los femeninos quienes en mayor o menor grado se sienten atraídos por la buena presencia y educadas maneras de Bruno Moreto; en este sentido la atracción entre Sofía Mendoza, una de las jóvenes, y Moreto es mutua. También hay que destacar otra relación que en este contexto de estudio y práctica del espiritismo, de la hipnosis e incluso del sonambulismo desarrollado en la casa de lady Amber Doyle, surge: me refiero a la que se establece entre Cora Steiner, joven muy atractiva, y Bruno. Estas dos mujeres, Sofía y Cora, son objeto de deseo por parte de Bruno, si bien ellas prefieren, a lo que parece, ser dependientes de hombres que no les profesan verdadero amor.

Estas relaciones amorosas del joven Moreto, especialmente la mantenida con Anna Cohen, la joven sobrina del anticuario Samuel Cohen, sirven para poner en contacto directo la trama de los asesinatos con la de las desapariciones y asesinatos de niñas; el vínculo entre ambas tramas surge al haber visitado Olmedo a Cohen el mismo día de su muerte. El vínculo Anna - Bruno sirve de nexo de unión entre la investigación policial y la trama más sentimental de este entretenido relato.

Sistema turnante de gobierno
Es El Círculo del Alba una novela histórica de trama detectivesca situada la misma en 1903, año en que cae el gobierno de Silvela. En cuanto a hechos acaecidos en los 25 años que van de los esponsales reales de 1878 con que abre la novela a esa fecha del siglo XX, hay alusiones a sucesos que durante ese cuarto de siglo tuvieron relevancia como el famoso crimen de la calle de Fuencarral, la estafa del Cantinero y otros timos de este jaez protagonizados por mujeres que se hicieron populares por su maestría en estos engaños. 

En mi opinión es, sin lugar a dudas, en la pintura que Luisa Ferro hace del Madrid costumbrista de principios de siglo XX, que la novela gana en matices historicistas al recrear una ciudad que existió, y que hoy, ya para bien, está bastante desaparecida,
«El barrio de Ventas del Espíritu Santo estaba muy cerca de La Luz de Helios y también era un arrabal, aunque fuese punto de encuentro de señoritos de provincias en busca de diversión y donde medio Madrid se daba cita los fines de semana. A lo largo de la carretera de Aragón surgían ventorros donde servían lustrosas raciones  aderezadas con el "chapurreao", a base de vino con limón, pero no era menos cierto que en ambas veredas del arroyo Abroñigal se asentaban nidos de chabolas y se palpaba la misma miseria que en las Injurias
Dentro de este Madrid existente o que existió me han interesado vivamente, por vivir yo en esa zona, todas las secuencias narrativas que la novelista ubica en la Dehesa de la Villa. De manera magistral la escritora mezcla realidad y ficción en la conformación del lugar: el cerro de las balas, que sí existió y actualmente ahí está aunque con el nombre de cerro de los locos; y las cavernas a las que se accede a su través, pura creación imaginativa nacida a partir de la pequeña oquedad que allí existe, pero que crece y crece gracias a la inventiva magnífica de nuestra autora. 

Al no ser la primera novela que leo de Luisa Ferro para nada me ha sorprendido el gusto y conocimiento que muestra respecto a la medicina. Ya en la bilogía citada al inicio de esta reseña hacía gala de su enorme saber sobre el tema. En esta obra su conocimiento se hace explícito en las descripciones al detalle de los cuerpos de los asesinados, de las niñas halladas muertas y abandonadas, así como en las pruebas que, tomadas del escenario del crimen, Bruno realizaba en La Luz de Helios:
«Echó mano de las tijerillas más pequeñas del instrumental y se dispuso a cortar la laña. La sacó de una sola pieza y la depositó en una tablilla de hueso y lámina de mica para estudiar el hilo en profundidad bajo el microscopio. Era catgut, un filamento de origen animal de uso frecuente en cirugía.» 
Como me ocurriera durante la lectura de La sanadora del emperador y El pozo de las luciérnagas me ha gustado mucho la manera como la novelista, en El Círculo del Alba, dosifica la información y da entrada a la misma en la novela. Lo hace de manera natural, al hilo de las conversaciones mantenidas por los propios personajes; incluso la introduce sin previo aviso para luego ir clarificándola con aportes sencillos y diáfanos. Es lo que sucede, por ejemplo, con la larga nómina de personajes que, lejos de causar confusión en el lector, al hacerlo de la manera descrita es asumida por éste con naturalidad. La profusión de nombres es grande en general y muy notoria en el ámbito del anticuario Samuel Cohen. Estos últimos nombres y las relaciones existentes entre ellos son muy relevantes en el curso de la trama novelesca y esenciales para la resolución de la misma.

Para finalizar
En El Círculo del Alba hay una decidida crítica a las clases altas sólo pendientes de su propia satisfacción importándoles un comino, aunque en voz alta digan lo contrario, cómo vivan las clases pobres. La cita inicial con que abro la reseña es buena muestra de esta hipocresía.

No quiero dejar sin señalar el acierto y la maestría con que la novelista sabe presentar y resolver los momentos de acción: persecuciones nocturnas y sobre carruajes de caballos por las calles de Madrid, enfrentamientos violentos entre personas, luchas, peleas, tiroteos... El cine de héroes  y aventuras venía a mi mente mientras con sumo gusto los leía. 

Asimismo es impresionante, y en mi opinión digno de ser destacado por la dificultad que entraña, ese saber moverse, que Luisa Ferro demuestra, por los distintos espacios y momentos requeridos por la historia. Una novela de 600 páginas como El Círculo del Alba da para contener escenas y secuencias  de todo tipo; lo único que se debe evitar es caer en el aburrimiento y desde aquí os puedo asegurar que si de algo carece este libro es de aburrido. Se lee con mucho agrado y desde sus primeras páginas resulta adictivo quedando el lector atrapado en su lectura. Por todo lo dicho hasta aquí, y muchas razones más que quedan en el tintero, os lo recomiendo vivamente.

16 ago 2022

"Sueño de una noche de teatro", novela de Mónica Gutiérrez Artero

14 comentarios:

«Media docena de ojerosos organizadores del Festival Fringe de Edimburgo discutían acaloradamente sobre la conveniencia de estrenar Macbeth a las seis de la tarde o a las siete y media, dependiendo de la hora de inicio del concierto que U2 iba a ofrecer en el castillo.»

Mónica Gutiérrez Artero, Sueño de una noche de teatro
Sueño de una noche de teatro es un libro alegre y desenfadado en la más pura línea 'Serendipia', o sea, Mónica Gutiérrez Artero, mujer a la que tengo un aprecio literario bárbaro y de la que disfruto mucho sus novelas. Con ésta me he divertido un montón. Mónica sabe unir en una misma historia humor, amor, literatura, disfrute de la vida, alegría..., en definitiva feelgood en estado puro.

Recomiendo esta lectura a todos aquellos que gusten del teatro, conozcan y amen un poquito a Shakespeare -no hace falta ser experto en el bardo inglés- , y quieran darse un amable paseo por Barcelona y por Edimburgo de la mano de esta autora que ama los libros, le gusta escribir novelas habitadas por libros y que hablan de libros y en esta ocasión también, claro, de teatro con T mayúscula. Al centrarse la novela en la representación de una tragedia shakespeariana -Macbeth concretamente- el Cine tiene asimismo su cuota en esta amable y muy entretenida novela que sin ninguna duda me atrevo a recomendar a cualquiera que desee pasar dos tardes divertidas, entretenidas e instructivas.

Sinopsis
Max Borges es un director de teatro barcelonés que conduce una pequeña y excéntrica compañía. El día del estreno de Macbeth, la obra de Shakespeare, Max está al borde del colapso. Todo parece que va a salir mal en la función que debería ser su salto a la fama más sublime: las brujas son demasiado bellas, al rey Duncan se le ha roto la corona y su Macbeth huele sospechosamente a whisky escocés.
Sin embargo, como suele recordarle su inteligente asistente de dirección, Elsa Soler, el espectáculo siempre debe continuar. Sorprendentemente, el duende del teatro parece haberles rociado con su suerte y la función es un éxito absoluto, tanto que son invitados a representar la obra en el Festival Fringe de Edimburgo, el más importante del mundo. La divertida compañía pone rumbo a una aventura en una ciudad llena de magia. Será allí donde, al caer el telón, el amor y la amistad se conviertan en los verdaderos protagonistas de esta historia.

Durante su lectura he disfrutado mucho con las alusiones que realiza a obras literarias y a películas. Entre las primeras destacan, evidentemente, las múltiples referencias a la dramaturgia shakespeariana: La comedia Sueño de una noche de verano se lleva la palma, comenzando por el propio titulo de la novela, una mera modificación de la obra de William. Como en la obra de 1595 en la de 'Serendipia' hay amor, casualidades que cabría tildar de mágicas, desencuentros, equívocos... y humor, mucho humor.  También, esto es obvio, la tragedia de Macbeth que representa la compañía del personaje Max Borges ocupa el centro de la novela; y junto a ella, Hamlet, la obra que Borges querría haber representado pero  no pudo hacer por habérsele anticipado su enemigo profesional de siempre, Dereck B. Plum.

Los personajes de la novela utilizan para referirse a su vida real referentes shakespearianos, lo que añade notas de humor a ésta, ya de por sí, divertidísima novela. Así la mujer de Max se fugó con el actor que hacía de Oberón, el rey de las hadas en Sueño de una noche de verano. («Me he quedado sin Oberón. Se ha fugado con mi mujer»); de igual manera al hacer una reflexión sobre el Afganistan que en el momento en que se desarrolla la acción está libre de la dictadura talibán leemos que «la primera obra teatral que volvió a representarse en Afganistán después de los talibanes, que mostró triunfante por vez primera a mujeres y hombres actuando juntos sobre un escenario, fue Trabajos de amor perdidos. Una obra de Will

Shakespeare, como se ve, es el dueño de esta novela. Pero no sólo el Shakespeare teatral sino también el Shakespeare que, ¡seguro!, a muchos de los lectores de la novela ha llegado a través del Cine. La frase que, imperturbable, en medio del caos y del miedo que precede a un estreno teatral, pronuncia la ayudante de dirección Elsa Soler, «—Todo saldrá bien.» en respuesta al lamento, también muy shakespeariano, del director Max Borges, «Soy un juguete de la fortuna», me ha llevado mentalmente a la magnífica película de John Madden del año 1998, "Shakespeare in love", en la que de manera análoga a la de esta novela la compañía teatral de Will está preparando el estreno de una representación en The Globe. 

Otros ejemplos de referentes cinematográficos usados en la novela podrían ser los siguientes: 
  • «Le sonrió con una calidez que hubiese envidiado el propio Frodo Bolsón en los últimos fotogramas de la película El retorno del rey de Peter Jackson» que dice la narradora refiriéndose al personaje de Anna López (Lady Macduff en la obra de Macbeth) y la atracción que siente ésta por el asesor literario Enzo Pooh.
  • «Su enigmática sonrisa le recordaba al Atticus Finch de Gregory Peck» que según nos refiere la narradora pensaba Elsa Soler del director Max Borges.

Inevitablemente, hay que destacar en la novelística de Mónica Gutiérrez Artero las alusiones metaliterarias, que realiza habitualmente, a su propio quehacer de creadora. También las hay aquí, por supuesto, y como casi siempre vienen envueltas en ese tono humorístico que es una característica primordial en su narrativa:
 «Elsa era inteligente, pragmática, curiosa, pelirroja y guapa, pero todo personaje que se precie de aportar protagonismo a la acción debe cometer, como mínimo, un grave error. El error de Elsa era dentista y se llamaba Ramón»
Desde luego el sentido del humor y el buen rollo que desprende la lectura de las novelas de Gutiérrez Artero es de agradecer, mucho más en los aciagos tiempos que corren.

La novelista es barcelonesa y en esta obra muestra de manera patente el amor a su ciudad. Además de proporcionarme un rato agradable leyendo esta historia de amores, encuentros y desencuentros de los personajes de ficción, el marco barcelonés en que se desarrolla la primera parte de la historia me ha permitido conocer aspectos de la capital catalana que ignoraba completamente. Así la existencia en Barcelona del teatro Goya donde la compañía estaba representando Las mujeres sabias de Moliére antes del proyecto de Macbeth en que se centra la obra o esa biblioteca Arús cuya existencia yo desconocía y que debe de ser realmente hermosa:
«una de las dependencias históricas más encantadoras de Barcelona. La Biblioteca Arús había sido fundada en 1895 por Rossend Arús, un activista republicano, filántropo y masónico»
Para finalizar
Festivales de teatro
Una novela para disfrutar del acto de leer. Una novela que esconde en su interior más de lo que aparenta. Una novela en la que la autora, que ya va por su octava novela, muestra el universo ficticio que desde hace diez viene creando; así hay referencias a alguna obra suya, especialmente a la que le ha dado más fama y que desde aquí recomiendo a todos su lectura: La librería del Sr. Livingstone. En un momento de la obra, Max Borges, que desde siempre odia los musicales, entra en Edimburgo en una librería buscando un regalo para Elsa; el diálogo que mantienen Max y la librera es ciertamente muy divertido y autorreferencial:
«—Esto le encantará. Son los libretos originales de El Mi­kado, de Gilbert y Sullivan.
Horrorizado, el señor Borges dio un paso atrás para poner distancia entre cualquier pieza teatral musical y su persona. 

[...] 
su librería no se parece en nada a Moonlight Books. Y usted tampoco me recuerda a Edward Livingstone.»
Es una novela que encarna el género feelgood de principio a fin. Una novela, como ya he dicho, muy divertida, muy entretenida y muy adecuada para estas interminables tardes agosteñas llenas de calor y sopor..

 
Otros títulos de Mónica Gutiérrez Artero reseñados en el blog

10 ago 2022

Alexis Ravelo: Un tío con una bolsa en la cabeza.

11 comentarios:

«Yo no sé nunca, cuando veo un billete, si está limpio o sucio. Yo sólo sé que es un billete y que sirve para pagar cosas. Esta casa, los coches del garaje, los sueldos que les sigo pasando a Sol, a mi cuñada, la residencia de mi viejota, los estudios de mi hijo y mis sobrinos, las comidas y los viajes y las fiestas.»

Un tío con una bolsa en la cabeza
Gabrielo, un auténtico capo político insular canario, se encuentra al inicio del relato amordazado, atado de pies y manos y con una bolsa de plástico en la cabeza. Su situación es ciertamente comprometida. Nadie va a pasar por su casa donde se encuentra al menos hasta dentro de dos o más horas cuando se le eche de menos en alguna reunión. Además, reflexiona, es probable que quien haya ideado esta manera de asustarle, darle una lección o, lo que es más probable, deshacerse de él no tenga intención alguna de acudir a desatarle. No, desde luego está en un momento difícil, el más difícil de toda su existencia, y eso que la vida que ha llevado hasta este momento ha tenido de todo..

Precisamente es de ese todo que ha sido su vida de lo que nos vamos a ir enterando según que Gabrielo, vaya meditando, pensando, reflexionando, de manera más o menos desordenada sobre sus  posibles agresores, su llegada y ascensión en la vida política de la localidad, su familia, sus amores, sus desatenciones a Maru, la madre de su hijo y la mujer a la que más ha querido y sigue queriendo, aunque para hacer el amor Sol sea especial, una hembra espectacular. Pero una cosa es eso y otra muy distinta amar de verdad... Todos estos pensamientos se le hacinan al narrador, a Gabrielo, en su cerebro que cada vez oxigena peor porque la bolsa de plástico que dos hombres le colocaron en su cabeza antes de marcharse -uno de ellos olía a ron que echaba para atrás y por eso él lo llama el ronero- no tiene ni un maldito agujerito por el que el aire pueda reponerse. En su ofuscación y confusión mental las reflexiones le llevan hasta a pensar en Dios y en lo que pueda haber al otro lado. 

Según leía esta novela de Alexis Ravelo, a mi cabeza acudía el recuerdo vívido que desde que la leí hace ya una pila de años, y precisamente en la isla de Gran Canaria, ¡enorme casualidad!, tengo de "La muerte de Artemio Cruz" del mexicano Carlos Fuentes. Como digo, no podía quitarme de la cabeza esa enorme novela en la que en su lecho de muerte Artemio Cruz rememora sus 71 años de vida por la que pasa prácticamente un siglo de la historia de México. Desde su orfandad de un hacendado caído en desgracia y unos inicios duros Artemio se elevará socialmente hasta convertirse en uno de los hombres más ricos e influyentes del país, a costa de negocios despiadados y corruptos. Hasta aquí la similitud entre ambas novelas: la corrupción es tema esencial en Un tío con una bolsa en la cabeza, así como el ascenso desde abajo hasta una elevada posición social y política por parte de ambos protagonistas. Pero el resto, o sea, la manera de presentar esta vida en progresión hacia arriba, es bien diferente en uno y otro escritor. No cabe comparación entre ambos y no la voy a realizar por entender que es inapropiada y absurda. Eso sí, animo a quien haya llegado hasta aquí a que lea esa magnífica novela del escritor mexicano Premio Miguel de Cervantes en 1988 y Premio Princesa de Asturias en 1994.

Dos asuntos principales aparecen en Un tío con una bolsa en la cabeza. Uno es el de la corrupción política: Gabrielo se arrimó a Colacho, el Viejo, y éste lo colocó primero de asesor y luego ya en las listas electorales al ayuntamiento de San Expósito, la ficticia localidad canaria donde sucede la historia. Desde allí y tras dar el Viejo un paso al lado, él ocupará su lugar y seguirá sus procedimientos corruptos a la hora de realizar recalificaciones de terrenos, dar concesiones a constructoras, permisos de cambios de actividad a unos sí y a otros no, primacía en las licitaciones y concursos públicos a unos frente a otros, y así. Ese es el uso que el narrador hace del poder, porque para él eso es el poder y por eso quiso llegar hasta él.
«El poder no corrompe. Al poder se llega ya corrompido. Corrupto hasta la médula. O desde la médula. Nadie que no sea un miserable moral desea el poder. Yo lo sé porque yo lo soy. Porque he andado siempre entre poderosos y no he conocido a ninguno de quien no se pueda decir exactamente lo mismo. Y cuando quien anhela poder no llega a obtenerlo, la frustración se lo come por dentro y acaba por pudrirlo del todo.»
El otro asunto principal es el de la investigación que desde su incómoda y terminal situación Gabrielo realiza sobre quien será el inductor o realizador de la agresión que ha sufrido. «"Estoy aquí investigando mi propio asesinato"». Todos sus amigos (el Tano, Saulo, Alfredo, Carlos, Chago...), sus mujeres (Maru y Sol principalmente), sus fuentes de ingreso (Aguilar, Boris...), los miembros de su familia (la madre ingresada en una residencia, su hermano Feluco, su cuñada Encarna)... Todos estos seres pasan por la cabeza de Gabrielo en este recorrido vital que realiza en busca de posibles inductores o realizadores de la agresión que ha sufrido.

Además de los asuntos, en Alexis Ravelo es fundamental la manera de contar, o sea, el estilo. Ya en otras novelas suyas que he reseñado en este blog ("Tres funerales para Eladio Monroy", "La ceguera del cangrejo" o "Los milagros prohibidos") he hablado sobre ello, por lo que os animo, además de a leer las novelas del autor canario, a pasaros por las reseñas. Lo fundamental para mí es esa escritura tan suya que mana de manera fluida, espontánea y natural de su pluma. Es un estilo coloquial, muy próximo al modo de hablar, popular y natural, entre nosotros; esto hace que leyendo a Ravelo uno se sienta bien, confortable, se reconozca en su sintaxis, en su manera de decir y de referirse a personas y cosas. 

Quizás resulte algo más difícil captar el sentido preciso de alguno de los localismos (canarismos) propios de sus islas, a las que aquí como en todos sus libros declara el autor, sin manifestarlo explícitamente, su inmenso amor. Son términos como 'sachar', 'maúro', 'gavia', 'fotingo', y otros de esta guisa. Más fácil, desde luego, es captar el significado que albergan algunas creaciones léxicas que realiza el escritor para transmitir de mejor manera, no exenta de humor en algunos casos, su alcance. Son palabras como 'miseriento', 'bobomierda' o 'muertosdehambre' que para quienes estamos familiarizados con su literatura no nos sorprenden al ser en él habituales.

En cuanto al punto de vista del narrador, éste siempre es el del amordazado Gabrielo que cuenta, reflexiona, rememora y se desespera dentro de esa bolsa de plástico que de no evitarlo él mismo, algo o alguien, puede llevarle a la muerte. Hay algún momento en que cede la voz narrativa a la 2ª persona en un sentido generalizador o impersonal como cuando habla sobre los amigos que hoy día uno se encuentra por las redes sociales y con ellos «te cuentas cómo te va, te cambias chistes, quedas para echarte cañas que nunca te echarás». También hay algún momento en que sin dejar la primera persona narrativa cambia al plural para incluir en ella a las personas de las que está hablando, en el ejemplo que pongo a continuación la incluida es su amante Sol: «Mandábamos dinero, pero no era tanto. Y ella iba para allá una vez al año. [...] Viajábamos mucho, con Sol».

Que Alexis Ravelo es una biblioteca andante y que ha leído a un amplio número de escritores que sin duda alguna, como no podría ser de otro modo, le han influido, es algo que leyéndole se percibe a las primeras de cambio. Pero, por si acaso no hubiéramos sido conscientes de ello, es el mismo autor quien en el capítulo de los agradecimientos, al final de la novela, dice textualmente lo siguiente: 
 «A lo largo de la novela se citan, directa o indirectamente, las obras de Rafael Chirbes, Juan Rulfo, John Berger, Descartes, David Foster Wallace, John Fowles, Cormac McCarthy, Nicolás Maquiavelo, Juan Gelman, Immanuel Kant, Ludwig Wittgenstein, Martin Heidegger, Adela Cortina, Marguerite Yourcenar, Baruch Spinoza, Federico J. Silva e Italo Calvino, además de los cantautores Rafael Amor y Javier Krahe. Creo oportuno consignar aquí esas deudas.»
La muerte de Artemio Cruz, Boom de la novela hispanoamericana, Realismo fantástico
Sí, está bien. Todo lo que dice en esas líneas es claro y se le agradece. Pero yo personalmente, ya lo digo al inicio de esta reseña, hecho en falta alguna referencia, siquiera de pasada, a "La muerte de Artemio Cruz" de Carlos Fuentes, una novela que constantemente he tenido en mi cabeza en el curso de la lectura. También esta novela de Alexis Ravelo me ha hecho recordar otra, de más reciente lectura. Me refiero a  "Lincoln en el Bardo" de George Saunders [leer reseña sobre ella aquí]. No doy más aclaraciones del porqué para no destrozar el enorme disfrute que supone leer la novela de Ravelo.

Para finalizar diré que Un tío con una bolsa en la cabeza me ha parecido una novela curiosa por el planteamiento aunque en cierta manera el método se me ha hecho algo repetitivo según transcurría la misma. Cierto es que al final hay un giro procedimental curioso y muy interesante que hace que la novela repunte y la cierres con un magnífico sabor de boca. 



Otros títulos de Alexis Ravelo reseñados en el blog:


Nota:
He leído este libro de Alexis Ravelo, además de por la satisfacción que me produce su literatura, por recomendación de Rosa Berros quien la incluye entre los tres títulos que propone dentro del Reto "Serendipia recomienda 2022".  

5 ago 2022

El Cine en la casa de uno 2 (A pares XXIX)

10 comentarios:
Ganas tenía de hacer un breve repaso a las pelis -las buenas sólo; las malas procuro olvidarlas rápidamente- que durante este terrible verano estoy viendo desde el sofá. Resulta que con los cines a 27º y la cartelera primando estrenos habituales como el Santiago Segura de turno y otros más dirigidos al público infantil que pasa unos días en casa de familiares y abuelos, la única opción viable es el salón de casa aderezado debidamente con un  buen ventilador o/y con el A/A colocado a una temperatura aceptable para mí y no ordenada por nadie más que por quienes desde hace tiempo me tienen todo el año a sus órdenes: mi familia. 

—¿Qué pelis buenas has visto? —me preguntaréis. Pues aquí os dejo unas cuantas:




La familia Bloom 


Se trata de una película australiana dirigida por Glendyn Ivin en el 2020. Su título original es Penguin Bloom y según se advierte en los títulos de crédito está basada en una historia real. Pese a ello a mí me pareció algo inverosímil el hecho de que una mujer (Naomí Watts) condenada a una silla de ruedas por un accidente del que se siente culpable su adolescente hija mayor, supere su situación física y anímica gracias a una cotorra. En efecto es un pájaro herido adoptado por los niños de la familia el que irá llamando la atención de esta mujer de mal carácter hasta hacerle recobrar las ganas de vivir. La vi en Amazon y lo mejor de la peli es la buena actuación de la protagonista principal. 





Baby Driver
 

Es una película inglesa dirigida en 2017 por Edgar Wright que vi con sumo gusto en Netflix.  Edgar Wright es un realizador especializado en rodar productos en los que la música es ingrediente principal. En esta peli lo es y los temas que conforman la BSO del film es sencillamente espectacular (os dejo aquí el enlace a la misma en Spotify). Lamenté no haberla visto como es debido, o sea, en una sala debidamente acondicionada con un buen aparataje para el sonido. 

La vi especialmente porque entre sus actores figuraban Jon Hamm, con quien disfruté muchísimo en el papel que hizo de Don Draper en la para mí muy buena serie Mad Men; y también me animé averla porque en ella actuaba el canceladísimo Kevin Spacey, que en la peli es el jefe mafioso de una curiosa banda de ladrones cuyo juvenil y enigmático chófer de huidas (Ansel Elgort) tiene dos aficiones: conducir y escuchar música. Si formar parte de una banda de ladrones es su faceta pública, en privado la vida de Baby Driver es la de un joven que comparte vivienda con un anciano ciego y que se enamora de la chica de sus sueños (Lily James). Cuando un golpe fracasa todo se tuerce y los tiroteos, la música y las huidas en coche se apoderan de la historia. Muy entretenida.





 La casa Gucci 


Aunque me incorporé a ella transcurridos unos veinte minutos de metraje, esta película de Ridley Scott que vi en Amazon y que el director británico realizó en 2021 a los 83 años de edad me gustó mucho y me pareció fantásticamente actuada por el plantel de actores de la misma: Lady Gaga, Adam Driver, Al Pacino, Jared Leto, Jeremy Irons, Salma Hayek, Jack Huston, Gaetano Bruno... y muchos otros más. 

Va sobre el origen familiar de la Casa Gucci que por vicisitudes familiares (matrimonios, envidias, zancadillas, etc.) acabaría perdiendo el nexo con la familia quedándose en una mera marca prestigiosa y mundialmente famosa. Película muy recomendable, sin duda.





Amor de madre


Me encanta ver a Carmen Machi en uno de sus registros, el de actriz cómica, que parece dejar especialmente para este formato, el del Cine. Sin embargo, para mí la gran Machi es la actriz dramática que ha triunfado y triunfa sobre las tablas en obras como Falstaff, Agosto, Juicio a una zorra o Prostitución. Algunos de sus exitosos papeles teatrales los he comentado en este blog en su momento.

Amor de madre es una comedia dirigida por Paco Caballero en 2022 y estrenada en Netflix que es su productora. El asunto es el siguiente: José Luis (Quim Gutiérrez), hijo de Mari Carmen (Carmen Machi) es plantado por su novia ante el altar; para no perder los billetes y los hoteles ya pagados del Viaje de Luna Miel que José Luis tenía encargados Mari Carmen decide acompañarle a lo que debía de haber sido un viaje de placer. Muchas situaciones divertidas. Buena película para pasar un rato echando unas risas, sin más pretensiones. 





Mommy
 

El canadiense Xavier Dolan dirigió este impactante film en 2014. Yo, como a tantas otras películas llegué gracias a los buenos oficios de críticos cinematográficos cuyas reseñas y crónicas leo con mucho gusto. La película la vi con cierto desasosiego pero mucho agrado en Filmin

La cinta va de una madre viuda, Diane (Anne Dorval), que decide hacerse cargo de su problemático hijo Steve (Antoine-Olivier Pilon) hasta el momento encerrado en un centro especial para adolescentes por padecer Déficit de la Atención y Trastorno de Hiperactividad (ADHD, en inglés) y permitirlo las leyes de una ficticia Canadá. Una vecina, Kyla (Suzanne Clément), profesora de secundaria en año sabático, ofrece su ayuda a Diane. La relación entre los tres ofrecerá la imagen de frágil familia hasta que...

Muy interesante película sobre las relaciones padres-hijos, un tema que Dolan ha abordado en otras películas suyas. La actuación del trio principal de actores es fantástico. De nuevo el cine canadiense me ha demostrado su enorme calidad.





 La familia perfecta 


La dirige Arantxa Echevarria en 2021. La he visto en Netflix. Se trata de una comedia ligera en la que Lucía (Belén Rueda) se cae del guindo de supuesta familia perfecta en que vivía cuando conoce a Sara (Carolina Yuste), la novia de su hijo Pablo (Gonzalo Ramos) y a los padres de ella. En el reparto actores de calidad como José Coronado, Gonzalo de Castro, Israel Elejalde, Pepa Aniorte, y otros tantos más frecuentes en nuestro cine.

Película divertida, sin muchas pretensiones, que se ve con gusto desde el sofá de casa. 





Intemperie 


Película del año 2019 dirigida por Benito Zambrano. La vi en TVE2 dentro de su magnífico espacio Versión española

El film se basa en la novela homónima de Jesús Carrasco que yo había leído hacía años y que me había generado sensaciones contrapuestas, pues si por un lado me había gustado, por otro el ruralismo presente en ella me había parecido un tanto artificioso y muy en la línea del Delibes de Los santos inocentes. Guardaba este recuerdo sobre la historia que se contaba y la versión cinematográfica de Benito Zambrano con guion de los hermanos Remón (Pablo y Daniel) y del propio director me impresionó vivamente. 

Me di cuenta de que la apreciación sobre una lectura depende mucho del momento en que la misma se haya realizado y de que cuando yo la hice no debía de estar al cien por cien pues donde yo había visto explotación habitual de un trillado ruralismo no había tal. En la versión fílmica estamos ante un western made in Spain  y ante una historia que tiene mucha fuerza, mucha violencia creíble y también mucha ternura.

Los actores que sostienen el entramado narrativo son nada más y nada menos que Luis Tosar (el Pastor) en el difícil papel de hombre tierno y violento que está de vuelta de todo, y los magníficos Luis Callejo, Vicente Romero y Kandido Uranga en la piel de unos muy creíbles malos malísimos que atentan contra la integridad física y emocional de las buenas personas corporeizadas en el Niño de la familia de guardeses de la finca representado genialmente por Jaime López. De hecho lo mejor del film es la magnífica relación que mantienen el seco, frío y solitario Pastor (Luis Tosar) y la dulzura, abandono y superación de los miedos que emanan del personaje de Jaime López.

La dirección de Benito Zambrano es estupenda. Los primeros planos, los enfoques cenitales o abisales, etc. añaden información muy pertinente. La película aunque es dura se ve con inmenso gusto. Yo la disfruté muchísimo. Os la recomiendo vivamente. Y la novela también, claro. pero buscad para leerla el momento oportuno, no vayáis con ella a la playa, no. Ese no es su sitio. 





La familia Bélier 


 Película francesa del año 2014 dirigida por Eric Lartigau. La siguen pasando por la plataforma de Movistar, que fue donde yo la vi. El asunto es simple y sensible a la vez: Estamos ante una familia de sordos en la que sólo la hija Paula de 16 años posee el sentido del oído. Sus padres son campesinos que acuden todas las semanas al mercado de la zona para vender los productos de su granja familiar. Paula es su nexo con el mundo. Pero Paula tiene sus ilusiones y una de ellas es salir del pueblo para ir a la ciudad a estudiar canto. 

Preciosa película que para quienes sois educadores, en mi opinión, viene de perlas por los valores que transmite. Por otro lado os diré que en los César de 2014 Louane Emera, la actriz que da vida a Paula, se alzó con el César a la Mejor Actriz Revelación. Y con razón, claro.





Pequeña reina 


También en Movistar he visto esta tierna y profunda película que la sueca Sanna Lenken ha filmado este mismo año 2022. Es la historia de Sasha (Sigrid Johnson), una joven de 13 años, que tras el suicidio de la madre ha decidido no parecerse en nada a su madre y conseguir que su padre vuelva a reír.. 

En la película se tocan asuntos muy sensibles: la adolescencia, el duelo y su superación, la amistad, las ilusiones de una niña que se está haciendo mujer, etc. La película es la adaptación de 'Comedy Queen', novela de la escritora sueca de literatura infantil y juvenil Jenny Jägerfeld. El propio título de la novela alude a la ilusión que tiene Sasha, triunfar en el mundo de los monólogos humorísticos, triunfar en "El Club de la Comedia"





Girl Picture 



Película finlandesa de este mismo año dirigida por la directora finesa Alli Haapasalo. La he visto en Filmin a raíz del comentario sobre la misma leído en alguno de los blogs que visito con frecuencia. Es una historia de amor y amistad. Tres jóvenes chicas a punto de ingresar en la edad adulta están deseosas de conocer el amor. Dos de ellas, Rönkkö (Eleonoroa Kauhanen) y Mimmi (Aamu Milon), son amigas que, a la par que estudian, trabajan en un local que vende batidos; la tercera, Emma (Linnea Leina), está volcada en el patinaje artístico y se esfuerza mucho para lograr participar en los próximos campeonatos europeos.  Mientras que Mimmi y Emma conocen el primer amor, Rönkkö va de experiencia negativa en experiencia negativa en su deseo de sentir algo especial al relacionarse íntimamente con chicos.

Confeccionando esta entrada me he topado con un término que desconocía y que procuraré retener. Es el de 'coming of age' o dicho en román paladino 'entrada en la mayoría de edad', crecimiento personal de un personaje, normalmente un adolescente; es un género cinematográfico semejante a lo que en novela solemos denominar 'bildungsroman'. Como se ve todos los días se aprende algo nuevo.


Espero que alguna de estas diez películas os pueda gustar. Ya me diréis. Protegeos del calor. Saludos