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30 ene 2020

"El último Dickens" de Matthew Pearl

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Matthew Pearl, escritor estadounidense nacido hace 44 años, publicó esta novela en 2009, seguramente para aprovechar el tirón que tendría el por entonces ya cercano centenario del nacimiento de Charles Dickens (1812-1870). Pearl se dio a conocer como novelista con la exitosa "El club Dante" (2003), a la que siguió "La sombra de Poe" (2007). Su última obra, aparecida hace ya 8 años, es "Los tecnólogos".

"El último Dickens", "El club Dante", "La sombra de Poe", "Los tecnólogos"
La novela presenta las vicisitudes que pasa el editor americano de Dickens, James Ripley Osgood, tratando de encontrar el final de la novela que el novelista inglés dejó inconclusa al sufrir el derrame cerebral que acabó con su vida en el mes de junio de 1870. Las seis primeras entregas de este relato, El misterio de Edwin Drood, ya habían aparecido y eran consumidas con fruición por parte de los dickensianos del mundo entero, por lo que si alguien lograba dar, en caso de existir, con el resto aún no publicado se cubriría de mérito y dinero.

La historia presenta en contrapunto la muerte de Charles Dickens en Londres y la vida de su hijo Frank en Bengala, la India. Vemos aquí cómo el oficial Frank Dickens desentraña un caso de robo de un cargamento de opio cuyo cultivo y comercialización estaban permitidos por Inglaterra. Este asunto del opio sirve para acceder al asunto de la novela inconclusa, asunto del que nos iremos enterando poco a poco, pero que en síntesis plantea qué final tuvo Edwin Drood, a quien su padre expulsó de casa por su mala vida y conducta.

Al tiempo y en contrapunto temporal con 1870 se nos presenta la campaña de conferencias por USA que Dickens ofreció en 1867 y que al decir de algunos agravaría las dolencias que ya sufría y que en definitiva precipitaría su muerte tres años más tarde. Esta parte del relato es importante para entender el desenlace de la historia y también lo es en sí mismo por servir para presentar la vida norteamericana de aquellos años, en especial la dura competencia existente entre editoriales que llegaban –es el caso de Harpers & Brothers- a delinquir por hacerse con obras y/o relatos de los escritores más afamados del momento. Histórico en efecto es la grandísima repercusión que Dickens tuvo en América y cómo llenaba los teatros con sus lecturas dramatizadas, al igual que lo es el impago de derecho alguno de autor por parte de las editoriales norteamericanas, hecho que el auténtico Dickens denunció en vida en reiteradas ocasiones por lo que adquirió injusta fama de tacaño.

Estos son pues los tres elementos de la novela de Matthew Pearl: el tráfico de opio, la novela inacabada y los sucedidos en Boston y Nueva York con Charles Dickens. Junto a estos tres elementos aparece la historia de amor que nace entre el editor Osgood y su joven y bella asistente Rebecca que viajan a Londres para desentrañar el misterio.

¡¡AVISO!! 
No es mi costumbre caer en ello, pero debo advertir que a partir de aquí hay SPOILER. ¡¡Quien avisa no es traidor!!

24 ene 2020

CNTC. "Reinar después de morir". Luis Vélez de Guevara. Teatro de la Comedia

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Enero, en especial la primera semana de año, suele ser época en que me gusta ir al teatro. Quizás el frío, la lluvia, incluso la cada vez menos frecuente nieve, que hace o cae en la calle me lleva a buscar refugio en la calidez de las plateas de los teatros junto a unos cientos más de seres que padecen dolencia semejante.

El caso es que tras haberme fallado -¡la primera vez que me ocurre tal cosa!- la reserva confirmada y debidamente pagada que tenía para ver "La fiesta del chivo" con Juan Echanove en el papel protagonista, veía que mi costumbre iba a quedar sin realizarse esta vez. Fue por eso que al reembolsarme el coste de las entradas para ver la adaptación de la novela de Vargas Llosa debido a no quedó muy claro por qué ese día la Compañía había decidido dejar al público con un palmo de narices, decidí buscar, rápido, un sustituto y sin mucho pensarlo puse mis ojos en la CNTC (Compañía Nacional de Teatro Clásico). Pensé que los Clásicos no suelen fallar aunque tampoco -pensé también, erróneamente esta vez- suelen sorprender.

"Reinar después de morir", Teatro de la Comedia, CNTC

Durante este mes de enero y hasta el 9 de febrero próximo el teatro de la madrileña Calle del Príncipe tiene en cartelera "Reinar después de morir" de Luis Vélez de Guevara, uno de esos autores que pasan inadvertidos en los currículos escolares ensombrecido por las tremendas figuras de sus contemporáneos Lope de Vega, Calderón de la Barca o Tirso de Molina que son quienes se llevan el gato al agua. Bueno, a ver qué tal Vélez de Guevara como dramaturgo, me dije, pues del escritor (1579-1644), sevillano por nacimiento y madrileño por sus triunfos literarios, yo conocía su novela "El diablo cojuelo", pero absolutamente nada de su producción teatral. Era, pues, buena ocasión para cubrir esta laguna.

"Reinar después de morir" es un drama histórico cuya realidad se tiñe de la poesía que envuelve a las leyendas. La realidad que se presenta son los amoríos habidos entre el heredero de la Corona de Portugal, el futuro rey Pedro I, e Inés de Castro, dama española que llegó a Portugal como dama de compañía de la que fuera esposa del heredero Pedro. De inmediato surgió el amor entre estos dos jóvenes, un amor secreto hasta la muerte por parto de la esposa de Pedro. En los años en que fueron amantes secretos la pareja ya había tenido varios hijos, y viudo don Pedro decidieron casarse a espaldas del rey portugués don Alonso quien tenía previsto unir a su hijo con la heredera del reino de Navarra, Dª Blanca

Los intereses nacionales se impondrán sobre los deseos personales de los jóvenes que se amaban profundamente. La historia nos dice que el rey de Portugal y sus caballeros querían evitar a toda costa la unión documental entre Pedro e Inés para así evitar que Portugal y Castilla en un futuro volviesen a unirse. El más beligerante al respecto fue Alvar Gonzálvez que sería junto a otros quien mataría a la española. Cuando más tarde muera don Alonso y Pedro sea coronado rey de Portugal, éste acudirá a Alcobaça donde fue enterrada Inés dos años atrás y exhumándola la entronizará como legítima reina de Portugal.

Companhia Teatro de Almada, Luis Vélez de Guevara
Lara Grube en una escena de la obra (Foto de Sergio Parra)
Naturalmente la historia real pasada por el tamiz del tiempo se ha enriquecido poéticamente y ha quedado en el imaginario del pueblo portugués como una apasionada y romántica historia de amor. En la representación la poeticidad está presente en todo: en el decorado, una especie de pista de skate enlucida con el típico azulejo portugués azul tan reconocible y característico. Subiendo y bajando, deslizándose por este decorado, los personajes cuentan, viven y relatan su acontecer. Cual si de un holograma se tratase la entrada en escena del elenco simula la salida de los personajes del fondo ignoto y desvanecido de la historia (¡bellísimo ese momento!). Esta belleza poética se ve incrementada con las muy hermosas canciones puestas en boca de Violante, dama de compañía de Inés de Castro, quien en portugués canta romances que versan sobre este asunto. Hay uno en especial que al escucharlo trajo a mi memoria el conocidísimo entre nosotros "¿Dónde vas Alfonso doce, / dónde vas, triste de ti. / Voy en busca de Mercedes / que ayer tarde no la vi / (…)", seguramente tomado del fondo folklórico poético peninsular en el que bebe también éste mucho más antiguo que cuenta la desazón del amante (Pedro de Portugal) ante la pérdida de la amada (Inés).

Junto a lo anterior contribuye al tono poético que envuelve toda la representación el ritmo de la acción. Un ritmo pausado, demorado, que no tiene prisa porque las leyendas persisten siempre y no corren riesgo de perderse; un ritmo presente en la manera de moverse los actores por la escena, en la más que correcta dicción del verso, en la naturalidad con que se desarrollan incluso los momentos de máxima desrealización... También la música, el vestuario de época (muy simbólico y hermoso, en especial el vestido blanco que luce Dª Inés frente al oscuro de Dª Blanca) y la adecuada iluminación se aúnan para lograr esa altura poética que tiene todo en esta puesta en escena.

Lógicamente la obra se encuadra dentro del tipo de teatro establecido por Lope de Vega en su "Arte Nuevo de hacer comedias" y en ella encontramos todos los requisitos que el Fénix marcaba para las mismas: caballero y dama, poderoso que contraviene los deseos de los anteriores, figura del donaire o gracioso (aquí presente en Brito, el criado de don Pedro), la acción paralela levemente insinuada en los acercamientos algo torpes y obscenos como corresponden a la esfera de los sirvientes que cumplen Brito y Violante... Al ser drama trágico el final no es de alegría pero sí de triunfo de la  justicia y de la bondad sobre las fuerzas del mal. Al ser un triunfo post mortem queda exento de las ataduras del tiempo y pasa a la esfera de la leyenda donde pervive, aunque de los sucesos reales acaecidos en 1355 nos separen cerca de 700 años.

En mi opinión tiene muchísimo interés que la obra haya sido coproducida por la portuguesa Companhia Teatro de Almada y la española Compañía Nacional de Teatro Clásico. Desgraciadamente por estos pagos no es frecuente acometer empresas en plan de igualdad por parte de España y Portugal. Esta vez sí lo ha sido y ojalá que no estemos ante flor de un día sino que la cooperación cultural entre estos dos países cercanos geográfica e históricamente sea frecuente en el futuro.

Fijándome en el programa de mano y sin más documentación intuyo que el vestuario, la iluminación y el decorado pertenecen a realizadores portugueses mientras que la dirección total, la escénica en particular y el movimiento escénico a españoles. Se reproduce en este trabajo la unión ibérica que existía en 1635, año en que la obra se representó por primera vez.
Pepa Pedroche, David Bozeta, Manuela Velasco, Lara Grube
Dibujo de José Manuel Castanheira
Reparto:
  • María José Alfonso: Nodriza
  • Rita Barber: Violante
  • David Boceta: Príncipe don Pedro
  • Chema de Miguel: Rey don Alonso
  • Julián Ortega: Brito
  • Ricardo Reguera: Alvar Gonzálvez
  • Carmen del Valle / Lara Grube: Dª Inés de Castro
  • Manuela Velasco: Dª Blanca de Navarra
  • Y los niños Ainara Mateos, Teresa Cordero, Hugo Soneira y Alicia Chojnowski
Equipo Artístico:
  • Asesor de verso: Vicente Fuentes
  • Vestuario: Ana Paula Rocha
  • Iluminación: Guilherme Frazâo
  • Escenografía: José Manuel Castanheira
  • Versión: José Gabriel López Antuñano
  • Diseño de la puesta en escena: Ignacio García
  • Dirección: Pepa Pedroche
Una obra que es una auténtica sorpresa y que recomiendo vivamente a cualquiera que guste del Teatro. Una obra de gran calidad, que también tiene una posible lectura, como bien señala Ignacio García, muy acorde con nuestro tiempo:
"La confrontación entre la libertad individual y la basura moral del poder corrompido, el tacticismo y el interés".

22 ene 2020

Reto "Autores de la A a la Z (edición 2020)"

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Muchos años llevo viendo este Reto que convoca Marisa del blog 'Lecturápolis' este año. Anteriormente junto a ella también lo convocaban Pedro de El Búho entre libros y Fernando de Libros en el petate. Casi precisamente por ello, porque deseo arropar un poquito a Marisa al haberse quedado sola ante el peligro, quiero apuntarme por vez primera a este Reto que consiste en esencia en completar las letras del abecedario a través de la inicial del nombre por el que son conocidos los autores de los libros que leemos.

Los libros se van leyendo al ritmo que cada uno establezca y la temática de ellos es asimismo personal, o sea, que no hay obligación ninguna en cuanto a géneros. La cosa consiste en tener completado el listado el 31 de diciembre de este año 2020. Para inscribiros y participar debidamente en el Reto tenéis de plazo hasta el próximo 31 de marzo. Es un plazo extenso, pero precisamente por ello yo os recomendaría que si pensáis participar os inscribáis y cumplimentéis los requisitos cuanto antes porque si no se os va a olvidar. No sería la primera vez que a mí tal cosa me ocurre.

Las Bases completas las tenéis en la entrada que a tal efecto tiene publicada Marisa en su blog. Si pincháis en "Lecturápolis" accederéis a las Bases y a la entrada en la que deberéis dejar un comentario manifestando vuestro deseo de participar en el Reto.

Y ya sin más paso a colocar el abecedario que iré completando añadiendo los nombres de los autores y el título del libro que haya leído. A ver qué tal se me da.

Abecedario

A.- Margaret Atwood: "Penélope y las doce criadas"
B.- Carlos Bassas del Rey: "Justo"
C.- Mia Couto: "Cada hombre es una raza"
D.- Niklas Natt Och Dag: "1793"
E.- Ezequías Blanco: "Tierra de luz blanda"
F.- David Foenkinos: "La delicadeza"
G.- Benito Pérez Galdós: "Torquemada en la cruz"
H.- Thomas Hardy: "Jude el Oscuro"
I.-  Paula Izquierdo: "La falta"
K.- Ilsa Barea Kulcsar: "Telefónica"
L.- Manuel Longares: "Romanticismo"
M.- Ana María Merino : "El mapa de los afectos"
N.- Amelie Nothomb: "Los nombres epicenos" y "Golpéate el corazón"
O.- Yoko Ogawa : La fórmula preferida del profesor 
P.- Matthew Pearl"El último Dickens"
R.- Philip Roth: "El animal moribundo"
S.- María Suré: "Huérfanos de sombra"
T.- María Tena: "Nada que no sepas"
U.-Leon Uris: "Conspiración en Atenas"
V.- Irene Vallejo: "El infinito en un junco"
W.-Colson Whitehead: "El ferrocarril subterráneo"
Z.- Stefan Zweig: "Miedo"

Letras extraordinarias

CH.- Manuel Chaves Nogales: "Juan Belmonte, matador de toros"
LL.-
Ñ.-
X.-
Y.- 





19 ene 2020

"Nos gustan los clásicos", IVª edición

19 comentarios:


Me encantó participar en 2018 y en 2019 en la IIª y IIIª ediciones del Reto "Nos gustan los clásicos" propuesto por Francisco del blog "Un lector indiscreto". De nuevo Paco vuelve a convocarlo y yo con el mismo o más entusiasmo que los años anteriores vuelvo a participar en él. 

Las bases son las mismas que en la edición anterior en la que Francisco introdujo dos novedades respecto a las ediciones anteriores que recuerdo adaptadas a esta IVª edición:

1) Tiene que ser el propio interesado en participar quien elija entre siete u ocho libros a leer y reseñar a lo largo de 2020. En mi caso, al haber  superado 2019 con 12 clásicos en mi cuenta, me comprometo este 2020 a superar con holgura el número de 8, y si puedo batir mi propia marca de 11.

2) Para que un libro sea tomado como clásico, su fecha tope de publicación inicial debe ser 1980.

Quienes estéis interesados en participar en este Reto os diré que Francisco tiene previsto realizar Sorteos durante el año de duración del mismo, y entre quienes logréis completarlo uno especial al finalizar 2020. O sea que animaos y pasaos por "Un lector indiscreto" para, por vosotros mismos, enteraros de todos los extremos del mismo.

Importante: El plazo de inscripción finaliza el próximo 29 de febrero.

En este mismo post iré colocando los títulos de las novelas según las vaya leyendo siempre que se adapten a las bases de esta IV Edición Reto Literario "Nos gustan los clásicos".

Mis clásicos
1. "Torquemada en la cruz" de Benito Pérez Galdós
2. "Miedo" de Stefan Zweig 
3.  "El disputado voto del señor Cayo" de Miguel Delibes
4.  "Gerona" de Benito Pérez Galdós
5.  "Años luz" de James Salter
6. "El grito" de Rafael Soler
7. "Jude, el oscuro" de Thomas Hardy
8. "La consulta" ('Los Thibault, 4') de Roger Martin du Gard
9. "La sorellina" ('Los Thibault, 5') de Roger Martin du Gard
10. "Ficciones" de Jorge Luis Borges
11. "Telefónica" de Ilsa Barea-Kulcsar
12. "La romana" de Alberto Moravia


Año 2020, año Galdós. "Torquemada en la cruz"

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"¡Pero, hijo, si vamos a buscarle el pelo al huevo…! Tú estás en babia… Te cojo del suelo, y te vuelvo a poner en las pajitas del nido de que acabas de caerte…Sí, porque meterse a indagar de dónde viene la riqueza... es tontería mayúscula. Ven acá... ¿No andan por ahí muchos, que son senadores vitalicios, y hasta marqueses, con cada escudo que mete miedo? ¿Y quién se acuerda de que unos se redondearon vendiendo negros, otros absorbiendo con el chupón de la usura las fortunas desleídas? Tú no vives en la realidad".

Serie Torquemada, Novelas materiales y espirituales, Novelas contemporáneas de Galdós
Santiago Lorenzo, autor de la exitosa novela "Los asquerosos", preguntado acerca de qué libros tenía en su cabeza mientras escribía su exitosa novela, destacaba entre otros "Torquemada en la cruz", de Benito Pérez Galdós, porque, aseguraba, era la obra que más le había hecho reír en su vida: “carcajadas de las de caerse de la silla y que duran meses enteros”. Esta opinión del autor de "Los asquerosos" ha sido para mí acicate suficiente para leer la novela. Finalizada la misma me cuestiono a mí mismo: ¿Tiene humor, no tiene humor? ¿Hace reír o simplemente sonreír? ¿Qué es mejor la risa a carcajadas o la sonrisa inteligente?  Evidentemente en mi opinión la novela contiene su buena dosis de humor, pero discrepo de que sea humor a carcajadas del de caerse de la silla como con rotundidad afirma el escritor vasco afincado en Castilla y León.

La novela leída es la segunda de la tetralogía Torquemada compuesta por I. "Torquemada en la hoguera"; II. "Torquemada en la cruz"; III. "Torquemada en el purgatorio"; y IV. "Torquemada y San Pedro".  Dado que la novela gusta auguro a quienes se acerquen a ella o a cualquier otro título de la serie que no podrán detener tan deliciosa lectura en la palabra FIN, teniendo que seguir leyendo por puro placer todas o algunas otras de la susodicha tetralogía.

Tras esta afirmación y comprobación personal del gusto que produce leer a Galdós hoy, cabe preguntarse el porqué del ostracismo al que el escritor canario ha estado sometido durante muchos años. La verdad es que don Benito tuvo que lidiar en la recta final de su vida con las envidias de los jóvenes autores -Baroja, Valle Inclán y demás- que lo tildaron en palabras de Ramón María del Valle Inclán de 'garbancero'; durante el primer franquismo su ideología republicano-socialista no le sirvió de aval alguno; por otra parte para ciertos sectores de la sociedad española sus "Episodios nacionales" y la idea de Nación unitaria y centrípeta que transmiten no satisface sus intereses ideológicos; y a todo esto vino a unirse el que los jóvenes esteticistas de los últimos años 60 y primeros 70 con Juan Benet a la cabeza abjuraran de la naturalidad y frescura de la prosa galdosiana. Afortunadamente hoy, -en verdad desde hace ya unas cuantas décadas-, las aguas han vuelto donde debían y autores tan prestigiosos y prestigiados como Almudena Grandes, Antonio Muñoz Molina, Manuel LongaresAndrés Trapiello lo han recuperado y valorado en lo que vale su profusa producción: un fresco innegable de la realidad española de su contemporaneidad y de la historia reciente del país que le tocó vivir escrito con una maestría y naturalidad como pocas veces se ha visto entre nosotros. Estos escritores y también los estudiosos de su Obra hablan de él como del Balzac o el Charles Dickens español.

La historia que Galdós presenta en "Torquemada en la cruz" es en esencia la de un cambio de época, concretamente la decadencia de la vieja aristocracia venida a menos por su desidia y falta de laboriosidad, y el ascenso de una nueva clase que lo cifra todo en el dinero, en su acumulación. A esta clase ascendente pertenece Francisco de Torquemada un prestamista usurero y tacaño que va quedándose con los bienes y riquezas de aquellos que no son capaces de responder en el tiempo acordado a los intereses pactados. A petición in articulo mortis de Dª Lupe 'la de los pavos' afloja la soga que a la familia Del Águila la finada tenía echada al cuello. Y todo ello acaece en el Madrid del momento en que la novela verá la luz, la década de los 90 del siglo XIX, un Madrid cambiante, que ve crecer nuevos barrios donde se asientan trabajadores que llegan a la ciudad desde los pueblos y provincias limítrofes.

Los personajes están fantásticamente dibujados. Sorprende especialmente la manera como el autor sabe transmitir el mundo de la ceguera en que vive Rafael, el hermano menor; lo bien que muestra la evolución psicológica de Torquemada que desea ser admitido en el entorno de la sociedad respetable, algo que va a conseguir gracias a su dinero y a los modos lingüísticos que va tomando de aquellos que considera bien hablados pero que él por impericia no sabe colocar debidamente en la frase ni emitir u omitir cuando la ocasión así lo requiere. Las dos hermanas venidas a menos que deberán de  'sacrificarse' para así no alejarse demasiado de lo que ellas entienden es su estatus; El mediador entre ambas esferas sociales, don José Ruiz Donoso, auténtico celestino; la prestamista Dª Lupe, 'la de los pavos', fallecida en las primeras páginas de la novela; Bernardina, la antigua criada de la familia Del Águila; etc., etc. Un abanico de seres perfectamente individualizados magistralmente dibujados y presentados.
Centenario de Galdós, Biblioteca Nacional de España, manuscritos galdosianos originales
Además del contenido, del realismo que muestra el autor, en especial de ese Madrid magnífico hoy desaparecido por el que gracias a él podemos transitar, podemos vivirlo, está el lenguaje, la forma. Pérez Galdós es un maestro manejando el idioma; utiliza un vocabulario hoy en gran parte desaparecido que da gusto leer y recuperar: refistolear (=entrometerse); malsín. (= delator, acusador); cáfila (=conjunto de personas, animales o cosas); pesquis (= agudeza, cacumen); Azacán (=aguador); machuco (=sosegado, entrado en años); y muchísimos otros más.
Del mismo modo es el lenguaje utilizado indicador externo de pertenencia a una u otra clase de cada uno de los personajes. Francisco Torquemada muestra su baja extracción social en el empleo de un léxico plagado de vulgarismos, etimologías populares, agramaticalidades o barbarismos. Sirvan de ejemplo vocablos como los siguientes: ibierno, áccido, Jacometrenzo, nepusuntra (por 'Non plus ultra'), etc. La familia vergonzante Del Águila, por su parte, del antiguo esplendor de su estirpe sólo conservan el barniz de la lengua.
Y todo esto lo presenta el escritor con agilidad, soltura, frescura, viveza, autenticidad, naturalidad... que hace que leerle hoy sea una auténtica delicia, una experiencia literaria magnífica y muy recomendable.

Interesantísimo me parece el empleo de recursos propios del teatro que el autor introduce no pocas veces en la novela. Me refiero especialmente a ese alejamiento -desaparición casi-, mediante el uso de acotaciones teatrales, que el propio narrador realiza de aquello que está contando ["yo quiero matar, Cándido (excitadísimo, levantándose), quiero matar, porque sólo matando puedo realizar la justicia"]. También cuando el autor-narrador se dirige directamente al lector lo hace de manera semejante a como los dramaturgos hacen con el recurso del "aparte". No podemos olvidar que Galdós además de narrador fue autor dramático logrando éxitos sonados con obras como "Electra" o "Realidad" y que algunas de sus novelas fueron llevadas a las tablas ("Marianela") e incluso musicadas como un episodio nacional al que Ruperto Chapí iba a poner música convirtiéndolo en zarzuela; esta idea se frustró por la muerte del músico. Relaciones profesionales con actrices como Margarita Xirgú y también sentimentales con otras estrellas de las tablas como Carmen Morell demuestran la importancia que para el escritor siempre tuvo este género, muchas de cuyas características incorporó a sus novelas denominadas 'dialogadas' no muy bien vistas  por críticos del momento como Alas Clarín.

En Galdós está presente la tradición entera de la literatura española y eso se percibe en esta novela: esas descripciones de suma tacañería parecen sacadas de Quevedo o El Lazarillo de Tormes; pero sobre todo -ahora sí que sí- Cervantes está del todo presente en la narrativa galdosiana: el perspectivismo, los juicios emitidos por el propio autor que se introduce en la narración cuando así lo quiere, la doble o triple atribución de la historia a diversas fuentes cual si de un narrador múltiple se tratase, las historias intercaladas en el curso de la historia principal, etc., etc.

Para finalizar
Ciertamente "Torquemada en la cruz" no es una novela insigne, no es "Fortunata y Jacinta" ni "Misericordia", tenidas por sus mejores novelas, claro es. Pero precisamente por eso es una novela en la que el arte galdosiano se ve con más claridad por ser una escritura más rápida, menos reposada, más propia de él, razón por la que algunos maledicentes -Valle Inclán, Juan Benet...- lo tildaron de literariamente 'basto, grosero, casposo, garbancero, sin mérito alguno". Nada más injusto y fuera de toda razón.

Pintores modernistas españoles, la Edad de Plata, Pérez Galdós
Quisiera cerrar esta reseña con otra cita que viene a completar la primera y que en mi opinión expresa bien a las claras la intención del novelista, o sea, mostrar el cambio de época que la sociedad española estaba experimentando por entonces, 1893, fecha de composición de la novela. Si en la primera es Cruz quien habla con los pies bien asentados en el suelo, en ésta es el idealista, ciego en todos los sentidos y fuera de la realidad, Rafael quien entona estas frases altisonantes e inútiles :
"En los tiempos que vienen, los aristócratas arruinados, desposeídos de su propiedad por los usureros y traficantes de la clase media, se sentirán impulsados a la venganza... querrán destruir esa raza egoísta, esos burgueses groseros y viciosos, que después de absorber los bienes de la Iglesia, se han hecho dueños del Estado, monopolizan el poder, la riqueza, y quieren para sus arcas todo el dinero de pobres y ricos, y para sus tálamos las mujeres de la aristocracia."

13 ene 2020

Éric Vuillard: "El orden del día". Premio Goncourt 2017

22 comentarios:
Escuché por primera vez el título de esta novela de Éric Vuillard mientras veía la última película de Pedro Almodóvar. En una escena de la cinta, Salvador Mallo, alter ego del director manchego en el film, encarnado magníficamente por Antonio Banderas, mantiene una tensa conversación con su anciana madre (Julieta Serrano). Salvador Mallo sostiene entre sus manos "El orden del día" mientras en palabras del propio Almodóvar realiza con su madre, un auténtico ajuste de cuentas madre/hijo. Luego he leído no pocas reseñas sobre esta breve novela, todas ellas laudatorias. No podía por menos que leerla.

Premio Goncourt 2017, Novela histórica
Mi primera sensación tras concluir la lectura de la novela fue la de haber estado dentro de una creación literaria novedosa, breve y directa. No es desde luego una obra al uso. Todo en ella tiene nervio, su contenido llega hasta lo más profundo del lector, podría decirse que incluso lo hiere. Que en el país del autor, Francia, fuese distinguida con el Premio Goncourt en 2017 no es fruto de la casualidad.

La historia que se relata toca tres momentos históricos relevantes en la Historia de Alemania y en la del mundo. El primero ocurrió el 20 de febrero de 1933 cuando 24 popes, -'sacerdotes de Ptah' los denomina Vuillard a lo largo del relato-, de la poderosa industria alemana, son convocados por Göring, a la sazón presidente del Reichstag, para solicitarles apoyo financiero al partido nacionalsocialista en las próximas elecciones de marzo. El segundo momento sucedió el 12 de marzo de 1938 cuando se ejecuta la Anschluss, anexión 'voluntaria' entre Alemania y Austria. Por último, el tercer tiempo histórico nos lleva ya al final de la II Guerra Mundial cuando todo se precipita. Pero este final, que supuso la derrota inapelable de la Alemania nazi a la que habían apoyado estos popes, no representó el final de sus imperios cuyas producciones hoy siguen entre nosotros: aparcados en nuestros garajes, almacenados en nuestras cajas de medicamentos, utilizados dentro de nuestros edificios para subir y bajar pisos sin esfuerzo alguno, usados para reproducir música, voz e imágenes a través de nuestras radios, televisores y/o magnetófonos, etc., etc. ¿Hasta qué punto, pues, la derrota fue completa?

Vuillard dice con evidente acierto que los veinticuatro que ese 20 de febrero de 1933 se reunieron en el Reichstag con el presidente del mismo, Hermann Göring, "no se llaman ni Schnitzler, ni Witzleben, ni Schmitt, ni Finck, ni Rosterg, ni Heubel, como nos mueve a creer el registro civil. Se llaman BASF, Bayer, Agfa, Opel, IG Farben, Siemens, Allianz, Telefunken".  En efecto son las industrias alemanas más fuertes, más poderosas, las que ese día se citan con el partido nazi al que financiarán parte de sus gastos de las elecciones de marzo que auparon a Hitler al poder. Y estos veinticuatro hombres lo harán pese a haber escuchado de boca del mismísimo Göring que "si el partido nazi alcanza la mayoría, estas elecciones serán las últimas durante los próximos diez años; e incluso —añade con una sonrisa— durante los próximos cien años".

Leer esta historia hoy produce escalofríos por la inmoralidad que el comportamiento de estos "veinticuatro gabanes de color negro, marrón o coñac, veinticuatro pares de hombros rellenos de lana, veinticuatro trajes de tres piezas, y el mismo número de pantalones de pinzas con un amplio dobladillo" conllevaba. Claro es que ellos pensaban que apostaban a caballo ganador. Pero no fue así. Lo duro es observar cómo los ganadores del terrible conflicto desencadenado por los nazis no castigaron en nada a estos industriales y a sus empresas por haber apoyado o haberse beneficiado de las deleznables prácticas utilizadas por los nazis con los seres humanos confinados en los campos de concentración:
Bayer utilizó mano de obra procedente de Mauthausen. BMW reclutaba en Dachau, en Papenburg, en Sachsenhausen, en Natzweiler-Struthof y en Buchenwald. Daimler en Schirmeck. IG Farben en Dora-Mittelbau, en Gross-Rosen, en Sachsenhausen, en Buchenwald, en Ravensbrück, en Dachau, en Mauthausen, y explotaba una gigantesca fábrica en el campo de Auschwitz: IG Auschwitz, que de un modo totalmente impúdico figura con ese nombre en el organigrama de la firma. Agfa reclutaba en Dachau. Shell en Neuengamme. Schneider en Buchenwald. Telefunken en Gross-Rosen y Siemens en Buchenwald, en Flossenbürg, en Neuengamme, en Gross-Rosen y en Auschwitz. Todo el mundo se había abalanzado sobre una mano de obra tan barata.
Fascismo y Empresas
Éric Vuillard consigue que quien lee este libro se incomode ante hechos como los anteriores. ¿Cómo es posible que tales cosas hayan ocurrido y no se hayan castigado? La razón la encontramos muy pronto en el mismo texto cuando se nos dice que todo está en la construcción del relato (¡Ah, cómo suena por estos pagos este término!) y si para ello hay que modificar este o aquel detalle se hace, como bien mostró George Orwell en "1984". Los políticos europeos de la época de ascendencia hitleriana y los ganadores del conflicto tuvieron buen cuidado en blanquear, borrar, o emborronar los actos y/o biografías de estos industriales y también los de los melindrosos políticos ingleses, franceses o austriacos en su relación con Adolf Hitler. La post-verdad encuentra si no su invención al menos sí un espectacular desarrollo en estos años. Y es que "Es tal el arte del relato que nada es inocente", nos dice Vuillard. Al hablar de los hombres que apoyaron a Hitler los relatos de sus biografías omiten datos dejando sin expresar sus lazos con los nazis. Un ejemplo es la biografía de Gustav Krupp donde se lee lo siguiente:
"Gustav no apoyó activamente a Hitler antes de 1933, se nos dice, pero una vez nombrado éste canciller, se mostró leal a su país. No se afilió al partido nazi hasta 1940."
Interesante reflexión la que Vuillard presenta en este libro magistralmente escrito. Es una obra que a mí me ha recordado mucho otras de Enmanuel Carrère, compatriota suyo. Estamos ante una Novela, sí, pero una Novela de No-ficción, una novela documental, en la que el autor es el narrador que presenta la información que ha recopilado a través de documentales cinematográficos creados por Goebbels y más tarde por rusos y norteamericanos; periódicos franceses, ingleses, alemanes... del momento; ensayos sobre ese periodo histórico; libros antiguos y modernos que ilustran el pensamiento sobre asuntos como el poder, el sometimiento, la mentira...

Gracias a la existencia de esta base documental concienzudamente estudiada y comentada por el escritor francés se ponen al descubierto la crueldad, la impostura, la hipocresía... de estos hombres. Y también la estupidez humana de la que estos asesinos, politicastros de tres al cuarto, eran portadores. Su soberbia era tal que muchos de ellos ya se veían en los libros de Historia que estudiarían sus nietos en la Nueva Patria que estaban construyendo y como hiciera Göring ("Había pedido a sus propios servicios que anotaran sus conversaciones importantes; la Historia, un día, debía poseerlas") no ahorraron esfuerzos en dejar documentación suficiente para que el Futuro reconociese sus esfuerzos patrióticos. Parecida actitud detecto en la actuación y comportamiento de algunos politicos actuales -españoles y extranjeros- que actúan o se comportan pensando más en las letras de imprenta de los libros escolares que estudiarán las generaciones futuras que en las inmediatas y a veces perniciosas consecuencias de sus actos.

Del máximo interés en esta novela-ensayo es que las recriminaciones realizadas por Vuillard no sólo recaen en estos industriales colaboradores de los nazis, ni tampoco sólo en los propios gerifaltes nazis (Hitler, Goebbels, Göring y demás), sino que la capa del descrédito y la asunción de culpas la extiende con toda la razón a esos melindrosos políticos ingleses, franceses o austriacos del momento que con su miedo contribuyeron a la hecatombe que ocurriría poco tiempo después.
[en documentales realizados para cubrir la Conferencia de Múnich] "el comentarista, inspirado, anuncia con voz nasal que los cuatro jefes de Estado, Daladier, Chamberlain, Mussolini y Hitler, movidos por un mismo anhelo de paz, posan para la posteridad".
 Y nuestro novelista comenta con agudeza que "La Historia devuelve esos comentarios a la nadería irrisoria que son y arroja sobre todos los futuros noticiarios un deplorable descrédito". Por juicios tan atinados como éste es por lo que esta novela de Éric Vuillard tanto me ha gustado.

El estilo
Pero no sólo es el contenido lo que hace deliciosa la lectura de este Premio Goncourt. La forma, el recipiente en el que viaja el contundente mensaje, está muy bien trabajada. En primer lugar destaca esa mezcla entre la pura documentación -la objetividad- y el juicio que al narrador-autor le merecen ciertos datos. Precisamente esta manera que tiene Vuillard de entrar en el propio relato enjuiciando es muy cervantino y me recuerda vivamente a Carrère. Luego está la reflexión sobre la propia construcción del relato, sobre la manera como el escritor está construyendo el discurso que nos presenta. Él mismo afirma en clara introspección metaliteraria que nada en el arte de confeccionar un relato es inocente.
Éric Vuillart, Pedro Almodóvar, "El orden del día", "Dolor y Gloria"
Me ha gustado muchísimo la simultaneidad que en ocasiones el novelista establece entre unas acciones y otras sucedidas en distintas localizaciones, algo que sólo un estudioso documentalista se puede permitir y que resulta muy cinematográfico: [Albert Lebrun, presidente de la República francesa en 1938] "mientras Albert Lebrun cavila sin cesar bajo el inmenso egoísmo de su lámpara, en Viena el canciller Schuschnigg recibe un ultimátum de Adolf Hitler".

Asimismo me encanta esa manera de dirigirse al lector haciéndole partícipe o cómplice en la redacción del relato. Así cuando habla de la cena de despedida que el primer ministro inglés Chamberlain ofreció a Ribbenprop, hasta entonces embajador alemán en Inglaterra, y a partir de ahora nombrado por Hitler ministro alemán de Asuntos Exteriores, hay un momento en que el hecho menor de la receta completa de un plato interrumpe la narración del hecho principal, esa cena de despedida. El escritor-narrador toma conciencia de que la digresión está siendo excesiva y de manera muy natural para retornar a lo mollar del relato va y nos dice: "Les dispensaré de los detalles sobre la guarnición y la cocción. Lo cierto es que solían cocinarse muchas recetas francesas en Downing Street". Hay en esto hasta su puntito de humor, ¿no?

7 ene 2020

Sara Mesa: "Cara de pan". Una relación impropia.

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"Un viejo patético, ridículo, con pinta de colgado y de enfermo, y la niña destartalada, con la ropa grande, creyendo que así oculta los kilos que le sobran, la niña acomplejada, rara y boba"

editorial Anagrama 50 años, Compactos Anagrama, Esta novela corta de Sara Mesa, cuya lectura había pospuesto durante no sé cuántas semanas o incluso meses, me ha gustado mucho. ¿Por qué? A punto estoy de responder con un paternal 'pues porque sí'. Bueeeno, intentaré justificar este rotundo y categórico sí. Comencemos.

La historia
De entrada estamos ante una anécdota poco frecuente en la literatura actual tan preocupada con la corrección política en todo aquello que toca. Aquí, ni más ni menos que la relación entre una niña de 14 años y un adulto, próximo a la vejez que no ancianidad, de 54 años. Es evidentemente una relación impropia. Y según escribo también me está pareciendo rotundamente impropio el término que utilizo, "relación", habida cuenta de las evidentes connotaciones sexuales que el mismo conlleva. ¡Ah!, ¿es que no hay tal cosa en el relato? ¿No, sí? Hay que leerlo, amigos. Es más, os diré que un muy importante elemento sostenedor del interés narrativo de esta novela reside en este elemento.

Los personajes
Dos personajes innominados que todas las mañanas durante un trimestre se ven en un parque público ocultos tras unos setos. Sus nombres no se nos dicen, incluso ni ellos mismos se los declaran. Deciden llamarse con nombres inventados: 'Casi' es la niña de "casi 14 años"; 'Viejo' es el hombre de 54 años a ojos de esta niña, que así lo denomina. Los dos son seres desubicados en el mundo que se les asigna:

Ella, Casi, no acepta la imposición de asistir al instituto y durante un tiempo engaña a todos pasando las horas escolares en el parque. Se da en Casi la paradoja, tan común por otra parte en los adolescentes, de sentirse no valorada por los demás y al tiempo temer y desear ser acusada por hombres, chicos, vecinos, profesores…

Viejo, por su parte, vive única y exclusivamente en su afición a la ornitología y su exhaustivo conocimiento de las canciones, vida y anécdotas de Nina Simone y de otros cantantes de soul, blues y jazz. Es evidente que no está integrado en el mundo que se le supone a un adulto; incluso su relación con una niña de 14 años rompe todos los estándares admitidos por la sociedad.


Ambos personajes, Casi y Viejo, experimentan en la historia una evolución, un desarrollo, un crecimiento personal que les hará afrontar el futuro de mejor manera. En este sentido estamos ante una clara novela de aprendizaje

Alrededor de estos dos seres peculiares existe un mundo que los ignora. La sociedad [los operarios del parque especialmente] es indiferente a la sospechada corrupción, a los abusos potenciales sobre menores, es insolidaria, es egoísta, pasa de todo… Por su parte los padres de Casi viven en la ignorancia de lo que hace su hija durante las mañanas de ese trimestre; lo mismo sucede con los profesores del instituto que son lentos en detectar estas ausencias; y por último "los policías de la mente" que debieran ocuparse de personajes desubicados como estos dos, cumplen con los protocolos sin implicarse más de lo imprescindible.

La estructura
Dos son los niveles en que se presenta y desarrolla la anécdota, el de la realidad de las mañanas pasadas en el parque y el de la ficción imaginada por Casi en su Diario. Ambos niveles, realidad y ficción, vienen a confundirse y fusionarse en la historia relatada de manera admirable. Como elemento probatorio de la anomalía acontecida se presentará lo escrito en ese Diario. Esta confusión o mezcolanza entre lo escrito y lo sucedido no es raro que suceda en la cabeza de inquisidores y/o lectores ingenuos:
    • "Escribirlo fue horrible, por lo visto, pero hacerlo con cualquiera que tenga su edad, eso está bien, y al parecer es lo que se espera."
    • "Lo que no podían ni imaginar era lo que ese diario encerraba, que era verdad y era mentira, pero que básicamente era una forma de verdad."
Quizás lo mejor sea cómo Sara Mesa distribuye la historia en dos partes, cada una de ella presentada en secuencias formadas por largas tiradas en las que se suceden sin previo aviso las intervenciones en 1ª persona de los dos personajes protagonistas que dialogan, con la narración en 3ª.  Como digo, a veces introduce sin previo aviso secuencias de la narración del Diario de Casi en la ruptura con la realidad que ella realiza en el mismo, lo que al tiempo produce una lógica confusión con la vida auténtica. Diríase que es una 'mise en abyme' presentada en un innovador tour de force, muy de mi agrado.

Sara Mesa, Novela corta, editorial Anagrama
Sara Mesa (foto de Javier Díaz para El Periódico)

El estilo
La novela me ha satisfecho por muchas cosas. Pero hay una que quisiera destacar sobre las otras, y es el fantástico manejo del idioma que demuestra esta madrileña de nacimiento y sevillana de adopción. No en balde Sara se inició en literatura de la mano de la poesía y eso, queridos amigos, se nota, ¡vaya si se nota! Su evolución es lógica por donde quiera que se mire, pues de la poesía pasó al cuento y de éste a la novela corta. Es evidente que la síntesis, la concentración expresiva e intensidad significativa permean toda su Obra creativa. Por otra parte en "Cara de pan" hace muestra de un extenso vocabulario ornitológico tanto de tipo científico (turdus medula, esturnus unicolor, apus apus…) como de naturaleza popular.

También me ha impactado la crítica social que realiza mediante el empleo de eufemismos y disfemismos, es decir, de los pocos términos aceptados por la dictatorial corrección lingüística actual ('persona con capacidades diferentes', 'persona con otras capacidades'...) frente a la riqueza creativa del pueblo a través -¡es cierto!- de no pocos disfemismos (retrasado, subnormal, tarado, loco, discapacitado mental, persona con retraso...). La corrección lingüística tiene su correlato en la corrección sanitaria que no sólo evita estos términos sino que como en el caso del protagonista adulto cifra el proceso de curación mayormente en la pura palabrería obviando en gran parte los problemas que el tratamiento fuera de instituciones ad hoc puede producir en ellos mismos, en sus familias, y en la sociedad en general.

Para finalizar
Todo en la novela me ha gustado, creo que ha quedado patente en lo dicho hasta aquí. Sin embargo un 'todo' es demasiado grande y siempre hay algún 'pero' que ponerle. El que quiero yo hacerle a Sara Mesa deriva de mi dedicación a la enseñanza durante toda mi vida. Como enseñante que he sido detecto en la novela una cierta negatividad frente al colectivo profesoral:
    • [a los profesores] no les interesa que los alumnos vayan a clase porque así tienen menos trabajo (¡!); 
    • [Casi y Viejo dialogando] es mejor el autodidactismo porque aprendes aquello que te interesa y en el cole hay que aprender cosas que no interesan a nadie
    • [Viejo recordando] los profes daban bofetones… 
No sé, me parecen tópicos negativos sobre la enseñanza y el colectivo de enseñantes afortunadamente hoy en mi opinión muy superados.

Igual que pongo a la autora la pega anterior, quiero reconocerle la razón que tiene la critica que realiza a la objetualización de los alumnos en manos de orientadores, psicopedagogos y profesores. La certeza de su aseveración proviene, en mi opinión, de la profesionalización excesiva actual con  los muchos protocolos de actuación que la misma conlleva.

Por último quisiera cerrar la reseña señalando la reflexión sobre la escritura -metaficción- presente en algunos momentos del relato cuando la niña Casi se enfrenta al proceso creativo:
"intuye que [Viejo] es inofensivo, pero si quiere sacar algo en limpio, debe imaginárselo como peligroso. No puede quedarse sin una historia que contar Necesita una historia que contar."

5 ene 2020

Mis lecturas de 2019. Resumen del Año que se fue

30 comentarios:
Libros leídos en 2019, Recomendaciones literarias

2019 ha resultado ser un buen año: he leído más que en 2018, he visto muy buenas películas, he asistido a espectáculos teatrales magníficos, he completado con suficiencia los dos Retos en los que participaba, 'Nos gustan los Clásicos' que por 3º año convocó Francisco del blog "Un lector indiscreto" y el '12 Libros pendientes en 2019' promovido por Ana Bolox. También participé en alguno de los meses genéricos que desde hace ya algún tiempo impulsa Laky desde su estupendo blog "Libros que hay que leer".

Mi actividad en las Redes Sociales (Goodreads, Facebook, Twitter e Instagram) y en los blogs que administro ha sido más que aceptable. Me fijaré en los blogs: El principal sigue siendo éste, "El blog de Juan Carlos", que se ha sustanciado en 79 entradas, 11 más que el año anterior. Pero es que además en mi segundo blog personal, "Reflexiones", he colocado 5 entradas, tres más que el año anterior. Por último sigo administrando el blog de la Tertulia literaria que desde hace ya 10 años mantenemos viva unos cuantos amigos. El blog tiene el mismo nombre que la tertulia, "más que palabras..." y este año he realizado en él 10 entradas, correspondientes a la crónica que de cada reunión mensual realizo. También aquí mi satisfacción es grande.

Y para finalizar quiero recordar que por tercer año -y espero que 2020 sea el cuarto- he participado en en la iniciativa de Tarro-Libro promovida por Carmen Forjan en Facebook. Como en 2018 la alcancía ha albergado más de 70€ que dedicaré, tal y como es la finalidad de dicho grupo, a aumentar mi biblioteca de libros digitales y en papel. Espero que esta noche de Reyes, sus Majestades comiencen a atender alguna de mis peticiones.


Libros leídos durante 2019
  1. "Este nueve de enero" Francisco Caro
  2. "Di breve" VVAA
  3. "A ti, poeta, con quien fuiste" VVAA
  4. "El libro de los Baltimore" Jöel Dicker
  5. "Ayer" Agota Kristof
  6. "El Albatros" Federico Supervielle Bergés
  7. "Ateos que creen en Dios" Andrés Montero
  8. "El último gin-tónic" Rafael Soler
  9. La gata Colette
  10. Chesil Beach Ian McEwan
  11. Necesitamos nombres nuevos Noviolet Bulawayo
  12. Las cenizas de la inocencia Fernando Benzo
  13. Carrie Stephen King
  14. Los náufragos de la Plaza MayorFernando Benzo
  15. María Estuardo Stefan Zweig
  16. Mientras escribo Stephen King
  17. Una temporada en el purgatorio Dominick Dunne
  18. Creció espesa la yerba… Carmen Conde
  19. Lo mejor de ir es volver Albert Espinosa
  20. Sabotaje Arturo Pérez Reverte
  21. “La citación” John Grisham
  22. Las dos señoras Grenville Dominick Dunne
  23. El círculo de los escritores asesinosDiego Trelles Paz
  24. El caballero del hongo gris Ramón Gómez de la Serna
  25. Cárdeno adorno Katharina Winkler
  26. Mañana tendremos otros nombresPatricio Pron
  27. “Aracne” y “La muerte viene a cenar” Ana Bolox
  28. “La mujer singular y la ciudad” Vivien Gornick
  29. El pecado Alberto Gómez Vaquero
  30. El brazo marchito Thomas Hardy
  31. "Una mujer soñadora" Thomas Hardy
  32. He heredado un nogal sobre la tumba de los reyesBasilio Sánchez
  33. Juliet, desnudaNick Hornby
  34. Formas de estar lejos Edurne Portela
  35. Viajes con mi tía Graham Greene
  36. Voces de Chernóbil Svetlana Alexiévich
  37. Las hijas de otros hombres Richard Stern
  38. Carvalho: problemas de identidad Carlos Zanón
  39. El OasisMary McCarthy
  40. La diosa ciega Anne Holt
    Lecturas realizadas en 2019, Libros favoritos, libros recomendados
  41. Magallanes Stefan Zweig
  42. Algodón en Harlem Chester Himes 
  43.  "No eres nadie hasta que te disparan" Rafael Soler
  44. Del Amor y otros relatos Anton Chejov
  45. El proyecto Williamson John Grisham
  46. Léxico familiar Natalia Ginzburg
  47. Antes mueren los que no aman Inés Plana
  48. La mujer de papelAlameddine, Rabih
  49. Las batallas en el desierto José Emilio Pacheco
  50. Aura Carlos Fuentes
  51. Punto de partida Eldan Gardy
  52. Más cerca aún Natalie Daniels 
  53.  "Sólo hay una clase de monos que estornudan" Ezequías Blanco
  54. Sólo las bestias Colin Niel
  55. La cenaHerman Koch
  56. Pulp Charles Burowski
  57. La pasión según G. H. Clarice Lispector
  58. “Última función” Marcelo Uribe
  59. “La novia gitana” Carmen Mola 
  60.  "Leer después de quemar" Rafael Soler
  61. “La ciudad de México antes y después de la conquista” VV AA
  62. El noviembre de Kate Mónica ‘Serendipia’
  63. Filek, el estafador que engañó a Franco Ignacio Martínez de Pisón
  64. El profesor Unrat Heinrich Mann
  65. Nueva teoría de la urbanidad Manuel Vilas
  66. Mitos griegos María Angelidou
  67. La retornada Donatella di Pietrantonio
  68. El hijo del doctorIldefonso García-Serena
  69. El corsario del oro negro Federico de Supervielle
  70. La búsqueda Charlotte Link
  71. “Checkpoint” Elsa Drucaroff
  72. “Cara de pan” Sara Mesa
  73. “El orden del día” Eric Vuillard
    Lecturas realizadas en 2019, Libros favoritos, libros recomendados
En el listado anterior se puede acceder a la reseña de cada libro pinchando en su título. Los títulos que no enlazan con ninguna reseña es debido a que aún no están publicadas -el caso de los tres últimos de la lista- o a que no las he hecho bien porque se me pasaron los días sin acometerlas y luego ya no me apeteció -el caso de los libros de Carmen Mola, Vivien Gornick o Ana Bolox- pero que no rehúyo realizarlas en cualquier momento, o a que al tratarse de libros de poemas -títulos sin reseñar de Rafael Soler, de Marcelo Uribe y los números 2 y 3 del listado- la reseña de los mismos es más compleja y por eso muchas veces, aunque disfruto mucho con su lectura no me sucede lo mismo con su escritura.

De todos los libros leídos durante el año 2019 hice mi selección de favoritos en el post que a finales de diciembre publiqué en este blog con el título de "Mis favoritos de 2019: Lecturas, Películas, Teatro".

¡¡Feliz Año Nuevo Lector 2020!!