Este mes de marzo en "El Club de los 1001 lectores" estamos comentando un libro sorprendente. Se titula "La muerte juega a los dados" y es el último de los publicados por Clara Obligado. Es una lectura muy, pero que muy, recomendable. Ahora diré por qué.
En esta colección de relatos, la argentina afincada en España, Clara Obligado, explora los límites del género del cuento. Los 18 relatos que componen el volumen admiten, -según previo aviso dado por la propia autora-, dos tipos de lectura (¡cómo me ha recordado esta advertencia inicial las recomendaciones para leer que Julio Cortázar puso al frente de su "Rayuela"!): una simplemente en forma de cuentos independientes, leídos al azar, entre los que el lector encontrará ciertas similitudes; y una segunda de tipo lineal en el curso de la cual se podrá advertir una cierta trama policíaca y la saga de una familia. La autora justifica esta forma doble diciendo:
“Esta forma mestiza, que lo es también en el idioma, es mi manera de plantear una escritura descolocada, fuera de los límites, extranjera”.
Lo que es cierto es que, en efecto, los personajes de unos
cuentos se presentan en otros, se alzan o se esconden según se ponga el foco en
estos o en aquellos. Es evidente que estamos ante la historia de una saga
familiar, la de los Lejárrega, a lo largo de tres generaciones, a través de dos
o tres países, pues se inicia en Buenos Aires (Argentina), prosigue en España y
se concluye -ahí es donde se ubica el último relato- en Francia, en Maintenon, localidad próxima a Chartres. Pero entre medias tenemos idas y venidas hacia atrás y hacia
adelante que completan nuestro conocimiento sobre esta familia.
Los hombres y mujeres que pueblan los cuentos forman parte,
si bien bajo nombres supuestos, del universo familiar de la propia escritora. Sin embargo ella misma dice que no hay autobiografía propiamente dicha sino autoficción. Aquí radica uno de los experimentos que realiza en esta obra: mostrar la obra
haciéndose en la ficción de la verdad recordada y en la verdad de la
imaginación allí vertida. En la cita señalada antes se ve cómo Clara Obligado se
identifica, por su propia biografía, con esta forma mestiza, extranjera, pues
ella afirma que es vista como extranjera en España a pesar de residir aquí
desde 1976 y de incluso tener la nacionalidad española.
Los 18 cuentos presentan diversos momentos de esta familia Lejárrega enmarcados entre el primero, “Un cadáver
en la biblioteca”, que muestra la personalidad y asesinato del patriarca de
la familia, Héctor Lejárrega. La mujer del fallecido, Leonora, aparecerá en éste y en muchos otros relatos. Si
el momento en que se sitúa esta historia
inicial es 1936, la que cierra el volumen, “Verano”, no va más allá de 2014 ó 2015 pues nos
muestra a la narradora-escritora, una de las mellizas nietas de Leonora y de Héctor, escribiendo esto que los lectores estamos leyendo. Este presentar el proceso de
escritura -[no es el único relato en el que se sitúa fuera de la propia
narración, el cuento titulado “Cosas que
me preguntaba mientras escribía estos
cuentos” es un auténtico ‘tour de force’, un ‘más difícil todavía’, una
‘vuelta de tuerca’ más en el experimentalismo bajo el que Clara Obligado ha
enfocado este volumen de narraciones]- es procedimiento frecuente en la
narración moderna desde el llamado postmodernismo.
Aunque de otro tipo, también puede ser visto como experimental el juego que se realiza con algunos términos léxicos. Tal es el caso del cuento “Zoo lógico” donde un vocablo se escinde en dos, escisión que en cierta manera se confirma en la lectura del relato donde una mujer, Fernanda, casada con un marido que la quiere y respeta, Raymond, se propone ser fiel a Bruño, estudiante que la satisface con cópulas breves y repetidas. Desde luego, esta familia es un zoo, lógico o no, eso ya es otro cantar.
Por último hay un momento en que Amalia, esposa del detective O'Brien que lleva toda su vida absorbido por desentrañar el asesinato que abre la colección de cuentos, da con la clave del mismo y nos entrega a los lectores también la clave del volumen que estamos leyendo; y lo hace naturalmente, como suceden las cosas en la vida, azarosamente, con naturalidad, lanzando una mera probabilidad
“¿Y si el muerto no fuera el final, sino el principio de todos los problemas? He estado leyendo esas novelitas tuyas y ya entiendo cómo están hechas: primero se busca un muerto y se le pone en las primeras páginas, después, un culpable, que aparece en las últimas y, con estos dos datos bien plantados, se enreda una madeja durante doscientas páginas. Es un buen truco, pero en la vida no sucede así. La vida es puro azar, querido mío, y la muerte juega a los dados” ("El efecto coliflor")
En todos los cuentos, como ya he dicho antes, la experiencia autobiográfica familiar
tiene un peso muy grande, incidiendo especialmente en tres mujeres, una por generación: Leonora, su hija Alma y Sonia, nieta de la primera. Así en algunos relatos aparecen recuerdos infantiles como el
miedo a las monjas del colegio (“El miedo”), o se rememoran los juegos infantiles en la finca de “Los
naranjos” a donde la familia Lejárrega iba a pasar los veranos (“La peste”). Esta inocencia
infantil topa tangencialmente en otros con los problemas políticos que
estaban sucediendo en el país y que luego finalmente los absorberían (“La peste” y “Las eléctricas”). En mi opinión el episodio central de este
deambular por tres generaciones de argentinos es el de la Junta Militar con la
recua de desaparecidos que provocó. Concretamente, un personaje de la familia, Sonia, que figura como hermana de la
narradora-autora, fue hecha desaparecer por los milicos. Sonia era escritora y
su testigo es el que la narradora -Clara Obligado con seguridad- recoge prometiéndose a sí misma y a
nosotros, sus lectores, que una novela sobre su hermana saldrá de su pluma.
La relación entre unos relatos y otros hasta el punto de convertir un conjunto de narraciones aparentemente dispersas en una novela unitaria viene dada tanto por
personajes: Mme Tanis y Estanislada; Alma y sus tres hijas; los hermanos Lejárrega,
Héctor y Diego; la familia de Diego: Fernanda y su marido Raymond; etc. Pero
también en algún relato viene dada por los objetos: el caso de las palomitas de
papel, el libro japonés de papiroflexia y el revoloteo de los centenares de
estas palomitas que liberan, muy poéticamente, a Teo del encierro en que se encuentra, pueden ser
un buen ejemplo; también la pistola de cachas de nácar es objeto recurrente en
varios cuentos.
Final
Un libro muy recomendable que llegó a mi conocimiento gracias a que los participantes en "El Club de los 1001 lectores" lo propusieron como lectura para comentar durante este mes de marzo. A todos os lo recomiendo pues descubriréis -si acaso no la conocíais- a una magnífica escritora que se esfuerza siempre por innovar y cuya trayectoria está ya muy contrastada:
En 1996 recibió el Premio femenino Lumen por su novela La hija de Marx. Y en 2012 ganó el Premio Setenil con su libro de cuentos El libro de los viajes equivocados (Páginas de Espuma). Destaca su activa labor como antóloga de microficción, género del que es considerada la introductora en España -Por favor, sea breve 1 y 2 (Páginas de Espuma)-, y de nuevos narradores -Historias de amor y desamor (Trivium). Tiene numerosos libros de ensayo, y es colaboradora en medios periodísticos. Su obra ha sido traducida a diferentes idiomas.
¿Habéis leído algun libro de Clara Obligado? ¿Conocéis otros escritores semejantes a ella?
Me ha gustado mucho esa doble lectura, como un todo unitario o como relatos independientes, creo que es un punto a favor, sabiendo que una de las cosas que más achacan a los libros de relatos es su excesiva heterogeneidad. También que asuma riesgos, en lo narrativo y linguistico. En la temática de algunos relatos me ha recordado a Alice Munro.
ResponderEliminarEn cualquier caso, me lo anoto sin dudarlo, junto con El libro de los viajes equivocados, que también tiene buena pinta.
Un abrazo!
Te lo recomiendo. Vas a disfrutar con él muchísimo. Es sorprendente y te reconcilia con la literatura (je, je)
EliminarUn abrazo
Interesante propuesta. ¿Se leen en ambos casos los cuentos en el mismo orden o hay que cambiarlo como en Rayuela?
ResponderEliminarMe has tentado mucho, con el libro y con el Club. Pero creo que no doy abasto con más tertulias y los libros particulares que me gusta leer por libre. Aunque andaré atenta.
Un beso.
Yo los he leído en el orden que ha puesto la autora y creo que es la adecuada. No obstante cada cuento podría leerse por separado pues cada uno tiene en sí mismo un sentido completo como sucede con cualquier cuento.
EliminarDate una vuelta por el Club de loa 1001 lectores aunque sólo sea para ver. Así empecé yo y luego me animé a leer de vez en cuando alguna de las propuestas. En abril comentaremos a Harper Lee y creo recordar que tú lo leíste, aunque lo mismo estoy confundiéndome.
Un beso
tiene muy buena pinta estas historia en relatos, me apunto el libro para en un momento poder leerlo. Un abrazo
ResponderEliminarEn cuanto leas uno, quedarás enganchada. Yo ya estoy tras el volumen de cuentos que publicó antes de éste.
EliminarUn abrazo
Son bastantes gèneros en un solo libro, me gustan que entre diversos cuentos haya una armonìa y una sola historia de trasfondo. Claro que me lo apunto, vamos que desde que dijo que le recordò a Rayuela ya me habìa ocnvencido de leerla. Y la verdad es que estoy muy satisfecha con la literatura argentina ... què serà què tiene Europa que se terminan mudando?
ResponderEliminarJa, ja..., es verdad lo de que la literatura argentina es muy reconocida en Europa. No sé si conocías a la autora, pero te aseguro que te gustará este libro.
EliminarUn abrazo