«José no contestó, nunca hay que contestar a las mujeres cuando piden cosas, ni cuando lloran. Carmen se recompuso. Mañana en cuanto amanezca me levantaré y te prepararé unos huevos, puede ser lo último que haga para ti. José volvió a callarse, no vale de nada discutir con las mujeres, bastante tienen con lo suyo de no entender, de no valer para ser hombres y de tener que parir hijos que mueren cualquier día o a los que se los come un cerdo. Bastante tienen ellas.»"
Acabo de leer Azucre de Bibiana Candia. Es una novela dura, pero cargada de notas líricas. La historia es real: en el XIX el dueño de un ingenio en Cuba, aprovechando la situación de necesidad de la población gallega sumida en la hambruna y diezmada por una epidemia de cólera, llevó jóvenes gallegos a la isla para el cultivo y la zafra de la caña de azúcar. Hasta aquí todo normal, bien: se les prometía un jornal a estos rapaces que veían así cómo escapar del hambre que los diezmaba en su Galicia natal. Pero todo era una mentira. Nada más llegar eran obligados a trabajar en jornadas agotadoras, dormir sólo cuatro horas, y estar siempre al dictado del amo que con el látigo los tenía a raya. No eran trabajadores, eran auténticos esclavos.«Estas páginas estremecedoramente hermosas, hipnóticas y evocadoras, alejadas de informes oficiales y fríos análisis, dan voz a los silenciados de este terrible suceso que en su momento constituyó un auténtico escándalo y que la memoria no puede ignorar.»
Bibiana Candia es escritora primeramente de poesía (La rueda del hámster -Torremozas, 2013- y Las trapecistas no tenemos novio -Torremozas, 2016-), también de relatos (El pie de Kafka -Torremozas, 2015-), y de lo que ella misma denomina 'artefacto literario' (Fe de erratas -Franz ediciones, 2018-). Azucre (editorial Pepitas de Calabaza, 2021) es su primera novela. Desde su aparición se ha alzado con multitud de reconocimientos: Premio Nollegiu al mejor libro de narrativa en castellano 2021, el V Premio de las Librerías de Navarra al mejor libro en castellano de 2021, el Premio a la mejor obra escrita en castellano en el 35 Festival du Premier Roman du Chambèry, el Premio Espartaco 2022 a la mejor novela histórica en la Semana Negra de Gijón y el I Premio Novel Almudena Grandes que otorga el Gremio de Librerías de Madrid.
- «Ahí van, coitados, ahí van ellos, déjalos ir en paz, Señor, cuídalos, Señor, que nada malo les pase, Señor, no los dejes enfermar, Señor, que curen el hambre de su madre, Señor, que lleguen sanos y salvos, Señor, nuestro Señor.» [1]
- «con aperos nuevos de labranza, sachos, hoces y machetes» [2]
- « Arrea, corta, dale.» [2]
- «Los árboles pasan a su lado casi sin verlo»
- «A la piedra nadie le pidió responsabilidades, no es fácil reponerse de ser utilizada como arma.»
- «Cierra los ojos y el estómago se le convulsiona otra vez en una náusea seca como el grito de un sordomudo.»
- «la muerte del hijo mayor de sus padres lo ascendió de categoría y tomó heredada también la memoria.»
A todo lo señalado hasta aquí viene a unirse una estructura narrativa construida a base de breves secuencias, cual si se tratara de relatos cortísimos e incluso en algunas, que apenas si alcanzan las diez líneas de extensión, de auténticos microrrelatos. Diríase que más que una novela completamente desarrollada estuviéramos ante un esbozo de la misma.
Por último, volviendo al asunto que presenta y denuncia la autora, los personajes protagonistas de la novela, son víctimas de un engaño, de un terrible fraude humano, que produce en ellos un extrañamiento completo, total. El mismo llega incluso a la propia denominación de los objetos, de las cosas. La frase «COMO A ESTE LADO todo cambia, las palabras para llamar a las mismas cosas son otras» se repite con mucha frecuencia en Azucre. No hay mayor sensación de destierro, de deportación, de sentirse perdido en un mundo ajeno que la de estar ante una lengua extraña, distinta, diferente. Esto es lo que les sucede a Orestes, al Rañeta, a José el Comido, a Amador el Tísico, a Manuel Trasdelrío... al llegar a Cuba. Es por esto que las riñas, los desencuentros y las peleas protagonizadas anteriormente en Galicia por estos jóvenes pierden en este contexto todo el sentido; ya no más se sentirán enfrentados, ahora todos ellos son compañeros solidarios ante la adversidad a la que se ven abocados.
El látigo que el negro Jeremías hace restallar sobre sus espaldas si paran de trabajar o se rebrincan, la sangre que mana de sus manos destrozadas por el trabajo de cortar caña, el cepo al que son castigados por su conducta levantisca, incluso la muerte por extenuación. Todos estos horrores me han hecho recordar la brutal novela El corazón de las tinieblas de Josep Conrad que un lejano día leyera y que el año pasado en este mismo blog revisité y reseñé. Naturalmente he de decir que Azucre no alcanza ni de lejos el nivel de terror, de tremenda inhumanidad, de la novela conradiana.Como conclusión diría que Bibiana Candia ha escrito una novela corta trabajada lo justo, necesitada quizás de más estudio y documentación, con una estructura muy equilibrada: 50% de vida de los chicos y sus familias en Galicia y durante el trayecto en el barco Villa de Neda hasta Cuba (los muchachos mantienen la ilusión, pese a las dificultades por las que pasan), un cuarto más -del 50 al 75%- en el que vemos a estos rapaces sometidos a la condición terrible de esclavitud, y por último el cuarto final del relato en el que se esboza la resolución de la trama. En mi opinión la novela daba para mucho más, el asunto que desarrolla en ella tiene un enorme potencial. Es por eso que en cierta manera la novela se me ha quedado un poquito corta.
No recuerdo cuándo y dónde (el dónde creo que fue algún post probablemente de Facebook) vi esta novela. Sí recuerdo que esa novelización de un hecho real tan desconocido me llamó la atención. Tampoco recuerdo haber visto mucho esta novela por ahí, y probablemente por ello no me haya acordado mucho de ella. Parece que no es una novela histórica muy al uso, probablemente —pienso— por eso de que la autora venga de la poesía, lo cual me agrada, pues suele gustarme la prosa de los poetas, pero veo que esta novela, aun agradándote, te ha sabido a poco. Bueno, te agradezco el recordatorio sobre ella, así como haberme dado una idea más aproximada de lo que podría encontrarme si me animara a leerla. Ah, y entiendo perfectamente —salvando la distancia entre ambos autores y ambos libros—, dado el horror narrado en ambas novelas, tu referencia a El corazón de las tinieblas.
ResponderEliminarBesos
Desde luego no es una novela histórica al uso. Efectivamente no aparece un contexto histórico tomando para ello los grandes nombres de la Historia; aquí todos los seres que aparecen -ficticios e históricos- proceden de la Historia con minúscula, son mindundis, y quizá por ello su sufrimiento no ha sido de interés para politólogos, novelistas e historiadores. es lo que tiene ser pueblo anónimo.
EliminarY claro es cierto la historia del barco ascendiendo el río Congo es de tal brutalidad, es tan terrorífica, que Azucre no se alcanza a ella ni de lejos.
Un beso, Lorena
Ay, estaba leyendo con mucha atención tu análisis, pero cuando has concluido que la autora ha trabajado "lo justo" y sugieres que quizá hubiera hecho falta más estudio y documentación he comprendido que este libro no es para mí. Las buenas ideas y los buenos argumentos, si no están elaborados primorosamente, son nada (en el mundo de la novela).
ResponderEliminarTa sabes, Rubén, que una reseña es una opinión sobre un libro. No suelo verter opiniones negativas sobre los libros que reseño; en esta ocasión son unos cuantos 'peros' que creo necesario marcar, si bien los mismos no rebajan la calidad de la novela, aunque de nuevo (ja, ja...) se me ha quedado un pelín corta para lo que creo podía Bibiana Candia haber sacado de esta anécdota.
EliminarUn abrazo
Es que alcanzar el horror de El corazón de las tinieblas es labor ardua. Creo que nunca una novela me había inquietado tanto.
ResponderEliminarDe Azucre me ha gustado la cita con la que abres la entrada, aunque luego no veo que se refleje en lo que comentas que trata la historia. No vuelves a mencionar una mujer en ningún momento. Imagino que ella, la de esa cita, sufre una esclavitud similar a la de los jóvenes gallegos. me estaba animando, pero tu conclusión final me enfría un poco. Trabajada lo justo, que daría para más, falta de documentación... No termino de animarme.
Un beso.
Es que, querida Rosa, en Azucre casi todo se diluye como un terrón de azúcar. La novelista es poeta y por ello -quiero entender- sugiere más que comunica. Sobre las mujeres dice cosas, pero no profundiza. en general actúa con ellas como con el resto de asuntos: los plantea, pero no va hasta el fondo, no los desarrolla en su totalidad. Nos fuerza a presuponer. Creo que es un comportamiento típico de los hacedores de poemas. Eso sí hay mucho lirismo en la narración.
EliminarUn beso
Juan Carlos, me he ido animando a leer esta novela hasta llegar al 70 % de tu reseña, me interesa el país, me gusta la novela històrica y me encanta la prosa que pueden llegar a escribir los poetas. Me iba animando a buscarla per ponerla en mi pila de libros por leer. Me sorprendía que nombrases tantas nominaciones a la buena escritura porque la novela me había pasado desapercibida cuando la publicaron, no había oido hablar de ella aunque esté presente desde el 2021.
ResponderEliminarAhora bien, justo es decir que el final de tu reseña me ha desinflado, siento que Azucre se ha quedado a la puerta de ser una gran historia a pesar de contar con unos buenos ingredientes. Estaré atenta a ella antes de acabar de decidirme tengo una lista de pendientes que no me la acabo. Me empieza a estresar, jajaja. Gracias por tu reseña.
Hola, Angels:
EliminarQue conste que los 'peros' que señalo al final de la reseña son puras -¡y pequeñas!- impresiones mías. No pretendo con ellas minusvalorar la novela, sólo decir que si hubiese sido una historia más desarrollada la habría disfrutado muchísimo más. Es por esto que quiero recomendarte su lectura en la seguridad de que no te defraudará.
Besos
Juan Carlos, ¡qué bien que hayas traído esta historia al blog! Una pena que se te haya quedado corta, quizás el tema era demasiado grande para una primera novela. Una historia que seguro que podría haberse desarrollado en muchas páginas más. Disfruto mucho con esas novelas que te permiten convivir con los personajes el tiempo suficiente para conocerlos bien, ahora que llega el verano, sobre todo. Un abrazo.
ResponderEliminarCreo, Ana, que haces una descripción perfecta de lo que podría haber sido y no ha sido esta novela. Una novela, sin embargo, que como digo a Angels merece la pena ser leída. Ya me dirás tu opinión sobre ella. Pero sí, yo, al igual que tú, prefiero historias más largas que me "permitan convivir con los personajes el tiempo suficiente" (¡qué bien lo has dicho, amiga mía!).
EliminarUn beso
¡Hola Juan Carlos!
ResponderEliminartu primera frase de la reseña ya me ha resultado atractiva, me gusta los argumentos duros cargados de notas líricas. Que historia tan escalofriante descubrió esta autora ¿verdad? y encima real, que ocurrió de verdad.
Me suelen gustar mucho las prosas de las novelistas/poetas, porque escriben que da gusto leerlas, siempre y cuando no sea demasiado recargada. El hecho de que no te haya convencido cien por cien por haberse quedado corta para tí, porque podría haber dado mucho más de sí la trama, pues no es impedimento para que me atraiga y desee leerla. Puede que lo haga
Besos
Pues claro que sí, Marian. Es más yo pienso que cuando reseñamos no todo pueden ser parabienes ni tampoco críticas desaforadas. En los libros, según los leemos, vamos viendo -siempre "a nuestro parescer", je, je- aciertos y errores. Creo que señalar lo que uno ve o entiende según lee los lectotes de reseñas lo agradecen. Pero no por señalar una cosilla ya la novela pasa a engrosar la lista de libro prohibido por siempre jamás.
EliminarEstoy convencido de que esta novelita te va a agradar o al menos sorprender.
Un beso
Tema duro el que aborda. Qué pena que no haya sabido trabajarlo bien. No me tienta en esta ocasión, cosa que mis pendientes agradecen y mucho.
ResponderEliminarBesotes!!!
Ja, ja..., sí, eso es cierto, Margari. Son tantos los pendientes, que poder evitar una lectura es liberador. Pero no hay que tomarse las pegas que le pongo tan en serio; yo creo que la novelita te gustaría.
EliminarUn beso grande