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26 may 2016

"Cuaderno de Vacaciones", Luis Alberto de Cuenca

14 comentarios:
flm16, 75 feria del libro de Madrid, Parque del Retiro
Estamos en tiempo de Ferías del Libro. Concretamente este viernes 27 de mayo y hasta el 12 de junio estará abierta la 75ª edición de la de Madrid (FLM16) en el Parque del Retiro. Pero Madrid no es el único lugar donde se celebran; afortunadamente las hay por toda nuestra geografía. Durante la segunda semana del mes de mayo se celebró la 36ª Feria del Libro de Salamanca en su sin igual Plaza Mayor. Allí adquirí dos poemarios. 
Hacía tiempo que no leía poesía con tanta satisfacción. El que traigo hoy aquí llegó hasta mis manos como llegan los libros que sorprenden: sin buscarlo, sin haberlo planificado, mirando con tranquilidad y placer los estantes de las casetas 

Paseando por la Plaza Mayor
Deambulaba yo por entre tanto libro infantil que hay ahora en todos estos eventos (¿Por qué muchos adultos sólo se lanzan a comprar libros si son para sus niños? ¿Por qué para "mis niños", sí, y para mí, no? ¿Acaso los papis no saben leer o es que simple y llanamente aborrecen o desdeñan la práctica que -parece- quieren inculcar a sus criaturas? Tema para debatir, ¿no creéis?). Bueno, a lo que iba, estaba yo defendiéndome de tanta novedad infantil cuando, ¡oh sorpresa!, vine a darme de narices con una caseta ocupada por tres editoriales de estas pequeñas, independientes, que están fuera de los circuitos habituales de Madrid y Barcelona, y que se sacan las castañas del fuego expurgando en los fondos editoriales publicando títulos de calidad pero muy olvidados o pertenecientes a géneros minoritarios (la poesía, el ensayo no directamente político...). Casualmente resultó que de las tres editoriales -"La Uña Rota" de Segovia y las salmantinas "Delirio" y "La Guarida"-  que, para aminorar gastos, compartían caseta, a la primera, "La Uña Rota", la conocí el año pasado en esta misma Feria quedando más que satisfecho de la atencion recibida y del libro que les compré: "Ebrio de enfermedad" de Anatole Broyard, obra que hace ahora exactamente un año reseñé en este mismo blog (leer reseña aquí).

Salamanca y sus poetas, Aníbal Núñez poeta malhadado
El descubrimiento de ese ensayo, de una inusitada calidad, me hizo adicto a estas editoriales que se salen del circuito comercial habitual. Por eso me demoré en el expositor de la caseta y, al igual que el año anterior, quienes la atendían entablaron literaria conversación conmigo cantándome, con gran conocimiento de lo que se traían entre manos, las alabanzas de aquellos libros que al azar yo iba hojeando. De repente encontré algo que llevaba tiempo buscando. Se trataba del Premio Nacional de Poesía 2015, último poemario publicado por este gran trabajador de la cultura que es Luis Alberto de Cuenca. Junto a él, y medio escondido, estaba un pequeño librito de formato reducido y título atrayente, "Alzado de la ruina", firmado por Aníbal Núñez, poeta salmantino desaparecido muy prematuramente el año 1987 con tan sólo 43 años. Una lástima, pues de no haberse ido tan pronto el hoy justamente alabado y muy reconocido poeta podría haber dado a la literatura mucho más aún. Dejo para otro día mostrar alguno de sus sentidos poemas en este blog. Hoy, como decía alguien de cuyo nombre no quiero acordarme, "Hoy no toca". Hoy toca


"Cuaderno de Vacaciones" de  Luis Alberto de Cuenca

El autor
 Nació en Madrid, el 29 de diciembre de 1950. Es filólogo, poeta, traductor, ensayista, columnista, crítico, editor literario e investigador. Es también académico de número de la Real Academia de la Historia y académico correspondiente en Madrid de la Academia de Buenas Letras de Granada. Fue director de la Biblioteca Nacional (1996 a 2000) y Secretario de Estado de Cultura (2000 a 2004).
Como poeta ha escrito, sin contar las antologías, unos 30 poemarios desde 1971 hasta este "Cuadernos de vacaciones" de 2015. Como ensayista, de sus 15 publicaciones los estudiosos de su Obra destacan "El héroe y sus máscaras" (1991) y "Los caminos de la literatura" (publicado por Rialp en 2015).
Personalmente yo quisiera destacar de él dos actividades: La primera es la de divulgador de la cultura a través de tertulias radiofónicas y/o televisivas en las que participa; y en segundo lugar no querría pasar por alto su labor como traductor -ganó el Premo Nacional de Traducción en 1989-  de obras clásicas (obras de Eurípides, Homero, Virgilio..., de Chrétien de Troyes o de Ramón Llull). Pero también Luis A. de Cuenca destaca como adaptador y creador de versiones de textos teatrales; yo quisiera señalar por haberlas visto y degustado sus adaptaciones de la obra de J.B. Priestley, "El tiempo y los Conways" o, últimamente, la versión de "El cerco de Numancia" de Cervantes, de la que hice reseña no hace mucho [verla aquí].

Luis Alberto de Cuenca, Cuaderno de vacaciones

Respecto a este poemario, "Cuaderno de vacaciones",  más que hablar de él en esta entrada (85 poemas, repartidos en 8 apartados temáticos, escritos durante los descansos estivales de los años 2009 a 2012) cumple destacar -creo yo- cuatro o cinco de los muchos poemas que del mismo me han agradado y así darlo a conocer, siquiera un poquito. Ya me diréis vosotros qué os han parecido.

Sus poesías
Mis viajes por el tiempo

¡El viajero de Wells se adentra en el futuro.
Qué horrible pesadilla le espera con los elois,
tan delicados ellos, sirviendo de pitanza
a los feroces morlocks! Yo no quiero viajar
rumbo al futuro.Grima me da hasta imaginarlo.
Lo mío es el pasado: Bizancio, por ejemplo:
dar un beso a Teodora al salir del Hipódromo,
cuando ella era una stripper cualquiera entre las muchas
que pululaban por los antros de la Urbe
buscando clientela; ver cómo Justiniano
repara al fin en ella y le pide una cita,
a solas, en Palacio, y ella, conmocionada,
balbucea un «sí, amo» y va en busca de un filtro
amoroso infalible para suministrárselo
al dueño del Imperio y ganarse la púrpura
que codicia y, con ella, la gloria de las crónicas
y un puesto preeminente en San Vital de Rávena;
o los alrededores de Ginebra, una noche
de un 16 de junio del año en que Alejandro,
zar de todas las Rusias, expulsó a los jesuitas:
compartir con Lord Byron, Polidori y los Shelley
lecturas terroríficas que conduzcan a Frankenstein
y a Ruthven el vampiro; comprobar la cojera
de Byron, la abyección sumisa de su amante,
la arrogancia de Percy, la agudeza de Mary;
ver quién se fue primero a la cama, qué hicieron
en la cama –si hicieron algo que fuese digno
de mención-, qué cenaron aquélla noche mágica,
mientras el lago Leman inundaba de sombras
Villa Diodati, Suiza, Europa, el mundo, todo.
Si me pierdo en el tiempo, me encontraréis en sitios
como Constantinopla, siglo VI después
de Cristo, o en Ginebra, a comienzos del siglo
XIX. Lo mío es el pasado.




¡Ah de la vida!

Pobre experiencia tengo de la vida
(como todos). Practico la existencia
(como todos). Y sufro. Y no sé nada.
Lo primero: soy hombre, no mujer,
y eso ya es un fracaso si uno quiere
saber de qué va el mundo, penetrar
en el misterio de las cosas. Luego
está el tema de las sendas perdidas
y el de esas partes de nosotros mismos
a las que traicionamos por servir
a una sola faceta (la peor,
la más absurda y menos favorable).
Pobre experiencia tengo de la vida.
¡Qué pena estar tan cerca de la muerte!
ABRIL

Qué tendrá abril -con su caballo blanco,
su arco y sus flechas y sus sonrosadas
mejillas, con sus campos guarnecidos
de flores y de pólenes, y sus aves
canoras, su deshielo, sus promesas
de amor y vida eterna, sus colores
y su parafernalia de costumbre-
para que Juan Ramón hable de él tanto,
Eliot escriba que es el mes más cruel
y a mí -y hablo en sentido literal- 
me guillotine la respiración. 


Apología de los clásicos

Nos identificamos con los clásicos.
Siempre tendemos a reconocemos
en lo mejor de aquello que se encuentra
más allá de nosotros, en el reino
de los modelos y de los arquetipos,
aunque lo mejor sea lo terrible
y albergue nombres como Yago, Rávana, 
Bósola, Hagen, Alí Kan o Svimtus 
(pero sin renunciar a Otelo, Rama, 
la Duquesa de Malfi, Sigurd-Siegfried, 
el Guerrero con máscara o Roberto). 
¡Nos divertimos tanto con los clásicos! 
Su tiempo no es el de la muerte. Viven 
en el Tiempo sin tiempo de los mitos 
nuestros queridos clásicos, un Tiempo 
que ilumina la cárcel de la vida 
y regala modelos exclusivos 
para enseñar, felices, a la gente 
que nos rodea -padres, hijos, nietos-, 
burlando así la angustia cotidiana 
y saciando la sed de maravillas 
que nos caracteriza como humanos. 
Los clásicos ayudan a vivir, 
y a morir, y a olvidar nuestras miserias, 
y a no perdemos por el laberinto 
sin Teseo ni Ariadna que es el mundo. 


CLARIDAD

Los poetas más oscuros -Licofrón, 
Góngora, Mallarmé- son transparentes
en el fondo, aunque cueste mucho más entenderlos
del todo que a Catulo, a Petrarca, a Verlaine.
Si amas la poesía, amas la claridad.
El objeto de la literatura
no es inventar enigmas para iniciados cursis. Su meta es reflejar los anhelos, angustias
y emociones reales de la especie
en un espejo imaginario.
Y hacerlo de la forma más nítida posible.




Fería del Libro de Salamanca, Día del Libro 23 de abril, Angel de Arriba Sánchez

22 may 2016

"Los caballeros de la ciencia" de Juan Soto Miranda

18 comentarios:
Acabo de finalizar la lectura de la primera novela de este madrileño de 42 años: Juan Soto Miranda. Siendo una ópera prima cabría esperar en ella algún desliz, defecto, o siquiera un pequeño descuido, pero he de decir que yo no he visto ninguno. Por el contrario me he encontrado con un escritor que domina los resortes de la narración de suspense, que dosifica la trama a su antojo soltando amarras aquí o recogiéndolas allá siempre en función del ritmo y la necesaria verosimilitud de la historia que nos relata. 

"Los caballeros de la ciencia", novela de suspense, thriller español

El asunto
Tras una llamada anónima, la sargento María Ballesteros descubre tres cadáveres en lo que sería una perfecta recreación de la crucifixión de Cristo, con referencias a versículos de la Biblia tallados en la madera a modo de mensaje. El protagonista de la escena es Jesús López, un misionero benedictino criado al amparo de la todopoderosa familia del cardenal Gabriel Harrington, y sin ninguna relación aparente con los otros dos crucificados.

La investigación llevará a la sargento hasta el misterioso diario del misionero, cuyas extrañas anotaciones constituyen un nuevo enigma que pondrá en el punto de mira a ‘Los Caballeros de la Ciencia’, un desconocido grupo al que el manuscrito hace referencia, y al cardenal Gabriel Harrington, que está siendo amenazado en relación a un antiguo y controvertido proyecto empresarial.

El padre Daniel, mentor del misionero, y el hermano Federico, su mejor amigo, colaborarán con las autoridades en una trepidante historia en la que la conjunción de religión y ciencia, intereses económicos y espiritualidad, asesinatos, misterio... les llevará en un viaje hasta los más altos estamentos eclesiásticos en el Vaticano, donde se desarrollará la partida final que revelará los motivos de una renuncia papal y el secreto mejor guardado de la Iglesia.

Mi comentario
Conocí al autor durante la presentación de la novela de Pablo Palazuelo. Con gran amabilidad, un joven se me acercó para hablarme de su primer relato y preguntarme si querría leérselo. Nos intercambiamos las direcciones de correo y quedamos en que estaríamos en contacto. Juan me envió una breve sinopsis del argumento a la que yo respondí manifestándole mi interés por la historia. Fue así como el grueso de la novela llegó a mis manos.

Se trata de una historia que ocupa 540 páginas repartida en 163 secuencias más un epílogo final en el que se atan todos los cabos sueltos que pudieran quedar. Cada secuencia suele abordar -de manera muy cinematográfica, de ahí que las considere secuencias- la acción desarrollada por uno o varios personajes en un espacio y tiempo concretos. Las secuencias van alternando las distintas líneas de investigación y el discurrir de los diversos personajes. El autor consigue mantener viva nuestra atención pues el final dado a cada una de ellas incentiva nuestra atención y mantiene vivo el suspense al dejar siempre abierto un interrogante, planteada una duda o expuesta una ambigüedad en el desarrollo argumental. Por este motivo es casi imposible dejar el libro pues queremos resolver estas incógnitas que con sabiduría Juan Soto lanza o deja veladamente sugeridas.



La historia en sí se desarrolla en un breve periodo de tiempo, unos diez días, durante los que una serie de personajes: guardias civiles de la localidad de Guadarrama (el capitán Guillermo Maldonado, la sargento María Ballesteros, los guardias Eduardo Castellanos y Hernández, el guardia más joven), eclesiásticos del Vaticano (cardenales Gabriel Hurrington, Alexander Evans, Di María y Kowalsky, más el Papa emérito y el comandante de la guardia suiza, Giovanni Zimmermann), monjes del monasterio del Valle de los Caídos (padre Daniel, pade Federico, el propio abad) más otro buen número de personajes con ellos relacionados (funcionarios de intituciones del Estado, monjas del convento de El Tiemblo, delincuentes a sueldo...), la empresa farmacéutica multinacional de la familia Hurrington, etc., se mueven por las páginas de esta novela urdiendo un thriller misterioso que no defrauda.  Todos los personajes están bien caracterizados psicológicamente y resultan muy verosímiles; quizás sólo el, hasta muy avanzado el relato, desconocido asesino y el picaflor de Fernando son despachados con cuatro trazos estereotipados atribuibles a cualquier sicario balcánico y al tópico amante, encantador pero escurridizo.

Como se ve por los personajes, los lugares donde se desarrolla la acción están fundamentalmente en España (Madrid, Guadarrama, El Tiemblo, Fregenal de la Sierra...), pero también fuera de ella, en Ciudad del Vaticano, Londres o Munich.  El mismo autor dice al inicio de la novela que "Los lugares, con cierta libertad, existen. Las referencias arquitectónicas son reales y pueden contemplarse en la actualidad.". La segunda parte de esta advertencia es muy cierta pues el novelista no pierde ocasión de hablar sobre el arte contenido en estas edificaciones haciendo que los personajes se ilustren mutuamente sobre el mismo. Además de por estas referencias culturalistas de naturaleza arquitectónica -muy sencillas, en general- la novela no exige grandes conocimientos dado que sólo incide en dos o tres alusiones literarias que a buen seguro al lector de la novela ya le revoloteaban por la cabeza desde hacía tiempo. Me refiero a las menciones que se realizan en varios momentos por parte de algún personaje a "Ángeles y Demonios" de Dan Brown ("Me recuerda la novela “Ángeles y Demonios” de Dan Brown. ¿Estamos hablando de una organización estilo los Illuminati que él presenta?") y a "El nombre de la rosa" de Umberto Eco con ocasión de la aparición de un cadáver en la abadía benedictina:
"Hernández, por el contrario, comenzó a lanzar una serie de teorías relacionando la crucifixión de Jesús López con el [S P O I L E R]. Eduardo supo que tenía que hacer que su compañero dejara de especular, así que trató de desacreditarle alegando que no jugara a ser Umberto Eco en “El nombre de la rosa” por su propio bien y por el de los religiosos, que parecieron asustados ante las suposiciones del hombre."
La novela está contada de una manera lineal sin saltos en el tiempo y a través de un narrador en tercera persona que por momentos parece omnisciente pero que en su mayor parte es simplemente externo objetivo. Predomina el diálogo sobre la descripción lo que, unido a la poca longitud de las 163 secuencias o apartados que conforman el todo, favorece  que la narración fluya con soltura y rapidez.

Lo que más me ha gustado
Desde luego lo que más  me ha gustado es esa inclusión de la ciencia más puntera en un thriller con los componentes habituales de un best seller: Vaticano, Guardia Civil, delincuencia balcánica, historia amorosa, corruptelas y alcantarillas del Estado, etc.

Lo que menos me ha gustado
Me ha parecido excesiva la organización del relato en 163 apartados. Pienso que hubiera sido mejor hacerlo en capítulos de extensión mayor dentro de los cuales cabrían 3 ó 4 secuencias, de manera que la historia podría haber sido ofrecida en algo más de 40 divisiones.
_______________________________
Datos de interés:
Novela negra situada en Madrid, Vaticano, Papa emérito, ficción religiosaTítulo: "Los Caballeros de la Ciencia: El secreto mejor guardado de la Iglesia." 
Autor: Juan Soto Miranda
Disponible en: Amazon 
Encuadernación: Tapa blanda y e-book
ISBN: 978-1519139139
Páginas: 540

PVP: 15'80€ (tapa blanda) y 2'99€ (e-book)
Página web del autorwww.juansotomiranda.com 
@juansotomiranda

Sorteo en el blog de Natalia

3 comentarios:

El blog de Natalia, "Perdida entre libros" sortea la novela de Joël Dicker "El libro de los Baltimore". Yo me he apuntado al sorteo por eso de ver si me toca ya que "La verdad sobre el caso Harry Quebert" me encantó. Os invito a todos a participar en este sorteo que está activo hasta el próximo jueves día 2 de junio.
¡¡Suerte!!

20 may 2016

"La pertenencia" de Gema Nieto

14 comentarios:

He llegado hasta esta obra de Gema Nieto empujado por un comentario que Paula dejó en la entrada que dediqué hará cosa de dos meses a la novela "El comensal" de Gabriela Ybarra [leer reseña aquí]. En ese comentario, Paula me recomendaba vivamente "La pertenencia", novela que, decía, trataba el mismo asunto -la pérdida, el duelo, la pena- pero infinitamente mejor tratado. Y aquí estoy, Paula, contento de haber seguido tu recomendación.

En "La pertenencia", Gema Nieto repasa, hace 'recuento' -dice ella- de lo acaecido durante los últimos 20 años de su vida. En el momento de escritura la autora tiene casi 34 años y su relato lo inicia con la ruptura -mejor habría que decir 'primera quiebra'-  de la crisálida adolescente en la que vivía confortablemente acomodada.

Autores noveles, Novela de no-ficción, el duelo, Gema Nieto

 La muerte temprana de su madre es la causante del derrumbamiento de una senda vital hasta ese momento jamás puesta en cuestión. El suceso anterior deja al descubierto los soportes en los que se apoya esta chica tras el shock sufrido por la inesperada orfandad sobrevenida: En primer lugar, los  familiares: la Casa donde vive con su padre, peligrosamente atraído por la ludopatía y el alcohol; su tío, visto siempre como un ser solitario y "raro"; la abuela, tradicional, distante y autoritaria. Luego estaría el Colegio en el que la adolescente centra su vida y la soporta entre otras cosas merced a la atracción que siente por ciertas materias y por una profesora a la que nunca alcanzará pero que le sirve como primer oráculo revelador de su identidad. Por ultimo, la escritura, que le ha acompañado desde su primera niñez como resultado de una portentosa imaginación que en su adolescencia va 'in crescendo' gracias a las muchas lecturas que compondrán su solitaria existencia.

De los soportes citados anteriormente el primero, el de la Casa familiar, como es ley de vida,  se agostará con cierta rapidez. Afortunadamente su entrada en la Universidad, le confirmará lo anticipado por ese primer oráculo de su adolescencia, aunque, la zozobra propia de quien aún no pisa la seguridad de la tierra firme y navega por ese mar con temor, unida al apoyo que recibe de un segundo núcleo familiar, el de sus tios y primos, más abierto y consentidor que el primero, hará que su periplo vital prosiga con cierta normalidad. Una normalidad propia de la juventud que se nutre de encuentros personales muy intensos, de fines de semana en locales de ambiente entre alcohol y sustancias buscando encuentros ocasionales que den salida a la carga hormonal de la edad, pasando por viajes (París, sobre todo París) a ciudades del extranjero donde irá creciendo esta joven que no consigue dejar -yo creo que en el fondo tampoco lo desea- totalmente atrás el duelo, la pena, esa sensación de pérdida inconsolable que la acompaña desde sus trece años y que no cede a pesar del haber pasado ya 8, 10, 12...

Luego ya vendrá un aparente periodo de estabilidad simbolizado en la entrada en el mundo laboral de las editoriales, un trabajo bueno e interesante en el que progresa rapidamentre pero que sin embargo a ella íntimamente no le satisface del todo porque percibe que todo él está anegado de hipocresía, de falta de preparación intelectual, de una estúpida y estéril satisfacción de los compañeros, etc.

Poco a poco tras muchos vaivenes personales, -aunque guiada por la fuerte y clara luz que es la literatura, en sus vertientes de lectora y escritora, sólo dejada a un lado en los momentos personales más convulsos por los que pase-, llegará hasta ella la tranquilidad, la aceptación de sí misma, el reconocimiento y asentamiento en su Itaca personal, la superación del período de sombras merced a sus nuevos sólidos amarres emocionales... En definitiva, el sentimiento de la pertenencia a algo seguro, solido, que es de lo que trata esta novela.

Una novela escrita con clara voluntad de estilo, que bebe mucho mucho en William Faulkner a quien rinde prueba de reconocimiento en una de las citas marco de la obra con esa frase  tomada de "Mientras agonizo" [leer reseña aquí] en la que Benjy, el hijo autista y retrasado mental de los Compson -la familia que protagoniza la novela-, habla de su madre como de un pez ("mi madre no es un pez") que se le escapa a pesar de querer tenerlo bien asido. La manera faulkneriana de presentar los sucesos a través de monólogos interiores de los distintos personajes familiares en alternancia desordenada la utiliza Gema Nieto durante la primera parte del relato, reduciendo luego los interlocutores a uno solo -ella- a partir de la desaparición del núcleo familiar y la entrada del personaje en la edad adulta. También Góngora es citado al final del relato al entender quizás la novelista que su estilo puede que en algunos momentos caiga en un excesivo oscurantismo:
"Contra las incautas treguas se abrirá pasó irremediable tu derecho a guardar silencio y el gongorino: 'honra me causa hacerme oscuro a los ignorantes'". 
En mi opinión Gema peca de prevención al ponerse la venda antes de la herida. Es verdad que a veces la introspección, el fluir de conciencia, el abundantísimo monólogo interior, las metáforas con términos imaginarios tomados del mundo literario, algunas enumeraciones, etc. pueden requerir de cierta atención interpretativa, pero la poesía presente y subyacente en muchas de ellas, por no decir en casi todas, hacen -hablo de mí, naturalmente- al lector disfrutar en grado sumo con esta hermosa autoconfesión.

Conclusión
¿Mejor o peor que "El comensal" o que otras obras que tratan del duelo, de la pena, del sentimiento de pérdida? No creo, Paula, que haya que establecer comparaciones entre unas y otras pues en definitiva estamos ante obras distintas en las que cada autor enfoca el relato a partir del hecho luctuoso en una u otra dirección. En el caso de Ybarra la muerte de la madre la lleva a evocar la de su abuelo y a resituarse ella misma dentro de la sociedad vasca de Neguri a la que pertenece por origen familiar; en este de Nieto, la muerte de la madre y más tarde de otros miembros del núcleo familiar, la lleva a reencontrarse personalmente, y percibir que sólo el Amor es capaz de superar el dolor de las pérdidas. En la página de las dedicatorias lo explicita claramente cuando dice textualmente: "A la que fue mi familia hace más de veinte años. A quien es mi familia hoy: Sofía". 

16 may 2016

Marta Sanz: "Farándula", Premio Herralde 2015

26 comentarios:
De "Farándula" he sacado en claro fundamentalmente una cosa, que "Eva al desnudo" (1950) de  Joseph L. Mankiewicz es una magnífica película. Gracias a la lectura de este libro, Premio Herralde de Novela 2015, he visto -o vuelto a ver, ya no sabría decirlo- esta joya cinematográfica; y agradezco desde aquí al blog de Montserrat Gracia, "Pasión por el Cine Clásico", la magnífica crítica que allí se puede leer y la perfecta visualización del film.

Farándula, manipulación del lenguaje, "gente", "público", "éxito"

¿Pero qué tiene que ver lo anterior con la novela de Marta Sanz? Pues mucho porque el asunto de esta novela, la situación que da pie al narrador para dar un repaso al mundo del Teatro, a la Farándula, gira en torno a un grupo de actores que, en el contexto de la crisis económica, ensaya la adaptación teatral de la película de Mankiewicz, "All about Eve" (en español "Eva al desnudo"). La autora realiza un  paralelismo entre lo acaecido a los personajes del film norteamericano que representan una obra teatral y lo que sucede a los componentes del elenco actoral español que ensaya la adaptación del film a la escena

Celeste Holm, Bette Davis, George Sanders, Anne Baxter, Gary Merrill, Hugh Marlowe
En mi opinión es bastante conveniente visionar la obra de  Joseph L. Mankiewicz que mereció nada más y nada menos que cinco premios Óscar: Mejor película, Mejor dirección, Mejor actor de reparto (George Sanders), Mejor sonido y Mejor guión adaptado ( Joseph L. Mankiewicz). La película resulta de la adaptación al cine del cuento The Wisdom of Eve, de Mary Orr (1910 - 2006), un cuento de nueve páginas que se había publicado por primera vez en mayo de 1946 en la revista Cosmopolitan, y que estaba inspirado en la historia de una mujer que había sido secretaria de la actriz Elisabeth Bergner. La importancia de "visitar" la cinta de Mankiewicz radica en que Marta Sanz realiza una trasposición, una declarada analogía entre algunos personajes de su novela y los de la obra que estos ensayan. Y no sólo entre personajes sino yo diría que el asunto de una y otra obra es el mismo: las estrellas del teatro se apagan con el tiempo, dimensión que en el mundo de la farándula se manifiesta de manera implacable. Los jóvenes piden paso y no se paran en barras a la hora de desbancar a una estrella de las tablas o del celuloide por muy encumbrada que ésta se sienta.

Este asunto del Tiempo, Marta Sanz no lo plantea sólo dentro del ambiente teatral sino que lo lleva al común campo vital. Si ya es duro verse sustituido en el mundo de la representación por un actor/actriz más joven, más pujante, etc. ..., encontrarse al final de la vida reducido a un despojo y en manos de los demás, es algo doloroso por demás. Valeria Falcón, personaje principal de esta novela, no desea verse en el estado al que la vida teatral y la real han arrastrado a Ana Urrutia que a sus muchos años de edad se ve viviendo de la caridad nacida de ella misma, Valeria, o de la de algún antiguo amante, Daniel Valls.

Además del deterioro y desgaste vital, la novela bordea, y a veces penetra decididamente en la situación socio-económica española del momento en que se sitúa el relato. Concretamente estamos en plena crisis con recortes por todas partes, el mundo del teatro está sin subvenciones y las condiciones laborales han empeorado considerablemente. Hay actores, ahora en paro, que en el pasado lucharon mucho y bien por mejorar las condiciones laborales del colectivo (Mariana Galán, 'Mari', y  Adolfo Villaseca, 'Fito'), hay estrellas que se ven señalados y condenados a no recibor ofertas laborales por haber firmado un manifiesto político (Daniel Valls), hay estrellas que deben buscarse las habichuelas con trabajos auxiliares dada la precariedad laboral del sector (Valeria Falcón da clases de interpretación en una academia; Natalia de Miguel explota su hermoso físico en un reality televisivo), etc.

¿Novela política?
En cierto sentido podría decirse que estamos ante una de esas novelas que vienen a engrosar la tendencia llamada por algunos "Novela de la crisis". En este sentido Marta Sanz se muestra crítica con el vaciamiento semántico que ciertos movimientos han realizado de algunos términos léxicos utilizados por éstos como meros señuelos o engañifas a fin de llevar las aguas del descontento a su concreto molino. Son vocablos como los siguientes: "gente" («Nosotros no tenemos miedo de la gente. Nosotros somos ellos», "público" («una frase de las memorias de Lillian Hellman que nunca había entendido del todo: "Elena me lleva a escuchar el concierto de Richter esta noche. Él es muy bueno, pero el público es mejor…" El público es mejor»), "caridad", "respeto", "éxito" («Y se ven siempre niños con cincuenta, sesenta años, esperando el santo advenimiento, esa suerte que, conjugada con el talento personal y la capacidad de trabajo, es condición indispensable para alcanzar el éxito. ») ... que se manejan, se sacan y se esconden a voluntad, siempre con clara intención manipuladora.

Isaac Rosa, Novela social, Novela de la crisis, Novela política
Quizás esta novela cumpla algunas de las condiciones marcadas por Isaac Rosa en su Decálogo para escribir una Novela Política, sobre todo el punto referido a lo que Rosa denomina el "Itinerario", o sea, tener claro de donde se parte y a donde se quiere llegar. La novela se inicia en la Puerta del Sol donde a Valeria Falcón se le queda encallado el tacón de su zapato mientras se dirige a casa de Ana Urrutia. Al final de la misma aparece ese "dia otoñal" en que la misma autora se ve subsumida en la propia historia que cuenta:
"Nos exponemos —¿o exponen?— dentro de la urna en medio del jardín en un ventoso y desapacible —ésa es justo la palabra que siempre ando buscando— día otoñal: los que aprietan las teclas o agarran el bolígrafo, diestros o zurdos, Valeria Falcón, yo, Galdós y Valle, Natalia Ginzburg, Cesare Pavese, Dash y Lillian Hellman, Marguerite, Jean-Paul, Patricia Highsmith con su gesto de bulldog, Fiódor Dostoievski, todos, en última instancia, desnudos, delante o detrás del pelotón de fusilamiento y de la ofrenda de flores." (pág. 175)
y con la que viene a reivindicar, a pedir, a demandar (¡uy me estoy contagiandode su estilo!) la necesidad de implicarse en la acción. Sí, puede ser una válida interpretación, ¿por qué no?

Mi opinión sobre la novela
A mí, en general, la novela... me ha gustado... ¡regular! Vamos, que no me ha llenado totalmente, que me ha parecido un producto ocasional, una escritura más del campo periodístico que del literario. Me explico: Quiero decir que, en mi opinión, la novela pierde  alcance, universalidad, al remitir de un modo bastante explícito a una realidad socio-política en la que estamos inmersos; habría habido, quizás, una manera de solventar esta tara, y sería haber expresado lo anterior con un lenguaje que hiciese entrar la novela en la Literatura con mayúsculas, algo que en mi opinión la autora no consigue.  En  "Farándula" Marta Sanz se manifiesta como la magnífica articulista que es, resultando, por momentos, su novela un poquito 'Novela Frankestein' pues parece estar construída a base de artículos, unos mejores y otros menos buenos, pero todos ellos debidamente engarzados en la narración. No otra explicación encuentro a esas largas enumeraciones que de vez en cuando deja caer y que me han hecho recordar los imperativos de extensión a que los articulistas se ven obligados en razón del espacio concedido por el medio donde escriben

Marta Sanz, "Eva al desnudo", "Farándula", Premio Herralde 2015
Con todo y con eso Marta Sanz que con ésta ya ha sacado a la luz once novelas, ha ganado premios importantes como el Premio Ojo Crítico de Narrativa que en 2001 obtuvo con "Los mejores tiempos",  fue finalista del Premio Nadal 2006 con "Susana y los viejos" y el Premio Herralde de Novela 2015 con el título que estoy reseñando: "Farándula". Lo anterior en mi opinión revela que cualidades literarias no le faltan aunque como se dice en la película "Trumbo" -hace poco reseñada en este mismo blog [leer reseña aquí]- al referirse a un guión cinematográfico: "Ahí hay una buena historia, pero hay algo que falla". Qué sea ello, no sabría decirlo con claridad, pero es evidente que algo falta y eso que recursos literarios interesantes no los rehúye la escritora madrleña, como se ve en la utilización de:
  • Monologos interiores abundantes que en el caso de Ana Urrutia derivan en auténticos flujos de conciencia en los estadíos avanzados de su enfermedad:
"En esta apartada orilla, juro que no volveré a pasar hambre y que nunca, nunca, seré como Gloria Swanson. La falconcita sí es, sí, un poco Swanson. A ella también le pagó Dios las exequias. Pro-nun-cia-ción, dice Valeria. Cuando viene a verme pongo cara de buena persona." (pág. 155).
  •  Metáforas continuadas que se convierten en puras alegorías:
"Era un público rarísimo. No era el habitual: las mujeres maduras, los jóvenes entusiastas, los matrimonios hartos de estar encerrados en casa viendo la televisión. [...] No pertenecían a la misma cuadra. [...] Mili tenía los costados heridos por la presión de las cinchas mientras que todos aquellos caballos eran los unicornios, con la crin teñida de púrpura, de las fantasías cursis." (pág. 129)
  • Largas y constantes enumeraciones sin o con conjunciones que, -algunas de ellas-, consiguen dar al relato un hermoso halo poético :
"Madrid, de noche, bajo el vapor etílico, no exhibía ninguna de esas máculas visibles bajo su luz velazqueña: la suciedad adherida al pavimento, los locales abandonados, el olor a zotal, los precintos, los talleres clandestinos de costura, los limosneros, la reja echada que ha dejado de chirriar, las colas de la sopa boba, los durmientes de intemperie, los restaurantes de los que sale mal olor, las cucarachas en el portal, los locales comerciales habitados por individuos a los que casi nunca se les ve la cara." (pág. 94)
"Lorenzo se acordó de Agustín González y de José Luis López Vázquez. Se acordó de José María Rodero. De Bódalo y de Luis Prendes. De José María Prada. De Landa. Incluso se le pasaron por la cabeza sir Laurence Olivier, Jack Lemmon y Bob Hoskins. Charles Laughton. Mastroianni. Tony Curtís, que hacía abdominales para preparar sus papeles en Espartaco y Los vikingos. Charlton Heston, que entrenaría para interpretar Ben-Hur." (pág. 102)

Conclusión
 Como la misma autora ha llegado a declarar en alguna ocasión, para ella la trama en las novelas no es condición imprescindible:
"La decisión estética de privilegiar la trama por encima de otros elementos narrativos, esa estrategia estética, es la expresión de una ideología neoliberal que busca la asequibilidad y la comercialidad de los textos.[…]
 A qué le llamamos escribir bien, a qué le llamamos un narrador ágil, por qué escribir bien se asocia con ser un virtuoso constructor de tramas, en cuatro rasgos, con no ser informativo, con no hablar de política en la literatura, con ser expresivo y no explicativo.»
(tomado de http://www.jotdown.es/2016/03/marta-sanz/)
 Esta decisión de autora, totalmente legítima, conlleva el que la novela pierda atractivo para el lector al eliminar el componente del suspense, de la intriga, del 'cómo_acabará_la_historia'. Y es que Marta Sanz, al igual que otros autores (pienso ahora en Isaac Rosa, por ejemplo), quiere volver con su literatura a habitar los espacios lejanos de la novela social, afortunadamente más en la faceta Luis Martín Santos que años 50. ¿Es novedosa esta idea? No, desde luego. Hay autores recientes como el magnífico Rafael Chirbes que han transitado magníficamente bien estas carreteras [leer reseña sobre "En la orilla" aquí]. La diferencia entre él y otros es que Chirbes no desdeña desde torres de marfil el entretenimiento del lector, el deseo de éste de redondear una historia, de 'ver cómo acaba' y por lo tanto de seguir y seguir leyendo. Y este componente esencial, en "Farándula" yo no lo he visto; y por la entrevista leída en la revista "Jot Down" veo que Marta Sanz menosprecia la trama por parecerle 
que ese elemento narrativo tiene mucho que ver con el discurso de seducción que predomina en unas sociedades de ideología neoliberal donde de lo que se trata es de complacer al lector como un cliente. [...] Me interesa más la construcción de los personajes. El punto de vista y la voz. [...] Me interesa más la prospección psicológica, me interesa más el lenguaje. Y me interesa más la calidad de página que propiamente lo que es la trama. (ibidem)
"All about Eve", Mankiewitz, Bette Davis, Anne Baxter, Marilyn Monroe
Como declaración no está mal, lo malo es que en la construcción de personajes ella toma los ejemplos de la película de Mankiewitz y simplemente los traplanta al contexto actual español en forma de estereotipos sociales con lo que la prospección psicológica yo no la he visto. Lo bueno -y en esto sí que coincido con ella- es que consigue algunas páginas de gran calidad, pero que, como ya he dicho antes, más parecen reflexiones de articulista que de novelista. En general su concepción de la narrativa visible en "Farándula" provoca que la novela se caiga por momentos de las manos pues, al menos a mí me resulta algo aburrido que a estas alturas alguien venga a despabilarme porque, según parece, yo no me doy cuenta de las cosas, ¡por Dios! 

Y para mí lo mejor de haber escrito este post es la epifanía que he alcanzado (je, je... Es expresión muy propia del asunto tratado) que me ha revelado la tara, me ha hecho descubrir lo que falla en esta narración: No hay trama, no hay emoción, no hay suspense, no hay intriga en ella ..., y eso, claro, por mucha técnica y denuncia que contenga, lleva al aburrimiento.

11 may 2016

Cervantes y su "Numancia" en el IVº Centenario

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En los últimos siete días he tenido oportunidad de ver dos excelentes obras, magníficamente representadas ambas, de nuestro teatro clásico. Aunque la primera que vi fue "La Celestina", puesta en escena y protagonizada por José Luis Gómez, voy a dedicar esta entrada a la "Numancia" de Miguel de Cervantes por desaparecer de la cartelera del Teatro Español de Madrid (¡otra vez la miseria en las fechas!) el próximo día 22 de mayo. 
 "La Celestina", cuya reseña dejo para otro día, desapareció de la cartelera del Teatro de la Comedia el pasado día 8 de mayo, aunque tras la gira que actualmente realiza por algunas provincias españolas se podrá ver de nuevo en Madrid, en el teatro de La Abadía. Pero esto no ocurrirá hasta el año próximo, del 12 de enero al 5 de febrero.


“Numancia“

No quiero dejar para el final lo obvio, que no es otra cosa que expresar mi plena satisfacción ante el espectáculo que ayer mismo, día 10 de mayo, presencié en el teatro Español de Madrid, que es como todo el mundo sabe un teatro sostenido por las arcas del municipio. La obra la programó el hasta hoy director del teatro, Juan Carlos Pérez de la Fuente, dentro de los fastos por el cuarto centenario de la muerte de Cervantes. Pues si así es, -¡y lo es!-, quiero darle desde aquí un sonoro ¡bravo! a él y al equipo artístico que con un nivel elevadísimo pone todas las tardes sobre las tablas este "El cerco de Numancia" cervantino, reducido a la palabra "Numancia" en la versión que del clásico han hecho con indudable acierto Luis Alberto de Cuenca y Alicia Mariño. Una versión que a todos los elementos originales fundamentales han añadido los adaptadores algunas figuras y parlamentos que incurren deliberadamente en el anacronismo a fin de que los espectadores asimilen y devoren con fruición la tragedia que se desarrolla ante sus ojos.

"Numancia" de Cervantes, "El cerco de Numancia", Teatro Español

El texto.
Cervantes está presente durante toda la función pues el texto es respetuoso con el original. Lo reconocemos en:

  • La dignidad con que son presentados los dos líderes: Teógenes (Alberto Jiménez, ¡soberbio, magnífico!) de los numantinos,  y Escipión (Chema Ruiz, ¡excelente en el difícil papel de conquistador burlado trágicamente!) de los romanos-
  • La defensa de la libertad por encima de cualquier contingencia incluso por encima de la muerte.
  • La cuestión de la honra puesta en el tablero que se está jugando y que hace que las mujeres (Maru Valdivieso, Julia Piera, Mélida Molina y Miryam Gallego) decidan inmolarse junto a sus hombres e hijos antes que caer en manos romanas y ser esclavizadas o exhibidas como parte del botín de los vencedores.
  • El amor como fuerza superior que hace que los hombres -Leonelo, enamorado de Lira (Markos Marín y Myriam Gallego) y Leonicio (Críspulo Cabezas), unido en sana amistad con Leonelo- acometan acciones que si no anduviese Amor de por medio catalogaríamos de absurdas.
  • La negociación entre iguales (en vocabulario actual diríamos 'equidad'): los numantinos envían a Escipión embajadores (Alberto Velasco y Beatriz Argüello) para en humana negociación acordar un final justo a tan larga guerra.
  • Por último, las alegorías, España y El río Duero, que anuncian la destrucción de Numancia de cuyas cenizas resurgirá un Imperio que no es otro que el de Felipe II, o sea, Cervantes lleva la obra hasta su contemporaneidad; y también la alegoría de la Muerte conduciendo su inhumana carreta y dando a luz a sus dos criaturas más preciadas, el Hambre y la Enfermedad.

En cuanto a elementos añadidos no presentes en el texto cervantino hay que decir que no abundan, y los que aparecen vienen avalados en su mayoría por puestas en escena anteriores. Así sucede con dos de los más chocantes: la presentación de los sitiadores romanos Escipión (Chema Ruiz), Yugurta (Raúl Sanz) y Mario (Carlos Lorenzo) con vestimenta de nazis alemanes, y las alegorías de España y el Río Duero adornadas sus cabezas con roquetes que las asemejan a la Dama de Elche. Estas dos sorprendentes caracterizaciones beben directamente en la adaptación que en 1937 Rafael Alberti montó en el Teatro de la Zarzuela madrileño para dar ánimos a los sitiados republicanos madrileños.

También de esa puesta en escena albertiana recoge Pérez de la Fuente el inicio de la obra con esos dos personajes, el Hombre (Alberto Velasco) y la Mujer (Beatriz Argüello), que no aparecen en la obra original. Pero hay alguna diferencia pues mientras Rafael Alberti los utilizaba en su prólogo-presentación para parodiar y ridiculizar a los romanos (= franquistas sitiadores), Pérez de la Fuente se sirve de estas dos figuras para reflexionar siquiera brevemente sobre la historia y situación actual de España y del mundo para así poner en contexto y "traer" hasta nuestra contemporaneidad esta tragedia que ya va para los 430 años desde que Cervantes la escribió y representó con gran éxito por primera vez.

Una escenografía espectacular. 
Chema Ruiz actor, Chema Ruiz-Senosiain, Pérez de la Fuente, Ahora Madrid echa a Pérez de la Fuente
Si algo me sorprendió agradablemente fue un escenario con pocos elementos en el que se va construyendo el espacio teatral a base de cortinas y mallas transparentes sobre las que se proyectan imágenes fijas o en movimiento y cuyos aparatosos y teatrales despliegues se acompañan de un sonido fuerte y espectacular; sonido que también se emplea para subrayar aquellos momentos de máxima tensión que en la obra abundan. Además de sonido e imagen, Pérez de la Fuente echa mano de los olores y, tratándose de una obra cuya acción transcurre en el año 133 a.C. los elementos mágicos en forma de olores de incienso o de neblinosas humaredas cumplen una importante función en la creación de la atmósfera dramática adecuada.

A este escenario cercado por esas mallas transparentes que culminan en crueles y actualísimas espartinas se accede a través de una larga rampa que ocupa el pasillo central del patio de butacas; por esta rampa entra en la ciudad cercada el mal representado en los romanos -invasores, sitiadores y finalmente pírricos vencedores- y en las figuras alegóricas de la Muerte, la Guerra, el Hambre y la Enfermedad.

Los actores visten, además de largos abrigos de nazis alemanes sobre petos de cuero propios de los legionarios romanos en el caso de los tres actores que representan a los dominadores, una especie de túnicas de oscuro lino que parece arder por los pies acabadas en capucha lo que les da un aspecto semejante a monjes disciplinados en el ayuno y las privaciones; esta prenda se alterna, especialmente en el caso de las mujeres, con una especie de clámide que connota dignidad y honra.

Por último cabe hablar del movimiento, vertiginoso en ocasiones, con que los actores resaltan el contenido de unos parlamentos en verso que llegan al espectador con claridad y son muy entendibles. Para este movimiento, vertical y horizontal,  se emplea una tramoya perfectamente sincronizada con el actuar humano logrando que desde la butaca esas cadenas, cuerdas, cables y mosquetones pasen casi del todo desapercibidos.

Para finalizar
Una tragedia auténtica, de las poquísimas que existen en nuestro teatro, que evidencia el excelente autor teatral que era Miguel de Cervantes en 1586 y que hoy sería tenido por tal de no haberse cruzado en su misma afición Lope de Vega, el Fénix de los Ingenios, quien le arrebató el cetro de Tespis  y le redujo casi a la nada en este campo literario aunque por eliminación lo ganásemos para la narrativa.

Un excelente homenaje el que el Teatro Español del Ayuntamiento de Madrid dispensa a Cervantes en el 400 aniversario de su fallecimiento con esta magnífica "Numancia" en la que su director Juan Carlos Pérez de la Fuente ha puesto entusiasmo y pasión. Lástima que las contingencias políticas hayan contribuido a silenciar, y no poco, esta alucinante y fantástica puesta en escena de la por algunos considerada la mejor obra teatral de Miguel de Cervantes. Desde aquí pienso que lo contingente y pasajero no debiera jamás utilizarse para desmerecer lo necesario, eterno y duradero, pues nuestro mejor escritor seguirá siendolo ocupe quien ocupe la sede municipal, pero habrá ciudadanos que por estos quítame de aquí estas pajas pierdan, o ya hayan perdido, la oportunidad de contemplar una obra de arte. Y es que a estas alturas se desconoce si una obra que ha costado tanto esfuerzo y dinero hará gira por España o no, se podrá ver en los festivales de teatro clásico veraniego o no. . . ¡O tempora, o mores!

Juan Carlos Pérez de la Fuente, Alberto Jiménez, Chema Ruiz-Senosiain, Myriam Gallego, Beatriz  Argüello, Alberto Velasco, Maru Valdivieso
El director Pérez de la Fuente rodeado por el elenco actoral 

Por lo manifestado en el párrafo anterior no me resisto a poner para finalizar la entrada algunas de las frases que figuran en el programa de mano de la función firmadas por el propio Juan Carlos Pérez de la Fuente:
"Aquí Cervantes se muestra en toda su plenitud y su mensaje se hace revolucionario. Los que tienen el poder, sobre todo el poder político, podrán arrebatamos casi todo: el pan,la casa, el trabajo, la libertad ... incluso la vida; pero la dignidad, nunca. Repito: la dignidad, nunca. Numancia es una tragedia política. 
Luis Alberto de Cuenca y Alicia Mariño son los artífices de la versión. Alabo su lucidez y valentía. El reparto es un lujo de profesionalidad y compromiso. Posiblemente sea uno de los mejores repartos que he tenido en mi vida. Aquí queda escrito y mi agradecimiento es para siempre. Lo mismo digo de todo el equipo artístico y de todo el personal del Teatro Español. He dirigido Numancia en un momento muy difícil de mi vida profesional. Y todos han estado arropándome en los ensayos. 
Esta Numancia que les entregamos está empapada de dolor y de sufrimiento, pero también de rabia y de esperanza. Disfrútenla y piensen que fue escrita hace 400 años por un gran dramaturgo llamado Miguel de Cervantes que todavía no sabía que la vida necesita igualmente de Quijotes.
Juan Carlos Pérez de la Fuente 

8 may 2016

"Sarna con gusto" de César Pérez Gellida

29 comentarios:
Llevaba tiempo queriendo leer algo de César Pérez Gellida. De  la primera novela que escribió, "Memento mori", no sabría decir cuántos posts leería, la mayoría de ellos favorables a autor y obra. Tantos fueron que decidí comprarla, pero como tantas veces ocurre, allá que se quedó arrumbada junto a otras en esa interminable lista de 'próximas lecturas'. 

"Refranes, canciones y rastros de sangre" I, "Sarna con gudsto"

Con esto quiero confesar desde ya que "Sarna con gusto" es mi primera incursión en esto que algunos críticos de renombre han venido en denominar "género Gellida". La verdad es que no creo incurrir en grave falta pues veo que el título es el primero de una nueva trilogía denominada "Refranes, Canciones y rastros de sangre", mientras que las tres novelas anteriores: "Memento mori", "Dies irae" y "Consummatum est" aparecían bajo otro subtítulo, "Versos, Canciones y trocitos de carne", en numeración ordinal romana I, II y III. Pero con todo y con eso, tras esta primera placentera experiencia lectora, confieso que, seguro, repetiré, pues no hay nada mejor que reincidir en aquello que da gusto, ¿no?

El autor
Nació en Valladolid (España) en 1974. Licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Valladolid y máster en Dirección Comercial y Marketing por la Cámara de Comercio de Valladolid. Trabajó hasta 2011 en empresas vinculadas con el mundo de las telecomunicaciones y la industria audiovisual. Ese año decidió trasladarse a Madrid y dedicarse en exclusiva a su carrera de escritor. Desde febrero de 2014 colabora con el diario “El Norte de Castilla” con una columna semanal en su sección de cultura llamada "In vino veritas". Actualmente está afincado en Buenos Aires.
Distinciones
Racimo de Oro de Literatura, Premio Lee Misterio 2013 a la mejor novela nacional por "Memento Mori", Premio Lee Misterio 2013 a Ramiro Sancho por mejor personaje masculino. En noviembre de 2014 le otorgaron el Premio Piñón de Oro como vallisoletano ilustre.

“Sarna con gusto”
Sinopsis
Tras los sucesos acontecidos en el caso de Augusto Ledesma, sus superiores decidieron que lo mejor era meterlo una temporada en la nevera y para ello nada mejor que abrirle un expediente disciplinario por insubordinación a los mandos: dieciocho meses de suspensión de empleo y sueldo, aunque gracias a su brillante hoja de servicios, quedaron reducidos a seis.
El tiempo pasa rápido y Sancho y se va a reincorporar a su puesto de trabajo, por lo que decide tomarse durante las fiestas locales unas cervezas con sus compañeros antes de reincorporarse. Será el último momento que tenga de tranquilidad, porque durante las fiestas han secuestrado a la hija del concejal delegado general del área de infraestructuras y Vivienda del Ayuntamiento de Valladolid y de la hija de un rico empresario.

Mi comentario
Título: Sarna con gusto
Autor: César Pérez Gellida
Editorial: SUMA de letras, 2016
Encuadernación: Tapa blanda
ISBN: 9788483658512
Páginas: 512
PVP: 18'90€
Muchas cosas me han gustado de "Sarna con gusto". En primer lugar la utilización de refranes como título de los distintos capítulos. Aunque, como ya he dicho al inicio de esta entrada, no he leído "Memento mori" me he acercado a ese volumen al sospechar que sus capítulos vendrían encabezados por versos habida cuenta del nombre que recibe esta primera trilogía. Y sí, en efecto, así es y además lo declara el propio escritor en la "Nota del autor" que cierra la novela donde da las gracias "a Enrique Bunbury por extraer de sus canciones los títulos con los que están nombrados estos capítulos". Bien, bien, parece que no iba mal encaminado en mis suposiciones. También desde el principio llamó mucho mi atención el símbolo, siempre el mismo, que antecede en los capítulos al respectivo refrán,. Ese compás y ese cartabón me dirigían desde el principio hacia algo relacionado con la Masonería, pero habría / hay que avanzar en la lectura para despejar tal incertidumbre.

Respecto a los personajes, desde un primer instante me percaté de que Ramiro Sancho es el protagonista de todas las novelas escritas hasta ahora por Pérez Gellida. Ya al inicio de la misma lo vemos saliendo de una suspensión de empleo y sueldo consecuencia de haberse "pasado" con un delincuente, Augusto Ledesma que habrá tenido papel importante en la trilogía anterior. Ramiro Sancho, pues, arrastra ya una historia desde el comienzo de este relato; una historia sabida y admitida  por todos sus compañeros, excepto por la inspectora Sara Robles, nueva en la comisaría vallisoletana de las Delicias donde está centralizada la investigación, que se hará muy pronto con la sincera amistad de Sancho. Luego estarían el gallego Peteira que tan grave problema familiar arrastra consigo, el desafortunado de Garrido, el prepotente y perdonavidas de Fajardo y el resto de mandos superiores de Sancho que aunque admiran las dotes policiales de Ramiro Sancho al tiempo temen su espontaneidad que le ha procurado ya más de un disgusto.
Sancho es un hombre que está ya de vuelta de casi todo, un cínico que no cree en nada ni en nadie de los palos personales y profesionales que la vida le ha ido dando. Es muy amigo de un policía jubilado, el excomisario islandés  Ólafur Olafsson del que al haber leido sólo esta novela únicamente he sacado en claro que padece una grave adicción alcohólica de la que intentará salir gracias a la amistad que mantiene con Ramiro Sancho.

La novela tiene dos asuntos principales: Uno es el  del secuestro de la adolescente Margarita Zúñiga, hija de un concejal del Ayuntamiento pucelano y nieta de un acaudalado industrial; el otro es el de la Corporación de los Hombres Puros, grupo de estructura masónica que no sabremos hasta el final del relato qué pinta en el mismo y por qué persigue al comisario Sancho.
En la primera historia del relato se distinguen dos tramas: la de la familia Zúñiga y la de los  raptores. Ambas se unen a través de Margarita, la niña secuestrada. Estas dos tramas llegan a término -que no declararé cuál es para no destripar la novela (vulgo, 'spoiler')-; sin embargo la de la organización secreta queda abierta a una clara continuación que, a buen seguro, se nos dará en las siguientes novelas  de la trilogía.
En el primer asunto estamos ante un thriller construido con muy buen ritmo para descubrir a los autores del secuestro y conseguir liberar a la pobre Margarita. En el otro asunto es el suspense lo que prima pues Gellida dosifica a la perfección la información a fín de provocarlo debidamente.

Estamos ante una novela negra centrada en la investigación policial llevada a cabo por Sancho y sus compañeros. Para desentrañar los porqués del delito estos policías deberán entrar de lleno en los entresijos político-empresariales de estos Zúñiga, que se creen más que nadie y que con su soberbio e inadecuado comportamiento ocasionarán serios problemas a los profesionales policiales. Es una elegante manera que tiene el novelista de hacer crítica social: los pobres (los policías) al servicio de los poderosos (los Zúñiga). Estos policías se verán atosigados por los políticos (no olvidemos que el padre de Margarita es concejal)  y deberán abstraerse de sus propios problemas personales procurando que éstos no interfieran en un trabajo tan delicado como liberar a una niña de sus peligrosos secuestradores.

Ya he dicho antes que de "Sarna con gusto" me gustan muchas cosas. Una de ellas, sin lugar a dudas, es el espacio donde se desarrolla la acción principal, un escenario ya habitual en este autor vallisoletano: el de su propia ciudad y provincia de Valladolid. Me ha agradado especialmente ver que en el curso de la investigación aparecen lugares muy queridos para mí de la provincia de Salamanca y de la ciudad y comunidad de Madrid, las dos localidades a las que  me encuentro más unido, por nacimiento una y por residencia, la segunda.

Pero no sólo estamos ante una novela situada en España. La segunda historia, la de la Corporación de los Hombres Puros, es más cosmopolita y nos da un periplo de lo más variado que nos lleva por Plentzia, en Vizcaya (España), Lieja y Bruselas en Bélgica, Reikiavik (Islandia), Amsterdam (Países Bajos), etc. dejando como ya he dicho antes las puertas abiertas para desarrollar en una próxima novela esta trama, mucho más internacional sin lugar a dudas.
Sarna con gusto, Castilla y León, Salamanca, Valladolid

En cuanto al tiempo, hay que decir que el episodio estricto del secuestro tiene una duración de nueve días si bien se añade luego un capítulo que transcurre casi dos meses más tarde para hacernos ver cómo ha quedado de tocado el protagonista de la historia, Ramiro Sancho. También la otra línea argumental, la de la sociedad secreta, se inicia medio mes antes del estallido del secuestro de la niña y transcurre en coincidencia temporal con éste. En ambos asuntos la linealidad temporal es la norma.

El narrador en tercera persona, externo y objetivo, nos lleva de la mano sin sobresalto temporal alguno por los 25 capítulos que forman el relato salvo ya digo ese capítulo inicial, separado quince días del siguiente, y el último, acaecido dos meses más tarde, y que en su brevedad es el que da título a toda la novela pues en el fondo podríamos decir que el relato de la novela se iniciaría aquí. Estamos, pues, ante un relato circular que deja unas vetas abiertas (relación Sara - Sancho; la secta secreta, el excomisario islandés, etc) para tirar de ellas en un futuro relato. A esto se llama dominar el arte del suspense; yo, como lector, quedo en ascuas ante estas lineas argumentales no cerradas del todo y espero y deseo que llegue pronto a las librerías la siguiente novela de César Pérez Gellida, por eso de ver qué pasa.

Lo más destacable
Hay tres aspectos en esta narración que me parecen dignos de ser destacados. Son: la música, el humor y un estilo personal muy atractivo.

Ø La música es importante en esta novela, como, por otra parte, supongo debe de suceder en todo lo escrito por Gellida habida cuenta de los epígrafes puestos a los capítulos de "Memento morí" como ya dije antes. Según iba leyendo esta novela fui tomando nota de los temas que aparecían a fin de luego buscarlos y poderlos escuchar tranquilamente; no supe hasta el final que el autor había realizado por mí esta labor enumerando los títulos y autores de los temas musicales citados a lo largo del relato presentándo la "banda sonora" de la novela.  Bueno, como el trabajo ya estaba hecho aquí os dejo mi listado -que difiere [¡¡será posible!!] en tres o cuatro temas con los apuntados por el propio autor- con indicación de la página, así os será más fácil  localizarlos en el libro:

  • En pág. 41: 'November rain' de Gun's and Roses. 
  • En pág. 43 se cita a los grupos Bunbury, Placebo, Rammstein, Muse y Depeche Mode (eran los grupos que gustaban al delincuente Augusto Ledesma, curiosamente los mismos que le encantan a Ramiro Sancho).Como es lógico, dada su edad, a Margarita Zúñiga, joven de quince años, la música que le gusta es la de  Calle 13.
  • En pág. 154 Sancho canta y escucha 'Ángel exterminador' de los Ilegales. 
  • En pág. 190 se cita aThe Smiths: 'There is a light that never goes out'-
  • En pág. 234:The Rolling Stones, 'Sympathy for The Devil'
  • En 281 el tema 'Malos tiempos para la lírica' de Golpes Bajos y su cantante Germán Coppini. 
  • En pág. 308, el Chimuelo canta "Altar de muertos", ¿un corrido mexicano? ¿Un narco-corrido? No lo sé con exactitut pues he sido incapaz de localizar este tema.
  • En pág. 314 'Livin' on The edge' de Aerosmith. 
  • En pág. 391 se cita la canción 'La senda del tiempo' de Celtas Cortos, curiosamente no incluida por Pérez Gellida en su Banda Sonora. Sí aparece en mi playlist.
  • En pág. 419 se cita a El Último de la Fila: 'Lápiz y tinta'. No he logrado localizarla en spotify. 
  • En pág. 442 'El estanque', del " Tour 2006" de Héroes del Silencio. 
  • En pág. 446 'Lonely boy' de The Black Keys. Tampoco incluida por Gellida en la Banda Sonora. Sí en mi playlist.
  • En pág. 495 'Coge el viento' de La Dama se Esconde.
[En la página "Música que me gusta escuchar" he colocado una playlist con los temas anteriores. Pinchar aquí]

Se ve que el autor, de 42 años de edad, es gran conocedor de la música popular de la década de los 90, precisamente la que le encanta escuchar a ese servidor público que es Ramiro Sancho.

Ø El humor.  El humor que rezuma en muchas partes de la novela va de la mano de un excelente manejo de la lengua. Una lengua llena de coloquialismos que se mueve en un nivel familiar habitual entre los que ya hemos salvado la década de los treinta (¡y bastante más!), como demuestra la magnífica profusión de refranes que a mí personalmente me han encantado. Pienso además que Gellida hace con esta novela una excelente contribución al mantenimiento de este acervo común que corre serio peligro de desaparición entre nuestros jóvenes. El refrán que encabeza cualquier capítulo contrasta muchas veces con el asunto allí desarrollado en un elegante ejercicio humorístico. En otras ocasiones el humor va de la mano de la sincera amistad como se percibe en la frase de Sancho a Olafsson: "-En serio, no tienes buen aspecto. No serás tan cabrón de morirte en mi casa, ¿no?" (p. 392). También hay momentos en que el humor surge del choque de realidades muy conocidas por los lectores: "La mezcla visual de uniformados y civiles dentro del templo se antojaba entre incompatible e imposible, como un traje de Armani con riñonera." (p. 412). Del mismo modo el juego que hace el autor con el nombre real del policía inspector de homicidios Urtzi, que hace el prólogo de la novela, y su uso como apodo de Sancho por uno de los delincuentes me parece una muestra de sano y amistoso humor.

Ø El estilo Gellida. Pues me ha encantado. He visto mucha referencia a cine negro y policial ( "el mexicano hablaba como Benicio del Toro en 'Traffic', una de las películas del top de Marga", p. 349), a la pintura (Azucena estaba "como un autorretrato de Frida Kalho; hermética, solemne", p.397), a la literatura popular cuando compara a Fajardo con el Llanero Solitario...; y ya en triple salto mortal sin red me ha parecido lo más de lo más la comparación que hace de Sancho con el referente extraído de una frase de un afanado novelista, ¡increíble! ("El inspector sellaba cada interrogante con los nudillos del puño izquierdo haciendo buena la sentencia de Pérez Reverte: 'No hay nada más peligroso que un español acorralado'").

Y me ha gustado muchísimo el léxico que se cuela por entre las líneas de este relato como sin querer, añadiendo unas notas de cultismo muy interesantes en una narración que circula, como es lógico, por raíles muy coloquiales. Algunos ejemplos: Uno de los secuestradores padecía "ptosis palpebral" (= caída del párpado superior), el polifacético Peteira se expresa en vigués y "castrapo" (=  Hablado por el 90% de la población. Es el gallego moderno),  a Margarita Zúñiga le sobrevino un "himpado" (= gemido con hipo)... Habría que incluir también en este apartado cultista toda la referencia a la mitología popular castellana por haber caído en el olvido cuando no en el desprecio del ignorante: Sancho le habla a su compañero Peteira, gallego él, sobre la mitología castellana: el Tragaldabas, el Sacamantecas, los malismos, los ojancos, los trasgos, el Bú, el Diablo Cojuelo, el Martinillo la tía Melitona...

Conclusión
En definitiva, una novela muy recomendable, que se lee muy bien, con un estilo magnífico, que muestra el auténtico día a día de la Policía sin que por ello el relato pierda fuerza alguna. Si se comienza a leer no se puede abandonar y cuando se finaliza se buscan más dosis "Gellida". Yo, por ejemplo, ya me estoy inyectando "Memento mori", así que os dejo.