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30 ago 2017

Rafael Chirbes. "La larga marcha".

21 comentarios:
Una muy buena amiga, conocedora de mis gustos literarios, me obsequió las Navidades pasadas con este título de Rafael Chirbes, autor valenciano desaparecido hace poco más de dos años (†15/8 /2015). Desde enero la novela ha estado quieta, callada y humilde, aguardando que la tomase entre mis manos. Por hache o por be, o sea, no sé a ciencia cierta por qué, yo no atendía su llamada; pienso que la calidad del autor, contrastada por mí en su excepcional "En la orilla" (leer su reseña aquí), me llevaba inconscientemente a pensar que me encontraría con un escrito muy inferior a ella, pero estaba muy equivocado.


Soy consciente de que formo parte del común (-ahora está muy en boga esta palabra, que alterna con 'Común' con mayúscula y 'En Común'-), del común de los mortales, quiero decir, que llegó hasta el escritor de Tabernes de Valldigna a través de la adaptación a televisión en 2011 de su novela "Crematorio" que mostraba, de un modo nunca visto por mí hasta entonces, la prepotencia de la clase dominante española capaz, para conseguir beneficio económico, de arramplar sin problema de conciencia alguno con todo y/o con cualquiera que se pusiese por delante. El asunto que se trataba allí, junto a la magnífica actuación  en el papel del constructor Rubén Bertomeu del actorazo que fue Pepe Sancho, me hicieron interesarme por este escritor que yo conocía pero del que nada hasta entonces había leído. Mi iletrado conocimiento de su persona me había llegado a través de unas conferencias que, durante el último año del siglo pasado y sobre el futuro de la novela española en el que se avecinaba, se hicieron en ahora no recuerdo si fue la Biblioteca Nacional o la Fundación Juan March. El Chirbes conferenciante me pareció un hombre muy vital, muy animoso, muy crítico, un hombre que vivía su oficio de escritor con una fuerza por mí pocas veces vista. Sólo me quedaba comprobarlo por mí mismo, y así lo he hecho por ahora con la que le sirvió para ser galardonado con el Premio Nacional de Narrativa 2014, "En la orilla" y con ésta, "La larga marcha".

Novela social realista española actual


Mi comentario
"La larga marcha" se estructura en dos partes. En la primera titulada "El ejército del Ebro" nos encontramos, finalizada ya hará casi diez años la guerra civil, con una serie de familias de diversas localidades españolas: en Fiz, Asturias, la familia de Manuel Amado Couto; en Bovra, Valencia, los hermanos Vidal: Raúl y Antonio; en Salamanca la familia de Pedro del Moral formada por sus dos hijos: José Luis y Ángel; y ya en Madrid, malviviendo, otras muchas como la de Vicente Tabarca y su mujer Luisa Montalbán que tienen dos hijas: Alicia y Helena; la de Luis Coronado que vende cigarros sueltos y lo que se tercie junto a su mujer Elvira Rejón que trabaja en casa para una camisería; los aruinados hermanos Seseña -Roberto y Gloria- que vivieron la guerra ocultos en el Madrid republicano y que ahora en los cuarenta y cincuenta saldrán adelante uno, Gloria, casándose con su antiguo empleado y hoy próspero promotor inmobiliario Ramón Giner, y el otro, Roberto, casado con Mariló Muñiz, aceptando las condiciones caudinas impuestas por su yerno de abandonar la casa familiar; etc

Una novela coral
Todos estos seres sobrellevan la dura posguerra como pueden, pero en general, salvo los Giner que se están forrando con el negocio inmobiliario, malamente.  El hambre, la represión interior, los abusos y movimientos de población por la construcción de enormes obras públicas, el estraperlo, la picardía para poder llevarse algo a la boca, la decepción de parte de los que lucharon al lado de los vencedores, la humillación de los perdedores... son los constituyentes de la España que Chirbes nos dibuja en esta primera parte, durante cuya lectura constantemente acudían a mi memoria esos otros personajes, desvalidos como éstos, que en 1950 crease Camilo José Cela en su novela "La Colmena". Como en aquella los personajes de "La larga marcha" más que individualidades son elementos de un ente superior, el pueblo español. Sin embargo, a diferencia de la obra del autor de Iria Flavia que circunscribía el campo de su análisis a la ciudad de Madrid, Chirbes abre el espectro y lo extiende a todo el país. La constatación que tenemos tras la lectura de las distintas secuencias que conforman este primer apartado es el de una España chata, gris, apagada, fea, triste, humillada. Una España en la que todos han resultado perdedores, incluso los vencedores, como el camisa vieja Pedro del Moral que subsiste mal que bien boleando zapatos, que diría un argentino, en el salmantino Café Novelty.

Todo un mundo de contradicciones
Los personajes deben tomar decisiones contrarias muchas veces a sus verdaderos deseos, decisiones que les vienen impuestas por las férreas condiciones en que se desarrolla la vida del país. Por esto las aguas de un pantano en construcción harán que Rosa Moura y Manuel Amado emigren a Madrid o que su hermana Eloísa decida, con sorpresa para todos, casarse con Manuel Pulido, guardia civil enviado a la localidad; Vicente Tabarca, médico con principios donde los hubiera, deberá realizar prácticas médicas no legales para sacar adelante a sus dos hijas y así prosperar; algunas de las mujeres casadas sufrirán engaños que aceptarán por parte de sus maridos e incluso recibirán presiones para allegar dinero a la casa del modo que sea; los más humildes no ven más salida para sus hijos que darles educación fuera de sus pueblos (Carmelo Amado, Raúl Vidal y José Luis del Moral irán a estudiar a un orfanato de León)...

La segunda parte, "La joven guardia", me ha resultado más próxima. Me he sentido identificado no pocas veces con muchos de los personajes y he reconocido no pocas de las situaciones. Los protagonistas de las secuencias de esta parte son José Luis del Moral, Luis Coronado, Gloria Giner, Helena Tabarca, Raúl Vidal, Carmelo Amado, Roberto Seseña, Ignacio Mendieta, Gregorio Pulido (el único que no es estudiante, sino obrero), Ángel del Moral, etc., etc. Un coro de seres, jóvenes en esta parte, que viven con juvenil ímpetu su irremplazable vida. Sus padres, protagonistas de la primera parte, están ahora en un segundo plano, interviniendo en sus vidas menos de lo que quisieran y más, mucho más, de lo que inocentemente los muchachos piensan.

Estos chicos viven, crecen, se enamoran, estudian, luchan por cambiar España con inocente y juvenil ardor. En ellos prosiguen las contradicciones que avistamos en sus padres aunque evidentemente ya no estamos en los cincuenta; ahora los años sesenta y primeros setenta dibujan un país diferente en pleno desarrollismo, un país en el que los jóvenes van al Cine (Carmelo Amado lo descubrirá viendo la película "El gran combate" de John Ford ("Fue en el cine Callao, y aquella tarde proyectaban 'El gran combate' de John Ford. Carmelo no olvidaria nunca la emoción que le produjo aque local lujoso, que contrastaba con la modestia de la sala de cine de su aldea, que no era más que un. almacén pegado a la trasera de la parroquia de Fiz",  pág. 211); para quienes la literatura es importante ("Carmelo imaginaba que podía parecerse a Larry, el protagonista de 'El filo de la navaja' que lo abandonaba todo, para buscarse a sí mismo; o a los personajes que salían en las  novelas de Jack  London", pág. 215 ); jóvenes que hacen tertulia en cafés como 'El laurel de Apolo' donde comentan libros, películas y artículos de revistas como "Triunfo", "Primer Acto", "Film Ideal", "Nuestro CINE" que les servirán para afirmar su conciencia política -la mayoría milita en agrupaciones de izquierda- y para consolidar sus relaciones afectivas y amorosas; unos jóvenes de los que ya  algunos han salido a Europa... En definitiva el país real de esos años.

Lo mejor de esta panoplia de personajes que Chirbes dibuja es la maestría con que sabe mostrar la distinta psicología femenina y masculina. Todos los seres que presenta el novelista resultan verosímiles en todo: en sus dudas ante el sexo, en sus decisiones familiares y de relación personal, en sus acercamientos y/o alejamientos entre unos y otros, en su resistencia ante la adversidad, en sus falsedades y ocultamientos, en sus sinceras entregas...

Muchos asuntos se cuelan en esta segunda parte: el rock&roll, la moda, el arte, la lucha política universitaria, las huelgas y manifestaciones,  las dudas sobre la orientacion sexual, la doblez y ocultamiento de las actividades por parte de los hijos hacia sus padres, las contradicciones en unos y otros -padres e hijos-, el abuso de los dirigentes políticos -aqui simples estudiantes- al utilizar a veces la disculpa ideológica para conseguir sus fines particulares cuál es birlar la novia a alguien... La vida española real de esos años es el fondo sobre el que se recorta la actividad de estos jóvenes: la expulsión de Tierno Galván de la universidad en 1965, mayo del 68, las drogas, el proceso 1001 en 1970, la enfermedad del Caudillo...; y en lo social el tremendo choque entre la lobreguez de los calabozos de la Dirección General de Seguridad en la Puerta del Sol y la vida y las risas del exterior que desde allí dentro se escuchan. Como he dicho todo un mundo de tremendas contradicciones, pero muy real, muy auténtico, el que muestra en esta excepcional novela Rafael Chirbes.

Un magnífico estilo
Todo narrado con esa estupenda pluma que el escritor valenciano maneja como nadie y que es la que hace que la novela no se quede en un magnífico fresco de la realidad española de esos años sino que alcance la categoría de obra maestra. Y es que Chirbes emplea con naturalidad técnicas y  recursos estilísticos: perspectivismo, manejo adecuado de la sintaxis para crear efectos de demora o de anticipación,  un vocabulario pretendidamente característico ('chaparro' -arbol-, 'lampistería', 'hocinos de segar', 'zaíno', 'manijeros', 'guarrino'...), narrador externo objetivo, imágenes literarias, etc.
A lo anterior, y claramente también como elementos de estilo, se añade  el fuerte culturalismo que rezuma por toda la novela: cine, literatura, música. Y lo mejor de todo ello es observar de nuevo la maestría y la naturalidad con que Rafael Chirbes los incluye en el relato, sin estridencia alguna.


Final
Con "La larga marcha" (1996), premiada en Alemania con el Premio SWR-Bestenlisten, inició Rafael Chirbes una trilogía sobre la sociedad española que va desde la posguerra hasta la transición, que se completa con "La caída de Madrid" (2000) y "Los viejos amigos" (2003).

Madrid bajo el franquismo, Chirbes, "La caída de Madrid", "Los viejos amigos"

Leyendo "La larga marcha" me ha dado la impresión de estar leyendo a un clásico de la literatura española. Veo a Chirbes formando parte por derecho de la gran tradición literaria de nuestro país,  engarzando directamente con el Cela de "La Colmena" y los novelistas sociales de la generación de los cincuenta, en especial con la Carmen Martín Gaite de "Entre visillos".

Diríase que Chirbes en esta novela lamenta la llegada de un nuevo estilo de vida, de un mundo nuevo, que choca y echa por tierra los valores arraigados en el amor y seguridad que da el terruño. Por el paisaje inhóspito de la gran ciudad deambulan unos seres que parecen sonados, con muy pocos recursos para maniobrar, seres que deberán tomar decisiones que no les agradan en principio pero que les serán inevitables para poder sobrevivir. La principal es la de abandonar sin deseo alguno sus orígenes, el pueblo, la tierra a la que estaban unidos por nacimiento e historia. Estamos ante unos trasterrados que no se asentarán definitivamente en sus nuevas localidades hasta que lo hagan sus hijos, que son los que lucharán para cambiar las condiciones de vida del país. Pero incluso éstos añorarán en su fuero interno la libertad y disfrute de la vida que gozaron siquiera brevemente durante los años de infancia o en las visitas fugaces que ya en su juventud hicieron a esos espacios naturales. El canto horaciano del "Beatus ille" que recogiera Fray Luis de León me ha parecido reconocerlo en este volver la mirada a los orígenes que Chirbes impone a los personajes de su novela.
"Fue en aquel momento cuando quiso volver atrás, pedirle a alguien una tregua, que echasen a andar en dirección contraria las manecillas del reloj, establecer con un interlocutor válido un pacto que lo devolviera a la normalidad. Recordó con viveza el rumor del torrente en las traseras de su casa de Fiz, las camelias y las jacarandás del jardín de la mansión del indiano y el viejo almacén a espaldas de la iglesia en el que los domingos proyectaban las películas, y quiso echarse a correr hacia atrás, hacia todo aquello que sabía que ya nunca volvería a ver porque yacía enterrado para siempre bajo el agua de un pantano" (pág. 391)

24 ago 2017

"El estafador" de John Grisham

15 comentarios:
Segunda novela que leo del exitoso escritor norteamericano, y segunda también de las que durante este verano he leído de la colección 'Novela-Thriller' que el diario El País ha sacado a lo largo de los meses de julio y agosto. De ambas, -la anterior de Grisham y la de la colección de 'El País', de la inglesa Anne Perry-, tengo reseñas hechas en este blog que se pueden leer haciendo clic aquí para la del novelista de thrillers legales y aquí para la de la novelista londinense.



Sinopsis (información de la propia editorial)
Los jueces federales se enfrentan a menudo a criminales violentos. Ya han sido asesinados cuatro de ellos. El juez Raymond Fawcett acaba de convertirse en el quinto.
Un abogado condenado a 10 años de cárcel dice saber quién y por qué el juez Fawcett fue asesinado y exige la libertad a cambio de su información. ¿Quién es el estafador? Y ¿qué tiene que ver con el asesinato de un juez? Su nombre, de momento, es Malcolm Bannister.¿Profesión? Fue abogado. ¿Lugar de residencia actual? Centro Penitenciario Federal de Frostburg, Maryland.Sobre el papel, la situación de Malcolm no pinta nada bien; pero guarda un as en la manga: sabe quien asesino al juez Fawcett y también sabe por que. El cadaver del juez fue hallado en su cabaña a la orilla de un lago. La entrada no había sido forzada. Lo unico que encontraron fueron dos cuerpos sin vida: el del juez y el de su joven secretaria. Y otra cosa: una caja fuerte grande, el modelo más moderno y mas seguro, abierta y vacía. Y ¿qué había en la caja fuerte? Al FBI le encantaría saberlo, y a Malcolm Bannister, contarlo. Pero todo tiene su precio, sobre todo una información tan valiosa como esta, y el estafador no tiene un pelo de tonto.

Mi comentario
Lo primero que diré es que este thriller legal de John Grisham aparecido en 2012 me ha agradado más que el otro que leí en noviembre del año pasado titulado "Un abogado rebelde" y que como he dejado dicho en la introducción de este post tengo reseñado en el blog.

"El estafador" me ha parecido una historia con más ritmo y más suspense que la otra. Pero con todo y con eso no puedo por menos que encuadrar el libro dentro de la categoría de los best-seller en la que el escritor nacido en Jonesboro (Arkansas) en 1955 ocupa lugar de privilegio por derecho.

El estafador, John Grisham, Thriller legal
Zona donde discurre la acción desde Jamaica 
hasta Washington con centro en Roanoke
La novela tiene aspectos que me han resultado más que interesantes. El principal, sin duda alguna, es la pertenencia del protagonista, el abogado Malcolm Bannister, a la minoría negra dentro de un estado, Virginia, que por los sucesos racistas acaecidos últimamente en Charlottesville [el sitio chileno de noticias online emol.com explica muy bien los sucesos en este artículo]  tiene aún en carne viva su derrota en la Guerra Civil norteamericana. No es un caso aislado, ahora mismo recuerdo otro estallido de violencia racial fortísimo sucedido durante el verano de 2014 en Ferguson perteneciente al estado de Missouri que también participó en la susodicha guerra civil dentro de la Confederación. Y periódicamente, cual si de un Guadiana se tratase, estos choques reaparecen.

Malcolm Bannister, abogado y culto pero negro, está en una cárcel federal de baja seguridad. Está allí injustamente, más que nada por su color de piel. Se ha visto implicado [no diré aquí cómo ni por qué, para no descubrir nada] en el asunto Barry el 'Sobornos', un politicastro de la capital que ascendió como la espuma el día que "abrió un bar cerca del Capitolio con un socio. Para hacer de camareras contrató a unas cuantas putas jóvenes con minifalda y el local se convirtió casi de la noche a la mañana en uno de los mercados de carne favoritos de las hordas de burócratas que pululan por la zona. " (pág. 63).

Malcolm es un buen hombre y por ello "hoy por hoy soy el único negro de Frostburg que cumple condena por delitos económicos. Todo un honor. [...] Mi hermano mayor, Marcus, viene dos veces al año para ponerme al día de sus contratiempos. así se entretiene durante una hora. Tiene tres hijos adolescentes, en diversas fases de delincuencia juvenil, y una mujer que no esté bien de la cabeza. Según como se vea, se supone que no tengo problemas... " (pág. 21).

El racismo subyacente en las relaciones interpersonales está vivo y candente en la prisión de Frostburg, Maryland, donde Bannister lleva cumplidos cinco de los diez años que le cayeron en suerte. Con no poco humor el mismo Bannister al hablar de su agente correctivo, Darrell Marvin, un blanco de unos veintitantos años, dice que a éste él no le cae nada bien "por ser negro y tener dos licenciaturas (dos más que él) " (pág. 40); asimismo en otro momento de la historia el protagonista comenta de la recepcionista del motel donde va a alojarse que "la vieja de la recepción no es muy simpática. Se me ocurre que quizá ya era la dueña en los buenos tiempos, cuando se podía rechazar a los negros " (pág. 227); y también tira de ironía al hablar de su compañero de celda, un tal Gerard, del que dice que pertenece "al millón de negros mantenidos por el contribuyente " (pág. 70).

En esta novela negra abundan las andanadas hacia la sociedad norteamericana más ocupada en encerrar personas que en educarlas: "En Estados Unidos nos gastamos 40000 dólares al año por cada preso, y 8000 en educar a un alumno de primaria" (p. 12). De las críticas reprimendas que aparecen me ha llamado mucho la atención la que se hace al enjuiciamiento con jurado debido al bajo nivel de algunos de sus integrantes. Cuando habla del juicio en el que se le condenó junto al resto del denominado caso Rofko algún miembro del jurado dijo: "Supusimos que eran culpables; de lo contrario no les habrían imputado " (pág. 89). La critica sube de grado cuando alcanza a algunos de los que deciden sobre la vida y/o la libertad de las personas: los jueces. Entonces ya casi casi hasta comprendemos más que compadecemos al delincuente.

El humor, como ya he señalado antes, envuelve no pocas partes de este entretenido relato. Es un humor inteligente, como el contenido en las citas anteriores, y ciertamente de tono crítico y sarcástico. Así ve el narrador protagonista a los policías que van a reunirse con él:
Son cinco hombres, todos con el mismo traje oscuro, la misma camisa blanca con el cuello abrochado y la misma corbata rosa. Hasta a un kilómetro, y en plena multitud, podría haber dicho: "Mira, unos del FBI".  (pág. 95) 
El protagonista, que al inicio de la novela está en la prisión de Frostburg "a pocos kilómetros de Cumberland, Maryland, en una estrecha franja dominada y empequeñecida al norte por Pennsylvania y al oeste por Virginia Occidental", se mueve por la geografía oriental norteamericana (Charlotte, Charlottesville, Roanoke, Atlanta, Miami, Washington...) con alguna que otra escala en las islas de Antigua y Jamaica. Y se mueve por estas distintas localidades durante apenas cinco meses: "Es 28 de julio. Salí de Frostburg hace cuatro meses y de Fort Carson hace dos" (pág. 356)
Escritores negros norteamericanos
James Baldwin, Kenny Chesney y Walter Mosley

En la novela se homenajea al escritor y activista por los derechos civiles afroamericano James Baldwin de quien Bannister tomará el nombre, Max Baldwin, bajo el que intentará esconderse en el futuro; también otro escritor de color, Walter Mosley, figura entre las lecturas del personaje principal. Junto a estos autores, Bannister en gustos musicales es más de country que de otra cosa: Kenny Chesney está entre sus preferencias.

Lo más destacable de esta novela es el ritmo ágil y dinámico que tiene. El suspense es constante y habitualmente va in crescendo en el párrafo final de los capítulos, lo que nos impide dejar la lectura del relato para avanzar más y más en ella. A esta agilidad contribuye, y no poco, el narrador utilizado por el autor. Es un narrador externo y objetivo en unas partes, e interno y en 1ª persona, totalmente subjetivo, en gran parte del relato.

Excurso final
No quisiera finalizar la reseña sin comprobar si, como decía no hace nada Javier Rodríguez Marcos en el diario El País (artículo titulado "La canción del verano suena más que la 'Eneida'"), "El estafador" de John Grisham utiliza los cuatro ingredientes esenciales del best seller según sostiene Sergio Vila Sanjuán en "Pasando página": acción, intriga, sexo y escenarios internacionales. Sí, es evidente que sí. De acción, intriga y escenarios internacionales he hablado. En cuanto a sexo, éste corre de parte de Vanessa Young, la chica, hermana de un compañero de prisión, de la que Bannister se enamora perdidamente y que a la salida de prisión será su compañera de fatigas amatorias y aventureras.

Efectivamente, pues, John Grisham -¡eso ya lo sabíamos desde el principio!- es un autor de best sellers. Pero ¿quiere esto decir que su literatura es deleznable como viene a sugerir Rodríguez Marcos en su artículo? Yo creo que no, que su literatura no es deleznable aunque, claro es, no sea alta literatura. ¿Admite esta constatación colocar su obra a la altura de "Despacito" la canción de Luis Fonsi que suena imparable este verano? Esta equiparación -que me perdone mi admirado Javier Rodríguez Marcos- me parece de todo punto exagerada. Dice el articulista de El País que los asistentes al concierto de Luis Fonsi en el Teatro Real de Madrid del pasado 30 de julio no salieron de allí decididos a comprar una entrada para el 'Lucio Silla' de Mozart que se estrena en septiembre, y lo argumenta diciendo que si "los lectores adultos de Grisham terminaran inevitablemente leyendo a Alice Munro, cuatro décadas de educación democrática habrían hecho de España algo muy parecido al pueblo de 'Amanece que no es poco'". Hombre, Javier, no sé si los lectores de Grisham acabarán leyendo a Alice Munro pero probablemente sí, ¿por qué no?, a Eduardo Mendoza o a Vázquez Montalbán. Creo sinceramente que te has pasado un pueblo. Pienso que entre "Despacito" y por ejemplo la novela que acabo de reseñar hay muchas diferencias. Cuando como tú dices Grisham afirmó en una entrevista "Sé que lo que yo hago no es literatura" hay que entender el fino sentido de autocrítica y la justa ironía que la misma contiene. En mi opinión, ¡perdóname!, Grisham no hace gran literatura, cierto, pero sí hace lectores que por ello se pueden acercar a ella a su través. Y no, "Despacito" y "El estafador" no son elementos equiparables. Perdona, pero no. 

20 ago 2017

Un caluroso verano de Cine... y Televisión

8 comentarios:
Como en veranos anteriores intento sobrellevar los tremendos días de calor inmerso en las historias que contemplo en pantallas de refrigeradas salas de Cine. Es uno de los escasos aciertos que año tras año repito con satisfacción y que recomiendo a todos. Bien es verdad que el estío no es época de grandes estrenos, pero siempre se escapa alguno que otro reseñable. Y cuando no, refugiado en el sofá del salón de casa con el ventilador o el aire funcionando a tope, esas morosas y densas tardes veraniegas procuro superarlas con éxito viendo películas o series en alguna plataforma televisiva.

Total, que velis nolis (quieras o no) he visto en salas de cine durante estos dos últimos meses entre otras varias películas que me atraían por sus títulos y/o reseñas como "Verano 1993" de la directora novel Carla Simónpreciosa, sensible, sincera, una maravilla!, la candidata española perfecta para optar a los Óscar); "Regreso a Montauk" del alemán Volker Schlöndorffme decepcionó!); "París puede esperar" de la norteamericana Eleanor Coppolaintrascendente!); y "La seducción" de Sofía Coppolabastante tediosa!).  Por televisión, entre las series, finalicé la extensa -cinco temporadas- e interesantísima "Breaking Bad" creada, producida y dirigida por Vince Gilligan, así como la 5ª temporada de "House of cards" cuyo productor ejecutivo es Michael Dobbs; también vi los últimos episodios de "Genius", el biopic de Albert Einstein dirigido por James Hawes y que ha sido pasado por el canal de National Geographic. En cuanto a películas vistas por TV destacaría títulos tan interesantes como "Comanchería" (2016) del director David Mackenzie, "Elle" (2016) del director Paul Verhoeven, y/o "Big eyes" (2014) del director Tim Burton. Y ayer mismo vi "Ni un pelo de tonto" (1994) del director Robert Benton, basada en la novela homónima de Richard Russo, escritor de quien tengo reseñadas en este blog dos de sus obras (leerlas aquí y aquí).

Paul Verhoeven, Tim Burton, Robert Benton, Kevin Spacey, Robin Wright, Carla Simón, Sofia Coppola, Eleanor Coppola
De todos estos títulos hay por la Red información y opiniones más que cumplidas. Es por ello que no voy a abundar en ellas so riesgo de ser repetitivo, algo que no deseo. Sin embargo, dada mi indeleble condición de profesor de instituto durante muchos años no resisto la tentación de decir algo a propósito del colega de profesión en la ficción Walt White en la estupenda serie de Breaking Bad.

Cuando vi el final de "Breaking Bad" reconocí en Walter White la personificación del profesor de Medias. El personaje al que da cuerpo Bryan Crinston es en los primeros episodios de la Primera temporada un simple profesor de Química en el Instituto de Secundaria de su localidad. Ha llegado a la profesión de rebote por culpa de la traición de dos compañeros de Facultad con los que pensaba poner una empresa; sus posibles dos socios -hombre y mujer- deciden dejarle en la estacada una vez que Walt les ha comunicado la idea empresarial que en su cerebro había fraguado. Cuando  tratar la grave enfermedad que ha contraído le supone un gasto imposible de asumir, sus dos antiguos compañeros, por eso de hacerse perdonar su infidelidad, le dicen que serán ellos quienes asumirán el elevado coste de la misma. Pero Walt no quiere pasar por tal humillación, aunque sí quiere curarse. ¿Qué hará?  Pues simplemente ser él quien pagará todo el tratamiento. ¿Con qué dinero? Pues utilizando sus conocimientos de química para cocinar metanfetamina y pasar a lo largo de las cinco temporadas a convertirse en 'Heisenberg', un hombre respetado y temido por todos: consumidores, traficantes, agentes de la DEA...
Aaron Paul, Bryan Crinston , Heisenberg, Breaking Bad
En cinco temporadas de unos trece capítulos cada una -total, unos 60 episodios- las circunstancias, evoluciones, momentos climáticos y anticlimáticos, los personajes secundarios, las relaciones familiares y tantos, y tantos, otros elementos más hacen que la historia discurra de manera fluida y sin excesivos altibajos. Ha sido al final, en los últimos episodios de la V temporada, cuando los guionistas han querido cerrar el círculo volviendo sus ojos a los orígenes de este padre amantísimo de su familia aunque hoy despreciado por todos sus miembros, a ese antaño profesor de enseñanza secundaria que disfrutaba enseñando a ese díscolo alumno, Jessie Pinkman  (Aaron Paul), quien de sólo pensar en el dinero para dar satisfacción a su drogadicción evoluciona a aborrecer el vicio y buscar el amor que siempre le ha sido esquivo por su culpa o porque los demás así lo han querido. 
Me ha encantado la escena en la que un acabado Walter tras garantizar el futuro económico a su familia mira embelesado la espectacular maquinaria del laboratorio de metanfetamina que le ha hecho, equivocadamente, valorarse a sí mismo, verse vivo cuando la enfermedad pugnaba por quitarle la vida, disfrutar en secreto de todo su saber que le había sido hurtado por esos supuestos amigos universitarios que le robaron sus ideas y lo arrumbaron a una profesión dignísima -la de profesor de instituto- pero poco considerada -despreciada si no nos andamos con eufemismos- por amplios sectores de la sociedad. Así nos va. No queda otra que descubrirse ante Vince Gilligan, el productor ejecutivo de esta magnífica serie, que situando la historia en la marginalidad social del mundo del tráfico de drogas ha creado un estupendo producto que toca muchas teclas de nuestra sociedad sin obviar la principal:
¡¡No todo vale, por muy loable que sea la finalidad pretendida!!

13 ago 2017

"La menorah de Petra": Carlos Díaz Domínguez se va de excavación arqueológica

7 comentarios:
He leído rápidamente y con sensaciones disparejas esta última novela de Carlos Díaz Domínguez, autor de quien hasta el momento sólo conocía "A las ocho en el Novelty" (leer reseña aquí ). Si no pude por menos que elogiar la historia de la anticuaria y el profesor de instituto, mi grado de satisfacción respecto a la última incursión en el mundo de la narración del escritor madrileño, aun siendo alto no lo ha sido tanto.
Sinopsis (tomada de la contraportada de la novela)
Carlos Díaz Domínguez, "La menorah de Petra", Guerra de los seis días
En 1967 Araceli Artigas es seleccionada para formar parte de un grupo de arqueólogos que, financiados por la UNESCO, van a realizar la excavación más importante efectuada hasta la fecha en la ciudad jordana de Petra.

A medida que transcurren los días la convivencia en el grupo de los investigadores elegidos se irá tensando a la vez que iremos conociendo su pasado, sus auténticas personalidades y las verdaderas razones que los han llevado a viajar a Oriente Próximo.

Pero ni Araceli ni el resto de sus compañeros saben que sus vidas están a punto de sufrir un trascendental giro: la Guerra de los Seis Días, la contienda que más ha marcado el conflicto árabe-israelí, está a punto de estallar.

Buscaremos las respuestas en las arenas del desierto y en los intrincados callejones de Jerusalén, y las hallaremos en La menorah de Petra.
Mi comentario
Carlos Díaz Domínguez sitúa la historia de Araceli Artigas en el contexto de la guerra de los seis días que en 1967 enfrentó por tercera vez en 20 años al recién creado Estado de Israel con el conjunto de países árabes, esta vez bajo la dirección de la RAU de Nasser. El rais egipcio pensaba que el choque sería un paseo militar (nunca mejor dicho), pero, por contra, él y el panarabismo serán humillados en toda regla: frente al objetivo buscado de la destrucción de Israel, estado creado en 1948 por resolución de la ONU de 1947, los países de la coalición lograron que el pequeño país cuadruplicase su tamaño.

Este éxito de los judíos se debe al excelente funcionamiento del Mossad, sus servicios secretos, cuyos tentáculos se extienden por todo Occidente. En medio de todo este conflicto internacional una misión arqueológica de la UNESCO en Petra, localidad jordana,  va a ser utilizada por unos y por otros (Israel, el Vaticano, Francia...) como tapadera de intereses no sólo arqueológicos. Tan sólo España (Araceli Artigas) y Jordania (Abdallah) se encuentran, en medio de esta mar de intereses, movidos exclusivamente por su amor a la investigación histórica. Tras estos dos personajes aparecen dos países, la España de Franco y la Jordania del rey Hussein, que poco o nada pintaban en el concierto internacional; por esto, quizás, ellos -Araceli y Abdallah- serán quienes salgan peor parados.
Entre los aspectos positivos del relato destacaría sin lugar a dudas el conocimiento que su lectura me ha proporcionado sobre la cultura árabe e israelita. El novelista hace uso de los términos propios utilizados para designar elementos característicos de cada cultura (liturgia, gastronomía, vestuario...) y para facilitar al lector su comprensión coloca antes de la novela propiamente dicha un glosario de dichos vocablos. Al tiempo que conocemos los nombres adecuados para las distintas llamadas a la oración del almuédano o las distintas categorías de miembros dentro del Mossad, el narrador va vertiendo opiniones sobre la idoneidad, justicia o injusticia de lo ocurrido a judíos y palestinos; estos juicios son trasladables  en muchos momentos a la realidad española, habida cuenta de la importancia de ambas culturas en la conformación de la nuestra propia:
  • En el caso de los judíos la cita siguiente sobre la falsificación de la historia la veo aplicable a cualquiera de los nacionalismos que abundan por nuestros pagos: "mi país no va a permanecer de brazos cruzados entre tanto la UNESCO corrobora el carácter árabe de los habitantes de Petra. Tengo que fingir que encuentro algo que cambie la historia o por lo menos que genere dudas que es casi mejor" (-dice Rachel, al servicio del Mossad-, pág 193).
  • En cuanto a los árabes, las afirmaciones sobre su comportamiento, siempre desunidos e incapaces de asociarse para enfrentarse  al enemigo común que es Israel a pesar de sus constantes expresiones de amistad y de panarabismo. me han llevado a pensar si, pese a los siglos transcurridos, los casi 800 años de dominación árabe sobre la península Ibérica siguen marcando ciertas pautas en nuestro comportamiento de españoles organizados en 17 comunidades administrativas con veleidades cada una de ser única e irrepetible dados sus hechos diferenciales. ¿Estaremos ante una herencia árabe que naturalmente ninguno de nosotros querrá admitir pues no hay peor cuña que la de la misma madera? En fin, ahí lo dejo. Sólo es una opinión.
Golda Meir, Moshe Dayan, Ariel Sharon, Israel, Mossad
Sobre el conflicto árabe-israelí en concreto el novelista claramente se muestra a favor de los palestinos al considerar que para colocar a unos (los judíos) hubo que desplazar a otros (los palestinos) que habitaban las tierras que las potencias de la ONU les dieron en 1948. Intenta mantenerse neutral pero son muchos los momentos en que alaba a los otros en detrimento de los unos. El repaso de la reciente historia de Israel incluye los nombres de los precursores, los sionistas cuyos retratos adornan en el relato la sala donde se reúne el Comité de Seguridad Nacional israelí "A ambos lados se alzaban retratos de Nathan Birnbaum, Theodor Herzl, Mayor Rothschild, Yossi Harel y Chaim Weizmann, todos ellos personas que habían conseguido con su talento, dinero, arrojo o influencias facilitar el sueño sionista de poseer un estado judío soberano" (pág. 53). Y también, claro es, los de los dirigentes del país durante esos seis días de agosto que duró la guerra en 1967: Levi Eshkol, primer ministro que al poco de acabada la contienda dejaría su cargo a Golda Meir, dirigente en ese momento del MAPAI (partido laborista judío); Salman Shazar, presidente de Israel; Meir Amit, director del Mossad; general Yitzhaz Rabin; general Ariel Sharon; coronel Moshe Dayan; etc.

 La visión que nos da CDD sobre los árabes siempre es más amable, aunque incide en los tópicos con los que suele asociárseles: hombres indolentes, que se mueven más que nada por su propio placer (Hussein, rey de Jordania) o que se creen investidos de unas cualidades humanas y de estrategia militar por encima de todo lo conocido (el raís egpcio Nasser que tras preparar la guerra su impericia le abocó al desastre). Respecto a los árabes de a pie el abanico de comportamientos y caracteres es más amplio, pues va desde la honestidad creíble, aunque no se pueda confirmar con total seguridad (¡ya se sabe cómo es la doblez de estos beduinos!, otro tópico), del arqueólogo jordano Abdallah a la mezquindad de Patrash Pasha, un atractivo jordano vendido a los servicios secretos israelíes que utiliza su cautivadora imagen para engañar y sonsacar información especialmente a las mujeres que seduce.

Personajes
Como novela histórica que es, en ella conviven personajes reales con otros inventados repartidos a partes iguales y con variedad de tipos tanto en hombres como en mujeres.
Mujeres.
Aquí en este sector hay gran variedad.  Por un lado está la vida de las humildes mujeres jordanas (Nassira y Soumaya) que en Petra habitan en cuevas-vivienda excavadas en la roca. En fuerte contraste con ellas encontramos a las enigmáticas asistentes del rey Hussein de Jordania, a la falsa arqueóloga americana Linda Cobb, a la secretaria de la misión arqueológica, Rafia Safgit, a la misma Araceli Artigas, y no digamos ya a las falsas y hermosas mujeres que como Margot Fontaine, que finjió ser periodista para acceder a la intimidad del rey Hussein, utilizan su belleza para sonsacar información a dirigentes políticos. Lugar destacado, por su crueldad e indiferencia ante el sufrimiento, ocupa naturalmente la dirigente política Golda Meir.
Hombres
De tipos masculinos también hay un buen surtido. Están los sufridos trabajadores jordanos, anónimos y seguidores ciegos de sus líderes; los depredadores sexuales como Patrash Pasha -también traidor y falso- o el español Ricardo Zalbidegoitia cuya relación con Araceli es de pura satisfacción personal; el elenco de personajes históricos del Régimen franquista (Manuel Lora Tamayo, Fraga Iribarne o el mismísimo Francisco Franco); los miembros masculinos de la misión arqueológica (Laurent Dido, su director; Abdallah Obeidat, enigmático y no sé si sólo arqueólogo jordano; Giampiero Ferrini, representante del Vaticano en la expedición a cuya oculta condición de sacerdote y su relación con hombres y mujeres, en mi opinión el autor no saca el debido fruto; James Donovan, el amigo americano de la CIA (el primo de Zumosol, podríamos decir) que está para resolver los más intrincados casos aunque algunos de puro imaginativos caigan en mi opinión en el foso de lo inverosímil, lugar donde nunca debiera precipitarse una ficción; etc.

 Esta novela histórica escrita por Carlos Díaz Domínguez contiene todos los ingredientes que Sergi Vila-Sanjuan considera en su libro "Pasando página" constitutivos del best seller: acción, intriga, sexo y escenarios internacionales.:
  • Acción e intriga hay más que sobradas: Araceli Artigas quiere escapar del embrollo en que se ha visto metida por culpa del estallido de la Guerra.
  • Sexo: naturalmente, tanto por parte de Araceli cuanto por la norteamericana Linda Coob y otros integrantes de la expedición arqueológica.
  • Escenario: no puede ser más internacional y exótico: la antigua ciudad romana de Petra en Jordania.

Final

Una lectura fácil, rápida, sin problemas, muy apropiada para estos calores agosteños que en picos de sierra van y vienen sobre nosotros de manera cíclica.   
Agradezco a los blogs "El templo de la lectura" y "Cosas mías" la organización del sorteo a través del cual me llegó "La menorah de Petra". Y a Carlos Díaz le agradezco sinceramente la dedicatoria que me hizo en el libro que me envió y que aquí al lado reproduzco. De la misma me ha llegado muy adentro la expresión que dedica a la protagonista Araceli Artigas a la que me invita a acompañar en "su viaje más cardinal". Me gusta el adjetivo. Muchas gracias, amigo.


Datos del libro
Título: "La menorah de Petra"
Autor: Carlos Díaz Domínguez
Nº de páginas: 396 págs.
Edición: en papel y en digital
Fecha de publicación: Noviembre de 2016
Editorial: AMAZON
Lengua: CASTELLANO
ISBN: 9781539537618 ASIN: B01M3P7T9S
Precio:
En papel: 11’76€
Ebook: 2'99€



3 ago 2017

"Recordarán tu nombre". Lorenzo Silva reivindica la figura del general Aranguren

18 comentarios:

Por azares de la vida Lorenzo Silva se había cruzado en repetidas ocasiones, antes de escribir este libro, con la figura del general de la Guardia Civil, José Aranguren Roldán

Guerra Civil, Tercera Vía, Catalunya, Barcelona

 No en balde el grueso de la obra narrativa del escritor madrileño tiene por protagonistas a dos guardias civiles, Bevilacqua y Chamorro, que incardinan en ellos de modo natural y creíble los principios y valores propios del Cuerpo, razón por la que su creador fue distinguido en 2010 con el nombramiento de Guardia Civil Honorario dada su contribución a la imagen de este Instituto Armado. Es evidente, pues, que Silva se ha documentado mucho sobre este Organismo  para escribir los nueve títulos que por ahora componen la serie Bevilacqua-Chamorro. Sin embargo fue concretamente durante el proceso de documentación para su ensayo "Sereno en el peligro", subtitulado 'La aventura histórica de la Guardia Civil', que se topó con la figura humana del general Aranguren ("me encontré con Aranguren cuando me encontraba profundizando en el desempeño de la Guardia Civil en la Segunda República, en el alzamiento que acabaría por derribarla y en la guerra civil", pág. 37). 

También, en las páginas iniciales de la obra que reseño dice: "deslicé una breve alusión a Aranguren en la novela 'La marca del meridiano', donde dos guardias civiles viajan a Barcelona para esclarecer el asesinato de un compañero, ocasión en la que el protagonista recuerda al general que allí selló su suerte por atenerse a su código de honor." (pág. 38). "La marca del meridiano" [leer reseña aquí], ganadora del Premio Planeta en 2012, tuvo una gran difusión. La novela, y por tanto la alusión al general Aranguren citada antes, fue leída por Lorenzo Rubio Sánchez del Valle, bisnieto de José Aranguren Roldán, que no dudó en ponerse en contacto con el escritor vía e-mail en enero de 2013. Así, explica Lorenzo Silva en su relato, se encendió en su ánimo el deseo de escribir sobre esta figura tan importante para la historia de España y tan desconocida por todos.

Manuel Azaña, Catalunya salvada por la Guardia Civil, Franco

La importancia del general Aranguren radica en que los dos tercios y cuatro escuadrones de Caballería de la Guardia Civil con cabecera en Barcelona que comandaba, el 19 de julio de 1936 permanecieron, por decisión suya, fieles al gobierno republicano pese a haber sido él directamente instado a unirse a la rebelión por su compañero de la guerra de Marruecos el general Goded. 

A Lorenzo Silva, y a cualquiera que medite sobre este suceso, no deja de resultar extraño que un comportamiento tan honesto, fiel y disciplinado haya sido escondido, ignorado, cuando no ninguneado, por unos y por otros. De ahí la necesidad de este libro en un intento de enmendar este indecente olvido.

¿Un libro de qué tipo?
El primer asunto que el escritor debía resolver -según él cuenta en el primer capítulo de la obra- era el del género literario. Ya en la página siete dice con rotundidad que Esta historia es un relato de ficción [...] pero que como no es una novela de intriga, podemos aclarar desde ya lo que ha de ocurrir finalmente: los van a fusilar a los dos [a Aranguren y al general Goded], en esa Barcelona por cuya posesión se enfrentan. Y sigue con el asunto en las siguientes páginas cuando alude a Emmanuel Carrère, escritor de novelas de no ficción: "Afirma Emmanuel Carrère, a propósito de las múltiples referencias contenidas en su novela 'El Reino' [leer reseña aquía su propia experiencia como creyente primero y como agnóstico después, que es bueno que el lector sepa desde dónde cuenta un novelista su historia." (pág. 12). Y en el último capítulo de todo el relato vuelve a insistir en el tema, insistencia que quizás venga a demostrar las dudas que esta cuestión le plantea: "He querido que el libro fuera una novela y se leyera como tal y por tanto he prescindido deliberadamente del aparato de notas a pie de página" (pág. 402). En definitiva, pues, Lorenzo Silva escribe un relato de no ficción, una crónica novelada, profusamente documentado previamente a fin de contextualizar debidamente al personaje, sobre la figura de este militar que, fiel a sus juramentos, a sus mandos y a su país, se negó a secundar la rebelión militar de 1936.

asesinatos franquistas. Guardia Civil y Cataluña

Literariamente la novela no me ha dicho mucho. Creo que la intencionalidad está bien clara desde el principio: limpiar la imagen de oprobio que unos y otros han vertido sobre este íntegro General de la Guardia Civil. Para los franquistas, un traidor, tanto que el dictador, pese a frecuentarse ambas familias durante los primeros años 30, no dudó en firmar su pena de muerte en abril de 1939; para los perdedores de la Guerra Civil, un miembro de ese Cuerpo que durante los 40 años de Dictadura sirvió a los sucesivos gobiernos reprimiendo cualquier atisbo de insurgencia. Lorenzo Silva, y yo estoy con él, quiere ser equidistante como lo fueron, en los momentos álgidos de la II República, entre otros, el periodista Manuel Chaves Nogales, el republicano Escofet, el expresidente de la misma Manuel Azaña, quienes en sus respectivos libros sobre la guerra de Marruecos, el periodo republicano 1931-1936 y/o la Guerra Civil, destacan siempre el comportamiento honesto y ejemplar de este servidor de España. 

Alabo el riesgo que corre Lorenzo Silva con este libro, pues en nuestro país, siempre de extremos, no posicionarse de un lado o de otro, ser ecuánime con documentos en la mano, no es bien visto ni por tirios ni por troyanos. Sirvan de ejemplo estos dos fragmentos escogidos del libro:
  • Uno donde el propio Lorenzo Silva confiesa ser consciente del riesgo que corre:
"Poco o nada me preocupa que esta declaración pueda ser interpretada por quienes la lean desde una visión fanática, la que sea, como una forma de nadar y guardar la ropa, un situarse a medio camino de todo y de nada, un ejercicio de tibieza u otra fórmula de descrédito de las usualmente arrojadas sobre quienes no se pliegan a los imperativos de la adhesión incondicional. [...] la corrección política, que ya no es más que una etiqueta inerte para designar lo indebido con arreglo al devocionario que el creyente en cuestión profesa. Una de las muchas formas que nos hemos inventado de no decir nada," (págs 36-37)
  • Otro, donde comenta lo que Frederic Estofet, Comisario General de Orden Público de la Generalitat, escribió sobre la actuación de la Guardia Civil que dirigía Aranguren el 19 de julio de 1936 en su libro de memorias "Al servei de Catalunya i de la República"
"«Los verdaderos reveses de los insurrectos, en el Cinc d’Oros, en la avenida Icària, en la calle de la Diputación [donde fueron bloqueados los artilleros] y, más tarde en la plaza de Cataluña, fueron obra principal de las fuerzas de orden público». Palabras de quien no sólo vivió los acontecimientos, sino que lo hizo a pie de obra y en primera fila, que muy pocos han leído (pocos saben, en la Barcelona, la Cataluña y la España de hoy, de la existencia misma de Frederic Escofet) y que contrastan dramáticamente con lo que pudo leerse en cierta prensa catalana y oírse a los próceres del país en el verano de 2016, con motivo del ochenta aniversario de la batalla por la ciudad, presentando esta como una derrota del siniestro ejército español a manos del pueblo barcelonés (o catalán) en armas." (pág. 259)

Un libro oportuno
Durante la lectura, dada la ubicación de la historia (Barcelona, 1936) y el acto de ilegalidad perpetrado por los golpistas al levantarse contra la autoridad legalmente constituída haciendo caso omiso del ordenamiento jurídico, no he podido por menos -creo que en el subconsciente del escritor, e incluso en el consciente, también anidan estos pensamientos- que establecer una estrecha analogía, aunque de signo inverso, entre ese ayer vivido en la capital catalana y los acontecimientos de hoy en esa misma comunidad. Muchas preguntas se me vienen a la cabeza tras la lectura de esta no ficción:

 ¿Será posible que otra vez volvamos a tropezar en la misma piedra? ¿Para qué sirven las leyes? ¿Se pueden ignorar o respetar a voluntad? ¿El lenguaje en manos de políticos sólo se usa para manipular?