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24 sept 2018

"Una noche con Sabrina Love" de Pedro Mairal

16 comentarios:
Llegué por vez primera a Pedro Mairal a través de "La uruguaya", novela que me agradó mucho [leer reseña aquí]. A partir de ella me interesé por la obra literaria de este bonaerense nacido en 1970. Me enteré de que el salto a la fama lo dio precisamente con "Una noche con Sabrina Love", una novelita de algo menos de 200 páginas con la que ganó en 1998, en su primera convocatoria, el Premio Clarín de Novela, uno de los concursos literarios más prestigiosos de Hispanoamérica.


Esta novela es una obra iniciática que bien podría calificarse de road-movie (road-novel (?), en este caso) pues, como tantas veces hemos visto en la pantalla y sobre el papel, lo que se nos cuenta es el tránsito realizado por un adolescente, Daniel Montero, hacia su madurez. Respecto a lo de ser una road-movie diré que a los dos años de aparecer, en el 2000, la novela fue llevada con éxito al cine en una película de mismo título que dirigió y adaptó Alejandro Agresti y que contó con Cecilia Roth en el papel de Sabrina Love y de Tomas Fonzi en el de Daniel

El protagonista, Daniel, pasa su tediosa vida provinciana instalado en una completa falsedad, la inherente a los mensajes y pseudo-promesas provenientes del canal porno más popular de la televisión por cable que él ve a escondidas durante la noche. Paradójicamente,  convertirse en el ganador del concurso para pasar una noche entera al lado de la estrella porno del canal, Sabrina Love, le ocasionará un cambio radical en su existencia al comprender que en la vida la realidad, por difícil que parezca, procura siempre más satisfacciones que las glamurosas promesas emanadas de plásticas, falsas y neumáticas figuras femeninas como Sabrina; y más cuando mujeres como ella son aviesamente manipuladas por sinvergüenzas como Marcelo Bianchi, el productor del programa televisivo, para quien todo vale, incluso intentar corromper a un adolescente a través de un paraíso de erotismo, luces y cartón piedra.

En este interesante relato Mairal toca muchos temas importantes. De ellos destacaría el del engaño en el que Daniel vive instalado al creer como auténtico ese mundo que lo tiene sumido en un pertinaz onanismo dentro de la sordidez de su habitación. Pero también el de la amistad de la buena gente que, afortunadamente para él, encuentra a su paso: su familia quebrada por un accidente pero que saca adelante con esfuerzo y amor la abuela y el hermano de Daniel; Ramiro, el amigo de su hermano que lo acoge en su casa de Buenos Aires y le confiesa su auténtico ser; Sofía, la chica que conoce en casa de Ramiro, auténtico contrapeso, por real, de la sofisticada y neumática Sabrina; la propia Sabrina que se destapa como una auténtica porn-star pero no por ello menos humana y amistosa. Tema importante en esta breve narración es el de la calle, los peligros y las bondades inherentes a la misma y más en un país como la Argentina de los años noventa: Daniel Montero hace el recorrido desde Curuguazú, un ficticio pueblo perdido cercano al río Uruguay, hasta Buenos Aires de la que dista 500 kilómetros en autostop, y muchos son los tipos humanos que se encuentra en su aventura: 
"Cagliardi y su perro, el obrero sepultado en la arena, el Toro Reynoso y su hijo, la vieja del puesto de sandías que miraba la televisión, los dos soldados, las maestras, la foto en el altar de Yanina, el camionero Víctor, el gringo de la balsa, el hombre del sulky con ruedas de auto" (cap. 18). 
Cecilia Roth, Alejandro Agresti, Tomas Fonzi
Naturalmente el tema del sexo en el que como adolescente, pero también como humano, vive instalado Daniel es un asunto central en la narración; es un sexo directo, natural, que pese a ser explícito no cae en la delectación libidinosa y pornográfica sino que se produce tal cual es, sin falsedad alguna. Y una alusión especial merece la propia adolescencia que sobrellevan como pueden Daniel y sus amigos de quienes en las pocas páginas que forman el relato nos hacemos más que amigos. Como adolescente Daniel tiene la cabeza inundada de mujeres, las 'minas' como dicen en Argentina, ocupan su pensamiento la mayor parte del tiempo; sobre ellas Daniel cree lo que le dicen los mayores que encuentra en su aventura
"las minas son una trampa, pibe. Vos te enamorás y creés que esas tetas son para vos, que esas caderas son para vos, para que vos te pongas loco, ¿viste? Pensás que la mina es toda tuya. Pero después resulta que es una trampa armada para que vos caigas y la preñes y cuando nace el crío te das cuenta que en realidad las caderas eran para poder parirlo y las tetas para darle leche, o sea que para vos no había nada, era todo para el hijo"- le dice Víctor, el camionero que lo acerca a Buenos Aires- (cap. 4)
pero el viaje de ida y vuelta a Buenos Aires le hará matizar mucho su opinión sobre este asunto. Y no se puede dejar de lado ese otro asunto esencial, el choque entre la localidad pueblerina, Curuguazú, donde vive y la gran urbe, Buenos Aires. El bullicio, el tráfico, el engaño, la maldad pero también la bondad..., todo anida en este conglomerado donde se hacinan seres humanos de lo más varipinto:
"Al comprender que estaba perdido no se asustó […] Empezó a seguir a las mujeres más lindas que pasaban, mirándolas andar con todo su movimiento, sus minifaldas y tacos y blusas de verano llenas de oscilaciones y jactancias […] Por  momentos las perdía de vista, distraído por alguna otra cosa: las fotos de las chicas en ropa interior en la vidriera de una mercería, un linyera que revolvía la basura, un enredo de cables en la alta franja de cielo, un frenazo, dos conductores insultándose, un hombre descargando de un camión el peso muerto de una media res que parecía traída de otro mundo, de un mundo de silencio y campos verdes. Así, pasó por la galería Güemes, atravesó de ida y vuelta bajo la avenida 9 de Julio, […] pasó por la Plaza de Mayo que tantas veces había visto en los noticieros, frente al Cabildo que él pensaba que estaba en la provincia de Tucumán." (cap. 12)
Los personajes están perfectamente trazados, todos ellos son verosímiles y sirven para dibujar la problemática de Daniel al que en su mayor parte ayudan en el propósito que persigue o le animan a conseguirlo. Pedro Mairal también los utiliza para hacer un rápido esbozo de la sociedad argentina. En especial sirve a esta intención el taxista Gagliardi que mientras lleva a Daniel a la cita con Sabrina Love va dejando caer sus opiniones sobre la Argentina de los noventa del siglo pasado:
  • "Acá es todo fútbol, todo barra brava. Dicen que el argentino es de tener amigos porque no le gusta estar solo; son macanas, el argentino para lo único que necesita al otro es para putearlo."  (cap. 8)
  • "—Este país se va al tacho, flaco, no sirve, hay que borrar y empezar todo de nuevo" (cap. 8)
En general todos los que intervienen en el relato están bien caracterizados: los soldados que le agreden por la prepotencia que suele ir pegada a sus uniformes; las humildes maestras temerosas siempre de recibir una agresión machista; la distinta visión que Víctor, el amable camionero que le acerca a Buenos Aires, tiene sobre la persona que ocasionó el terrible accidente de tráfico que desde hace siete años no se le va de la cabeza a Daniel; el taxista Gagliardo y el odioso proxeneta Marcelo Bianchi de quienes ya he hablado; su hermana Viviana que le hace la habitación y lo cuida con amor al igual que su abuela e incluso su hermano que se preocupa por él siempre; Ramiro y el mundo tan diferente que habita en Buenos Aires; el amor que quizás encuentre en la joven Sofía tan distinta a Sabrina; y por último la coprotagonista del relato, Sabrina, una pobre, bella y explotada mujer por el show business del sexo que mueve cantidades ingentes de dinero, que cumple en este relato la importantísima función de educar y aconsejar a Daniel.

Escritores argentinos actuales, Literatura de humor actual
En el aspecto formal, la lectura de esta novela corta de Pedro Mairal ha sido para mí un auténtico deleite. Maneja el español como nadie, ese español característico de la Argentina y en general del Río de la Plata con sus modismos y vocabulario peculiar para quienes habitamos en esta otra orilla del charco. Muchos de los términos provienen del lunfardo argentino:
Petiso (de baja estatura), Veredas (aceras), Pantaneras (neumáticos), Chevy (Chevrolet), «Mirá las pantaneras que le puso el negro Sosa al chevy» [cap. 2], sulky (pequeño carruaje rural), camino de ripio (camino de guijarros), carpincho (roedor americano), camalote (planta gramínea), ojotas (especie de sandalias), zafar (adornar), pollera (falda), remera (chaqueta), falopeado (drogado), linyera (vagabundo), forro (preservativo), remís (coche de alquiler), escuerzo (Persona flaca y desmedrada), biromes (bolígrafos), etc.
Y junto al léxico está la entonación de la frase a la que contribuye como ninguna otra cosa el voseoMirá las pantaneras que le puso el negro Sosa al chevy» [cap. 2]), pero también, cómo no, el soniquete del tango que es como el envoltorio natural de la Argentina. La música y letras tanguistas aparecen en la conversación de manera natural. La figura de Carlos Gardel parece como si fuera un compañero más de los partícipes en el relato. Así en un consultorio médico al que acude Daniel el facultativo realiza su trabajo entonando un tango:
"El médico empezó a cantar «Cicatrices incurables de una herida que me ha causado la vida en su triste batallar…». Buscaba la tijera y cortaba los puntos poniendo voz de Gardel. «En la cara también luzco con orgullo un recuerdo que es muy tuyo y que llevo por mi mal»". (cap. 17)
Para finalizar la reseña de esta entretenida novela no puedo dejar de llamar la atención sobre el humor que el escritor vierte por toda la obra. Ya la misma anécdota inicial es de naturaleza humorística: un chico de diecisiete, en plena calentura adolescente, que gana un concurso televisivo cuyo premio es el de pasar toda una noche con la estrella porno más famosa de la TV. Pero, en general, toda la novela reposa sobre el mismo pues Pedro Mairal trata con gracia todo lo que toca en el relato: el cura de Vilariño al que el el gordo Carboni robó el televisor que luego vendió a Daniel ("él debe pensar que fue Dios el que le sacó el televisor para castigarlo, porque si tenía el conversor era para ver el porno.", cap. 2), los tópicos que cuentan los argentinos sobre los países vecinos ("Los que más te llevan son los camioneros. Si ves que el camionero es paraguayo, no te subís, son delincuentes.", cap. 2), la fiesta de disfraces en la casa bonaerense de Ramiro donde a Daniel lo disfrazan de espantapájaros ("el disfraz a veces no oculta sino que revela —dijo ella—, revela lo que uno es, o se considera que es, o tiene miedo de ser, o le gustaría ser y no se anima.", cap. 10), el encuentro sexual entre la profesional Sabrina y el neófito Daniel es también de lo más cómico. Pero, al igual que en "La uruguaya" la otra novela que he leído del escritor, es un humor que sirve para revelar asuntos más serios y profundos de lo que parece; y ese, en definitiva, es el tratamiento humorístico que a mí me encanta ver.

Una novela, como conclusión,  muy muy divertida, muy muy entretenida, muy muy bien escrita, que deja un grato regusto tras finalizarla. Desde aquí la recomiendo vivamente. No es una obra maestra, eso no, pero es buena literatura o al menos así me lo ha parecido a mí. ¿Y a vosotros qué os parece este autor?


Datos del libro
Nº de páginas: 176 págs.
Encuadernación: Tapa blanda bolsillo
Editorial: Libros del Asteroide; Edición: 1 (7 de mayo de 2018)
Lengua: CASTELLANO
Autor: PEDRO MAIRAL
ISBN: 978-8417007386
Precio:
En papel: 16’10 €
Ebook: 6’64€




20 sept 2018

Joël Dicker: "La desaparición de Stephanie Mailer". La explotación del éxito

23 comentarios:
En primer lugar debo advertir que he "leído" la última novela de Joël Dicker en formato audio-libro. Esta modalidad 'lectora', sin duda alguna, merece un comentario aparte del propiamente referido a la historia presentada por el escritor. Y es que no es lo mismo leer que escuchar. Es cierto que los inicios de la literatura, cuando el mundo era analfabeto, fueron orales, pero hoy la parte del mundo que nos ha tocado por suerte habitar es una sociedad completamente alfabetizada y los protocolos lectores discurren por derroteros distintos de los del sentido del oído.

No quiero liarme con el asunto de las bondades y las maldades de los audio-libros. En esta reseña quiero remitirme sólo a la historia transmitida por Joël Dicker; dejo para un próximo post y otro blog -mi blog "Reflexiones"- mi opinión sobre este formato que las editoriales están lanzando ahora.


La novela
"La desaparición de Stephanie Mailer", novela policíaca, Thriller, Best seller
Sinopsis (proporcionada por la propia editorial)
La noche del 30 de julio de 1994 la apacible población de Orphea, en los Hamptons, asiste a la gran apertura del festival de teatro. Pero el alcalde se retrasa... Mientras tanto, Samuel Paladin recorre las calles vacías buscando a su mujer, hasta hallar su cadáver ante la casa del alcalde. Dentro, toda la familia ha sido asesinada.


Jesse Rosenberg y Derek Scott son los dos jóvenes policías de Nueva York que resuelven con éxito el caso, pero veinte años más tarde, en la ceremonia de despedida de la policía a Rosenberg, la periodista Stephanie Mailer lo afronta: pretende que Dereck y Jesse se equivocaron de asesino a pesar de que la prueba se hallara delante de sus ojos, y que ella posee información clave. Pero días después, desaparece.

Mi opinión
Diré en primer lugar que me acerqué a este relato empujado por el magnífico sabor de boca que hace ya algo más de cinco años dejó en mí "La verdad sobre el caso Harry Quebert" [leer reseña aquí], novela que lanzó al estrellato al escritor ginebrino. A renglón seguido debo añadir que cuando me puse a leerla me parecía que seguía en la misma novela anterior a la que el escritor habría dado un vertiginoso giro; quiero decir con esto que nada extrañé al engolfarme en la nueva historia pues la estructura empleada por el autor -tres grandes apartados en ambos relatos-, junto al amplio número de capítulos y de páginas que  conforman el enorme volumen era muy semejante al de la novela que le abrió las puertas del éxito.

En ambos relatos estamos ante una enorme cuenta atrás. En el que comento cada uno de los capítulos está encabezado con el nombre del personaje narrador del mismo: Jesse Rosenberg para 2014 ("Sábado  14 de julio de 2014. 14 días antes de la inauguración del Festival", por ejemplo) y Derek Scott para 1994 ("Principios de agosto de 1994", por ejemplo), aunque no son los únicos pues otros los narra Anna Kanner, compañera de profesión, u otros personajes ya más secundarios como Dakota, joven adolescente algo despistada vitalmente, o Steven, director de la "Revista de Letras" de Nueva York que mantiene una aventura con una secretaria suya, etc.. Pero las situaciones temporales fundamentales son las de los dos principales narradores y los capítulos que protagonizan en primera persona van encabezados por el número de días que restan hasta el 30 de julio de sus correspondientes años, día que se inauguró el Festival de Teatro de Orphea en 1994 y que desde ese año nunca se ha dejado de celebrar.

La novela está dividida en tres grandes apartados: I. "En la sima" (28 capítulos), II. "Hacia la superficie" (25 capítulos), y III. "Elevación" (16 capítulos). Esta tercera parte, como es lógico, gana en ritmo al aproximarse el desenlace de la investigación; quizás por ello el orden de la cuenta llevada hasta ese momento cambia de sentido y de ser hacia atrás revierte hacia adelante marcando en cuatro subapartados (1. "Natasha", 2. "Desolación", 3. "El intercambio", y 4. "La desaparición de Stephanie Mailer") los centros temáticos de los mismos. 

El thriller que la novela es comienza tal como finaliza con la desaparición de Stephanie Mailer, personaje que da título a la novela, pero cuya función en la misma es secundaria. Su desaparición hará que el caso de 1994 -cuatro asesinatos producidos el día de la inauguración del Festival de Teatro de Orphea- que se creía resuelto desde hacía tiempo se revele como asunto pendiente. Muchas incógnitas se abren ahora y la no menor es la de si el culpable señalado entonces, Ted Tenembaum, muerto tras una persecución policial, habría sido el verdadero asesino.

Joël Dicker, Los Hamptons, Best-sellers
Los mimbres del relato son ciertamente atractivos, pero en mi opinión el autor estira mucho el chicle como si lo que persiguiera fuera aumentar el número de páginas. Se diría que un escritor de best seller como es él [recordemos que su primer gran éxito es prácticamente un manual de cómo fabricar un best-seller] no pudiera contentarse con un número de páginas inferior a las 600. Es por ello que, en ocasiones, la novela se me ha hecho un tanto tediosa. A este hastío contribuye no poco el excesivo número de personajes cuyas relaciones el novelista no se resiste a contarnos, resultando algunas agobiantes y sin interés alguno; igual que las excesivas reiteraciones y repeticiones que realiza en función del personaje narrador de cada uno de los capítulos; o el excesivo número de asuntos que Dicker toca siquiera sea de soslayo (machismo en la comisaría de Orphea que recibe a una joven, guapa y competente Anna Kanner; corrupción política; trata de mujeres; hipocresía social; la culpa; la función del crítico literario; las relaciones padres-hijos; las adicciones; etc., etc.); y también, claro, los engaños y trampas que nos tiende el escritor que por frecuentes provocan en ocasiones un cierto descreimiento en el lector hacia la historia narrada que corre, por ello, el riesgo de caer en la falta de verosimilitud.

Si al llegar a esta altura de mi comentario habéis tenido la paciencia de leer la reseña que hice del primer gran éxito de este novelista suizo os diré que las recetas que da en esa novela para crear un éxito de ventas literario las aplica aquí punto por punto, o casi:
  • Afán por 'atraer y retener al mayor número de lectores': de ahí ese excesivo número de personajes y asuntos que a todos contente.
  • Procedimientos de novela negra: corrupción policial y política, bajos fondos prostibularios, drogas, interrogatorios frecuentes para así dar voz a personajes diversos, resúmenes recopilatorios para que el lector no se pierda, giros argumentales sorprendentes..., incluso cierto desarrollo de historias secundarias para dar así más fuelle a la novela.
  • Alusiones literarias diversas y al alcance de la mayoría: la primera y más relevante es una autocita que remite a "La verdad sobre el caso Harry Quebert", "A veces no vemos lo que está ante nuestros propios ojos", la frase que al inicio del relato la periodista Stephanie Mailer le dice al policía Jesse Rosenberg en la fiesta que están dando a éste por su baja en el Cuerpo a petición propia. Pero hay otras muchas más: explícita, la de la obra de Chejov, "Tío Vania", con que se abrió el Festival de Teatro en 1994; además yo he querido ver un claro homenaje a "Extraños en un tren" de Patricia Highsmith; e incluso a la obra de Ibsen, "Un enemigo del pueblo" en ese afán del alcalde Brown de que los crímenes que han sacudido a Orphea no espanten a los turistas, igual que los habitantes de la pequeña localidad noruega querían silenciar el peligro que corrían los usuarios de su balneario si se difundía la noticia de la contaminación de sus aguas; e incluso también un cierto homenaje a esa literatura policíaca que utiliza libros y sus templos, las librerías, como medio de intercambio de mensajes.
  • El Cine: Una novela escrita por uno de los personajes conocerá versión cinematográfica. Esto me parece una autoparodia referida a sí mismo por Joël Dicker. Y es que no hay mayor encumbramiento para un autor de best sellers como él es que ver su producto llevado a la gran pantalla o como en el caso del escritor de Ginebra verla convertida en serie televisiva. Según escribo esta reseña me entero de que la serie inspirada en "La verdad sobre el caso Harry Quebert" será estrenada por Movistar+  en su canal #0 antes de que finalice este año. ¡Bienvenida sea!
  • Sexo: Cualquier best seller que se precie ha de contenerlo y aquí naturalmente que lo hay. Reposa en la pareja adúltera formada por Steven, el jefe, y su inútil pero hermosísima empleada, Alice
  • Humor: Joël Dicker aquí, al igual que en "La verdad...", da cierto respiro a la innegable tensión que genera en sus páginas con alguna concesión al humor. Son los abuelos del personaje principal, Jesse,  los que con sus dos frases reiteradamente empleadas ("panda de tarados" -dice el abuelo-; "menuda mierda" -dice la abuela-) introducen una cierta, muy pequeña en verdad, comicidad.
En cuanto a recursos literarios es destacable la maestría con que el novelista maneja los dos tiempos narrativos principales -1994 y 2014- haciéndolos surgir no sólo en los capítulos narrados en 1ª persona por Derek y Jesse respectivamente, sino -¡y esto sí que me ha gustado!- haciendo que fluyan de manera muy cinematográfica según que la investigación avanza y vayan apareciendo personajes y circunstancias. Así cuando tal cosa sucede el narrador de 2014 cede su voz al personaje de 1994 sea quien sea éste, recobrándola de inmediato una vez "vista" esa acción en el momento temporal en que se realizó. Hay capítulos en los que el ritmo es tal que los flashbacks, aunque breves, abundan. Este recurso da mucha plasticidad a la novela, haciendo que los lectores 'veamos' in situ lo que sucedió. 


Random House Audio
Poco más puedo comentar respecto a aspectos literarios pues al haber accedido a la novela en formato de audio creo haberme perdido algunos de los elementos formales tan interesantes siempre, al menos para mí. Escuchar la novela, perfectamente transmitida por sus intérpretes (Víctor Velasco, Raúl Llorens, Nuria Mediavilla, Masumi Matsuda, Nerea Alfonso, Luis Posada, Gemma Ibáñez y Juan Carlos Gustems), me ha forzado a prestar una excesiva atención pero esencialmente al desarrollo argumental de los asuntos pues al ser dichos en inglés los nombres de los personajes, y ser éstos muchos y con relaciones entre sí algo enrevesadas, mi confusión sobre quién era quién en cada momento de la historia me ha resultado en ocasiones algo difícil. Por otra parte la velocidad de la palabra hablada apenas si me ha permitido quedarme con alguna frase de manera textual. Para hacerlo he tenido que volver hacia atrás (rebobinar) lo escuchado con la lógica pérdida de la concentración exigible en una lectura 'tradicional'. Por ello pocas frases puedo destacar de relato tan extenso. Lo intentaré con dos o tres que consideré acertadas y realicé el pesado ejercicio de volver sobre lo escuchado, y también dos o tres que por repetirse en exceso hicieron que chirriasen en mis oídos.


  • Las buenas:
    • "Los críticos somos la policía de la verdad intelectual" (cap. 16). Son las palabras que dice un personaje, Meta Otrowski,  que defiende la crítica literaria por encima de la creación.
    • "Un crítico no puede ser escritor ni actor -dice Ostrowski- ¿Pollock haciendo una crítica de Hopper? No se puede hacer la crítica de un arte que se ejerce" (cap. 31) Me ha llamado la atención fundamentalmente por ser un cuadro de Edward Hopper, 'Sol de la mañana', el elegido por la editorial Alfaguara para componer la portada de la novela en su edición española.
    • "Resultaba difícil diferenciar entre lo que era relato y lo que era ficción" (cap. 14). Reflexión hecha por Jesse Rosenberg tras leer la novela que Stephanie Mailer estaba escribiendo. En el fondo ésta es una de las constantes de la narrativa actual y de la del autor en particular.

    • Las que ya no me han gustado tanto:
    • "Tuvo que vomitar
    • "Le entraron ganas de vomitar"
    • "Me dan ganas de vomitar".
Este excesivo uso del vómito para referirse a momentos desagradables o poco confortables no me  agrada nada. ¿Será así en la versión original? Y si no, ¿por qué este afán del traductor?

A modo de conclusión
Una novela que prosigue la puerta abierta al éxito logrado por su autor con "La verdad sobre el caso Harry Quebert". La investigación de una desaparición lleva a abrir el caso cerrado de unos crímenes del pasado. Se pasa del presente al pasado de manera fluida y sin despistar jamás mucho al lector al que se le lleva de la mano por miedo a que se pierda en la foresta de la narración. Una novela, en definitiva, entretenida aunque con un excesivo número de páginas. Al autor le vendría bien aligerar sus próximos relatos y cambiar en algo la estructura narrativa de los mismos. ¡Ojalá que sea así!

15 sept 2018

"Estío" ("Los Thibault" 3) de Roger Martin du Gard

10 comentarios:
"Estío", "La bella estación", "La belle saison"
La tercera entrega de la saga "Los Thibault" lleva el título de "Estío" en la edición que he manejado en español  Esta denominación es coincidente no sólo con otras muchas obras, antiguas y modernas, que van desde la sonata de mismo título de Valle Inclán o la novela homónima de Edith Wharton hasta por ejemplo una obrita reciente del afamado periodista Julio César Iglesias que integra el término 'estío' en el mismo, "La hierba del estío". Quizás por esto me haya resultado difícil encontrar la imagen de portada en Goodreads o en cualquier otra biblioteca de internet para incluirla en esta reseña; y más aún cuando la expresión "estío" o "verano" es junto a otras palabras el reclamo de otra entrega de la misma saga, la séptima, intitulada "El verano de 1914". Desde luego en castellano todas las imágenes con esta palabra ('estío' o 'verano') me remitían a la penúltima entrega de la serie; es por ello que he tenido que echar mano de las portadas creadas para la edición original francesa de la obra donde aparece con el título de "La belle saison" ('La bella estación'), portada que he elegido para ilustrar mi comentario.


Comentario de "Estío" de Roger Martín du Gard
Parece que mi gusto por "Los Thibault" no decae según leo las diversas publicaciones. Si "El cuaderno gris" y "El reformatorio", ambas de 1922, fueron de mi agrado, "La belle saison" ('Estío') aparecida el año siguiente me ha gustado aún más si cabe. Se centra Martín du Gard en este entrega en la pareja de hermanos dejando un tanto de lado la figura del patriarca que es una sombra siempre ahí pero que en esta ocasión se encuentra de viaje. Son pues Jacques y Antoine, los hermanos Thibault, quienes llenan este relato de algo menos de 300 páginas. Comienza con el retorno triunfal de Jacques a Maisons-Laffite, donde se ubica la casa paterna, tras haber superado el examen de ingreso para realizar estudios en la Normal. Se dispone a pasar todo el verano descansando en esta casa cercano a Gisèle, la hijastra de la señorita Waize, convertida ya en una mocita de apenas quince años, y aunque en casas distintas también de Jenny, la hermana de Daniel Fontanin a la que sentimientos encontrados lo acercan y lo alejan. Antoine, el mayor de los hermanos, es ya un médico en pleno ejercicio cuya praxis profesional va de acierto en acierto. Si en las entregas anteriores demostró un magnífico ojo clínico tratando acertadamente a Jenny Fontanin, ahora, requerido por un empleado de su padre para que intente salvar de una más que probable muerte a Dédette, una niña que se ha fracturado el fémur y a consecuencia de esto roto la arteria femoral, demostrará ser un buen cirujano. 
"Los Thibault", Roger Martín du Gard, Novela francesa de entreguerras

Ambos hermanos conocen en esta narración los reveses del amor, la inestabilidad psicológica que conlleva con esas dudas sobre si la otra persona de verdad alberga en su interior los mismos sentimientos. La variabilidad y volubilidad amorosa es más perceptible en Jenny y Jacques; y mucho menos en la pareja Antoine y Rachel, una bella joven de unos 25 años que con maestría y magnifico saber estar ayudó a Antoine en la intervención quirúrgica. Rachel hará crecer a Antoine que conocerá mucho de la vida -bueno y malo- gracias a ella.

Al igual que en las dos primeras novelas la introspección psicológica es presentada a través de soliloquios y monólogos interiores de manera tal que el personaje gana en verosimilitud. Junto a esta profundización en la psicología del personaje el autor practica un fuerte realismo de corte naturalista que no esquiva aquellos aspectos duros o desagradables de la existencia humana. Así se comprueba en el verismo descriptivo de la cirugía practicada a Dédette
"-Vamos a intentar el suero. Y nada de subcutáneo; no merece la pena: el intravenoso. Es nuestra última oportunidad. -Tomó dos frasquitos del aparador- ¿Ha quitado el torniquete? Bien. Póngale una inyección de aceite alcanforado. Y luego otra de cafeína; sólo la mitad, pobre chiquilla..., pero, por favor, dese prisa."
o cuando describe el estado en que quedó un perro atropellado por un Simón. Sin embargo Martín du Gard muestra una gran elegancia cuando elude a través de la elipsis descripciones que de hacerlas invadirían el territorio de la sicalipsis. Esto no empece que en algunos momentos envuelva a los personajes en una atmósfera plena de sensualidad ligada a la belleza del lenguaje empleado.

Como digo el lenguaje que usa el escritor es de gran plasticidad y belleza; por ello durante toda la lectura de esta entrega -también de las dos anteriores, y me temo que asimismo de las siguientes- no he dejado de lamentar la constante caída en el vicio lingüístico del "laísmo" en que el traductor de toda la saga, Félix Caballero Robredo, incurre. La gran altura del texto queda mancillada por este defecto continuado
"Cuando Jérôme hubo salido para poner el telegrama, la señora de Fontanin volvió junto a Noemí. La era imposible alejarse de aquella cama." (pág. 151)
[...] "Antoine la produjo un vivo placer a al asegurar que Félix Héquet" [...] (pág. 122)
Pero en mi opinión esta continuada caída en el laísmo  es el único pero que cabe poner a la belleza de la lengua empleada. Elegir una muestra de ello es complicado por ser abundantes los momentos en que la misma resplandece. He aquí mi elección:
"En la semioscuridad del vagón su pelo, anaranjado y casi rosado a la luz del día, dejaba de tener un color preciso; parecía estar hecho de una materia fluida, incandescente, de cera metalizada o hilillos de cristal; y la blancura fosforescente de la mejilla daba una apariencia irreal a su carne." (pág. 257)
Para finalizar
Junto a la renovación del realismo decimonónico a través de la incorporación de técnicas narrativas como el monólogo interior tan presente en esta novela la novela del primer tercio del siglo XX se caracteriza por esa indagación en la vivencia individual del sentimiento y creencia religiosos. En Francia, además, es muy abundante el número de autores de ese momento del siglo XX que se cuestionan aspectos de la fé religiosa antes reservados sólo a los eclesiásticos. El motivo esencial de este volver la mirada a la cuestión religiosa deriva de los estragos ocasionados por la Primera Guerra Mundial que les hicieron pensar sobre cómo el hombre puede llegar a tal nivel de iniquidad y, si hay Dios, cómo es posible que permita tales maldades. Roger Martín du Gard forma parte de esta nómina al lado de Georges Bernanos, Jules Romains, André Maurois, y otros.

Nota
Esta tercera novela de la serie así como el resto de las de la saga "Los Thibault" que reseño participa en el Reto "Nos gustan los clásicos" del blog "Un lector indiscreto"
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5 sept 2018

Sergio Peris-Mencheta versiona y dirige la obra de Stefano Massini "Lehman Trilogy"

12 comentarios:
Stefano Massini, Productora teatral Barco Pirata

El director
Como espectador de teatro conozco a Sergio Peris-Mencheta desde hace ya una pila de años. Guardo en mi memoria sus estupendas actuaciones en obras de teatro clásico en el seno de la Compañía Nacional de Teatro Clásico y también en compañías no estatales. Actuaciones fantásticas como la que en 2015 hizo en "Enrique VIII y la Cisma de Inglaterra"de Calderón de la Barca en montaje de la CNTC dirigida por Helena Pimenta o el papel de Marco Antonio en "Julio César" de Shakespeare que realizó el año anterior y por el que ganó el premio Ercilla de Teatro.
Su imagen es muy conocida por el público de nuestro país pues ha aparecido en más de quince películas, algunas tan conocidas como "Resident Evil: Ultratumba" de Paul W. S. Anderson, o "Los Borgia" y "El Capitán Trueno y el Santo Grial" dirigidas ambas por Antonio Hernández. También ha hecho papeles importantes en series españolas de televisión como "La zona" (2017), "La catedral del mar" (2018), "El ministerio del tiempo" (2016) o "Isabel" (2012-2014).

En 2011 formó, junto a los también actores Xabier Murúa y Rebeca Ledesma, la productora teatral Barco Pirata que ya ha puesto en pie once espectáculos, algunos tan sonados como "Tempestad" (2013), basada en "La tempestad" de Shakespeare, o "La cocina" (2016) de Arnold Wesker, ambos adaptados y dirigidos por Peris-Mencheta. Es esta productora la responsable de la obra que comento a continuación, así como, según declaraciones del propio director, de "¿Quién es el sr. Schmidt?", la obra de Sébastien Thiéry que el próximo 29 de septiembre se estrenará en el Teatro Romea de Murcia.

Tuve en su momento la oportunidad de ver "Tempestad" y "La cocina" y desde entonces estoy atento a cuantos productos salen de esa factoría teatral dirigida por este actor y director madrileño de 43 años que iba para abogado pero a quien se le inoculó el veneno del teatro al entrar a formar parte en la Universidad Carlos III del grupo teatral universitario de la misma. La última producción estrenada de Barco Pirata es "Lehman Trilogy", actualmente en cartel.

"Lehman Trilogy" de Stefano Massini
Dice Peris-Mencheta en las entrevistas para la promoción de esta función que descubrió la obra hará cosa de tres años dentro del festival Grec. Su autor era un italiano, Stefano Massini, nacido en Florencia en 1975, y la representación en el Grec pese a estar en catalán le dejó abducido por el texto, la historia, y los asuntos de que trataba. Decidió en ese mismo instante versionarla y montarla a su manera, con mucha música.

Así nació la representación que pude ver la última semana de agosto en la sala pequeña (Sala Verde) de los Teatros del Canal en Madrid: Stefano Massini, su autor, la escribió durante 2009-2012; en 2013 fue estrenada en Saint Ettienne (Francia); luego, ya en 2015, el actor y director teatral italiano la estrenó con gran éxito en el Piccolo Teatro de Milán. En 2016 subió a los escenarios de numerosos teatros públicos europeos (Mónaco, Colonia, Dresde, Linz, Lucerna, Hannover) destacando las versiones de Lorent Wanson  en Bruselas con la que ganó el Premio de la Crítica de su país, y la versión española producida por el Grec de Barcelona y dirigida por R. Romei que tuvo gran éxito de crítica y público, y que fue la que Sergio Peris-Mencheta pudo ver y le encendió el deseo de hacer su propia versión.

Opereta, Balada musical, "Lehman Trilogy", Víctor Clavijo, Darío Paso Es "Lehman Trilogy" un recorrido por algo más de 160 años de historia, desde que el primer Lehman procedente de Alemania desembarca en 1855 en el puerto de Nueva York sin otra cosa en su maleta que unos inmensos deseos de abrirse camino en la tierra de las oportunidades, hasta que el 15 de septiembre de 2008 Lehman Brothers anunciara su bancarrota y con ella quedara al descubierto la más grave crisis financiera que ha asolado el mundo durante los últimos años.

Tras el primer Lehman arribarán al puerto de Nueva York sus otros dos hermanos. Mientras que el hermano mayor lo que pretende es abrir un comercio al estilo tradicional, igual que los que su familia judía desde siempre habían tenido en Alemania, el hermano segundo, más visceral, y sobre todo el menor, el más inteligente de los tres, proponen abrir al negocio nuevas perspectivas de negocio que les permita ganar más y de mejor manera dinero que es a lo que -confiesan ellos- han venido a América. Así, de un pequeño negocio en el Sur de América que vendía  productos agrícolas para las haciendas algodoneras, los Lehman pasarán a comprar el algodón en crudo para luego revenderlo a los fabricantes de tejidos norteños. Había nacido una nueva profesión de nombre aún desconocido, había nacido el intermediario. De ser intermediarios de tejidos, tener que transportarlos del punto de origen al de destino, los Lehman que han ido perfeccionando y haciendo evolucionar su negocio pasarán a intermediar entre productores y fabricantes pero sin las obligaciones del transportista, bastaría con negociar sobre el futuro de la inexistente producción adelantando el dinero a los agricultores de manera que cuando el producto ya hubiese nacido ellos mismos lo hiciesen llegar a los fabricantes de tejidos los cuales remitirían a Lehman Brothers el pago que con la debida antelación los hermanos y las empresas del Norte hubiesen acordado. Habían nacido los bancos en sentido moderno, o sea, los que negocian sobre la nada, con elementos materiales aún inexistentes, a quienes lo que les interesa es que el consumo desaforado no pare, porque si se deja de pedalear, la bicicleta se cae, como sucedió durante la crisis del 29, y la última vez hace poco más de diez años.
"Tenemos que lograr que no se compre nunca más por necesidad, sino por instinto. Sólo entonces, caballeros, los bancos seremos inmortales."
 Peris-Mencheta ha montado un espectáculo teatral que subtitula 'Balada para sexteto en tres actos'. Lo del sexteto viene a cuenta de que sólo seis actores (Pepe Lorente, Leo Rivera, Víctor Clavijo, Aitor Beltrán, Darío Paso y Litus Ruiz) dan vida a más de 120 personajes: desde los propios Lehman (hermanos pioneros, hijos, nietos y tal) pasando por productores negros de la América sudista, empresarios blancos del Norte, comerciantes diversos, políticos oportunistas, etc. Todos ellos son importantes porque todos contribuyen a lo que bastantes años más tarde se nos vendrá a todos encima. En este sentido estamos ante una obra coral.

Los 160 años -concretamente 163- de historia se ilustran especialmente a través de la evolución musical. En este punto el músico y actor Litus Ruiz -durante toda la representación pensé que ese actor que tan bien cantaba y tocaba la guitarra debía de ser el músico del programa televisivo de Canal #0 "Late motiv", como así efectivamente es- tiene una función relevante. Además de la música evocadora de los distintos momentos temporales los personajes en ocasiones dejan los parlamentos hablados y pasan a la canción cual si de una zarzuela u opereta se tratara.

Los momentos musicales proporcionan al espectador instantes de descanso y variaciones rítmicas muy necesarias en un espectáculo de larga duración como es éste: tres actos de unos 50' cada uno con dos intermedios de 15 minutos, en total más de tres horas de estancia en el Teatro. Pese a esto la obra no se hace pesada dado el vivo ritmo que el director imprime a la función, el buen hacer de los actores y la adecuación en el vestuario -cambiante como exige el decurso temporal- al tiempo en que sucesivamente nos vamos situando. Sólo el segundo acto titulado 'Padres e hijos' me cansó un poco, pero fue una sensación pasajera dentro del conjunto que transcurre con viveza y bastante humor en el primer acto, 'Los tres hermanos', lo mismo que en el último, 'El inmortal', que cierra el círculo de lo que esta saga familiar fue sembrando desde su llegada a ese paraíso de las oportunidades: América.

Sergio Peris-Mencheta, Litus Ruiz,, Aitor Beltrán, Pepe Lorente

La puesta en escena está muy bien resuelta: Un escenario único y constante con un círculo exterior giratorio que sirve para producir interesantes juegos de movimientos de los actores que aparecen y desaparecen de la vista del espectador pudiendo así mutar de personalidad según las exigencias del guion. Por otra parte la escena se alza en dos niveles de altura con lo que se mejora la movilidad y el ritmo; y para finalizar junto a unos elementos sonoros contundentes aparte de la música en directo creada y/o versionada por Litus Ruiz, se utilizan proyecciones fílmicas para ilustrar aún mejor, con imágenes históricas reales, el paso del tiempo. Como ya he dicho, "Lehman Trilogy" es un espectáculo en toda regla que merece muchísimo la pena.

La obra fue estrenada en el Teatro Palacio Valdés (Avilés) el 18 de agosto y estará en cartel en los Teatros del Canal de Madrid hasta el próximo 23 de septiembre.