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31 ago 2020

"La colina del almendro" de Mayte Esteban.

12 comentarios:

“Me gustaría que llegase el día en el que no importara si eres hombre o mujer para ejercer cualquier profesión. ¿Quién dice que no podemos conseguir lo que nos propongamos solo por ser mujeres?” (pág. 397) 

" James aplicó al herido fenol en la herida y éste respondió con un respingo y un gemido. Gritó después, al sentir el instrumental médico hurgando en su hombro herido. La solución de ácido carbólico rebajada que le habían aplicado no era suficiente para anestesiarlo del dolor. " (pág. 426)


Novela romántica, Mayte Esteban
Tras haber leído durante el estado de Alarma la novela corta "Doce horas" que me hizo descubrirla , deseaba leer algo de más enjundia de Mayte Esteban para no quedarme con la idea de escritora que esa novelita corta y de circunstancias había dejado en mí. A instancias de Mónica-Serendipia adquirí y he leído con sumo gusto "La colina del almendro"; tras finalizarla no puedo por menos que declarar mi plena satisfacción pues la buena escritora que detecté en "Doce horas" en esta extensa narración se me ha confirmado plenamente. 

Como en la reseña que en julio escribí sobre "Doce horas" dejé un extenso perfil biobibliográfico de Mayte Esteban,  voy a omitir aquí su magnífica trayectoria literaria. Quien quiera conocer otros títulos de esta arriacense le invito a pasarse por esa entrada [leer reseña aquí]. Sólo añadiré que tras "La colina del almendro" (2019) Mayte Esteban ha publicado en abril de este año la novela "Brianda: Una bruja en tiempos de la Inquisición" y que ahora mismo tiene en preventa "Años de mentiras", su última obra de ficción que se podrá comprar en las librerías a partir del próximo día 2 de septiembre. Autora prolífica, como se ve.

Sinopsis (proporcionada por la propia editorial)
El mundo y la vida de Mary Ellen se quiebran cuando su padre, el conde de Barton, entra en su cuarto. Ha decidido casarla con un rico comerciante sin rastro de nobleza afincado en Boston. Mary no puede creer que su padre renuncie a que su prometido sea aristócrata, pero sabe que de nada le servirá protestar. Ha sido educada para aceptar que todas las decisiones de su vida las tome el varón de la familia. 
Tras una precipitada boda, se ve obligada a trasladarse a Londres desde Almond Hill. Poco después de llegar a la ciudad, Mary descubrirá los secretos que encierra su extraña boda. Y también que al corazón no se le puede atar con un contrato. 
Ambientada entre el final de una época y los convulsos años que marcan el principio del siglo XX, 'La colina del almendro' es una historia de venganzas, supervivencia, amor y guerra. 

Mi opinión
Interesante novela la de Mayte Esteban, autora que se sabe mover con soltura por terrenos literarios resbaladizos cuales son la novela romántica, la novela bélica y hasta me atrevería a denominar la novela feminista. En los tres campos narrativos sale la escritora airosa. 

"La colina del almendro" distribuye su trama en tres claras partes: Una primera en la que se muestra la situación de la mujer de clase acomodada anterior al estallido de la I Guerra Mundial. En ella el conde de Barton y su propiedad Almond Hill languidecen en medio de deudas ingentes provocadas por la ineficaz gestión del patrimonio por parte del propio conde, Richard Davenport, y de su sobrino Charles. Ambos viven sólo por y para el alcohol, y en el caso del joven Charles también para el juego y las prostitutas. La solución a todos sus males se le aparece a Richard de la noche a la mañana en forma de petición de la mano de una de sus hijas por parte de un acaudalado norteamericano residente en Boston, John Lowell. Si se la concediera, el tal mr. Lowell, que se casará por poderes, atenderá a su joven esposa y a su suegro con una dotación de unas dos mil libras mensuales. Como digo, la solución a todos los males está servida.

En la segunda parte, casada ya una de las hijas Davenport con el desconocido caballero americano estalla la Guerra contra Alemania. Mary Ellen, por deseo de su marido, vive en Londres  en la casa que él tiene allí. Todo parece ir bien, pero el estallido bélico y los manejos de su primo harán que la vida en la capital inglesa sea cada vez más difícil para ella y la escasa servidumbre que la atiende y que ella trata de igual a igual. Se consolida en esta parte la atracción sentida entre el médico James Payne y la joven Mary desde que en la Primera Parte se conocieran casualmente en el tren que la llevaba a Londres tras su casamiento por poderes con John. A pesar de no conocer aún a su marido, Mary siempre se mantiene fiel a sus deberes conyugales evitando los encantos del joven médico. Cuando el enigmático americano por fin aparece en Londres sorprendentemente se mantiene apartado de su bella esposa sin exigirle débito conyugal alguno. ¿Por qué? Hay que leer, amigos míos, para enterarse de qué va la cosa. Sólo diré que en esta segunda parte John Lowell volverá a USA donde tiene unos prósperos almacenes y una vida grata. Al saber de los problemas que su joven esposa padece como consecuencia de la Guerra y de su antipático primo decidirá volver pese a que la guerra está en pleno auge y los submarinos alemanes en 1916 ya son de una letal efectividad. Así su barco será hundido frente a las costas inglesas.

En esta segunda parte los postulados teóricos del movimiento de las sufragistas inglesas a cuyas reuniones James Payne había invitado a la joven Mary en la primera, empiezan a materializarse en las acciones que ella deberá de emprender. Son trabajos que ejecuta en principio por necesidad pero con una fuerte determinación que la acompañará desde ese momento haciendo claramente de la necesidad virtud.

"1917" film, Sam Mendes,
En la tercera parte es donde el relato más se convierte en novela bélica. A mí las descripciones de la vida en las trincheras durante la batalla del Somme (esta batalla tuvo lugar en 1916), las heridas y terribles operaciones que el dr. Payne realizará junto a la enfermera Elsie y la dura vida de los combatientes que están abocados a la muerte en cualquier momento me ha encantado leerlas. Es más, por puro azar ha coincidido mi lectura con haber visto por TV la magnífica película de Sam Mendes, "1917" (la acción en ella sucede durante la denominada Operación Alberich en que los alemanes por pura estrategia se retiraron a la línea Hindenburg). Contemplar en imágenes lo que ya me había imaginado leyendo a Mayte me ha hecho reconocer la enorme altura que como autora esta mujer tiene. Mayte Esteban logra transmitir con la pluma esas sensaciones durísimas que Mendes realiza con imágenes, y en mí el efecto recibido por ambos es muy parecido, diría incluso que idéntico, o sea, perfecto. Sí, me han gustado mucho esos momentos de belicismo.

Por otra parte como es lógico en esta 3ª parte todo va encajando y se va ir solucionando de la mejor manera posible. En este sentido no hay sorpresa alguna, diríamos que triunfa el bien sobre el mal, como no podía ser de otra manera. Es más, como es propio de la novela romántica, en esta parte final pero también a lo largo de todo el relato tenemos bodas: unas deseadas, otras no tanto, y alguna también ciertamente frustrada.

Envolviendo todo lo que acabo de contar está el proceso de liberación vivido por las mujeres sufragistas inglesas desde antes de la Guerra. Muchos de los nombres de estas mujeres precursoras (Mary Richardson, Emmeline Pankhurst, Emily Davison, Louisa Garrett Anderson...) son auténticos; su lucha por la igualdad de derechos con los hombres aparece en el relato mezclándose sus figuras históricas con los personajes de ficción (Sra. Harris, Mary Ellen, las dos niñas que sirven en su casa; Virginia y Sabine, etc.) entrando la novela por esto y por el contexto de la guerra mundial en que la acción sucede a tocar al menos de refilón el género de la novela histórica. Son totalmente reales e históricas las referencias que se hacen de la dura represión por parte del poder de esta lucha feminista mediante cargas policiales, encarcelamientos e incluso alguna muerte, así como la entrada de la mujer en las cadenas de producción de las fábricas durante la Guerra ante la falta de mano de obra masculina está totalmente documentado. 

Feminismo, Sufragistas inglesas, "La colina del almendro"
La vida de las personas ya no sería la misma tras esta experiencia bélica. Acabada la contienda se intentó que las aguas volvieran a su cauce procurando volver a relegar a las mujeres al ostracismo hogareño. Sin embargo la semilla ya estaba echada pues tras el paso por las fábricas las mujeres habían  tomado plena conciencia de su capacidad laboral en igualdad con los hombres; por ello al poco las sufragistas inglesas conseguirán que las mujeres (no todas, sólo las mayores de 30 años siempre que pudiesen demostrar tener alguna propiedad importante) voten, y diez años más tarde ya lograrán que la edad de voto se equipare a la de los hombres, 21 años.

Dado el asunto que se presenta, la desaparición o inicio de disolución de una clase clase alta aristocrática  e ineficiente en beneficio de una clase burguesa que valora el trabajo y tiene en alta consideración a quienes trabajan para ella, la novela entra en muchos momentos en la tendencia de la narración romántica, rosa o del corazón tipo aquellas novelas victorianas escritas por Jane Austen que tantos adeptos tienen aún hoy día. Los registros de esta tendencia los conoce y maneja la novelista con acierto y perfección. Lógicamente el siglo XXI no es el siglo XIX con lo que no hay que buscar estrictas coincidencias y sí un tono, una cierta evocación
El cuello se adornaba con una pajarita en rojo y una fila de dieciocho botones lo cerraba por delante. Las mangas eran estrechas y se terminaban en un puño que hacía juego con las solapas de la inexistente camisa, puesto que esta no era nada más que un trampantojo. Todo el vestido estaba hecho de una sola pieza. La falda se estrechaba hasta por debajo de las rodillas, marcando la silueta, y desde allí ampliaba ligeramente el vuelo con cinco franjas horizontales de cinta. (pág. 170)
James dudó unos instantes, pero al final se dejó llevar. Agarró la cara de Mary con ambas manos, apartó las lágrimas con los dedos y primero posó sus labios en la frente. Después estos recorrieron el camino de la nariz, dejando un reguero de besos y se pararon en su boca, en un intenso beso. (pág. 229) [la palabra inicial la oculto a fin de no incurrir en posible spoiler]
En línea con esta rememoración de la novela victoriana, si bien no en el campo del romanticismo y sí en el del sentimentalismo y la emotividad, creo entrever a los personajes de Dickens en varios momentos del relato
-¡Fuera, chusma!- les gritó una criada
[...]
Era casi media tarde del sábado y, cansadas de andar, mojadas y hambrientas, se refugiaron en la entrada de una casa. Sacaron un trozo diminuto del pan que les había dado la panadera del fondo del saco y lo compartieron en silencio.
María José Moreno, Mónica Gutiérrez, mujeres que escriben sobre mujeres
Muchísimas más cosas, todas ellas positivas, cabría decir de esta muy entretenida, interesante y muy bien escrita novela, que fluye con naturalidad y logra emocionar en muchos momentos. Mayte Esteban sabe manejar los tiempos y mover hacia arriba o hacia abajo el diapasón de los sentimientos. En esto como en tantos otros aspectos me parece una maestra total. La lectura de "La colina del Almendro" me ha confirmado encontrarme ante una buena escritora que sin duda alguna merece ser leída por todos.

26 ago 2020

"1793" y "Penélope y las doce criadas" (A pares XIII)

18 comentarios:

“Me lo debo a mí misma. No ha sido fácil decidirme: la narración de historias es un arte de muy baja estofa. Ahora que todos los demás se han quedado ya sin aliento, me toca a mí contar lo ocurrido. Tan sólo les gusta a las ancianas, los vagabundos, los cantores ciegos, las sirvientas, los niños: gente a la que le sobra el tiempo.” (“Penélope y las doce criadas”, pág. 15) 

"Los humanos son sabandijas mentirosas, una manada de lobos sedientos de sangre y de poder. Los esclavos no son mucho mejores que sus señores, sólo más débiles. Los inocentes sólo siguen siéndolo porque son unos incapaces." (“1793”, pág. 389)

2020 pasará a la Historia como el año del coronavirus, un año raro raro, que diría aquél, en todos sus términos y también, claro, en el de los libros. La cuarentena obligatoria, el confinamiento drástico decretado a partir del 14 de marzo que duró trece semanas se llevó por delante cuantas celebraciones multitudinarias estaban programadas durante esos tres meses y entre ellas, como es obvio, la del 23 de abril, Día del Libro. Como se pensaba que todo se solucionaría durante esos días de encierro se mudaron las fechas pasándose las convocatorias a meses posteriores; así la Fería del Libro de Madrid de finales de mayo se programó para finales del inminente mes de septiembre y el Día del Libro se pasó en este año excepcional para el 23 de Julio pasado. 

Nada ha salido como se había pensado: ayer mismo se comunicó que la Feria del Libro 2020 del Parque del Retiro de Madrid quedaba desconvocada definitivamente; tampoco las librerías pudieron sacar sus libros a la calle el 23 de Julio para celebrar entre el bullicio de lectores y el colorido de las flores la Fiesta de la lectura. De nuevo como en abril los lectores hubimos de refugiarnos en la compra online o en la solitaria visita a las pocas librerías abiertas. Esto último fue lo que en esta ocasión hice yo, acudir a una librería física para adquirir algún libro físico a fin de apoyar a los libreros -estos sí que 'físicos' de verdad- huyendo de los libros digitales comercializados por esos entes monstruosos como son Amazon, la FNAC, el Corte Inglés o los grupos editoriales dominadores del mercado.

Margaret Atwood, Niklas Natt och Dagg

De los dos libros que adquirí había leído reseñas más o menos elogiosas. El primero venía muy apoyado en mi opinión en la obra anterior de la autora, Margaret Atwood; el segundo, por contra, era una ópera prima de un escritor nórdico totalmente desconocido por mí, Niklas Natt och Dag. Sus títulos respectivos: "Penélope y las doce criadas""1793".



"Penélope y las doce criadas" de Margaret Atwood

Desde que leí de la autora canadiense "El asesino ciego" (premio booker 2000) y sobre todo tras la lectura de "El cuento de la criada" que me encantó [leer reseña en este blog pinchando aquí] he querido leer más de Margaret Atwood. Tengo en lista de espera la continuación de "El cuento de la criada" titulada "Los testamentos" aunque tras ver la adaptación televisiva de la primera de la serie algo me ha hecho demorar esta lectura al parecerme, quizás infundadamente, que será una explotación del éxito alcanzado. Quizás me equivoque aunque tras leer la que aquí reseño creo que me muevo más por el terreno de la certeza que del equívoco. Ya os diré más adelante por qué.

 La publicidad que acompaña a esta novelita dice lo siguiente: 

Probablemente una de las gestas heroicas más glosadas y conocidas de todos los tiempos, el regreso de Ulises a Ítaca nos deja también un gran interrogante acerca de la terrible matanza de los pretendientes de Penélope y sus doce criadas: ¿por qué se ahorcó a las mujeres y cuáles eran las verdaderas intenciones de Penélope? 
En un audaz e inspirado giro al relato de Homero, Margaret Atwood cede a Penélope la voz narradora que nos conduce hacia la respuesta del misterioso suceso. Su relato, colmado de sabiduría y humor, resulta inquietante, fruto de la imaginación de una autora ampliamente reconocida por su capacidad de contar historias con un elevado tono poético.

Con estos estupendos augurios y gustándome como me gusta todo lo que tiene que ver con los mitos griegos era normal que este libro cayese en mi poder, ¿no os parece?

Penélope y las doce criadas, Mitología griega, feminismo
Sin haberme entusiasmado la lectura es cierto que varias cosas buenas se pueden decir de este librito. Una es su afán divulgativo de la mitología griega más conocida entre nosotros y más influyente en nuestra cultura; otra, el innegable toque de humor con el que muchas veces la narración sin duda se enriquece; y en tercer lugar, sí, he de decirlo, la brevedad. 

Es cierto que el asunto no daba para mucho más pues volver a contar la historia de Ulises (Odiseo en la novela) desde la perspectiva de Penélope no hace que aparezcan nuevas aventuras de ésta o de aquél. No, Atwood no se aparta del surco marcado por Homero en el poema épico: la caverna, el cíclope, los pretendientes, el arco, las impertinencias de Telémaco, Circe, Calipso, la fortaleza y astucia de Odiseo... Tan sólo ha habido alguna cosilla que no conocía o que en mis traducciones escolares o en mi lectura antigua de la Odisea me habían pasado desapercibidas o simplemente había olvidado: la columna de olivo de la cama conyugal, la cicatriz en la pierna del héroe que sirve para que Euriclea, su aya, lo reconozca, el número ingente de pretendientes -¡120, madre mía!-, la salacidad de las criadas, el que Penélope tejiera y deshiciera un sudario para Laertes, el padre de Ulises ¡que aún estaba vivo!, la flecha que pasa por el ojo de 12 hachas para luego irse a clavar en el cuello de uno de los pretendientes... 

Quizás lo que más me ha llamado la atención haya sido la explicación del simbolismo contenido en el número 12: doce criadas, doce hachas, doce meses del año, doce apóstoles, doce signos del zodiaco, incluso el número de pretendientes es de diez veces doce, etc. E igual con el número 13, o sea, 12 + 1: doce criadas más Penélope, doce apóstoles más Cristo, doce fases lunares más una más lo que equivale al año lunar por lo que doce meses más uno igual a un año, etc. 

También me ha gustado el juego con el anacronismo valiéndose del no-tiempo existente en el reino de los muertos, o sea, en el Hades donde se encuentran desde hace miles de años Penélope, Helena, las doce criadas, los pretendientes... Desde el Hades, pasando por el agua del Olvido o en algunos casos -pocos, la verdad- la de la Memoria, los que allí están pueden volver al mundo de los vivos. Penélope no lo ha hecho nunca, pero Helena que es mucho más disfrutona sí, y cada vez que lo hace vuelve al Hades para pasárselo por la cara a su prima y enemiga Penélope

En fin una novela que se lee bien pero que no alcanza a llenar las expectativas que sobre ella tenía. Tampoco, bien he de decirlo, creo que cumple lo anunciado en la propaganda editorial. La novela en mi opinión busca hacerse un hueco en los expositores acudiendo al tirón innegable del feminismo actual: Si la historia del héroe Odiseo la cuenta su mujer Penélope seguramente encontraré una historia distinta, pensará cualquier lector o lectora. Pues no. Es la misma historia de siempre como no podía ser de otro modo. En este sentido le alabo el gusto a Margaret Atwood pues no se ha dejado tentar por las sirenas del movimiento #Metoo o adláteres y como confiesa en un epílogo final se ha conducido siempre por la vía de la Verdad, en este caso la afirmada fundamentalmente por Robert Graves en su estudio sobre "Los mitos griegos", fantástico y estupendo manual que a cualquiera que esté interesado en saber más de la Mitología griega desde aquí recomiendo vivamente.



"1793" de Niklas Natt och Dag


Al contrario que Margaret Atwood para el sueco Niklas Natt och Dag  "1793" es su primera incursión en el terreno de la narrativa. Es una novela negra sueca que está teniendo un éxito increíble en toda Europa. A mi me ha gustado aunque a tenor de lo que había leído en otros blogs, pensé que me iba a sorprender mucho más de lo que lo ha hecho. Pero sí, me ha satisfecho. El relato esta en línea con este estilo de novela negra de corte algo tremendista muy propio del norte de Europa que no se arredra al describir de manera descarnada y perturbadora acciones características de la maldad humana más extrema. 
 
La novela es una muy apropiada lectura veraniega para entretener estos días de vacaciones sin buscarse complicaciones literarias de ningún tipo. Ciertamente es un best seller, y contiene muchos de los elementos propios de este tipo de libros superventas (culturalismo al alcance del gran público, voluminoso número de páginas, recursos de novela negra, incursión del género de la novela negra en el más popular de terror, recursos literarios poco complicados, juego estructural sencillo, etc.). No es la primera vez que lo digo, pero ser superventas no es sinónimo de mala calidad aunque si de facilidad lectora esquivando el autor cuantas posibles dificultades pudieran surgirle a un lector medio durante su lectura. La máxima novedad -y lo digo con ironía- estriba en la disposición desordenada de las cuatro partes en que se distribuye el contenido de la novela: Otoño, Verano, Primavera, e Invierno. Pero dentro de cada una de estas partes es absolutamente lineal con un narrador preferente en 3ª que sólo cambia a primera en la segunda parte en que la narración se presenta en forma de género epistolar. 
"1793", Revolución Francesa, Novela histórica, Novela negra, Suecia

La historia se contextualiza en ese año que da titulo a la novela y en Estocolmo, capital del reino de Suecia. Concretamente el año anterior el rey Gustavo III ha sido asesinado en un baile de máscaras. Desde que en 1789 sucediera en París la denominada Revolución francesa con la serie de episodios cruentos asociados a ella desarrollados entonces y en los años sucesivos (concretamente en enero de 1793 Luis XVI es guillotinado; y a finales de ese mismo año es la propia reina María Antonieta la que pasará por el cadalso), la aristocracia europea vive temerosa de que los burgueses de sus naciones imiten el comportamiento de sus homólogos franceses; razón por la que la policía política, aquí en Suecia, está funcionando a todo gas deteniendo a cuanto sospechoso de desafección monárquica exista o parezca existir.

Este es el contexto en el que sucede el episodio criminal que dos investigadores, Mickel Cardell, guardia  veterano de la guerra sueca contra Rusia, y Cecil Winge, relojero por afición, gestor del hospicio Eduviges Leonor y colaborador de la policía, intentan desentrañar. Todo comienza cuando casualmente Cardell descubre en un lago de Estocolmo un cuerpo salvajemente mutilado. Estos dos investigadores habrán de darse prisa en sus pesquisas para evitar que  el fiscal jefe de la policía, Johan Gustav Norlin, que ha encargado a Winge esclarecer el crimen, sea depuesto y sustituído por Gustav Adolf Reuterholm Liljensparre, funcionario reaccionario nada partidario de que el turbio asunto que se esconde bajo éste emerja. 

A este escenario histórico en el que se incardina la historia relatada se vienen a sumar las vicisitudes vividas por personajes secundarios pero importantes en la trama. No quiero desvelar aspectos importantes de la misma para no perturbar el innegable disfrute de esta lectura. Sólo daré algunos nombres que me parecen de interés: en la segunda parte del relato Kristofer Blix y Richard Sylvan, amigo del anterior, es una pareja de pícaros que viven del engaño siempre al borde del peligro; son antiguos soldados de la guerra contra Rusia en la que el primero, narrador de este apartado, trabajó de ayudante del servicio médico. 

En la 3ª parte la historia da un giro importante y se interna en terrenos románticos: Anna Stina y André Petrer son unos adolescentes que, vecinos, se han criado juntos y se tienen un innegable aprecio; lo que sucede es que la velocidad de la relación no es coincidente en ambos y André en un momento dado  quiere besarla, tocarla, hacerla suya, algo a lo que Anna aún no está dispuesta. Cuando fallece Maja Knapp, madre de Anna, los problemas para ésta se acrecientan pues que una mujer pudiese sobrevivir por sí misma no se consideraba posible en la época salvo que se dedicase a la prostitución, ejercicio que se castigaba con la prisión. 

Por último en la 4ª parte los acontecimientos se precipitan y el autor realiza una serie de recopilaciones informativas (anagnórisis) que sirven para atar todos aquellos cabos que quedaban sueltos en las investigaciones de los acontecimientos sucedidos durante el curso de la novela. Hay nombres de personajes nuevos que serán importantes en esta resolución como el de Lovisa Ulrika Blix o el de María Vide, mujer de Gustav Adolf Balk, padres a su vez de Johannes Balk, persona del máximo interés en la narración. En este apartado aparece, dentro del contexto de libertinaje que practicaron algunos sectores ilustrados de la Europa del momento, una sociedad denominada las Euménides cuyos integrantes se reúnen en la denominada Casa Keyser regentada por una tal Madame Sachs. Todos estos nuevos elementos y personajes son de suma importancia en esta parte del relato.

Para finalizar sólo me queda decir que el autor de esta novela, según reza en la solapa de la misma, es miembro de una de las familias más antiguas de la nobleza sueca, y que nació en 1979 en Estocolmo donde reside con su esposa y sus dos hijos. Es, pues, un buen conocedor de la historia de la aristocracia sueca, cuestión que sirve para hacer mucho más verosímil aquello que cuenta. También, como colofón de esta reseña, quisiera avisar a los entusiastas del autor que, según manifestaciones suyas, nos encontramos ante la primera entrega de una trilogía histórica. Así pues el personaje enfermizo de la misma, Cecil Winge, espero -es sólo una simple suposición mía- que no se nos muera por el camino en el espacio temporal que exista entre una y otra entrega. En fin, un acicate más para leer la segunda novela de la serie que ya ha salido en Suecia y en algunos otros países europeos aunque todavía no en España. Habrá que estar atento. Como se ve técnicas de suspense propias de los best seller.

16 ago 2020

Jorge Luis Borges: "Ficciones". (lecturas veraniegas desordenadas)

8 comentarios:

No ser un hombre, ser la proyección del sueño de otro hombre ¡qué humillación incomparable, qué vértigo! A todo padre le interesan los hijos que ha procreado (que ha permitido) en una mera confusión o felicidad; es natural que el mago temiera por el porvenir de aquel hijo, pensado entraña por entraña y rasgo por rasgo, en mil y una noches secretas. ( ‘Las ruinas circulares’)

Si algo bueno tiene el verano es la relajación que introduce en el día a día. Es verano y la indolencia, la falta de disciplina, la sana dejadez lo invade todo. También mis lecturas. ¿Qué tienen que ver los cuentos que Borges escribiera allá por los años 30 y 40 del pasado siglo con dos novelas del siglo XXI: "La fórmula preferida del profesor" de la japonesa Yoko Ogawa y "Soledad" de Carlos Bassas del Rey? Pues seguramente, nada y todo. Nada por pertenecer a universos mentales e intereses personales muy distantes, y todo porque sin la maestría borgiana pocos escritores podrían haber avanzado sin tropiezos, caídas o despeñamientos imposibles de corregir, por la angosta senda de la escritura. Es evidente que Borges marca en literatura un antes y un después.

Dejo para otro momento hablar de las dos novelas que acabo de citar. Creo que la narrativa del argentino universal bien se merece un post para él solo.

Ficciones

Cuentos de Borges, Narraciones argentinas

Tantas veces a lo largo de mi vida lectora me he topado con referencias a algunos de los relatos borgianos contenidos en este volumen titulado "Ficciones" que no he podido por menos que por fin, de una vez por todas, durante dos días de este caluroso verano tomarlo entre mis manos y disfrutar con el mundo imaginativo, fantasioso y tantas veces libresco de este bonaerense nacido en 1899 y fallecido en 1986 en Ginebra (Suiza).

Diecisiete son los cuentos contenidos en el libro fruto de la unión de dos: "El jardín de senderos que se bifurcan" publicado en 1941 por vez primera, que contiene ocho cuentos; y "Artificios", aparecido en 1944, con seis relatos. A estos seis de "Artificios" en ediciones posteriores -años1952, 1953 y especialmente 1956- se sumarían tres más: "El fin", "La sexta del Fénix" y "El Sur", quedando pues la edición que he manejado de la editorial De bolsillo Contemporánea formada por un total de diecisiete narraciones distribuidas de la siguiente manera:


Primera parte: El jardín de senderos que se bifurcan
Prólogo
  • Tlön, Uqbar, Orbis Tertius (1940)
  • El acercamiento a Al-Mu'tasim (1936, no incluido en la edición de 1941)
  • Pierre Menard, autor del Quijote (1939)
  • Las ruinas circulares (1940)
  • La lotería en Babilonia (1941)
  • Un examen de la obra de Herbert Quain (1941)
  • La biblioteca de Babel (1941)
  • El jardín de los senderos que se bifurcan (1941)

Parte Dos: Artificios
Prólogo
  • Funes el memorioso (1942)
  • La forma de la espada (1942)
  • Tema del traidor y el héroe (1944)
  • La muerte y la brújula (1942)
  • El milagro secreto (1943)
  • Tres versiones de Judas (1944)
  • El fin (1953, solo 2ª edición)
  • La Secta del Fénix (1952, solo 2da edición)
  • El Sur (1953, solo 2ª edición)
Los prólogos están escritos por el mismísimo Jorge Luis Borges y en ellos realiza una especie de reseña de aquello que nos disponemos a leer. Era consciente el argentino de que la mayoría de sus historias eran fantásticas y en ello se regodea. La fantasía que siempre lo caracterizó introduce en la quimera a la propia literatura y a sus autores; así en 'La lotería en Babilonia' él mismo se viene a incluir en la reata de autores más que heterogéneos (Leucipo, Lasswitz, Lewis Carroll, Aristóteles...) responsables -dice- de la autoría de esta narración; aunque sin duda alguna de esta primera parte para mí los cuentos más sobresalientes -¡y fantásticos en todos los sentidos!- sean "Las ruinas circulares", al que pertenece la cita que encabeza esta entrada, y el titulado "Pierre Menard, autor del Quijote". En este último no he podido por menos que ver un clarísimo antecedente de la literatura de mi admirado Enrique Vila Matas e incluso de la de Roberto Bolaño. Me refiero especialmente a esa manera de transformar, transfigurar, hacer aparecer y desaparecer como si nada en el relato autores, obras, páginas y personajes que conviven de manera inexplicable en la mente del personaje central de este cuento quien reconoce nada más y nada menos que no quería componer otro Quijote -lo cual es fácil- sino el Quijote. Pretendía Menard no hacer una transcripción del original sino producir unas páginas que coincidieran palabra por palabra y línea por línea- con las de Miguel de Cervantes. ¡¡Cuánto me han hecho recordar las páginas y el asunto de este cuento a "Los detectives salvajes" de Bolaño o a novelas de Vila Matas como "Dublinesca" o "París no se acaba nunca"!!

Borges, literatura argentina del siglo XX
En el prólogo a 'Artificios', el libro que ocupa la segunda parte de "Ficciones", Borges declara que Shopenhauer, De Quincey, Stevenson, Mauthner; Shaw, Chesterton, Léon Bloy, forman el censo heterogéneo de los autores que continuamente releo. ¡Y se nota, vaya si se nota! Hago la exclamación no porque pretenciosamente yo quiera transmitir la falsa idea de que domino a estos siete autores -para nada, os lo aseguro- sino porque en la declaración borgiana creo ver una defensa cerrada de la lectura como lo esencial y principal del ejercicio literario. Hasta tal punto es así que el propio autor argentino reconvertido en el magnífico crítico literario que siempre fue, analizando uno de los cuentos incluidos en esta parte de la obra dice, como con dudas, que "En la fantasía cristológica titulada Tres versiones de Judas, creo percibir el remoto influjo del último" [se refiere a Léon Bloy]. ¡Se puede ser más sincero y analítico con lo que él mismo ha creado! 

De los nueve cuentos incluidos en 'Artificios' me han gustado sobre los demás el ya citado de Tres versiones de Judas, El fin y Funes el memorioso. En "El fin" Jorge Luis Borges viene a poner un más que verosímil desenlace en prosa a la historia de Martín Fierro, poema narrativo escrito en verso octosílabo por el poeta argentino José Hernández en dos entregas: la primera en 1871 conocida como 'La ida' y en 1879, subtítulada 'La vuelta'. Así pues este cuento de Borges supondría el cierre definitivo de la historia del gaucho matrero, o sea, fuera de la ley, que era Martín Fierro quien tras desertar del ejército donde estuvo siete años recibiendo poco sueldo y muchas vejaciones al regresar a su casa halló a su mujer muerta y a sus dos hijos desaparecidos buscándose la vida como podían. Comienza aquí su vida de cimarrón que le llevará a frecuentar pulperías, a practicar el juego y a embriagarse en demasía. En una ocasión mata a un negro de cuya mujer él se burló cuando ambos querían entrar a un baile. Así se inició su carrera de asesino y de huido de la justicia. En 'La vuelta', aparecida siete años después de 'La ida', Martín Fierro parece reconciliarse con la sociedad argentina de la que se excluyó yéndose a vivir con los indios que lo acogieron. Ahora retorna a la civilización. Y Borges en "El fin" decide acabar con el personaje poniendo punto final a su peripecia vital a manos, lógicamente, de un negro justiciero vengador de aquel que siete años antes Martín Fierro matase. 

El otro cuento interesantísimo y muy influyente en la literatura es el de Funes el memorioso, la historia de Ireneo Funes, un muchacho que entre otras muchas rarezas tenía la de saber siempre la hora. El narrador en primera que cuenta esta historia dice que coincidió con este ser sólo en tres ocasiones y siempre en Fray Bentos, ciudad de Uruguay, próxima a Montevideo. La primera vez le escuchó dar la hora exacta siempre que era requerido; tres años más tarde  al volver a pasar por Fray Bentos y preguntar por él supo que lo había volteado un redomón en la estancia de San Francisco, y que había quedado tullido, sin esperanza. En esta segunda ocasión fue el mismo Funes quien al saber que el narrador era portador de libros en latín quiso contactar con él y en las dos ocasiones que lo hizo Funes le dijo que recordaba perfectamente el encuentro fugaz que tuvieron tres años atrás. En su último encuentro Ireneo le explica que a raíz del accidente tuvo conciencia de que su percepción y su memoria eran infalibles. Y le cuenta que ha ideado un sistema de numeración consistente en dar nombre diferente a cada número; también que percibía todas y cada una de las hojas de un árbol; que no comprendía que la palabra 'perro' incluyese a cualquier perro pues cada uno es distinto y merece por ello tener nombre individual que él siempre recordaba;  también que había aprendido sin esfuerzo el inglés, el francés, el portugués, el latín... Pero, quien cuenta la historia nos dice que pese a esto él cree que Funes no era muy capaz de pensar porque 
"Pensar es olvidar diferencias, es generalizar, abstraer. En el abarrotado mundo de Funes no había sino detalles, casi inmediatos"
 Borges dice que este cuento es una larga metáfora sobre el insomnio. Y es que a Funes le era muy difícil dormir pues dormir es distraerse del mundo.

Jorge Luis Borges fue escritor de cuentos, ensayos y poemas. Nunca escribió largas narraciones. Consideraba desvarío laborioso y empobrecedor el de componer vastos libros; el de explayar en quinientas páginas una idea cuya perfecta exposición oral cabe en pocos minutos. Mejor procedimiento es simular que esos libros ya existen y ofrecer un resumen, un comentario. Como se ve, en Borges anidaba sobre todo un ensayista, un crítico y en la literatura de creación, consecuente con su declaración anterior, un hacedor de poemas y/o cuentos. No es este el lugar para explicarlo, pero de todos es sabido que estos dos géneros literarios se hallan íntima y profundamente relacionados entre sí.
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Nota: "Ficciones" de Jorge Luis Borges es uno de los clásicos imprescindibles de la literatura universal. En consecuencia es uno de los títulos que incluyo en la lista de libros leídos y participantes en la IVª edición del Reto "Nos gustan los clásicos" promovido por Francisco del blog "Un lector indiscreto"

11 ago 2020

Juan Marsé. "Caligrafía de los sueños"

9 comentarios:

"Lo poco que le retiene aquí es lo mucho que echa en falta. Cada vez que levanta la vista del libro se siente fuera de lugar, desplazado por un imprevisto golpe del destino, y ese sentimiento de desarraigo es más patente cuanto más cavila sobre su fortuito origen familiar." (p. 223, cap. 10: ‘Caligrafía de los sueños’)

Hay personas que, pese a no conocerlas personalmente, cuando desaparecen definitivamente dejan un vacío grande en nuestros corazones. Es lo que me ha sucedido con el fallecimiento de Juan Marsé el pasado 18 de julio de este año. Su literatura ha acompañado mi vida desde muy temprano. Recuerdo ahora mismo el regalo que un hermano mío me hiciera con motivo de un cumpleaños (el 18º o 19º de mi existencia, no más): se trataba de un librito de pastas azules con letras en blanco y de titulo un tanto extraño, "Encerrados con un solo juguete". Estuvo durmiendo unos años en casa hasta que un día lo abrí y descubrí a un autor nuevo que en ese volumen experimentaba con las formas narrativas. Aunque la obra en sí no fue totalmente de mi agrado sí que el nombre de quien la había escrito se me quedó grabado. Fue así como comencé a leer un buen número de novelas de este autor y a seguir con especial deleite algunas de las muchas adaptaciones cinematográficas que se han hecho de un buen número de ellas.

Si no recuerdo mal, de Juan Marsé he leído, además de "Encerrados con un solo juguete" (1960), 
Novela autobiográfica, novela de aprendizaje
"Últimas tardes con Teresa" (Premio Biblioteca Breve, 1966) [tengo reseña hecha en este blog], "La chica de las bragas de oro" (Premio Planeta 1978), "El embrujo de Shanghai" (1993), "La oscura historia de la prima Montse" (1970) y "Esa puta tan distinguida" (2016) [tengo reseña hecha en este blog]. No son muchas desde luego, pero creo que sí que me dieron una adecuada perspectiva de la inmensa altura de este catalán nacido en Barcelona en 1933.  En cuanto a adaptaciones cinematográficas he visto en pantalla "Últimas tardes con Teresa" (del director Gonzalo Herralde, 1984), "La muchacha de las bragas de oro" (de Vicente Aranda, 1980) y "El embrujo de Shanghai" (dirigida por Fernando Trueba en 2002). Seguramente alguna más como "Si te dicen que caí" (Vicente Aranda, 1989) pero no lo puedo afirmar con rotundidad. 

Al morir Juan Marsé, toda España dedicó a su figura minutos televisivos y páginas en los principales periódicos. Tras leer y escuchar los panegíricos que le dedicaron quise leer la que se considera su novela más autobiográfica, "Caligrafía de los sueños". Es lo que he hecho durante estos días veraniegos de finales de julio e inicios de agosto y he de confesar, así sin más, que la novela en cuestión, publicada en 2011, me ha gustado mucho.

"Caligrafía de los sueños"

Resumen y sinópsis (tomado de la contraportada de la novela)
A mediados de los cuarenta, Ringo es un chaval de quince años que pasa las horas muertas en el bar de la señora Paquita, moviendo los dedos sobre la mesa, como si repasara las lecciones de piano que su familia ya no puede pagarle. En esa taberna del barrio de Gracia, es testigo de la historia de amor entre Vicky Mir y el señor Alonso: ella, una mujer entrada en años y en carnes, masajista de profesión, ingenua y enamoradiza; él, un cincuentón apuesto que empezó frecuentando a la mujer para curarse de una lesión en el pie y ha acabado instalándose en su casa. Allí viven junto a Violeta, la hija de la señora Mir, hasta que sucede algo inesperado: un domingo por la tarde, Vicky se echa a las vías de un tranvía intentando un suicidio imposible y patético, mientras el señor Alonso desaparece para no volver. Lo único que queda de él es una carta que prometió escribir y que Vicky estará esperando y deseando hasta la locura, mientras Violeta mueve sus espléndidas caderas por el barrio, hosca e indiferente a los halagos.

La vida entera discurre por el bar de la señora Paquita y bajo la mirada de Ringo, que ahora escucha, lee, y finalmente empezará a escribir las palabras de lo que será su primer relato. Un encuentro casual con el señor Alonso ligará para siempre la historia de los amantes con la de Ringo y con la triste caligrafía de toda una generación que alimentó sus sueños en los cines de periferia y en las calles grises de una ciudad donde el futuro parecía algo improbable.

Mi comentario
En la novela se suceden en sabia combinación una serie de cuadros o de estampas de sesgo muy costumbrista:  Barcelona. Los años 40. El racionamiento. De fondo, la represión. Las dificultades para sacar la familia adelante. Las ilusiones y fantasías infantiles. La escapada a través de los tebeos. La invención de 'aventis'. La adolescencia. Los primeros escarceos amorosos. La llamada del sexo; su urgencia mayor en unos (Quique) que en otros (el mismo Ringo). Las relaciones de vecindad. Las ilusiones y desilusiones de los mayores. Los bailes de los domingos. Las calles y los barrios: el Guinardó, el Carmelo, la Travesera de Salt, Paseo de Gracia, Barranco de las Flores... Los héroes novelescos y de los cómics casi más reales que la propia realidad. El Cine y los cines. Los artistas del celuloide. Los grandes personajes cinematográficos. Toda una época reflejada en la vida diaria de unos personajes populares, vitales, auténticos. Más que costumbrismo, realismo tierno, melancólico, incluso nostálgico, de un tiempo fenecido, irrecuperable ya... La vida en suma. 

Además de esta radiografía de un tiempo contemplado por el escritor desde la altura de los años, -la novela sale a la luz en 2011, dos años después de haber recibido Juan Marsé el premio Cervantes. Tiene en ese momento el novelista 79 años-. el autor rememora sus vivencias personales a través de Ringo, ese chiquillo que como él trabaja en una joyería y que se va abriendo a la vida real junto a sus amigos ("Están sentados en corro al estilo indio en la ladera sur de la Montaña Pelada, con los ojos al acecho y el oído atento, son el Chato Morales, Roger, los hermanos Cazorla, el Quique Pegamil, Julito y él mismo") y también a la literaria a través de su tremenda afición a la lectura que practica a todas horas en la taberna de la señora Paquita, afición que se ve acrecentada durante la convalecencia a que se ve obligado por la pérdida de un dedo de la mano mientras trabajaba en su ocupación de orfebre:
"La convalecencia, más larga de lo previsto, al liberarle del trabajo favorece las lecturas más caprichosas, diversas y disparejas. De Karl May a Balzac y a Dostoyevski, de Julio Verne a Edgar Wallace y a Papini, Zane Grey, Curzio Malaparte, Stefan Zweig y Knut Hamsun." (p. 137)
Estas lecturas avivan la imaginación del niño que se va haciendo hombre. Todo lo que vive y acontece lo pasa por el filtro de su desbordante fantasía. Asistimos en esta novela al nacimiento de la escritura en un ser humano, el propio Juan Marsé a través de Ringo, su alter ego. La vena artística presente desde el principio y desarrollándose poco a poco a golpe de observación, de recreación mental, de fantasía, de imaginación... Recuerdos, quizás, de su propia experiencia vital tanto en el terreno personal (su condición de niño adoptado) cuanto en el terreno profesional: el nacimiento del escritor.

Es frecuente en mí la expresión 'vive en un territorio llamado literatura' al hablar de algunos escritores, por así parecérmelo. Y sin duda en esta novela es más que apropiada tanto para el personaje de Ringo como para su referente real, el autor que en él se ficcionaliza. Cuanto realiza o ve el adolescente lo filtra a través de su imaginación. Así una gitanilla que ve en una taberna amamantando a su criatura es transfigurada por el novelista en ciernes intuyendo que le servirá en alguna de sus futurascreaciones literarias: " [...] se desplaza ligeramente en la barra para enmarcar correctamente la imagen, fijarla y grabar en la memoria lo que sabe ha de devenir inolvidable: la azarosa transfiguración de la belleza en el rostro de la muchacha, la cabeza ladeada con los labios entreabierta y los parpados cerrados, morados y pesados os, sus brazos de niña rodeando al bebé, la persistente dulzura y tensión de las manos sujetándole, el precario equilibrio de la silla.

La Barcelona de Juan Marsé, el Raval
La ciudad que habita -Barcelona-, el marco donde crece y se hace hombre este Ringo, la presenta el autor de modo magnífico: 
"Antes de alcanzar las Ramblas caen las primeras gotas. No hay tranvía ni metro a estas horas de la madrugada. Mejor, Ringo, a pata hasta casa bajo la promesa de la lluvia. Primero Ramblas arriba y luego cruzar la plaza de Cataluña desierta y espectral, subir por el paseo de Gracia y girar en la Diagonal hasta el paseo de San Juan, y de allí hasta la Travesera para volver a girar a la derecha y enfilar la calle Escorial. Al fondo de algunos portales emerge de entre las sombras la muchacha del espejo haciéndole señas, abriéndose la blusa. Lluvia en los zapatos. Nubes grises en la boca. El mensaje rosado en el bolsillo. A mí qué hostias me importa la dichosa carta. Por Escorial hacia arriba y todo recto, no te distraigas, a la derecha evito las sombras de la avenida del General Mola-Mulo-Mola, así es como lo llama el Matarratas." (p. 265)
Y en esta ciudad de los años 40 la lucha por la vida en forma de 'contrabandeo' económico y también político llevando de acá para allá (Francia) cartas y mensajes a los huidos de la represión franquista es practicado por algunos concienciados como Pep el Matarratas, el padre de Ringo, cuyas actividades son objeto de comentario por parte de sus vecinos:
"-¡Naranjas de la China, Blay! -exclama el señor Sucre-. Si te dedicas al contrabando y al estraperlo, y te pillan, te juzgarán por estraperlista y por contrabandista, es decir, por delincuente, por malhechor, no por otra cosa.
-Pero él es más que eso- dice el viejo Blay.
- Ya. Pero ese plus suele estar a cargo de los hombres de la frontera. Y él no es un hombre de la frontera. Es un hombre viajante de comercio, digamos. O sea, entre comillas." (p. 332)
Ringo es feliz cuando su padre le encarga entregar algo a alguien, pues mentalmente se transforma en alguno de los héroes de esos cómics que siempre lleva consigo. Pero al tiempo no entiende a Pep cuando quemando documentos y libros comprometedores ve que entre ellos va una novela sobre Bill Barnes, el héroe de la aviación. Ringo se lamenta y recrimina a su padre tal acción. Pero luego en su imaginación ve al aviador remontar el vuelo y saludarle alegre con la mano. La literatura es lo que siempre lo salva y lo salvará.

Final
Novela magnífica por el asunto, la manera de presentarlo, los personajes populares auténticos, las ilusiones que hacen vivible la dura existencia, la veracidad del lenguaje manejado (“ir de burilla" referido a ir de fiesta, de fulanas, echar una canita al aire;  “¡Nunca vendrán, hostia! ¿No ves que no pintamos nada, hombre, no ves que somos el culo del mundo?”, dice Pep hablando con Batalla el acomodador del Cine Plaza (antes Maryland) sobre la ayuda de los aliados a la España vencida; o cuando con ingenuidad infantil los chicos viendo en el cine Delicias una película de el Zorro (Tyrone Power) escuchan de boca de uno de los personajes una alusión a la ciudad de Barcelona con lo que entienden que si en Hollywood saben que esta ciudad existe entonces no somos el culo del mundo dado que el capitán  Esteban Pasquale (Basil Rathbone)¡Por algo fue profesor de esgrima en Barcelona!.

Autores catalanes castellanoparlantes

No sirve de nada hacerlo, lo sé, pero ahora lamento no haberla leído antes. De todas maneras se haga cuando se haga siempre es una auténtica gozada leer a un maestro. Juan Marsé lo era en vida y seguirá siéndolo eternamente porque desde hace ya años forma parte de la historia eterna e inmortal de la literatura española.