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25 oct 2021

"Estado del malestar" de Nina Lykke

20 comentarios:

«Me gustaría no ser médica, porque entonces podría ir al médico. Entonces podría creerme toda esta representación teatral en la que el médico es el protagonista y los pacientes son el público» (reflexión realizada por la protagonista Elin con un evidente sentido humorístico y crítico. Tal sentido es perceptible en muchas páginas del libro)


Dado que la tertulia "más que palabras..." de la que formo parte se reúne este martes y como, por no poseer aún el don de la ubicuidad, me será completamente imposible participar en la misma, a vuela pluma quiero dejar dos o tres impresiones mías sobre el libro de Nina Lykke, "Estado del malestar",  objeto de debate.


Estado del malestar
La novela que he leído está bien. Sin más. Es un poco una colección de tópicos requetevistos sobre los males de nuestra sociedad del bienestar en la que paradójicamente todos decimos, creemos o queremos sentirnos muy mal. Hay un victimismo tremendo en la misma. Si no somos víctimas de algo, o nos sentimos agraviados por algo, o menospreciados por alguien, y tal, no somos nada. Nos tenemos que quejar de todo, incluso de lo que no está escrito. Es lo que tiene no haber sufrido grandes carencias, es lo que tiene tener las necesidades básicas más que cubiertas, es lo que tiene pertenecer a la clase media mayoritaria de los países nórdicos (Noruega en este caso). Pero no es una obra circunscrita al caso noruego sino que lo que en ella se plantea es trasladable a cualquier otro país del continente, como por ejemplo al nuestro, España.

Más que una novela en muchos momentos me ha parecido estar leyendo un ensayo. Eso sí tiene momentos, detalles, anécdotas muy bien traídas, simpáticas críticas al Sistema, pero, todo hay que decirlo, nada sorprendentes. 

Según leía esta novela plagada de reflexiones en primera persona emitidas por Elin, la médico protagonista de la narración, no he podido por menos que recordar la grata lectura del anecdotario en forma de libro escrito por el doctor Francisco Coronel Díaz titulado "Las experiencias de un médico para todo" que reseñé en este blog hará cosa de medio año o así [pinchando en el título del libro se accede a la lectura de la reseña]. Si el doctor Coronel contaba un sinfín de situaciones anecdóticas que en el ejercicio de su profesión de nefrólogo vivió en su consulta y fuera de ella, la ficticia doctora Elin en su consulta de medicina general de un centro de salud de la ciudad de Oslo cuenta no pocas curiosidades acaecidas con variopintos pacientes: aquellos que sólo van para hablar un rato, los que quieren milagros como adelgazar llevando una vida sedentaria y llena de apetito, la pareja de cuarenta y tantos años que desean tener un hijo que los una más dado que cada uno viene de un matrimonio con dos y tres hijos, la pareja infértil hasta el momento y que ahora ella con con 39 años pese a haberse quedado embarazada desea abortar porque tienen en perspectiva un viaje fastuoso, el portador de fuertes hemorroides que acude a la consulta sin haberse limpiado bien para no dañarlas, etc., etc.

La autora para dar entrada en la novela a los pensamientos y reflexiones de su personaje protagonista utiliza el recurso del desdoblamiento. Conversa silenciosamente con Tore, el esqueleto de plástico y tamaño natural que tiene en el despacho de su consulta. Tore se dirige a ella y Elin le responde o le pregunta a su vez. En realidad son soliloquios pero presentados de una manera más gráfica, más plástica, más fácil de entender. Quizás si la autora Nina Lykke hubiera echado mano del monólogo interior, el flujo de conciencia u otros recursos posibles la novela habría ascendido varios puestos en el escalafón de mi valoración personal, pero las cosas son como son, no hay más.
«Pero no puedes desaparecer sin más, dice Tore, que quiere que siga en la lucha, tanto con Aksel, que está en cas, en Grenda, como con Bjørn , que ha vuelto a su vida matrimonial en Friedrikstad, como con Gro, que ha hablado varias veces con Aksel, como me ha dicho alguna vez en los mensajes que me ha enviado y a los que he dejado de responder.»
literatura noruega, Estado del malestar
Al tiempo que Elin tiene una visión de privilegio de la sociedad desde su consultorio por donde desfila la totalidad de la sociedad noruega, ella forma parte de la misma y a sus cincuenta y pocos años vive con su esposo Aksel una vida tediosa y sin alicientes que intenta sobrellevar gracias a su adicción alcohólica y a las series televisivas. Se encuentra muy sola dado que sus dos hijas ya han abandonado el nido familiar y a que se siente algo desatendida por Aksel, un fanático del esquí y otros deportes cuya máxima ocupación es acudir a competiciones variadas en los lugares más dispares. Ella se ve a sí misma como una mujer tradicional que, hija de madre soltera, desde bien pequeña hubo de resolverse la papeleta de vivir sin encontrar gran respuesta en ella a la que sin embargo en su vejez cuida y visita en la Residencia de mayores donde pasa sus últimos años de vida. Como mujer casada le sucede lo mismo con Aksel, quien no hace nada en el hogar a no ser que ella se lo pida. 

Todo el panorama descrito hasta aquí cambiará cuando Elin casualmente encuentre en facebook un saludo de Bjørn, su lejano novio del instituto. Inopinadamente, sin reflexionar, contesta al saludo y a partir de ahí se inicia una relación entre ellos que dará al traste con su aburrida vida. Pero, ¿es mejor la perspectiva de vivir con Bjørn que la confortable vida que lleva con Aksel?

Para dar respuesta a la pregunta anterior es preciso leer el libro que como digo se lee muy bien, tiene algo de felizmente adictivo. 

Muchas son las reflexiones, los pensamientos esparcidos a lo largo de este libro. He aquí algunos que han llamado poderosamente mi atención durante la lectura:
  • Ontología
    • «Este cuerpo, esta cáscara indefensa que nos rodea y desde la que vemos el mundo. El cuerpo es la jaula en la que vivimos y, de vez en cuando, sin que sepamos por qué, sacudimos los barrotes y la jaula se tambalea»
    • «Nos pasamos la vida fingiendo que somos inmortales e invulnerables, pero bajo la piel nos corre la sangre y siempre hay posibilidades de que ocurra una catástrofe. En cuestión de minutos, de segundos, todo se puede derrumbar, nadie está seguro en esta vida cotidiana que creemos que está grabada en piedra, pero que en realidad está escrita en la arena y enseguida llegará el tsunami.»
  • Lo políticamente correcto en una sociedad profundamente vigilada
    • «Últimamente debemos tener cuidado. Todas nuestras declaraciones podrían acabar grabadas en video, en audio y compartirlas en las redes sociales por un empleado que estuviera por allí, con el móvil en la mano, como casi todos los empleados a lo largo de toda la comida, y por eso la conversación en la cafetería ya no es libre, porque allí también tenemos que contenernos como ya hacemos en la consulta con los pacientes.»
    • «Pienso que esa palabra, masculino, nunca la habría dicho en Grenda [Grenda es el barrio guay donde viven familias y jóvenes de ideología progresista], porque en Grenda el género es una construcción social y, aun así, esa palabra no para de surgir y de subírsele a los hombros, a los brazos, a la barba incipiente, al pelo gris del pecho que le asoma por la camisa»
  • La absurda necesidad de transmitir una imagen a los demás en la que vaya implícita la ubicación ideológica
    • «"Nosotros los hombres" es algo que Aksel no habría dicho nunca. "Soy un hombre con muchas necesidades físicas" tampoco. Nosotros los hombres, vosotras las mujeres son expresiones que Aksel nunca habría utilizado. Ni él ni nadie en toda Grenda»
  • Los prejuicios sociales
    • «Cuando conoció a Bjørn, una amiga mía me dijo lo siguiente: "Es muy guapo y muy amable, pero ¿tú crees que es suficiente para ti?", y esas palabras se me quedaron en la cabeza porque cuando Bjørn estaba en Oslo me daba dentera cada vez que abría la boca. Y lo que más vergüenza me daba  —porque me avergonzaba de él igual que él se avergonzaba de mí— no era que no fuera de Kràkeroy o que nadie de su familia hubiera ido a la universidad» [...]  
  • La cotidianidad y vulgaridad de la vida
    • «Nos hemos reído de todos los amigos y compañeros de trabajo que se han separado convencidos de que todo iba a mejorar y al final sólo han comprobado que la vida era igual que antes, pero más difícil, porque enfrentarse a esta nueva vida con toda su logística y tus hijos y los míos y los nuestros requiere una inteligencia y una madurez mucho mayor y más profunda y más amplia que la que habría requerido quedarse en la vida anterior.»
  • Sociedad machista y patriarcal:
    • «¿Qué pasaría si yo dejara de lavar la ropa y las sábanas y las toallas, si dejara de recoger, si dejara de hacer la compra y la comida, si dejara de congelar las sobras y volver a sacarlas para que se descongelaran? Es decir, si dejara de hacer todas aquellas tareas que hacían que Aksel, cada vez que me veía pasearme por la cocina, me dijera: "¡Qué hacendosa estás!"»
  • La falta de médicos en la atención primaria (uno de los motivos)
    • «¿Qué es ese invento de especialista en medicina general? Especialista y general son antónimos. Otorrinolaringología es una mezcla de dos conceptos que tienen sentido juntos; ginecología y obstetricia, también; enfermedades cardiovasculares, lo mismo; pero ¿especialista en medicina general? ¿Es una broma?»
  • La muerte en nuestra sociedad
    • «Me quiero morir [la madre de Elin a su hija cuando ésta va a visitarla]
      — Pero no puedes decir esas cosas.
      Tenemos esta conversación en cada visita, y como de costumbre pienso: ¿por qué no? No sólo no puede morirse, sino que no puede hablar de ello. Según la ley, hay que mantener a las personas con vida por mucho que sufran.
      »

22 oct 2021

Francis Scott Fitzgerald. EL PAGARÉ

21 comentarios:

«Soy editor. Acepto novelas largas sobre jóvenes enamorados escritas por viejas solteronas de Dakota del Sur, historias de detectives protagonizadas por miembros de clubs selectos y mujeres apaches “de profundos ojos oscuros” y ensayos sobre amenazas de aquí y de allás o sobre el color de la luna en Tahití, escritos por profesores universitarios y otros desempleados. […] Prefiero sacar un libro con una preventa de quinientos mil ejemplares antes que descubrir a un Samuel Butler,, un Theodore Dreiser y un James Branch Cabell en el mismo año» (apartado I de “El pagaré”)

Conocí este relato largo o novelita cortita de tan sólo unas 60 páginas gracias a la reseña que Miss Hurst, administradora junto a Miss Bingley del magnífico blog Las Inquilinas de Netherfield que visito con frecuencia, publicó sobre ella hará sólo cosa de dos semanas. Le dejé un comentario en el que le manifestaba mi admiración por Francis Scott Fitzgerald y el interés por el relato que su entusiasta opinión había despertado en mí. "Voy directo a por él", le decía en el comentario que le dejé. Y no era una frase hueca, vacía, de simple cumplido con una amiga bloguera. No, para nada. Era la verdad pura y dura. Efectivamente a la semana siguiente estando de visita en una librería de Jerez de la Frontera que me recomendaron vivamente, la librería "El Laberinto", casualmente lo vi en el expositor y sin dudarlo un momento lo adquirí de inmediato.

Sinopsis (ofrecida por la propia editorial)
Relatos desconocidos de Scott Fitzgerald
"El pagaré" es un divertídisimo relato sobre el sector editorial que critica la búsqueda sin escrúpulos de historias sensacionales con criterios exclusivamente comerciales. Escrito en 1920, cinco años antes de la publicación de "El gran Gatsby", «El pagaré» es un relato que permanecía inédito. En 2017 The New Yorker lo descubrió y publicó. Iba a ser publicado en Harper’s Bazaar, pero Francis Scott Fitzgerald nunca lo envió para su publicación. Narra la historia de un editor que acaba de contratar un exitoso libro, las memorias de un médico convertido en investigador de fenómenos paranormales. Después de un exitoso lanzamiento de casi medio millón de copias, el editor decide visitar al autor para firmar su próximo libro… La ilustración de cubierta es del gran dibujante Seth.
 
Del autor nada de mi propia cosecha voy a decir aquí. Pienso que su figura será sobradamente conocida por todos los aficionados a la literatura que visitan este blog. De todos modos para no dejar a nadie en la completa ignorancia pongo aquí sin modificar ni una coma la breve biografía que del escritor aparece en la solapa del relato elegantemente publicado por Nórdica Libros:

Francis Scott Fitzgerald (Saint Paul, 1896 - Hollywood, 1940). Considerado uno de los más importantes escritores estadounidenses del siglo xx y portavoz de la «Generación Perdida». Su obra refleja el desencanto de los privilegiados jóvenes de su generación, aquellos norteamericanos nacidos en la última década del siglo xix, a quienes les tocó madurar durante la Primera Guerra Mundial y que arrastraban su lasitud entre el jazz y la ginebra. Sus obras están escritas con un estilo elegante y situadas en fascinantes decorados. Destacan A este lado del paraíso (1920), Suave es la noche (1934) y, por supuesto, El gran Gatsby (1925).


Mi comentario 
Como bien dice Miss Hurst en Las Inquilinas de Netherfield poco se puede decir de una obrita tan breve si es que no se quiere desvelar nada importante de ella y destrozar el inmenso placer que su lectura supone.  En primer lugar cabe hablar de por qué este relato se traspapeló y quedó en el olvido hasta que fue descubierto por los administradores del legado Scott Fitgerald dentro del mismo; estos administradores lo vendieron a la Biblioteca Beinecke (de libros raros y manuscritos) de la Universidad de Yale en 2012. El gran público norteamericano lo conoció, junto a un buen número de otros relatos y cuentos inéditos del escritor de Minnesota, en una antología publicada en 2017 con el título de I'd Die for You: And Other Lost Stories.  Hasta nosotros ha llegado en esta primera edición realizada por Nórdica Libros en septiembre de 2021 en traducción de Blanca Gago.

The lost generation, La generación perdida
Cuál fue la peripecia del texto salido de la pluma de Scott Fitzgerald la relata con pelos y señales Miss Hurst en su blog. En síntesis la cosa sucedió así: El autor en el momento de la escritura tenía 23 años y ya empezaba a despuntar en el mundo literario. Ese mismo año, 1920, ya había publicado con magnífica acogida "A este lado del paraíso", razón por la que el editor de Harper's Bazaar le pidió un relato. Scott Fitzgerald lo escribió y lo dejó en la oficina del agente que el novelista tenía en Nueva York para que se lo hiciese llegar al editor de Harper's Bazaar. Pero el agente de Scott decidió enviarlo al Saturday Evening Post, motivo por el que el escritor le pidió su devolución para revisarlo dado el prestigio de la revista. Y a partir de aquí, una vez que el manuscrito volvió a estar en manos de su autor se le pierde la pista. La razón seguramente fue que Francis Scott Fitzgerald estaba en estos momentos plenamente inmerso en la escritura de su novela "Hermosos y malditos" que aparecería en 1922.
 
El relato de "El pagaré" está puesto en boca de un editor que oculta su nombre y que como se puede comprobar leyendo la cita que encabeza esta reseña entiende su oficio como una ocupación destinada a ganar cuanto más dinero mejor sin interesarle mucho la calidad de aquello que llega hasta sus manos. En algún momento dice que él tiene que sacar a flote dignamente a su mujer e hijos y que más vale un libro malo que venda mucho (historias amorosas, novelas tipo hard boiled o ensayos sobre naderías escritos por universitarios y otros desocupados) que obras firmadas por grandes cabezas pero que el gran público jamás lee.

Como se ve por lo anterior Fitzgerald plantea esta narración como una pulla al mundo empresarial -el mundo de la edición y la distribución- que rodea al creador de literatura. De manera muy ingeniosa se presentan estos dos mundos: el de la creación artística y el puramente mercantil que está a su alrededor. El sarcasmo del autor llega en el relato a tocar incluso el ámbito autoral al presentarnos a un escritor, un médico, que decide internarse en el mundo de los fenómenos paranormales, algo que evidentemente es cualquier cosa menos propio de la ciencia. En la época en que Scott Fitzgerald escribía este cuento la literatura de fenómenos paranormales gozaba de enorme éxito en USA. La ironía, el humor sarcástico, la sorna, la burla, presentes aquí muestran bien a las claras que el de Minnesota tenía en muy poca consideración este tipo de literatura que normalmente presentaba como hechos ciertos puras supercherías.

Junto a lo paranormal el breve relato también toca tangencialmente los efectos que en USA dejó la Primera Guerra Mundial en la que Fitzgerald, como muchos otros jóvenes escritores americanos (Hemingway, Steinbeck, Faulkner, Eliot y otros), participó sufriendo y viviendo experiencias muy duras cuyo recuerdo lo acompañarían el resto de su vida. El relato gira precisamente sobre uno de los muchos problemas que la participación en el conflicto bélico entrañó a algunos de sus participantes y cómo siempre hubo personas aprovechadas que se lucraron con el sufrimiento y la credulidad de las buenas gentes. Y no digo más porque si no descubriría la trama y como he dicho no quiero hacerlo.

Pero sin duda alguna lo esencial del relato es la burla que se hace del mundo editorial. En realidad cabría decir que hay mucho de metaliteratura especialmente en las primeras páginas del cuento pero referida la misma fundamentalmente a esta pata empresarial despreciada con frecuencia por los artistas pero muy necesaria para que su trabajo de creación les sea provechoso. Así, en esta ficción, ante el lanzamiento de la edición de 300.000 ejemplares del libro "La aristocracia del mundo espiritual" escrito por el médico Harper, su editor está nervioso y lo vemos controlando en lo posible todos los extremos de la salida del libro: su distribución, el escaparatismo, la publicidad, etc.
«La fecha de lanzamiento fue el 15 de abril. El día 14 un contenido silencio invadió las oficinas y abajo, en el departamento de ventas, los empleados miraban nerviosos los espacios vacantes que quedaban entre las pilas de libros, así como los escaparates vacíos, donde tres expertos escaparatistas iban a pasarse la tarde trabajando para disponer los libros en cuadrados, pilas, montones, corazones, estrellas y paralelogramos.»
En resumen, pues, esta breve narración toca tangencialmente tendencias literarias que en esos años, 1920, estaban muy en boga: lo paranormal, lo humorístico, lo posbélico y lo propio del mundo editorial... Es increíble que en poco más de 60 páginas quepa tanto; sólo los grandes, y Scott Fitzgerald lo era, aunque en ese preciso momento no lo sospechasen los encargados de enviar, recibir y publicar  originales manuscritos, o sea, su agente y cuantos en las sedes de periódicos y revistas literarias se encargaban de estas minucias. Cinco años después de esos olvidos de unos y de otros ese chico ya con 29 años publicaría una novela, "El gran Gatsby", que deslumbrará al mundo. En junio de 2013. casi en los inicios de este blog, publiqué una entrada sobre esta novela y sus versiones cinematográficas que desde aquí os invito a leer [para acceder a esa entrada basta con pinchar aquí]

Hace nada -una semana tan sólo- leí un interesante artículo de Ignacio Echevarría en "El Cultural" sobre los libros en cuanto objetos. Creo que lo que allí comenta este critico y editor viene al pelo en el caso del relato comentado. Es cierto que en el mismo Fitzgerald ironiza, considerándolo asunto menor, sobre cuanto rodea al contenido textual de la obra literaria; pero no lo es tanto y mucho menos hoy cuando la fácil reproducción digital de los textos ha originado un enorme roto a la industria que se ha visto atacada y en muchos casos desarbolada por culpa del pirateo informático. De ahí que ahora mismo -y es en esto en lo que insiste Ignacio Echevarría- la presentación del libro en cuanto objeto: su formato, su portada, la tipografía empleada, la calidad del papel, el color y la textura elegidos para las hojas de respeto, etc. no sean asunto menor. Así lo ha entendido Nórdica Libros que ha cuidado mucho estos extremos destacando entre ellos la ilustración de la portada  realizada por el dibujante norteamericano Seth. Es la misma ilustración con que salió publicado en 2017 por The New Yorker

Concluyo con un consejo para aquellos que no se hayan acercado aún a Francis Scott Fitzgerald: empezar por alguno de sus relatos es una magnífica manera de aproximarse a él.  Si se deciden por "El pagaré" les aseguro una lectura sencilla y agradable que les resultará plenamente satisfactoria.


Título original: The I.O.U.
Autor: Francis Scott Fitzgerald
Editorial: Nórdica
Traducción: Blanca Gago
Páginas: 62
Fecha publicación original: 2017 (escrito en 1920)
Fecha esta edición: septiembre 2021
Encuadernación: rústica con solapas
Ilustración de cubierta: Seth, para The New Yorker (edición del 20 de marzo de 2017)




17 oct 2021

Panza de burro, de Andrea Abreu

31 comentarios:

«La libretita se llamaba La LiBrEeeTa De LasSsS KaNcIoOoNeS porque cuando la robamos de debajo del mostrador de la venta, tenía escrito en la portada, dura, marrón y forrada de tela, la palabra CUENTAS y a Isora se le ocurrió que le pegásemos encima un trozo de papel blanco con cintasiva y le pusiésemos un nombre bonito con letras parriba y pabajo como cuando escribíamos en mésinye.» (cap. “Voy a aserte caricias ke no san inventao”)

literatura canaria, escritores millenials

Una primera novela que tiene una solidez que sorprende. La autora, Andrea Abreu (1995, Icod de los Vinos, Tenerife, Canarias), es una joven que, partícipe en una escuela de escritura, la madrileña de Fuentetaja, como parte de los ejercicios allí propuestos fue construyendo, al tiempo que trabajaba como dependienta en una tienda de ropa interior y completaba estudios de posgrado en diversos medios periodísticos, una novela que debe mucho a sus orígenes canarios.


Sabina Urraca
La novela es también la primera experiencia como editora de Sabina Urraca quien además se encarga de la presentación del libro. Cuenta en ella que conoció a Andrea Abreu en esos talleres de la Librería Fuentetaja donde ella era profesora. Allí -prosigue- fue donde nació el personaje de Isora que llena con su figura, voluminosa en todos los sentidos, la novela. Sabina, vasco-canaria ella, se enamoró de la manera de escribir que tenía esa joven alumna que vivía atosigada por unas prácticas de máster en un periódico que la exprimía y por su trabajo en una tienda  de lencería en la que conseguía lo imprescindible para sobrevivir en Madrid. Ella, la profesora, la animó a proseguir esa historia de las dos niñas tinerfeñas y se comprometió a editarla debidamente. Y así,  capítulo a capítulo, golpe a golpe que diría el poeta, Abreu fue enviando a la editora en ciernes los capítulos que poco a poco pero sin pausa iban saliendo de su mano durante el verano de 2019. La novela en una bella edición de la editorial Barrett vio la luz por vez primera en junio de 2020. El ejemplar que tengo entre mis manos, adquirido en la reciente Feria del Libro de Madrid, pertenece a la décimocuarta edición (abril de 2021), lo que demuestra el enorme éxito que esta obra primera de una escritora novel está teniendo.

editora de la novela "Panza de burro"
La iniciática experiencia editora de Sabina Urraca se debe a la propuesta que la editorial Barrett realiza anualmente de que un escritor que admiran les recomiende una obra aún no publicada. Antes de que Sabina Urraca les propusiese la novela de Andrea Abreu la editorial Barrett había atendido ya las sugerencias de Patricio Pron y de Sara Mesa. 

Sabina Urraca es una periodista gonzo o inmersiva, esto es, especializada en contar experiencias en las que se sumerge de manera personal. De hecho su labor como editora de Panza de burro cabe incluirla dentro de este tipo de experiencias. Además de otras colaboraciones habituales en medios periodísticos diversos (Vice, Tentaciones, Tribus Ocultas, El Comidista, Eldiario.es, El Estado Mental, Bostezo o Ajoblanco), Urraca es autora de Las niñas prodigio, novela aparecida en 2017.


Andrea Abreu
Sobre la autora dice la propia editorial lo siguiente:
Andrea Abreu nació en 1995 en lo alto de un pueblo, siempre nublado, del norte de Tenerife. Creció entre gatos y flores de bruja y, al cumplir los dieciocho, comenzó sus estudios de periodismo en la Universidad de La Laguna (ULL). Después de incontables cambios de residencia, se mudó a Madrid en el verano de 2017, para cursar el Máster en Periodismo Cultural y Nuevas Tendencias de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC). Desde entonces, ha sido becaria, camarera y dependienta de una famosa marca de lencería.
mujeres jóvenes escritoras, Canarias y Literatura
Como periodista, ha escrito para la sección de Cultura del diario 20 Minutos y para diferentes medios, como Tentaciones (El País), Oculta Lit, LOLA (BuzzFeed), Quimera o Vice. Sus textos literarios han sido incluidos en varias revistas digitales y en papel. También en antologías como Macaronesia, de La Galla Ciencia; Los muchachos ebrios, antología de poesía jovencísima transoceánica, de La Tribu, o Piel fina. Poesía joven española (Maremágnum, 2019). Es autora del poemario Mujer sin párpados (Versátiles Editorial, 2017) y del fanzine Primavera que sangra (2017), un breve análisis poético sobre su relación con el dolor menstrual, que aparecerá este mismo año en la editorial Demipage. Ha participado en varios eventos literarios, como el festival cordobés de poesía Cosmopoética 2018 y es codirectora del Festival de Poesía Joven de Alcalá de Henares. El pasado 2019 fue ganadora del accésit del XXXI Premio Ana María Matute de narrativa de mujeres. Panza de burro es su primera novela.

Sinopsis (proporcionada por la propia editorial)
Es verano, principios de los 2000. Con la protagonista, una niña a la que su amiga Isora se dirige como Shit, caminaremos por un pequeño pueblo rural tinerfeño. Recorremos sus calles empinadas y siempre oscurecidas por el cielo nublado mientras Shit, poco a poco, va dejando atrás la adolescencia. La protagonista irá descubriéndose a sí misma a través de su mejor amiga, Isora.


Mi comentario
 Muchísimas cosas me han gustado de esta Panza de burro. Lo primero que llamó mi atención, habiendo vivido cuatro felices años de mi vida en las Islas Canarias, fue el título del libro. La panza de burro es el nombre que los canarios dan a ese entoldado de nubes que los vientos alisios colocan sobre las localidades del norte de las islas principalmente durante el verano. Un cielo encapotado y sin lluvia que sirve a los canarios para mejor soportar la canícula. 
Luego, ya entrando en el propio texto, la Presentación de Sabina Urraca no hizo más que abismarme sin remisión en el texto que anunciaba. A este abismamiento contribuyó sin duda alguna la alusión a un autor grancanario, José Luis Morales, cuya novela Sima Jinámar conocí y leí con pasión durante los años en que residí por la zona. Que Sabina Urraca comparase el estilo del novelista y periodista canario con el de la joven autora me animó todavía más a adentrarme en la espesura del relato.

En "Panza de burro" se presentan las historias infantiles, ingenuas y no tanto, de una pareja de niñas: Isora y la narradora, que menor que la otra la admira profundamente y está, podría decirse en palabras propias del mundo adulto que no infantil, enamorada de ella a su manera.

Llama muchísimo la atención de esta novela el registro empleado. Es un registro coloquial, claramente de nivel vulgar, lleno de incorrecciones lingüísticas, modismos, canarismos, localismos, errores ortográficos en ocasiones, etc., con los que la autora pretende transmitir de la mejor manera la realidad del habla popular en Canarias. Pero hay que avisar que Andrea Abreu no pretende dar testimonio del habla real de Canarias. No, para nada. He visto en algunas reseñas cómo sus autores criticaban con cierta saña a la Abreu argumentando que así no se habla en Canarias, que jamás han escuchado ni utilizado tal cantidad de canarismos en su día a día. Naturalmente que no, claro. Es que lo que estamos leyendo es una novela, una obra de ficción y su autora se permite la licencia de construirla de esta manera hiperbólica, exagerada, desmesurada. En el fondo lo que ella hace es una escritura novedosa, experimental y esta profusión léxica es parte esencial del experimento.

A mí personalmente me ha interesado y gustado mucho este carácter experimental de la novela. Y digo experimental porque además de lo ya señalado respecto al léxico, la novelista introduce dos capítulos escritos haciendo caso omiso de cualquier normativa ortográfica (signos de puntuación, sistema de mayúsculas y minúsculas, división en unidades oracionales y paragráficas...). Es el propio lector quien con su experiencia de hablante y de lector quien ha de ir añadiendo en su cabeza los elementos omitidos a fin de dar al texto el debido sentido. Vamos, que Andrea Abreu hace realidad en su obra lo de la lectura activa.

En cuanto al vocabulario que estas dos niñas utilizan al comunicarse entre sí y con los demás es probable que quizás el exceso de localismos lleguen en algún momento a ahogar el interés del lector. Esta cuestión, según confiesa la editora en la Presentación de la novela, fue asunto debatido entre ella y la autora. Pensaron -dice Sabina Urraca- añadir un glosario al final pero desecharon la idea. Tras leer la novela no es de extrañar esta duda dado que toda ella deambula dentro del idiolecto típico canario. Un ejemplo de ello sería esta cita: 
«estaba doña Carmen con una sombrera sentada en una piedra por fuera de la casa, viendo como el perro le meaba y le cagaba las matas de por fuera de la entrada y las magarzas que crecían salvajes en los poyos descuidados y los chupos de las esquinas de las paredes, que por eso mi madre me decía que no comiera chupos de la carretera que estaban meados de los perros.»
Al léxico propio de las islas [anularse, aquellas, matalahúva, upar / uparse, estampurrarse, gofu, piche, burgados (moluscos que se dan en la zona de Fuerteventura), quícaras y quíquere (gallinas y gallos camperos canarios), fisquito de…, sus, tegasastes, camarotes (cohetes de mayor envergadura que los voladores), perro sato (raza de perro de pequeño tamaño, pelo corto y muy ladrador.) y muchos otros más] vendría a añadirse la reproducción fonética de vulgarismos, anglicismos, barbarismos y agramaticalidades propias del lenguaje infantil que aparecen en el texto: embrasada, güennboi, dientes pafuera, advans, voy a aserte caricias ke no san inventao, mésinye, citansiva, sisá (zig zag), por fa, güevo, produtos, costrusión, nadien, etc., etc.
Talleres de escritura, Taller de escritura Fuentetaja
Ha llamado mucho mi atención la abundancia de contenido escatológico contenido en la novela. Ya el propio inicio de la misma, con una Isora volcada sobre la taza del váter provocándose el vómito por eso de ver si así su gordura se detenía, es escatológico por demás. Pero hay mucho más esparcido a lo largo y ancho de la narración:
«al acabarme el plato potaje me entraron unas ganas de cagar horribles, el potaje coles me pesaba como 5 bolsas de cemento dentro del intestino, pero a mí siempre me encantaba aguantarme las ganas de cagar, sobre todo cuando estábamos jugando a las barbies.»
Lindante con lo escatológico e incluso formando parte intrínseca del mismo estaría el componente sexual que llena las cabezas y actividades de estas dos niñas que exploran el mundo que habitan en el que, naturalmente, está contenido su propio cuerpo. Son unas niñas que se acercan a la edad núbil, en especial Isora. El sexo, estregarse sobre todo, es algo que ocupa su cabeza en especial según que pasa el tiempo y ellas van evolucionando, haciéndose mayores. Este comportamiento quizás sea, al tratarse de dos niñas de apenas diez años, lo que me haya parecido más inverosímil dado que es una conducta, en mi opinión, más propia de adolescentes. Y no me refiero sólo a la sexualidad sino también a la astucia, en  especial la de Isora, que en algún momento más parece una muchacha, e incluso de mayor edad, que no una inocente niña.

Para finalizar
Concluyo mi comentario reafirmándome en la enorme satisfacción que me ha producido la lectura de la novela. Aunque se trata de la primera novela publicada por Andrea Abreu parece ya la de una autora consumada. Sí que es verdad que los capítulos que conforman la narración en mi opinión siguen aún muy atados al formato propio del relato, es decir, que cabe leer cada unidad cual si de relatos independientes se tratara. Pero con todo y con eso es tal la potencia que desprenden y la enorme soltura que la novelista demuestra en ellos que es imposible desasirse de la mucha literatura y poesía que el libro segrega. Un descubrimiento, sin duda alguna.

Título: Panza de burro

Autora: Andrea Abreu

Editorial: Barrett

Fecha de publicación: junio de 2020

Páginas: 176

ISBN: 978-84-121353-3-6



 

10 oct 2021

Tracy Chevalier: "Las huellas de la vida". Francis Lee: "Ammonite" (A pares XXIII)

28 comentarios:
La frase bíblica tan citada de "Los caminos del Señor son inescrutables" me ha venido a la cabeza preparando la reseña de la novela histórica de Tracy Chevalier "Las huellas de la vida". Sin haberlo planificado previamente, resulta que una calurosa tarde-noche del pasado mes de agosto vi en casa, en la plataforma Movistar, una película protagonizada por Kate Winslet y Saoirse Ronan -ellas fueron el motivo que me llevó a ver este film- titulada "Ammonite". Iba de dos mujeres, una ya madura y otra más jovencita, que mantienen una relación amorosa. La mujer madura se llamaba Mary Anning y sentía una grandísima afición por la paleontología; la joven era la esposa de Roderick Murchison (James McArdle), geólogo, paleontólogo y naturalista, que llevó a su esposa Charlotte hasta Lyme Regis (Inglaterra) para que se recuperara de la depresión en que estaba debido a haber sufrido la pérdida del hijo que esperaba. 

Kate Winslet, Saoirse Ronan, Francis Lee,

Viendo la película aún no había decidido leer la novela de Tracy Chevalier de la que sólo conocía su título sin saber que en su interior se desarrollaba la peripecia científica de Mary Anning. Cuando este mes de octubre he leído con gran satisfacción la novela de la autora de "La joven de la perla" he ido atando cabos y comprobado que sin duda alguna es Mary Anning, la humilde Mary Anning, el personaje principal en ambos relatos, el fílmico y el literario. En el novelesco comparte protagonismo en un nivel de igualdad con Elizabeth Philpot, mientras que en el film de Francis Lee ella es claramente, en la magnífica interpretación que realiza Kate Winslet, el centro de la historia hasta el punto de que sin la estupenda actriz británica la película quedaría reducida a un rutinario relato, sin más.

Pero vayamos con orden. Hablaré en primer lugar del libro de la Chevalier habida cuenta de que es anterior en el tiempo (año 2009) al film de Francis Lee (año 2020). También el asunto que en cada una de ellas se toca respecto a la vida de Mary Anning es anterior el de la novela respecto al de la película. Mientras que la historia de la relación de amistad mantenida entre Elizabeth Philpot y Mary Anning transcurre durante las dos décadas que van de 1804 a 1824, la relación amorosa entre Anning y Charlotte sucede en la década de 1840.



"Las huellas de la vida"
Para Tracy Chevalier este relato supone su sexta incursión en la novela histórica, género que practica desde que en 1997 se diese a conocer con "El azul de la Virgen", si bien su salto a la fama lo debe a "La joven de la perla" del año 1999 llevada también con enorme éxito a la gran pantalla por Peter Webber en 2004. 

Tracy Chevalier, Paleontología
En los diez capítulos que componen "Las huellas de la vida" vemos el discurrir de la vida de dos mujeres que vinieron a coincidir casualmente en Lyme Regis, localidad turística del sur de Inglaterra. Las tres hermanas Philpot deberán abandonar Londres a requerimientos de su hermano John dado que en la capital con las ciento y poco libras anuales que les pasa para su mantenimiento difícilmente podrían mantener el tono y altura social a la que estaban acostumbradas por procedencia familiar. En Lyme Regis sí que las tres, -LouiseElizabeth y Margareth- podrán vivir de manera semejante a la londinense pero con muchos menos gastos dado que el nivel social y económico de esta zona marítima es mucho menor que en Londres. Quizás la más pequeña, Margareth, hasta podría encontrar marido, algo a lo que sus hermanas prácticamente han renunciado asumiendo ya su soltería («tenía veinticinco años, era poco probable que llegara a casarme y necesitaba una afición con que ocupar mis días. A veces ser una mujer resulta muy tedioso.», dice de sí misma Elizabeth Philpot)

Mientras que Margareth vive por y para las fiestas, bailes y galanteos, la hermana mayor, Louise, y Elizabeth proyectan su vida hacia la ciencia; la primera es una entusiasta de la botánica, y Elizabeth se apasiona desde que está en Lyme Regis por la paleontología enfocada hacia los peces fósiles. Esta enorme afición por la búsqueda de restos fósiles le surgió casualmente. Lo principal fue que a raíz de ello conoció a Mary Anning, una niña hija del ebanista Richard Anning a quien Elizabeth había acudido para encargarle una vitrina donde exponer los fósiles que iba coleccionando. Mary tiene por entonces apenas seis años y ayuda a la economía familiar recogiendo fósiles de 'amos' (amonites), 'beles' (belemnites), 'curis', 'grifis'... que luego su madre Molly vende a los turistas. 

La relación entre una mujer adulta y una niña, ambas de muy distinta clase social («¿Cómo puede una dama de veinticinco años y clase media pensar en trabar amistad con una niña trabajadora?») sería difícil de entender si no hubiese existido entre ambas la pasión por la paleontología. A Elizabeth le sorprenden los conocimientos que Mary ha adquirido por sí misma sin nadie que la haya instruido. Entre ambas mujeres se desarrolla una sincera amistad que sólo se verá perturbada por asuntos ajenos al mundo científico derivados de sentimientos poco entendibles para una u otra. 

Lo esencial de la amistad entre Mary y Elizabeth se percibe en las ayudas que ambas se prestan en la localización de fósiles. Los Anning desearían encontrar algo que los sacase de pobres porque vendiendo chatarrilla fósil como los amos o beles apenas si logran sobrevivir. La ocasión se les presentará cuando Mary descubra un ictiosaurio que pronto interesará a coleccionistas y a la comunidad científica formada exclusivamente por hombres. Lord Henley es uno de estos coleccionistas que minusvalorando a la muchacha descubridora negociará con Molly Anning, su madre, la compra para su colección del 'icti'. Será Elizabeth quien abra los ojos a los Annig, cuyo padre ya ha fallecido, cuando averigüe que el ictiosauro descubierto, excavado y limpiado por Mary está expuesto en Londres en un museo privado vestido ridículamente y con una etiqueta en la que se omite el nombre de su descubridora. Desde este momento Elizabeth estará atenta a cuanto en este sentido le pueda volver a ocurrir a Mary.

Pero Mary, inocente, joven y enamoradiza, se siente atraída por los encantos y la atención que recibe por parte de algunos coleccionistas, científicos y aficionados a los fósiles, que acuden a Lyme Regis y hacen uso de la habilidad de la joven para localizar restos, de su experiencia de años y de sus conocimientos para identificar los especímenes. Elizabeth observa con gran pesar los abusos de confianza de los que Mary es objeto, consecuencia de los cuales es la penuria en que su familia se encuentra al regalar ella, en especial al Coronel Birch, cuanto encuentra en la playa incluido un ejemplar completo de ictiosaurio. En conversación con Mary, ya sola pues el Coronel Birch ha abandonado bien pertrechado de fósiles Lyme, Elizabeth le pregunta sobre qué ha recibido a cambio del ictiosaurio y los fósiles que Birch se ha llevado. Mary entiende que Elizabeth está celosa y así, por nada que podríamos decir, nace un enfado entre ambas que se prolongará durante varios años. 

No quiero seguir dando más datos sobre el desarrollo de la trama para no estropear  la delicia que supone la lectura de esta novela. Sólo diré que la función de narrador es ejecutada alternativamente por una y otra paleontólogas: en los capítulos impares es Mary Anning quien relata, mientras que tal función corresponde en los pares a Elizabeth Philpot. Ambos personajes protagonistas están perfectamente delineados: por un lado está Mary, una joven impulsiva en ocasiones, entregada, generosa, hermosa e inteligente; por el otro está una mujer madura más asentada, si bien a veces piensa que aún puede encontrar el amor de un hombre, aunque su gran entrega será hacia la ciencia y hacia la lucha por su propia dignidad de persona en igualdad con los hombres que en esas décadas iniciales del siglo XIX impedían a las mujeres pertenecer a las Sociedades Científicas con lo que sus nombres eran siempre relegados en favor de los masculinos. Es ella, Elizabeth, quien logrará para las mujeres científicas el merecido reconocimiento público. Un reconocimiento que se plasmará en el que la Sociedad Geológica de Londres dé a Mary Anning por su descubrimiento en 1823 del primer plesiosaurio conocido.
«los demás se quedaban con lo que ella encontraba y se hacían famosos como filósofos naturales. William Buckland daba clases sobre las criaturas en Oxford, Charles Konig las había llevado al Museo Británico y había recibido elogios por ello, el reverendo Conybeare e incluso nuestro estimado Henry de la Beche pronunciaban conferencias en la Sociedad Geológica y publicaban artículos sobre ellas.»
Sin duda alguna es Mary Anning el personaje literariamente más atractivo. Es ella quien abre y cierra la novela con la alusión al rayo que siendo niña de tres años la alcanzó, entrando y saliendo de su cuerpo,  sin sufrir más daño que un susto tremendo. El motivo del rayo que la atravesó de niña es  utilizado metafóricamente para referirse a los momentos importantes de la vida de Mary: su enamoramiento de Birch, su reconocimiento por parte de la comunidad científica, la reconciliación con Elizabeth...
«En ese momento sentí que el rayo me atravesaba y me paré en seco, dejando que la multitud del mercado se separara y empujara en torno a mí. [...] A pesar de todo lo que me había pasado —encontrar los ictis y plesis, ir con el coronel Birch al huerto, conocer a monsieur Prévost—, aquél fue el rayo que supuso mi mayor felicidad.»
Novela histórica, La joven de la perla

Personalmente me ha interesado mucho en esta novela comprobar cómo el puesto ocupado por la mujer en la sociedad, sus perspectivas de futuro, su independencia e identidad personal, ha ido evolucionando respecto a, por ejemplo, las mujeres que presenta Jane Austen en sus novelas e incluso respecto a Maggie Tulliver, el personaje de George Eliot en su novela "El molino del Floss" que he leído recientemente [se puede leer reseña de la misma haciendo clic aquí]. Si las Emma, Fanny y compañía de las novelas de Jane Austen que con emoción leía la enamoradiza y deseosa de casarse Margaret Philpot sólo aspiran a salir adelante a través del matrimonio y la Maggie  Tulliver de Eliot encuentra digno trabajar para ganar independencia al margen del varón, las dos protagonistas de "Las huellas de la vida" aspiran ya no sólo a ser libres a través del trabajo como Maggie sino a ver debidamente reconocidos sus méritos y aportaciones al mundo en igualdad con los hombres.
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Nota:
"Las huellas de la vida" es el tercero de los títulos con el que completo el Reto Serendipia recomienda 2021. Al tiempo es un título más que me sirve para ir avanzando dentro del Reto "Autores de la A a la Z" propuesto por el blog "Lecturápolis"






"Ammonite"

A fuer de ser sincero he de decir que leyendo "Las huellas de la vida" pensé en varios momentos si Elizabeth Philpot no se sentiría sexualmente atraída por Mary Anning. Pienso que tal cosa no existe o que al menos la novelista no ha querido tomar ese derrotero quedándose en la relación de pura y sana amistad entre dos personas amantes de la paleontología.

Francis Lee, Kate Winslet, Saoirse Ronan,
Sin embargo en la película "Ammonite" de Francis Lee, éste ha querido presentar una ficcional relación lésbica entre Mary Anning y Charlotte Murchison, esposa como ya he dicho al inicio de esta entrada de Roderick Murchison, geólogo, paleontólogo y naturalista. Si en la novela de Tracy Chevalier Mary Anning es una niña que tiene sólo cinco o seis años en 1804 al inicio de la historia y la finaliza con 26 ya condenada a la soltería, en el film nos la encontramos convertida en una mujer madura de 43 años que acaba de perder a su madre Molly Anning y que sobrevive gracias a las ventas de fósiles de poco valor que hace a los turistas que visitan su tienda de Lyme Regis. Es tal su necesidad de dinero que pese a su carácter introvertido aceptará la petición que le hace Roderick de que acoja una temporada en su casa a su mujer Charlotte a fin de que se reponga de la fuerte depresión en la que ésta se encuentra. A cambio de recibir un dinero que a ella naturalmente le viene muy bien deberá soportar a una joven indolente, apática, hosca, depresiva, que poco a poco, según vaya mejorando de su enfermedad, empezará a seguir a Mary en sus salidas a la playa y acantilados en busca de fósiles.

Francis Lee de manera apacible, sin sobresaltos, va presentando la evolución de estas dos mujeres y el despertar en ellas de una atracción que desembocará en el desarrollo de una historia romántica. Esta relación como he dicho no está atestiguada por la historia e incluso varios de los descendientes de Mary Anning han protestado por ello. El guionista y director de la cinta en legítimo uso de su libertad de creación ha querido presentarla e imaginar que sí existió queriendo simbolizar con ella la independencia y libertad femeninas al margen de la jerarquía masculina aquí personificada en la figura del marido que aparece algo desvaída. Con todo, lo que sucede entre estas dos mujeres no deja de ser una aventura esporádica que en el caso de la joven Charlotte le servirá para recuperar definitivamente la salud y reencontrarse con su confortable y bien aceptada vida matrimonial. Es ella, Mary Anning, como suele suceder en este tipo de relaciones entre una persona sin ataduras y otra con ellas, quien sale sentimental y emocionalmente peor parada. Sin embargo el final del film que no voy a revelar es ambiguo al respecto. Es un final abierto que admite todas las probabilidades: ¿seguirán juntas en algún momento?, ¿es imposible retomar la relación?, etc.

Cuando vi el film por televisión quedé claramente convencido de que es la pareja de actrices, especialmente Kate Winslet, la que salva el film que si no quedaría en un plano algo tedioso. Pero el buen hacer de ambas, Saoirse Ronan y la Winslet, consiguen mantener viva la atención del espectador. También este film de época es hermoso y digno de ver por el vestuario (los vestidos rurales zafios y vulgares de Mary frente a los sofisticados y alegres de Charlotte), por la fotografía de los hermosos paisajes de las playas de Lyme realizada por Stéphane Fontaine quien adecúa la grisura o el azul del cielo según progresa la relación entre las dos mujeres, por los actores secundarios... Por todo, en definitiva, si bien quizás no vaya a pasar a engrosar los anales de las grandes películas, desde luego.



3 oct 2021

"Esto no es bambi" de David Pérez Vega

11 comentarios:

«Así que la labor de los auditores consiste básicamente en que las cuentas del cliente no tengan contradicciones internas. Es decir, que, si miente, que no se note mucho, y los auditores están allí para ayudar en ese maquillaje.»

David Pérez Vega, profesor, novelista, bloguero y you tuber comenzó su aventura como escritor hace ya más de veinte años. Cuenta en su haber con los siguientes títulos publicados: cinco novelas contando ésta que reseño: "Acantilados de Howth" (2010), "El hombre ajeno" (2014), "Los insignes" (2015), y "Caminaré entre las ratas" (2020) [de ésta tengo reseña hecha en este blog]; dos poemarios: "Siempre nos quedará Casablanca" (2011) y "El bar de Lee" (2013); y un libro de relatos "Koundará" (2016). 

David es el administrador del blog literario "Desde la ciudad sin cines" que abrió en 2009 y que recomiendo vivamente. Desde  2020 administra el canal de You Tube "BIenvenido Bob" en el que prosigue reseñando obras literarias, si bien el carácter más flexible del formato le permite realizar agrupaciones de libros por países, por temáticas, etc. En ambos medios su finalidad es la misma: compartir lecturas y recomendaciones con otros lectores.

David Pérez Vega, Empresas auditoras
"Esto no es bambi"
aparecida este año 2021 es  su última novela publicada. Es el resultado de echar la vista atrás y contar aunque a través de un alter ego, Daniel Márquez, que él comenzó su vida profesional en el mundo de la Empresa privada, concretamente en una de las que se dedicaban a auditar a otras importantes del panorama mercantil. Es la historia de una decepción, de la evolución de una empresa y de algunos de sus profesionales. Se lee con mucho gusto. En mi opinión es más una crónica que una historia de ficción. 

Pérez Vega ajusta cuentas con su pasado. Es un ajuste de cuentas en su más amplio sentido. Quiero decir que no sólo es la confesión de un desencanto laboral, el sufrido por el propio escritor dentro de la prestigiosa empresa de auditoría donde empezó a trabajar, sino también el suyo íntimo personal al meditar que quizás, presionado por el entorno social y familiar, se equivocó al realizar estudios de ingeniería aeronáutica pronto abandonados y sustituidos por los de Dirección y Administración de Empresas, cuando, dice en el propio texto, debía de haber estudiado Filología Hispánica, pues siempre fue la literatura lo que más le gustó:
«Y me cuestiono de nuevo si fue una buena idea cambiarme a Administración y Dirección de Empresas cuando dejé los estudios de Ingeniería Aeronáutica, y debería, en realidad, haberme cambiado a Filología Hispánica y haber asimilado ya entonces que yo era de letras»

 Pero sin duda alguna el autor salda las cuentas con la empresa en la que se estrenó laboralmente. Esta empresa aparece disfrazada bajo un nombre totalmente literario, William Golding, el del escritor británico conocido especialmente por su novela "El señor de las moscas". Además de hacer un guiño a la literatura, David elige para la Firma un nombre que le permite denominar a sus trabajadores con un apelativo derivado del mismo, 'guillermos' o 'guillermitos'. A poco que se piense el lector rápidamente cae en la cuenta de que de quien el escritor está hablando es de la que fue prestigiosa empresa  norteamericana  con sede en Chicago Arthur Andersen fundada en 1913 y desaparecida en 2002 víctima de un sonadísimo escándalo financiero. A los trabajadores de la empresa popularmente se les denominaba 'arturos' o 'arturitos'.

Conocemos la vida interna de William Golding -Arthur Andersen España en la realidad- a través de la experiencia directa de seis de sus trabajadores. Para todos ellos trabajar en una multinacional tan prestigiosa era algo muy deseable. No todos ellos acceden por méritos propios pues hay quienes lo hacen gracias a influencias paternas mientras otros sin padrinos en que apoyarse lo logran gracias a su esfuerzo y mérito. Todos ellos deben realizar cursos de formación en España y también en Chicago; consecuencia de estos cursos son relaciones personales estrechas muchas veces clandestinas dado que la empresa prohibía las mismas entre sus empleados. 

La Compañía somete a sus trabajadores a jornadas maratonianas en las que el horario no cuenta, las horas de entrada y de salida son inexistentes; en definitiva, la vida más allá de la propiamente laboral no existe. Esta situación de casi esclavismo no es bien aceptada por todos, en especial se observa esta incomodidad en el personaje alter ego del novelista, o sea, en Daniel Márquez, cuya experiencia en la empresa no es para nada satisfactoria. Sus aficiones culturales (le gusta mucho el cine y la literatura) chocan de plano con las de otros compañeros a quienes sólo les mueve el afán de progresar en la Firma e ir pasando de nivel laboral por ver de llegar, como le sucede al cabo de los años a Javier Aparicio Llamas quien a base de soportar tratos laboralmente abusivos e incluso vejatorios ha logrado hacerse con el espíritu de los 'Guillermos' por lo que ya al final del relato (han pasado algo menos de 5 años desde su inicio) lo vemos convertido en Senior tras haber pasado por las categorías previas de A 1, A2, A3, A4, semisenior, etc. Quizás el machismo y la xenofobia que emanan las conversaciones que en el último capítulo de la novela mantiene este personaje con su antiguo compañero Rafael López-Osorio sirvan para entender por qué él, a diferencia de Rafa, aún sigue en la Firma.

Novela "Esto no es bambi" de David Pérez Vega
Verdaderamente lo que sacamos en claro tras leer esta novela es que esta ficticia empresa auditora, al igual que la real que la inspira y las otras cuatro grandes del sector de la auditoría, funcionan como auténticas sectas. Este tipo de empresas sufren un duro varapalo por parte de David Pérez Vega en cuanto corporaciones. También reciben una fuerte colleja la mayoría de quienes entran a trabajar en ellas: niñatos de familias pudientes que han realizado sus estudios en muy prestigiosas universidades privadas de aquí o del extranjero a las que apenas el autor quiere disimular el nombre: EDACI y FENUC. Si se leen estos dos nombres en sentido inverso aparecen bien claritos los de dos universidades, una católica y otra laica dependiente de la Banca. Frente a estas procedencias elitistas Daniel Márquez y Nerea del Río Sánchez proceden de la Universidad Pública; él concretamente de la Carlos III:

«Sé ahora que la mayoría de mis compañeros de universidades privadas, de EDACI y de FENUC, que pronuncian el inglés perfectamente, gracias a sus cursos en el extranjero, a sus colegios privados bilingües, quieren esto. Y que para la mayoría, intuyo, esto no es más que un rodaje que los habilita para el día en que su padre -el directivo o el empresario- o el amigo de su padre -el directivo o el empresario-, los llame y los sitúe, no por unas cualidades especiales, sino por nobleza de sangre, en los puestos que en realidad los están esperando desde el comienzo y a los que la gente como Nerea del Río o como yo, los de las universidades públicas y los padres obreros, aunque nos sitúen la zanahoria delante de la cara, sabemos (o deberíamos saber) que nunca vamos a alcanzar.»

Al tiempo que avanza la experiencia personal del escritor en la Compañía vamos conociendo la manera de trabajar de la misma con las empresas clientes a las que audita. Un control que realiza siempre en connivencia con ellas; tanta es la connivencia que ésta será la causa de que la Firma se vea arrastrada a la desaparición. En España William Golding tiene clientes grandes y pequeños; entre los grandes se cita sobre todo a Modélica de España, nombre ficticio bajo el que se esconde con bastante seguridad una muy importante compañía actual de telecomunicaciones. Me resulta curioso leer que se culpe de ociosidad o vagancia a los empleados de ésta por el mero hecho de haber sido empleados públicos cuando en otros momentos del relato lo Público aparece siempre realzado frente a lo que no lo es.
«cuando vuelvo al archivo, a las 3:30, ya no queda nadie en la tercera planta del Goya II. Me ha contado Fernando que el personal de Modélica de España se va a las tres y nunca parece tener mucho trabajo. Como han sido funcionarios hasta hace muy poco, no pueden despedirlos y, tras los últimos avances informáticos, la mayoría de ellos se han quedado casi sin tareas.»

 "Esto no es bambi", el título de la novela, procede de una frase dicha en los cursos de formación que reciben primero en España y luego en Chicago los jóvenes aspirantes a ingresar en la Compañía. Quien la dice es Pepe, el senior que les imparte el curso en Madrid. Con ella quiere manifestarles que trabajar en la Firma exigirá mucho esfuerzo por su parte, que el dinero que ganarán no se lo darán gratis. Por otra parte la frase transmite al lector la idea de que estas empresas que tanto prestigio tienen no son una bicoca, que esconden muchos elementos negativos y que los sueldos que en ellas se pueden lograr no sirven para hacer olvidar las humillaciones, abusos laborales e incluso personales que en muchos momentos quienes en ellas trabajan han de soportar. 

Lo que más me ha gustado de esta novela que David Pérez Vega, según confesión propia, comenzó a escribir hace casi 20 años, es la estructura polifónica, caleidoscópica, a seis voces, que el escritor ha elegido para mostrar el derrumbe en todos los aspectos de esta empresa ficticia. Una demolición mostrada e través de las experiencias personalísimas de seis jóvenes -tres mujeres y tres hombres- que cuentan en primera persona sus vivencias en la Firma. A través de estas seis voces asistimos a la verdad de la vida, miserias y destrucción de esta empresa española de bandera. Desde el principio, de los seis personajes, Daniel Márquez es quien más muestra falta de sintonía con el voraz mercantilismo que se cuece en la Compañía. Las vejaciones y humillaciones laborales que sufre por parte de sus superiores y formadores le llevan a refugiarse cada vez más en la literatura y en el cine. Incluso, confiesa en un momento, está escribiendo una novela en la que a la manera de Primo Levi quiere dar testimonio de sus sufrimientos en William Golding. O sea que, aunque la comparación sea un tanto hiperbólica, para él WG -David Pérez Vega y AA respectivamente en la vida real- fue su Auschwitz y la novela que tenemos en nuestras manos trasunto de la Trilogía que el autor italiano escribió sobre el inicio del final del Holocausto. 

Arthur Andersen,

Concluyo señalando que las fechas que cuidadosamente aparecen esparcidas en el relato corresponden a momentos ciertos y reales: en 2002 fue cuando estalló el escándalo Enron en Estados Unidos que llevaría a la práctica desaparición de la Auditora Arthur Andersen en el mundo. Igualmente febrero de 2005 es la fecha en que la Torre Windsor de Madrid desapareció envuelta en llamas. La novela, por su parte, se inicia dos años antes del escándalo Enron -«el caso Rudel» en la narración-, alcanza su clímax en esa fecha de 2002, y llegamos a ver los restos del naufragio en el último capítulo de la novela que transcurre simbólicamente en torno a esa torre que arde envuelta en llamas en Madrid.