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9 ago 2018

Cine de verano 2. Michael Haneke, "Happy End"

Michael Haneke, el director.
Cine intimista, Cinema de la crueldad
Las películas que he visto de Michael Haneke siempre me han resultado duras. El director austriaco de 76 años nunca ha intentado ser amable o condescendiente con los espectadores. Con esta última, Haneke ha realizado hasta el momento catorce filmes; de ellos, antes de "Happy End", yo había visto al menos tres: "La pianista", "La cinta blanca" y "Amor". En mi opinión y a falta de ver el resto son tres películas fundamentales en su filmografía. Con "La pianista" ganó el Gran Premio en el Festival de Cannes de 2001 e Isabelle Huppert, la protagonista, el Premio de Mejor Actriz en el mismo festival; con "La cinta blanca" consiguió la Palma de Oro en el Festival de Cannes de 2009, así como el Globo de Oro a la Mejor Película en  lengua no inglesa en 2010 siendo nominada al Oscar como mejor Película Extranjera y al Oscar por Mejor Fotografía ese mismo año; por último "Amor" supuso para Haneke alcanzar todo tipo de reconocimientos: Oscar por la Mejor Película Extranjera 2012, Globo de Oro y Premio BAFTA mejor película en lengua no inglesa 2012, Palma de Oro en el Festival de Cannes en 2012; y otros premios en diversos países: Premio Goya a la mejor película extranjera en España, Premio César en Francia, etc. Personalmente, Michael Haneke fue distinguido en nuestro país en 2013 con el Premio Princesa de Asturias de las Artes.

"Happy End", la película
Quizás sean esas tres películas las esenciales en su filmografía. Pero tras haber visto "Happy End" se ha despertado en mí la necesidad de ver las más posibles de las otras habida cuenta de que en esta última el director construye una historia con muchos de los mimbres anteriores. Pero vayamos por partes.

Sinopsis (proporcionado por la distribuidora Golem)
El largometraje presenta a una familia de la alta burguesía europea que está presenciando el final de la vida del patriarca George, quien se dedica a recordar tiempos pasados y que considera mejores mientras el resto de los miembros se enfrentan a sus propios retos y problemas. A su vez, en esos momentos está teniendo lugar una crisis de refugiados y un debate en torno a la migración, relacionado parcialmente con los campamentos de inmigrantes, entre los que se encuentra el situado en Calais, junto a la empresa que dirige esta familia, una importante promotora inmobiliaria. 


Mi Opinión
Lo primero que debo señalar es mi desacuerdo con la sinopsis proporcionada por Golem. Es verdad que en un momento puntual del film el asunto de los refugiados aparece pero para nada es, en mi opinión, el asunto central. Es en todo caso el marco externo en el que se desarrolla el verdadero asunto que no es otro que la crisis (cambio) que está sufriendo esta familia de la alta burguesía francesa dedicada a la construcción; una familia que se elevó como ninguna otra en los tiempos del patriarca George (Jean Louis Trintignant), y que ahora los negocios familiares son llevados con mano férrea por su hija Anne (Isabelle Huppert), negocios que están entrando en barrena por el cambio de época en que nos encontramos y los problemas personales del hijo de ésta, Pierre (Franz Rogowski), incapaz de llevar una empresa como la construida por el abuelo en tiempos convulsos como los que se viven en Calais donde sucede la acción y a donde no dejan de llegar inmigrantes deseosos de una vida mejor. 

Cine alemán actual, Cine filosófico
Todo lo anterior es visto y contado por Eve (Fantine Harduin) desde el aislamiento de su niñez y el distanciamiento que imponen hoy día las nuevas tecnologías -Eve está constantemente filmando la realidad de lo que acontece a su alrededor- que nos aíslan a los unos de los otros pero que con su frialdad dan testimonio fiel de lo que sucede.  Eve ve el mundo a través de su teléfono móvil. Desde el principio de la película ella filma con su smartphone todo lo que de importante hay a su alrededor desde el ritual protocolo diario de su madre antes de acostarse que sirve de fondo para los títulos de crédito iniciales, hasta la decisión tomada por su abuelo George que ella conoce y que para nada intenta evitar sino todo lo más dejar constancia de ella filmándola. 

Por eso creo que la película es más una historia intimista que un planteamiento social como viene a querer decirnos la sinopsis anterior. Sí, es verdad que la familia vive ajena a lo que ocurre a su alrededor. Al inicio del film un accidente en la obra que están realizando en las proximidades del puerto de Calais pone a prueba la entereza de Pierre a quien Anne desea, al menos en apariencia, ir pasando el testigo de las responsabilidades empresariales. Pierre es un ser débil  ninguneado siempre por sus mayores, que se identifica con los débiles que ve a su alrededor. Por esto se vengará de sus mayores -madre y abuelo especialmente- arrojándoles a su ensimismada cara el problema que afronta la sociedad donde ellos viven pero que con desdén olímpico ignoran. Y este problema no es otro que el de los inmigrantes que viven hacinados en las proximidades del Paso de Calais a la espera de poder pasar a Gran Bretaña.

Entre los aspectos más interesantes de esta película destaca el ya dicho del aislamiento que paradójicamente imponen los teléfonos móviles y ordenadores que lejos de acercarnos nos separan sumergiéndonos en un mundo virtual lleno de irrealidad que nos hace creer que la realidad forma parte de la ficción y no al revés. Así parece creerlo la niña Eve que ve el mundo a través del falso cristal de su móvil, pero también el padre de ésta, Thomas Laurent (Mathieu Kassovitz) que es infiel a su mujer manteniendo una relación virtual con otra a través de su ordenador. Lo que en la realidad nunca diría a esta mujer lo manifiesta a través de la impersonalidad y el alejamiento que los medios tecnológicos facilitan.

Con Thomas, pues, se toca en el film el sexo, su vivencia, la insatisfacción, el deseo de vivirlo de otro modo, las perversiones sexuales..., de todo ello hay referencias en la película. Pero ahora el mismo sigue el signo de los tiempos y se realiza de modo virtual a través de un chat en el ordenador, un chat subidito de tono que Thomas cree que sólo conoce él pero que, como todo en Internet, al salir de nosotros corre el riesgo de caer en otras manos y ser leído por otras personas quedando al descubierto el personaje.

Otro aspecto esencial que en cierta manera sirve de justificación al sorprendente título de "Happy End" -y digo sorprendente porque en Haneke que algo pueda calificarse así ya es novedoso- es sin duda alguna el de la eutanasiaJean Louis Trintignant es el mismo George de "Amor" la anterior  cinta del director. En ella el octogenario George que vivía plácidamente junto a Anne, su amada esposa de la misma edad que él, se ve abocado a darle una prueba extrema de su amor cuando ella sufra un infarto cerebral que la deje convertida en un vegetal. En "Happy End" encontramos a George solo, sentado en una silla de ruedas, ausente del mundo que lo rodea y tan sólo deseoso de que alguien le ayude para ir a unirse con su esposa. Solicita a sus hijos y nietos que le faciliten la marcha, en la calle se lo pide a quienquiera que encuentra y, claro, ante tamaña petición las personas se apartan de él tomándolo por loco; pero, nada, nadie se apiada de él. ¿Quizás Eve sea más receptiva? Surgen aquí como fogonazos rasgos de comicidad, sin duda alguna de humor negro. Son pequeños momentos, pequeños detalles de humor, que en Haneke son todo un mundo.

La autoridad ejercida por los padres sobre los hijos que puede llegar a ser castrante se evidencia en la relación entre Anne y su hijo Pierre. La rigidez en las normas es asunto que el director ha tocado en algunos de sus filmes anteriores. De los que yo le he visto recuerdo la dureza de esa relación padres-hijos en la maravillosa "La cinta blanca".
Burguesía enfrentada a sus propias contradicciones, Haneke
La inmadurez de ciertos jóvenes incapaces de enfrentarse a la realidad al haber crecido arropados en un mundo superprotector que todo les consentía se toca también aquí. Y junto a ella, quizás como el causante de que el pañuelo que les tapaba los ojos caiga definitivamente aparece otra juventud, la de esa masa de jóvenes inmigrantes africanos que sí que conocen lo que es la vida al sufrir la dureza de la misma en sus propias carnes. Hay un momento culmen en la película, reflejado en el cartel anunciador de la misma, en que se ve la sorpresa reflejada en la cara de esa familia burguesa que vive en su torre de marfil y observa que la por ellos considerada hez de la tierra acaba de llamar a sus puertas.  

Luego está la manera de rodar de Haneke, desde el principio sorpresiva, novedosa. La mezcla de imágenes con smartphone y sin él que abre y cierra el film es magnífica; los primeros planos de esas caras duras que esconden una psicología difícil, en especial quiero destacar la expresión seria, adulta, reconcentrada, madura de la niña de doce años, Eve, el miembro más próximo a su abuelo al que entiende en todos sus extremos incluido, naturalmente, las ideas suicidas de ambos. La conversación que mantienen abuelo y nieta es de lo mejor de la cinta y justifica por sí misma las secuencias finales. En esta conversación hay claras referencias a dos cintas anteriores del director: "Amor" (2012) y "El video de Benny" (1992). Sin coincidir plenamente en esta última también una adolescente graba en imágenes los prolegómenos de una muerte. En fin, algo durillo resulta ver a una encantadora niña metida de lleno en estos asuntos.

En esta manera de rodar y frente a otras opciones como el empleo del blanco y negro que hace en "La cinta blanca", en "Happy End" el color todo lo inunda. Los asuntos como hemos visto son duros, terribles, incluso el deseo de morir o darse muerte sobrevuela en esta historia continuamente, pero paradójicamente y en magnífica contraposición toda esta inmisericorde realidad sucede bajo un sol radiante, con unos personajes que visten ropas alegres aunque por dentro cultiven ideas funestas.

También, lógicamente, las claves del film se ocultan en los otros filmes del realizador que como han hecho frecuentemente los grandes directores (Ingmar Bergman, Passolini y muchos otros más) hace en éste una especie de resumen de toda su filmografía, ordenando temas y asuntos cual si de la anagnórisis en una novela negra se tratara. Y en parte así es, salvo que aquí esa novela negra es la propia vida que con Haneke salta del celuloide virtual a la realidad de los espectadores que desde las butacas nos vemos perturbados, incomodados, por lo que se nos lanza envuelto en la belleza de las imágenes. Así es Michael Haneke: incómodo, perturbador, pero al tiempo un inmenso creador de Arte.

Conclusión
Con "Happy End" mi cómputo de productos Haneke llega a cuatro. No me siento ya hastiado de sus creaciones sino que muy al contrario me encanta tanto ver sus películas que buscaré otros títulos suyos que no he tenido aún ocasión de degustar. En especial me apetece mucho "Caché" (2005)porque buenos amigos y grandes cinéfilos me la recomiendan desde hace tiempo. Luego, por eso de la coincidencia de la niña que graba todo todo, quisiera ver "El video de Benny". Y eso que el director muniqués no construye productos amables para la satisfacción del público, sino películas cuya severidad y aspereza temáticas remueve en quien las ve aspectos y facetas presentes en todos o en la mayoría pero ocultos y silenciados bajo la losa que es la educación que, afortunadamente, los reprime.

Por eso por ahora me daré un descanso porque, en coincidencia con Fernando Savater, pienso que ya está bien de ver pelis que constantemente nos hablan del deterioro inevitable del ser humano. Y otra cita de otro grande de las letras, José Luis Sampedro, para apoyar el descanso que pienso darme de pelis de este tenor: una cosa es la plácida vejez y otra muy distinta la jodida vejez. De la segunda "Amor" y "Happy End" son ejemplos claros; hoy por hoy me quedo con realizaciones que aborden la amable vejez y no la otra.

14 comentarios:

  1. Pues sólo he visto La pianista, que me gustó mucho. Tengo mucha tarea pendiente y tengo que sumar ahora esta película.
    Besotes!!!

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    1. En ésta vuelve Isabelle Huppert que hacía el personaje de la pianista. Aquí es otro tipo de persona muy diferente, pero muy bien representado.
      En cuanto a tarea pendiente, siempre la hay; pero lo importante es no estresarse por ello.
      Un beso

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  2. Va a valer la pena, sin duda. Un abrazo

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    1. Claro que vale la pena. Cuando la veas, me dices qué te ha parecido.
      Un beso

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  3. Me encanta Haneke. He visto varias películas del director, pero como nunca cogí la costumbre de apuntar las pelis que veo (como sí hago con los libros), pues no sé muy bién cuáles ni cuántas. He visto las mismas que tú, esas sí las sé seguras, así como “Caché”. Desde luego, no me suena “El vídeo de Benny”.
    Apunto “Happy end”, un título que para nada le pega al autor, porque tiene una muy buena pinta.
    Un beso y feliz descanso de pelis duras.

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    1. Es que Haneke en esta peli está algo juguetón. Aunque su sentido del humor es peculiar y algo negruzco. Por eso me tomaré un descansito de dureza (ja, ja...)
      Besos

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  4. Ufff Juan Carlos, me encanta Haneke y todo (o casi todo) lo que hace, aunque sea como dices poco amable con el espectador, y sus pelis seas duras, de esas que no te dejan indiferentes, pero eso es lo que me gusta de él. Y para colmo Huppert (que a veces aparece en sus producciones) me encanta, me gusta mucho esta actriz y ya el que ella aparezca es motivo suficiente para verla. Hace una semana vi por segunda vez "Caché" y es rara, curiosa, muy... en su onda, muy Haneke. Aunque tengo una amiga a la que no le gustó nada y no entendía que yo quisiera verla por segunda vez
    En fin, si es que para gustos...
    ¡Gracias por tu reseña! Volveré por aquí cuando la vea para darte mi opinión
    Un beso

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    1. Espero con ganas tu reseña. Y gracias a ti por tu atenta lectura de la mía.
      Besos

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    2. En mi blog solo reseño libros (¡Madre mía! con todas las pelis y series que veo, si ya casi no me da para mantener al día el blog...). Pero vendré por aquí para contarte mi opinión
      Besos

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    3. Te tomo la palabra, Marian. Aquí te espero ;)
      Un beso

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  5. Uy, no la conocía de nada. Y no, no he visto nada del autor tampoco.
    La tengo en cuenta.
    Besos.

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    1. Pues Haneke es un muy buen director. Te recomiendo que veas alguna suya y está de "Happy End" puede ser una excelente manera de entrar en él.
      Un beso

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  6. hola! muchas gracias por la propuesta, tus gustos resultan alentadores en cuanto a la pelicula porque la desconociamos y confiamos en ti, gracias!

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    1. Queridas, Búhas:
      Qué honor y qué gran responsabilidad saber que confíais en mis recomendaciones.
      Muchas gracias y muchos besos.

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